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OTRO PERIODISMO TAMBIÉN ES POSIBLE
Por GRACIELA CRISTINA GOMEZ* - Wednesday, Dec. 12, 2007 at 5:05 PM
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A los mediocres masivos de incomunicación , (frase del Dr.Juan Carlos Vennera) :

OTRO PERIODISMO TAMB...
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“Yo soy consciente de que los estudiantes aspiran a licenciarse en periodismo, trabajar de periodistas y vivir de ello. A esos profesionales yo les quiero siempre recordar que tenemos una obligación moral, la obligación moral de informar al mundo sobre tantas y tantas luchas de hombres y mujeres que combaten por su supervivencia y su dignidad. Ellos no organizan lujosas ruedas de prensa, ni invitan a cenar a los periodistas, ni ofrecen bonitos y esplendorosos dosiers de prensa en papel couché. Los jefes de las empresas que contratan a los jóvenes periodistas no tienen ningún interés por llevar a la sociedad la verdad, ellos son dueños o asalariados al servicio de un proyecto económico. No van a denunciar las masacres del gobierno kuwaití si peligra la publicidad de las petroleras; ni van a informar de los despidos de una cadena de supermercados en plena campaña de Navidad; ni de las condiciones laborales de los trabajadores de un conglomerado bancario, si es una de las empresas accionistas de ese medio o se va a necesitar su financiación.
Que cuando les llegue un dosier con brillantes gráficos de barras y quesos de una petrolera que opera en América Latina, piensen en esos indígenas que han expulsado de sus tierras para extraer el petróleo, ellos también podrían facilitar muchos datos para un buen dosier de prensa.
Esas gentes también tienen derecho a ser oídas, su voz también debe ser llevada a nuestras páginas, nuestras ondas o nuestras imágenes. Además, es un derecho de los ciudadanos del mundo escucharles. Es el derecho ciudadano a informar y a ser informado.
Hubo un tiempo en que, bajo crueles dictaduras, los periodistas y los medios no gubernamentales levantaron la bandera de la resistencia. La causa de la libertad de expresión servía para reivindicar su trabajo en duras condiciones de persecución y represión. Ha pasado el tiempo y el panorama actual es diferente.Los pueblos que han logrado alcanzar mecanismos de elección, participación y representación para la vida política, asisten a la impotencia de una oligarquía de medios de comunicación impermeable a cualquier mecanismo de control y participación democrática. Esos medios han heredado todas las perversiones de las dictaduras: silencian al díscolo, ignoran a la ciudadanía, evaden las leyes y disfrutan de la impunidad.Frente a ello, muchos periodistas hemos decidido informar de los crímenes que cometen los paramilitares en América Latina, de cómo son perseguidas las minorías étnicas ahora en el Kosovo otanizado, de las cifras de pobreza de EEUU que todos ocultan, de cómo están conspirando para provocar un golpe de estado en Venezuela o de cómo se levantan los indígenas en Bolivia o en Ecuador. Me temo que esta visión del periodismo es otra de las tantas cosas que no se enseñaba en la universidad. Como dice Howard Zinn, no se puede ser neutral viajando en un tren en marcha que circula una velocidad enloquecida y que no dispone de frenos.
No, no se trata de convertir el periodismo en panfleto, pero sí de decir bien alta la verdad y la voz de los sin voz, condenados al ostracismo por un modelo comunicacional miserable al servicio del mercado. A todos los periodistas les digo que esta es una profesión noble y vocacional que ha sido convertida en miserable por los dueños de las empresas que nos obligan a trabajar al dictado de sus intereses. Debemos recuperar la dignidad y servir a la comunidad, a la justicia social, a la soberanía de los pueblos y a las libertades. No será periodismo si no se hace así, como no es medicina curar sólo a quienes tienen dinero para pagarla. Ni siquiera hablo de militancia, hablo de decencia. La decencia es lo que diferencia al biólogo que trabaja para una multinacional de transgénicos o para una organización ecologista, al abogado que defiende los intereses de una multinacional o los de los trabajadores que exigen un sueldo justo, el militar que dispara contra el pueblo refugiándose en órdenes de superiores o el que combate al lado de la gente. Ninguno de ellos puede ser neutral, ni imparcial, ni objetivo”.

Maldigo al poeta que no toma partido, dijo Gabriel Celaya. Yo maldigo al periodista que no toma partido por los pobres, los sin voz, los indígenas, los trabajadores, los humillados, los olvidados, los que sufren, los que resisten, los que luchan.

Autor: Pascual Serrano
correo@pascualserrano.net
http://www.pascualserrano.net

“No existe la libertad de prensa, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa”.
Arturo Jauretche

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