Julio López
está desaparecido
hace 6423 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

FREUD Y EL SIONISMO
Por Carlos Marx - Friday, Jan. 09, 2009 at 8:56 AM

Posición anticipatoria de Sigmund Freud en 1930.

Sigmund Freud

Mis reticencias sobre el sionismo *



La carta original, del fundador del psicoanálisis, sobre el futuro Estado de Israel, se mantuvo escondida desde 1930, año en la que fue escrita.


Oportunamente les informaremos sobre quién y por qué, el poder sionista de ese entonces censuró la existencia de esta carta. La carta pública de Hanna Arendt y Albert Einstein denunciando al sionismo como nazi, data de 1948, apenas constituído el estado de Israel, pero la de Freud tiene gran valor, en la medida en que diagnostica al "huevo de la serpiente" en estado incipiente. Curiosamente, los rabinos Aharon Kohen y David Yisroel Weiss, consideran que el sionismo es peligroso para los judíos y para la humanidad ya en esa época.



Veamos la carta en su integridad


La carta de Sigmund Freud fechada el 26-12-1930, está dirigida a Chaim Koffler, miembro de la FUNDACION PARA LA REINSTALACION DE JUDIOS EN PALESTINA (Keren Havesod) y fue traducida por primera vez del alemán, por Jacques Le Rider.


La carta, fue publicada por la revista « Clínicas mediterráneas » (Nro. 70, Erés, 2004), acompañada de un comentario de Elisabeth Roudinesco, historiadora del psicoanálisis. (También el tema fue recogido posteriormente en Le Nouvel Observateur)


CARTA DE FREUD :



Señor Doctor,


No puedo hacer lo que usted desea. La reticencia de mi personalidad a interesar al público es inmodificable y las circunstancias críticas actuales no me parecen las mas adecuadas para un cambio de actitud. Quien quiera influenciar al gran público debe tener algo muy sorprendente y entusiasta para decir y mi juicio sobre el sionismo de ninguna manera lo permite. Tento los mejores sentimientos de simpatía por los esfuerzos libremente consentidos, soy fiador de nuestra universidad de Jerusalem y me alegro de la prosperidad del establecimiento de nuestros colonos.


Pero, por otra parte, yo no creo que Palestina pueda jamás devenir un Estado judío ni que el mundo cristiano como el mundo islámico, puedan un día estar dispuestos a confiar sus lugares santos a que los guarden los judíos.


Me parece que hubiera sido mas atinado, fundar una patria judia sobre un territorio históricamente no cargado, pero ciertamente, se que por un designo tan racional, jamás se podría suscitar la exaltación de las masas y la cooperación de las personas ricas.


Concedo también y lamento que el fanatismo poco realista de nuestros compatriotas, tiene gran parte de responsabilidad para despertar la desconfianza de los Ärabes.


¡No puedo experimentar la menor simpatía por una piedad sionista mal interpretada que hace de un trozo del muro de Herodes, una reliquia nacional y a causa de ella, desafía a los habitantes de todo un país !


Juzque usted si con un punto de vista tan crítico como el mio, soy la persona que se necesita para jugar el rol de consolador de un pueblo enbanderado en una esperanza injustificada.

Freud

Vienne, 19 Berggasse, 26 février 1930



*Texto aportado por Oscar Abudara Bini
///////////////////////////////////////////////

The Arab-Israeli Conflict
Freud would not have been surprised at the continuing conflict in the Middle East. He predicted as much 70 years ago.
We can predict Freud's response because of a letter he wrote to Dr. Chaim Koffler in 1930. In February 1930 Freud was asked, as a distinguished Jew, to contribute to a petition condemning Arab riots of 1929, in which over a hundred Jewish settlers were killed. This was his reply:

Letter to the Keren Hajessod (Dr. Chaim Koffler)

Vienna: 26 February 1930

Dear Sir,

I cannot do as you wish. I am unable to overcome my aversion to burdening the public with my name, and even the present critical time does not seem to me to warrant it. Whoever wants to influence the masses must give them something rousing and inflammatory and my sober judgement of Zionism does not permit this. I certainly sympathise with its goals, am proud of our University in Jerusalem and am delighted with our settlement's prosperity. But, on the other hand, I do not think that Palestine could ever become a Jewish state, nor that the Christian and Islamic worlds would ever be prepared to have their holy places under Jewish care. It would have seemed more sensible to me to establish a Jewish homeland on a less historically-burdened land. But I know that such a rational viewpoint would never have gained the enthusiasm of the masses and the financial support of the wealthy. I concede with sorrow that the baseless fanaticism of our people is in part to be blamed for the awakening of Arab distrust. I can raise no sympathy at all for the misdirected piety which transforms a piece of a Herodian wall into a national relic, thereby offending the feelings of the natives.

Now judge for yourself whether I, with such a critical point of view, am the right person to come forward as the solace of a people deluded by unjustified hope.

Your obediant servant,

Freud

agrega un comentario