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Un casamiento en quechua
Por Periódico Renacer - Tuesday, Sep. 23, 2008 at 2:24 PM

Historias de un pueblo y de una familia que sienten en quechua y viven en castellano en esta ciudad.

Un casamiento en que...
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Foto: Los recien casados llegan a su humilde vivienda en la Toma de Lugano

Fueron y volvieron en el pre metro, hace unos meses que están viviendo en «la Toma» de Lugano.
David Torres Luna tiene veintiséis, ella cuatro años más. Hace cosa de dos años que vinieron de Pirqui Palca, de la provincia Nor Chichas de Potosí.
Estuvieron con unos parientes trabajando en las chacras, con una parcela de tierra, en Florencio Varela pero no alcanzaba para el sustento.
Un buen día la pareja apareció con sus wawas en la Villa de Lugano y transmitieron su realidad a los que tomaron ese predio donde se oxidaban los autos. Huérfanos de todo, les hicieron un lugar aquellos que no tenían.
Así fue que con sus seis niños, se instalaron y viven sus días en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.
Ella se llama Simona Mamani Ramos y solo sabe hablar el runa simi, el que todos conocemos como quechua, le alcanzó para vivir durante dos años en Buenos Aires. Es que en Florencio Varela los «paisanos» hablan quechua, y en las granjas podía interactuar tranquilamente. A todos sus hijos los educó en su lengua materna, y ellos hoy van a la escuela, y saben hablar dos idiomas.
Ante la particular situación, la jueza encargada de casar a esta pareja, pidió un traductor para poder transmitirle a Simona, los derechos y obligaciones del cambio de estado civil.
Así fue que el profesor Carmelo Sardinas Ullpu contactado a través del INADI, se apersonó al Centro de Gestión y Participación Nº 8. Sorprendido, contó a Renacer que la novia es del mismo lugar de donde el es originario.
El casamiento fue suspendido en varias oportunidades, es que los vecinos que hacen de testigos necesitaban el certificado de domicilio, y se cansaron de dar vueltas en la Comisaría de la zona, el maltrato era tal que se sentían burlados. Hasta que al final después de esperar tantos meses, y enojarse, fueron a buscar ellos mismos ese certificado, después de caducarse el trámite un par de oportunidades.
Una vecina es de la ciudad de Poto-sí, otra es de Cochabamba, específicamente de San Benito, Tarata.
En la casa de unos vecinos, con un aguayo colgado de fondo, los que acompañamos el acontecimiento, nos servimos una deliciosa sopa de maní.
Mario García, su señora y su hija acompañaron a los recién casa-dos, y una vez que llegaron a la casa la niña les dejó un ramo de flores y además de la clásica mixtura, les arrojó pétalos de flores rojas.
A Simona se le hace difícil vivir en esta ciudad, tiene que aprender el castellano, para poder comunicarse en la vida cotidiana. A veces sufre, pero en «La Toma» también hay paisanos que le hacen menos difícil sobrellevarlo.
David se levanta todos los días para trabajar en la localidad de Tigre, y cuenta que el trámite, era necesario porque le permite un ingreso que le corresponde por Ley por salario familiar.

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