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La Universidad debería tener una política alternativa
Por ADIUC - Tuesday, Sep. 14, 2010 at 2:25 PM

La Universidad debería tener una política alternativa frente al conocimiento que se transfiere a los productores de agrotóxicos

El 26 y 27 de agosto se realizó en Córdoba el primer encuentro nacional de médicos de pueblos fumigados. ADIUC tuvo una importante participación en la organización de estas jornadas en las que intervinieron grandes profesionales de la salud argentina. El encuentro reveló cuestiones dramáticas y de urgente solución en la problemática generada por el grave daño que producen las fumigaciones con herbicidas tóxicos en la vida de las personas y el medio ambiente.



Los siguientes, son algunos de los conceptos que, en representación de ADIUC, brindó el Secretario General del Gremio, Eduardo Maturano, durante el acto de apertura de las jornadas.

Cuando el Doctor Medardo Ávila Vázquez nos propuso participar en la realización de este encuentro inmediatamente dimos una respuesta favorable: "ADIUC no dudó en participar porque entendió no solamente la trascendencia, sino la gravedad que implica para el país el uso de distintas sustancias agrotóxicas".

Hace poco tiempo hubo una cuestión que quedó fuera del debate que se generó a raíz del denominado conflicto del campo. Esa cuestión fue la estructura de nuestra sociedad y el hecho de que vivamos en un país «soja-dependiente». Tanto el gobierno como el sector denominado «sojero» jamás pusieron en discusión el cultivo de la soja, ni si ésta como mercancía debía servir como alimento o biocombustible, sino las retenciones móviles, los precios relativos y el tipo de cambio. Es decir, lo que estuvo en discusión durante el conflicto del campo fue la renta cerealera de la Argentina; un negocio evidentemente fabuloso. Por eso lo que hoy estamos empezando a hacer aquí es muy interesante y trascendente.

Hace unos días, en una serie de notas publicadas por el diario Pagina 12, uno de los capos-soja de la Argentina, Gustavo Grobocopatel, señalaba la importancia y trascendencia del desarrollo de las inversiones capitalistas en el campo, las cuales, según él, habían adquirido un carácter mucho más dinámico en este sector que en las ciudades, destacando que el conjunto de las innovaciones en biotecnología y nanotecnología eran automáticamente incorporadas y colectivizadas por un grupo de grandes empresas, quienes obtenían los beneficios del conocimiento científico y las nuevas tecnologías.

Y es en este proceso de transferencia del saber donde gravita el sistema universitario, quien, en el caso de nuestro país, aporta más del 90 por ciento de la producción científica y tecnológica.

El Doctor Irico (Decano de la Facultad de Medicina) recién acaba de solicitar que «establezcamos un punto de equilibrio» en el debate y análisis que nos toca realizar, y yo creo que establecer un punto de equilibrio implicaría, por ejemplo, que la Facultad de Medicina de la UNC aliente, como política específica, la realización de tesis de maestría y doctorado que profundicen el saber de aquellos que se interesen en desarrollar líneas de investigación en relación a estos problemas que impacten directamente en la salud de nuestra población.

No es cuestión de polarizar la discusión, sino de procurar que la Universidad cumpla su función en relación a la extensión universitaria y a su obligación para con la educación, la cual debería ser una política alternativa frente a la transferencia del conocimiento que se hace hacia los productores de agrotoxicos y otros grupos empresarios; una política alternativa, por ejemplo, frente al reciente anuncio de la Rectora Carolina Scotto, de creación de un polo biotecnológico en la Ciudad Universitaria, que habrá de servir a las grandes empresas monopólicas como el grupo Arcor, Bio Sidus, Porta, etc.

Perder de vista esto sería perder de vista el efecto sobre la salud de las personas y el medio ambiente, que es dramático. No estamos hablando sólo del Glifosato y su acción teratogénica y oncogénica. Hoy se calcula que hay más de mil tipos de sustancias diferentes con distintos propósitos: antibióticos, antimicóticos, antiparasitarios, insecticidas, ascaricidas, fungicidas, productos para atacar moluscos, que componen un arsenal que necesariamente tiene efecto sobre la salud humana.

Cuando hice mi tesis, una de las cuestiones que interesaba era la población de roedores, por su importancia en la transmisión del virus de la Fiebre Hemorrágica Argentina, la cual se autolimitó en nuestro país. Y precisamente se autolimitó por una cuestión muy simple: desaparecieron los roedores del campo. Pero también advertimos que han desaparecido otras especies y creo que esto no es una cuestión menor.

De la misma manera que los agrotóxicos están impactando en la fauna, lo están haciendo en las poblaciones humanas. Uno de los ejemplos más terrible que tenemos acá cerca es el caso de barrio Ituzaingó Anexo, donde en distintas muestras recogidas aparece el endosulfán, una sustancia tremendamente tóxica con efecto feminizante. Se sabe que este producto tiene la capacidad de producir criptorquidia, es decir, retardo en el descenso de los testículos, hipospadia, esto es, acortamiento de la uretra con aparición del meato en la parte ventral del pene, presencia de micro-pene, ginecomastia, disminución del recuento de espermatozoides, aumento del tamaño de la próstata e incremento del riesgo de cáncer de la misma. En el caso de las mujeres este producto genera alteraciones menstruales con evidencias de amenorrea, hipotiroidismo y distintos tipos de tumores ginecológicos.

Un desastre similar se registró en la Colonia Loma Senés, Provincia de Formosa, donde sus habitantes relataron que un día, después de que anduvieron fumigando los aviones, encontraron que sus cultivos estaban prácticamente a la miseria y a los pocos días sus gallinas y cerdos comenzaron a morir. Los animales que sobrevivían daban lugar a nacimientos prematuros, abortos y malformaciones. Más tarde esto se repitió en humanos. Este fenómeno fue secundario al empleo del 2,4 D, un análogo de la dioxina utilizada por el Pentágono en Vietnam, el famoso agente naranja o gas de Seveso, considerado altamente letal y cancerígeno.

También hubo un desastre ecológico en Gualeguaychú, que no tuvo que ver con la instalación de la planta de Botnia, sino con el uso de agroquímicos y productos tóxicos para la salud generando una importante mortandad de pájaros. Se contabilizó un promedio de mil aves muertas por hectárea a lo que continuó la muerte de los carroñeros que se alimentaron de éstas, es decir, un desastre de proporciones que a mi me llamó mucho la atención por su escasa o nula trascendencia.

Como trabajadores universitarios y representantes gremiales destacamos la lucha de quienes vienen investigando y enfrentando estos hechos, razón por la cual queremos, además, denunciar las agresiones y amenazas que han sufrido y sufren los profesionales aquí presentes, por ejemplo, las padecidas por el Doctor Carrasco en la provincia del Chaco, a lo que se sumó el impedimento hecho por CONICET de que presentase sus investigaciones en la feria del libro. Estos son actos que deben ser repudiados por todos nosotros. Muchas gracias

 

Audios para escuchar

Presentación de Medardo Ávila Vázquez
Duración: 6'46'' - 6.3 Mb

Gustavo Irico
Duración: 3'30'' - 3.3 Mb

Eduardo Maturano
Duración: 13'16'' - 12.4 Mb

Sofía Gatica
Duración: 4'28'' - 4.2 Mb

Rodolfo Páramo
Duración: 19'29'' - 18.2 Mb

Horacio Lucero
Duración: 45'27'' - 42.6 Mb

Andres Carrazco
Duración: 30'20'' - 28.4 Mb

Agradecimientos
Duración: 2'29'' - 2.3 Mb

Entrevista a Sofía Gatica y Corina Barrozo
Duración: 3'03'' - 2.8 Mb

 

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