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Por la política de subsidios de últimos cinco años, el campo está cada vez en menos manos
Por CRITICA DIGITAL - Wednesday, May. 07, 2008 at 6:56 PM

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El país / Edición Impresa
la riqueza del país se concentra
El campo está cada vez en menos manos
Por la política de subsidios de los últimos cinco años, se cerraron 4.000 tambos y la producción de soja, azúcar, pollo y carne se la llevaron las grandes empresas.

07.04.2008

Todo concentrado. La producción agropecuaria tiende a quedarse bajo el paraguas de los grandes nombres, muchos de ellos extranjeros.
En casi cinco años de administración, el proceso de concentración en el campo se profundizó. Desde mayo de 2003, unos 4.000 pequeños tambos cerraron sus tranqueras, la mitad de la soja se concentró en apenas el 2% de los productores y las empresas líderes del sector captaron cada vez más porción de mercado. Ni Néstor ni Cristina fueron ajenos a este fenómeno. Desde los organismos del Estado se privilegió a las compañías más grandes la momento de repartir subsidios.

El Gobierno distribuyó 1.500 millones de pesos durante 2007 con el objetivo de atenuar la suba de precios de los alimentos. La mitad de esa cifra se concentró en apenas 10 grandes empresas como Molinos Cañuelas y Río de la Plata, Sancor, Mastellone, Cargill, Cresta Roja y Soychú.

La concentración es más evidente en el sector lácteo. De los 147 millones que el Estado repartió en subsidios, 140 fueron a las seis usinas mientras que sólo siete millones fueron a los miles de productores tamberos.

El ministro de Economía, Martín Lousteau, reveló que el 22% de los productores de soja aportan el 80% del total de la producción y que apenas unos 1.600 grandes productores sobre los 74.000 que existen centralizan casi la mitad del total.

Actualmente el 70% de la soja se cultiva en superficies alquiladas. En 2002, considerando los diferentes tipos de arrendamientos, el porcentaje era de 23 por ciento. Los investigadores ven detrás de ese aumento el avance de los pooles de siembra. Esas empresas son fondos que captan dinero en el mercado financiero y logran gigantescas escalas de producción.

El director del centro de Economía Agraria de la Facultad de Ciencias Económicas, Eduardo Azcuy Ameghino, explica la concentración de la producción por la diferencia de ganancias entre los pequeños y los grandes productores.

Azcuy encontró que un gran productor logra un margen de 432 dólares por hectárea, mientras uno pequeño que no se asocia con los demás obtiene 307 dólares. La diferencia es clave en el caso de que alquilen. Ambos pagan arrendamientos por unos 290 dólares la hectárea. El pequeño tiene una renta ajustada que pone en duda si le conviene producir o alquilar.

El caso de los tambos es paradigmático. A principios de los 90, cuando la soja era aún un fenómeno incipiente, había cerca de 30.000. Cuando asumió Kirchner quedaba poco más de la mitad. Durante su gobierno cerraron otros 4.000 y hoy quedan entre 12.000 y 13.000, según las propias entidades del campo.

Por sus características productivas y el cuidado que requieren las vacas, los tambos no rinden más al ganar tamaño a costa de sus competidores. La concentración durante la era K igual se dio mediante la compra de tambos en zozobra por parte de grandes grupos empresariales. Dos de ellos fueron Adecoagro (Soros) y Cresud (Elsztain).

En el eslabón industrial, los lácteos siguen tan concentrados como cuando los Kirchner llegaron al poder: los dos gigantes del rubro, Sancor y La Serenísima, procesan el 70% de la leche cruda del país. La diferencia la marcó su extranjerización. En la nave insignia de los Mastellone entró la francesa Danone, y la canadiense Saputo compró la rafaelina Molfino, una de las medianas que más pelea le da a la dupla líder.

El avance más brutal del capital extranjero se dio entre los frigoríficos de carne vacuna. La brasileña Friboi compró Swift en 2005 y CEPA en 2006. El año pasado, su compatriota Marfrig se hizo de Quickfood, la fábrica de los tradicionales Paty. De los grandes exportadores, el único nacional que queda es Mattievich. A los que pasaron a manos extranjeras, el Gobierno les mantiene el privilegio de exportar hacia Europa los cortes más caros –cuota Hilton– sin aranceles.

La producción de carne aviar también se reparte entre pocos. Tres frigoríficos (Cresta Roja, Tres Arroyos y Soychú) despachan la mitad del pollo que se consume en el país. Otras 39 empresas, la otra mitad. Desde 2003 hasta ahora, la faena experimentó un salto notable –de 800.000 a 1,3 millones de toneladas– y todas crecieron. Pero las que más terreno ganaron en medio de esa pujanza fueron las de mayor envergadura.

La fabricación de harina está algo mejor repartida, aunque no escapa a la lógica general de concentración. De 146 molinos de trigo registrados en todo el país, sólo tres explican el 30% de la molienda: Cañuelas, Cargill y Andrés Lagomarsino. A fines de los 90 había cerca de 200 en actividad. Según los empresarios del sector, muchos cerraron porque trabajaban en la informalidad. Algo similar aducen para las aceiteras, donde pisan fuerte los grandes acopiadores.

La industria azucarera también se centralizó en la era K. Cuatro empresas concentran el 73% de la producción tucumana. Antes de la devaluación, casi todos los ingenios en la provincia eran de familias tradicionales. La firma Atanor, de capitales estadounidenses, se convirtió en el principal jugador del sector hace dos años, cuando compró el ingenio Concepción.

Entre quiénes se reparte la tierra

* Cresud: La sociedad controlada por los hermanos Eduardo y Alejandro Elsztain e inversores bursátiles (cotiza en la Bolsa de Buenos Aires y el Nasdaq de Estados Unidos) tiene 449.991 hectáreas propias. Cuenta con 90.000 cabezas de ganado para faena y 6.500 cabezas de ganado lechero.
* Amalia Lacroze: Tiene 140.000 hectáreas. La mayoríaen Buenos Aires.
* Los Grobo Agropecuaria: Dueños de alrededor de 70.000 hectáreas sembradas. Alrededor de 30.000 se dedica a la soja. Alquilan campos de terceros. A Gustavo Grobocopatel, cabeza del grupo, se lo conoce como el rey de la soja.
* Adecoagro: Es propietaria de 250.000 hectáreas de campo en Argentina, Brasil y Uruguay. En el país, su negocio se reparte en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Corrientes, Formosa y Entre Rios.
* Grupo Bemberg: Luego de desprenderse de la cervecería Quilmes, siguieron apostando fuerte por el campo. Controla 143.000 hectáreas.
* Luciano Benetton: El dueño de la marca de ropa italiana tiene campos en la Patagonia y otras 15.000 hectáreas en Balcarce.
* Alberto Guil (Delfinagro SA): Luego de vender supermercados Norte a The Exxel Group, jugó todas sus fichas al agro. Es propietario de 31.000 hectáreas en Buenos Aires.
* Grupo Werthein: Dueño de 100.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires.
* Grupo Yabrán: Antes de la muerte de Alfredo Yabrán, su familia acumuló unas 74.400 hectáreas en el Litoral.

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