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Chaco: Aseguran que todavía aplican torturas a detenidos en Comisarías
Por Argenpress.info - Friday, Jun. 12, 2009 at 9:44 AM

EL DIARIO DE LA REGION - CHACO DIA POR DIA

"De cada denuncia por torturas hay cuatro que no se hacen", aseguro Cristian Gaczynski, el asesor legal del Observatorio por el Buen Trato Institucional de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia.

El funcionario aseguró que el año pasado se detectaron más de 100 denuncias por apremios ilegales y vejámenes. En lo que va de 2009, se produce un promedio de tres por semana.

El Observatorio por el Buen Trato Institucional dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos aseguró que el año pasado se presentaron más de 100 denuncias por vejaciones y apremios ilegales en comisarías del Gran Resistencia. En lo que va de 2009, ya se detectaron un promedio de tres denuncias semanales. Dentro de las diversas metodologías de torturas informaron que se dieron casos en los que se aplicaron descargas eléctricas a detenidos utilizando baterías de motocicletas.

Al parecer, las viejas prácticas de la última dictadura militar aún se implementan. Es que según lo explicó el asesor legal del Observatorio, Cristian Gaczynski, en 2008 se presentaron ante la Justicia 165 denuncias por apremios ilegales, torturas y vejaciones provocadas a detenidos de casi todas las comisarías del Gran Resistencia. Y en el transcurso de este año el número se mantiene constante ya que se están presentando tres denuncias por semana en este sentido.

Gaczynski comentó además que las torturas que se dan por parte de la policía provincial tienen diferentes metodologías y formas de ejecución, algunas que tienen una clara reminiscencia con las aplicadas por las fuerzas de seguridad durante los años 70'. "En algunos casos hemos detectado que los agentes policiales desnudan a los detenidos y des-piles los golpean", sostuvo el abogado. Por otra parte detalló que los golpes se suelen dar con los bastones policiales en lugares donde no queden marcas. "Se les pega en las plantas de los pies o en las yemas de los dedos. También se dieron otros casos donde directamente se los golpea en el estómago o en los genitales", aseveró.

Entre estas prácticas violatorias de los Derechos Humanos se le suma la que involucra el pasaje de energía eléctrica a los cuerpos de los detenidos. "En una comisaría de Fontana se utilizó una picana hecha con la bujía de motos que están incautadas por la policía. Estas motos suelen estar en el patio, donde debería ser un lugar de recreación de los detenidos. Ahí los mojan a los detenidos y a través de la batería de las motos le aplican electricidad", denunció Gaczynski, quien advirtió que el año pasado también se dieron situaciones de torturas a través de "picanas eléctricas" en otras comisarías del Gran Resistencia.

El subsecretario de Derechos Humanos, Marcelo Salgado, señaló en este sentido que las comisarías en que más se repiten estas acciones son la 5ª, del barrio Guiraldes; la 4ª y la 10ª de Villa Chica. Esta unidad policial es la que más denuncias recibe de pueblos originarios "por discriminación, maltrato y apremios", aseguró Salgado.

Números

Respecto de la cantidad real de las denuncias que se realizan en la Justicia, Gaczynski explicó que son números difíciles de cuantificar ya que de acuerdo con organismos internacionales de Derechos Humanos, por "cada denuncia hay cuatro que no se realizan".

Según el asesor del Observatorio, de estas denuncias, muy pocas llegan a tener alguna condena debido a la falta de capacitación en el Protocolo de Estambul, el cual detalla la manera en que se debe actuar ante un hecho de tortura. Al no tener este conocimiento los fiscales pierden pruebas importantísimas que se deben recolectar inmediatamente después de producido el hecho. "Falta capacitación para los psicólogos, médicos y abogados sobre las huellas que dejan las torturas", explicó Gaczynski.

La cuestión edilicia de las comisarías también es una cuestión que genera que la estadía de los detenidos allí sea un vejamen en sí. "Las comisarías están muy deterioradas. No tienen acceso a un baño. No tienen agua caliente para bañarse y lo terminan haciendo con agua fría. Al no tener un lugar adecuado donde hacer sus necesidades dentro de la celda los detenidos tienen que pedir a los policías que le abran la celda para hacerlo en otro lugar. Y a veces se da ocasiones en que no hay nadie para abrirles y están horas sin ir al baño", explicó Gaczynski.

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