Julio López
está desaparecido
hace 6429 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Gripe Porcina y terrorismo mediático
Por reenvío agencia walsh - Wednesday, May. 06, 2009 at 5:44 PM

(AW) Esta semana, la Agencia Periodística del Mercosur (APM), de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), publicaron un artículo sobre el comportamiento de los grandes oligopolios mediáticos respecto de la irrupción de la gripe porcina en México.



Mentiras y verdades de la gripe porcina

El montaje mediático terrorista
Corporaciones agropecuarias, bancos, gobiernos, organismos internacionales y medios
de comunicación. Todos en el negocio de la epidemia.

Por Víctor Ego Ducrot

Observatorio de Medios de Argentina. Facultad de Periodismo y Comunicación Social de
la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).


Agrandar Reducir Restablecer Con la irrupción de la epidemia de fiebre porcina en
México, la sociedad global, pero en forma especial sus sectores empobrecidos y
dependientes, pasó a ser víctima de un múltiple ataque. Contra ella se dirigen no
sólo la enfermedad y sus eventuales consecuencias devastadoras, sino también los
intereses de los gigantes transnacionales de la explotación agropecuaria, la banca y
los laboratorios, y sus socios funcionales, los consorcios mediáticos
corporativizados. Por supuesto, en esa red también juegan un papel destacado muchos
gobiernos y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
El jueves 30 de abril, un canal de la TV por cable de Argentina (C5N) difundió datos
que volverían a mencionarse en las horas siguientes: la inmensa mayoría de los casos
que a nivel global fueron identificados como afecciones de fiebre porcina no
estarían confirmados como tales y el número de victimas fatales por ese mal –también
a escala mundial- no habría superado los 12.
Los periodistas del programa fundaban sus afirmaciones en diversas fuentes
internacionales y cruzaron miradas de asombro. Un funcionario del área salud de la
provincia de Buenos Aires -la más poblada de este país- no confirmaba ni desmentía
los datos. Luego esos mismos periodistas comentaron (y se preguntaron) entonces todo
lo que se viene afirmando desde los medios de comunicación podría ser inexacto y por
consiguiente carecer de credibilidad, cómo puede ser que suceda algo así.
Interesante reacción si no fuese que la respuesta y la responsabilidad justamente
corresponden a quienes se asombran y lanzan la pregunta.
Es evidente que la conducta de ese canal argentino -y lo mismo podría decirse de
todas la cadenas concentradas de la TV global- están abocadas, desde hace días, a
una actitud de machaque constante, construyendo así a una suerte de escenario más
destinado a la creación de terror que al establecimiento de un programa de
comunicación orientado a la movilización social preventiva.
A principios de la semana pasada, altos funcionarios de la OMS, con impronta gestual
de tragedia, desde sus poltronas anunciaban que la pandemia entraba en altera fase
cinco de las seis previstas. Pese a ello, horas después, la Unión Europea (UE)
informaba que no suspendía sus vuelos hacia México, medida que había sido adoptada
como mayores o menores niveles de intensidad en varios países.
En forma casi simultánea, los medios de comunicación informaron que la gripe porcina
no se llama gripe porcina sino influenza tipo A, una decisión que, más allá de las
precisiones del lenguaje técnico científico, encierra interesantes connotaciones
semánticas: se extirpan los sentidos que apuntan a la producción pecuaria de cerdos
y quizá también aquellos que comenzaron a circular bajo la denominación gripe de
América del Norte.
Después, sobre el último fin de semana, la OMS relativizó sus dichos anteriores.
Reconoció que habían muerto 17 personas y que miles de casos aun no estaban
confirmados como tales.
Interesante resulta subrayar lo que afirmó el 2 de mayo la revista electrónica
Rebelion: la OMS declaró la pandemia en nivel cinco de un total de seis, pero sin
embargo no se declara la verdadera pandemia que amenaza a los pobres del planeta:
Cada minuto muere un niño por SIDA
Cada 5 minutos muere un niño por falta de atención médica
Cada 8 segundos muere un niño por agua contaminada
Cada 3 segundos muere un niño por hambre y desnutrición
Cada segundo muere un bebé recién nacido por falta de atención médica; y de los
sobrevivientes: dos millones de niños mueren por problemas neonatales, 1,6 millones
por diarreas y 1,4 millones por neumonías, lo que significa que cada año 11 millones
de jóvenes mueren antes de la pubertad
Cada minuto muere una mujer embarazada por falta de atención médica; y cada año 530
mil mujeres embarazadas mueren por desnutrición.
Cada año hay 133 millones de nuevos nacimientos en el mundo, de los cuales 14
millones son nacimientos prematuros, 4 millones con malformaciones congénitas y 13
millones mueren por falta de incubadora.
100 millones de niños son explotados en la prostitución infantil
El 32 por ciento de las niñas menores de 15 años son embarazadas, de cuyos
nacimientos el 55 por ciento surgen los futuros delincuentes de la sociedad
177 millones de niños sufren retraso en su crecimiento por desnutrición y 2 de cada
7 niños sufren retardo mental por desnutrición
El 80 por ciento de toda la sangre para las transfusiones que se comercializan en el
planeta son vendidas por los pobres a 10 centavos de dólar el litro
Anualmente se realizan 200 mil trasplantes de riñón, 100 mil de corazón, 1 millón de
corneas, 300 mil médulas, 5 mil hígados, 2 millones de piel y 100 mil de pulmones;
cuyos órganos en un 90 % provienes de los países pobres, donde el imperio económico
instala hospitales "gratuitos" para extraerlos de los pobres los órganos que
demandan las clínicas privadas del planeta
El 70 por ciento de los órganos trasplantados a los niños ricos del mundo les fueron
extraídos a los niños pobres que son secuestrados en Brasil, Nigeria y México
Es lícito entonces que los no expertos, es decir más del 99,9 por ciento de la
población mundial, la misma que estaría expuesta al contagio de fiebre porcina, se
pregunte…

¿Qué está sucediendo?

Algunos colegas, como es el caso Mike Davis, pueden ayudarnos a encontrar
respuestas. En el artículo La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran
industria pecuaria, publicado la semana pasada en SinPermiso (http://www.sinpermiso.info)
dice que la gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida en
el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza súbitamente con una fiebre al
mundo entero. Los brotes en la América del Norte revelan una infección que está
viajando ya a mayor velocidad de la que viajó con la última cepa pandémica oficial,
la gripe de Hong Kong en 1968.
Davis es autor del libro El monstruo llama a nuestra puerta (Ediciones El Viejo
Topo, Barcelona, 2006). En ese trabajo alertó sobre el peligro de una gripe aviar
pandémica de alcance mundial. Ahora, en el artículo que estamos citando explica cómo
la gran industria pecuaria globalizada sentó las bases para el brote de gripe
porcina en México.
Desde las primeras muertes por H5N1 en 1997, en Hong Kong, la OMS, con el apoyo de
la mayoría de administraciones nacionales de sanidad, ha promovido una estrategia
centrada en la identificación y el aislamiento de una cepa pandémica en su radio
local de brote, seguidos de una masiva administración de antivirales y -si
disponibles- vacunas a la población.
Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de contrainsurgencia viral (…).
Pero el mito de una intervención audaz, preventiva (y barata) contra la gripe aviar
ha resultado valiosísimo para la causa de los países ricos que, como los Estados
Unidos y el Reino Unido, prefieren invertir en sus propias líneas Maginot
biológicas, antes que incrementar drásticamente la ayuda a los frentes epidémicos
avanzados de ultramar. Tampoco ha tenido precio este mito para las grandes
transnacionales farmacéuticas, enfrentadas en una guerra sin cuartel con las
exigencias de los países en vía de desarrollo empeñados en exigir la producción
pública de antivíricos genéricos clave como el Tamiflu patentado por Roche (…).
Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de capacidad como de voluntad
política para gestionar enfermedades avícolas y ganaderas, pero ocurre que la
situación apenas es mejor al norte de la frontera (Estados Unidos) en donde la
vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones estatales y las
grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones sanitarias con el mismo
desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a los animales. (…).
Lo paradójico de esta gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido
ya pronosticada con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un
artículo importante a poner en evidencia que, "tras años de estabilidad, el virus de
la gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo vertiginoso"(…).
Los investigadores entrevistados por Science (…) urgían a la creación de un sistema
oficial de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que
prestó oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de
dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas.
¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe porcina? Hace mucho que los
virólogos están convencidos de que el sistema de agricultura intensiva de la China
meridional es el principal vector de la mutación gripal: tanto de la "deriva"
estacional como del episódico "intercambio" genómico. Pero la industrialización
granempresarial de la producción pecuaria ha roto el monopolio natural de China en
la evolución de la gripe. El sector pecuario se ha visto transformado en estas
últimas décadas en algo que se parece más a la industria petroquímica que a la feliz
granja familiar que pintan los libros de texto en la escuela (…). En 1965, por
ejemplo, había en los EEUU 53 millones de cerdos repartidos entre más de un millón
de granjas; hoy, 65 millones de cerdos se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha
significado pasar de las anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los
que, entre estiércol y bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes
patógenos a la velocidad del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con
más que debilitados sistemas inmunitarios (…).
El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research Center publicó un informe
sobre la "producción animal en granjas industriales", en donde se destacaba el agudo
peligro de que "la continua circulación de virus (…) característica de enormes
piaras, rebaños o hatos incremente las oportunidades de aparición de nuevos virus
por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más
eficientes en la transmisión entre humanos". La comisión alertó también de que el
promiscuo uso de antibióticos en las factorías porcinas –más barato que en ambientes
humanos- estaba propiciando el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes,
mientras que los vertidos residuales generaban brotes de escherichia coli y de
pfiesteria (el protozoo que mató a mil millones de peces en los estuarios de
Carolina y contagió a docenas de pescadores…).

Es el dinero, siempre el dinero

Por su parte, y también la semana pasada, el diario La Jornada, de México, sostuvo
que, en ese país, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado
ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la
mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo,
con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace
algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60
por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias
oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace
años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido
incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que
no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población
tenía una gripe "común". Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente
de qué virus se trataba.
El artículo, escrito por Silvia Ribeiro, añade: ya en la epidemia, son también
trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que
monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón
de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca
informó a qué costo.
Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados
en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas:
zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y
oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences,
licenciado en forma exclusiva a Roche. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta
empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus
fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.
Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de
ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead
subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el
comienzo.
Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del
nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra
farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un "accidente" en su fábrica en Austria
en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y
la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, "fueron
errores humanos y problemas en el proceso", del cual no puede dar detalles, "porque
tendría que revelar procesos patentados".
Alfredo Jalife-Rahme, también de La Jornada, escribió: llama poderosamente la
atención la omnisciencia del Pentágono, el FMI y el Foro Económico Mundial de Davos
sobre el esparcimiento de los virus. Hace 13 años se publicó un estudio Air Force
2025 en cuyo capítulo cinco se presenta un cronograma con una "historia plausible"
donde en 2009 la influenza aniquilaría a 30 millones de personas (INFOWARS, 5/3/09).
El resucitado FMI, nuevo redentor del mundo (según la cumbre londinense del G-20),
hace tres años estimulaba a la comunidad empresarial neoliberal a "desarrollar
planes de emergencia" para lidiar con la pandemia de, en ese momento, fiebre aviar
global (VOA, 13/3/06). Al parecer, la plutocracia neoliberal mexicana y sus ineptas
autoridades sanitarias (Breitbart.com, 27/4/09), tan supeditadas a los lineamientos
del FMI, no leyeron su aviso visionario.
La "misteriosa" (The Economist dixit) influenza mixta de triple cepa (porcina, aviar
y humana), genéticamente originaria de EU y que extrañamente se brincó las trancas
interespecies, obliga a plantear la hipótesis adicional de un "accidente" de
laboratorio híbrido: militar y privado.
En forma no menos omnisciente, el Comité para Mejorar la Situación del Mundo”, del
Foro Económico Mundial de Davos, en sus reportes anuales sobre los "riesgos
globales" (específicamente el de 2007, patrocinado por Citigroup, la aseguradora
Swiss RE, la financiera Marsh & McLennan Companies y el Centro de Riesgo de la
Escuela Wharton) correlaciona la simultaneidad de la crisis financiera global y la
crónica de una pandemia anunciada con la “reacción violenta (backlash) contra la
globalización”, lo que "provocaría un incremento del militarismo y las tendencias
autoritarias que reconfigurarían la geopolítica global". ¿De dónde nace tanto
interés extra curricular de los banqueros y financieros neoliberales, es decir, la
fauna más misántropa del planeta, por los "riesgos globales"?

¿Y los señores de la guerra?

En tanto, el 29 de abril pasado un reporte de Telesur sostuvo que una investigación
periodística hecha por la organización Pacífica, con sede en Estados Unidos, asegura
que dentro de la difícil situación que vive el mundo por causa de la gripe porcina,
existen manos que pudieran haberla usado como arma biológica o como negocio para
beneficio de políticos de ese país.
Un informe del periodista de origen mexicano Fernando Velázquez, productor del
programa radial Informe Pacífica, hace mención de un artículo de la investigadora
norteamericana Lori Price, titulado "La gripe acaba con los memos de la tortura",
donde asegura que la influenza porcina fue fabricada probablemente en laboratorios
militares de Estados Unidos, y ha acabado con la noticia de los memos sobre la
tortura ordenada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra prisioneros en
Guantánamo, Abu Ghraib, y cárceles secretas.
Toma como referencia al periodista estadounidense Ralph Schoenman, productor del
programa radial "Taking Aim" de Nueva York. Schoenman afirma que los laboratorios
militarizados a lo largo de Estados Unidos han estado perfeccionando armas
biológicas con los virus porcino, aviar, el asiático y otras enfermedades para las
que no hay respuesta inmunológica.
Velázquez recuerda el libro "Matando la esperanza", donde el norteamericano William
Bloom describe que en 1971 la central de inteligencia proveyó a exiliados cubanos
con un virus que causa fiebre porcina africana. Seis semanas después, un brote de la
enfermedad obligó al gobierno de ese país antillano a sacrificar a medio millón de
puercos. Diez años después la población fue atacada por una epidemia de dengue
transmitida por mosquitos, que se extendió por la isla enfermando a más de 300 mil
personas y matando a 158 (de los que más de un centenar eran niños menores de 15
años).
Reporta también que documentos desclasificados en 1956 y 1958 revelan que el
ejército estadounidense crió grandes cantidades de mosquitos en La Florida y en
Georgia para ver si los insectos podían ser usados como armas diseminando
enfermedades, y que en 1969 más de 500 estudiantes de 36 países se graduaron en
cursos sobre guerra epidemiológica en la escuela de química del ejército en Fort
McClellan en Alabama.
Al parecer los dividendos pararían directamente a manos de los laboratorios Gilead
Sciences Inc. dirigidos por Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de EE.UU., que
tienen los derechos sobre el fármaco "Tamiflu", que se está vendiendo como remedio
para la gripe y que ya hizo una recaudación billonaria con la gripe aviar.

Algo más sobre los medios. Dengue y soja


La irresponsabilidad de las corporaciones mediáticas en situaciones de alertas
sanitarios no tiene límites. En medio del estallido de la gripe porcina, un
periodista del ya mencionado canal de cable C5N preguntó a un médico, con toda
soltura: ¿acaso es peligroso comer jamón?
El entrevistado no pudo ocultar su azoramiento y demoró unos cuantos segundos en
contestar que no. Cuando estaba a punto de pedir por favor que no se digan
disparates, el ilustre comunicador, por supuesto, cambió de tema.
En la últimas semanas, los grandes medios habían dedicado su agenda en forma casi
exclusiva al brote de dengue que se registra en este país - en medio de la confusión
informativa que impera no se sabe con certeza el número exacto de personas
afectadas; la cifra superaría los 20.000-, desplegando el mismo criterio editorial
que el utilizado para referirse a la epidemia de gripe porcina. Sólo le daban
descanso a la enfermedad del mosquito para poner en caja de resonancia cuanto hecho
de crónica roja tuviese lugar y para criticar al gobierno nacional, por lo que hace
o no hace, por lo que dice o no dice.
Una de las técnicas desinformativas más utilizadas por los medios corporativos
argentinos es darle relevancia a voces sin representación y hasta absolutamente
desconocidas hasta ese momento. Un ejemplo fue la repentina aparición de una ONG sin
antecedentes, Médicos Sin Banderas. La preside un economista y trataron de
instalarla primero en ocasión de la irrupción local del dengue y luego con motivo
del caso gripe porcina.
En su edición del pasado fin de semana, el semanario Veintitrés dio cuenta de esa
organización y de su principal portavoz, Ariel Umpierrez: tuvo un paso por Médicos
en Catástrofe pero allí lo denunciaron por manejos irregulares de 250 mil dólares
donados por la ONU; luego apareció vinculado al empresario y político de derecha
Ramón Puerta y a los propios ex presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde. En la
actualidad figura entre los convocados por la opositora Coalición Cívica, que
encabeza Elisa Carrió, famosa por sus apreciaciones apocalípticas, por reconocer que
se comunica con la Virgen y por ser una ferviente crítica del actual gobierno, con
posiciones que van desde la más ramplona derecha hasta una verdadera fiebre de
delirios acusatorios.
Por supuesto, ninguno de los oligopolios de la palabra y la imagen le prestaron
atención al tema sí resaltado el 26 de abril pasado por el diario argentino Página
12: Un trabajo reciente del ingeniero agrónomo Alberto Lapolla vincula la epidemia
de dengue con la sojización. Desde hace años se advierte una invasión de mosquitos
de las especies Aedes y Culex en lugares del país y épocas del año inhabituales,
como la pampa húmeda mucho más allá del verano.
En 2008, la invasión se extendió hasta mayo, pese al descenso de la temperatura. Ya
en 2007 y 2008 hubo casos de fiebre amarilla en Bolivia, Paraguay, Brasil y el Norte
argentino, que entonces se adjudicaron a viajeros, porque es confortable pensar que
el mal siempre viene de afuera. Con la epidemia de dengue de este año se hizo
evidente que la invasión incluía al temible Aedes aegypti, vector de la fiebre
amarilla y el dengue.
El estudio de Lapolla señala la equivalencia del mapa de la invasión mosquitera con
el de la República Unida de la Soja, según la definición de la multinacional
Syngenta: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, donde el poroto
transgénico de Monsanto se fumiga con el herbicida glifosato, y sus compañeros de
ruta, 2-4-D, Atrazina, Endosulfán, Paraquat, Diquat y Clorpirifós.
Todos los venenos mencionados “matan peces y anfibios, sapos, ranas, escuerzos,
etc., es decir los predadores naturales de los mosquitos, de los que se alimentan
tanto en su estado larval como de adultos”. Esto se comprueba en “la casi
desaparición de la población de anfibios en la pradera pampeana y en sus cursos de
agua principales, ríos, arroyos, lagunas y bosques en galería, así como el elevado
número de peces que aparecen muertos o con deformaciones físicas y graves
afectaciones en su capacidad reproductiva”, como han informado reiterados estudios e
investigaciones.
A esto debe sumarse la deforestación en las áreas boscosas y de monte del Noreste y
el Noroeste, que destruyó su equilibrio ambiental, “liquidando el refugio y hábitat
natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permite el aumento
descontrolado de su población”.
Hace dos semanas visitó la Argentina la periodista francesa Marie-Monique Robin para
la presentación de su libro El mundo según Monsanto, recién traducido al castellano.
La ministra de Salud Graciela Ocaña la invitó a conversar, pero no pudo asistir a la
cita porque fue llamada desde la presidencia por la irrupción de la epidemia de
dengue. En su lugar, la audiencia se realizó con el secretario de Determinantes de
la Salud y Relaciones Sanitarias, Licenciado Alberto Hernández. “Fue muy simpático y
amable, pero no tenía la menor idea del tema. Al punto que me preguntó por qué había
tantas fumigaciones”, fue el azorado comentario de la investigadora.
Interrogantes, dudas, sospechas y certezas. ¿Las victimas? Siempre son (somos) los
mismos.

El frenesí ha sido tal que un ejército de reporteros y fotógrafos llegaron hasta el
pueblo mexicano de La Gloria, en el estado de Veracruz, para dar con Edgar
Hernández, un niño de cinco años de quien se dice fue el primer humano en padecer el
virus. El niño, a propósito, está sano (pero bajo la lupa de la prensa mundial).
La Asociación Nacional de Periodistas Hispanos de Estados Unidos (NAHJ, por sus
siglas en inglés) expresó preocupación por la cobertura dada al tema y pidió a los
periodistas presentar los hechos de una forma más justa y equilibrada. A su juicio,
se corre peligro de vincular a los inmigrantes mexicanos con la propagación de la
enfermedad en Estados Unidos y desligar de responsabilidad a los turistas
estadounidenses de regreso de sus vacaciones en México.




AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH

agrega un comentario


La gripe porcina y aviar son fabricadas en laboratorios
Por reenvío agencia walsh - Wednesday, May. 06, 2009 at 6:10 PM


Científico especialista en Salud Pública: La gripe porcina y aviar son fabricadas
en laboratorios
(AW) En base a un video subido a youtube.com en el cual un científico norteamericano
especialista en Salud Pública afirma que la gripe porcina y aviar son fabricadas en
laboratorios en una conspiración para cometer genocidio, Pablo Luis González de
Raíces Cubanas, relaciona esta afirmación con la agresión que la isla sufrió por
parte de EEUU con la introducción de virus que le causaron grandes daños algún
tiempo atrás.

Luego de afirmar que el gobierno de EEUU a través de la CIA introdujo en Cuba el
dengue hemorrágico causando 138 muertos y la fiebre porcina, producto de la cual se
tuvo que sacrificar 500 000 cerdos causándole a nuestra economía y a la alimentación
de nuestro pueblo un daño considerable, el compañero cubano González se pregunta:
¿Podemos poner en duda la posibilidad de que compañías farmacéuticas norteamericanas
fabriquen virus mortales?

Además, plantea los siguientes interrogantes, ¿Por qué este virus surge en estos
momentos que supuestamente Obama viene con menos agresividad que Bush y hereda una
crisis económico-financiera, alimentaria, etc.? ¿Estarán interesados los
neoconservadores en imponer el miedo, para presionar a Obama? ¿Por qué sabemos por
la televisión y otros medios los casos de afectados por el virus de la gripe
mejicana y no se dice nada de los millones que mueren anualmente de enfermedades
curables y de hambre?

Con respecto al video en el cual habla el científico norteamericano en cuestión, la
gripe porcina y aviar son creadas en laboratorios y se liberan a la población para
obtener beneficios económicos a través de la venta de las vacunas que los mismos
laboratorios elaboran.

Lo explica en este video Leonard Horowitz, médico especialista en Salud Pública, en
Bioterrorismo y emergencias por enfermedades, Diplomado en Harvard y miembro del
equipo de investigadores de esta universidad, es autor de 15 libros, entre ellos el
best seller Virus emergentes: SIDA y Ebola, ¿naturales, accidentales o
intencionales? Este libro ha permitido la apertura de una investigación oficial en
Estados Unidos. También ha escrito Las Mentiras que creemos, La Cía, Hollywood y el
BioTerrorismo y Muerte en el Aire: Mundialización, Terrorismo y Guerra
bacteriológica, donde Horowitz acusa al cartel petrolero y farmacéutico de preparar
un nuevo genocidio programado. Su documental "In Lies We Trust" está colgado en
Internet y trata todos estos temas.

Fuente:
Pablo Luis González, Raíces Cubanas
Asociación Raíces Cubanas
http://racinescubaines.org/



AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH

agrega un comentario