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Hacia la construcción de un cine mapuche
Por Paul WALDER* / Azkintuwe - Monday, Aug. 11, 2008 at 1:41 AM
azkintuwe@yahoo.es

ENTREVISTA CON JEANNETTE PAILLAN

Cuando el jurado entregó el premio Ciudad de Córdoba a la documentalista, tuvo que decidir entre ella, el experto en comunicaciones Armand Mattelard y el creador del software libre Richard Stallman. En el trabajo de cada uno de los premiados hay un matiz colectivo, la canalización de numerosas voces. Jeannette Paillán no es la excepción.


MADRID / Jeannette Paillán es posiblemente la primera documentalista Mapuche, reconocida hoy también en España como la primera realizadora de cine indígena de Latinoamérica al haber sido galardonada con el Premio Ciudad de Córdoba a la Comunicación Solidaria. El premio, con anterioridad recibido por el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el periodista franco-español Ignacio Ramonet, reconoce el trabajo de Jeannette Paillán por “su defensa de la cultura y del patrimonio de los pueblos indígenas”.

Paillán, nacida en Nueva Imperial, IX Región, se trasladó a Santiago junto a su familia, donde creció en diversos barrios y poblaciones. Tras obtener la licenciatura en Periodismo en la Universidad de Chile hace unos diez años, derivó hacia el video documental, profundizando sus conocimientos y entrenamientos en Bolivia, Cuba y, actualmente, España. Forma parte del grupo de comunicadores mapuche Lulul Mawidha e integra la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Video de Pueblos Indígenas (CLACPI).

Durante su proceso creativo han surgido diversos y muy valiosos trabajos. Como afirma el periodista Pedro Cayuqueo, Punalka, El Alto Bío Bío, su trabajo más famoso, surgió luego de visitar la zona del Alto Bío-Bío a causa del conflicto entre algunas familias Pewenche y la trasnacional Endesa España. “A partir de esta experiencia realizó Punalka, lo que le permitió hacerse conocida fuera del país, participó en varios festivales de Europa y ganó el Primer Premio Festival de las Primeras Naciones en Canadá. Su último trabajo se llama Wallmapu, es un documental de investigación centrado en la lucha por la recuperación de las tierras frente a madereras. El trabajo recoge varios registros realizados en distintas épocas y formatos que muestran, entre otras realidades, los enfrentamientos entre mapuches y carabineros”.

Jeannette Paillán pertenece a una generación de jóvenes realizadores mapuche, los que se extienden desde el video, el periodismo, la poesía y literatura, las artes visuales, la artesanía, el pensamiento. Un grupo cuya cohesión no sólo es generacional, o étnica, o al compartir una historia común. Está también la cohesión que provoca la reivindicación histórica de las tierras de sus antepasados, demandas hoy en pleno desarrollo y lideradas también por los jóvenes. Jeannette Paillán pertenece a esta generación de realizadores, pero también a la de los activistas. Aquí, en ese espacio de acción y reflexión, está su razón e inspiración. Pero no es la única.

“Este premio no es sólo para mí”, comenta desde Madrid Jeannette. “Le escribí a la agrupación Lulul Mawidha, porque el premio es a un proyecto, no es individual. Tiene que ver con esta agrupación, con la situación mapuche, porque se ha agravado de tal manera que ha traspasado fronteras y ha llegado a Europa. De cierto modo, ellos dicen que están enterados de lo que ocurre hoy en Chile. Es decir: sabemos lo que pasa, sabemos que hay comunicadores mapuche que trabajan en dificultades extremas, que hay comunicadores indígenas, mujeres indígenas que no están al margen de la lucha mapuche”.

- ¿Cuál ha sido y es tu relación con la cultura mapuche?

“Yo soy de Nueva Imperial, pero desde muy pequeña me trasladé a Santiago. Hay ciertas culturas, entre las que está la mapuche, con fuertes tradiciones. Las familias mapuches son, de cierta manera, muy conservadoras y la cultura siempre se mantiene. El hecho de vivir en Santiago es como vivir en el extranjero. De algún modo comienzas a vivir una vida ajena, que no te pertenece, de algún modo eres un extranjero. Como estar en España, en Europa. Te puedes dar cuenta de una discriminación un poco solapada. De algún modo te das cuenta que no perteneces a ese lugar. Pese a ello, claro, te adaptas, porque es propio del ser humano. La vinculación con la cultura mapuche siempre estuvo. El otro fenómeno, de que estás perdiendo parte de tu cultura, es más complejo de entender. Entiendes que hay cosas que perdiste, que son irrecuperables, y que hay otras que debes mantener. Creo que ahí hay una conciencia más política”

- ¿Cómo incide esta experiencia en tu trabajo?

“En principio, en los inicios, yo no sólo pretendía denunciar. Yo quería informar, que la gente supiera lo que estaba sucediendo. Pero todo es más complejo que esto. La idea mía era ser imparcial, pero uno se va involucrando, y entra la idea de denuncia, de optar por un punto de vista, desde el pueblo mapuche. Mi trabajo se enfocaba hacia allá, que construyéramos nuestro propio mensaje”.

- ¿Por qué hablas en pasado?

“Creo que he comenzado otra etapa. Ahora, desde fuera, puedo ver de otra forma las cosas. Creo que el pueblo mapuche está en un proceso distinto. O yo lo veo distinto. Las comunidades saben situar muy bien la problemática mapuche, por lo que mi trabajo creo que irá de otra forma. Estoy en una búsqueda. Usar el cine solo como denuncia es desperdiciarlo, se pueden hacer muchas más cosas. Quiero construir o empujar hacia un cine mapuche”.

- ¿Podemos hablar de un cine, de una estética indígena?

Yo participo en una Coordinadora de Comunicadores Indígenas de diversos países latinoamericanos. Pero es difícil decir que existe un cine indígena, tanto como decir que existe un cine independiente. Creo que el mundo indígena poco a poco se está acercando y reflexionando sobre lo que se está haciendo. En términos generales los comunicadores no nos habíamos parado a pensar si lo que estábamos haciendo era efectivamente un cine propio, indígena, en el sentido de una estética. Lo que hasta ahora se está haciendo es que se establece una diferencia entre un documental o un trabajo realizado por un indígena y un realizador que no lo es.

Nuestro principal proyecto apunta a la realización de materiales que dan cuenta de lo que está ocurriendo con estos pueblos, ya sea en términos informativos, ya sea como denuncia, como fortalecimiento de la lengua, de dar cuenta de lo que ocurre en educación. El audiovisual como una estrategia reivindicativa, siempre hay algo que hace la diferencia. No sabría decir qué es con precisión. Al menos en la actualidad hay una conciencia de que debemos ir hacia un cine, a una propuesta, no sólo materializarlo en nuestro trabajo, sino escribirlo, hacerlo reflexión. Es también una forma de salir de la marginalidad” / AZ

* Gentileza http://www.elclarin.cl

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