Julio López
está desaparecido
hace 6401 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Solidaridad con la paradigmática lucha de los pueblos Indígenas de Colombia
Por OFRANEH - Tuesday, Oct. 28, 2008 at 12:20 AM
ofraneh@yahoo.com

En los últimos días se ha producido un levantamiento pacífico de los indígenas nasa de Colombia, los que a través de Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) han llevado acabo una lucha por el rescate de sus tierras ancestrales y la remoción del sistema feudal que hasta la fecha impera en su territorio.

Feliciano Valencia, coordinador de la ACIN, ha señalado como el Estado de Colombia ha rehuido cumplir cumplir su compromiso de entregar más de 7 mil hectáreas a los pueblos indígenas, la mitad de ellas como reparación por la matanza, cometida el 16 de diciembre de 1991, de miembros del pueblo nasa, en la hacienda El Nilo (Cauca), acto del cual el gobierno colombiano aceptó públicamente su responsabilidad. Como de costumbre el Estado arguye que carece de los recursos económicos para adquirir las tierras despojadas.

La violencia manifestada por las autoridades ante los reclamos de la Minga de Resistencia, que desde el 11 de octubre han ocupado la carretera panamericana a la altura del municipio de Piendamó, es parte del habitual discurso del presidente Avaro Uribe; éste reduce cualquier oposición a su mandato como simple infiltración de las guerrilas de la FARC. Los enfrentamientos en el Cauca han causado más de tres indígena muertos. Al mismo tiempo se escucha la denuncia del asesinato de tres embera chami en el Deaprtamento de Caldas.

La represión con la que se ha ensañado Avaro Uribe en contra de los indígenas ha producido más de 1.200 indígenas asesinados durante su mandato, 52 mil desplazados, 400 mil sin tierra y 18 pueblos indígenas en peligro de desaparecer. Las cifras por sí solas, demuestran una vez más como la seguridad democrática es un sinónimo de la democracia de la motosierra.

La lucha de los nasas no es nada nuevo. Ya en 1914 el líder indígena Manuel Quintín Lame, se tomó de forma pacifica la población de Paniquitá, protestando por el terraje (sistema feudal de cobros utilizado por los latifundista del Cauca en contra de nasas y guambianos). Quintín Lame pasó buen parte de su luchando contra las injusticias, logrando que teóricamente fueran reconocidos los resguardos d Ortega y Chaparral.

El proceso político colombiano de guerra permanente durante más de la mitad del último siglo, ha servido de laboratorio para el imperialismo de como saquear recursos y desplazar las poblaciones locales, con el pretexto de aplicar las estrategias de seguridad nacional. Los indígenas y afrodescendientes de ese país, han llevado una buena parte de las víctimas del conflicto armado interno, y su movimiento es visto por la administración de Uribe como infiltrados por grupos subversivos, excusa que utiliza para reprimirlos de forma brutal.

El pueblo Nasa reclaman su derechos colectivos y el cese a la violencia que impera en sus territorios, donde actores exógenos libran combates en sus territorios, imponiendo el terror como instrumento de desalojo de sus territorios ancestrales. De paso rechazan los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos, el Código de Minas y los Planes de Aguas, la Ley 1152 de 2007 y la estrategia de Seguridad Democrática

Los hechos acontecidos en Colombia no son caso aislados en el continente. la masacre de Chinkultic en Chiapas-Mexico, acontecida el pasado tres de octubre; la reprensión en contra del pueblo naso y bugle de Panamá; los atropellos en contra de los mapuche en Chile; el asesinato a mansalva de un pescador garífuna en Honduras, no son aislados. Existe una estrategia de parte de los estados-nación de desarticular el movimiento indígena latinoamericano, el que es visto como una amenaza para los intereses de las incestuosas elites de poder del continente que asociados con las agencias de inteligencia del imperio se les ha dado por satanizar los reclamos ancestrales de nuestros pueblos.

Es interesante que en este preciso momento en el cual el capitalismo imitando al urobobo se ha devorado así mismo, las estructuras de poder no cejan en aplicar sus técnicas de represión. El neoliberalismo fundamentalista persiste en devorar todo lo que se encuentra a su paso. La madreTiera nos emite advertencias sobre la inminente catástrofe causada por visiones desfasados del manejo de los recursos y la utilización desmesurada de combustibles fósiles que están sofocando al planeta. Pero a pesar que el sistema tambalea, persisten los ingenieros de la destrucción aplicando sus políticas de terror sin pestañeo alguno.

La OFRANEH presiente que enviarles misivas a los autores del desastre de Colombia es un acto insulso, el mensaje tiene que dirigirse a ese 80tanto por ciento de los ciudadanos de ese país los cuales supuestamente apoyan al régimen del para Uribe, que es hora de cesar la violencia institucionalizada, la cual simplemente viene a fortalecer con el saqueo territorial y beneficiar a los mismo de siempre. Mientras tanto enviamos un mensaje de solidaridad a los herman@s nasa, y demás pueblos en resistencia en ese país. La lucha que ellos están efectuando no es en balde y tampoco aislada, el paradigma que están brindado a los demás pueblos de continente no pasa inadvertida, y pronto el eco de sus consignas serán asumidas por el resto de los pueblso del continete.

Dado en La Ceiba a los 21 días del mes de octubre /2008

Mirian Miranda

agrega un comentario


Guerra de tipo colonial del presidente Uribe Vélez contra indígenas
Por ARGENPRESS.info - Tuesday, Oct. 28, 2008 at 12:42 AM

Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)

Colombia mira con espanto la guerra que ejecuta el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez contra las comunidades indígenas sobrevivientes, en el sur de Colombia. El periódico español El Tiempo de Bogotá ha tenido que denunciar con vigor los atropellos y agresiones físicas contra los grupos indígenas colombianos del sur del país que sobreviven en los departamentos del Valle y del Cauca.

A su vez, el diario liberal El Espectador, de Bogotá, dice el 15 de octubre: “la muerte sistemática de representantes indígenas, la expansión de proyectos de palma, de caucho en zonas ancestrales, la continua presencia de grupos irregulares y amenazas conexas, así como la protesta en contra de leyes y reformas sobre tierras que ha venido impulsando el gobierno, derivaron en fuertes disturbios que contabilizaban no menos de 32 heridos- uno con muerte cerebral- y 12 policías que corrieron la misma suerte, luego que cerca de 6.000 indígenas se enfrentaran con miembros de la fuerza pública en varios municipios de los departamentos del Valle y Cauca. El Dezmad de la policía lanzó gases lacrimógenos para repeler la protesta indígena”. Los grupos indígenas se tomaron la carretera aduciendo que en los últimos meses han sido asesinados muchos líderes de las distintas etnias del país. Según la Vicepresidencia de la República en 2.007 fueron asesinados 40 indígenas. En lo que va corrido del año, van por lo menos 36 muertos. La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca denunció que la policía y el ejército dispararon contra los indígenas, contra los comuneros. Nueve nativos fueron heridos a bala. El Defensor Regional Del Pueblo, funcionario público encargado de la defensa de la ley, insistió “en que la Fuerza Pública se ha excedido en el uso de las armas de fuego”.

Frente a estos sucesos de violencia y sangre contra los indígenas, el Presidente Uribe Vélez, con el cinismo de un funcionario del sistema colonial español de hace 300 años exigió que los indígenas le pidieran perdón. El Senador indígena Jesús Enrique Piñacué ha intervenido con mucha energía para parar la represión oficial. La reacción nacional de Colombia ha sido de solidaridad con la población indígena y de denuncia de la agresión armada de las fuerzas militares gubernamentales contra esas comunidades.

El concejo Mayor de Gobierno Indígena de la Organización Nacional Indígena de Colombia explico la decisión de los indígenas de movilizarse durante el mes de octubre contra Estado Colombiano y el actual Gobierno Nacional a defender y exigir sus derechos humanos y colectivos. La respuesta del Gobierno ha sido el empleo masivo de la represión militar y policial de los pueblos indígenas.

Lo que actualmente ocurre contra los indígenas es una muestra de la política de guerra y agresión del Gobierno Uribe Vélez contra la creciente protesta de los grupos étnicos, sociales y de trabajadores sindicales que se han lanzado a la oposición contra esa represión. El grave riesgo para Colombia es que Uribe Vélez se lance del todo a la agresión contra el pueblo colombiano, como en los peores tiempos de los últimos 100 años de historia de la república.

El Movimiento Indígena de los departamentos del Valle y Cauca ha recibido hasta ahora el apoyo de la totalidad de Las Organizaciones Indígenas colombianas que se han lanzado a la calle en protesta por la represión oficial del gobierno Uribe Vélez, y reclamando sus propios derechos.

A su vez, los cortadores de caña de la Industria Azucarera del valle llevan 30 días de protesta y de reclamos por sus derechos sociales y sindicales. En esa región está concentrada la Industria azucarera Colombiana. El Gobierno Uribe Vélez se coloco desde el principio contra los trabajadores y en apoyo incondicional los empresarios, movilizando hacia la región la nueva fuerza represiva rural que ha sido puesta en marcha en los pueblos Colombianos.

agrega un comentario


Solidaridad con la lucha del Movimiento Indígena de Colombia
Por Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador - Tuesday, Oct. 28, 2008 at 12:55 AM
agenciaplurinacional@yahoo.com

A los organismos internacionales de Derechos Humanos
A las organizaciones indígenas de Abya-Yala (América)
A los ciudadanos del mundo

Todos con “la minga indígena y popular por la resistencia” en Colombia.

Ahora que varios pueblos de América Latina están empujando trascendentales procesos de cambio y buscan asentar las bases de modelos equitativos y democráticos, persisten gobiernos que insisten en mantener modelos que están siendo barridos por la historia, que se caen a pedazos desde Wall Street hasta Tokio, pasando por Londres y París y los principales centros económicos del capitalismo mundial.

Para el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, no existe crisis financiera mundial, no se ha enterado que al neoliberalismo ya no lo puede defender ni el presidente de Francia, mucho menos George W. Bush. Nadie le ha dicho que Estados Unidos esta perdiendo la guerra de invasión en Irak y Afganistán; para él solamente existe el antiterrorismo; todos, menos él son terroristas. Todos lo que critican, defienden los derechos humanos, piden justicia, democracia, son terroristas a los que hay que eliminar sin ninguna contemplación.

Los pueblos indígenas de Colombia desde el 4 de octubre pasado iniciaron el levantamiento nacional “la minga indígena y popular por la resistencia” en defensa y por la devolución de sus territorios ancestrales, y en protesta contra la iniciativa legislativa y administrativa que lesiona los derechos de los Pueblos Indígenas y la integridad de sus territorios, que mediante el TLC firmado con EE. UU. abriría el mercado libre de tierras y de los recursos naturales.

La respuesta del gobierno de Uribe ha sido la aplicación genocida del terrorismo de Estado, contenidos en el Plan Colombia y la Seguridad Democrática impuesta y financiada por el gobierno norteamericano. En lo que va de las movilizaciones se registran decenas de heridos y doce muertos, entre hombres, mujeres, ancianos y niños, principalmente de dirigentes. Y Uribe los llama terroristas.

¿Quiénes merecen la condena internacional? ¿Los que decidieron levantarse desde sus rincones a donde fueron marginados por los que empuñan el poder del dinero y la política o los que desconociendo cualquier norma legal y ética gasta miles de millones en comprar armas para someter al pueblo colombiano?

Como Confederación Kichwa del Ecuador ECUARUNARI expresamos nuestra solidaridad con los miles de hermanos indígenas que decretaron el levantamiento nacional en defensa de sus derechos de los pueblos indígenas. Pedimos a la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia) no desistir en la lucha, que su lucha es la nuestra; no descansaremos hasta desterrar el neoliberalismo y a los imperialistas de Latinoamérica.

Con la misma energía rechazamos y condenamos enérgicamente las acciones fascistas del Estado y gobierno colombiano, y demandamos a las instancias multilaterales (ONU, OEA, CAN) de Derechos Humanos cumplir con su objetivo de defender la democracia y la vida de los pueblos. En Colombia se está cometiendo actos de genocidio y crímenes de lesa humanidad que exige la condena mundial.


Por el Consejo de Gobierno

Humberto Cholango
PRESIDENTE CONFEDERACION KICHWA

agrega un comentario