Julio López
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¿Vos sos Caníbal?
Por Zula ((i)) - Wednesday, Sep. 24, 2008 at 2:57 PM
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Este 23 de Septiembre día Internacional contra la Explotación Sexual, varios colectivos realizaron una intervención de interpelación, en Lavalle y Florida, dirigida a los varones sobre el consumo de prostitución.

¿Vos sos Caníbal?...
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El disparado fue la pregunta ¿Vos sos caníbal? Inspirada en una idea de la artista plástica Luz Darriba. Creadora de macroproyectos como Cumulum, (muralla de Libros, 600.000 libros alrededor de la Muralla Romana de Lugo); Una Puerta hacia la Cultura (envolvimiento con 40.000 libros de la Puerta de Alcalá, Madrid 2001); Libres avec des livres (en la Maison de UNESCO, París); Patchwork, (farrapos pola non violencia contra as mulleres, Plaza del Obradoiro, Santiago de Compostela); LIBing Room ( Palau Moja, Barcelona); Prince Charming; Proyecto Sherezade; As mulleres tomamos as rúas; Guante negro, Guante Blanco (Plaza de Santa María, Lugo) y Señales, entre otros.

Los 1000 platos collage con imágenes pegadas de cuerpos, fueron entregados instando a los hombres a pensar sobre las prácticas legitimadas socialmente, referida al consumo de los cuerpos de mujeres, niñas y niños. Detrás de ellos se colocaron volantes con la siguiente inscripción:

NO TE CONVIERTAS EN CANÍBAL Y ACTÚA
El cliente de prostitución/ prostituyente:
consume la vida de mujeres, niñas y niños
reduciéndolas a bocas, vaginas y anos para abusar sexualmente.
La esclavitud fue abolida
¿Y la prostitución?
23 de septiembre día Internacional contra la Explotación sexual

La idea de los platos no sólo era señalar la responsabilidad de los clientes/prostituyentes, además apuntaba a interpelar a los hombres que no consumen prostitución, pero que avalan con su silencio. La noche anterior se realizaron pintadas por la zona, donde funcionan miles de prostíbulos y departamentos privados, en el que ciento de mujeres son explotadas sexualmente.

Fotos: Zula y Andrea

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Greenpeace o luchadores sociales?
Por Martin - Thursday, Sep. 25, 2008 at 3:04 PM

Estas "protestas" no son muy Greenpeace?
O es una sensacion subjetiva?

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Yo tengo una duda !!!!!
Por Confundido - Thursday, Sep. 25, 2008 at 5:53 PM

Pense que desde este sitio se apoyaba la legalizacion y sindicalizacion de las trabajadoras sexuales.

No entiendo, estan en contra de la prostitucion o de la trata de blancas? porque son dos cosas distintas

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Confundido
Por Mariposa - Thursday, Sep. 25, 2008 at 10:49 PM

Sin prostitución no hay trata.
La prostitución no es trabajo, ni es el oficio más antiguo del mundo es la forma de violencia hacia las muejeres más antiguas del mundo.

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Acerca de vos sos canibal
Por Maria saenz - Friday, Sep. 26, 2008 at 9:34 AM
diego.gerardo.sanchez@gmail.com

Me interesa saber si algunas personas en situación de prostituciíon estuvieron en la actividad y que les pareció?
Somos pocos los que pensamos en el tema y esta tan naturalizodo el ir de putas.
Un varon concientizado e incomprendido
diego

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Pero
Por Pero - Friday, Sep. 26, 2008 at 10:43 AM

Que pasaria con las trabajadoras sexuales de AMMAR, los transexuales, y todos los que si quieren dedicarse a la prostitucion por decision propia y estan luchando para que los reconozcan como un trabajo mas con derecho a sindicalizacion jubilacion y demas?

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Comentarios
Por --- - Friday, Sep. 26, 2008 at 1:08 PM

Cuando alguno/a escribió que se debe distinguir entre la prostitución y la trata, algún otro o alguna otra tuvo la mala idea de contestar que “sin prostitución no hay trata”.
Esa es una respuesta reaccionaria, equivalente al planteo de que "sin consumo de drogas no habría tráfico de drogas". Con respuestas como esa, se legitima la persecución no a los tratantes sino a las prostitutas o los prostitutos.

La persecución judicial y policial de prostitutas/os tiene un efecto similar a la prohibición del consumo de drogas: poner el negocio en manos de los peces gordos.
En el caso de las prostitutas, la persecución implica empujarlas al sometimiento de los cafishios , los dueños de departamentos y, en definitiva, de las bandas que secuestran mujeres.

Lo que en primer lugar corresponde, es que quien opte por prostituirse pueda hacerlo en beneficio propio y no de terceros explotadores.
Y se debe impedir que nadie sea forzado -en el sentido más obvio de la palabra- a prostituirse.

En los muchísimos casos donde lo que fuerza a prostituirse es la miseria, no existe otra solución justa que terminar con la miseria, algo que seguramente no lograremos con marchas y escraches a los piringundines (medidas que, de todos modos, sirven para denunciar a las bandas de tratantes y el protagonismo policial en ellas, etc.).

Lo de cambiar las percepción cultural del tema es algo menos urgente y más opinable.
Por empezar, habría que ver que dicen las prostitutas o los prostitutos al respecto. Yo mismo he charlado con algunos que dicen que los que los mantiene en esa actividad es que ganan lo que no ganarían en ningún trabajo. Este hecho señala que si hay que cambiar el contexto, es mucho lo que hay que cambiar y no se reduce a un asunto exclusivamente cultural.

En cuanto a los que hablan de que el tema de la prostitución está “naturalizado”, la verdad es que no menos naturalizadas está la estigmatización y la crítica moralizante de la prostitución.
Hay mucho de moralizante y de burgués en la idea de que es más grave vender un "servicio sexual" que vender la fuerza de trabajo en general. Algunas buenas intenciones e incluso cierto supuesto sentido crítico tienen la peculiaridad de que no corresponden al sujeto real en defensa o en beneficio del cual presuntamente se manifiestan.

A esta gente conviene recordarle que, aunque no corresponda llamarla "el oficio más antiguo de la historia", la prostitución tiene una historia mucho más antigua que el capitalismo y, en sociedades antiguas -y no siempre patriarcales- ha sido investida con diferentes significaciones.
Así que los primeros que deberían “desnaturalizar” sus concepciones adquiridas son algunos/as pretendidos/as “desnaturalizadotes”.

Mientras tanto, hay que estar atento a la voz del sujeto en cuestión y contribuir a amplificar lo más posible esa voz, que en estos debates parece ser la menos escuchada.

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YO OPINO
Por DIABLUCHA - Friday, Sep. 26, 2008 at 3:11 PM

CREO QUE FEMINISTAS Y TRABAJADORAS SEXUALES DEBERIAN SENTARSE A DISCUTIR EN UNA MISMA MESA PORQUE ACA HAY ALGO QUE CHOCA Y ASI NUNCA SE VAN A PONER DE ACUERDO PARA LLEGAR A UNA SOLUCION ADEMAS DE QUE CONFUNDEN A LA SOCIEDAD.

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YO OPINO
Por DIABLUCHA - Friday, Sep. 26, 2008 at 3:15 PM

CREO QUE FEMINISTAS Y TRABAJADORAS SEXUALES DEBERIAN SENTARSE A DISCUTIR EN UNA MISMA MESA PORQUE ACA HAY ALGO QUE CHOCA Y ASI NUNCA SE VAN A PONER DE ACUERDO PARA LLEGAR A UNA SOLUCION ADEMAS DE QUE CONFUNDEN A LA SOCIEDAD.

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POR LA ABOLICIÓN DE LA PROSTITUCIÓN
Por hombres abolicionistas - Friday, Sep. 26, 2008 at 3:26 PM

La regulación de la prostitución se asienta en supuesto de que es un trabajo como cualquier otro y que este trabajo puede ser libremente elegido o dejado cuando se quiere como cualquier otro. Se argumenta que toda persona tiene derecho a elegir relaciones sexuales comerciales o a definir las modalidades de este intercambio sexual.

· Considerar la prostitución como un trabajo pasa por alto el fenómeno de la dominación estructural masculina sobre las mujeres, ocultando las desigualdades de clase y representando esencialmente el punto de vista de los países del Norte. La cuestión del consentimiento, de la “política de elección personal”, reposa sobre una visión liberal occidental de los derechos humanos que eleva la voluntad y las elecciones individuales por encima de todos los otros derechos humanos y de toda noción de bien común (Barry, 1995). Implica una incapacidad grave para discernir los desequilibrios estructurales sociales, económicos y políticos, y las relaciones sexuales de poder entre las mujeres y los hombres que forman el contexto de estas elecciones y decisiones. En nombre de una cierta concepción del ser humano y del bien común, la colectividad ha juzgado necesario con frecuencia poner límites a la libertad individual (venta de órganos, esclavitud, uso de drogas, etc.). Pero, quizá porque los conceptos corrientes de bien común no han incluido jamás el de la clase de las mujeres -tradicionalmente la clase “socialmente dominada” (Charlesworth, 1994)- se tolera la prostitución, en nombre de algunas mujeres que dicen elegirla libremente. Según este criterio, se habría podido admitir la esclavitud prestando atención a algunas voces de esclavos o esclavas que se declaraban contentos de su suerte.

· Considerar la prostitución como un trabajo nos lleva a preguntarnos por qué una experiencia de la intimidad humana ha sido categorizada como trabajo sexual. Esta forma de pensar no rinde cuenta en ningún caso de la violencia que constituye la transgresión de la intimidad humana. No se vende la actividad o el producto, como el cualquier trabajo, sino el propio cuerpo sin intermediarios. Y el cuerpo no se puede separar de la personalidad. El punto de vista según el cual las intrusiones repetidas en el cuerpo y los actos sexuales tolerados pero no deseados pueden ser vividos sin perjuicio es, por lo menos, dudoso. Las mujeres han referido en numerosas ocasiones sus estrategias para terminar rápidamente con el “cliente”, porque si las prostitutas necesitan y desean el dinero de la prostitución, no desean la sexualidad prostitucional que, en tanto que tal, es una forma de “violación remunerada”. Lo que las mujeres prostituidas tienen que soportar en su ‘trabajo’ equivale a lo que en otros contextos correspondería a la definición aceptada de acoso y abuso sexual. ¿El hecho de que se pague una cantidad de dinero transforma ese abuso en un ‘empleo’? La sexualidad es el placer más accesible, universal y gratuito. Es el bien más democráticamente repartido y forma parte de la vida y de la persona. Someterlo a relaciones de poder y de comercio de forma regulada no es una liberación para el colectivo de mujeres.

· Considerar la prostitución como un trabajo trivializa el fenómeno masivo del rapto, el engaño y la trata de mujeres y muchachas adolescentes que proceden principalmente de los países del Sur, y actualmente también de los países del Este de Europa, y el hecho de que son estos métodos de reclutamiento los que, de lejos, están más extendidos a escala mundial. Se refuerza además la normalización de la prostitución como una “opción para las pobres”.

· Considerar la prostitución como un trabajo de elección personal no tiene en cuenta el hecho, sin embargo evidente, de que los usuarios masculinos de la prostitución no se preocupan de saber si la “mercancía humana” que ellos adquieren consiente en ser puesta a su disposición sexual, cuestión que no les inquieta lo más mínimo. Y que es virtualmente imposible para las mujeres, especialmente para las mujeres de países empobrecidos, demostrar que ellas fueron forzadas a la prostitución o sexualmente explotadas en contra de su voluntad.

· Considerar la prostitución como un trabajo socialmente útil, argumentando que cumple un cierto número de funciones socialmente útiles –terapia sexual, compañía o prestación de relaciones sexuales a personas que sin la prostitución se verían privadas de ellas, por ejemplo los trabajadores inmigrantes aislados de su familia y los hombres mayores o con minusvalías-, presupone que la necesidad sexual masculina es una necesidad biológica que no puede ser puesta en cuestión, similar a las necesidades de nutrición. Esto contradice manifiestamente el hecho comprobado de que las personas, mujeres y hombres, pasan largos periodos de sus vidas sin relaciones sexuales ¡y sin llegar al fatal desenlace que habría tenido la privación de alimento! El capitalismo patriarcal ha alimentado una cultura del consumo sexual y el sexo no solamente es utilizado para vender todo tipo de productos, sino que ha sido él mismo reducido, a un producto de mercado.

· Considerar que la prostitución siempre ha existido, y siempre existirá no es prueba de legitimidad ni validez. También las guerras, la tortura, la esclavitud infantil, la muerte de miles de personas por hambre. La economía sumergida nutrida por mujeres es tan antigua y conocida como la prostitución, pero nadie se preocupa por regularla, aunque afecta a muchos miles de mujeres. Tenemos el deber de imaginar un mundo sin prostitución, lo mismo que hemos aprendido a imaginar un mundo sin esclavitud, sin apartheid, sin violencia de género, sin infanticidio ni mutilación de órganos genitales femeninos

POR TODO ELLO
· Consideramos que la prostitución jamás se da en condiciones de libertad; nunca es objeto de un contrato de compraventa entre personas iguales en derechos y libertades. Más que consentir, una mujer prostituta accede a la única opción que está a su alcance. Su conformidad deriva del hecho de tener que adaptarse a las condiciones de desigualdad que son establecidas por el consumidor que le paga a ella para que haga lo que él quiera.

· Consideramos que la prostitución constituye, en todos los casos y circunstancias, una enérgica modalidad de explotación sexual de las personas prostituidas, especialmente de mujeres y menores y una de las formas más arraigadas en las que se manifiesta, ejerce y perpetúa la violencia de género que debe ser abolida y no una profesión que hay que regular. Regularla es regular la violencia contra las mujeres.

· Consideramos que ver a las prostitutas como víctimas de coerción y violencia por parte de los hombres requiere pasar de ver la prostitución y la sexualidad desde la óptica masculina a verla desde los ojos de las mujeres.

· Consideramos que la prostitución es un soporte del control patriarcal y de la sujeción sexual de las mujeres, con un efecto negativo no solamente sobre las mujeres y las niñas que están en la prostitución, sino sobre el conjunto de las mujeres como grupo, ya que la prostitución confirma y consolida las definiciones patriarcales de las mujeres, cuya función sería la de estar al servicio de una sexualidad masculina.

· Consideramos que la regulación de la prostitución equivale a aceptar implícita y explícitamente un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, equivale a aceptar que los hombres tienen necesidades ineludibles que pueden ser satisfechas mediante el uso del cuerpo de las mujeres.

· Consideramos que la regulación de la prostitución no conduce a la igualdad social y sexual para las mujeres, sino que perpetua y reforzar las desigualdades de género en materia de derechos y de estatus. ¿Cómo vamos a educar a nuestros hijos e hijas en igualdad cuando se regula la prostitución como una opción laboral para las mujeres?

· Consideramos que los “clientes” o prostituidores, en una época de libertad sexual como la actual, acuden a la prostitución como un ejercicio de poder y sumisión sobre otra persona con la que no tienen que tener ninguna consideración porque la pagan y debe estar a su servicio, convirtiéndola en un objeto de su consumo. Un número creciente de hombres busca a las prostitutas más para dominar que para gozar sexualmente. En las relaciones sociales y personales experimentan una pérdida de poder y de masculinidad, y no consiguen crear relaciones de reciprocidad y respeto. Son éstos los hombres que buscan la compañía de las prostitutas, porque lo que buscan en realidad es una experiencia de total dominio y control.

· Consideramos que el hecho de que el sistema de la prostitución esté organizado para la sexualidad de los hombres y que los prostituidores o “clientes” sigan siendo invisibles constituye una violencia.

· Consideramos que la prostitución está dirigida por y para los varones. Un grupo muy importante de hombres parecen tener problemas con su sexualidad y la forma de relacionarse con el 50% del género humano, que creen que debe de estar a su servicio. Hay que resolver este problema y no “calmar a la fiera”, ofreciéndole mujeres. Los hombres debemos resolver nuestros problemas de socialización para aprender a vivir sin servidoras sexuales y domésticas.

· Consideramos que si las mujeres sufren frecuentemente violencias en la prostitución, no es simplemente porque las leyes no las protejan, o porque sus condiciones de trabajo no son las que debieran ser, sino porque el uso de las mujeres por los hombres en la prostitución, y los actos que en ella son realizados, son la puesta en práctica, en el plano sexual, de una cultura y de un sistema de subordinación de las mujeres. En consecuencia, la violencia y la degradación, incluso sin llegar a la acción, son condiciones inherentes a la sexualidad prostitucional. Porque, de una parte, la violencia es siempre posible, y de otra parte, la prostitución implica poder imponer el tipo de acto sexual que será practicado. Un cliente a quien una prostituta le negara un acto sexual particular o una relación sin preservativo, podrá siempre alquilar a otra mujer más necesitada que accederá a su demanda. Es por tanto otra mujer, más vulnerable, quien sufrirá los daños.

· Consideramos que la regulación no beneficia a las mujeres que son prostituidas, sino a los proxenetas y a los prostituidores la industria del sexo, proporcionando a la industria mayor seguridad y estabilidad legal pasando a denominarse empresarios y dándoles un baño de respetabilidad. Y a los “clientes”, puesto que esto les colocaría en una situación de “normalidad”.

· Consideramos que la regulación de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

· Consideramos que la regulación significa control social, control policial y control sanitario de las mujeres al servicio de los “clientes”. Las mujeres que no estén controladas así se convierten en ilegales, con lo cual, tienen que ejercer la prostitución en los sitios más recónditos y más insospechados, lo que lleva a una perpetración del acto violento de una manera superior, porque son las zonas más alejadas, más oscuras y, en definitiva, en las peores condiciones.

· Consideramos que la regulación de la prostitución equivale a la aceptación y aprobación institucional de ella por lo que se dejan de emplear recursos para ayudar a las mujeres que quieran salirse. Si la regulamos, integrándola en la economía de mercado, estamos diciendo que esto es una alternativa aceptable para las mujeres y, por tanto, si es aceptable, no es necesario remover las causas, ni las condiciones sociales que posibilitan y determinan a las mujeres a ser prostituidas.

· Consideramos que cuando las barreras legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas respecto al hecho de tratar a las mujeres como productos. La regulación de la prostitución supone enviar el mensaje a las nuevas generaciones de hombres de una concepción sexual basada en el patriarcado, al servicio de los hombres, desligada de la afectividad y lo emocional, de la imprescindible igualdad en la relación, de que las mujeres pueden ser productos sexuales.

· Consideramos que nadie, y menos al Estado se atrevería a sugerir a los pescadores, a los trabajadores de los astilleros, de la minería, de la construcción ni de ninguno otro sector, que una buena salida a su situación de paro sea el prostituirse ya sea bajo la modalidad por cuenta propia o ajena, ya sea en centros autogestionados por ellos o creados por la patronal. Tal atrevimiento sólo es posible porque la mayoría de las personas en situación de prostitución son mujeres.

PROPUESTAS DE ACTUACIÓN:
· Aplicar la normativa sueca que penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de dichos servicios. En Suecia la prostitución es considerada como un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños. Es reconocida oficialmente como una forma de explotación de mujeres, niñas y niños, y constituye un problema social significativo.., la igualdad de género continuará siendo inalcanzable mientras los hombres compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños prostituyéndoles. Además un tercer y esencial elemento de la ley sueca sobre la prostitución provee que amplios fondos para servicios sociales integrales sean dirigidos a cualquier prostituta que desee dejar esa ocupación; también provee fondos adicionales para educar al público. Suecia trata la prostitución como una forma de violencia contra las mujeres, en la cual se penaliza a los hombres que las explotan comprando servicios sexuales, y trata a las prostitutas, en su mayoría, como víctimas que requieren ayuda y se educa al público para contrarrestar el histórico sesgo masculino que por tanto tiempo ha embrutecido el pensamiento acerca de la prostitución.

· Apostar por una intervención preventiva de las causas frente a la represora de las consecuencias, exigiendo al gobierno y a las administraciones erradicar la precariedad del mercado laboral y las condiciones de explotación que en él se viven, que provocan el que la prostitución sea a veces la única alternativa para poder pagar las deudas o mantener a la familia. En vez de beneficiarse de los impuestos recaudados de la industria del sexo, los gobiernos deberían embargar los bienes de los clubes y la industria del sexo (que todo el mundo conoce) e invertirlos en el futuro de las mujeres que están en la prostitución proporcionando recursos económicos y alternativas reales.

· Centrar la acción en la demanda, a través de la denuncia, persecución y penalización del prostituidor (cliente) y del proxeneta. Deslegitimar social y públicamente a los prostituidores/clientes, actores responsables de esta forma de violencia. Que para hablar de prostitución se empiece a hacerlo de quien promueve y favorece la existencia de la misma: del prostituidor, del mal llamado «cliente». No hay prostitución ni mujer prostituida sin el prostituidor.

· Es necesario que los hombres comencemos a trabajar y a reflexionar sobre nuestra propia sexualidad y sobre el modelo sexual que hemos impuesto, si realmente queremos superar desigualdades.

· Erradicar la explotación internacional, precariedad laboral, hambre, pobreza y la cultura patriarcal, causas y origen de la mayor parte de la prostitución actual (el 70% de los 1.300 millones de personas en pobreza absoluta del mundo son mujeres), que el capitalismo neoliberal como sistema económico y social potencia estructuralmente.

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Prostitutas, puede; esclavas, no
Por Red Feminista (España) - Friday, Sep. 26, 2008 at 7:17 PM

24/09/2008

El debate entre regulación y abolición distrae del problema más claro y acuciante: los derechos humanos - Miles de extranjeras son violadas, aisladas y explotadas en Europa por las mafias

CARMEN MORÁN 24/09/2008

La mirada que lanza la sociedad hacia las prostitutas ha ido cambiando con los años. Por no ir siglos atrás, en la posguerra española se veía con naturalidad que se tapara el hambre vendiendo servicios sexuales. Pasadas unas décadas se aplicó un prisma moral, de pecado y de vicio, pero a pesar de las prohibiciones, ahí siguieron las minifaldas y los escotes generosos.

La mirada que lanza la sociedad hacia las prostitutas ha ido cambiando con los años. Por no ir siglos atrás, en la posguerra española se veía con naturalidad que se tapara el hambre vendiendo servicios sexuales. Pasadas unas décadas se aplicó un prisma moral, de pecado y de vicio, pero a pesar de las prohibiciones, ahí siguieron las minifaldas y los escotes generosos. En los ochenta, prostitución y drogas viajaban en el mismo barco. Y, siempre, la compraventa de sexo ha estado ligada a una paupérrima situación económica que ahora se denomina, de forma globalizada, feminización de la pobreza.

Hasta hace poco, las posturas políticas al respecto se antojaban simples: prohibir o legalizar la prostitución. Pero un fenómeno nuevo, la inmigración, ha llenado de matices el debate. Las cifras que reconoce el Gobierno como buenas indican que el 90% de las prostitutas son extranjeras y un 80% del total son víctimas de la trata, es decir, que no han optado por trabajar en la calle para llevar ingresos a casa, sino que están en manos de mafias sin posibilidad alguna de elegir. Los que están de acuerdo con este análisis califican la situación de esclavitud del siglo XXI y retratan torturas, secuestros, aislamiento y violaciones sistemáticas para domesticar la voluntad de unas mujeres que han viajado engañadas en busca de otros empleos. Esta es la postura del Gobierno, que está ultimando un Plan Integral en el que participan 11 ministerios para tratar de atender estas situaciones.

Pero hay algunas organizaciones y partidos políticos del ala más izquierdista que casi dan la vuelta a esas cifras. Afirman que un 80% de las prostitutas ejercen voluntariamente y son minoría las que lo hacen sin escapatoria alguna. La organización más representativa de esta versión, Hetaira, entiende que en ambos casos hay mucho que hacer y no creen que se esté en el buen camino. Estas son las que se denominan -siempre con matices- regulacionistas. Piden que el Estatuto de los Trabajadores ampare a aquellas que se prostituyen voluntariamente "porque estas trabajadoras eligen el oficio, no así las condiciones en las que lo ejercen, ni los horarios, ni el salario que perciben, ni los servicios sexuales que han de ofrecer", explica Cristina Garaizabal, portavoz de Hetaira. Este colectivo alabó hace unos días las declaraciones de Miguel Ángel Revilla, el presidente de Cantabria, que reconoció haberse estrenado con una prostituta.

La asociación Apramp, con presencia en varias comunidades, informa a unas 500 mujeres distintas en la calle o en burdeles cada día. "Si ellas nos pidieran que regularan su situación laboral no nos negaríamos, pero lo que estamos viendo es una esclavitud: mujeres maltratadas, violadas cada día, que las encierran en pisos y nadie habla con ellas hasta que deciden hacer la calle", explica Rocío Mora. Por eso, Apramp se encuadra entre las abolicionistas, aunque saben "que eso puede ser utópico".

La situación es tan compleja, que, hartas de debates entre abolir y regular, Rocío Mora lo que pide son soluciones inmediatas para las miles de mujeres que están pasando por una mala situación ahora. En el caso de la trata, aunque no hay acuerdo en la cifra, sí coinciden unas y otras en que es un caso de derechos humanos y como tal hay que abordarlo. La primera medida que toman las mafias que trafican con estas mujeres es despojarlas de sus papeles para que no puedan acceder a un permiso de trabajo ni de residencia. Son prisioneras. También de las amenazas, que se extienden a sus familias en los países de origen.

La ONU calcula que la prostitución mueve entre cinco y siete billones de dólares anuales (entre tres y cinco billones de euros) y afecta a cuatro millones de víctimas.

Cuando la policía irrumpe en un burdel las mujeres pueden denunciar a quienes las han reclutado a la fuerza. Si lo hacen pasan a ser tratadas como testigos protegidos. ¿Pero lo estarán sus familias en Brasil, en Rumania, en Polonia? Los golpes, las torturas y las amenazas hacen una espiral en sus cabezas. Prácticamente ninguna mujer se atreve a ir a la policía, aunque eso parezca la salida más fácil.

"Esto es como la violencia de género, que se les pide que denuncien pero no siempre lo hacen. Pero peor, porque estas mujeres han sufrido unos malos tratos tremendos. Por eso hemos pedido al Gobierno que se les conceda al menos un mes para que podamos trabajar con ellas desde un punto de vista psiquiátrico, si no, no denunciarán nunca". Así será. "Nosotros les demostramos en ese tiempo que todo es un gran negocio, que nadie les está ayudando, como les dicen", cuenta Rocío Mora, de Apramp. Pero, desgraciadamente, reconoce que cada vez es más difícil recuperar a las prostitutas porque los problemas psiquiátricos que presentan ahora no tienen nada que ver con los que había años atrás.

En Hetaira van más allá, creen que el llamado "periodo de reflexión" de 30 días no sirve. "Esas mujeres que han sido traficadas deben recibir todas las atenciones que se merecen por haber sufrido esa situación, no condicionar su estancia en España a que denuncien o den detalles sobre las mafias".

Derechos es lo que piden unas y otras. Soluciones inmediatas, con independencia de que el Gobierno se decida a hacer un Plan Integral o a decantarse por penalizar al cliente o no. Salidas para esas mujeres que están sufriendo ya ese maltrato.

Sobre las que actúan en libertad, la asociación Apramp no cree ni que existan. "Si preguntas a cualquiera de las que están en la calle te dirán que lo hacen voluntariamente, porque a veces necesitamos meses para que reconozcan que son víctimas de trata. Si son tan libres, ¿por qué desaparecen del club en el que trabajan cuando nos acercamos a hablar con ellas más de 10 minutos? Si van acompañadas hasta a la peluquería. Si algunas no cierran la puerta del baño meses después porque están acostumbradas a una vigilancia permanente, si las cronometran cuando están con los hombres en su habitación según el servicio que tengan que darles, si los carteles que ponen en algunos de esos pisos en lugar de recomendaciones sanitarias indican todo lo contrario", recalca Rocío Mora.

"¿Cómo vamos a pedir que se regule la situación laboral de estas mujeres? Sería tanto como pedir que se dé amparo legal a una situación mafiosa", añade Mora. Apramp tiene dos pisos en Madrid con 9 habitaciones cada uno y mucha falta de plazas para alojar a estas mujeres que se atreven a dejarlo. Algunas de ellas trabajan como topos para conseguir que otras abandonen también la prisión en la que están. A otras les ofrecen talleres y colaboran con otras organizaciones para proporcionarles algún trabajo, por lo general en el servicio doméstico o cuidando ancianos. Pero la labor de documentarlas es ardua y eso es lo primero que tienen que hacer y para lo que piden ayuda a la administración. "No son inmigrantes ilegales a quienes repatriar, son víctimas".

En toda Europa hay cuatro modelos para legislar sobre la prostitución. Los más prohibicionistas penalizan a los que compran y a los que venden sexo y esos son el 60% de los países, con un caso aislado, Suecia, que solo multa a los clientes. Otros tienen regulada la situación, con ciertos derechos laborales y obligaciones sanitarias, pero eso deja aparte a las que no tienen papeles, que, según las cifras, son las más. En otro grupo están los que llaman abolicionistas, como España, aunque en la práctica se traduce en políticas de no intervención. La situación en España es alegal. Y hay lo que se llama nuevo abolicionismo que sería el caso Italiano, similar al enfoque español. Pero eso ha cambiado recientemente hacia un prohibicionismo total, que impide ejercer en la calle.

Las abolicionistas en España tienen una certeza firme: se trata de víctimas de mafias y hay que acabar con ello y permitirles a estas mujeres otra vida. Pero las regulacionistas afirman que campañas como la del Ayuntamiento de Sevilla, que ataca a los clientes de la prostitución -"¿Tan poco vales que tienes que pagar?", rezan las vallas publicitarias- no hacen sino estigmatizar más a las prostitutas, como "si fueran ellas las que no valen nada", dice Garaizabal. "Si no hay anuncios en la prensa muchas perderán sus trabajos". Los clientes a veces son fundamentales para detectar cuando hay trata, dicen en Hetaira. Esta asociación no fue invitada a la reunión de ayer en el Ministerio de Igualdad con ONG que trabajan con prostitutas. "No quieren oír que en los países donde se ha regulado la prostitución tienen menos cabida las mafias".

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uy cuánta pedantería
Por --- - Friday, Sep. 26, 2008 at 7:30 PM

Lo importante no es cómo consideren la prostitución tal o cual "iluminado", sino cómo la consideren los sujetos que se prostituyen.

Es realmente una soncera creer que "los demás trabajos" se pueden elegir y la prostitución no. En todo caso, son elecciones condicionadas.

En cuanto a eso de la dominación estructural masculina, es toda una toma de partido ponerla por encima de la dominación de clase (como si, por lo demás, no existiera la prostitución masculina).

En fin, me parece totalmente ridícula la persecución de los clientes. Me gustaría ver qué opinaría un travesti de Constitución -o de Palermo- si alguno de estos iluminados viene a espantarle los potenciales clientes. Sospecho que los "iluminados" terminarían vapuleados por las mismas prostitutas...

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no hay crítica radical a la prostitución sino hay crítica radical al trabajo
Por ricardo - Saturday, Sep. 27, 2008 at 5:12 PM

insinuar que la prostitución no es un trabajo porque es denigrante, abusivo, o coercitivo, deja a entender que el trabajo, en esta sociedad, no es denigrante, abusivo, o coercitivo.

cambiemos todo, sino lo único que hacemos es ser funcionales a quienes quieren cambiar algo para que no cambie nada.

para que la venta de sexo sea posible como actividad laboral (regulada o no), primero el sexo debe ser una mercancía igual que la fuerza de trabajo.

no se puede abolir la prostitución sin abolir la sociedad basada en la mercancía.

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deberian infromarse
Por Mariposa - Saturday, Sep. 27, 2008 at 7:06 PM

Hay organizaciones de mujeres en estado de prostitución que no consideran esa actividad como trabajo sino como violencia hacia las mujeres como por ejemplo Ammar-Capital. Del mismo modo hay organizaciones de travestis que tienen los mismos planteos ALITT, Futuro transgenerico, Mal etc.

Existen estadisticas hechas por mujeres y travestis en prostitución donde un alto porcentaje de las eprsonas que ejercen esa actividad la dejarina.

-Les pregunto: si la prostitución es un trabajo porque no se la recomiendan a sus hijas, sus esposas, sus madres, sus hermanas?

-En la prostitución se ejerce violencia, un tipo cree que porque paga tiene el derecho a violar, golpear y vejar a una mujer, entonces el dinero lo transmuta todo?

-Para ustedes es aberrante que un tipo tenga sexo con una niña o un niño pero con una mujer es trabajo, entonces legitiman la violencia, la legalizan, la naturalizan sacrifiquemos un grupo de mujeres para el placer de los hombres.

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you got me, mariposa
Por ricardo - Sunday, Sep. 28, 2008 at 6:08 PM

lo que pasa es que en realidad soy un cafiolo, si no acuerdo con TU enfoque de abolición de la prostitución no hay otra explicación que esa.

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Ricardo
Por Mariposa - Monday, Sep. 29, 2008 at 1:00 AM

Imagino que los mismo deben haber dicho de los/las abolicionistas de la exclavitud. Si a los/las esclavos les alacanzaba con algunos derechos: Un poco más de comida, menos golpes, algún acceso a la salud y algo de educación. Si total los amos le daban techo y comida.

Reglamentemos la prostitución, digamos que es trabajo y listo, despues de todos las putas pueden pagar un plato de comida, una vivienda más o menos digna, si total es lo mismpo pararse en una esquina y que te golpee un fiolo o un cliente, que laburara en una fabrica son gajes del oficio.

Entonces te vuelvo a preguntar porque no se lo recomendas a tu hija, tu madre, tu hermana, tu esposa, tu amiga?

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Hazte el sueco
Por Maiquel Mur - Monday, Sep. 29, 2008 at 3:04 AM

Los suecos ante este dilema entre feministas y prostitutas intentaron conformar ambas partes blanqueando a las trabajadoras sexuales y a la vez penando la demanda en vez de a la oferta, para los clientes es un delito pero no para las prostitutas ademas de que les dan generosas ayudas sociales tipicas de estado de bienestar nordico para que dejen de prostituirse.

Con casi una decada poniendo esto en practica parece que funciona bastante bien y la prostitucion es infima.

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contradicciones
Por F. - Monday, Sep. 29, 2008 at 5:10 AM

tiempo que no paso por estas páginas, sólo escribo para decir que me parece muy contradictorio y entiendo las posiciones blanco/negro propias de estructuras muy rígidas basadas en una educación en un sistema que impone estos enfrentamientos entre diamentralmente opuestos.

Si bajamos un poquito los humos, creo que hay (al menos) 2 visiones: la de quien trabaja de prostituta/o por voluntad propia y la de quien es obligado/a (lo cual, digan lo que digan, es una cosa totalmente opuesta)

A ver: en primer lugar, hay gente (tanto mujeres como HOMBRES) que ejercen la prostitución porque quieren. Nadie los obliga, son menos explotados que la mayoría de los trabajadores y lo hacen porque les gusta, o les parece divertido, o menos esforzado, o las razones que sean. Pregúntenle a muchas de las que aparecen en populares programas de Tinelli, muchas de ellos conocidas como "gatos" (admitido por ellas mismas) si están disconformes, si quieren dejarlo y si se sienten oprimidas. Lo mismo para aquellos que trabajan en el Golden, o de "taxi boys" (los que lo hacen por que quieren, claro está). Es de notar que las "chicas" son muy combativas pero se olvidan que la prostitución, aún cuando mayoritariamente femenina, no es exclusivamente femenina.

Por otra parte, tenemos aquellos hombres y mujeres que ejercen la prostitución por elección (o sea, no presionados/as en forma violenta) pero porque no consiguen ver otra forma de manutención, probablemente porque no la haya. En este caso, yo no creo que muchas/os de los que escribieron aquí estén dispuestos/as a leerles frases muy rimbombantes para terminar en un "cagate de hambre pero no trabajes con tu cuerpo". Lo más probable es que les vaya muy mal.

Esto último nos lleva al tema del cuerpo: qué es "trabajar con su cuerpo"? Acaso los obreros y obreras trabajan con cuerpos virtuales? Los dolores de los músculos, los miembros cercenados por máquinas, el desgaste físico, etc etc etc pertenecen a otros? Qué clase de educación medieval es la que supone que el goce y el placer son pecaminosos per se? Acaso no es el más común de los trabajos? Acaso las mujeres y hombres que se casan por dinero, por posición social, por comodidad, por que "hay que casarse y no vestir santos" no están vendiendo sus cuerpos y procurando un goce sensual?

A ver, un ejemplo práctico: tengo una amiga que decidió ir a trabajar de escort (hace varios años) a Cancún. Mucho dinero de por medio. Por supuesto, con mi educación bastante pazguata un poco me escandalizó, y le pregunté si no pensaba en el futuro, y qué iba a hacer cuando no tuviese ese cuerpo ni la juventud. No recuerdo las respuestas, pero sí sé que si hoy me escuchase me reiría a carcajadas de mpi mismo y de mi imbecilidad. No puedo contar las veces que me he "prostituido" trabajando para explotadores que usaron mi cuerpo, o mi mente, mi alienación, mi necesidad y la de mi familia para enriquecerse y acrecentar su capital. SOY TAN PUTO COMO MI AMIGA. Sólo que ella sí elegía. Y yo no.

Y créanme, estimadas amigas y amigos: la trata de blancas, la violencia, la paidofilia, la esclavitud, etc. son cosas muy pero muy diferentes aunque no lo puedan creer e intenten negarlo con argumentos retorcidos que nadie puede esgrimir seriamente. Las elecciones, aún las presionadas por las circunstancias, conllevan la posibilidad de la elección opuesta en un momento dado. En la trata de blancas, la mayoría de los "tratados" terminan muertos. Y eso no tiene elección. Ni retorno. Por favor piensen antes de hablar, la actividad está buena en ciertos sentidos, pero cuando se esgrimen "argumentos" como estos todo queda de lado por lo ridículo que suena.

PD: ah Mariposa, yo no invito a mi madre, hija, esposa o lo que sea a que sea prostituta porque deseo que se liberen de la opresión capitalista DE TODO TIPO, no sólo de la sexual. Porque no soy idiota y sé que hay riesgos. Porque yo no mando sobre la vida de otras personas, ni siquiera las de mi familia, tienen voluntad propia, incluso las mujeres a las que considerás que se les puede ordenar tener una opción de vida distinta sólo porque soy hombre (extraña feminista sos). Abrí un poco la cabeza, que supongo que sos joven y estás a tiempo de dejar de ser tan estructurada y rígida.

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pseudo feminismo
Por Calu - Tuesday, Sep. 30, 2008 at 5:58 PM

Chicas, aunque mucho de lo que dicen es razonable me parece que se están yendo de mambo por el simple hecho de que la actividad les pareció copada.

Yo no ejerzo la prostitución ni conozco a nadie que lo haga, pero si tuviese que hacerlo por las razones que fuesen, mandaría a cagar a cualquier policía de mi cuerpo: iglesia, liga de amas de casa y pseudo-feministas.

No puede ser que algunos de los hombres que escribieron aquí tengan el panorama de la mujer y sus derechos mucho más claros que mujeres, especialmente --- y F. de quien rescato la frase de que él no le da órdenes a su compañera, hija o madre porque pueden pensar por sí solas: cosas que una ¿feminista? parece no comprender.

Yo no me considero feminista si feminismo significa la reproducción de dominación de genero pero al revés.

Ni apoyo al feminismo de comisarias políticas que tienen la respuesta a todo, y la respuesta es siempre represiva. Considero que el feminismo es liberación, en todos los sentidos, no cambiar de dueño en una reproducción maquinal de lo mismo que dicen combatir.

Un besote chicas y recapaciten

Calu (feminista y femenina)

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sabés lo que pasa?
Por a Calu - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 1:58 AM

básicamente de lo que estamos hablando es de lidiar con represiones sexuales, entonces esta actividad no va dirigida a los criminales, a los proxenetas o pederastas, ni a las mujeres u hombres que hacen uso de la prostitución masculina, sino a hombres (y sólo hombres) que deseen vivir su sexualidad en forma natural y sin represiones y que muchas veces no tienen una pareja con quien tener una relación sexual.

Si vos te fijás, la única diferencia que plantean entre una prostituta y (por ejemplo) un kinesiólogo es la genitalidad. O sea, aún cuando probablemente no sea así en todos los casos, suena más a gente lidiando con problemas y represiones sexuales, como puede notarse en las respuestas de las mismas que defienden la actividad, la cual es buena, interesante y necesaria siempre y cuando no se le agreguen las represiones sexuales de las organizadoras, ya bastante problemas tienen las mujeres para tener que hacerse cargo de los problemas de las que las quieren "liberar"

Sin profundizar mucho, para esta actividad no importa si sos bueno, malo, feminista, machista, criminal o santo. Si tenés pene, fuiste. Lo cual hace que la actividad sea poco seria y se pierda de vista el objetivo, no es más que la típica reacción alérgica de ALGUNAS feministas cuyo "mensaje" es algo así como "vos tenés pito, yo tengo concha y no quiero que ningún pito toque una concha jamás".

También por eso son las peores "feministas", porque la mayoría de las mujeres no les dan bola y ponen en la misma bolsa a las feministas -y femeninas, buena esa Calu- de en serio.

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respuesta multiple
Por Jose - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 12:53 PM

Va una múltiple respuesta y aclaraciones a las opiniones sobre la nota, de parte de una de las participantes de la actividad.

Decir que sin prostitución no hay trata no fue “una mala idea”; es una realidad. Tan cierta como que sin consumo no hay tráfico de drogas porque no habría demanda (y no vamos a entrar a discutir eso, que es otro tema). Pero no consideramos correcto poner las dos cosas al mismo nivel: atrás de eso hay una noción de que el consumo de “sexo” es como el de drogas, un “vicio” deslegitimado por lxs puritanxs y conservadorxs que NO somos. Un pase de merca o un porro son cosas, no les pasa nada cuando son consumidos; el cliente de prostitución está usando, violentando, comprando por un turno a una mujer, un niño o niña, una travesti u otro hombre que están en situación de inferioridad.

Nosotrxs no estamos en contra de los hombres porque sean portadores de pija, la mayoría de las mujeres que participaron en la actividad (había hombres también, como hubieran visto si se hubieran molestado en leer la nota) son heterosexuales o bisexuales. Tampoco estamos en contra de la prostitución por “represiones” sexuales; consideramos que tiene que ver con la violencia, no con el sexo, y para no repetir argumentos lxs remito al excelente post del colectivo Hombres abolicionistas de más arriba.

No oponemos la prostitución al matrimonio y “la familia”; por supuesto que el casamiento por dinero, conveniencia, necesidad, etc es prostitución, aunque sea unipersonal, y de todas formas ninguna de nosotras está a favor de una institución patriarcal y capitalista como esta. Nos han acusado de reprimidas, rígidas y estrechas personas que son incapaces de imaginar otro tipo de relaciones entre hombres, mujeres, trans e intersex, sean homo, hetero o bisexuales, que no sean la dominación o la alianza matrimonial.
¿De dónde sacaron que queremos instaurar un patriarcado “al revés” con las mujeres oprimiendo al resto? Es como decir que si estás en contra del racismo, odiás a la gente blanca. Esa es una opinión cuadrada basada en un prejuicio sobre lo que es el feminismo y no en una crítica sobre lo que hicimos.

No fuimos a decirle a nadie en situación de prostitución lo que tiene que hacer o dejar de hacer, y si tener una postura sobre un tema que se oponga a la postura de otrxs es de “pseudofeministas”, pues entonces lo somos y a mucha honra!

Al hombre que dijo que es tan puto (sic) por trabajar explotado como es puta su amiga que es explotada como escort, pero que el no elige y ella sí, le contesto que sí elige. Su culo cotizaría en muchos lugares; él también podría mantener a su familia chupando pijas si quisiera, después de todo hay muchos hombres que consumen hombres. Nosotras, como mujeres, ganamos menos plata por igual trabajo en cualquier país del mundo (dicho no solo por las feministas, que se ve que somos la peor basura, sino también por la ONU, los partidos de izquierda, etc). Por increíble que parezca, no vivimos del aire. Así que si nos vamos a poner a competir por quién es más explotadx, este muchacho lleva las de perder…

La prostitución no es un concepto: es una mujer, niñx, travesti u hombre hechx cosa, hechx esclavx, que chupa la pija de / es penetradx por un hombre que no eligió, y atrás por otro, y después por otro, y mañana por otro más, y así. Son despreciadxs hasta por los usuarios de su miseria, culpadxs por estar en donde están, y la plata que ganan por sus cuerpos vendidos y su dignidad pisoteada ni siquiera va para ellxs porque siempre hay una coima que pagar o un chulo/fiolo que se queda con él.

Creer que un pequeño porcentaje de personas en prostitución vip, es una muestra real de la prostitución en general es una mirada parcial. La mayoría de las personas en prostitución se paran en una esquina o prostíbulos. Una realidad muy lejana a las luces de la televisión y los programas de chimentos.

A quienes dicen que es un “trabajo” tan rentable, maravilloso y que procura un “placer sensual” (de dónde sale entonces la opinión popular de que los orgasmos de las putas son fingidos?) lxs remito al testimonio de una testigo del caso de Marita Verón:
“Bueno, entonces me quedo trabajando con Raúl Pierri en Mimo`s de Nonogasta. El también tiene una agencia en La Rioja con su hijo Fernando, llamada Las Porteñitas. En la agencia los clientes llaman por teléfono para que les manden las chicas. Ellos las llevan a su domicilio y después las vienen a buscar. Pierri nos trataba bien y nos dejaba salir. De los nueve meses que estuve con él me pagó 800 pesos y me debe 700 pesos, yo quiero que él me pague lo que me debe porque yo en Mimo`s trabajaba todas las noches y le hacía ganar como 250 pesos por noche de lunes a jueves, y de viernes a domingo 500 pesos por noche. En Mimo`s trabajábamos siete chicas y todas vivíamos ahí. El nos daba de comer y la hija de él, Paola, nos teñía el pelo porque era peluquera. Después nos descontaba los gastos.” (http://www.casoveron.org.ar)

La chica que habla fue secuestrada a los 15 y la empezaron a prostituir a la fuerza. Lean el resto de su testimonio en la sección Resumen de la página sobre Marita, y después de eso sigan opinando sobre su “trabajo”. Ella “facturaba” 2.500 pesos por semana (sin franco y descontándole los gastos); en 9 meses, eso son 90.000 pesos. Le dieron 800 y le debían 700. ¿Quién no querría tener un laburo tan bien pago?

No estamos a favor de criminalizar a las personas en prostitución, ni hacemos lo que hacemos para generar ese mensaje. En cuanto a “poner el negocio en manos de los peces gordos”: ¿dónde creen que esta? Lxs prostitutxs autogestivxs no existen, o son tan rarxs que en la práctica no cuentan. Y quienes no han sido traficadxs muchísimas veces están forzadxs a prostituirse, de maneras no “obvias”, por parejas y parientes. No lo decimos nosotrxs, lo dicen mujeres como Sonia Sánchez, que han estado en la prostitución durante mucho tiempo: “En la prostitución la palabra / trata no existe. / El tratante es el fiolo / al que yo llamo marido. / Es mi padre. / Es mi hermano. / Mi familia. / En la prostitución la palabra trata no existe. / Existe lo que yo llamo "plazas", / y consiste en pasar / quince días en / burdeles asquerosos, / donde somos carne nueva / para ser explotadas, / manoseadas, / violadas por el / prostituyente-torturador / que es tu marido, / tu hermano, / tu hijo, / tu padre, / tu vecino.
(Sonia Sánchez, Periódico MU/Julio 08 de Cooperativa Lavaca)

“En rigor, la prostitución no representa tampoco una salvaguarda más para asegurar la pureza del hogar, como no lo representan esas mismas leyes, cuyos efectos pretende contrarrestar. Casi el cincuenta por ciento de los hombres casados frecuentan los prostíbulos o los patrocinan. Es a través de este virtuoso elemento que las casadas -y aun los niños- contraen enfermedades venéreas. Asimismo no tiene ninguna palabra de condenación para el hombre, mientras que para la indefensa víctima, la meretriz, no hay ley lo suficientemente monstruosa que la persiga y la condene. No es solamente la presa de los que la poseen, durante el ejercicio de su profesión; lo es también de cada policía y de cada miserable detective que la persiga, de los oficialitos de los puestos de policía y de las autoridades de todas las cárceles a donde llegue.”
(La prostitución, Emma Goldman)

Sabemos perfectamente (como también dice Sonia en su Carta abierta a las expertas y los expertos en trata, una parte de la cual transcribí arriba) que la violencia, el hambre, la falta de trabajo, educación y hogar empujan a las mujeres, las travestis, niños y niñas a la prostitución, y que con marchas y escraches a los burdeles no vamos a cambiar eso. Sabemos que la prostitución y todo lo que implican no son un tema exclusivamente “cultural”. Pero no somos unas burguesas frívolas a las que molestan las prostitutas que afean nuestra vereda, como parece leerse entre líneas en algunos comentarios. No nos juntamos hace una semana para debatir el tema después de tomar el té y se nos ocurrió hacer esto. Todxs somos militantes (hombres y mujeres) que queremos otro mundo, en el que no dejaríamos piedra sobre piedra, porque todo está mal: Duelen el hambre, la miseria, el racismo, la injusticia, el imperialismo, la homofobia y miles de cosas más, pero no tenemos las espaldas tan anchas como para dar una respuesta a todo. Peleamos en muchos frentes, de la mejor manera que sabemos y podemos.

Y en este frente en particular, no hacemos marchas y escraches frente a los prostíbulos, justamente porque no queremos ir a forzar nuestro mensaje a las que están ahí adentro. No nos parece una situación sencilla en la que podamos intervenir alegremente. Sostenemos que la prostitución no es un trabajo, y no puede serlo. Sabemos que hay quienes estando en la prostitución opinan diferente, y respetamos su postura, pero creemos que algo que es una forma de esclavitud (vender un cuerpo y una voluntad ¿de qué otra forma puede leerse?) y de violencia jamás puede ser un trabajo. Algo que genera tanto estrés postraumático como el que sufren los veteranos de guerra, no es un trabajo. Por muy “consentido” que esté y por mucho que intenten equipararlo con el trabajo en general en la prostitución siempre, siempre se estigmatiza a la persona en prostitución. Miles de asesinatos, violaciones, golpizas a mujeres y travestis en prostitución quedan impunes, como el asesinato de Sandra Cabrera en Rosario; el de las más de 14 mujeres en prostitución asesinadas por el supuesto “Loco de la Ruta”; el de Vanesa Martínez, una argentina que fue a realizar desnudos en un club nocturno en México y su cuerpo apareció en una morgue de la facultad de medicina; las cientos de travestis asesinadas y golpeadas, y tanto otros hechos que ni siquiera llegan a los medios masivos.

Si ponemos ejemplos con otras formas de opresión, puede quedar más claro a qué nos referimos. En muchos lugares ocurrió que la “abolición” de la esclavitud fracasó en la práctica, ya que negros y negras libertxs volvían a sus amos al cabo de semanas de vagar por lugares que no tenían nada para ellxs, donde lxs seguían considerando animales o peor. Preferían malvivir esclavxs que morir de hambre en “libertad”. ¿Eso significa que la esclavitud está bien?.

En India, hay ciudades enteras llamadas “Villa Riñón” donde se juntan mujeres que han vendido un riñón para ayudar a sacar a sus familias de la miseria, y que luego son repudiadas por sus maridos (mi fuente es un número de la revista National Geographic sobre esclavitud moderna). Ellas “eligen libremente” vender sus órganos. Entonces, ¿está bien que alguien los compre?

No hay nada que sea “más opinable y menos urgente” en la lucha contra la prostitución y la trata. Las mujeres estamos más que hartas de escuchar que lo que nos oprime a nosotras puede esperar. Cállense y esperen su turno, que cuando terminemos con lo importante vamos a atender a las minucias que las molestan. Cuando hagamos la revolución y las mandemos otra vez a casa a ser sirvientas, van a ver qué felices van a ser en el nuevo mundo.

Pero hay muchas mujeres que no pueden esperar: Marita Verón, Florencia Pennaci, Andrea López, Fernanda Aguirre. Sus vidas ya no son de ellas (su cuerpo) lo único que tenemos, no son de ellas, y están solas en una pesadilla atroz que viene durando años, mientras quienes las quieren las buscan desesperadamente. Los que las violan todos los días saben dónde están, los que pagan para cogérselas sin importarles una mierda de su vida se callan, y ellas siguen dando vueltas por los prostíbulos que se han convertido en todo su horizonte. Entonces preguntamos: ¿esto no es urgente?

Algunxs opinaron como si los “clientes” fueran gente sensible que mientras se bajan la bragueta le preguntan a la mujer / niñx / travesti / hombre que tiene delante si lx secuestraron, si tiene hijxs que mantener, si lx engañaron, si tenía hambre… Aprovecharse de quien es más vulnerable es criminal, y eso no pasa por ser hombre, pasa por ser una basura.

No equiparamos la venta de un “servicio sexual”, a la venta de la fuerza de trabajo en general, situación en la que tampoco estamos de acuerdo: no somos capitalistas, al contrario. Sabemos perfectamente que la prostitución, tiene una historia mucha más antigua que el capitalismo; el patriarcado tiene una historia mucha más antigua que el capitalismo. Me permito poner en duda la afirmación de que en sociedades antiguas “no patriarcales” la prostitución haya significado otra cosa, pero digamos que fue así: ¿acaso vivimos en esa sociedad? No. En esta, todas las mujeres (o quienes ocupamos el lugar “femenino”, de lo Otro, en la sociedad) somos, aunque sea potencialmente, las putas de alguien. Frente a eso, decimos que ninguna mujer nace para puta. Que nuestras vidas tienen valor y nuestros cuerpos no tienen precio. Nuestros cuerpos son un campo de batalla, y no vamos a dejar de pelearla!

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santificación del trabajo
Por ricardo - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 2:41 PM

mi única crítica, que Mariposa agarró para el lado de los tomates, fue que santificaran al trabajo como lo hacen y como vos lo seguís haciendo:

"Sostenemos que la prostitución no es un trabajo, y no puede serlo. Sabemos que hay quienes estando en la prostitución opinan diferente, y respetamos su postura, pero creemos que algo que es una forma de esclavitud (vender un cuerpo y una voluntad ¿de qué otra forma puede leerse?) y de violencia jamás puede ser un trabajo."

¿El trabajo asalariado no es vender (o más bien alquilar) un cuerpo y una voluntad? Claro, no es alquilar un cuerpo para que sea objeto sexual, pero sí para que sea objeto de creación de plusvalor para el capital.

No soy un pelotudo que cree que ser abusad@ sexualmente sea lo mismo que tener un trabajo de oficina, ni creo que nadie acá haya dicho eso. Pero económicamente lo que tienen en común la prostitución y el trabajo asalariado es que producen ganancia para un explotador. Por lo tanto la crítica de que la prostitución es mala "porque no es un trabajo" es totalmente funcional a la moral burguesa.

Además, disociar al trabajo asalariado de la esclavitud y la violencia me parece una falta de respeto para las millones de personas hiper-precarizadas en todo el mundo, y como vos misma decís, son l@s esclav@s asalariad@s peor pag@s son las mujeres y l@s niñ@s.

"Algo que genera tanto estrés postraumático como el que sufren los veteranos de guerra, no es un trabajo."

Hay montones de trabajos que dejan secuelas de stress, por no hablar de los transtornos psicológicos, gastrointestinales, respiratorios, emocionales, y demás. Por no hablar de las mutilaciones y las muertes "accidentales" por falta de condiciones de seguridad.

"Por muy “consentido” que esté y por mucho que intenten equipararlo con el trabajo en general en la prostitución siempre, siempre se estigmatiza a la persona en prostitución."

Por más que el trabajo asalariado sea un contrato "voluntario" no deja de ser una forma de explotación a la que nos sometemos porque -por el momento, como individuos aislados- no nos queda otra para pagar las cuentas.

------

O sea, yo de lo único que estoy en contra en todo tu mensaje es de que santifiques el trabajo. No hay necesidad de santificar el trabajo para criticar a la prostitución como forma de violencia y explotación sexual. De hecho, es contraproducente.

No se trata de que se milite en todos los frentes, cada persona debe involucrarse en las luchas que tiene más cercanas por cuestión de intereses o empatía. Pero se trata de tener un enfoque INTEGRAL de la lucha contra la opresión, y un enfoque que para criticar a la opresión que tiene enfrente embellece a otras formas de opresión es un enfoque funcional a la fragmentación de las luchas y su falta de radicalidad.

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Bien eh!
Por Patito - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 3:34 PM

Gracias por censurarme y eliminar mi comentario desde mi posicion de hombre que paga por sexo explicando por que lo hago.

Sigan tapandose los oidos que asi les va a ir en su cruzada feminista...

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exelente
Por exelente - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 3:48 PM

1º la nota desde el 1º fue motivante para la reflexion sobre todo lo que respecta a la revolucion y principalmente el enfoque, ninguna mujer nace para puta, no lo digo condesendientemente porque seria hipócrita pero lo digo desde el lugar de hijo malcriado que ayuda a veces cuando se le dan los huevos, porque las cosas se dieron siempre asi, este tipo de notas sirven para tomar conciencia de lo urgente, relacionarlo con lo necesario y para considerar la propia práctica y hacer lo posible dentro de lo cotidiano, apuntarlo hacia el objetivo y contruir una "ciudadania" nueva, un modo de ver las cosas conciente de la realidad y socialista

es un bajon tener que hablar de esto, y saber que nosotros mismos reproducimos las conductas que como efecto mariposa terminan llevando a esta situacion, y saber que todo lo que hagamos va a modificar o continuar un modo de ver, entender y por lo tanto construir un mundo, un mundo que hoy es una mierda y en el que muchxs (me cuesta, pero quiero acostumbrarme a lx x o a la construcion de un lenguage igualador ya que hasta en el lenguaje se expresa la opresión).

cuando digo nosotrxs me refiero a todxs lxs personxs

no comente antes porque suelen perderse las discusiones por falta de respuestas, esta deberia continuar hasta resolver las acciones concretas en cada lugar en cada vida a la que tenga llegada esta reflexion.

espero que sea asi, y no quiero polemizar con estupideces, si me gustaria ver y tratar el tema de masculinidades y feminidades (si se puede llamar asi) ya que los planteos sobre el tema estan buenos pero siempre hay que tener una vision critica sobre todas las cosas hasta terminar de entenderlas, por lo menos esa es mi forma y a veces las demas visiones criticas pueden ayudar a entender desde donde plantear los temas.

un abrazo

yatel

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Alienígena
Por --- - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 4:18 PM

Según José, no es comparable penalizar el consumo de drogas con la compra de “servicios sexuales”.
Pero se equivoca: la comparación es muy válida, porque sitúa la causa al nivel del consumidor. En realidad, si eso fuera cierto, sería un principio legitimador, porque se trataría de una necesidad social.
Pero de ninguna manera se trata de eso: El consumidor no es la causa de nada (sospechosa coincidencia entre las ideas "libertarias" de José y las de los economistas "neoliberales", neoclásicos, que identifican el consumo como piedra angular de la teoría económica).

José se vale de un argumento traído de los cabellos: a la marihuana, a la cocaína o al paco no les pasa nada cuando los consumen, en cambio a las prostitutas sí. Naturalmente, esto es una idiotez a dos puntas. Por un lado, los penalizadores del consumo no se cansan de esgrimir “argumentos” acerca de las consecuencias que tiene para terceros (inocentes) el consumo de drogas (por ejemplo: delitos originados en la necesidad de conseguir dinero para satisfacer la adicción, o delitos cometidos bajo los efectos de la droga, etc.). Lo único que diferencia el argumento de José de los de los penalizadores del consumo de drogas es que su argumento es de un solo paso, es más pobre.
Si se acepta el argumento de José, de que el consumo de "servicios sexuales" afecta la libertad y la dignidad de personas que deberían ser libres de tales efectos, habría que admitir los argumentos de los penalizadores del consumo de drogas en razón de que, aunque de modo menos directo, éste afectaría también la libertad y la dignidad de personas que, de otro modo, serían libres de tales menoscabos.

Pero el argumento de José es falso también por la otra punta: si José quiere saber lo que le pasa a las prostitutas o a los prostitutos (José siempre omite a estos últimos, o a los travestis) mejor sería que les pregunte a ellos. La respuesta más probable es que los perjudicaría que se persiga a sus clientes, ya que ellas/os viven de eso. En vez de oír la voz de las/os prostitutos, José la substituye por la suya propia, lo cual lo revela como un moralista (por más que él pretenda no serlo).

En todo caso, el régimen social se caracteriza por “consumir” personas, a las que siempre “les pasa algo” al ser consumidas.
¿Por qué José asume como "natural" que a un asalariado "no le pasa nada" cuando permanece atado a una relación de explotación social? ¿Será porque a él, a José. "no le pasa nada"? (¿Trabajará por un salario José, o vivirá de una ONG "feminista"?).

Es tanto o tan poco probable que José oiga decir a un asalariado que a él "no le pasa nada" cuando trabaja para sus explotadores, como que oiga a una prostituta decir que prostituirse no la afecta del modo en que José imagina que la afecta.
Pero el que realmente consume la fuerza de trabajo del asalariado, generando sufrimiento y dolor a millones de personas, no es el consumidor sino el explotador, el capitalista.

José pretende que no es lo mismo un trabajo “cualquiera” (¿minero, por ejemplo? ¿por ejemplo albañil? ¿de qué habla?) que la prostitución. Cuando José tiene que explicar por qué “no es lo mismo”, contesta que la sexualidad es algo íntimo y cosas por el estilo. Es decir, contesta con una opinión propia de él mismo, propia de sus tabúes burgueses, pero que no necesariamente son propios de los sujetos que se prostituyen.
Es un caso alevoso de “naturalización”: José asume que las ideas y sentimientos burgueses acerca de la sexualidad, que además suelen ser hipócritas, son universales, naturales e inmutables. Y semejante mamarracho quiere “aclararles las cosas” a los sujetos reales de la prostitución.

Parece que el individuo este se niega a leer algo que se le ha señalado explícitamente: que no pocas personas que se prostituyen encuentran que si hay una diferencia entre la prostitución y el trabajo “normal”, dicha diferencia es favor de la prostitución, ya que un trabajo “normal”, si fuera posible conseguir uno, usualmente está mucho peor remunerado.
José debería hablar con las prostitutas y los prostitutos, en vez de hablar por ellos.

Lo más grave de todo es que José identifica la prostitución en general con el abuso de menores.
En el primer caso se puede hablar de “consumo” ...pero no en el segundo! Este último caso es un delito, no un mero “consumo”, y como delito que es debe ser duramente penalizado.

Finalmente, yo no sé si es grande o pequeño el número de personas ubicadas dentro de lo que, de un modo bastante arbitrario, José llama “prostitución VIP”. Es más, estoy seguro de que él tampoco lo sabe.
VIP o no VIP, lo que yo digo es que, sin entrar a macanear estadísticas-fantasma, hay prostitutas/os que eligen serlo y otras que no, estando el primer caso condicionado con frecuencia por la miseria económica existente y, en el caso de los travestis, por pautas culturales y legales discriminatorias.

En consecuencia, lo que debe ser en primer lugar combatido es la explotación sexual que se ejerce contra la voluntad de la persona en situación de prostitución.
En segundo lugar, debe combatirse las condiciones sociales de existencia que llevan a un número de personas a ELEGIR la prostitución y, además, combatir la montaña inmensa de trabas que prácticamente no deja a los travestis otra alternativa que la prostitución como medio de subsistencia.
Si después de lograr esto, sigue habiendo prostitución, no hay nada más que decir ni hacer, creo yo.

En ningún caso es la prostituta quien debe ser penalizada, directa o indirectamente (esto último resultaría de la penalización del consumo).
Y tampoco debe ser penalizado el consumidor, a lo sumo puede plantearse estigmatizarlo, pero en ese caso habría que preguntarse quién será el estigmatizador. Yo lo veo bastante peligroso: si cualquier grupete que se considere iluminado sobre un asunto de su particular interés va a salir a macartear, en las actuales condiciones sociales y culturales, sospecho que la derecha va a contar con amplia ventaja.

En fin, José se escuda detrás de temas y problemas con los que estamos todos de acuerdo (las víctimas de la trata, el abuso de menores, etc.) para agitar sus propios prejuicios doctrinarios y “naturalizaciones” lo que, piense él lo que piense, lo caracteriza como un expropiador más de aquellos sujetos a los que dice defender.

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10 Razones para No legalizar la Prostitución
Por Janice G.Raymond, Coalición Internacional Con - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 6:38 PM

INTRODUCCIÓN

Los argumentos que se exponen a continuación van dirigidos a todas las formas de prostitución avaladas o respaldadas por el estado, incluyendo, pero no limitándose a, la legalización de los prostíbulos y del proxenetismo, la despenalización de la industria del sexo, la regularización de la prostitución a través de leyes que establezcan controles de salud obligatorios para las mujeres que están en la prostitución, o cualquier sistema que reconozca que la prostitución es un trabajo o la defienda considerándola una elección laboral.
Teniendo en cuenta que algunos países están considerando legalizar y despenalizar la industria del sexo, creemos importante que consideres las razones por las cuales la legitimación de la prostitución como un trabajo no supone un empoderamiento de las mujeres que están en la prostitución, sino que supone un fortalecimiento de la industria del sexo.


1. La legalización/despenalización de la prostitución es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.

2. La legalización/despenalización de la prostitución y de la industria del sexo promueve el tráfico sexual.

3. La legalización/despenalización de la prostitución no supone un control de la industria del sexo. La expande.

4. La legalización/despenalización de la prostitución aumenta la prostitución clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.

5. La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo promueve la prostitución infantil.

6. La legalización/despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que están en la prostitución.

7. La legalización/despenalización de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

8. La legalización/despenalización de la prostitución no promueve una mejora de la salud de las mujeres.

9. La legalización/despenalización de la prostitución no aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.

10. Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.


LOS ARGUMETOS

1. La legalización/despenalización de la prostitución es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.
¿Qué supone la legalización de la prostitución o la despenalización de la industria del sexo? En Holanda, la legalización supone la autorización de todos los aspectos de la industria del sexo: Las mujeres mismas, los llamados “clientes” y los proxenetas, quienes bajo el régimen de la legalización se han convertido en hombres de negocios del sector servicios y en legítimos empresarios sexuales.
La legalización/despenalización de la prostitución también convierte a los prostíbulos, clubes, salones de masaje y a los otros lugares donde se ejerce la prostitución en locales legítimos donde se permite que el comercio del sexo prospere de forma legal y con pocas restricciones.
Hay personas que creen que defendiendo la legalización o la despenalización de la prostitución están dignificando y profesionalizando a la mujer que está en la prostitución. Pero el dignificar la prostitución como un trabajo no supone el dignificar a la mujer, ya que simplemente dignifica la industria del sexo. La gente a menudo no se da cuenta de que la despenalización supone la despenalización de toda la industria del sexo, no solo la de las mujeres.

La CATW aprueba la despenalización de las mujeres que están en la prostitución. Ninguna mujer debería de ser penalizada por su propia explotación. Pero los estados nunca deberían despenalizar a los proxenetas, a los clientes, a los prostíbulos u otros establecimientos sexuales.


2. La legalización/despenalización de la prostitución y de la industria del sexo promueve el tráfico sexual
La industria de la prostitución legalizada y despenalizada es una de las causas clave del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual. Uno de los argumentos para la legalización de la prostitución en Holanda era que la legalización iba a ayudar a terminar con la explotación de las desesperadas mujeres inmigrantes que eran traficadas para entrar en la prostitución. El informe realizado por el grupo gubernamental “Budapest”* muestra que el 80% de las mujeres de los prostíbulos en los países Bajos son traficadas desde otros países (Grupo Budapest, 1999: 11). En 1994 La Organización Mundial sobre la Inmigración (International Organization of Migration, IOM) declaró que solo en los países Bajos, el 70% las mujeres traficadas provenían del centro y del este de Europa (OIM, 1995: 4).

El gobierno de Holanda se presenta a sí mismo como el defensor de los programas y políticas que luchan contra el tráfico, mientras que al mismo tiempo y de una manera cínica, ha eliminado todos los impedimentos legales dirigidos al proxenetismo y a los prostíbulos. En el año 2000 el Ministerio de Justicia Holandés abogó por una cuota legal para “trabajadoras sexuales” extranjeras, ya que el mercado de la prostitución holandés demandaba variedad de “cuerpos” (Dutting, 2001:16). También en el año 2000 el gobierno Holandés solicitó y obtuvo una sentencia de la Corte Europea en la que se reconocía que la prostitución era una actividad económica. Esta sentencia permite que las mujeres de la UE y de los países que formaban parte de la Ex Unión Soviética obtengan un permiso de trabajo como “trabajadoras sexuales” en la industria del sexo de Holanda, si prueban que se dedican al auto empleo. Las ONGs de los países Bajos han declarado que los traficantes están sacando provecho de esta ley y la están utilizando para introducir a mujeres en la industria de la prostitución Holandesa, enmascarando el hecho de que estas mujeres han sido traficadas y enseñándoles cómo probar que se son “inmigrantes trabajadoras del sexo” auto empleadas.

Durante un año, desde que se levantó la prohibición de los prostíbulos en Holanda, las ONGs han informado que ha habido un aumento de las víctimas del tráfico o que, en el mejor de los casos, el número de victimas procedentes de otros países no ha variado (Bureau NRM, 2002: 75). 43 municipios de Holanda quieren poner en marcha una política que prohíba los prostíbulos, pero el Ministerio de Justicia ha dicho que la prohibición de la prostitución dentro de un municipio podría entrar en conflicto con el “derecho a la libre elección de trabajo” que garantiza la Constitución federal o el Grondwet (Bureau NRM: 2002).

En enero de 2002 se estableció la prostitución en Alemania como un trabajo legitimo, después de que durante 5 años estuviera legalizada en las llamadas zonas “eros” o zonas de tolerancia. Ahora en Alemania es legal la promoción de la prostitución, el proxenetismo y los prostíbulos. En 1993, después de que se hubiera dado el primer paso para la legalización, se reconoció (incluso por parte de los/as defensores/as pro-prostitución) que el 75% de las mujeres que en Alemania estaban dentro de la industria del sexo eran extranjeras que procedían de Uruguay, Argentina, Paraguay, y otros países de Sudamérica (Altink, 1993: 43). Después de la caída del Muro de Berlín, los dueños de los prostíbulos informaron que 9 de cada 10 mujeres que estaban dentro de la industria del sexo en Alemania procedían de los países del Este de Europa y de otros países que pertenecieron a la antigua Unión Soviética.

El elevado número de mujeres extranjeras que están dentro de la industria del sexo en Alemania – algunas ONGs estiman que se eleva a un 85% - pone en duda el hecho de que tal porcentaje de mujeres haya podido entrar a Alemania sin algún tipo de ayuda. Al igual que en Holanda, las ONGs alemanas señalan que la mayoría de las mujeres extranjeras han sido traficadas. Hay que tener en cuenta que es casi es imposible para las mujeres pobres hacer frente al proceso migratorio, a los costos del viaje, a la tramitación de los documentos y también es muy difícil que puedan establecerse dentro del “negocio” sin ninguna ayuda externa.
El Informe Estatal sobre las Prácticas de los Derechos Humanos (Country Report on Human Rights Practices) de 1999 del Departamento de Estado de EEUU - que fue emitido por el Departamento para la Democracia (Bureau of Democracy) -, reconoció el vínculo entre la legalización y el tráfico en Australia. En el informe sobre Australia se puso de manifiesto que en el Estado de Victoria, en el cual se había legalizado la prostitución en la década de 1980, “El tráfico de mujeres procedentes del Este Asiático y dirigido al mercado del sexo es un problema que va en aumento”, en Australia... las leyes negligentes – incluyendo la legalización de la prostitución en algunas zonas del país – hacen que sea difícil el trabajo de hacer cumplir la ley contra el tráfico”.

3. La legalización/despenalización de la prostitución no supone un control de la industria del sexo. La expande.
En contra de lo que afirmaban las reivindicaciones que señalaban que la legalización y la despenalización de la prostitución iban a regular la expansión de la industria del sexo e iban a suponer un control de dicha industria, la industria del sexo representa ahora un 5% de la economía de Holanda (Daley, 2001:4). Durante la ultima década, después de que el proxenetismo y los prostíbulos se despenalizaran en Holanda en el año 2000, la industria del sexo se ha expandido un 25 % (Daley, 2001:4). A cualquier hora del día, mujeres de todas las edades y razas son expuestas - y puestas en venta para el consumo masculino - en los conocidos escaparates de los prostíbulos y clubes de Holanda. La mayoría de las mujeres provienen de otros países (Daley, 2001:4), y probablemente han sido traficadas.
Actualmente existen en Holanda asociaciones, oficialmente reconocidas, de empresarios del sexo y de clientes de la prostitución que son consultadas por, y colaboran con, el gobierno con el fin de fomentar sus intereses y promover la prostitución. Entre estas asociaciones están: “Asociación de Empresarios de los Negocios de Relajación” y “Hombre/Mujer y la Fundación de la Prostitucion”. Esta última está compuesta por un grupo de hombres que con regularidad utilizan los “servicios” de la industria del sexo, y uno de sus objetivos específicos es “conseguir que la prostitución y su uso sean más aceptados y abiertamente discutidos”, y “proteger los intereses de los clientes” (NRM Bureau, 2002:115-16).

Frente al hecho de que hay muy pocas mujeres que quieran “trabajar” en el sector legal de la industria del sexo, el Reportero Nacional de Holanda en temas de tráfico afirmó que una solución para el futuro podría ser “ofrecer [al mercado] prostitutas procedentes de países que no pertenezcan a la UE/AEE, y que voluntariamente elijan trabajar en la prostitución...” Se les concedería “un acceso controlado y legal al mercado Holandés” (NRM Bureau, 2002). Como la prostitución se ha convertido en “trabajo” y los proxenetas en “empresarios”, esta posible “solución” convierte al tráfico en “una inmigración voluntaria para trabajar en la industria del sexo”. Holanda está mirando al futuro, destinando a las mujeres inmigrantes pobres al mercado internacional del sexo con el fin de remediar las insuficiencias del libre mercado de los “servicios sexuales”. A través de este proceso, se refuerza la normalización de la prostitución como una “opción para las pobres”.

La legalización de la prostitución en el estado de Victoria, Australia, ha supuesto una expansión de la industria del sexo. En 1989 había 40 prostíbulos legales en Victoria, y en 1999 la cifra se había elevado a 94, junto con 84 que ofrecían servicio de acompañante. Otras formas de explotación sexual tales como el strip-tease, los centros de esclavitud y disciplina, los sex shops, los teléfonos eróticos y la pornografía son más rentables ahora (Sullivan and Jeffrys: 2001).

La prostitución se ha convertido en un suplemento legítimo del turismo y del auge de los casinos en Victoria. Actualmente, se pueden utilizar las fichas y los bonos de la ruleta de la fortuna de los casinos patrocinados por el gobierno en los prostíbulos (Sullivan and Jeffreys: 2001). La mercantilización de la mujer se ha intensificado de una manera considerable y cada vez es más visible.

Los prostíbulos en Suiza se han duplicado después de la legalización parcial de la prostitución. La mayoría de estos prostíbulos están libres de impuestos y muchos son ilegales. En 1999, el periódico Blick de Zurich, afirmaba que Suiza era el país de Europa con mayor densidad de prostíbulos y que los ciudadanos/as se sentían invadidos por los locales dedicados a la prostitución, al mismo tiempo que experimentaban un constante crecimiento de las zonas destinadas a la prostitución (Daley, 2001:A1).


4. La legalización/despenalización de la prostitución aumenta la prostitución clandestina, ilegal y la prostitución de la calle.

La legalización supuestamente iba a sacar a las mujeres prostituídas de la calle. Muchas mujeres no quieren registrarse ni someterse a revisiones médicas, tal y como lo requiere la ley en ciertos países en los que se ha legalizado la prostitución. Por lo tanto, la legalización a menudo las conduce a la prostitución de la calle. Además, muchas mujeres eligen la prostitución de calle porque quieren evitar ser controladas y explotadas por los nuevos “hombres de negocios” de la industria del sexo.

En Holanda, las mujeres que están en la prostitución señalan que la legalización y despenalización de la industria del sexo no acaba con el estigma sino que, al contrario, hace a las mujeres más vulnerables frente al abuso ya que al tener que registrarse pierden el anonimato. Así que la mayoría de las mujeres que están en la prostitución, a pesar de todo eligen proceder de manera ilegal y clandestina. Los/as miembros del parlamento que en un principio apoyaron la legalización de los prostíbulos basándose en el supuesto de que esto iba liberar a las mujeres, están viendo ahora cómo la legalización refuerza la opresión de las mujeres (Daley, 2001:A1).

Los argumentos que defendían que la legalización iba a terminar con los elementos criminales de la industria del sexo han fracasado. El aumento de la prostitución en Australia desde la legalización se ha dado en el sector ilegal. Desde la llegada de la legalización en Victoria los prostíbulos se han triplicado y se han expandido, y la mayoría de ellos no tiene licencia aunque se anuncien y operen con total impunidad (Sullivan and Jeffreys: 2001). En “New South Wales”, los prostíbulos fueron descriminalizados en 1995. En 1999, el número de prostíbulos en Sydney había aumentado de manera exponencial a 400-500. La mayoría no tiene licencia. Para terminar con la endémica corrupción policial, el control de la prostitución ilegal pasó de estar en manos de los policías a estar en manos de los ayuntamientos locales. Pero los ayuntamientos no tiene ni el dinero ni el personal para poner investigadores en los prostíbulos y acabar con y procesar a los empresarios ilegales.


5. La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo promueve la prostitución infantil.
Otro de los argumentos que defendía la legalización de la prostitución en Holanda era que iba a ayudar a acabar con la prostitución infantil. La realidad en cambio ha mostrado lo contrario, ya que la prostitución infantil en Holanda ha aumentado dramáticamente durante la década de 1990. La Asociación de Ámsterdam “ChildRight” estima que la cifra ha aumentado de 4000 niños/as en 1996 a 15.000 en el 2001. Esta asociación estima que al menos 5000 de los/as niños/as que están en la prostitución provienen de otros países, un número importante de los cuales son niñas nigerianas (Tiggelove: 2001).

La prostitución infantil ha aumentado dramáticamente en Victoria en comparación con los otros Estados de Australia donde la prostitución no ha sido legalizada. De todos los Estados y territorios de Australia, el mayor número de informes en torno a la prostitución infantil proviene de Victoria. El estudio dirigido por ECPAT ( End Child Prostitución and Trafficking - Acabar con el tráfico y la prostitución infantil) en 1998, y realizado para la “Australian National Inquiry on Child Prostitución“ (Centro de Investigación Nacional de Australia sobre la Prostitución Infantil), mostró que existía un aumento del comercio organizado de prostitución infantil.

6. La legalización/despenalización de la prostitución no protege a las mujeres que están en la prostitución.
La Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres (CATW) ha realizado dos estudios importantes sobre el tráfico sexual y la prostitución, entrevistando a casi 200 víctimas de la explotación del comercio sexual. En este estudio, las mujeres que estaban en la prostitución indicaban que tanto si se encontraban en establecimientos de prostitución legales o ilegales, éstos hacían muy poco para protegerles a ellas. “En caso de proteger a alguien, protegen a los clientes”.
Un estudio de la CATW realizado en 5 países, en los cuales se entrevistó a 146 víctimas de tráfico internacional y de la prostitución local, muestra que el 80% de las mujeres entrevistadas sufrieron violencia física por parte de los proxenetas. También muestra que todas ellas sufrían similares y múltiples consecuencias de salud derivadas de la violencia y de la explotación sexual (Raymond et al: 2002).

La violencia que sufrían las mujeres era una parte intrínseca de la prostitución y de la explotación sexual. Los proxenetas utilizaban la violencia por diferentes motivos y con diferentes propósitos. La violencia era utilizada para iniciar a algunas mujeres en la prostitución y para derrumbarlas y vencerlas con el objetivo de que realizaran los actos sexuales. Después de la iniciación, en cualquier momento, la violencia era utilizada con el fin de gratificar a los proxenetas, como una forma de castigo, para amenazarlas e intimidarlas, para ejercer la dominación de los proxenetas, para exigir conformidad, para castigar a las mujeres por presuntas “infracciones”, para humillar a las mujeres y para aislarlas y recluirlas.
Las mujeres que señalaron que los establecimientos sexuales les ofrecían alguna protección, matizaron añadiendo que ningún “protector” estaba nunca en la habitación con ellas, donde cualquier cosa podía ocurrir. Una mujer que estaba en la prostitución que funciona a través de llamadas telefónicas declaró que: “El conductor es como un guardaespaldas. Se supone que tienes que llamarle una vez entras para confirmar que todo va bien. Pero no se quedan junto a la puerta mientras tú estas allí, así que puede ocurrir cualquier cosa”.
Los estudios realizados por CATW hallaron que incluso cuando se utilizaban cámaras de vigilancia en los establecimientos, el objetivo era proteger el establecimiento. La protección de las mujeres de los abusos era secundaria o no importaba.


7. La legalización/despenalización de la prostitución aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.
Con la llegada de la legalización en los países que han despenalizado la industria del sexo, muchos hombres que no se hubieran arriesgado a comprar una mujer para tener sexo, ahora ven la prostitución como algo aceptable. Cuando las barreras legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas respecto al hecho de tratar a las mujeres como productos. La legalización de la prostitución supone enviar el mensaje a las nuevas generaciones de hombres de que las mujeres son productos sexuales, y de que la prostitución es una forma de diversión sin riesgo.
Como los hombres tienen un exceso de oferta de “servicios sexuales”, las mujeres tienen que competir en la oferta de servicios dedicándose al sexo anal, sexo sin condón, relaciones de esclavitud y dominación y otras tendencias demandadas por los clientes. Cuando se legaliza la prostitución, todos los controles están prohibidos. Por ejemplo, las capacidades reproductivas de las mujeres se convierten en productos actos para la venta. Todo un grupo nuevo de clientes encuentra excitante el embarazo y demanda leche de pecho en sus encuentros sexuales con mujeres embarazadas. Existen prostíbulos que ofertan servicios a hombres discapacitados y los/as cuidadores/as contratados por el Estado, que en su mayoría son mujeres, están obligadas ha llevar a estos hombres a los prostíbulos si ellos lo desean (Sullivan and Jeffreys: 2001).
Las autopistas de Victoria están llenas de anuncios que ofertan a mujeres como objetos sexuales y enseñan a las nuevas generaciones de hombres a tratar a las mujeres como subordinadas. Se anima a los hombres de negocios a que tengan sus reuniones de empresa en los clubes donde hay mujeres que sirven las mesas desnudas durante la hora de comer y del té o café.
El dueño de un prostíbulo de Melbourne declaró que la mayoría de los clientes eran “hombres profesionales bien educados, que acuden durante el día y después van a sus casas a reunirse con sus familias”. Las mujeres que desean relaciones más igualitarias con los hombres se encuentran con que a menudo sus compañeros visitan los prostíbulos y los clubes sexuales. Tienen la opción de aceptar que sus parejas masculinas están comprando mujeres a través transacciones sexuales comerciales, pueden negarse a reconocer lo que sus parejas están haciendo o pueden romper con la relación (Sullivan and Jeffreys: 2001).

El proyecto de ley del Gobierno Sueco 1997/98:55 sobre la Violencia Contra las Mujeres, prohíbe y penaliza la compra de “servicios sexuales”. Es un enfoque innovador que se centra en la demanda de la prostitución. Suecia cree que “prohibiendo la compra de los servicios sexuales, la prostitución y sus efectos perjudiciales pueden contrarrestarse de una manera más efectiva que la que ha existido hasta ahora”. Y lo que es más importante, esta ley claramente afirma que “la prostitución es un fenómeno social no deseable” y que es “un obstáculo para el actual desarrollo hacia una igualdad entre hombres y mujeres;”**

8. La legalización/despenalización de la prostitución no promueve una mejora de la salud de las mujeres.
Un sistema basado en la legalización de la prostitución en el que se obligue a las mujeres, y no a los clientes, a chequeos y certificados de salud es descaradamente discriminatorio para las mujeres. Los chequeos de salud que son “solo para mujeres” no tienen ningún sentido a nivel de salud pública porque el controlar a las mujeres prostituídas no les protege a ellas del SIDA o de las ETS, ya que los hombres pueden transmitir, y en un principio son los que transmiten, las enfermedades a las mujeres.
Se argumenta que los prostíbulos legalizados u otros establecimientos de prostitución “controlados” “protegen” a las mujeres a través de políticas dirigidas a imponer la obligación de usar condón. En un estudio de la CATW que se realizó en EEUU, las mujeres entrevistadas que estaban en la prostitución declararon lo siguiente: el 47% afirmó que los hombres esperan tener sexo sin condón; el 73 % declaró que ofrecen pagar más para tener sexo sin condón; el 45% de las mujeres dijo que sufrirían abusos si insistieran en que los hombres usaran condón. Algunas mujeres dijeron que ciertos establecimientos puede que tengan normas que establezcan que los hombres tienen que usar condón, pero que en la realidad, los hombres siguen intentando tener sexo sin condón. Una mujer afirmó. “la ‘regla’ dice que hay que utilizar condón en la sauna, pero es negociable entre las partes. La mayoría de los hombres piden felaciones sin condón (Raymond and Hughes: 2001).

En la realidad, la imposición de las políticas en torno a la utilización del condón se deja en manos de las mujeres que están en la prostitución, y la oferta de dinero extra es una presión insistente. Una mujer afirmó: “Sería una mentirosa si dijera ‘Oh, siempre uso condón’. El condón desaparece cuando hay dinero extra en juego. Estaba mirando al dinero extra.” Muchos factores juegan en contra del uso del condón: la necesidad de las mujeres de ganar dinero; la disminución del atractivo de las mujeres mayores para los hombres; hacer frente a la competencia de los lugares donde no exigen condón; la presión de los proxenetas para que las mujeres tengan sexo sin condón y ganen más dinero; la necesidad de tener dinero por ser adictas a alguna droga o para pagar al proxeneta; y la falta de control que en general tienen las mujeres que están en la prostitución sobre sus propios cuerpos.

Las denominadas “políticas de seguridad” en los prostíbulos no protegieron a las mujeres de los abusos. Incluso cuando los prostíbulos supuestamente controlaban a los “consumidores” y utilizaban “gorilas”, las mujeres afirmaron que fueron lesionadas por los compradores y que, algunas veces, por los dueños de los prostíbulos y por sus amigos. Incluso cuando alguien intervenía para controlar el abuso de los compradores, las mujeres vivían en un clima de terror. Aunque el 60% de las mujeres dijo que algunas veces se había impedido que los compradores abusaran de ellas, la mitad de estas mujeres contestaron que en algún momento habían sentido que podrían haber sido asesinadas por alguno de sus “clientes” (Raymond et al: 2002).

9. La legalización/despenalización de la prostitución no aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.
La mayoría de las mujeres no entraron en la prostitución a través de una decisión racional. No se sentaron un día y decidieron que querían ser prostitutas. Mejor dicho, es preferible llamar a esas “elecciones” “estrategias de supervivencia”. Más que consentir, una mujer prostituta accede a la única opción que está a su alcance. Su conformidad deriva del hecho de tener que adaptarse a las condiciones de desigualdad que son establecidas por el consumidor que le paga a ella para que haga lo que él quiera.

La mayoría de las mujeres que fueron entrevistadas por los estudios realizador por la CATW, señalaron que la elección de entrar en la industria del sexo solo se puede discutir dentro de un contexto donde no existen otras posibilidades. La mayoría enfatizaron que las mujeres que están en la prostitución tenían muy pocas alternativas. Muchas hablaron de la prostitución como la última opción, o como una manera involuntaria de finalizar un “camino”. En un estudio, el 67% de los/as miembros de la policía que la CATW entrevistó expresaron la opinión de que las mujeres no entraron voluntariamente a la prostitución. El 72% de los/as trabajadores/as sociales que la CATW entrevistó no creían que las mujeres voluntariamente eligieran entrar en la industria del sexo (Raymond and Hughes: 2001).

La distinción entre prostitución forzada y voluntaria es precisamente lo que la industria del sexo está promoviendo porque si se puede utilizar esta distinción para legalizar la prostitución, el proxenetismo y los prostíbulos, la industria del sexo conseguirá más estabilidad y seguridad legal. Las mujeres que presenten cargos contra los proxenetas o contra cualquier persona, tendrán que presentar la carga de la prueba y demostrar que fueron “forzadas”. ¿Cómo van a poder demostrar la coerción las mujeres marginadas? Si las mujeres tienen que demostrar que se utilizó la fuerza para reclutarlas o que la utilización de la fuerza forma parte de las condiciones de trabajo, muy pocas mujeres que están en la prostitución tendrán recursos legales y muy pocos culpables serán procesados.

Muchas mujeres que están en la prostitución tienen que mentir constantemente sobre sus vidas, sus cuerpos y sus respuestas sexuales. Mentir es una parte de la definición de su trabajo cuando un cliente pregunta: “¿Te ha gustado?”. Algunas supervivientes de la prostitución han señalado que después de haber dejado la prostitución les costó mucho tiempo darse cuenta de que la prostitución no fue el resultado de una libre elección, porque el negar su propia capacidad de elección era negarse a sí mismas.

No hay duda de que un número pequeño de mujeres dice que ellas eligen ser prostitutas, sobre todo si se encuentran en contextos públicos organizados por la industria del sexo. De la misma manera, algunas personas eligen tomar drogas peligrosas como la heroína. Sin embargo, incluso cuando las personas eligen tomar drogas peligrosas, reconocemos que el consumo de dicha droga es perjudicial para ellos, y la mayoría de las personas no piden la legalización de la heroína. En esta situación, el perjuicio o daño lo sufre la propia persona, no el consentimiento de la persona.

Incluso un informe de 1998 de la organización ILO (Organización Internacional del Trabajo de las UN) que sugería que la industria del sexo fuera tratada como un sector económico legítimo, encontró que “... la prostitución es una de las formas de trabajo más alienada; la investigación [realizada en 4 países] demostró que las mujeres trabajaban ’sufriendo’ ‘sintiéndose forzadas’, o estaban ‘llenas de remordimientos’ y tenían una identidad negativa sobre sí mismas. Un número significativo de ellas afirmó que si pudieran dejarían el trabajo sexual (LIM, 1998: 213).”

Cuando una mujer continúa en una relación abusiva con una pareja que le maltrata, o incluso cuando ella le defiende a él, no decimos que esa mujer está ahí de manera voluntaria. Reconocemos la complejidad de su conformidad. Al igual que las mujeres maltratadas, las mujeres en la prostitución a menudo niegan los abusos si no se les ofrecen verdaderas alternativas.

10. Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.
En un estudio realizado por la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y financiado por la Fundación Ford, la mayoría de las 146 mujeres entrevistadas afirmaron de forma rotunda que la prostitución no debería de ser legalizada ni considerada un trabajo legitimo. Estas mujeres opinaban que la legalización supondría aumentar los riesgos y los daños que actualmente ya sufren las mujeres por parte de los proxenetas (Raymond et al, 2002). “Me niego. No es una profesión. Es humillante y es una forma de violencia masculina”. Ninguna de las mujeres entrevistada quería que sus hijos, familia o amigos tuvieran que ganar dinero a través de la industria del sexo. Una afirmó que “La prostitución me despoja de mi vida, salud, de todo”.


CONCLUSIONES

Los legisladores se suben al tren de la legalización porque creen que es lo único que funciona. Sin embargo, un Comisario de Scotland Yard ha afirmado que “Tienes que tener cuidado cuando legalizas algo solo porque crees que lo que estás haciendo no tiene éxito”.
Se oye hablar muy poco del rol que tiene la industria del sexo en la creación de un mercado global del sexo sobre los cuerpos de las mujeres y niños/as. En cambio, oímos hablar mucho sobre el hecho de conseguir que la prostitución se convierta en un trabajo con mejores condiciones para las mujeres a través de la regularización y/o legalización, a través de los sindicados denominados “trabajadoras del sexo” y a través de campañas que proporcionan condones a las mujeres que están en la prostitución pero que no les ofrecen ninguna alternativa. Oímos hablar mucho sobre cómo mantener a las mujeres en la prostitución pero muy poco sobre como ayudarlas a salir de ella.
Los gobiernos que legalicen la prostitución tendrán muchos intereses económicos en la industria del sexo. Consecuentemente, aumentará la dependencia de los gobiernos sobre la industria del sexo. Si se contabilizan las mujeres que están en la prostitución como trabajadoras, los proxenetas como empresarios, y los compradores como clientes de los servicios sexuales – legitimando y considerando a toda la industria del sexo un sector económico – los gobiernos abdicarán de la responsabilidad de conseguir trabajos adecuados y lícitos para las mujeres.
En vez de sancionar la prostitución, los Estados podrían centrarse en la demanda y penalizar a los hombres que compran mujeres para tener sexo, y podrían apoyar el desarrollo de alternativas para las mujeres que están en la industria del sexo. En vez de beneficiarse de los impuestos recaudados de la industria del sexo, los gobiernos podrían embargar los bienes de la industria del sexo e invertirlos en el futuro de las mujeres que están en la prostitución proporcionando recursos económicos y alternativas reales.

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Hombre que va de putas
Por Juan Carlos Volnovich - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 6:42 PM

En los últimos años la "prostitución" está siendo objeto de apasionados debates que tienen su eje en las cuestiones legales -la intervención del Estado en su reglamentación, prohibición o abolición-, los conceptos morales y éticos que están en juego, los determinantes sociales que la fundan y, por sobre todo, el protagonismo de tres de sus actores implicados : las prostitutas, los proxenetas y las mafias que dominan la trata y el tráfico con mujeres y niños : intentaré abordar el tema desde el punto de vista del "cliente". Pretendo acercarme al problema desde la psicología del usuario: aquel que consume prostitución.

Lo hago a sabiendas de que no existe una nosología que incluya a todos estos clientes; a sabiendas de que voy a verme defraudado si persigo un perfil particular, un tipo de personalidad en la que pudieran agruparse. Mis referentes serán esos seres anónimos, comunes, invisibles. Porque, si algo tienen en común los varones homo o heterosexuales que consumen prostitución, es justamente eso: son invisibles. Casi todos los trabajos de divulgación o académicos que se encargan del tema coinciden en ocultar y silenciar el lugar de los clientes. Estos escritos, al tiempo que vehiculizan la digna intención de estudiar el fenómeno y denunciarlo, protegen con un manto de inocencia a los usuarios. De modo tal que, casi siempre, referirse a la "prostitución" supone aludir a las prostitutas (putas, 'taxi-boys', travestis) ; a los rufianes y a los burdeles ; a las mafias y a los proxenetas ; pero no a los clientes.

Sin embargo, el cliente, el más guardado y protegido, el más invisibilizado de esta historia, es el protagonista principal y el mayor prostituyente. La explotación de mujeres, de niños y niñas se hace posible sólo gracias al cliente, aunque su participación en este asunto aparezca como secundaria, como secuela de un flagelo, como subproducto de una oferta.

Además, a los clientes mismos les cuesta aceptar su condición, representarse como tales. No se reconocen así.

Al poner el énfasis en los clientes pretendo, también, reformular la pregunta que generalmente tiene a las mujeres por destinatarias. Ésta es: ¿cuáles son las condiciones sociales y las determinaciones subjetivas que llevan a que una mujer se prostituya? Como aquí aparece, inevitable, una apelación a la pobreza, a la marginación, a la falta de oportunidades y al abuso sexual previo; como casi siempre aparece aquí la necesidad de discriminar la prostitución forzada de la prostitución "elegida libremente", es mi intención sostener, sin clausurarlo con respuestas apresuradas, el siguiente interrogante: ¿cuáles son las condiciones sociales y las determinaciones subjetivas que empujan a los varones a incorporarse al universo de clientes? ¿Por qué millones de varones eligen comprar (¿alquilar?) los cuerpos de mujeres, llamar sexo a esa operación y, aparentemente, disfrutar con ello? Más aún: ¿por qué se ha extendido tanto el consumo sexual pagado en épocas como la que nos ha tocado vivir, cuando la liberación femenina alienta una sexualidad a la carta "gratuita"?

Para comenzar, arriesgo un camino: el aumento del mercado de la prostitución, el tráfico internacional y la trata no están desvinculados de la globalización, por un lado y, por el otro, del movimiento mundial de mujeres y del feminismo contemporáneo, que interpelan al poder y ponen en cuestión, como nunca antes había sucedido, el dominio de los varones en la esfera pública. El tímido pero alentador debilitamiento del patriarcado, si no mantiene una relación causal, al menos coincide con el auge de la trata. Quiero decir: el reforzamiento de los valores más tradicionales en ese "coto masculino", verdadera religión que tiene a los clientes por feligreses y al burdel como parroquia -y que se caracteriza por su estilo violento y denigratorio de lo femenino- parece no ser ajeno a las contingencias por las que atraviesa el patriarcado.

Un cualquiera

Los clientes son tipos como cualquier otro: abogados, policías, arquitectos, psicoanalistas, gente de trabajo, políticos y desocupados. Señores de cuatro por cuatro y muchachos de bicicleta. Son púberes de trece años, adolescentes, jóvenes, viejos y ancianos. Casados y solteros. Son diputados y electricistas; curas y sindicalistas. Son capacitados y discapacitados. Son tipos sanos y enfermos. En definitiva, todo varón homo o heterosexual, en cuanto ha dejado de ser niño, es un potencial cliente. Así, no sería exagerado afirmar que la sola condición de varón ya nos instala en una población en la que hay grandes posibilidades de convertirse en consumidor.

Recientemente, Nicole Ameline, ministra de la Paridad y la Igualdad Profesional (equivalente a la Secretaría de la Mujer) de Francia, recibió una investigación realizada en ese país y auspiciada por el Mouvement du Nid. El elocuentísimo título de la investigación, firmada por Saïd Bouamama, es "El hombre en cuestión : el proceso de devenir cliente de la prostitución". La investigación consistió en una encuesta, entrevistas semidirigidas y grupos de reflexión con varones que voluntariamente aceptaron participar del proyecto. Fueron convocados a través de avisos que aparecieron en los diarios (incluso en periódicos de distribución gratuita) bajo la siguiente consigna : "El clientelismo es una construcción social y no producto de una tara individual pasible de ser curada o reprimida. ¿Está usted dispuesto a participar en una investigación sobre prostitución ?".

Una de los resultados más notables del análisis de las entrevistas es que la mayoría de los varones que consumen prostitución no pertenecen a edades avanzadas, ni son jóvenes acuciados por la erupción hormonal típica del ciclo vital, sino que tienen entre 35 y 50 años y son casados o viven en pareja. De entre ellos, el 55 por ciento tenía uno o más hijos.

A partir de la encuesta y sin ánimo de tipificarlos, es posible agrupar las lógicas argumentales a las que recurren los entrevistados para fundamentar su afición a la prostitución.

Una de ellas es la abstinencia sexual y la soledad afectiva. La mayoría de los clientes habituales y ocasionales explican su debilidad por las prostitutas en función de su timidez, del temor a las mujeres o por otras inhibiciones. Ubican el bypass a la prostitución cuando el contacto con las mujeres verdaderamente deseadas se les ve dificultado. Del desempeño en las entrevistas surge que la falta de confianza en sí mismos, la baja autoestima, heridas narcisistas provenientes de desengaños amorosos, yacen bajo la explicación que los empuja a los contactos fáciles que la prostitución ofrece. Así, la abstinencia sexual y la soledad afectiva se constituyen en la primera causa aducida para devenir cliente -el 75 por ciento de los casos- : esto es, resulta ser la principal estrategia de justificación, que instala a los clientes en el lugar de víctimas. Como víctimas de sus propias insuficiencias, aspiran a la comprensión y pretenden otorgarle un sentido aceptable al consumo sexual pagado.

La segunda causa a la que apelan los entrevistados es la desconfianza, el temor y el odio que les inspiran las mujeres. En este grupo se encuentran los varones que fundan su misoginia en experiencias conyugales desastrosas, divorcios controvertidos que vinieron a confirmar lo que siempre sospecharon: que las mujeres son -todas ellas- interesadas, despiadadas, egoístas, complicadas e intrigantes. Es interesante observar que en este nivel se agrupan los varones que culpan a la sociedad por el protagonismo y el poder que las mujeres están logrando. Son varones que responsabilizan al feminismo contemporáneo por la pérdida de los valores tradicionales, al tiempo que añoran las épocas en que los hombres dominaban y ellas se sometían delicada y dulcemente a sus deseos.

La tercera categoría incluye a los consumidores de mercancías, esos varones que son empujados a la prostitución, según dicen, porque sus mujeres los someten a una vida sexual insatisfactoria. Para ellos, un abismo separa a la compañera afectuosa y cariñosa, que han elegido como novia o madre de sus hijos, del personal mercenario que contratan para satisfacer sus necesidades. Al leer sus respuestas parecería ser que responden precisamente a lo que Freud afirma en "Sobre una degradación general de la vida erótica" (1912): la sensualidad de un varón ligada en el inconsciente a objetos incestuosos o, mejor dicho, inscripta en términos de fantasías incestuosas inconscientes, tiende a expresarse como impotencia sexual y/o como afición a las prostitutas, práctica que garantiza un vínculo sensual donde nada de lo cariñoso esté presente. Estos varones sólo pueden ligarse sexualmente con mujeres que ni de lejos evoquen los objetos incestuosos prohibidos, ya que su vida erótica permanece disociada en dos direcciones : una encarnada en el amor "puro", la ternura, el cariño desinteresado, que está más allá del sexo y del dinero ; la otra, encarnada en la atracción terrenal, el deseo animal, la pasión desafectivizada. Si aman a una mujer, no la desean. Y, si la desean, no pueden amarla. En las prostitutas encuentran mujeres que no necesitan amar para poder desear. A diferencia de los varones del grupo anterior -los que culpan a la sociedad y responsabilizan al feminismo por empujarlos al consumo de prostitución - éstos son varones esencialistas. Están convencidos de que las urgencias del deseo, que los llevan a tratarlas como objetos descartables, están dictadas por su naturaleza masculina.

Una cuarta categoría incluye a los que explican el consumo de prostitución por cumplir el imperativo de una sexualidad que eluda cualquier tipo de responsabilidad que pueda devenir de un vínculo estable con el "sexo opuesto". Pagan para ahorrarse los problemas que toda relación afectiva supone y pagan para confirmar que sus partenaires no desean otra cosa más que su dinero. El 43 por ciento de los encuestados adhirió a esta postura por considerarla una excelente elección para varones casados, que, aun teniendo conflictos conyugales, no estaban dispuestos a correr el riesgo de una ruptura matrimonial.

Finalmente, Bouamama identifica una categoría más, la que incluye a los adictos al sexo: esos varones impulsivos y compulsivos que no pueden renunciar a este tipo de encuentros fáciles e inmediatos; relaciones que no requieren pasar por rituales de seducción y conquista. Para estas personas, el sexo está ubicado en el lugar que la droga ocupa para los toxicómanos.

Pero tal vez el dato más significativo que aporta la investigación es el siguiente: el 75 por ciento de los clientes se declaran insatisfechos en las relaciones con las prostitutas. Un 59 por ciento se lamenta por padecer algún tipo de disfunción sexual que incluye la eyaculación precoz, la impotencia o la dificultad para eyacular. La mayoría se queja de experiencias que los dejan defraudados, disconformes y decepcionados; otros prefieren aceptar que se sienten ridículos y patéticos por tener que recurrir a la prostitución. Así, los varones que tienen relaciones sexuales con mujeres degradadas (cito a Freud) "evidencian claros signos de no hallarse en dominio pleno de su energía instintiva psíquica que se muestra caprichosa, fácil de perturbar, incompleta y, muchas veces, poco placentera". Y esta considerable limitación en la elección de objeto se debe a la distancia que mantiene con la siempre anhelada corriente cariñosa que, pese a todo, el cliente espera. "No me abraza ni me besa de verdad, y me despacha no bien termina el tiempo del acuerdo", se resiente uno de los entrevistados.

Prostituyente

Porque el caso es que, si en algún momento Freud afirmó que "la degradación psíquica del objeto sexual (la puta) cumple la función de abrirle el paso a una sexualidad que puede exteriorizarse libremente y le permite al varón desplegar un intenso placer", enseguida consignó que "aquellas personas en quienes las corrientes cariñosa y erótica no han confluido debidamente viven, por lo general, una vida sexual poco refinada. Perduran en ellas fines sexuales perversos, cuyo incumplimiento es percibido como una sensible disminución de placer". Contradicción freudiana que los varones encuestados por Bouamama vienen a confirmar.

Contradicción e insatisfacción de los clientes que, aun así, no alcanza para perturbar el auge indetenible de la demanda de prostitución. Porque de lo que aquí se trata no es otra cosa que la subordinación de los varones a un imperativo que tiene como fin último atenuar el temor al cuerpo de la mujer; la compulsión a controlar y expropiar a las mujeres de su deseo. De lo que aquí se trata es de que en ese encuentro pautado por horario, lugar y precio -vivido siempre como pretexto para el despliegue de una escena totalmente ritualizada, simulacro de un encuentro sexual, parodia de una relación pasional-, todo está puesto al servicio de la dominación, la denigración femenina y, dicho sea de paso, de la humillación masculina en aras del refuerzo de la virilidad convencional.

Así, la "prostitución" deviene el analizador primordial de la cultura actual. Analizador, en el sentido que este término tiene para el análisis institucional: analizadores son esos indicios que explicitan la existencia de conflictos, deseos y fantasmas en la vida social. La "prostitución" es el analizador primordial de la cultura actual, no sólo por la incomodidad ética que genera, sino también porque es en la explotación sexual comercial donde el patriarcado lleva al límite los valores impuestos por la sociedad de consumo y se hace evidente la condición de mercancía de los cuerpos. Cuerpos cuyo aprovechamiento y goce tiene un costo y un rendimiento que se juega en el intento fallido por reforzar la presencia del equivalente universal dinero y por restituir (si es que alguna vez lo han perdido) el poder de los varones.

Antes afirmé que los clientes, los más guardados de esta historia, eran los principales prostituyentes. Son, también, los que deciden la incorporación creciente de productos exóticos (asiáticas, latinas o negras destinadas a los blanquitos del Norte) y de la cada vez más reducida edad de la "mercadería" que consumen. Entonces, al poner el foco en las mafias, al penalizar a los proxenetas y a las prostitutas, se elude a los clientes y, de esta manera, la sociedad en su conjunto se encarga de aliviar la responsabilidad que cae sobre aquellos que inician, sostienen y refuerzan esta práctica. Por eso, sostengo que cualquier intervención en este problema debería tener en cuenta las representaciones que en el imaginario social legitiman la prostitución. La legislación del Estado o los tratados internacionales, necesarios como son, nunca serán suficientes para remover las prácticas convalidadas por las costumbres: ancestrales derechos de los hombres sobre el cuerpo de las mujeres, derechos de los poderosos sobre el cuerpo de los débiles.

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Spammers, estafadores y disfrazados
Por --- - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 7:14 PM

Solamente voy a decir lo siguiente: los dos últimos y larguísimos posts no son opiniones o ponencias de foristas, sino documentos o declaraciones de presuntas “autoridades en la materia”.

La primera de ellas, como ya sucedió en otros tramos de este debate, pretenden responder las críticas clasistas al feminismo burgués encasillando el debate en la alternativa entre regulación y prohibición o cosas por el estilo. Ello da por supuesto que se trata de una discusión entre entidades feministas o gremiales y el estado, lo que de ninguna menera es el caso.

Esto es falso: prácticamente ninguno de los foristas que se han mostrado críticos hacia la penalización de los “clientes” u otros planteos del feminismo burgués han sido planteados desde la reivindicación del papel del estado burgués.
Por esa razón, quien pegó el penúltimo post debe ser lisa y llanamente considerado como un spammer, que no interviene en un debate de acuerdo a los términos en que éste ha sido planteado, sino que corta y pega un kilométrico (y nefasto) documento preexistente (y predigerido) para dejar sin responder aquello que no se siente capaz de responder.

El segundo de los posts está firmado por Volnóvich (aunque difícilmente haya sido él quien lo pegó).
Ante este último spam, lo único que cabe decir es que quien lo pegó explicite la trayectoria política del tal Volcóvich, y después seguimos discutiendo (si es que, a esta altura, queda alguna cosa que discutir).

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Prostitución, otra forma de explotación en la sociedad de clases
Por El Militante - Wednesday, Oct. 01, 2008 at 7:28 PM

Que desde las filas de la burguesía se alcen cada día más voces defendiendo que las relaciones sexuales entre seres humanos son un terreno más que explotar para la obtención de beneficios, tiene su lógica. Desde su punto de vista, los oprimidos no merecen más consideración que la maquinaria o materia prima que albergan sus fábricas. Otras prácticas habituales como la explotación infantil demuestran que en su concepción de la sociedad, los sectores más débiles y desprotegidos también son despojados del derecho a una vida plena y feliz.

Sin embargo, cuando desde las direcciones de organizaciones construidas por los trabajadores se reivindica la prostitución como una "actividad laboral" más, estamos ante una de las expresiones más repugnantes de su bancarrota ideológica. Tal es el caso del Grupo Parlamentario de IU-ICV, que en febrero de este año defendió la necesidad de impulsar una regulación que ofrezca garantías sociales, laborales y de seguridad para las mujeres y hombres que ejerzan en el negocio del sexo de manera voluntaria. O de la dirección de CCOO, que el pasado junio, en la presentación de un libro titulado Derechos de ciudadanía para trabajadoras y trabajadores del sexo, nos explicaba por boca de la profesora Ruth Mestre, que la prostitución es un trabajo porque "se utilizan energías para satisfacer necesidades básicas". Esa es la clave, hacer un negocio, mercantilizar las necesidades básicas de los seres humanos. Se trata de la misma lógica que les lleva a admitir que empresas privadas tienen derecho a explotar necesidades tan elementales e imperiosas para las personas como la atención médica o la educación. Desde su punto de vista, el derecho de los capitalistas a obtener beneficios está por encima de cualquier otra consideración, incluso la salud y el bienestar emocional de los individuos.
Estos elementos que se definen de izquierdas y progresistas, en realidad están profundamente intoxicados por la ideología burguesa, admitiendo como verdades las mentiras que el capital fabrica para seguir sometiendo a nuestra clase. De hecho, su coartada ideológica en el debate sobre la legalización de la prostitución es la voluntariedad con la que muchas mujeres y también hombres, ejercen este "oficio". Hace muchos años ya que Marx y Engels desmontaron la falacia de que bajo el capitalismo las personas son libres de elegir. Explicaron que si bien, a diferencia de la esclavitud o la servidumbre, el asalariado no es propiedad de un capitalista individual, el conjunto de la clase obrera es propiedad del conjunto de la clase capitalista, ya que está condenada a vender su fuerza de trabajo en el mercado laboral para poder subsistir. Es francamente trágico, que encaramados sobre las siglas de organizaciones obreras como IU o CCOO, encontremos individuos que hablen de voluntariedad en el ejercicio de la prostitución, cuando estudios independientes afirman que el 90% de las mujeres afectadas son inmigrantes, en muchos casos en situación irregular, explotadas por mafias sin escrúpulos.

Abolir la prostitución y la sociedad de clases

Es más, a pesar de ser conocida popularmente como "el oficio más antiguo del mundo", la prostitución no ha existido siempre. Semejante afirmación, al igual que otras como "siempre ha habido pobres y ricos", no sólo es engañosa, también interesada. Nos da a entender que las cosas siempre han sido y serán así. Sin embargo, tal y como Engels demostró en su texto El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, antes de la sociedad dividida en clases existió el comunismo primitivo: "Sin soldados, gendarmes ni policía; sin nobleza, reyes, gobernadores ni prefectos; sin jueces, cárceles ni procesos". Los instrumentos de coerción no eran necesarios, ya que hombres y mujeres eran iguales en derechos, no existía la explotación del hombre por el hombre ni la opresión de la mujer.
La prostitución era por tanto inconcebible, tanto como el hambre de unos frente a la opulencia de otros. Fue la aparición de excedentes en la producción y el nacimiento de la propiedad privada, lo que introducirá diferencias entre los miembros de una misma comunidad, abriendo así la puerta a la desigualdad, al sometimiento de una parte de la sociedad por otra, a la opresión de la mujer, a la mercantilización de todas las facetas de la vida humana: el trabajo, la alimentación o las relaciones familiares y sexuales. La prostitución, que no es más que una variedad de explotación, es una consecuencia más de la sociedad dividida en clases, al igual que la pobreza y la opresión.

En el fondo, la defensa de ideas como el reconocimiento de "actividad laboral" de la prostitución, no es más que otra consecuencia del abandono por parte de los dirigentes reformistas de las organizaciones obreras de la lucha por acabar con la sociedad dividida en clases, o lo que es lo mismo, de su convencimiento de que el capitalismo es el mejor de los sistemas posibles.
Que algo exista, incluso aunque sea desde hace mucho tiempo, no lo hace ni justo ni aceptable. Seguramente desde los escaños del Parlamento o desde los despachos enmoquetados de la sede confederal de un sindicato, la prostitución se ve desde una "perspectiva" distinta a la de un bar de alterne o una calle oscura. Nunca, desde el marxismo revolucionario, cuestionaremos la indudable dignidad de las mujeres, hombres y niños obligados a prostituirse para sobrevivir. Por el contrario, precisamente porque consideramos que el hecho de ser un ser humano, sin distinciones de sexo, raza o clase, confiere a cualquier individuo el derecho inalienable a una vida digna y plena, luchamos no sólo por un salario decente, por el acceso a una vivienda digna, por disfrutar de una enseñanza y una sanidad pública y de calidad; también exigimos el acceso real a la cultura, al arte, al tiempo libre, a la afectividad y sexualidad libre, a todo aquello que nos hace realmente humanos. Queremos el pan, y también las rosas. Por eso combatimos por la abolición de la lacra de la prostitución, en todas sus manifestaciones.
Nuestra moral es una moral revolucionaria, que se basa en todo aquello que sirve para hacer avanzar la lucha de los oprimidos por su liberación. Por ello nos permitimos dudar de la dignidad de aquellos que, desde su cómodo estatus social y material obtenido a través de un sindicato o un partido obrero, se emancipan individualmente a cambio de defender la perpetuación de la opresión de la clase a la que dicen representar.

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otra vez la feminista burguesa
Por Jose - Thursday, Oct. 02, 2008 at 10:20 AM

En primer lugar, no soy José, sino Josefina, pero Alienígena no leyó la nota lo suficientemente bien como para advertir que uso la primera persona del plural en femenino. Como tampoco se fijó que menciono 6 veces de las travestis en situación de prostitución y 3 veces de los hombres en situación de prostitución, pero como él es tan progre se permitió acusarme de sexista por no hablar de ellxs.

La comparación con el consumo de drogas fue porque en un posteo anterior alguien hizo esa analogía, y lo que quise decir es que no se puede comparar consumir cosas, como son las drogas, con consumir gente. Pero me parece que lo que escribí fue muy complicado para Alienígena…

Sí, en realidad soy una moralista burguesa chupacirios y reprimida, por eso estoy a favor de la despenalización del consumo de drogas (como consumidora ocasional que soy), en contra del matrimonio y de “la familia”, a favor del derecho al aborto libre, legal y gratuito, por el reconocimiento de la identidad travesti; soy anticapitalista y antieclesiástica, y en materia de sexualidad opino que cada quien hace de su culo un colectivo y lleva a quien quiere. Espero que ahora que aclaré esas cosas pueda seguir opinando sin que me descalifiquen automáticamente.

No vivo de una ONG, jamás ví un peso (o dólar o euro) de subsidio en mis años de militancia, y de hecho hace meses que trabajo sin cobrar, porque en mi área (estoy a punto de recibirme de bióloga) hay que trabajar gratis antes de poder empezar a ser negreadx por el Estado como agente de “ciencia y técnica” (ja). Los estipendios de beca, tan bajos como cualquier sueldo que no alcanza para nada hoy en día, no tienen aportes, ni obra social, ni cuentan como un sueldo para pedir un crédito (en caso de que pudiéramos pagarlo, por supuesto). La mitad de la gente que conozco está en una situación laboral bastante precaria y mi novia, sin ir más lejos, labura 11 hs por día en una multinacional explotadora y para un tipo que la tiene en negro; así que no, no estoy a favor de la expropiación del trabajo para generar plusvalor.

Tienen un punto quienes dicen que algunas cosas con las que objeto a la prostitución aplican para el trabajo en general también. Pero igual creo que en la prostitución hay un componente de violencia (de género) que no se resuelve eliminando la pobreza y la explotación laboral en general. Y si un análisis de la prostitución está incompleto sin un análisis del trabajo, no menos cierto es que está incompleto sin una visión de género. Porque el género cruza la clase tanto como la clase cruza al género. Pero si digo estas cosas es porque soy una feminista burguesa, y mi opinión no cuenta.

El mismo que dice que a él lo explotan laboralmente porque no puede zafarse del sistema, lo cual es cierto, y dice que eso está mal, lo cual también es cierto, no tiene ningún problema en explotar a su vez a la / el prostitutx que a se vez está en esa situación por necesidad, o porque es travesti y la sociedad y el estado no le dejan otra alternativa. Si eso no es un doble discurso, no se qué es. Quizás sea que ese tipo no tiene una fábrica textil llena de esclavxs bolivianxs por una simple falta de oportunidades, pero lo haría si pudiera… Y después la expropiadora soy yo.

Nadie cuestiona en estos posteos que coger no es un derecho humano inalienable como comer o una necesidad ineludible como respirar. Quiero decir la “necesidad” de coger como algo que tiene que satisfacerse por la fuerza si es necesario, a costa de quien sea y de lo que sea, y que por eso tiene que existir la prostitución, que provee ese “servicio”. Ni yo, que se supone que tengo que odiar a los hombres por ser feminista, creo que sean como animales en celo que no pueden controlarse. Además que sostengo que la sexualidad, su libre expresión, es un derecho de todxs pero la sexualidad de la prostitución es una forma de violencia- hago la aclaración después porque estoy harta de que me digan que mi problema es que soy una reprimida. Quizás si mañana hacemos la revolución, o Gebús obra un milagro, tenemos el mundo “perfecto” como quiera que se lo imaginen; quizás sería posible que la prostitución la ejerzan solamente quienes tienen auténtica vocación por ella y no genere la desaparición forzada de cientos de miles de personas en todo el mundo, pero hoy y ahora, es inevitable que sosteniendo este negocio mafioso le caguen la vida a otros y otras, especialmente otras.

Piensen que miles de hombres han usado a las mujeres y adolescentes desaparecidas cuyas fotos circulan desde hace años por el país. Muchos deben haberlas reconocido, pero ninguno habla. Ustedes, que son tan iluminados y abiertos, a diferencia de las feministas burguesas como yo, ¿qué proponen, mientras esperamos a que se acaben el hambre y las injusticias? Digamos que tienen razón, que estoy diciendo boludeces y mezclo cosas y todo. Parece que igual están de acuerdo en que la desaparición y prostitución forzada es un abuso. ¿Les importa? ¿Hacen algo? Podría ser que mañana se lleven a una niña o mujer que signifique algo para ustedes, a su pareja, su hermana, su hija o su amiga; ¿qué van a sentir cuando miren a otros hombres a la cara y se pregunten si él se la cogió anoche y no dice nada, mientras ustedes la buscan?

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Se torna denso
Por Pancho pero no Canibal - Thursday, Oct. 02, 2008 at 11:02 AM

Pueden abreviar o directamente poner sus oponiones personales en vez de pegar articulos largos que hacen engorroso el tema? eh?

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fina
Por --- - Thursday, Oct. 02, 2008 at 11:34 AM

Si firmaste como "Jose", sos vos misma la que suscitaste la confusión. La ausencia de un acento en este contexto no es un indicio de nada, la presencia de una "a" en lugar de una "o" podría ser simplemente una errata (eso lo más frecuente).

Por las dudas, antes de ordenar la publicación, revisé este texto y corregí las erratas que encontré (no es que no las haya cometido).

No sé si estuve equivocado o no, pero había pensado que eras la misma persona que antes firmaba como "mariposa" y de la que yo creía, al revés que una compañera que la criticó, que se trata un hombre.
En mi opinión, más allá de su contenido docrinario, tu discurso me da la sensación de que quiere parecerse al de un varón (y la apocopación de tu nombre no es incongruente con esa apreciación).

Cierto que mencionaste la prostitución masculina y travesti, pero TODA tu argumentación gira exclusivamente en torno al sometimiento de la mujer. Ése era el punto y no se gana nada con eludirlo.

En segundo lugar, si es por leer mal, "Alienígena" no es mi nickname, sino el título del post. Mi nickname es "---".
Ese título quería aludir al caracter alien(ante) de tus argumentos (alienante respecto del sujeto en nombre del cual pretendés estar hablando, algo de lo que tus sucesivos posts me van convenciendo cada vez más).

En general, no contestaste ninguno de mis argumentos, empezando por la cuestión de que la comparación entre tu postura y la de los penalizadores del consumo de droga es válida porque, al igual que los teóricos económicos neoclásicos, identifica al consumo y al consumidor como las reales causas de los procesos sociales. Es un paradigma 100% burgués (tanto como lo son la idea de que las relaciones sexuales son, "por naturaleza", un asunto íntimo, o tu apreciación naïf sobre los "trabajos normales", etc.).

Tampoco contestate otros argumentos que rebaten tu postura. Más bien te dedicaste a hablar de vos misma, como si fuera eso lo que importara.
Encima, tu contestación de que trabajás gratis (en la profesión universitaria que elegiste estudiar) sólo pone en evidencia que no vivís de tu trabajo y que tus condiciones de vida están muy lejos de las de los sujetos reales en nombre de los cuales prfetendés hablar. Desde mi particular y seguramente arbitrario punto de vista, no puedo decir que te hayas ganado un punto.

También leíste mal el señalamiento de que, una vez eliminadas las causas económicas, puede llegar a subsistir la prostitución, lo que vos atribuís exclusivamente a la dominación del género (y así es como leíste la admisión de que, eventualmente, la prostitución pueda subsistir a la eliminación de condicionantes económicos).
Insisto: como si toda prostitución fuera femenina... Insisto también en que hablar de "prostitución VIP" para caracterizar a las mujeres o los hombres que eligen prostituirse simplemente es un expediente para expulsar de la realidad aquello que queda fuera de tus prejuicios doctrinarios.

No soy especialista en la materia, pero los hay que sostienen que antiguamente hubo prostitución -de carácter religioso o ritual- en sociedades matriarcales, lo cual nos dejaría un poco lejos de tu definición de la prostitución, que sin duda contiene elementos de verdad (especialmente en la actualidad) pero no los contiene todos.
Quizás resulte que los antropólogos o cientistas sociales que afirman lo anterior no sean más que machistas recalcitrantes, pero yo creo que la pretensión de circunscribir, de modo exclusivo y de una vez y para siempre, la prostitución dentro de la dominación de género, no pasa de ser una "naturalización" ideológica, como lo es, por otra parte, la descalificación o la estigmatización de quienes eligen prostituirse -algo en lo que vos misma caés con tu expresión "prostitución VIP"- o como lo es también la tradicional estigmatización que consiste en llamar "putas" a aquellas mujeres que manifiestan abiertamente su deseo sexual (qué casualidad ¿no?).

Imagino que, con lo que voy a decir me ganaré tu ira pero, ya que tanto hablaste de vos misma, me permitiré una opinión personal: Me parece que mostrás el perfil psicológico típicamente "anti-hombres" de algunas mujeres que, en virtud de sus particulares preferencias, han excluido al género masculino de su vida sexual. Es como si estuvieras tan enojada o disgustada con los varones que tu argumentación no puede girar sobre otro eje que ése.
Eso quizás dice algo de vos, pero no aporta gran cosa a un debate serio sobre la prostitución.

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Fina? OK, quedamos así...
Por Jose (sin interés en ser José) - Thursday, Oct. 02, 2008 at 5:44 PM

Esto sería menos cansador si se molestaran en leer los posteos anteriores. Pero es mi última intervención, ya que evidentemente seguir escribiendo para nunca poder ser una interlocutora válida, es perder mi tiempo.

Nunca dije que hablo POR la gente en situación de prostitución. Opino porque me importa, como me importa el aborto aunque no lo necesite, como me importa la pobreza aunque no la sufra. Si hablo de mis circunstancias es porque cada cosa que escribí me la rebatieron diciendo que mi ideología no es válida por mi vida personal: porque soy burguesa, moralista, reprimida, odio a los hombres, no me prostituyo, estoy en contra del consumo de drogas, etc. Si rechazan mis argumentos diciendo cosas falsas sobre quién soy y cómo vivo, lo aclaro para poder seguir debatiendo, y ahí me acusan de hablar de mí... ¿Qué tengo que hacer para poder hablar? La respuesta es: nada. En este foro, no tengo derecho a opinar.

Obvio que lo importante no soy yo, lo importante, en este “debate” en particular, es lo que le pasa a las mujeres, las travestis, los hombres y niños/as en prostitución (¿ustedes sí lxs representan y cuidan sus intereses?). Ninguno de los que escribió acá se prostituye y es obvio que no están en la miseria, porque tienen acceso a una computadora con internet y plata para irse de putas, pero ustedes sí pueden opinar. Está bien, si quieren tener razón la van a tener, nada de lo que dijimos les importa.

Supongo que les jode que queramos meternos con su privilegio de usufructuar a lxs prostitutxs. Son los típicos que harían la revolución de la puerta de sus casas para afuera. Así nos va, con gente copada como ustedes.

Ah, por cierto, en qué quedamos? ¿Soy una resentida que odia a los hombres o quiero ser un hombre?

Sea como sea, se ve que tengo una vida sexual más satisfactoria, no tengo que pagarle a nadie, al contrario de ustedes…

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para el lado de los tomates
Por --- - Thursday, Oct. 02, 2008 at 6:37 PM

Según habías dicho vos misma, "fina" es la parte de tu nombre que sigue a "Jose"...
¿También eso lo habré leído mal?

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Ser libre
Por DSM - Friday, Oct. 03, 2008 at 4:17 AM

Quieras o no Josefina adoleces de una gran Misandria. A nosotros y tu conciencia la podras enconder pero a lo mas profundo de tu esencia no.....

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...
Por DSM - Friday, Oct. 03, 2008 at 4:54 AM

Tanto es asi... que te recordaron parte de los sentimientos que guarda tu esencia y ya das "por finalizado el debate" y permaneciendo en forma rigida con tu punto de vista.

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el problema es la segmentación
Por uhh - Friday, Oct. 03, 2008 at 10:52 AM

el problema aca se basa en que si segmentamos en caracteres diferentes a todxs lxs explotadxs y no nos ponemos del lado del que ya, hoy, necesita respuestas, entonces sea hombre o mujer y por mas revolucionarios que nos autoproclamemos, su realidad va a ser la misma, digo, por ejemplo, unas preguntas a lxs que saben mejor

- la mayoria de las personas que se prostituyen lo hacen por gusto y decision propia?

- si solo fuera una sola persona la que no lo hace por desicion propia es gravisimo, pero creo que la MAYORIA no lo hace porque es lo que le gusta, entonces hablar como si fuera lo mismo, es mas fácil para quienes defienden a los que lo hacen por voluntad propia. y asi ademas de haber formado caracteres se ubican entre los mas cómodos como si fueran los mas representativos: NINGUNA MUJER NACE PARA PUTA

lo que quiero decir es que la discusion es absurda, en que vamos a modificar nosotrxs nuestra actitud cotidiana?

porque se convierte en un tema mas para el fetiche zurdo, este de mirà yo la tengo mas larga porque creo tal o cual cosa y esa es la verdad. la verdad es que hay miles de mujeres, niños, jóvenes desaparecidxs, y por no ser considerados desaparecidxs políticos (cosa que como ricotero no entiendo ya que me quedo claro que todo preso es político, y por lo tanto lxs desaparecidxs tambien) no son sumadxs a la lista de los 30.000, a julio lópez si, no entiendo por què, en el menemismo hubo muchos desaparecidos con la misma metodologia y logica, donde esta la cuenta de lxs desaparecidas para ser prostituidas?

asi seguimos justificando la teoría de los dos demonios, al reivindicar solo a lxs caidxs que han sido militantes de los 70 y no a todxs, se podria hacer por década o como sea, pero si no se dice se es cómplice de la demotrucha.

jose, yo tb pense que eras hombre, sera un acto fallido machista, es posible, mira que interesante lo que dice el loco este, jaja. pido disculpas.

en que quedamos, se puede saber? es relevante saber y estar de acuerdo sobre si la prostitución a eleccion es o no un trabajo? de ser un trabajo, no sigue siendo injusto?
la mayoria de las personas que se prostituyen, por que lo hacen? no son mas las desaparecidas que lxs que lo hacen por voluntad propia?

si fuera relevante saber si es un trabajo o no, la diferencia no serviria para desmovilizarnos? ya que se tendrian dos interpretaciones de un problema que hoy es secundario? el principal problema es la trata, lo mas urgente, acordemos en eso, si es un trabajo o no decidamoslo cuando ya exista un plan de recuperacion de personas efectivo. por otro lado repudiemos a los consunidores, yo no tengo sexo (no he pagado nunca) hace un monton y no me molesta clavarme una buena paja, asi que no podria justificar a los consumidores porque se que se puede vivir sin sexo y mas si la unica forma que tienen es pagando a otra persona para que se humille, por su voluntad o no.

es un gran dilema, saquemos cosas concretas de aca asi es productivo.

cuando se va a discutir la ampliacion de la lista de desaparecidxs?

que acciones cotidianas debemos cambiar para que no siga pasando?

otra cosa muy importante, se han dado cuenta como los medios a traves de sacar a la luz algunos de estos hechos los fomentan.

sino miren el caso de nicol neuman (hermosa!!) si hermosa, tambien porque me crie desde chico con ella, pero hay muchos que ahora son adultos que crecieron con estructuras mentales erradas a partir de eso, con vicios y con deseos, y encima la muestran,

han visto casi ángeles? tinelli? y toda la basura que esta apuntada a un target en formación, que se viene formando hace bastante y que justifica la trata de personas?

con respeto

oveja negra.... behhh behhhh

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para el debate...
Por raas - Tuesday, Oct. 07, 2008 at 3:48 AM

"Cuando Abusamos del abuso machista"
http://www.nodo50.org/ekintza/article.php3?id_article=442
http://argentina.indymedia.org/news/2008/09/629355.php

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SIGAN ADELANTE
Por aac - Thursday, Oct. 09, 2008 at 2:52 PM
alejandraadriana@hotmail.com 04794496596 noruega

sigan adelante,no estan solas

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ABOLICIÓN DE LA PROSTITUCIÓN YA!!!
Por Carlos Dellepiane - Wednesday, Nov. 19, 2008 at 3:07 PM
tukudellepiane@hotmail.com 03814369256

CHICAS: Acá ya han escrito una sarta de "progresismo" toda clase de machistas (varones y también mujeres, ya q para ser machista como todos los diablos no es necesario tener tal o cual órgano sexual) No voy a argumentar mucho, tengo la cabeza un poco quemada hoy,JAJA, he estado combatiendo pedófilos y sadomasoquistas on-line, que hacen de las suyas. Solo quería hacerles llegar mi adhesión a ustedes y a todos y todas los que compartimos esta lucha contra la degradación del cuerpo y la sexualidad de las mujeres, que en este mundito tan particular y tan "progre" que vivimos se camufla de mil cosas y se disfraza con eufemismos hipócritas y autocomplacientes. Ojalá se pudiera meter en cana a todos los bastardos que explotan a mujeres, niñas y niños, incluso a los "clientes". Para algunos "progres" que se fueron de boca, sepan q muchas de las mujeres de AMMAR ni ahí están por la legalización, se siguen prostituyendo porque no les queda otra, y mientras tanto los hediondos fiolos y clientes también se organizan y aparatean e infiltran organizaciones de mujeres (y de mujeres en situación de prostitución), y así crean esa movida de mierda que quiere hacernos creer que es "un trabajo como cualquier otro", y así en muchos sitios (Australia, por ejemplo) han logrado que la mierda de la prostitución sea una floreciente industria que lo invade todo con el visto bueno de las instituciones "democráticas" del patriarcado. De fiolos pasaron a "respetables empresarios", y a todo esto la prostitución ilegal creció tanto o más que la legal y cada vez son más las mujeres y niñas que son inducidas a esta basura, todo en pos del sacrosanto derecho de los "machos" a tener vaginas y anos a su disposición sin impedimentos "moralistas". Sin embargo, señores "progres" del proxenetismo ilustrado, un país tan progresista como Suecia ha prohibido toda oferta de comercio sexual y ha reducido enormemente todas las formas de prostitución, sin penalizar a las mujeres prostituidas sino simplemente dándoles otras oportunidades más allá de ser culos y vaginas a disposición de los hediondos. Un consejito a las "feministas" posmo pro-comercio sexual: tal vez les haría bien leer un poquito a auténticas feministas como Sheila Jeffreys, que ha dedicado su vida a este tema y tiene mucho que contarles. Bien ahí los tipos valientes que rompen con la masculinidad impuesta por el patriarcado y se animan a posicionarse públicamente en contra de esta hediondez de la explotación sexual de mujeres, niñas y niños, "consentida" o no. DEstruyamos toda forma de violencia sexual: violación, abuso, acoso, prostitución, BDSM, pedofilia y pornografía. Caguémonos en el género y caguémonos en el capital. SIN AM@S NI ESCLAV@S. LIBRES O MUERT@S. REBELDES!!! NI PUT@S NI SUMIS@S!!!

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