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En China, los nuevos trabajadores exigen mejores salarios y condiciones
Por reenvìo agencia walsh - Tuesday, Jul. 20, 2010 at 9:23 AM

(AW) Los trabajadores del gran país asiático, comunista en política y capitalista en economía, exigen mejores salarios y condiciones de laborales. Las presiones del sistema capitalista de producción llevaron a que varios obreros de empresas electrónicas multinacionales instaladas en China por la mano de obra barata, se suicidaran como resultado de no aguanta la presión laboral.







FUENTE: AGENCIA de NOTICIAS JOHN REED


Shanghai. - En medio de fuertes presiones para mantener bajos sus costos,
fabricantes de todo el mundo han confiado durante años en los millones de
trabajadores chinos que hacen sus productos por salarios bajos. En los últimos
tiempos, sin embargo, los obreros han comenzado a marcarle un límite a las
compañías.
Varias protestas recientes de trabajadores y la reacción del gobierno chino a una
ola de suicidios en una fábrica de aparatos electrónicos parecen mostrar que los
líderes comunistas, al menos tácitamente, están de acuerdo. A fines de mayo, el
máximo líder del Partido Comunista en la industrializada provincia de Guangdong,
Wang Yang, visitó la enorme planta de Foxconn Technology, fabricante de productos de
gigantes occidentales como Apple, Dell y Hewlett-Packard, donde diez trabajadores se
han suicidado. Wang urgió a la compañía a implementar un "ambiente de trabajo mejor,
más humano" para sus empleados, la mayor parte de ellos jóvenes.
Otra generación. "Los trabajadores de las generaciones nacidos en los años 80 y 90
necesitan más cuidados y respeto y necesitan ser motivados para trabajar con
entusiasmo", explicó el funcionario, quien ha apoyado iniciativas para que Guangdong
dependa menos de las exportaciones de productos baratos y poco avanzados.
Esta transición está sucediendo en toda China. Los fabricantes, bajo la presión de
ofrecer bajos costos, tienen problemas para encontrar y retener trabajadores
jóvenes. Estos, criados en una época de relativa prosperidad, ya no están tan
dispuestos como sus antecesores a tragarse la amargura de los salarios bajos y los
ambientes de trabajo miserables.
Las empresas de Shanghai se quejan de que no encuentran suficientes obreros jóvenes,
calificados o no. Los contratistas que necesitaban terminar las obras de la
Exposición Mundial de Shanghai debieron pagar bonificaciones altas a sus
trabajadores para que no se fueran durante las vacaciones del Año Nuevo lunar chino.
A fines de mayo, una fábrica de autopartes de Honda estuvo dos semanas paralizada
por una huelga en busca de aumentos de salario.
China prohíbe que los trabajadores se sindicalicen sin autorización estatal, por lo
que las únicas organizaciones permitidas son la Federación de Sindicatos de Oficios
y las filiales del Partido Comunista en cada compañía.
Tolerancia oficial. Sin embargo, en los últimos años, las autoridades parecen
tolerar cada vez más protestas pacíficas y esporádicas. En el delta del río Yangtzé,
cerca de Shanghai, las sentadas de protesta y otras manifestaciones son comunes,
aunque pocas veces aparecen en los medios estatales.
A inicios del 2008, China aprobó una ley de contratos laborales, que fijó estándares
para contrataciones, despidos y el uso de trabajadores temporales, entre otras
condiciones, y generó conciencia entre los empleados de sus derechos. Al año
siguiente, el número de conflictos laborales se duplicó, según un estudio del Foro
Internacional de Derechos del Trabajo.
El informe, divulgado en mayo pasado, determinó que las compañías que no habían
cumplido con las reglas laborales anteriores debieron pagar un promedio de 33% de
aumentos salariales al ser aprobada la nueva legislación. Aún así, gran parte de los
trabajadores -más de la mitad en algunas regiones- siguen sin contratos legales.
Suba salarial. "Los salarios han venido aumentando en los últimos años, pero
comparados con los precios, que se han disparado, permanecen muy bajos", lamentó el
activista Li Qiang, fundador del Observatorio Laboral de China, con sede en Nueva
York.
"El gobierno reconoce el problema. Por eso, aunque las huelgas siguen siendo
ilegales, algunas se permiten tácitamente. Claro que las huelgas y protestas tienen
que respetar ciertos límites", explicó.
Las condiciones de trabajo varían mucho según las diferentes regiones del país: hay
fábricas modernas como las de países occidentales y otras con un calor sofocante
donde se trata a los obreros como esclavos. Hace poco, la policía de la provincia
norteña de Hebei liberó a 34 migrantes cautivos en uno de éstos, según el diario
estatal China Daily.
Foxconn anunció que instalaría redes de seguridad en sus edificios y contrataría más
psicólogos para su fábrica de Shenzhen. Esta ciudad industrial de Guangdong, cerca
de Hong Kong, fue el epicentro original de la migración de mano de obra barata en
los años 80 y 90. La fábrica tiene líneas de ensamblaje con aire acondicionado,
calles bordeadas de palmeras, restaurantes de comida rápida e instalaciones de
entretenimiento. Pero hay activistas que acusan a la compañía de usar un estilo
militar para manejar a sus trabajadores, mantener líneas de producción demasiado
rápidas y cargas laborales excesivas que deshumanizan a los empleados. Muchos de
éstos son adolescentes y veinteañeros que por primera vez viven lejos de sus
familias. Foxconn, la contratista más grande del mundo en fabricación de aparatos
electrónicos, rechazó las acusaciones.
Caso testigo: Foxconn. El conflicto en Foxconn es para muchos observadores en China
una lección para los gerentes que buscan seguir compitiendo en el mercado global del
siglo XXI y al mismo tiempo atraer a trabajadores jóvenes con expectativas
diferentes. "El incidente de Foxconn muestra un gran problema: las personas no son
máquinas", escribió Jin Bei, jefe del instituto de investigación industrial de la
Academia China de Ciencias Sociales, en una columna reciente en el diario económico
China Business Journal.
Las mejoras en la calidad de vida y en la "dignidad individual" obligan a las
compañías a tratar bien a los trabajadores, aún cuando la competencia global se
intensifica, agregó Jin. "De no ser así", advirtió, "tragedias y crisis como éstas
serán inevitables".
(El investigador de Associated Press Ji Chen contribuyó a este informe).

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2010/07/18/noticia_0001.html
Publicado por alejandro benedetti en 2:38 PM





AGENCIA DE COMUNICACIÓN
RODOLFO WALSH

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