Julio López
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A 40 años de la Guerrilla de Teoponte
Por Fuente: Memorias de Nuestra América - Monday, Jul. 19, 2010 at 2:12 PM
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Hace 40 años, un 18 julio de 1970, 67 jóvenes emprendieron marcha hacia las selvas del norte de La Paz, hacia la localidad de Teoponte, para continuar el ideal y la guerrilla liderada por Ernesto “Che” Guevara y que fue abortada en 1967, en Ñancahuazú. Pero estos ideales fueron aplacados en sólo 100 días por el Ejército, el hambre y las inclemencias de la naturaleza, durante el Gobierno de facto de Alfredo Ovando Candia, inscribiendo una de las historias más trágicas de Bolivia, poco recordada y aún no cerrada.

La expedición de Teoponte duró casi tres meses, desde el 19 de julio hasta el 1 de noviembre de 1970. Fue diezmada por el hambre, las enfermedades raras contraídas en la selva por jóvenes citadinos, las delaciones campesinas y las naturales deserciones en un proyecto aislado del pueblo y del campesinado, sin ninguna perspectiva de éxito.

El ejército boliviano asesinó a todos los rezagados por hambre y enfermedad y a los desertores que capturaron vivos. Apoyados por Estados Unidos, enfrentaron a 67 combatientes jóvenes e inexpertos.

A fines de octubre, por el golpe del general Juan José Torres que ordenó respetar la vida de los guerrilleros, se salvaron de morir los últimos nueve sobrevivientes, entre ellos tres de siete chilenos que fueron parte de la columna que Elmo Catalán contribuyó a formar, pero sin alcanzar a participar porque murió antes.

El primer decreto de Salvador Allende, cuando asumió la Presidencia de Chile, el 4 de noviembre de 1970, fue para otorgar asilo político a los nueve sobrevivientes de Teoponte, entre ellos el jefe de la guerrilla, el médico Osvaldo “Chato” Peredo.

A cuatro décadas de ese suceso, al menos una veintena de los restos de los 67 jóvenes que no sobrevivieron a Teoponte, entre bolivianos, chilenos, argentinos y peruanos, están todavía desaparecidos. El pasado año se inició la búsqueda de los restos de los combatientes de esta guerrilla con el apoyo de expertos argentinos y bolivianos y la cooperación de Dinamarca. En septiembre del año pasado se hallaron los restos de nueve de ellos, de los cuales cuatro fueron identificados.

En febrero pasado, los restos de Delfín Mérida Vargas, Eloy Mollo Mamani, Francisco Imaca Rivera y Rafael Dimaz Antezana Eguez, todos integrantes del desaparecido Ejército de Liberación Nacional (ELN), fueron devueltos a sus familiares. El actual Gobierno se ha comprometido a seguir adelante con la búsqueda hasta encontrar los cuerpos aún desaparecidos.

Para el historiador Gustavo Rodríguez Ostria, quien con una investigación de seis años sobre la guerrilla de Teoponte, los mapas que halló y la memoria de los campesinos del lugar (los que están en su libro) contribuyó a la localización de los restos de los jóvenes guerrilleros, considera que el hallazgo y la exhumación de esos restos, 40 años después, no sólo reabre lo que fue este episodio para su esclarecimiento, sino que reconoce el derecho de los familiares a saber cuál fue el destino de su familiar, dónde esta enterrado y luego darle una sepultura.

“Cada segundo de los seis años que me llevó la investigación considero que valieron la pena por ese momento del reencuentro de esas familias, después de 40 años de espera e incertidumbre, así sean con los restos de sus seres queridos”, expresó Rodríguez, al recordar las palabras de despedida y el llanto de los hijos en el entierro de Francisco Imaca, dirigente de la central campesina del Morro, cuyos restos fueron hallados en Teoponte.

“Creo que hallar los restos es una instancia de reparación del daño, más allá de las circunstancias de la muerte. El ciclo de la muerte sólo se cierra con el entierro, que es una especie de conjura, de despedida. Y mientras eso no suceda, las familias viven como en un limbo, en situación de desesperación. Saben y están conscientes de que murieron hace 40 años, pero no terminan de asumirlo mientras no se produzca el encuentro con sus restos y puedan despedirlo, rezarle o hablarle”, manifestó Rodríguez.

Una lucha que no impactó

Para el historiador Gustavo Rodríguez, la guerrilla de Teoponte no tuvo el impacto ni la trascendencia de la guerrilla encabezada por el “Che” Guevara años antes, pese a ser una continuación de la misma y que se convirtió en su final, porque la figura del “Che” era ya emblemática antes de venir a Bolivia y lo fue aún más, después, por las características de su muerte.

“En caso de Teoponte, pese a que sucedió exactamente lo mismo, quizá por su naturaleza más local, su rápido desbande, el hecho que hubiesen sido jóvenes sin muchos vínculos externos contribuyó a su rápido desgaste y a su salida de escena. Además que después de Teoponte la lucha política adquirió otros caminos y otras características. No fue ya por la vía de lucha armada, sino la clase media, el MIR, el Partido Socialista-1 (partidos post-Teoponte) recogen esa experiencia y comienzan a trabajar en la organización de partidos, y eso les lleva a transitar por un camino diverso”, anotó.

Agregó que estas organizaciones políticas no se reconocen en las experiencias de Teoponte, sino contrariamente intentan alejarse de esa experiencia que “la ven complicada, sin posibilidad de éxito”. Por tanto, esas organizaciones post 70, incluso en la dictadura de Hugo Banzer (1971) y luego en la de Luis García Meza (1980), “no acudirán al expediente de la lucha aislada del monte, sino a la organización sindical a partir de las masas.

COMBATIENTES DE TEOPONTE

CHILENOS

Calixto Pacheco González se dice que vive en el norte de Chile. José Manuel Arturo Celis González por última vez fue visto en agosto de 1972. En el caso de Guillermo Segundo Véliz González, su nombre aparece como “detenido desaparecido sin convicción” en el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación.

Hilario Ampuero Ferrada, Carlos Brain Pizarro (asesinado por Osvaldo “Chato” Peredo por apoderarse de una lata de sardinas), Tirson Montiel Martínez, Julio Olivares Romero y Julio Zambrano Acuña murieron en Teoponte. Raúl Rigoberto Zamora Sazo murió en Cochabamba antes de que la columna entrara en acción en Teoponte.

OTROS EXTRANJEROS

Rubén Cerdat Acuña y Ricardo Óscar Puente González, argentinos. Luis Renato Pires de Almeida, brasileño. Fabián Barba, estudiante colombiano. Jorge Fernández Meana, físico matemático norteamericano-español. Antero Callapiña Hurtado, estudiante peruano.

LOS BOLIVIANOS

Rafael Antezana Egüez, Rolando Araníbar Bustos, José Arce Paravicini, Federico Argote Zúñiga, Luis Barriga Luna, Hugo Bohórquez Fernández, Darío Busch Barbery, Evaristo Bustos Araníbar, Alberto Caballero Medinacelli, Mario Carvajal Ruiz, Luis Cordeiro Ponce, Carlos Aguedo Cortés Rueda, Norberto Domínguez Silva, Enrique Farfán Mealla, Clemente Fernández Fuentes, Antonio Figueroa Guzmán, Adolfo Huici Alborta, Raúl Ibarguen Coronel, Francisco Imaca Rivera, Ricardo Imaca Rivera, Ricardo Justiniano Roca, Javier Landívar Vilar, Luis Letellier Aráuz, Efraín Lizarazu Cabrera, Benito Mamani Mamani.


Delfín Mérida Vargas, Eloy Mollo Mamani, Carlos Navarro Lara, Indalecio Nogales Cáceres, Filiberto Parra Rojas, Néstor Paz Zamora, Osvaldo Peredo Leigue, Julio César Pérez López, Cancio Plaza Astrosa, Adolfo Quiroga Bonadona, Eduardo Quiroga Bonadona, Emilio Quiroga Bonadona, Alberto Revollo Olmos, Lorgio Roca Parada, Hugo Rodríguez Román, Gonzalo Rojas Paredes, Horacio Rueda Peña, Moisés Rueda Peña, Jorge Ruiz Paz, Juan José Saavedra Morató, Edison Segade Jurado, Edgar Soria Galvarro, Mario Suárez Moreno, Carlos Suárez Coímbra, Carlos Suárez Soto, Julio Álvaro Urquieta, Estanislao Vilka Colque y Herminio Vilka Colque.

(Tomado del diario “Los Tiempos”, 18 de julio de 2010)

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