Julio López
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Ataque a Banco Nacion
Por Celulas revolucionarias - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 2:57 AM

Esta madrugada, con la intención de cortar de cuajo la tranquilidad del barrio de Belgrano y atacar su monótona paz social


Esta madrugada, con la intención de cortar de cuajo la tranquilidad del barrio de Belgrano y atacar su monótona paz social, decidimos atacar el Banco Nación ubicado en la intersección de las calles Cabildo y Mariscal Sucre.
De esta manera saludamos con un guiño complice a los compañeros que en Neuquén han comenzado con las iniciativa de ofensiva revolucionaria contra el Estado y el Capital en el año del bicentenario. Saludamos también a todos los proletarios en revuelta que optan por la lucha subversiva.
Le recordamos tambien a los verdugos que estamos dispuestos a todo por acabar con su imperio de miseria y hambre.

Libertad o Muerte

Celulas revolucionarias
Brigada Mauricio Morales

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pregunta
Por pregunta - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 9:27 AM

Es joda esto?

en serio pregunto.

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No es joda, es provocacion
Por Izquierdista - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 10:07 AM

Segun Critica Digital hubo una explosion con bomba casera. Esto es una provocacion probablemente de los servicios. No creoq eu haya ningun grupo lo suficientemente idiotas para hacer esto como tarea politica.

Recomiendo al sitio que borren el mensaje original

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Noticia original.
Por Izquierda mediocre e infiltrada ! - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 10:27 AM

Un artefacto explosivo estalló en la madrugada de este miércoles frente a la sucursal del Banco Nación ubicada en la avenida Cabildo y Sucre, en el barrio porteño de Belgrano. No hubo heridos pero se registraron daños materiales en el frente vidriado de la entidad.

Allegados a las investigaciones destacaron que en un primer momento nadie se había adjudicado el hecho.

La explosión se registró alrededor de las 3 de la madrugada. Según los voceros, el artefacto era de fabricación casera, con bulones en su interior.

Agregaron que la explosión reventó una hoja del blindex de acceso y otra que separa el sector de cajeros de la zona de atención al cliente. Intervino personal de la comisaría 33ª.


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no hay que sacarlo, hay que discutirlo
Por proletario sin dirigentes - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 10:47 AM

... porque no todos estos ataques son obra de servicios. históricamente y en el día de hoy existe un sector de la juventud marginada y radicalizada que piensa que estas "axiones" son un método legítimo de agitación, de "propaganda por el hecho".

Básicamente enfocan la revolución como si se tratara de una guerra, y como hoy no existen las condiciones para una guerra de clases "como Dios manda", realizan estas acciones para: a) desquitarse ellos mismos con una sociedad que odian y b) a lo mejor tienen la fantasía de que esto tendrá el efecto de atraer a sectores de los explotados a la lucha insurreccional. depende de cuál factor sea el determinante, a veces se trata de gente que sólo quiere "vengarse" de la sociedad y sienten asco por lo que ven como pasividad en la no insurrección de los explotados.

estos sectores son la prueba viviente de que el odio de clase no es conciencia de clase y que la oposición radical al capitalismo no debe identificarse con la superación revolucionaria del mismo.

En Chile estos sectores tienen más peso que aquí y le sirven como excusa perfecta a la clase dominante para mantener el estado policial pos-pinochet y a los medios de masas para criminalizar toda lucha social.

Mauricio Morales fue uno de estos jóvenes que se mató al detonar una bomba que él iba a poner en una sede policial. Esto le sirvió como excusa perfecta al poder judicial para buscar a "la organización terrorista" en los barrios okupa, criminalizar a quienes tuvieran textos anarquistas, cerrar centros culturales, etc.

Un "ataque" como estos, incluso fallidos, puede servir para que el estado ataque sobre un movimiento social que, aparte de no estar siquiera conectado a quienes hicieron el "ataque", no está listo para enfrentar esa clase de represión. Por una boludez como esta, se pierde el trabajo de años y quedan compañeros presos o procesados.

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Sálvese el que pueda
Por Matías - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 11:00 AM

La clase obrera no va a hacer ninguna revolución, está completamente degradada, ajena a su historia y sus ejemplos heroicos; no hace más navegar por el río de la apatía, el alcohol y el diversionismo vacío. La clase obrera se ha transformado en una clase infantilizada que acepta su realidad sin cuesionarla, agachando la cabeza. Hay algunos brotes de indignación en algunos lugares de trabajo (Kraft, Subte, Zanón, etc) pero no dejan de ser pequeñas gotas en un océano de indifirencia y embrutecimiento. Los obreros en general no son más que burros de carga incapaces de leer algo más profundo que el diario Olé y de ver algo más pensante que Bailando por un sueño.

No hay victoria posible, sólo intentar la salida individual. Esas acciones supuestamente ejemplificadoras satisfacerán la necesidad de adrenalina de algunos pequeños grupos sin conexión con las masas (que por cierto están completamente desmovilizadas). La revolución ha muerto, es necesario sepultarla y conformarnos con el estupor que nos espera. ¿La clase obrera? Terminará yendo detrás del primer ilusionista que sepa combinar bien los colores.

Saludos

Matías

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reformetas a callar
Por quienes son los servicios - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 12:45 PM

A ustedes le baja letra tarifeño... asi que calladitos

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empirismo e idealismo
Por proletario sin dirigentes - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 1:07 PM

como hace décadas que no hay insurrecciones revolucionarias, entonces ya nunca las habrá. o su reverso: como en el pasado tales métodos de lucha sirvieron para estimular el avance revolucionario del movimiento, hoy también servirán.

son deducciones con todas las limitaciones del empirismo y ninguna de sus virtudes. en última instancia son idealistas porque separan a la actividad de la clase obrera de las circunstancias históricas en que tuvo y tiene lugar.

no ven que el cambio de circunstancias históricas es el que determina (aunque no unilateralmente) el cambio en las formas de actividad proletaria. por eso esta última propuesta de Matías (la salida individual) es reaccionaria a toda línea.

ante la evidente decadencia del capitalismo y la consiguiente decadencia de los viejos métodos reformistas, lo cual está haciendo necesario que los sectores proletarios más golpeados por la crisis recurran a métodos radicales para luchar por sus necesidades básicas, hay un resurgir de las luchas autónomas proletarias (aun si, en la clase obrera ocupada, se da bajo la conciencia limitada de un "sindicalismo de base"). claro que la clase capitalista tiene muy variados recursos para responder a estas luchas, desde la represión hasta la cooptación, la utilización de los sindicatos contra ellas, etc. pero a menos que las condiciones de vida de la clase obrera puedan mejorar, estas luchas tienden a generalizarse y a la conformación progresiva del proletariado urbano y otros sectores oprimidos (campesinos, pueblos originarios) como sujeto político.

la crisis financiera que se desencadenó en el 2008 es de una gravedad superior a la del 29, sólo que sus efectos han sido amortiguados por el billonario salvataje de los principales estados imperialistas al sector financiero. salvataje que ahora, si tuvieran que hacerlo de nuevo, no podrían efectuar. esto inevitablemente significa que la crisis se descargará sobre las espaldas del pueblo trabajador, cosa que ya se está haciendo pero no de manera generalizada y acelerada como para motivar una insurrección. la burguesía mundial intentará "pilotear" este ataque a las condiciones de vida proletarias intentando que los mayores golpes vayan a sectores que no puedan defenderse, buscando aislar las luchas y poner a unos oprimidos contra otros (internacional y nacionalmente), etc. pero estos métodos tienen sus limitaciones y siempre hay imprevistos.

creer en la infabilidad de la dominación burguesa sólo porque la clase obrera ha pasado décadas "aburguesada" es algo totalmente irracional y ahistórico, y lo único que puede deducirse de ello es que la persona que sostiene esa creencia o está personalmente despechada con la clase obrera real porque no se corresponde a su ideal de clase obrera (o sea, hace responsables a terceros por sus propias ilusiones), o directamente es alguien que tiene interés en que la clase obrera siga "aburguesada".

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GRACIAS
Por ENRIQUE RODLOFO MALUNNE SOLAR - Wednesday, Mar. 17, 2010 at 1:53 PM

ES BUENO QUE LA SECRETARIA NO GASTE LOS CONFIDENTE Y LAS-LINEAS DE INVESTIGACION- LAS SAQUEMOS DEL SERVIDOR DE INDYMEDIA Y DE OTROS CITIOS-

GRACIAS A -TODOS-

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Lógica
Por Juan(A) - Thursday, Mar. 18, 2010 at 10:41 AM

Si la clase obrera está dormida, es porque lleva décadas anestesiada por la burocracia sindical traidora. Y nosotros, en vez de participar en las organizaciones e instituciones de la clase para crecer junto a ellos, nos ponemos a pelotudear con casas ocupadas, recitales de punk, petardos en los cajeros o nos amparamos en la pureza y no nos metemos en ningún lado, no vaya a ser que nos embarremos.

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sí en la propuesta, no en el diagnóstico
Por proletario sin dirigentes - Thursday, Mar. 18, 2010 at 12:46 PM

explicar el carácter capitalista de la autoactividad obrera por un efecto anestesiante de la burocracia sindical significa darle a este sector un poder sobrehumano que no tiene, y además significa tratar a la burocracia sindical como un cuerpo extraño al movimiento obrero.

una burocracia sindical es un resultado inevitable y necesario en todo movimiento obrero que se mantenga dentro de los límites del capitalismo tanto en su práctica como en su teoría. cuando a los obreros sólo les interesa luchar por reformas salariales y laborales, no es necesaria la autonomía, con delegar la dirección de las luchas y la negociación con la patronal en unos delegados, ya basta.

cuando esta falta de autonomía se torna en una costumbre y la representación sindical termina siendo reconocida por el Estado y las empresas como el único interlocutor válido por parte de la clase obrera, y a esto sumado el proceso de creación de centrales sindicales, que necesariamente requieren de un importante cuerpo de funcionarios propios, se crea la burocracia sindical: un sector surgido de la clase obrera originalmente para representarla, pero que eventualmente pasa a tener intereses propios que no son los de la clase. igual que un abogado. representa los intereses de su cliente, pero no los comparte. y además puede ser sobornado para actuar contra su cliente.

entonces la explicación para el origen y la permanencia de la burocracia sindical hay que buscarla en la autoactividad de la propia clase obrera, y no en la capacidad de los burócratas de conservar la dirección de un sindicato con métodos antidemocráticos. no es la burocracia sindical la que "anestesia" a la clase, sino que es la clase la que reproduce a la burocracia sindical.

si la burocracia sindical sigue campeando en el movimiento obrero es porque los trabajadores la apoyan o, si no la apoyan activamente, al menos la toleran. y ademas teniendo la des-sindicalización de las últimas décadas. la burocracia sindical tiene un aparato propio y hasta puede recibir apoyo estatal es cierto, pero tampoco se puede explicar su permanencia por sus propios esfuerzos.

cuando la clase obrera en su conjunto, o al menos gran parte de ella, vea la necesidad de luchar sin y si es preciso contra el sindicato, ahi la burocracia sindical perderá incluso su carácter de representación nominal de los trabajadores y, en todo caso, solamente quedará intacta como mercenarios del capital, si es que a los capitalistas les interesa emplearlos de esa manera.

la burocracia sindical sólo es tolerada por el capitalismo en tanto sea capaz de garantizar la "paz industrial". cuando no sea capaz de hacerlo porque ya los trabajadores luchan por si mismos, entonces desaparecerá o se transformará en una mera fuerza parapolicial.

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autocháchara
Por :-( - Thursday, Mar. 18, 2010 at 2:40 PM

Todo ese speech de la "autoactividad" es ridículo de punta a punta.
Tan ridículo es que hasta se hace difícil saber por dónde empezar a criticarlo.

En resumidas cuentas, el "argumento" consiste en tratar a la clase obrera como un sujeto cuya conciencia, desgraciadamente, sería burguesa.

Por este camino, se "refuta" que la burocracia sindical sea un cuerpo extraño a la clase. Se trataría, en realidad, de una expresión de la verdadera conciencia de la clase.

Todo esto en boca de alguien que rechaza la necesidad de representaciones y liderazgos.

El galimatías es completo: la clase sin representaciones ni lideragos (es decir: sin expresión política -programa- más o menos organizada) es la clase empíricamente dada.
Pero la clase empíricamente dada no puede ser un sujeto, aún cuando esté compuesta de sujetos individuales.

La clase empíricamente dada -es decir: no mediatizada por ninguna representación de sí- es la clase-objeto, es la clase según la determina su posición en la sociedad capitalista.
Es decir que, sin representaciones ni liderazgos, la clase obrera es menos que nunca un sujeto y más que nunca un objeto. No es "desembrarazándose" de representaciones -más o menos felices- de sí misma como la clase obrera se constituye en sujeto, sino exactamente al revés.

Naturalmente, si no hay sujeto mal puede haber autoactividad. No le cabe autoactividad a una clase explotada determinada por la clase explotadora, por su posición relativa en el régimen de explotación.
La clase se va constituyendo en sujeto a medida que progresa en la estructuración de representaciones de sí, distanciándose de la condición empírica (en la que es la burguesía la que determina su naturaleza).

Es posible entender que si la burocracia sindical existe es en virtud de limitaciones de conciencia, pero también puede ser por limitaciones de otra clase.
Por ejemplo, por exterminio masivo de las representaciones clasistas, como sucedió en los años '70.

Tanta blableta no pasa de ser una perogrullada: Debe ser obvio que la interiorización de representaciones extrañas a los intereses de una clase expresan una u otra clase de limitación.

Quizás, la frase que concentra el sinsentido de todo este speech, sea la siguiente: "una burocracia sindical es un resultado inevitable y necesario en todo movimiento obrero que se mantenga dentro de los límites del capitalismo".

¿Qué puede querer decir esto?
La clase obrera ha visto burocratizarse direcciones más allá del régimen capitalista, como ilustran claramente los ejemplos ruso y chino.
Cierto es que aquellos procesos de burocratización expresaban precisamente, la presión del capital internacional sobre los territorios que habían sido arrancados a su control directo, y expresaban también las "limitaciones" (no de orden conciente, sino material) que experimentaba la clase obrera para transitar del orden capitalista al orden socialista, algo que no se puede lograr instantáneamente.

Una primera conclusión de esto es que las limitaciones para superar el capitalismo no son algo que pueda eliminarse por principio, sino que son algo a lo que se espera alcanzar.
Solamente liquidando al capitalismo se superan las limitaciones que éste impone. Pero no se supera al capitalismo de una vez y para siempre.

Predeciblemente, el "proletario sin dirigentes" afirmará que, en verdad, si la URSS o China quedaron en manos de burócratas es porque eran formas del capitalismo.
Más allá de que no podría ser de otro modo, en el sentido de que alcanzar el socialismo supone un período de transición -y de mundialización de la revolución- más o menos largo, el "argumento" no pasa de ser una tautología: cada vez que un avance de la clase obrera manifieste una limitación, es porque su conciencia es aún burguesa (pero ¿por qué sólo su conciuencia??), o porque permanece dentro de los límites del capitalismo, etc. etc.

En realidad, el argumento es esencialmente tonto.
La clase obrera -y su "movimiento"- necesariamente debe mantenerse, en alguna medida, dentro de los límites del capitalismo.
Si los límites del capitalismo fueran superados, ya no podría hablarse ni de clase obrera ni de movimiento obrero.

La clase obrera sólo existe, precisamente, en virtud de su vinculación intrínseca con la clase explotadora, vinculación constitutiva tanto del régimen capitalista como del antagonismo de clase.

El "proletario sin dirigentes" se mueve entre tautologías, oposiciones propias de la lógica formal, y fórmulas cerradas que la realidad no puede alterar de ningún modo.
Supongo que no es la peor manera de consolarse por la propia falta de capacidad para intervenir activamente en el mundo real.

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zzzz...
Por El Oligarca - Thursday, Mar. 18, 2010 at 2:47 PM
mo vimiento_sta lin_vive@hotmail.com

los nietitos no reconocidos de Hegel estan en llamas......

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bah
Por :-P - Thursday, Mar. 18, 2010 at 3:26 PM

y los "hijos naturales" de Adam Smith están con el culo en llamas.

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y entonces?
Por Juan(A) - Thursday, Mar. 18, 2010 at 4:31 PM

Y, cual es el origen de la burocracia, entonces?

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bien
Por proletario sin dirigentes - Thursday, Mar. 18, 2010 at 4:53 PM

paso por alto el berrinche del trosko amargado y lo dejo con su paja del "partido revolucionario".

acá hay un artículo corto que trata sobre la historia del sindicalismo y de cómo nace la burocracia sindical.

http://cai.xtreemhost.com/consejistas/pannekoek/sindicalismo.htm

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...
Por :-) - Thursday, Mar. 18, 2010 at 5:04 PM

Naturalmente, siempre que existan condiciones de desigualdad social va a haber base para la formación de burocracias.

No se trata de encontrar fórmulas mágicas de organización, sino de reforzar, promover e impulsar las tendencias objetivas que propenden a la liquidación de las condiciones materiales para la formación de burocracias.

En cuanto al "dirigente sin proletarios": Berrincheros son aquellos que no saben debatir ni pueden rabatir argumentos seriamente expuestos cuando ven que les han serruchado la rama (léase: el discurso tautologizante y autorreferencial) donde están parados (o, más bien, donde creían estar sentados).

Saludos.

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.
Por Osvaldo - Friday, Mar. 19, 2010 at 1:05 PM

Me parece que a "proletario sin dirigentes",cuando se quedó sin argumentos,quedó expuesto, y solo recurrió a chicanear.

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oídos sordos
Por Juan(A) - Friday, Mar. 19, 2010 at 1:48 PM

Es que el choclo incoherente e inconsistente del trosco pequeUBA aburre, porque no responde a lo que se dice, ni plantea líneas nuevas, y se enfrasca en discusiones super filosoficas. Con gente así es imposible cualquier tipo de debate.

La cuestión es simple: la burocracia sindical nace desde dentro de la clase obrera. ¿Acaso alguien le puede negar a moyano su origen trabajador, y la empatía que genera con sus pares? ¿Acaso un laburante cualquier no va a sentirlo mucho más cercano que a Altamira o cualquier intelectualoide que "abraza la causa obrera"?
¿Por que aparece? Por la domesticación y aburguesamiento de las capas sindicales dirigentes, sumado a concesiones por parte del capital, amenazado por el impulso revolucionario.
¿Como se combate? A través de la acción sindical directa, con participación permanente de las bases, y una política coherente de enfrentamiento con el poder que mantenga entre los trabajadores el espíritu de lucha. Y también es un problema de organización, porque una central sindical de tipo federalista, con delegados mandatados, rotativos y revocables, y donde haya la mínima e imprescindible cantidad de rentados, evita la formación de burócratas.
Tenemos los ejemplos de la FORA, cuya participación fue imprescindible y mayoritaria en la Semana Roja, la Semana Trágica, las huelgas de la Patagonia y la Forestal y la huelga de navales del 56 (la más larga del siglo y pionera en la exigencia de las 6 hs por trabajo insalubre). También el de la CNT española, que teniendo 1.000.000 de miembros, tenía muy muy pocos rentados. Son distintos tipos de construcción, una cosa es el sindicalismo finalista de la FORA que pone en el mismo plano acción sindical y revolucionaria, con una idea vaga de sociedad futura basada en comunas y otra el anarcosindicalismo industrial de la CNT, con la idea clara de una sociedad organizada a través de los sindicatos, convertidos en instituciones administrativas de la sociedad por ser expresiones netamente de la clase obrera.

Pero el método organizativo es imprescindible, porque aunque apoyando a "las tendencias objetivas que propenden a la liquidación de las condiciones materiales para la formación de burocracias" no tenemos ninguna garantía de que no se formarán nuevos burócratas. Entiendo que con "la liquidación de las condiciones materiales para la formación de burocracias" se refieren a la socialización de los medios de producción a través de la revolución social. Pero estas tendencias no son para nada objetivas, ya que dependen de la voluntad de lucha de las capas dirigentes y la relación que estas establezcan con la base obrera. Es decir, voluntarismo, tenemos que confiar que va a ser distinto si nos dirige Pitrola solo porque promete que va a aplicar el programa del PO, o que por lo menos lo va a intentar. Pero nada más que su buena voluntad garantiza que vaya a cumplirlo, porque el método organizativo es el mismo de siempre.

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yo lo que quiero saber...
Por El Oligarca - Friday, Mar. 19, 2010 at 2:07 PM
mo vimiento_sta lin_vive@hotmail.com

yo lo que quiero saber es si se me canta plantar una bomba en un banco, reparticion publica, etc porque me sale de los cojones.....estoy dentro de los cánones del 'rebolúcionario moderno'???

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De te fabula narratur
Por :-/ - Friday, Mar. 19, 2010 at 2:13 PM

Al contrario, es tu planteo el voluntarista (como son, en general, TODOS los planteos anarquistas).

Ninguna medida conciente, ninguna receta organizativa o lo que sea, pueden erradicar las premisas materiales (sociales) de las que surgen renovadamente las burocracias.

Por lo demás, tu planteo se da vuelta automáticamente: vos decís que nada cambiaría si en vez de Moyano dirige Pitrola (cuando cualquiera sabe que algo cambia, y no me refiero a la cara), pero lo mismo podría decirse que nada cambia si en vez que dirija Pitrola hubiera un liderazgo anarquista.

Y es así: los anarquistas siempre tuvieron líderes (en muchas ocasiones más despóticos y personalistas que cualquier partido marxista), y siempre que no recayeron en la parálisis tuvieron organizaciones militantes con todas las características y exigencias que ello implica.

En resumen: El tema de los liderazgos es el tema del programa y la organización.

La adopción de un programa y una orientación equivale a la edificación de un liderazgo, a la partidización, etc., no importa cuánto "voluntarismo" quieran poner los anarquistas de Neanderthal en sostener que su liderazgo no es un liderazgo, que con ellos es diferente, bla bla bla.

En todo caso, sus recetas han demostrado en la práctica que, contra el capitalismo, son menos eficaces que el programa y la organización marxistas.
Y, como dije, todo es una cuestión de eficacia, jamás de voluntad, y mucho menos de doctrina.

Aquél programa y aquella organización que representen un paso ádelante en la destrucción del capitalismo, con todas las limitaciones que pueda tener cualquier acción que se emprenda en la práctica (en vez de quedarse en abstracciones tautologizantes), ése será un paso adelante en la erradicación de las premisas materiales de la siempre renovada tendencia a la formación de capas burocráticas.

En fin, quizás a vos mi exposición haya podido resultarte "latosa", pero la tuya -que no fue menos larga que la mía-, adolesce de los defectos más frecuentes entre los anarquistas, principalmente un bajísimo nivel teórico y una forma infantil, extremadamente primitiva, de plantear tanto las cuestiones como los argumentos.

Peor que latoso, entonces, es ser latoso y burro.

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Asi es
Por Juan(A) - Friday, Mar. 19, 2010 at 3:09 PM

Así es, no hay garantías de que no se vaya a formar una burocracia si en lugar de Moyano dirige Pitrola o Bakunin, si no cambian las razones de fondo que impulsan a la creación de los burócratas, y que no es simplemente la existencia de un movimiento obrero dentro del capitalismo.

Y, según lo que decís, la única manera de que no haya burocracia, es acabando con el capitalismo, y que la mejor garantía de que esta no surja, es que dirija el grupo que más rápido nos lleve a ese camino.

Pero, ¿y que hacemos hasta que llegue la revolución? ya que es una tendencia siempre renovada, ¿cuanto tiempo de vida tiene la nueva dirección antes de burocratizarse? Y cuando lo haga, ¿cuanto más tardaremos en tener una nueva conducción?
Es un ciclo de nunca acabar, entonces, y una visión fatalista, ya que lo que queda de fondo es: no vale la pena cambiar de dirección, si igual se va a burocratizar, y las chances de que haya revolución son mínimas.

Prefiero proponer otro método, que incluso se ha demostrado eficaz, no en Rusia, sino acá mismo. No se logró la revolución, pero se estuvo más cerca que nunca.

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...
Por :-) - Friday, Mar. 19, 2010 at 4:15 PM

Al menos, esta última respuesta tuya muestra intenciones constructivas.
Pero, previsiblemente, no estoy de acuerdo en casi nada (salvo, como decís, en que la burocratización es un peligro que siempre se renueva y que no se supera con simples recetas).

Un primer desacuerdo es que, en lo que hace a expropiar al capital, opino que el anarquismo como tal no se mostró eficaz en ninguna parte del mundo.

En lo que hace a la formación de burocracias, o a defecciones (adaptación al régimen capitalista) al anarquismo le caben las generales de la ley, y sobran ejemplos históricos de ello (de Federica Monsteny al MUP y siguen firmas...).

No soy yo el que sostiene que la burocratización sea una fatalidad.
Sos vos el que teme que lo sea, y por eso se desvive buscando descubiri el método, la receta, etc. etc. que pueda contrarrestar esa fatalidad.

Yo pienso de otra manera.
Mi principal preocupación no es cómo hacer para que una organización (cual? con qué programa? qué métodos de acción?) no se burocratice, sino cómo -con qué programa y método- una organización puede tirar abajo a la clase capitalista y su estado, y erigir una forma de poder -la dictadura del proletariado- que permita la transición al socialismo.

Hasta cierto punto me animo a decir -como creo que pensaba Gramsci- que la burocracia (es decir: el poder de la administración, porque "boureau" significa "oficina") es un epifenómeno de toda organización (al menos por un largo período histórico) y que, por lo tanto, no es mejor ni peor de lo que tal organización sea por sí misma.

A mi criterio, el verdadero problema consiste en si esa administración potencia o retarda los objetivos revolucionarios de la organización. Eso puede variar por un montón de factores y, sobre todo, con los cambios de situación.
Desde mi punto de vista, lo que debe preocupar son los cambios de función de la administración, cuando estos se dan en un sentido contrarrevolucionario.

Es decir que las cuestiones organizativas no son un asunto importante en sí mismo, sino sólo lo son en correlación a un objetivo externo a la organización misma, y deben mensurarse en términos relativos a ese objetivo (que, a su vez, puede ser programáticamente acertado o no).

Creo que la burocracia, en ese sentido, es como el recurso militar: Se da en un marco social e histórico determinado por el enemigo de clase y, por lo tanto, no puede ser enteramente ajeno a esa determinación.

Para estar libre de toda determinación burguesa, la burguesía debería haber dejado ya de existir.
Pero si esto hubiera sucedido, no se plantearía ninguno de los problemas que se plantean.

Pensar en una clase obrera enteramente "autodeterminada" a mí me recuerda algo que decía Hegel sobre quienes, razonando formalmente, concluyen en la imposibilidad de aprender a nadar porque, por un lado, la condición para meterse en el agua sin ahogarse es que primero hay que saber nadar pero, por otro lado, la condición para aprender a nadar es haberse metido antes en el agua!

Y no, la clase obrera avanza -cuando avanza- arrastrando determinaciones impuestas por su condición burguesa de existencia (no solamente de conciencia), y elaborando a través de ese avance por la lìnea de menor resistencia histórica, su propia autonomía que siempre será relativa porque, de otro modo, no estaríamos hablando ya de clase obrera ni de lucha de clases.

Vos decís: "¿Y qué hacemos mientras la revolución no llega?".
En verdad, es un planteo rabiosamente conservador.
No se trata de "qué hacer mientras se espera" que la revolución "llegue".
De lo que se trata es de qué hacer para que llegue o, mejor aún, de cómo intervenir hoy para poder hacer mañana la revolución.

También creo que hay un error en tu interpretación, según la cual yo simplemente sostengo que se debe impulsar al grupo que más rápido lleve a la revolución.
Esa manera de plantearlo tiene un cierto olor a blanquismo, y no por casualidad.

En realidad, si un grupo puede ser más eficaz que otros, ello tiene que ser porque "lee" correctamente las tendencias objetivas y así, al intervenir, refuerza aquellas de sentido revolucionario, al hacerlas concientes y prolongarlas activamente.

Sobre los métodos del anarquismo argentino en otros tiempos....
Vos mismo admitís que no superaron el terreno sindical, lo cual es una limitación drástica.

Esa limitación tampoco fue casual, sino que fue resultado de las ideas programática y metodológicamente difusas que aquellos anarquistas tenían sobre la revolución: en vez de preparar y organizar la revolución, ofreciéndole un programa y una meta definidos, contaban con una insurrección que surgiera espontáneamente de algún auge huelguístico (lo que, encima, encierra el riesgo de querer “radicalizar” cualquier huelga, aún cuando ello pueda terminar en un perjuicio para los trabajadores, actitud que da de comer a las corrientes reformistas)

Esta idea ha demostrado ser errónea, definitivamente.
Incluso en aquellos casos en que las masas han derrocados un gobierno capitalista, la ausencia de dirección invariablemente ha conducido a la recuperación del poder por parte de una u otra variante burguesa.

De ello hay ejemplos tanto en Rusia (febrero de 1917) como en Argentina (diciembre de 2001) y en muchos países más! (Un ejemplo relativamente reciente y ruidoso: Albania).
O sea que de eficacia ni hablar.

Por lo demás, si nos mantenemos dentro del plano de la lucha sindical, los métodos de aquellos anarquistas revolucionarios de principios del siglo XX no difieren sensiblemente de los empleados y preconizados por la izquierda marxista revolucionaria: la huelga, el boicot, el piquete, la insurrección, la asamblea, etc., en esencia todo lo que exprese la independencia de la clase respecto a sus explotadores y que atraviese la instancia de la deliberación masiva de los trabajadores en lucha.

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seguimos
Por proletario sin dirigentes - Friday, Mar. 19, 2010 at 5:29 PM

Juan, mo podemos aislar las formas de acción y organización de la clase obrera en su lucha contra el capitalismo de sus condiciones de vida y su forma de conciencia dentro del capitalismo.

La FORA se dio en un contexto de capitalismo ascendente en Argentina. Un capitalismo donde la clase obrera todavía no había sido integrada en la sociedad civil y por lo tanto había, por principio, un antagonismo de clase bastante más marcado. En ese contexto o los obreros luchaban de forma radical como clase o se morían de hambre. Los métodos de acción directa de la FORA y su ideología anarquista eran históricamente coherentes con el grado de radicalidad obrera de entonces. Su federalismo no sólo tiene que ver con el federalismo de la ideología anarquista, sino con el grado de incipiencia del movimiento obrero argentino, previo a las centrales sindicales. La FORA existió hasta que la integración de la clase obrera en el capitalismo (comenzada con el gobierno de Yrigoyen y completada en el peronismo) hizo que ese tipo de sindicalismo clasista, de base, y de inspiración anarquista, estuviese desfasado de la historia. El origen de la FORA IX Congreso fue el síntoma de la progresiva integración de la clase obrera local en el capitalismo argentino.

Un sector obrero que sigue interesado en sobrevivir como fuerza de trabajo explotada por el capitalismo va a buscar las formas más eficaces de sindicalismo. Si esta forma más eficaz es burocrática, entonces será esa. Por ejemplo, algunos gremios aristocráticos como el de camioneros, jamás reemplazarían su sindicalismo burocrático y conciliador de clases por un sindicalismo de base y con ideales revolucionarios.

Lo que hoy está pasando es que la gran mayoría -sino la totalidad- de los burócratas sindicales, cuando no son dirigentes de gremios "privilegiados", ni siquiera pueden cumplir con su programa sindical y solamente les queda convertirse en agentes de la patronal ante "sus representados". Es esta situación la que está motivando a las luchas antiburocráticas en varios gremios. La presencia del sindicalismo de base es efectivamente una radicalización, pero es una radicalización en la forma más que en el contenido. No es que el sindicalismo de base se difunda porque haya más convicción anticapitalista que antes en la clase obrera, sino porque el sindicalismo de base se está convirtiendo hoy en el mínimo nivel de lucha indispensable para ganar algún conflicto. Entonces, los métodos de acción directa pueden expresar luchas que tengan un contenido anticapitalista pero también pueden expresar luchas que tienen un contenido sindicalista que no encuentra salida por los cauces sindicales tradicionales. O sea, cuando los trabajadores se ven obligados a tomar toda decisión en asamblea y nombrar delegados revocables debido a la "traición" de "sus" sindicatos.

Otra cosa es cuando hay sectores obreros que tienen una convicción anticapitalista, como fueron sectores de la FORA V Congreso. Ellos buscarán siempre, en cada momento, los métodos de lucha que mejor contribuyan a la conformación de un movimiento proletario revolucionario a partir de las luchas actuales. Pero esta convicción política es hoy muy minoritaria, y no puede ser tenida en cuenta como una fuerza que tenga igual o más relevancia que el reformismo obrero para explicar lo que está pasando hoy.

Pasando a otro caso, no sólo la burocracia sindical nace de la clase obrera, también lo hace la burocracia partidaria (intelectuales radicalizados hacia el movimiento obrero u obreros intelectualizados). Los partidos políticos obreros, incluso en su presente forma de sectas de izquierda, también son resultado de un autoactividad proletaria alienada, que se mantiene dentro de los límites del capitalismo. Los Altamira no son un elemento extraño a la clase obrera argentina. Cuando los intelectuales, los burócratas, y las sectas tienen el protagonismo es porque las masas no lo tienen o lo tienen sólo a través de ellos.

Para que las masas obreras prescindan de ellos tienen que elevar su autoactividad para poder llevar a cabo por ellas mismas de la teorización y la organización de su movimiento. Quien no quiere tener dirigentes, debe desarrollarse para poder dirigirse a sí mismo. Ningún método de acción u organización puede reemplazar este autodesarrollo.

Sin una visión realista de la enormidad de las tareas que tenemos adelante vamos a caer en la ilusión en recetas sacadas del pasado (cuando la situación era otra) o en el fetichismo a ciertos métodos o formas organizativas.

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Por proletario sin dirigentes - Friday, Mar. 19, 2010 at 5:34 PM

donde dije: Por ejemplo, algunos gremios aristocráticos como el de camioneros, jamás reemplazarían su sindicalismo burocrático y conciliador de clases por un sindicalismo de base y con ideales revolucionarios.

Agrego: mientras sus motivaciones sigan siendo sindicalistas y el sindicalismo burocrático les "sirva".

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Y como hacemos?
Por Juan(A) - Friday, Mar. 19, 2010 at 6:03 PM

¿Y como elevan las masas, desde si mismas, sin ninguna influencia, su nivel de autoactividad, teorización y organización?
Es decir, para romper el equilibrio existente, hace falta un contrapeso en la balanza, y no se va a generar de la nada. En todo caso, ¿tenemos que esperar que las condiciones objetivas empeoren para que la explotación se haga evidente para todos a través del hambre y la miseria? Es cierto que ese es el contexto en el que se dieron todas las revoluciones, yo por lo menos no conozco un caso en el que una clase obrera, en un contexto de desarrollo, haya tomado una ofensiva consciente contra el capital. Sin embargo, la doctrina del "mientras peor, mejor" reviste características siniestras, que ni siquiera da un resultado seguro. Es decir, ¿como actuamos hoy quienes queremos un cambio radical en los medios de producción y la administración de la sociedad?
Poco me importan las banderas en ese caso, personalmente soy de la opinión que las definiciones de anarquista, trostkista, marxista y hasta peronista son contraproducentes en el mundo de hoy para una acción obrera que se pretenda de masas. Amparados en los valores democráticos podemos utilizar métodos de lucha radicales (de hecho, ese fue el accionar de Flores Magón en la Revolución Mexicana).

Al que respondió anteriormente:

Es que la cuestión organizativa es de suma importancia, no solo para evitar burocratizaciones en las organizaciones gremiales y políticas en lucha contra el capital, sino también en la concepción de la sociedad revolucionaria. Nosotros aspiramos a un cambio radical, que no solo expropie y socialize los medios de producción sino también el poder político. Coincido en que la FORA falló en ese aspecto, porque era necesaria una mayor planificación, que hubiera podido llevar más lejos hechos insurreccionales como la Semana Trágica. Es para correjir eso, que también lo nota Nestor Makhno al exiliarse en Ucrania (después del intento de asesinato por parte de Trostky), que el anarquismo dio el siguiente paso y avanzó en la creación de las organizaciones específicas. En ellas, los anarquistas militan como activistas políticos, mientras que el sindicato se reserva para las reivindicaciones económicas y sin bandería política determinada. Esto ya lo había intentado Bakunin con la Alianza de la Democracia Socialista, cuyo fin era influir políticamente en la Internacional, y más adelante lo levantó la FAI en España, la ALA, Spartacus y la FACA en esta región.

Y ahí es donde está la importancia del método, que es herramienta de organización para la lucha y de administración de la sociedad revolucionaria. Y para que el pueblo pueda vivir en libertad, debe aprender a manejarse en ella a través de sus propias organizaciones. Es una suerte de escuela revolucionaria, que además sirve para incentivar al compañero a mantenerse activo y como partícipe, en vez de delegar eternamente la conducción económica y política en otros, sin tener injerencia en el rumbo de ambas.

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.....
Por Matías - Saturday, Mar. 20, 2010 at 12:21 AM

La CO no reacciona en Grecia después de todo lo ocurrido el año pasado y de lo que ocurre ahora. Las direcciones de la GSEE, Adedys y PAME-KKE sólo atinan a marchas separadas (eso sí, a nivel nacional). Mientras, los mismos GSEE y Adedys van al pacto social con el gobierno Papandreu, los neoliberales y la derecha LAOS.

Acá el 80% de las fábricas no tiene organización sindical, los despidos están pasando como por un tubo sin mayores reacciones (400 mil despidos en 2009 y sólo algunas pocas huelgas de relevancia nacional) y previo a eso pasaron las suspensiones, los adelantos de vacaciones y las reducciones salariales.

Mientras tanto las canchas y las bailantas están llenas de degradación de los trabajadores. La clase obrera se encuentra, en general, directamente ya en un estado de animalidad (come, coge, caga y muere), de degradación que, lamentablemente, siempre puede ser peor.

Los partidos revolucionarios argentinos existen desde hace décadas y no juntan entre todos 10 mil militantes con toda la furia (sin contar las organizaciones piqueteras afines).

Pese a sus aciertos teóricos, no saben ganarse el corazón del pueblo como solian decir los vietnamitas.

Al contrario, eso les juega en contra porque, como maestros ciruelas se encargan todo el tiempo de decirle a las masas: "Nosotros se lo advertimos, Menem era Alsogaray, esta crisis no era pasajera, nosotros la anunciamos antes, etc."

En el fondo, la intelectualidad revolucionaria desprecia las tradiciones populares y no sabe utilizarlas en beneficio propio, por decirlo de alguna manera. Cada una conmemora a sus muertos y desprecia a otros compañeros de otras organizaciones también valiosos; cuentan con un palito sus propias costillas raquíticas y ningunean las ajenas.

Estas organizaciones se consideran recíprocamente como sectas oportunistas, democratizantes, al borde de la disolusión, en crisis terminales, etc, a la que no dudan en llamar a frentes para ver si rasguñan algunos pocos votos. Pero a la hora de apoyarse mutuamente se escamotean ese apoyo. En la universidad prefieren que gane una organización burguesa a que gane un partido de izquierda.

Con el grado de degradación que tiene la clase obrera y con la dirección revolucionaria actualmente existente, creo que no la voy a ver a la revolución. Más mejor que me ocupe de mis asuntos a ver cómo me puedo salvar solito y a mi familia.

Matías

pd: "contaban con una insurrección que surgiera espontáneamente de algún auge huelguístico (lo que, encima, encierra el riesgo de querer “radicalizar” cualquier huelga, aún cuando ello pueda terminar en un perjuicio para los trabajadores, actitud que da de comer a las corrientes reformistas)"

¿Cómo el PO con la huelga del Casino? ¿Como la huelga de la Ford?

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eh?
Por :-0 - Saturday, Mar. 20, 2010 at 12:27 PM

Flaco, todo lo que decís son macanas, dignas de un servicio.

Solamente para muestra: El PO jamás pretendió que la huelga del casino abriera paso a una revolución, ni siquiera a un auge huelguístico.
O sea que la comparación con la actitud del anarquismo revolucionario de principios de siglo XX es del todo falsa, fabricada con una intención puramente chicanera.

Tampoco el PO "radicalizó" aquella huelga que, de todos modos, nada tuvo de "radical", ya que su reclamo consistía en la reincorporación de decenas y luego cientos de despedidos.
¡No se exigía papel higiénico dorado en los baños!

Hablar de "radicalización" en esa circunstancia es un indicio de tu propia tendencia conservadora, por no decir reaccionaria.
Si la elemental defensa contra los despidos es "radical" ¿qué cosa podrá ser "conciliadora"?

Pero peor todavía es atribuirle esa supuesta "radicalización" al PO, porque implica una total falta de respeto a los trabajadores, como si no hubieran sido ellos mismos quienes llevaron su lucha hasta el final decidiéndolo en asambleas (incluso cuando, hacia el final, el PO aconsejaba lo contrario). Por la audaz iniciativa de aquél cuerpo de delegados, decenas y cientos de trabajadores que se habían ido a sus casas volvieron a la lucha!

¿Así que el PO "radicalizó" una lucha porque no la bombeó?
¿Hizo mal en no desalentar el espíritu de lucha de trabajadores que se bancaron ocho represiones de la federal y la gendarmería, con balazos de goma, palos, gases e incluso un secuestro??
Yo estoy seguro de que no, pero también estoy seguro de que cualquier reaccionario sostendrá que sí, que el PO hizo mal en luchar y en respaldar una lucha.
Esas actitudes retratan claramente a cada uno, y yo -como sucede con los trabajadores cada vez que se plantean un a lucha- sé con cual querdarme.

En fin, lo mismo vale para la huelga de Ford que, además, nada tuvo que ver con el PO -ya que la dirigían los chinos y, en menor medida, intervenía el MAS- tampoco es un caso de radicalización: fue una defensa contra un ataque patronal que marcó el inicio de toda una etapa de retrocesos obreros.

Lo que deja en claro tu post hediondo es que para vos la lucha obrera es, en cualquier circunstancia, demasiado "radical".

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para Juan
Por proletario sin dirigentes - Sunday, Mar. 21, 2010 at 4:53 AM
fuego.ricardo@gmail.com

Juan, vos me hiciste tres preguntas:

1) "¿Y como elevan las masas, desde si mismas, sin ninguna influencia, su nivel de autoactividad, teorización y organización? "
2) "¿tenemos que esperar que las condiciones objetivas empeoren para que la explotación se haga evidente para todos a través del hambre y la miseria?"
3) "¿como actuamos hoy quienes queremos un cambio radical en los medios de producción y la administración de la sociedad?"

Empiezo por responder la tercera, que es la central. Mi respuesta es que no hay que poner el carro delante del caballo. Primero es cuestión de ver cuál es la dinámica de la praxis proletaria (acción, organización y pensamiento) dentro del capitalismo. Recién después de eso hay que ver cómo los militantes por la revolución proletaria pueden influir en la praxis proletaria en un sentido revolucionario. En todo lo que sigue respondo también, en cierto sentido, tu primera pregunta.

Los militantes por la revolución proletaria no estamos por arriba de la historia, si revisamos nuestra propia historia personal, veremos que somos resultado de un proceso de radicalización de la praxis proletaria, ya sea que hayamos participado directamente en él o hayamos empatizado con él. Para influir conscientemente -según nuestras fuerzas- en los procesos de radicalización proletaria, tenemos que conocer cuál es su dinámica. Qué los origina, cómo se desarrollan, y por qué se estancan y finalmente terminan -o no.

La principal influencia que reciben los seres humanos en general y los proletarios en particular son sus condiciones de vida sociales, las cuales condicionan su comportamiento y su conciencia. Mientras el capitalismo tiene cierta estabilidad, las condiciones de vida proletarias se mantienen o incluso pueden mejorar (aunque siempre es un proceso desigual en las distintas ramas de la producción, dependiendo del lugar de la región en la economía nacional y mundial, etc.). Pero cuando el capitalismo entra en crisis, está obligado a atacar esas condiciones de vida proletarias para crear un nuevo punto de partida a la acumulación de capital (o sea, para superar la crisis en términos capitalistas).

En toda sociedad donde existen clases, existe la lucha de clases. La lucha de clases es una realidad "social-natural" desde el momento en que en una formación social existen clases con intereses antagónicos. Ahora, es importante no hacer un fetiche de la lucha de clases. La lucha de clases es una condición necesaria de la lucha revolucionaria, pero no es una condición suficiente. En condiciones de estabilidad capitalista la lucha de clases sólo funciona como mecanismo de autorregulación económica, política y cultural. Sólo bajo condiciones excepcionales la lucha de clases funciona como vehículo de la lucha revolucionaria (recordar esto para más adelante).

Ante un ataque del capital a su estándar de supervivencia los proletarios tienen dos opciones: o acomodarse pasivamente al nuevo estándar de supervivencia más bajo que el anterior (la peor clase de derrota: la derrota sin lucha) o defenderse del ataque del capital y adoptar un comportamiento combativo, lo cual implica deshacerse de las formas de conciencia que eran coherentes con el comportamiento "normal" anterior. Es ahí, en ese momento, cuando los proletarios adoptan formas de praxis más avanzadas, más coherentes con sus intereses y con las circunstancias. Y como todo cambio de comportamiento implica un cambio de conciencia, también tienen apertura mental hacia ideas más avanzadas. Es sólo en ese contexto donde la propaganda de ideas avanzadas rinde frutos(1).

El carácter de la lucha proletaria dependerá de la intensidad del ataque capitalista, de las tradiciones organizativas y de lucha con las que los proletarios como clase cuenten hasta ese momento, y de la conciencia de los proletarios individuales. Ese será el punto de partida, que contiene dentro de sí las posibilidades y las limitaciones de su desarrollo ulterior.

De este proceso de radicalización surgen los proletarios militantes. En ese momento no se distinguen de los otros proletarios más que por su conciencia individual. Generalmente se trata de individuos que, por vicisitudes de su vida personal y/o influencia de otros individuos (que pueden ser militantes que surgieron de un proceso de radicalización anterior), han desarrollado sus capacidades intelectuales y morales (indignación ante la injusticia, pensamiento crítico, empatía, capacidad organizativa, liderazgo) más allá de la media. Incluso puede tratarse de personas que no forman parte de la masa proletaria atacada en ese momento, pero pueden empatizar con ella e identificarse políticamente con sus intereses.

Si esta reacción proletaria es recuperada o derrotada por el capital (como pasa regularmente, siendo la única excepción los procesos revolucionarios), muchos proletarios que por ese momento fueron luchadores de clase, adaptarán su comportamiento al nuevo estándar de supervivencia y por lo tanto volverán -aunque sólo en apariencia, porque la historia siempre va para adelante- a la conciencia anterior, retornando a posiciones políticas más atrasadas(2).

Pero otros proletarios que se han convertido en militantes de su clase, aun si se repliegan prácticamente, defenderán las posiciones conquistadas en su conciencia. Algunos de entre ellos intentarán ir más allá, formándose intelectualmente y agrupándose con otros compañeros militantes. Buscarán la continuidad de su militancia de clase en la discontinuidad de la lucha de clases.

Con todo esto quise explicar mi concepción de cómo surgimos los militantes proletarios. Porque para mí es comprendiendo este proceso como podemos encontrar la clave de "qué hacer". Si queremos acelerar el proceso de radicalización proletaria, entonces tenemos que insertarnos teórica y prácticamente en la dinámica socio-histórica en la que vivimos, y no emplear recetas pensadas para otros tiempos(3). Militar por la revolución proletaria insertados en la actual dinámica socio-histórica significa hacer política revolucionaria. Sé que desde el anarquismo hay ciertas resistencias a la idea de que los proletarios deben hacer política, pero como vos dijiste que no te atás a ninguna bandera, continúo.

Los elementos básicos de una política revolucionaria son: programa, principios, estrategia, táctica, y cosmovisión.

El programa es el conjunto de medidas necesarias para lograr el objetivo último desde la fase histórica actual en la que nos encontramos. En el programa, el único sujeto es el proletariado mundial, y no ninguna organización o corriente política particular. En la política proletaria-revolucionaria el objetivo último es la sociedad comunista-anárquica. Delinear este programa requiere que estudiemos la fase histórica actual como una totalidad y como un proceso, lo cual quiere decir que tenemos que saber cómo llegamos hasta acá y cuáles son las tendencias hacia el futuro. En el programa vamos a tener, entonces, un conjunto de medidas de mínima, transitorias, y de máxima. Las medidas de mínima son las dirigidas a la supervivencia del proletariado y a la mejora (o defensa) de su calidad de vida dentro del capitalismo: luchas salariales, ambientales, de género, etc. Las medidas de máxima son "famosas": socialización de los medios de producción y de cambio, supresión del trabajo asalariado y de la forma mercantil de producción, destrucción de la maquinaria burocrático-represiva estatal, etc. Las medidas transitorias son aquellas que hacen de puente entre las medidas de mínima y las de máxima, y generalmente son las destinadas a la creación de organismos de clase que unifiquen las luchas económicas, políticas, y culturales y que gestionen o ejerzan un control sobre la economía y los asuntos comunitarios.

Los principios son los "métodos" del programa. Si el programa es un mapa que nos indica el camino desde la fase histórica actual hasta el objetivo final, los principios son los consejos para recorrer ese camino de la manera más eficaz posible, sin desviarse. Los principios revolucionarios son, por ejemplo, la autonomía, el apoyo mutuo, el internacionalismo. Como los principios dependen del programa, y las medidas de máxima en el programa son prácticamente las mismas desde que se inició la lucha proletaria contra el capitalismo, se tiene la impresión de que todos los principios son "eternos", aplicables a toda fase histórica. Esto no es así. El uso correcto que hay que darles es "estos son los métodos que funcionaron en el pasado para luchar por estos objetivos, intenten regir su comportamiento según ellos" y no "estos son los Mandamientos de todo revolucionario, si no los cumplen serán herejes". Prescindir de los principios es oportunismo, pero intentar deducir nuestra acción concreta de ellos independientemente del contexto es sectarismo.

La estrategia es como un programa en miniatura. Una estrategia es un plan para ganar una lucha, sea ésta de duración corta (por ejemplo: una huelga en una empresa) o de duración larga (como la lucha por la legalización del aborto). Se puede armar un modelo de estrategia para cada tipo de lucha, pero para armar cada estrategia tenemos que tener en cuenta a la lucha concreta. La estrategia tiene que adecuarse a los principios y al contexto concreto en que nos encontramos.

Las tácticas son las distintas formas de acción y organización que el proletariado utiliza para luchar por sus intereses. Las podemos sacar de la experiencia histórica o pueden ser creaciones nuevas. Si la estrategia es un plan para ganar la guerra, la táctica es el plan para ganar una batalla. Las tácticas que adoptamos tienen que ser las adecuadas tanto a la estrategia que nos hemos dado como a las circunstancias concretas en las que nos encontramos.

La cosmovisión o visión del mundo está determinada por nuestra experiencia práctica y por nuestro pensamiento. Es el factor que determina a todos los factores anteriores, pues cuanto más profunda y amplia sea nuestra visión del mundo, más posibilidad tenemos de desarrollar una política revolucionaria adecuada al contexto. Pero a la vez, es un factor determinado por todos los anteriores, porque cuanto más rica es nuestra actividad práctica y teórica, más riqueza adquiere nuestra cosmovisión (todo esto que estoy escribiendo es parte de mi cosmovisión, y se relaciona con mi experiencia y mi pensamiento).

Todos estos factores están interrelacionados. La política revolucionaria en su conjunto debe estar sujeta a revisión, crítica, y actualización. Es en la praxis (ya sea como participantes o testigos en la praxis presente, o como analistas en el caso de la praxis pasada) cuando somos capaces de darnos cuenta si una táctica fue correcta o no, si la estrategia fue adecuada para el contexto, si los principios fueron válidos o no (ya sea por caducos o por contrarios al objetivo programático), si hemos caracterizado mal la fase histórica actual y debemos redefinir nuestro programa, o si debemos actualizar nuestra cosmovisión. De acuerdo a lo que percibimos en nuestra praxis (o en el análisis de la praxis proletaria del pasado), podemos reflexionar y hacer deducciones que puedan generar nuevas propuestas aplicables a nuestra praxis. La herramienta que se encarga de hacer esto se llama teoría(4).

¿Por qué me extendí tanto en explicar mi concepción de la política revolucionaria en vez de directamente exponer "mi" programa? No porque no lo tenga, sino porque considero que, entre los militantes por la revolución proletaria, hoy es más urente la cuestión "cómo hacer" que la cuestión "qué hacer". Si yo describiera mi versión del programa de la revolución proletaria para esta época sin aclarar cómo llegué a él ni fundamentarlo metodológicamente, es muy probable que nos metamos en una discusión llena de malentendidos, donde tarde o temprano tendríamos que hablar de todos estos temas. Por eso prefiero empezar por ello. Porque considero que lo que caracteriza a la militancia por la revolución proletaria en estos tiempos es no sólo su carácter ultra-minoritario y su aislamiento, sino su falta de claridad programática, de principios, estratégica y táctica, lo cual se explica por una cosmovisión pobre y atada a las "grandes luchas" del pasado.

Entonces, ¿cuáles son las tareas de los militantes revolucionarios hoy? Mi opinión es: actualizar la cosmovisión proletaria-revolucionaria, autotransformarse a sí mismos en individuos capaces de vivir en el mundo por el que luchan, e insertarse en las luchas actuales de los explotados y oprimidos para contribuir a la autonomía de clase de estas luchas y a la autonomía personal de los individuos que las llevan adelante.

Para realizar la primera labor, que es el puntapié de las otras dos, es necesario sí o sí superar el localismo y el inmediatismo que impera en los grupos militantes actuales y establecer una cooperación intelectual internacional y permanente de los militantes revolucionarios; pues la revolución proletaria es mundial y para ello necesitamos formarnos una visión lo más aproximada posible del capitalismo mundial y de la situación del proletariado mundial dentro de él. Cuantos más puntos de vistas incluya, más acabada será la imagen que nos formemos de la totalidad capitalista y de la totalidad proletaria dentro de ella.

Ahora paso a responder la segunda pregunta: "¿tenemos que esperar que las condiciones objetivas empeoren para que la explotación se haga evidente para todos a través del hambre y la miseria?"

Si estamos hablando de realizar las medidas de máxima del programa revolucionario (socializar los medios de producción, suprimir el Estado, etc.), y sí, tenemos que esperar. No vamos a tomar las medidas revolucionarias nosotros solos. Pero no es a las condiciones objetivas a las que tenemos que esperar, sino a las condiciones subjetivas (que suelen ir en retraso con las objetivas). Tendremos que esperar a que las medidas revolucionarias se conviertan en reivindicaciones urgentes (sentidas como tales) para el proletariado. Pero no tiene por qué ser una espera pasiva. Ya todo lo expuesto arriba lo comprueba. La lucha proletaria por la supervivencia y por la calidad de vida no se detiene a esperarnos, y en algunos contextos especiales podemos plantear medidas de transición (por ejemplo, las dirigidas a la creación de un nuevo movimiento proletario). Todo esto sirve para acelerar el desarrollo de las condiciones subjetivas, y por lo tanto para acortar la espera para aplicar las medidas revolucionarias (la revolución es un asunto de las masas explotadas y oprimidas, no un asunto de los revolucionarios).

En cuanto a las condiciones objetivas, éstas siguen desarrollándose por más que las condiciones subjetivas -en apariencia- no lo hagan. Con todo lo que está pasando desde el crack financiero iniciado en el 2008 no hace falta mucha perspicacia para darse cuenta que el capitalismo, por necesidad y no por placer, va a seguir atacando a las condiciones de vida proletaria de manera cada vez más intensa y generalizada (a todas las ramas de la producción, a ocupados y desocupados, en los países imperialistas y los periféricos). Esto ocasionará que los procesos de radicalización proletaria sean más profundos, más extensos, mejor coordinados nacional e internacionalmente, y por lo tanto más difíciles de recuperar o ahogar represivamente. Por lo tanto, estamos hablando de mayor cantidad de proletarios que devendrán en militantes revolucionarios, y mayor radicalización de los mismos (pues la decadencia del capitalismo es también la decadencia del reformismo y del falso revolucionarismo, por lo que los militantes revolucionarios deberán deshacerse de sus taras lo quieran o no).

Entonces, no es cuestión de "cuanto peor, mejor". El ataque cada vez más brutal del capitalismo sobre las condiciones de vida proletaria hace que un nuevo estallido revolucionario similar al de la primera guerra mundial sea inevitable. Lo que por desgracia no es inevitable es que termine en victoria. La misión de los militantes revolucionarios no es "hacer" la revolución, sino prepararse y preparar a las masas para que esa revolución sea el medio para suprimir definitivamente a la sociedad de clases e instaurar la sociedad comunista-anárquica.



(1) Quien se olvida de este contexto pre-intelectual piensa que el poder de convicción de las ideas revolucionarias reside en su propia argumentación lógica. De esta manera, convencido de que las personas pueden cambiar su conciencia reformista por una conciencia revolucionaria por mera convicción racional, quien piensa así se termina convirtiendo en un "evangelista" de la revolución, dándole a la propaganda programática y de principios mayor importancia de la que tiene. Si esto prosigue, esta persona se termina refugiando en la teoría "pura" y aislándose de la práctica "impura".

(2) Estas nuevas viejas posiciones incluso pueden ser reforzadas por la constatación empirista de que como la lucha anterior fracasó, la forma de conciencia de entonces era totalmente errónea. Este es el caso del despechado Matías, que en vez de responsabilizarse por sus propias ilusiones sobre la clase obrera se "desquita" con ella por haber tenido el descaro de no ajustarse a sus ideales.

(3) Recetas que incluso en esos tiempos fracasaron para emancipar al proletariado o lograron totalmente lo contrario, como pasa con la mayoría de las recetas que conozco.

(4) Cuando nuestro pensamiento se aparta de esta misión (sacar conclusiones generales de la praxis para elevar nuestra comprensión racional de la misma) se convierte en ideología. La ideología es el pensamiento autonomizado de la praxis actual, el pensamiento que se pone a sí mismo por encima de la acción y la percepción, el pensamiento que se da sus propias reglas en vez de regirse por la realidad.

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El quid de un error
Por :-( - Sunday, Mar. 21, 2010 at 12:06 PM

Sintetizaré:

"La principal influencia que reciben los seres humanos en general y los proletarios en particular son sus condiciones de vida sociales, las cuales condicionan su comportamiento y su conciencia."

Esta definición se refiere a la clase en su existencia empírica, no como sujeto de ninguna "autoactividad" sino como objeto de un mecanismo de explotación social de apropiación y reproducción de riqueza enajenada.

La política, la conciencia política, nace no en el terreno de la experiencia sino en el de las representaciones y, más puntualmente, en el de las representaciones de sí.

Las distintas corrientes, gremiales o partidarias, los distintos liderazgos -o programas- que van adoptando los trabajadores son las palancas que ejercen influencia en su conformación como sujeto, y la emancipación -o la lucha empancipatoria- de la clase no puede comprenderse al margen de esas representaciones y su historia, cuya lógica o cuya mecánica de ninguna manera se reducen a la experiencia.

Esto último es tan elementalmente cierto que hoy cualquier alumno de la escuela media está enterado de que, a pesar de que la experiencia -el experimento, más bien- es el dato falsador básico de cualquier interpretación de la realidad, distintos marcos interpretativos -distintas representaciones- posibilitan diferentes experiencias o, si se quiere, diferentes modos de vivir o transitar una experiencia y conducen, en consecuencia, a conclusiones del todo diferentes.

Esto convierte a la experiencia histórica de una clase en el proceso de elaboración de representaciones, es decir en su experiencia con diferentes representaciones políticas, en cuyo curso se va homogeneizando políticamente y, así, convirtiéndose en sujeto, político e histórico.

Oponer la "experiencia del proletariado mismo" a la alteridad o la alienidad de sus "representaciones" es una aberración, puramente intelectual, que opera de acuerdo al mecanismo formal según el cual A es A, B es B, A no es B y B no es A, etc. etc. etc.
O sea, la clase de obviedades siempre ciertas y que no conducen a ninguna parte (que es, precisamente, lo que sucede con "dirigente sin proletarios").

De hecho, todos los días vemos como una misma experiencia conduce a conclusiones o a interpretaciones diferentes a disntinos miembros de una misma clase social (algo que sólo resulta atenuado en la medida en que dichos elementos adopten una representación común, lo que es el ABC del paso a la conciencia y la lucha política). Pero lo común es siempre un "otro" respecto de la mera "experiencia".

En fin, en el fondo de las "explicaciones" de "dirigente sin proletarios" no hay más que tautologías y una colosal pasividad que expresa su impotencia política, sin cura.

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la falacia del hombre de paja
Por proletario sin dirigentes - Sunday, Mar. 21, 2010 at 3:03 PM

"Esta definición se refiere a la clase en su existencia empírica, no como sujeto de ninguna "autoactividad" sino como objeto de un mecanismo de explotación social de apropiación y reproducción de riqueza enajenada."

La existencia empírica de las personas es su actividad y sus circunstancias.

Si vos separás una cosa de la otra, es tu problema, a mí no me asignes ese pensamiento. A partir de asumir lo que asumiste sobre mi argumentación, construiste sobre fango y te caíste solito. ¡Ay qué pena!

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Si sos un hombre de pajas no es culpa mía
Por :-/ - Sunday, Mar. 21, 2010 at 9:33 PM

Tu mecanismo argumentativo es la evasión constante.
Podrías comprender perfectamente qué quise decir si, en primer lugar, te interesara hacerlo y si, además, alguna vez tuvieras en cuenta los hechos de referencia (que, por norma, son la primera víctima de tus "racionalizaciones").

Ahora: sos vos el que separa la experiencia de las representaciones, no yo.
Y sos vos el que ve las representaciones como "alienantes" del "sujeto mismo", no yo.

Y sí: yo construyo con fango y sobre fango cuando la realidad es fangosa.
Vos, como no te querés ensuciar con la realidad, construís tautologías totalmente ajenas a cualquier proceso real.

El punto es que vos planteás la experiencia como algo extraño y contrario a las representaciones -que vos ves como mera "delegación" en un "otro"- mientras que yo estoy diciendo que quien quiera tomar en cuenta la experiencia de una clase, en un sentido histórico, debe considerar en primer lugar y como referencia más relevante la historia de sus representaciones y, en definitiva, el papel que esas representaciones han tenido en la conformación -más o menos lograda- de la clase como sujeto.

Vos sencillamente hacés razonamientos tautológicos y evadís por completo la cuestión.
En general, vos evadís todo lo que sea concreto. Por eso hasta los anarquistas te preguntan qué carajo proponés hacer. Y tu respuesta fue nada más que un pedo largo.

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basta charlatanes
Por de que hablan estos dos locos? - Monday, Mar. 22, 2010 at 1:15 AM

este es un sitio para discutir de politica y de mov sociales, no para que chateen dos pelotudos aburridos... pasense los mail y hablen entre ustedes las cosas que le interesan solo a ustedes dos, o armen un blog o lo que quieran.
pero no ocupen disco rigido, ni saturen con charlataneria que nada tiene que ver con el articulo original... asi que morenista quebrado y peosiano pseudomorenista nadie los esta leyendo, ni creo que los autores de la nota le hayan pedido consejo, precisamente a ustedes dos... crapulas!!!

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estás interesado en pudrirla
Por proletario sin dirigentes - Monday, Mar. 22, 2010 at 10:20 AM

tenés cagazo de dar la discusión programática donde se vería toda la miseria del troskismo para siquiera contribuir a las luchas reformistas actuales. por eso te aferrás a un debate epistemológico que planteás a partir de una distorsión de lo que dije.

no te voy a hacer el juego. sos un troll igual que el último imbécil que escribió, sólo que tu trolling es más elegante. por eso dirigí el mensaje a Juan y no a vos. estás fuera de esta discusión, no sigas insistiendo, es patético.

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eh?
Por :-0 - Monday, Mar. 22, 2010 at 11:00 AM

Si querés hacerte el interesante, es cosa tuya: Yo no noté que hayas planteado ningún debate programático, ni Juan tampoco.
Me parece que alucinás.

Por lo demás, creo que son acertados los términos en que vengo planteando el debate con el anarquismo e, indirectamente, con posturas como las tuyas, porque van a la esencia de la cuestión.

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q baile hermano
Por Anarco te comiste un baile - Monday, Mar. 22, 2010 at 11:23 AM

Amigo te comiste un baile barbaro. Te quedaste sin argumentos. El compañero está tocando la fibra más sensible del anarquismo, el punto débil, el talón de aquiles de toda la teoría anarquista; la negación de las representaciones para la clase obrera, para el proletariado; la negación de la conciencia de clase, la conciencia política que es lo que permite la Revolución; y no tirar un petardo en un cajero.

Y al otro comentarista, el que no entendió ni medio, y pide q se lo traduzcan, lee algún libro que no muerden.

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A bailar mi amor
Por Matías - Monday, Mar. 22, 2010 at 3:25 PM

Será mucho baile discursivo pero en los hechos la única a la que están bailando es a la clase obrera, con violación incluida.

En los hechos, ese baile discursivo no se refleja en un crecimiento en la CO. 60 años discurseando sin resultados tangibles más que en algunos pocos lugares de trabajo de la Argentina (por cierto en muchos casos muy importantes).

Mucha teoría que no se verifica en la práctica. Eso sí, después con el diario del lunes todos serán Gardel. Resucitarán discusiones de hace 30 años atrás para demostrar porque cada organización estaba en lo cierto y equivocadas las demás. O sea, el eterno soliloquio del derrotado.

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...
Por proletario sin dirigentes - Wednesday, Mar. 24, 2010 at 8:43 PM

Matías, todos tus comentarios en este hilo han tenido el único objeto de reafirmarte en tu posición derrotista, y no en contribuir constructivamente al debate sobre cómo pueden los explotados suprimir revolucionariamente el capitalismo y construir una sociedad sin explotación y de cómo pueden contribuir a este proceso histórico los militantes revolucionarios.

Hoy la conciencia de la clase obrera en general está bien lejos de la independencia política de clase. Pero vos, en vez de tomar esto como un problema práctico a resolver, lo tomás como algo para regodearte. De esta manera, sos parte del problema, no de la solución.

Parece que vos tuviste en el pasado posiciones de izquierda y te llevaste una decepción. Pero en vez de aprender de la decepción asumiéndolo como fracaso político propio y haciéndote responsable de tus propias ilusiones, directamente caes en el facilismo -que tiene mucho de cobarde- de decir que si vos no ves ninguna alternativa, es que no existe, y quien no comparta eso se engaña. O sea, no sólo carecés de madurez para aprovechar tus errores para superarte, además te erigís en un iluminado de la salidad individual en el capitalismo, el "programa" más utópico y estúpido que existe. Estúpido porque es ignorancia voluntaria.

A mí mi decepción con la izquierda leninista (en cuanto a programa y métodos) me sirvió para autocriticarme y para progresar hacia otra visión de la revolución proletaria depurada del jacobinismo, y llegar a una propuesta que combina una mayor radicalidad en cuanto a los objetivos últimos con un mayor realismo en cuanto a la praxis política aquí y ahora. Vos, en cambio, te fundiste. No te culpo por eso, a lo mejor yo en tu situación también me habría fundido. Pero no hagas de eso una virtud.

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