Julio López
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Boletín Leche Hervida - 2° Número
Por Agrupación Trabajadores Lácteos 7 de febrero - Tuesday, Apr. 27, 2010 at 11:56 AM
boletin.leche.hervida@gmail.com

- Abril 2010 -

 

No me rompas con la inflación

Cada vez que los trabajadores pedimos aumento salarial, las patronales –sean privadas o estatales- afirman que “si suben los salarios habrá inflación”. Pero esta afirmación no tiene relación con la realidad. Sergio Arelovich es contador, economista y profesor de Economia Politica en la Universidad Nacional de Rosario. Además asesora a la Federación de Trabajadores Aceiteros que hace días consiguieron elevar el salario mínimo y vital a $4000. La inflación significa un aumento constante de los precios de mercado –no algunos, sino todos a la vez- en un lapso determinado. ¿Puede provocarla un aumento de salarios?

"Cuando se habla de que un aumento de salario provocaría presión inflacionaria, es un disparate porque: la plata ya existe, ese dinero ya está en circulación. Está en poder del empresario. Si el empresario reduce una parte de su dinero para traducirla a salario, lo único que sucede en la economía en su conjunto es que la plata cambia de bolsillo. ¿Por qué en los bolsillos del empresarios no causa inflación para los bienes que el consume o compra y en los bolsillos del trabajador si lo provocaría?", interroga Arelovich.

Claro que cuando hablamos de subir los salarios, abordamos una cuestión compleja, que excede lo sectorial. “Los salarios preceden al proceso de producción y comercialización de servicios. Es muy sencillo: nadie cobra por adelantado. Por ende, antes de cobrar su salario, el trabajador ha creado un nuevo valor, que en parte le vuelve bajo la forma de salario y la otra parte es la ganancia que se queda el empresario. Y esto hay que tenerlo en consideración: hay una nueva riqueza generada por el trabajo que desempeña el trabajador que en principio se divide en dos magnitudes. Una es la ganancia y otra es el salario. Por lo tanto no hay aumento de salario posible que no sea a expensas de la ganancia y no hay aumento de la ganancia que no sea a expensas del salario. Se trata de cómo se reparte la riqueza”, definió el economista. Tal vez ese es el eje de la creación de excusas que no tiene sustento en el funcionamiento real de la economía


Participar: la única salida

El pasado 21 de enero los delegados Raúl Schone, Martín Meza y Víctor Leguiza renovaron por dos años su función delegados en el Centro de Distribución Logística Serenísima SA de Rosario. “Estamos contentos porque de este modo podemos continuar en el camino de la representación y la defensa de los trabajadores”, afirmaron.

“Hay muchas tareas por hacer. Lo más importante es que todos los compañeros que trabajen, sean reconocidos y gocen de todos sus derechos”, evaluaron como perspectiva de trabajo los delegados reelectos. No obstante, destacaron “la necesidad de unidad entre los trabajadores del depósito” ya que de ese modo y “con lucha hubo conquistas como el viático de traslado y otros beneficios extra convenio que en otras empresas no lo tienen”.

La elección de delegados en cualquier ámbito laboral es una herramienta fundamental en la concreción de los derechos de los trabajadores. En ese camino hay quienes de repente se constituyen en referentes, pero las victorias llegan siempre y cuando se sepa que es fundamental la participación activa de cada compañero. “No creemos en una política verticalita. Somos democráticos: la consigna es la asamblea y escuchar a las bases, que el compañero es el que decide. Que todos hablen y todos decidan en unidad: ese es el verdadero sindicato con la gente como actor principal”, subrayaron desde el ratificado cuerpo de delegados.

“Hoy la salida para el trabajador, activo o no, es la participación, la unidad las bases sociales como apoyo y desarrollo de lucha. El sentir cada pelea como propia”, destacan los referentes obreros del Centro de Distribución La Serenísima.

A lo largo del año, se desarrollarán elecciones de delegados en las diversas empresas. Así debería haber sido en Cotar: 25 de enero de 2010 se produjo el vencimiento de mandato de dos delegados. El llamado a elección fue reclamado desde el 15 de febrero por los trabajadores en una nota enviada a las autoridades de Seccional El Trébol, pero la reacción ha sido negarse a recibir los petitorios. En SanCor Rosario, la cita tendría que haber sido a fines de marzo. Aún no se ha llamado a elecciones. Ojalá el destino no sea el mismo que el de Cotar.

El triunfo de compañeros comprometidos con el bienestar colectivo en La Serenísima y la intención franca de votar en tiempo y forma los delegados de base, es un buen puntapié para pensar el 2010 como una oportunidad de recuperar lo que nos pertenece como trabajadores. Pero claro está que eso implica un apoyo y compromiso que exceden ampliamente el acto electoral.


 

SanCor: la receta es la unidad

Del 27 de noviembre de 2008 en adelante, se produjeron muchos hechos que marcan el presente y el futuro del Centro de Distribución SanCor Rosario.

Con la disolución de la Seccional Rosario el avance de la patronal fue evidente y claro.

Sacaron las líneas del interior, pisotearon la bolsa de trabajo de los hijos de afiliados, se cortaron las efectivizaciones de los compañeros contratados, entre otras injustas decisiones de la empresa.

Hoy el paraguas de la Seccional El Trébol no nos llega a proteger de las medidas que toma la patronal para con nosotros. El período de reducción de Personal, centralización de la producción y la distribución está en marcha. Clara muestra de esta “política” es la postura que toma SanCor frente a las citaciones en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe por la restitución de las líneas. Ahí va su respeto por las instituciones: SanCor desoye el pedido de los trabajadores y el Cuerpo de Delegados, así como también la citación a la audiencia por parte de las autoridades.

Por otra parte, la gente de Recursos Humanos, gracias al desvío del trabajo legítimo de la Sucursal Rosario hacia otros centros de distribución, se olvidó de la Bolsa de Trabajo, justificándose en la reducción de personal que hizo posteriormente al desvío de las líneas del interior. La Empresa ni siquiera contempló la bolsa existente para aquellos compañeros que formaron parte de los Retiros Voluntarios. Sus hijos hoy sirven para engrosar el número de desempleados del país. No hay que olvidarse de los subsidios para los “Retiros voluntarios” conformados con los aportes de todos los compañeros de SanCor del país, de manera que exigir que se incorporen a SanCor los hijos de los compañeros retirados no es una idea descabellada y de alguna manera es un derecho debido a ese descuento compulsivo.

Para nosotros la bolsa de trabajo sigue vigente, así como también el pedido de efectivización del personal tercerizado, porque todos sabemos que han habido muchos retiros y otro tanto de renuncias, y todavía la empresa no ha efectivizado a un solo compañero contratado.

Tenemos que soportar que nos digan a la cara que somos vagos, cuando en verdad nos quitan cada vez más trabajo. Dicen que la culpa es nuestra, cuando no somos los que tomamos las injustas decisiones que se han adoptado.

La existencia de un Depósito-Sucursal de Ventas en la ciudad de Rosario es harto necesaria y estratégica, no sólo debido a que es un centro neurálgico del país, sino que además demostró ser redituable para SanCor. A pesar de las ganancias generadas en la Sucursal, la empresa no cesó en su afán de achique y centralización, y aprovechándose de la coyuntura gremial, de la cual fue partícipe e incitadora, realizó una jugada política, un vuelto para los compañeros que bajo la protección de la Ex-Seccional Rosario hicieron valer siempre sus derechos y nunca se dejaron pisotear por la Patronal.

Están destruyendo a la empresa y la vida de los trabajadores de SanCor Rosario, sin embargo duermen plácidamente por las noches, “en paz con sus conciencias”. No lo decimos sólo por los ejecutivos encumbrados allá arriba, lo decimos también por los “compañeros” que nos traicionaron y le allanaron el camino a la patronal.

Si hemos logrado conquistas mediante la unión y el respeto, juntos tenemos que seguir, discutiendo, limando asperezas. Siempre con el único objetivo de impedir las injusticias de la empresa.

La mejor receta para aguantar los tiempos difíciles que pueden llegar, es el ejemplo de los compañeros más viejos de la Sucursal, la inquebrentable dignidad de quienes no compraron ninguna receta mágica, aquellos que se arremangaron para defender a sus pares, sus hijos y su fuente de laburo. En síntesis, el compañerismo y la unidad


Cotar: ¿una historia de fantasía?

Había una vez un grupo de duendes al que amigos y enemigos llamaban, "los loquitos". Para los amigos eran “locos lindos”. Los enemigos, en cambio, usaban palabras feas, que agredían esas características que los hacían ver como “loquitos”.

Los loquitos trabajaban para la fábrica Mediana que a su vez trabajaba para otra: la fábrica Grande. Un día de mucho sol, los duendes empezaron a ver cosas raras en la forma en que se manejaban las cosas. Se preocuparon al notar que en la fábrica Mediana las cosas se empezaron a romper cada vez más seguido, y que cada vez eran menos las cosas que se arreglaban. Al descartar la posibilidad de la maldición eterna del Ogro Berretero , “los loquitos” decidieron tratar de averiguar qué pasaba, y descubrieron que la Grande no le pagaba a la Mediana de la forma en que debía. Sin embargo, el Príncipe de la Mediana no les reclamaba nada a los Reyes de la Grande. Encima -cuando le pagaban lo poco que le pagaban- hacía cosas raras con la plata en vez de arreglar las cosas. ¿Querría acaso ser Rey de la grande?

Los duendes pensaron que si la cosa seguía así, pronto el Príncipe no les iba a pagar a ellos. Entonces decidieron recurrir a otros reyes: los de la Justicia. No fue fácil. O el rey que les tocaba se había muerto, o todas las semanas los atendía un rey distinto. Entonces empezaron a andar de acá para allá haciendo ruido para que todos se enteraran de lo que les pasaba. Así lograron que en el reinado de la Justicia se pusieran de acuerdo para que los atendiera de ahora en adelante siempre la misma Reina.

Los duendes le contaron a la Gran Dama todo lo que les pasaba. Ella entonces, mandó a dos virreyes a la fábrica mediana para que le informasen acerca de la traición de la Grande a la Mediana. El veredicto de los virreyes fue contundente: “los loquitos” tenían razón.

Entonces la Reina le dijo a la fábrica grande que tenía que hacer algunas cosas para arreglar el desastre que había hecho con la fábrica mediana, y la fábrica grande firmó un papel donde decía que iba a hacer esas cosas.

Pasaron los meses y la fábrica grande no quiere hacer las cosas que firmó que iba a hacer, entonces no las hace. El Príncipe de la Mediana no reclama nada, y encima sigue haciendo cosas raras con la (poca) plata que le dan. Los duendes siguen ahí, preocupados, al ver que la fábrica grande tiene muchos soldados que la ayudan, como los que tienen uniformes amarillos y otros que se hacen llamar 'del Ministerio de la Provincia de Santa Fue'. Además creen que el Príncipe de la Mediana es en realidad un soldado de la fábrica grande, así que le pidieron a la Reina que no lo deje entrar más a la fábrica mediana. Todavía no se sabe si los loquitos también tienen razón en eso, porque los Reyes de la Justicia decidieron que ahora los atienda otra Reina así que están esperando el nuevo veredicto.

Y así siguen preocupados los duendes verdes de trajes blancos, afilando los tambores y sacando brillo a los papeles para que todos se enteren de lo que les pasa. Locos lindos para los amigos, locos de mierda para los enemigos, lo cierto es que los duendes de la Mediana no se callan, ni se rinden.

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