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Minimizar la basura o maximizar el negocio
Por Fuente:Noticias Ambientales de la prov Cba - Friday, Jul. 23, 2010 at 9:30 AM

Es denigrante el actual espectáculo de la búsqueda de un lugar para una "zona sacrificio", donde se instalaría una planta de alta contaminación o un relleno sanitario de mala gestión.

La preocupación de los cordobeses por contar con la seguridad de que vivirán en un lugar que no los enferme demuestra que existe una conciencia sobre las amenazas a la salud que supone vivir en áreas contaminadas, como así también un mayor reconocimiento del derecho a un ambiente saludable.
Hoy, la ciudad de Córdoba afronta la discusión de una política para su basura. La administración actual propone una novedosa planta de incineración/gasificación y avanza en cerrar un acuerdo con una empresa norteamericana que no es capaz de demostrar su idoneidad. El negocio de los privados estaría en los 80 pesos por tonelada de basura que cobraría de los vecinos, desentendiéndose estos del destino de sus desechos urbanos.
Primero los vecinos de Ituzaingó, luego los de Mi Granja y ahora los de Toledo rechazan la instalación de esa planta. Desde hace 20 años, movimientos ambientalistas y de vecinos de países desarrollados luchan contra plantas de incineración que, en sus distintas variantes técnicas, sólo han generado contaminación y el surgimiento de una industria de la incineración que necesita más y más materia prima (basura) para su negocio.
Riesgos ciertos. Los riesgos ambientales a la salud no son hipotéticos. Las plantas incineradoras generan gases de invernadero, aerolizan metales pesados y producen dioxinas y furanos que necesitan ser monitoreados en forma permanente, porque esos elementos son poderosos cancerígenos.
Recordemos que el intendente Daniel Giacomino no controla la verdura que llega a la ensalada de su mesa con endosulfán y clorpirifos, a pesar de que ha sido conminado por la Justicia. El intendente no sólo criticó con dureza al fiscal que lo emplazó, sino que entregó la administración del Mercado de Abasto a la asociación de los grandes productores y puesteros. Todo esto a pesar de demostrarse que en los últimos años creció en forma exponencial el uso de agrotóxicos en quintas frutihortícolas y que se requiere un minucioso control para impedir que lentamente se envenene a la población. Con estos antecedentes, es prácticamente imposible creer que con la basura las cosas se harán bien.
La incineración/gasificación es una mala opción política, además de contaminante, e impide el desarrollo de instancias de minimización de la basura. Las estrategias de "basura cero" buscan que reutilicemos y reciclemos los productos o restos de productos ya usados; que consumidores y productores tengan una actitud consciente y responsable sobre el destino de los bienes después de usarlos. Esa actitud va reñida con las propuestas neoliberales de predominancia del consumo desenfrenado, y apela a la solidaridad y fraternidad.
Con acciones integrales, culturales y educativas de largo plazo, es posible disminuir en cinco años el 30 por ciento de la basura que se entierra y en 12 años, el 70 por ciento. "Basura cero" o minimizar la basura con el compromiso de alcanzar objetivos colectivos de disminución de la cantidad de desechos que se entierran son los desafíos que tenemos que discutir. Ese escenario sería muy distinto al actual espectáculo de búsqueda de un lugar para construir una "zona sacrificio", donde se instalaría una planta de alta contaminación o un relleno sanitario de mala gestión.

Medardo Ávila Vázquez. - Ex subsecretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba

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