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Paraguay: Cooperación es la mejor ayuda para el desarrollo indígena en el Chaco
Por ABC Digital - Monday, Sep. 22, 2008 at 9:20 AM

Para ayudar en forma duradera a las comunidades indígenas del Chaco, no sirven las acciones esporádicas, sino el acompañamiento directo, perseverante, con espíritu de servicio y sin regalar nada.

FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Muchos programas de ayuda para los indígenas en el Chaco carecen de sustentabilidad, porque son esporádicos; las organizaciones aparecen y se van, como por ejemplo en el caso del proyecto europeo Prodechaco. Otros instalan tajamares, después de costosos análisis laboratoriales del suelo, en lugares elevados donde el agua nunca se junta, como ocurre a veces con las obras de Senasa.

Las visitas y programas de ayudas relámpagos y organizaciones que desconocen el terreno, aunque tengan la mejor intención, muchas veces solo logran parchar y –peor aún– fomentan el asistencialismo, en vez de ofrecer soluciones más duraderas.

En el Chaco Central hay algunas organizaciones no gubernamentales que abandonaron el asistencialismo e implementan la cooperación con las comunidades indígenas. Una de ellas es la Asociación de Esperanza Chaqueña (Asec), creada en 2003 y cuyos asesores son conocedores del campo y voluntarios.

Apoya actualmente a 22 comunidades indígenas, sus asesores las visitan una vez por semana. La Asec acaba de terminar, por ejemplo, un tajamar con capacidad de 20.000 metros cúbicos, con tanque australiano. Beneficiará a una comunidad ayorea en Gral. Garay, al norte de Boquerón.

“Ya solo falta la lluvia y algunos pequeños retoques y estos ayoreos no volverán a sufrir la falta de agua”, asegura uno de sus colaboradores, Rodolfo Troche. Agregó que este aporte de la Asec es posible, porque la ONG tiene socios y colaboradores que sin mirar a quién, donan tiempo, maquinarias, otros insumos y también efectivo para realizar las obras de mejoramiento de la calidad de vida en estas comunidades.

NADA SE REGALA

La Asec invierte tiempo e insumos para lograr paulatinamente el mejoramiento de la calidad de vida de los nativos. En el caso del tajamar, los beneficiados trabajarán en la instalación de la cañería, estarán obligados a cuidar la obra, uso del agua y plantar después cultivos de renta (10 hectáreas) y consumo (1 hectárea) por familia.

“Nada se regala, todo es ofrecido a cambio de que los miembros de la comunidad trabajen mancomunadamente por su propio bien. Los voluntarios no perciben remuneración alguna, ni tan siquiera la devolución de sus gastos de traslado o de viaje a las comunidades, que por lo general lo realizan en sus vehículos particulares. Los insumos, siempre que Asec disponga de medios, son proveídos, pero muchas veces hasta en esto deben recurrir a sus propios bolsillos, para cubrir esos gastos”, dijo.

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