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Del gueto de Varsovia al de Gaza
Por (reenvío) Richard Weyndling - Monday, Dec. 29, 2008 at 7:10 PM

La película de Román Polanski El Pianista cuenta, a través de la memoria escrita de un superviviente, la encarcelación, resistencia y expulsión de las casi 400.000 personas del gueto judío de Varsovia entre 1940 y 1945.

Pocas películas históricas tienen una carga de actualidad tan espeluznante. Viendo El Pianista , un espectador palestino en Gaza se sentiría plenamente identificado con el protagonista. El más reciente castigo dictado por la ocupación israelí, de denominar a Gaza "territorio hostil" para justificar la interrupción del suministro de agua y electricidad, viene a subrayar la veracidad de lo dicho por el colegio de obispos alemanes: que en Gaza, Israel ha creado el gueto de Varsovia de nuestra época.

Un breve repaso de la historia del plan nazi de expansión hacia el este -para dar lebensraum o sitio para vivir al pueblo alemán- demuestra hasta qué punto el Gobierno israelí ha seguido las pautas de las autoridades nazis en su política expansionista de la creación del Gran Israel.

En un primer paso -para crear un estado de opinión pública que aceptara la solución final - la maquinaria propagandística nazi retrató al pueblo judío (y gitano) como untermenschen o pueblos inferiores . Documentos nazis también alertaban que las zonas de población judía representaban "focos de infección" que amenazaban la salud de las grandes poblaciones alemanas que vivían en la Polonia de entonces.

En Israel, es común tipificar a los palestinos como personas intrínsecamente malvadas y una amenaza para la sociedad israelí. Un estudio hecho por Daniel Bar-Tal, de la Universidad de Tel Aviv, sobre 124 libros de texto israelíes encontró repetidas caracterizaciones del pueblo palestino como "hostil, cruel, inmoral e injusto" y de palestinos como "ladrones, sangrientos y asesinos". Jóvenes israelíes preguntados por el concepto que tenían del árabe respondieron en un 80%: "Alguien sucio con una cara terrorífica". Igual que la población alemana durante la guerra, la población israelí está preparada sicológicamente para la aplicación de medidas brutales.

La siguiente etapa de la política nazi en Polonia fue la confiscación de la propiedad de la población judía. Sólo en Varsovia, 13.000 viviendas judías fueron confiscadas y regaladas a familias alemanas y polacas. 2600 tiendas y comercios de propiedad judía también fueron cerrados. Acto seguido, a finales de 1940, se levantó el gueto de Varsovia. 450.000 personas judías estaban obligadas a compartir un espacio de tres kilómetros cuadrados detrás de muros coronados de alambre de púas. La entrada y salida por 15 puertas controladas por tropas alemanas estaban regidas por un sistema de pases.

El mismo proceso ha ocurrido en Palestina, con la única diferencia que, en ausencia de las condiciones especiales que proporcionaron la segunda guerra mundial, las autoridades israelíes han actuado con un ritmo más pausado contra la población palestina. La confiscación de tierra y propiedad palestina empezó en 1948, cuando el ejército israelí echó a cientos de miles de ciudadanos cristianos y musulmanes de las fronteras de lo que es ahora el estado de Israel. La expropiación de tierras y casas palestinas ha sido un constante durante 50 años. La creación de guetos empezó en Gaza y siguió en Cisjordania cuando Ariel Sharon llegó al poder en 2001. Rodearon Gaza, y en menor medida Cisjordania, con muros y vallas de hasta ocho metros de alto y de cientos de kilómetros de largo. Gaza, ahora cerrado a cal y canto, tiene un millón y medio de personas hacinadas en 360 kilómetros cuadrados, la mayor densidad poblacional del mundo. Las únicas salidas están controladas por soldados israelíes. Ellos deciden quién puede entrar y salir y quién no.

En Varsovia, como ahora en Gaza, la combinación de hacinamiento, aislamiento y pobreza hizo disparar las enfermedades, la desnutrición crónica y el desempleo masivo. Para mantener el orden en tales condiciones, los nazis dependían de la colaboración de una policía judía que gozaba de muchos privilegios. Israel sigue la misma estrategia, intentando crear una policía colaboracionista dentro de Gaza y Cisjordania para reprimir la resistencia espontánea que surge entre personas obligadas a soportar condiciones tan terribles.

El intento fracasó en Gaza porque el gobierno de Hamás reaccionó, expulsando a Mohammed Dahlan y su Seguridad Preventiva. En Cisjordania, el presidente Abbas parece por ahora dispuesto a jugar el papel de colaboracionista.

En el último capítulo del gueto de Varsovia los pocos supervivientes se levantaron contra los nazis, pistolas contra cañones y cócteles molotov contra aviación moderna. Los nazis cortaron el agua y la luz y entraron destruyendo todo casa por casa. Después de tres semanas de heroica resistencia no quedó nada del gueto.

Algo similar está pasando en Gaza. La resistencia palestina responde con cohetes caseros, rifles, piedras y grandes dosis de valentía a los ataques constantes del ejército y aviación israelí. Incapaz de acabar con la resistencia y temeroso de las bajas en sus propias filas que supondrían una reocupación, el Gobierno israelí responde cortando el suministro de agua y luz a la franja.

La historia se repite. La Gaza de 2007 se convierte en la Varsovia de 1944. Eso sí, los nazis, que llevaron a cabo su plan diabólico en medio de la guerra sin necesidad de preocuparse por la opinión mundial decidieron en 1942 organizar el exterminio de las poblaciones de los guetos en Auschwitz y Treblinka. Israel no se atreve -todavía- a aplicar medidas tan drásticas. Sin embargo ha podido poner en práctica las tres cuartas partes de la política de limpieza étnica nazi delante de los ojos de todos los medios de comunicación. Nuestros gobiernos han reaccionado y han decretado un boicot... a la población palestina.

* Palestinarekin Elkartasuna

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