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Jornada histórica: primera condena a genocidas en Santa Fe
Por Indymedia Rosario -
Wednesday, Dec. 23, 2009 at 6:14 PM
rosario@indymedia.org
Ni el calor ni la lluvia pudieron aplacar la alegría de los cientos de personas que ayer festejaron la primera condena a represores de la provincia, en la ciudad de Santa Fe. Familiares, hijos/as, madres, abuelas y compañeros/as no podían parar de cantar, abrazarse y llorar, tras escuchar al tribunal que dictó sentencias de entre 19 y 23 años de cárcel para seis represores que actuaron durante la última dictadura.
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La militancia, llegada desde Rosario, Paraná, Córdoba y otras ciudades para acompañar a los/as santafecinos/as, se concentró en la plaza Soldado Argentino y cerca de las 17 horas marchó hacia los tribunales ubicados en 9 de Julio y Monseñor Zazpe, para esperar la sentencia. Fue más tarde de lo previsto, tras cortes de luz y con la amenaza de la lluvia, que se pudo ver y escuchar el momento en que el Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a Víctor Brusa a 21 años de prisión, a Juan Calixto Perizotti a 22 años, a María Eva Aebi a 19 años, a Mario Facino a 20 años, y a Héctor Colombini y Eduardo "Curro" Ramos a 23 años de cárcel.
Todos y todas esperaban algo como lo que se escuchó. Marcelo Villar, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, aseguró que durante el desarrollo del juicio el Tribunal había dado "buenos gestos", y por lo tanto vaticinó una "condena ejemplar".
Por su parte, el "Tuerto" Arias, ex preso político y militante del PRT-ERP, se mostró escéptico. "Condena vamos a tener, lo que no sé es si van a cumplir las expectativas que nosotros creemos que estos señores merecerían, que es la cárcel de por vida", dijo. Aún sin perpetua, su deseo parece haberse cumplido.
La "Causa Brusa"
La denominada "Causa Brusa" se inició en la época en que todavía estaban vigentes las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, cuando los querellantes mandaron un conjunto de testimonios a la Audiencia Nacional en Madrid, España. Como consecuencia de eso y de que un grupo de testigos y ex detenidos fueron a declarar ante el juez español Baltazar Garzón, éste terminó pidiendo la prisión y la extradición a un grupo de genocidas de Santa Fe. Eso generó que la fiscalía local abra una causa en nuestro país. Con posterioridad a la caída de las leyes de impunidad, esa causa avanzó y derivó en este juicio, que es el primero que se celebra en la provincia de Santa Fe.
En 2005 los acusados fueron procesados por los delitos de apremios ilegales, tormentos y privación ilegítima de la libertad, por lo cual fueron detenidos. Víctor Brusa fue juzgado por su actuación como funcionario judicial en la dictadura, hecho que no le impidió ser nombrado juez federal durante la presidencia de Carlos Menem. Mario Facino fue jefe de la comisaría 4ta de Santa Fe, uno de los centros clandestinos de detención y torturas que denunciaron las víctimas. Héctor Colombini, alias “Pollo”, fue agente de Informaciones de la Policía durante la dictadura. En tanto, Juan Calixto Perizotti fue jefe de la Guardia de Infantería Reforzada, donde María Eva Aebi cumplía funciones como carcelera. Finalmente, Eduardo “Curro” Ramos fue agente de Informaciones de la Policía.
Había un séptimo procesado, Domingo Manuel Marcellini, que hubiera sido el único militar juzagado en este proceso. Este genocida cumple prisión domiciliaria en Mendoza y se iba a utilizar un sistema de videoconferencia para que pueda participar del juicio. Sin embargo una junta médica recomendó que no fuera parte del mismo, por lo que fue alejado de la causa.
Los integrantes del Tribunal que dictó condena ayer fueron los conjueces Roberto Manuel López Arango (presidente), Andrea Alberto de Creus y Carlos Renna. La lectura de los fundamentos de la sentencia será el 15 de febrero de 2010.
El juicio duró tres meses y medio, en los que se vivieron cerca de 40 audiencias y se escucharon más de un centenar de testigos. Además, se hicieron tres inspecciones oculares a las "casitas" (centros clandestinos, dos en Santo Tomé y una en Rincón) y otras tres a sitios emblemáticos de la ciudad de Santa Fe: la Guardia de Infantería Reforzada y las comisarías 1ra. y 4ta.
Todos los hechos que se les imputaron a los acusados fueron cometidos, según el tribunal, en el marco de un plan sistemático y generalizado de represión por parte del Estado, lo que los transforma en delitos de lesa humanidad.
Las condenas se acercaron a lo solicitado tanto por las partes querellantes como por los fiscales. La Liga de los Derechos del Hombre pidió prisión perpetua para todos los imputados, y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación solicitó 25 años de prisión para la totalidad de los acusados. Por su parte, los abogados querellantes Alejandra Romero y Guillermo Munné pidieron 25 años de prisión para Perizotti, Aebi, Colombini y Ramos, y 20 años de prisión para el ex juez federal. En cuanto al Ministerio Público Fiscal, pidió 23 años de prisión para Brusa; 25 años para Ramos y Colombini; 24 años para Perizotti y 23 años para Aebi y Facino. Las defensas, por su parte, habían solicitado la absolución de los imputados.
"Nuestros hijos están más presentes que nunca"
Frente al tribunal, la calle atestada de militantes hizo absoluto silencio cuando comenzó la lectura de la sentencia. Las manos se unían, los brazos se entrelazaban. Algunos apretaban los dientes y otros, los más optimistas, exhibían sonrisas por adelantado. Ante la primera condena, una explosión, la multitud se unió en un solo grito, en puños altos y abrazos interminables. El mismo grito se sintió una y otra vez ante cada una de las otras cinco condenas. Afloraron las lágrimas, las puteadas de descarga, las emociones contenidas, y luego el festejo más puro, aquel que celebra la llegada de la justicia. 32 años de lucha de las Madres, 26 años de democracia, tiempo incalculable de andar por el camino de la verdad para lograr el juicio y castigo tan ansiado.
"Es el primer paso hacia el descorrimiento del velo de la impunidad", aseguró el "Tuerto" Arias. Embargado por la emoción, sostuvo que los juicios son "la posibilidad de contar lo que realmente pasó en este país" para que "la memoria se haga carne en cada uno de nuestros hijos y de los jóvenes que vienen atrás".
Arias es un ex detenido, tiene a su compañera y a su cuñada desaparecidas, y recordó que muchos de los caídos durante la dictadura "eran mis compañeros y mis hermanos". Por eso consideró que con estos procesos se comienza a "desandar el camino de la injusticia".
Entre las pocas personas que tomaron la palabra luego de la sentencia, estuvo la querida Celina "Queca" Koffman. "Hoy volvemos a creer que la justicia existe", fueron las palabras que eligió para comenzar. "Tal vez hay que luchar por ella, como hemos luchado con todos los compañeros y las compañeras de los organismos de derechos humanos, con los sobrevivientes de los campos de concentración y con los jóvenes maravillosos de hoy, y por eso hemos llegado a este día", continuó.
Enérgica, la Madre de Plaza de Mayo de Santa Fe exigió "nunca más asesinos en la impunidad durante décadas". Y pidió también "que se cumpla la condena en cárceles comunes, que vayan a cumplir esas condenas a donde van los que roban un pedazo de pan para dar de comer a sus hijos".
Frente a la multitud feliz, Queca no dejó de recordar a los suyos y a sus sueños y proyectos. "En esta calle repleta, donde nos embarga la misma emoción a todos, yo creo que nuestros hijos están más presentes que nunca. Unamos hoy nuestros corazones para construir el país que ellos quisieron construir y que dejaron sus sueños entrelazados que hoy están recogiendo todos ustedes, los que fueron sus compañeros, sus hermanos, sus hijos, los jóvenes de hoy", pidió, muy emocionada.
También hizo una apuesta hacia el futuro. A las Madres y a los jóvenes les dijo que el de ayer fue "un día de gloria, un día de triunfo, un día de alegría. Pero no paramos acá, en un país donde hay hambre, donde se nos mueren los pibes de desnutrición y donde debemos seguir luchando en busca de la justicia". Por eso también reclamó "que sean condenados como deben los ideólogos de los grupos de poder económico que ayudaron a gestar el genocidio más terrible de la historia. Queremos juicio y castigo, no sólo para los milicos que apretaron el gatillo, sino para los grupos de poder económico que siguen golpeando la democracia y matando de hambre a nuestro pueblo".
"Queremos que nos devuelvan a nuestros hijos y saber el destino de todos y cada uno de ellos, porque eso es parte de la justicia", fue el reclamo final de la Queca, al que, por supuesto, se sumaron todos y todas las que siguieron festejando y cantando de emoción en las calles santafesinas.
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Los represores (Foto de Javier Escobar)
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