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La crisis de la deuda regional de los EEUU
Por Financial Times - Friday, Sep. 10, 2010 at 9:21 PM

8-3-2010 / Desde Nueva York a California, crece la preocupación ante la posibilidad de que los estados de EE.UU. produzcan crisis similares a las de Grecia. Los sistemas de jubilación y salud de empleados estatales tienen un déficit de financiación de entre US$ 1 billón y US$ 3 billones.

El gobierno de Barack Obama podría verse en problemas por la sumatoria de déficit que arrancan en los condados, pasan por los estados y termina en el Tesoro.

Mientras en Atenas se producen huelgas y manifestaciones contra el ajuste económico que busca contener la crisis de la deuda griega, en Estados Unidos muchos se preguntan si en algunos estados podrían estallar tensiones similares.

El bajón económico ha diezmado la recaudación fiscal, lo que abrió enormes brechas en los presupuestos y, como consecuencia, los legisladores estaduales han tenido que cortar drásticamente el gasto.

El mes pasado, un estudio halló que los estados también enfrentan una brecha de al menos US$ 1 billón (un millón de millones) en los sistemas de jubilación y salud de los empleados estatales.

Los analistas han encontrado puntos en común entre los estados de EE.UU. y algunos miembros de la eurozona, ya que también enfrentan la desaceleración económica global y un gran déficit en sus presupuestos. Dado que desde Nueva York a California suspenden los pagos y advierten que se quedan sin dinero, es lógico preguntarse si van a caer en default, que es la incógnita que enfrenta Grecia.

Sin embargo, pese a estas tensiones, los expertos en el mercado de bonos municipales, que mueve US$ 2,8 billones y es donde los gobiernos locales y estaduales recaudan dinero, han buscado calmar los ánimos.

Esto explica que los rendimientos en este mercado se hayan mantenido estables. Por empezar, aplicando medidas estándar, los niveles de endeudamiento de los estados de EE.UU. son mucho más bajos que los de los países de la eurozona.

Segundo, en la mayor parte de los casos se requiere que los estados equilibren sus presupuestos, lo que obliga a la legislatura estadual a ocuparse de los problemas en su etapa inicial. Tercero, las ventajas impositivas que obtienen los que compran títulos de deuda municipal implican que existe una gran base inversora con incentivos para mantenerse fiel.

California, por ejemplo, pudo volver a tomar prestado poco tiempo después de incumplir con sus pagos en medio de la crisis presupuestaria que vivió en el último verano boreal. Además, lo habitual es que los estados emitan deuda con vencimientos escalonados, de modo que no es tan probable que tengan que enfrentar grandes desembolsos.

Ahora, en cambio, en EE.UU. la preocupación está más concentrada en la deuda de las ciudades, los condados y los hospitales, que tienen ingresos menos confiables que un estado. Un ejemplo es el condado de Jefferson, en Alabama, que está casi quebrado debido a una deuda por más de US$3.000 millones vinculada a su sistema cloacal.

Este condado no sólo tomó demasiado dinero prestado, sino que buscó cubrirse con derivados, pero esa apuesta salió mal y esto hizo trepar sus costos de deuda. “Jefferson County es nuestra Grecia”, dijo Matt Fabian, director gerente de Municipal Market Advisors.

El hecho de que últimamente se haya hablado de la posibilidad de que Harrisburg, capital de Pensilvania, buscara protección contra la quiebra también alimentó la inquietud de los inversores.

De todos modos, los estados enfrentan dificultades de otro tipo. “Para los estados de EE.UU no se trata de un problema de deuda, sino de un problema de gasto. La duración en el tiempo y la profundidad de la desaceleración supera tanto todo lo que se ha visto hasta ahora, que los estados no pueden recortar el gasto con la rapidez suficiente y, en realidad, tampoco pueden elevar más los impuestos”, explicó Peter Hayes, titular del grupo especializado en bonos municipales de BlackRock.

Además, inquieta que todo esta tendencia a ajustarse el cinturón perjudique la recuperación económica nacional, por eso los estados individuales son apoyados por el gobierno federal a través del programa de estímulo. BlackRock señaló que si los gobiernos locales y estaduales hicieran los recortes necesarios para equilibrar sus presupuestos, esto se traduciría en una gran pérdida de puestos de trabajo.

Lo que se conoce como deuda de obligación general es considerada la más segura que emiten los estados de EE.UU. porque está respaldada por la capacidad de éstos de recaudar impuestos.

A los inversores los tranquiliza pensar que los estados pueden elevar los impuestos si ven amenazado el servicio de su deuda. Sin embargo, en el clima actual no hay certeza de que esto sea así, dado lo políticamente impopulares que son los aumentos en los impuestos, particularmente en una época de dificultades económicas.

Por otra parte, los estados enfrentan un problema a más largo plazo con sus sistema jubilatorios, que tienen un déficit de financiación de entre US$ 1 billón y US$3 billones, según las estimaciones más recientes. Este pasivo, que es muy difícil de alterar por razones tanto legales como políticas, no está incluido en las cifras de deuda oficiales, y muchos advierten que corre riesgo de convertirse pronto en un problema de deuda.

Richard Ciccarone, de McDonnell Investment Management, dijo que gradualmente, los estados están tomando más deuda para tapar las brechas en la financiación. “Estimamos que esta deuda crecerá en el futuro y que, combinada con las obligaciones pendientes con los sistemas de jubilación y salud, se convertirá en una enorme carga potencial”, comentó Ciccarone.

No todos los estados toman prestado para aliviar sus presupuestos, y algunos tienen prohibido hacerlo. Según Standard & Poor’s, durante la última recesión emitieron deuda por casi US$ 30.000 millones para contribuir a equilibrar sus presupuestos. La agencia pronostica que ahora se endeudarán en aproximadamente la mitad porque los miles de millones de dólares del estímulo federal dan cuenta de la diferencia.

“La recuperación será despareja. Estimamos que es probable que los estados que enfrentan un proceso más lento recurran al crédito”, dijo Robin Prunty, analistas de Finanzas Públicas de S&P.

Illinois vendió este año bonos por US$ 3.500 millones para ayudar a pagar su contribución anual a los fondos de jubilaciones y pensiones. En las recesiones anteriores, algunos estados securitizaron flujos de caja futuros de sectores que van desde el tabaco al pago de billetes de lotería. En 2003, California vendió títulos de deuda por valor de US$3.200 millones para cerrar una brecha en el presupuesto.

“Salir de un déficit emitiendo bonos no es necesariamente una mala idea. Pero si se trata de un puente a ninguna parte, y el estado no está haciendo lo que debe para alinear los ingresos con el gasto, lo que hacen los bonos es exacerbar el problema”, señaló Ken Gibbs, presidente del grupo de títulos municipales de la firma Jefferies.

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