Julio López
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Carta abierta a la comunidad universitaria
Por ADIUC - Thursday, Sep. 25, 2008 at 10:35 AM

El próximo sábado 27 de septiembre la comunidad de la Universidad Nacional de Córdoba y la sociedad toda espectarán una nueva Asamblea Universitaria, la cual habrá de resolver cómo se elegirán los cargos de conducción unipersonales, en especial el de Rector.

Hace poco tiempo un filósofo de nuestra Córdoba citando a un gran e íntegro italiano, expresaba: “En alguna página perdida escrita desde la cárcel, Antonio Gramsci sostuvo que la manera de gobernar se halla ya prefigurada en la forma a través de la cual un grupo político ha accedido a esa instancia. Si se llega matando, es difícil después dejar de matar; si se llega comprando voluntades, es difícil mantenerse sin seguirlo haciendo”.

Los acuerdos de poder que han trascendido indican que se impondrá la elección indirecta mediante Colegio Electoral, algo que, ya sabemos, hace inevitable tanto el tráfico de influencias como la rosca política. Parece ya “consensuado” que no se modificará la actual proporción de claustros, reafirmando el status quo con mayoría electoral de las minorías ilustradas. Señalan estos presuntos “consensos” que varias de las “futuras autoridades” no serán “futuras” sino las mismas con mandatos auto prorrogados. Algo inadmisible en cualquier institución democrática, máxime cuando quienes aparecen como claros beneficiarios del acuerdo son los padres de la contrarreforma neoliberal que está hundiendo la Universidad pública y gratuita, como el Decano de Medicina José María Willington, que hace rato vienen reciclándose.

De ser así, esta Asamblea Universitaria no habrá hecho otra cosa que reafirmar su incapacidad de someterse a autocríticas y producir verdaderos cambios.

La Universidad de Córdoba, una vez más envilecida, no hará sino mostrar el mayor de los conservadurismos, el cual lejos de buscar una integración plural y democrática con el cauce social, perseguirá, nuevamente, apartarse de él, reeditando a cada paso el espectro de los otrora Estados Pontificios: protegidos de la República por sus corroídos muros y dando señales a sus resignados feligreses de las alter decisiones monacales mediante el color del humo de la cocina política. ¿Cuál será la diferencia con el patriarcal Estado católico que también elige de manera indirecta y con “colegio electoral”?
Sin embargo, el drama no está ahí, sino en la distancia que media entre las preocupaciones electoralistas de las autoridades y las de “sus representados”, entre ellos los docentes universitarios, quienes llevamos años reclamando cambios de fondo para esta Universidad literalmente enajenada al gran capital industrial y agropecuario, tal como lo atestiguan los acuerdos marco de transferencia y el disciplinamiento curricular.

Una Universidad ganada por el desfinanciamiento, la pérdida de excelencia, los concursos amañados con cálculo electoral, la deserción intelectual por falta de perspectivas, los bajos salarios, las jubilaciones de hambre, la incertidumbre y la inestabilidad laboral, las pésimas condiciones de trabajo de numerosas dependencias, etc., lo cual hace que las gestiones surgidas de Consejos y Asambleas - sostenidas en las proscripciones de la mayoría de los docentes-, sordas a estos reclamos, además de ilustradas aparezcan como arbitrarias, llegando al absurdo de negarse a discutir con ADIUC en negociaciones paritarias locales.

La distancia salarial, política e ideológica existente hoy entre la carrera del grueso del funcionariado (sea éste docente, no docente, estudiantil o graduado) y las carreras subalternas del resto (sean docentes, no docentes o estudiantes), da una clara idea de cuál es la línea de corte y flotación existente en la Universidad y, también, de la falacia argumental de justificar la misma por la vía de los claustros.

Las Asambleas y Consejos se integran hoy por bancadas políticas y no por claustros. Salvo honrosas excepciones, dichas bancadas están decididas a reafirmar el actual orden, de ahí que no haya un solo corrupto denunciado en la justicia, al contrario, las acciones llevadas adelante contra ellos, por ejemplo la efectuada desde ADIUC contra el negocio de grado del Decano Nasario Kuyumlian, ha sido defendida desde la propia Universidad negándose incluso a la investigación interna que recomendaba la propia Cámara Federal. De igual modo, de no ser por las acciones sostenidas por un grupo de trabajadores y el fallo condenatorio de la justicia, Carlos Vallejo seguiría hoy sentado como paritario No Docente.

Resulta preciso, entonces, sincerar la existencia de dicha línea, la cual demarca campos en pugna: el de la contrarreforma neoliberal que pretende perpetuarse con esta ratificación asamblearia y el de la Universidad popular que busca abrirse paso.

En vísperas de la Asamblea que consagraría la actual gestión decíamos que se adelantaba la elección del Rector porque “aquella correlación permitía la reelección eludiendo el voto directo que reclamaba el conjunto de la comunidad universitaria, lo cual requería, entre otras cosas, la reforma previa de los Estatutos”, y afirmábamos: “… hoy tenemos que acudir lamentablemente a una Asamblea Universitaria que hace oídos sordos al viejo reclamo democrático y, lo más grave, se sostiene sobre la base de la proscripción de la mayoría de los docentes, a pesar del fallo de un juez de la nación que avaló la participación plena de todos los docentes en el acto eleccionario y que el Rector y el HCS nunca tuvieron en cuenta. Por esto ratificamos nuestra afirmación de ilegitimidad de estos consejeros elegidos y la necesidad de la urgente modificación del Estatuto Universitario, la consecuente renuncia de los consejeros y consiliarios elegidos desde la proscripción y la urgente necesidad de nueva elección directa, democrática, abierta y sin proscripciones de las autoridades. Por todas estas razones convocamos a los asambleístas en particular y al conjunto de los estudiantes, egresados, docentes y no docentes en general a unir sus fuerzas para reflexionar, comprometerse, participar y luchar por un camino de cambio de este modelo neoliberal imperante y volver a la fuente de la Reforma Universitaria”.

Cada una de estas palabras sigue vigente y hoy agregamos: en medio de la fenomenal crisis que azota al sistema de la educación superior de nuestro país resulta una banalidad dispensar tanto esfuerzos y talento para cambiar algo y que nada cambie.

Córdoba, 24 de septiembre de 2008

Moises Dib, Sec General de ADIUC - Eduardo Maturano, Sec Gremial de ADIUC

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