Julio López
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12 de octubre: Encuentro de Dos Mundos
Por Ideal.es - Monday, Oct. 13, 2008 at 11:13 PM

12.10.08 - EMILIO ATIENZA

EN 1981, tras la restauración borbónica y en vigor la Constitución española de 1978, el Real Decreto 3.217/ 1981, publicado en el primer Boletín Oficial del Estado del año 1982, refrendó el 12 de octubre como «Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad», confirmada en 1897 como Día Nacional de España, un día que a decir de historiadores como López de Gomara señala «la mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo creo, es el descubrimiento de las indias », es verdad que algunos afirman, con no poca pasión, que fue « la mayor desgracia de la historia y el exterminio de las grandes culturas precolombinas » y para otros «un acontecimiento muy superior a la llegada del hombre a la Luna».

Al margen de opiniones más o menos racionales La Hispanidad es un vocablo de uso corriente entre nosotros, en él se atisban o vislumbran de un modo confuso, al pronunciarlo, algunas de las ideas que esconde y contiene. Hoy, la Hispanidad circula como una moneda de valor y cuño conocidos a ambos lados del Atlántico. Pero a nosotros, ahora y en este momento, nos incumbe algo más que recibir la moneda, examinarla superficialmente y dejarla correr en el mercado. Desaprovecharíamos con estúpida frivolidad la ocasión si no intentáramos retirarnos con esa moneda a nuestro estudio a fin de considerarla con atención y minuciosidad, de repasar, despacio y con rigor, las honduras y el perfil de sus relieves, de leer con pausa sus orlas y leyendas y de profundizar en su hechura para conocer con detalle sus ingredientes y la ley que determina su íntimo valor.

Sin duda la situación socio-económica y política de Europa y España en 1492, acicateó los planes para buscar nuevas rutas a las llamadas Indias Occidentales y ampliar las áreas de comercio que interesaba a la naciente burguesía. En esas condiciones económico-políticas y sociales se produjo el llamado Descubrimiento y la inmediata conquista y civilización por España y casi en seguida por Portugal. Estos procesos hicieron que todo un continente saltara en un breve periodo de tiempo desde la Edad del Bronce a la del Renacimiento, con lo que esto supuso de revolución en el pensamiento y el conocimiento. El Encuentro de Dos Mundos tuvo otras consecuencias positivas para América, que sería necio negarlas, como la difusión de una nueva lengua, el español que se convirtió en la lengua franca de todo un continente; el surgimiento de nuevas colectividades culturales y étnicas; quizá también mejores formas de organización social y del Estado que las que tenían en esos tiempos los pueblos precolombinos.

Para la humanidad en su conjunto significó la difusión mundial de alimentos como la patata, tomate, maíz, cacao, etc., la beneficiosa expansión del comercio y navegación, y si bien se produjeron abusos contra la población nativa, la figura de Bartolomé de las Casas y la monumental obra de 'Las Leyes de Indias' que anticiparon el Derecho Internacional y la Declaración de derechos humanos, fueron fruto de una conciencia de protección del nativo.

Aproximarse a este tema es darse de bruces con manidos tópicos conocidos, con leyendas de hecatombes de indios pacíficos e inocentes y de tal modo se exagera la nota de brutalidad de los españoles, que Clemente Orozco, uno de los más grandes pintores mejicanos, no ha podido por menos que escribir estas paginas humorísticas: «La Conquista no debió haber sido como fue. En lugar de capitanes crueles y ambiciosos, España debió mandar una delegación numerosa de etnólogos, antropólogos, arqueólogos, ingenieros civiles, cirujanos, dentistas, veterinarios, médicos, maestros rurales, agrónomos, enfermeras de la Cruz Roja, filósofos, filólogos, biólogos, críticos de arte, pintores murales y eruditos en Historia. Al llegar a Veracruz, desembarcar de las carabelas carros alegóricos enflorados y en uno de ellos Hernán Cortes y sus capitanes, llevando sendas canastillas de azucenas y gran cantidad de flores, confites y serpentinas para el camino de Tlaxcala. Y después de rendir pleito homenaje al poderoso Moctezuma, establecer laboratorios de bacteriología, neurología, rayos X, luz ultravioleta, un departamento de asistencia pública, universidades, kindergartens, bibliotecas y bancos Poner a Alvarado, a Ordaz, a Sandoval y demás varones fuertes de gendarmes, a cuidar las ruinas Aprender ellos mismos los 782 idiomas diferentes que se hablaban. Respetar la religión indígena Impulsar los sacrificios humanos, con departamento de engorde y maquinaria moderna para refrigerar y enlatar y sugerirle, muy respetuosamente, al gran Moctezuma que estableciera la democracia en el pueblo, pero conservando los privilegios de la aristocracia».

Hace dos o tres años, José Blanco, el cónsul de Colombia en Extremadura con motivo del 12 de octubre declaró: «Hoy 12 de octubre, Fiesta de la Hispanidad, que en Hispanoamérica se sigue denominando de la Raza, quiero celebrar con los emigrantes sudamericanos tal evento. La conciencia histórica nos lleva a recordar que muchos españoles, en épocas no lejanas, tuvieron que emigrar a América para buscar asilo y su oportunidad, siendo acogidos con hospitalidad, como se recibe a un pariente.

La situación ha cambiado. Y, por ello, con motivo de esta efeméride, hago un llamamiento a esta misma generosidad y hospitalidad nuestra para recibir a estos hispanohablantes que por dolorosas causas han tenido que abandonar su patria para rehacer sus vidas».

Que pertenecemos a una misma cultura en dos orillas del océano, no cabe duda, y así el periodista, diplomático, gobernante y ensayista colombiano Fernando Gómez, en la recopilación de su obra Los que son y los que fueron, afirmó como homenaje a este día: «La Hispanidad es la relación natural que debe existir entre pueblos de una misma progenie, que hablan una misma lengua y creen en el mismo Dios. Desde el punto de vista histórico-sociológico, no es posible concebir América sin hacerla venir de la cepa española». Y concluye: «Nuestra historia empezó en España hace muchos siglos».

Cierro esta breve exposición siguiendo con el pensador colombiano al decir: «Pasarán los siglos, es cierto, pero a la larga el género humano será lo que España hizo de Hispanoamérica desde los ya remotos tiempos del descubrimiento: el mestizaje universal. La raza que Vasconcelos llamó Telúrica».

Bienvenidos, pues, amigos hispanoamericanos, a la casa de vuestros mayores pues aquí está «vuestra cepa y vuestros ancestros».

El sentimiento de comunidad hispánica sigue en pie y, por mucho que se haga por olvidarlo, mientras lleven nombres españoles la mitad de las sierras del globo, la idea y el sentimiento compartidos seguirán presentes en las páginas graves y solemnes de la historia universal.

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