Julio López
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ECUADOR: La guerra en la frontera
Por Noticias Aliadas - Thursday, Nov. 06, 2008 at 9:30 PM
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Luis Ángel Saavedra desde Quito

"Esta es la última tierra, de aquí ya no me mueven: aquí muero", dice Eusebio Lucitante, indígena confán de la comunidad ecuatoriana de Zuquié, a orillas del río San Miguel, en la frontera amazónica con Colombia. Lucitante ya está cansado de moverse "de tierra en tierra", conforme se incrementa la presión paramilitar y del Ejército colombiano en los territorios fronterizos ecuatorianos.

En efecto, el Ejército y los paramilitares de Colombia mantienen constantes incursiones en comunidades indígenas y campesinas de Ecuador para tomar represalias con el argumento de que son colaboradoras de la guerrilla o que son en realidad campamentos guerrilleros.

En los últimos tres años se han registrado 17 incursiones militares colombianas en territorio del Ecuador; la más grave fue el bombardeo en Angostura, el 1 de marzo de este año, y que provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia.

Las tensiones diplomáticas no impidieron que el Ejército colombiano vuelva a realizar operativos militares en territorio ecuatoriano, como el ocurrido en la localidad Barranca Bermeja, en abril, y en General Farfán, en octubre, en ambos casos para detener a personas que ellos consideran "cómplices de la guerrilla", sin importar si son ecuatorianas o colombianas.

Desaparición y desplazamiento

Estas incursiones han provocado la desaparición de varias comunidades o su desplazamiento hacia el interior de la selva ecuatoriana.

"Debemos ir más adentro para proteger a nuestra familia", dice Neptalí Lucitante, shamán de Zuquié y hermano de Eusebio. La propuesta de Neptalí vuelve a sumir en la desesperación a las familias de Zuquié: Todos están conscientes de que volverán a desplazarse porque "la guerra ya llegó de nuevo".

Para los habitantes de las márgenes de los ríos San Miguel y Putumayo, que delimitan la frontera amazónica con Colombia, la guerra comenzó en el 2000, con la llegada de los paramilitares que intentaron desplazar a la guerrilla que controlaba todo el territorio fronterizo en el departamento colombiano del Putumayo. Como en toda Colombia, la estrategia paramilitar consistía en hostigar a las comunidades que ellos determinaban como "base social de la guerrilla", provocando graves masacres y persiguiendo a quienes huían, incluso hasta muy adentro del territorio ecuatoriano.

La presión paramilitar provocó la desaparición de la comunidad shuar de Charip, también en el río San Miguel. Esta comunidad se dividió en dos al desplazarse hacia el interior del Ecuador: Nakays y Charip Nueva. Los shuar se consideran pueblos guerreros y son temidos entre las comunidades vecinas; sin embargo, no pudieron resistir las nuevas formas de guerra que se impusieron desde una civilización distinta.

El Plan Colombia llega a Ecuador

Miguel Wambutza, profesor de la comunidad shuar de Santa Carolina, comunidad que también desapareció, identifica a la guerra del río San Miguel con el Plan Colombia, la multimillonaria iniciativa antidrogas y antisubversiva impulsada por EEUU desde inicios de la presente década.

"Llegó el Plan Colombia y tuvimos que abandonar la tierra para no morir", dice el profesor, que ahora vive en Lago Agrio, capital de la provincia amazónica de Sucumbíos, y sobrevive con esporádicos trabajos de albañilería.

Como Charip y Santa Carolina, también se desplazaron las comunidades kichwas de Kuriyaku, Betano y Shiguango Tarupa, además de la comunidad cofán de Avié.

Con el Plan Colombia también llegaron las fumigaciones para erradicar los cultivos de coca que, en la práctica, no sólo han fracasado en el departamento colombiano del Putumayo, sino que han provocado el aumento de cultivos en otras zonas de la misma Colombia, como el sur del departamento de Nariño.

Lo que sí provocaron las fumigaciones fueron grandes desplazamientos de comunidades enteras de colombianos, como el caso de la población afrocolombiana que llegó para asentarse en las orillas del San Miguel, en el lado colombiano, y formar una comunidad a la que llamaron San José, frente a la localidad afroecuatoriana de La Providencia.

"Ellos no son nuestros parientes y nos están causando grandes daños", dice Felipe Noteno, morador de La Providencia. Las quejas de los pobladores se deben a las formas de pesca de los recién llegados y las incursiones de caza en territorios de la comunidad, pues el lado colombiano ya no tiene selva.

En efecto, la gente de San José pesca con dinamita, provocando la muerte de peces pequeños, lo que causa la depredación del río, y se adentran en territorio ecuatoriano en busca de animales de caza.

Las autoridades de La Providencia invitaron a los dirigentes de San José para conversar sobre estos problemas.

"Ellos llegaron con machetes y escopetas a la reunión y nos dijeron que estaban claros que ese lado es Colombia y este otro lado es Ecuador, pero que ellos también deben mantener a sus familias. Nosotros tuvimos que quedarnos callados", afirma Noteno.

Similares experiencias deben vivir las comunidades kichwas del río Putumayo, pues la llegada de desplazados colombianos por las fumigaciones ha provocado la aparición de centros poblados mestizos dentro de los territorios indígenas.

"Los dejamos que se asienten, como una muestra de solidaridad, pero ellos no entienden que el territorio no les pertenece, y ahora hasta quieren venderlo para irse a otra parte", afirma Paco Chuji, presidente de la Federación de Organizaciones de la Nacionalidad Kichwa de Sucumbíos, Ecuador (FONAKISE).

Indígenas entre varios fuegos

El Ejército ecuatoriano ha incrementado sus patrullajes a raíz del bombardeo de Angostura. Sin embargo, su forma de proceder está lejos de brindar seguridad a las comunidades de frontera, pues maneja también el estereotipo de sus pares colombianos de que las comunidades son colaboradoras de la guerrilla.

"El Ejército no puede distinguir entre vivir la cotidianidad de frontera y el ser ideológicamente afines a la guerrilla; por eso confunde una colaboración forzada con complicidad", afirma Laura González, investigadora del equipo de frontera de la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (INREDH).

En efecto, el Ejército ecuatoriano ha profundizado el grado de hostigamiento que ya vivían las comunidades, pues cuando encuentra campamentos temporales de la guerrilla colombiana en Ecuador presiona con acciones de inteligencia o con incursiones militares a las comunidades cercanas a estos campamentos. Tal fue el caso de la comunidad kichwa de Santa Rosa de Yanamaru, que después de una incursión de helicópteros colombianos que dispararon sobre los indígenas, debió también enfrentar el hostigamiento militar ecuatoriano.
El Ejército ecuatoriano también es responsable del desplazamiento de las comunidades indígenas.

"No nos ayudaron; más bien nos dijeron que nos vayamos", comentó el profesor Wambutza sobre la desaparición de Santa Carolina.

Por su parte, el gobierno nacional ha querido enfrentar la realidad de la frontera con el denominado Plan Ecuador, que se concibe como un plan integral de intervención y desarrollo de esta zona, pero que sólo ha quedado en análisis y propuestas teóricas.

El propio presidente Rafael Correa tuvo que aceptar la realidad: "El Plan Ecuador no ha avanzado, sólo está en propuestas", aseguró durante una de sus acostumbradas intervenciones radiales de los sábados.

Con los ejércitos en su contra, sumados a los paramilitares que actúan con total impunidad en la frontera, y sin el respaldo gubernamental, más comunidades indígenas de los ríos San Miguel y Putumayo están condenadas a desaparecer o a refugiarse en lo profundo de la selva amazónica. —Noticias Aliadas.

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"La guerra en casa -de Reyes a la Base de Manta-" , de Kintto Lucas
Por Argenpress.info - Saturday, Nov. 08, 2008 at 8:27 PM

ARGENPRESS CULTURAL

En el año 2000, el libro "Plan Colombia La paz Armada", de Kintto Lucas, señalaba que en pocos años el conflicto interno colombiano entraría en una fase desconocida, en la cual se aplicarían bombardeos selectivos a campamentos guerrilleros y se involucraría a Ecuador en lo que denominó un Kosovo andino.

Cuando Lucas en una entrevista le planteó a Raúl Reyes la hipótesis de los bombardeos selectivos, el líder de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) dijo que era imposible utilizar esa tecnología en la selva colombiana donde se movía la guerrilla.

Ocho años después, en marzo de 2008, el bombardeo de las fuerzas armadas colombiana al campamento de Reyes, confirmó aquel anuncio.

Si en Plan Colombia. La paz armada, Kintto Lucas decía lo que iba a ocurrir, en "La guerra en casa – de Reyes a la Base de Manta" señala porque y cómo ocurrió lo que ya se había anunciado, proyectándolo hacia el futuro.

Este libro revelador brinda información inédita sobre la utilización de la Base de Manta por parte de Estados Unidos, devela los entretelones de las relaciones entre Ecuador y Colombia, esclarece el papel de las fuerzas armadas y la policía ecuatorianas en el conflicto colombiano, entrega información desconocida sobre los intentos frustrados de canje humanitario entre las FARC y delegados del gobierno francés, aporta datos importantes sobre el bombardeo al campamento de Raúl Reyes, cuenta cómo fue la liberación de Ingrid Betancourt, y analiza el conflicto dentro de un contexto global.

Al ser consultado sobre su nuevo libro Lucas mostró su preocupación porque en el último año se ha dado un mayor involucramiento de Ecuador en el Plan Colombia. "La presión del gobierno colombiano para que Ecuador demuestre que combate a las FARC, ha llevado a un aumento de los enfrentamientos entre el ejército ecuatoriano y la guerrilla. En ese sentido, hay que tener mucho cuidado porque finalmente Ecuador puede empezar a cumplir el papel de yunque que le tiene reservado el Plan sin que el propio gobierno se lo proponga".

Sobre su libro, el escritor afirmó que contextualiza la relación de Ecuador con el conflicto colombiano y el Plan Colombia, y muestra las contradicciones de esa relación y de las relaciones entre Quito y Bogota dentro de la geopolítica regional.

Kintto Lucas es escritor y periodistas uruguayo-ecuatoriano, Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990. Es corresponsal de la Agencia de Noticias Inter Press Service (IPS) en Quito y presidente de la Asociación de Prensa Extranjera en Ecuador (APE). Fue Asesor en la Mesa de Soberanía, Relaciones Internacionales e Integración Latinoamericana de la Asamblea Constituyente. En 2004 recibió la Pluma de la Dignidad de la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador en reconocimiento a su trayectoria. Ha sido docente en la Pontificia Universidad Católica, en la Universidad Andina Simón Bolívar y en la Universidad de las Américas; además de conferencista de diversas universidades y de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción. Algunos de sus libros son: Rebeliones indígenas y negras en América Latina (Abya Yala, 1992); Mujeres del siglo XX (Abya Yala, 1997); Apuntes sobre fútbol (Abya Yala, 1998); La rebelión de los indios (Abya Yala, 2000), traducido al inglés con el título We Will Not Dance on Our Grandparent's Tombs. Indigenous uprisings in Ecuador (IICR, 2000); Plan Colombia. La paz armada (Planeta, 2000), El movimiento indígena y las acrobacias del coronel (Tintají, 2003), Un país entrampado (Abya Yala-Tintají 2005), Con sabor a gol: Fútbol y periodismo (Biblioteca del Fútbol Ecuatoriano-FLACSO, 2006); Rafael Correa. Un extraño en Carondelet (Planeta, 2007).

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ECUARUNARI declara persona no grata a la embajadora de EE.UU por la infiltración de la CIA
Por Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador - Saturday, Nov. 08, 2008 at 9:06 PM
agenciaplurinacional@yahoo.com

Las constantes sospechas y lo revelado estos últimos días por el Ministro de Defensa Javier Ponce, sobre la penetración de la Central de Inteligencia CIA de Estados Unidos en Ecuador, causan indignación, repudio y rechazo de parte de toda la población ecuatoriana y en particular de los pueblos indígenas que siempre hemos defendido la soberanía de nuestro país.

Los pueblos indígenas repudiamos indignados la intromisión gringa en nuestro país. Los nuevos conquistadores hacen lo que quieren sin que haya el debido control y vigilancia de los gobernantes de turno. Si antes fueron los españoles, ahora son las oligarquías criollas en contubernio con las embajadas norteamericanas y las transnacionales, que quieren saquear definitivamente nuestros países teniendo el control absoluto a su antojo y conveniencia.

No es posible que algunos miembros de las fuerzas armadas, que juraron servir y defender al pueblo ecuatoriano, sirvan, defiendan intereses extranjeros. Nos preguntamos: ¿Desde cuándo sucede todo esto? Viene a nuestra mente las nefastas palabras del ex Presidente prófugo Lucio Gutiérrez que se declaró como “el mejor amigo del gobierno de Estados Unidos”, entonces nos preguntamos: ¿Hasta qué punto este personaje colaboró con Estados Unidos en montar servicios de inteligencia serviles al imperialismo? Es necesario investigar de manera exhaustiva estas sospechas, para definitivamente recupera la Patria.

Como pueblos kichwas exigimos al gobierno del Presidente Rafael Correa y a las entidades correspondientes hacer las investigaciones eficaces y no quede como siempre en la impunidad este tipo de atropellos, y la injerencia directa de la CIA en nuestro País, puesto que los hechos militares sucedidos en Angostura el pasado 1 de marzo, son una evidencia clara de la incursión militar norteamericana en alianza con las fuerzas militares colombianas violaron nuestra soberanía y bombardearon nuestro territorio

Ahora más que nunca reiteramos nuestra lucha, para de una vez por todas el Presidente de la República agilite la salida inmediata de los norteamericanos de la Base militar de Manta, puesto que está más que comprobado que utilizan fuerzas extranjeras para el espionaje y acciones que vulneran nuestra soberanía, y ponen en peligro a los pueblos y gobiernos que luchamos por una democracia regional sin imperialismo.

Con todas estas evidencias, y siguiendo el digno ejemplo del Presidente Evo Morales que expulsó al Embajador de Estados Unidos en la Paz, luego de demostrar su injerencia en asuntos internos de Bolivia y colaborar con los golpistas. Los Pueblos Indígenas Ecuador declaramos persona no grata, para los ecuatorianos a la Embajadora de Estados Unidos en Ecuador, y exigimos al Presidente Rafael Correa la expulsión inmediata, puesto que representa la actitud imperialista del gobierno norteamericano porque son los conocedores y coordinadores directos de estas condenables acciones.

Por otra parte es indispensable, revisar con actitud digna y soberana los llamados convenios de cooperación de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas tanto a nivel de inteligencia, de seguridad, capacitación, ejercicios militares, equipamiento y tecnología. Y así llevar a feliz término estas recomendaciones de la comisión, por el bien de la soberanía nacional.

Nuestro llamado a todos los ecuatorianos a estar muy atentos, en primera instancia a que se conozca toda la verdad y luego el castigo debido a los culpables. De no ocurrir así es hora de levantarnos todos para hacer respetar nuestra dignidad, soberanía, derechos y hacer cumplir el mandato del verdadero soberano.


Humberto Cholango
Presidente Confederación Kichwa del Ecuador
ECUARUNARI

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