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Nicaragua: Demarcaciones, la eterna problemática de los indígenas
Por Fuente: El Nuevo Diario - Friday, Mar. 05, 2010 at 1:35 PM

Las masivas migraciones del Pacífico, Centro y Norte del país hacia las Regiones Autónomas ha trastocado la forma ancestral de tenencia de la tierra, lo cual, según líderes indígenas, viola la Ley de Demarcación Territorial

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Leonor Alvarez / Enviada Especial Prinzapolka

END - 20:08 - 03/03/2010

Mientras viajamos en el bus que nos conduce a las comunidades miskitas de Prinzapolka, uno de los pasajeros advierte que pronto penetraremos a un lugar “bellísimo que ni parece que estamos en Nicaragua”.

Jairo es un comerciante originario de Matagalpa que vende “productos varios” a los indígenas. Pronto se da cuenta que ahora estos bosques ya no son los mismos. “Ideay, ahora están ralitos, tal vez más adelante vemos muchos más árboles”, señala Jairo, pero ese momento nunca llega y sólo queda imaginarse la descripción de nuestro efímero acompañante.

“Era un espesor de árboles que no dejaban pasar la luz brillante del sol y hacía un friíto helado y una neblina humeante”, describe el comerciante matagalpino, un hombre moreno, alto, con rasgos de creole.

En esta zona de la Región Autónoma del Atlántico Norte, RAAN, el sector forestal ocupa un lugar importante como actividad económica regional, pero en declive por el agotamiento de los bosques, debido al despale indiscriminado, impulsado por compañías madereras, la invasión mestiza de territorios indígenas y los incendios provocados por la técnica de roza y quema antes de sembrar.

La tierra es la “manzana de la discordia” en las zonas rurales de la RAAN. Para los indígenas la posesión de tierras es más importante que el dinero, porque para subsistir sólo necesita sembrar y pescar en los ríos.

La RAAN tiene una extensión de 33 mil 106 kilómetros cuadrados y su población en 2005 era de 314 mil 130 habitantes. Está dividida políticamente en ocho municipios: Puerto Cabezas, Prinzapolka, Bonanza, Siuna, Rosita, Raspan, Waslala y Mulukukú.

En los últimos años se ha venido dando una migración de campesinos pobres del Pacífico que llegan en busca de tierras para sembrar y radicarse, lo cual está ocasionando un conflicto entre los habitantes de los territorios indígenas y los “colonos”.

Titulaciones
De acuerdo al plan de desarrollo de la Costa Caribe impulsado por el gobierno, son 20 territorios indígenas en los que hay que titular lo que correspondería a unos 25 mil kilómetros cuadrados. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció el pasado 22 de enero que entre 2007 y 2009 se han entregado títulos de propiedad a 152 comunidades indígenas en 12 territorios, ubicados en un área de 15 mil 409 kilómetros cuadrados.

Orlando Salomón Justo, un indígena mayangna, promotor de los Derechos de la niñez mayangna de Bonanza, relata que la ola migratoria comenzó en los 80 del siglo pasado y se incrementó con el gobierno del ex presidente Arnoldo Alemán Lacayo (1997-2002), cuando este mandatario dijo “vayan que hay tierras allá en la Costa”.

“Pero él como presidente de Nicaragua no supo que aquí somos dueños de esta riqueza, que son de los pueblos indígenas”, expresa Justo apretando el ceño de su frente morena en la que descansa un trío de mechones “chirizos”.

“Tengo entendido que los colonos son traficantes de tierras, traficantes de maderas, personas que tienen recursos y que están violentando el derecho de los pueblos indígenas”, agrega Justo.

Pero lo que más inquieta a este mayangna originario de Bonanza, es la violencia con que llegan a invadir las tierras los “colonos”. Asegura que están armados y que intimidan a los nativos diciendo que tienen influencia de los madereros, de los partidos políticos o de los “narcos”.

Los indígenas no quieren pelear
Los territorios indígenas están titulados y han cumplido debidamente toda la política de demarcación, por eso Justo considera que los “colonos” están “violentando en todo, porque por donde están entrando a invadir son áreas de reserva, donde los mismos dueños, que son los indígenas, tienen prohibido entrar porque es zona de reproducción natural”, expresa.

“Vienen a amenazar, ellos saben que son propiedades privadas, prohibidas, ajenas, hay matanza, pero el ser humano no tiene precio, la muerte natural nosotros entendemos, pero matar a alguien no tiene perdón”, agrega Justo.

“Para los pueblos indígenas, la muerte de un ser humano es mucho, nosotros siempre nos hemos caracterizado por ser pacíficos y por eso en nuestra historia hemos perdido el territorio de Nicaragua, sin embargo no reclamamos, somos pacíficos, no matamos”, manifiesta categórico el ciudadano mayangna.

Acusados de colonos
El informe 2009 sobre la Participación Ciudadana en las Regiones del Caribe, realizado por la Red Nicaragüense por la Democracia y el Desarrollo Local, indica que el crecimiento de la población en estas regiones ha sido considerable en las últimas dos décadas, especialmente en la RAAN, donde creció un 48 por ciento entre 1995 y 2005.

La migración de “campesinos pobres” del Centro-Pacífico se mantiene “en un proceso de migración masiva” que “ha cambiado la composición étnica de la población dando mayoría absoluta al grupo mestizo”, equivalente a un 76 por ciento según el estudio.

Don Teofilo Shang García es un mestizo que asegura tener sangre miskita, china y española. Él es líder de la comunidad Tasba Pauni y su gente es acusada de estar invadiendo las tierras indígenas, lo cual desmiente.

“No es cierto que hayamos invadido, sino que los miskitos venden el terreno y debido a eso, otros compran. La gente indígena dice que nosotros nos hemos tomado esas tierras, pero no la hemos tomado así por así, sino que hemos comprado con nuestros propios recursos”, dice don Teofilo sin especificar cuánto le costó a su familia, hace 24 años, la compra de las 120 manzanas de tierras que posee en la comunidad Tasba Pauni, ubicada río arriba de Alamikamba cabecera del municipio de Prinzapolka.

Miskitos venden las tierras
En sus tierras, Teófilo Shang siembra maíz, frijoles, yuca y bananos, y también tienen “algún ganado”. Asegura que no sabía que era prohibido comprar tierras en esa región.

“Pero ellos, los miskitos, saben muy bien que las tierras son comunales y venden el terreno, entonces nosotros como mestizos compramos con nuestros propios recursos”, manifiesta.

“Yo no me explicó por qué ellos venden y dan algunos documentos firmados por la junta directiva del Consejo de Ancianos de la Comunidad, y después ellos mismos dicen que esos papeles no valen, entonces no entiendo”, agrega don Teofilo.

También manifiesta que el despale indiscriminado no es producto de la población pobre de las comunidades, sino de los “grandes productores de ganado” que derriban los árboles para hacer potreros.

Visiones distintas de las tierras
Marcos Williamson, Director del Centro de Investigación Socio Ambiental de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, Uraccan, manifiesta que las demarcaciones son una necesidad para las comunidades indígenas, porque es un proceso que fortalece al gobierno y a la economía comunitaria.

Explica que “la tierra para los indígenas es un todo”. “Tienen una cosmovisión tanto para la producción, pero también la parte espiritual, la parte religiosa. El territorio en sí para los indígenas viene a ser como el hábitat”, explica.

Por otra parte, Williamson señala que para los mestizos del sector del Norte, las tierras vienen a ser como un sector de uso productivo, es decir, para la agricultura y la ganadería.

“Pero estas tierras no tienen vocación agrícola, sino que tienen vocación forestal, entonces se empieza a implementar una economía agroganadera, entonces tienen que ir ocupando más área territorial, y eso es el avance de la frontera agrícola”, explica el académico de origen creole.

Recuerda que las demarcaciones son un proceso prometido por los gobiernos nicaragüenses desde 1894 a los indígenas de la Costa, cuando se anexó el territorio de la Moskitia al resto de Nicaragua. De eso han pasado 116 años y aún prevalece la problemática.

Sector forestal en Nicaragua
El sector forestal de Nicaragua posee aproximadamente 56 mil kilómetros cuadrados de bosque, que representan el 43 por ciento del territorio nacional.

La mayor zona boscosa del país, equivalente a un 78 por ciento, se encuentra en la Costa Caribe de Nicaragua y parte del Río San Juan; el 17 por ciento en el Centro y Norte del País, y el cinco por ciento en la Región del Pacífico.

El sector forestal ocupa el 71 por ciento del territorio nacional y posee 2.6 millones de hectáreas de bosques entre latifoliadas y coníferas, con una masa boscosa productiva aproximada de 80 millones de metros cúbicos y abundante tierra de vocación forestal y agrosilvopastoril, con la mayor diversidad de árboles de América Latina, y 65 especies aptas para la exportación comercial como el cacao, hule, palma de aceite, cítricos, vainilla y musáceas, que son cultivos propios del trópico húmedo.

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