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Coya en la ciudad
Por El Civismo - Thursday, Oct. 07, 2010 at 10:07 PM

En diálogo con EL CIVISMO, el joven artista revela aspectos de su vida artística y opina sobre la singular situación creativa que atraviesa a un músico jujeño que desde hace diez años vive en la gran ciudad.

runo Arias nació en El Carmen, provincia de Jujuy, hace apenas treinta años. A pesar de su juventud, con dos discos a cuestas y un tercero cocinándose en los estudios de grabación -Coya en la Ciudad, algunos de cuyos temas presentó el viernes en el Trinidad Guevara-, probablemente sea una de las figuras jóvenes del folclore con mayor proyección en la escena nacional e internacional. Bruno sabe que tiene mucho para dar, pero prefiere no apurarse para no perderse en el camino. Por eso se toma su tiempo. “Un disco es algo que queda para siempre. Hay que tratar de superar lo anterior. Los temas de este disco los estamos probando en vivo antes de grabarlos, les damos tiempo para que maduren”, afirma con seguridad. Será por eso que para grabar este tercer trabajo cuenta con los servicios de Abel Costas, uno de los laderos del legendario “Portugués” Da Silva, famoso en estos días por ser el propietario del estudio de grabación donde se filma “Encuentro en El Estudio”, el programa de entrevistas que conduce Lalo Mir. Además, figuras de la talla de Mercedes Sosa en un principio -invitándolo a participar del espectáculo Folcloristas en el ND Ateneo- y Teresa Parodi después -con quien cantó “La Celedonia Batista” en los festejos por el Bicentenario que se realizaron en la Av. 9 de Julio- se han interesado por su carrera y lo han promovido por ver en él un singular talento y forma de expresión, amén de una persona cándida que conserva la frescura y naturalidad de un chico de pueblo.

- ¿Te sentís identificado con el título del álbum “Coya en la Ciudad”?
- Ante todo, “Coya en la Ciudad” es una canción. Sus autores son Néstor Gea y Sergio Castro, dos profesores de historia; uno de ellos casado con una india Wichi. Es una canción hermosa. Claro que me representa. Uno tiene que adaptarse al lugar donde vive. Uno viene de un pueblo y trae consigo un ritmo, pero a los dos o tres días ya es uno más de los que va corriendo atrás de un subte. Se tiene que adaptar. Eso no quita que uno conserve su raíz y no se desprenda, por ejemplo, de su tonada. Uno tiene que tener claro de donde viene y mantener su forma de ser, porque sino uno se pierde, y si lo hace pierde la esencia de su música.

- ¿Y qué te aporta la ciudad?
- La ciudad tiene mucha diversidad, brinda muchas posibilidades. Uno puede ver a otros músicos, a otros artistas, no solo del país sino de otras partes del mundo. Eso amplía el concepto musical. Uno sabe que tiene que proyectarse y poder llevar su música, que viene de un lugar muy pequeñito, al nivel de las otras músicas del mundo.

- Hay entonces una preocupación por reflejar cierta realidad social, ciertas vivencias de la gente que, como vos, deja sus provincias y se viene a probar suerte en la gran ciudad.
- Seguro. Los dos primeros discos, Changuito Volador y Atierrizaje, tenían temas que hablaban del paisaje, las costumbres, las tradiciones de la gente de mi pueblo. Hablaban del amor, de la tristeza, sentimientos más universales. Ahora las canciones hablan más de las necesidades de la gente de mi pueblo. La discriminación que todavía sufren, la usurpación de tierras, los desmontes, la falta de agua a causa de la minería a cielo abierto; todas esas cosas. También habla de los festejos del 11 de Octubre, que para los pueblos originarios está considerado su último día de independencia.

- ¿No sentís que en estos últimos años ha habido una reivindicación de los pueblos originarios?
- Creo que sí.

- ¿De qué modo?
- Desde siempre hubo discriminación con la gente del Norte, especialmente con el pueblo Coya. A la gente se le enseñaba a ser diferentes con ellos, a tratarlos distinto. Pero todos somos latinoamericanos, ¿no? Estamos ligados culturalmente en un montón de aspectos. Entonces no somos tan diferentes, yo creo. Somos casi como hermanos. Los originarios ahora llevan su cultura bien alta. Cuidan su identidad, sus costumbres, su idioma, todas esas cosas que han sido transmitidas de generación en generación, a pesar de todo, durante miles de años, desde épocas precolombinas.

- ¿Te sentís un poco el portavoz de los problemas de tu gente?
- No. No me siento ni representante ni portavoz. Más bien siento que estoy en constante aprendizaje. Por ejemplo hace poco estuve en el Chaco, en un lugar llamado Pampa del Indio, donde no hay ni luz ni agua. Después de estar con esa gente y compartir como ellos viven y lo que sienten. Después de nutrirme un poco de eso podría aspirar yo a convertirme en portavoz de esa gente.

- Te tomás tu tiempo para crecer.
- Para ser artista antes hay que ser persona. Y hay que tratar de ser buena persona, a pesar de las contradicciones del sistema. Hacer una pausa es lo conveniente, mostrar madurez en lo que uno está haciendo.

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