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¿Qué sería del capitalismo sin el comunismo?
Por (reenvio) Delia Polanco Loaiza * - Friday, Oct. 08, 2010 at 4:54 PM

El patrimonio colectivo se refiere a que los brazos y las ideas del pasado y del presente han generado los saberes, quehaceres, el estar y el tener, de manera que TODO es de todos y todas.

Entonces, ¿por qué “esto es sólo mío”? ¿Por qué la despótica distribución? El materialismo histórico nos explicó cómo una minoría se apoderó de las fuerzas productivas (surgimiento de las clases sociales y división del trabajo), manejando a su antojo las relaciones de producción. Y los anarquistas nos mostraron cómo se mantienen las relaciones de explotación y dominación a través del aparataje del poder: el Estado con sus leyes, normas, filosofía, religión, institucionalidad, entre otros.

Dentro de ese marco, tenemos sociedades capitalistas donde nos tropezamos por todas partes con el bien común: colectivos organizados bajo la premisa de apoyo mutuo y reciprocidad, ya sea en redes, consejos, comunas, cooperativas u otros; educación gratuita para todos y todas, bibliotecas, telecomunicaciones, vialidad, transporte colectivo, vivienda, recreación, en general una distribución más equitativa de bienes y servicios públicos (pago de la impagable deuda social), todo ello, sin menoscabo del sistema hegemónico (véase países de la “Tercera vía”). El perverso capital con su explotación, destrucción y dominación, acepta estos rasgos del comunismo para evitar estallidos o conflictividad social que impactarían negativamente su reproducción ampliada. Actualmente, ante la crisis total del sistema, cierra filas y recorta al máximo estas ‘conveniencias’.

No obstante, también los países llamados ‘progresistas’ o de izquierda mantienen sociedades sin destruir la propiedad (privada o del Estado) ni el poder que somete a las mayorías. Continúan bajo la misma lógica del capital: emplean el dinero como fetiche, las leyes del mercado, los impuestos, el mismo instrumental represivo, las fuentes de energía, entre otros (véase Rusia, China y Vietnam, por ejemplo).

Ello obliga a preguntarnos ¿por qué los gobiernos de izquierda aceptan esta ‘alianza’? ¿Será que ambas sociedades (liberal y la socialista ‘real’) comparten elementos ‘fundamentales’? Veamos:

1) El contexto de ambas es la sociedad industrial, y para mantenerla plantean el despliegue ilimitado de las fuerzas productivas, donde el trabajo es una norma de valor y organización social (¿o de dominación?). La ciencia y tecnología son el instrumento para el ‘progreso’ (¿o la destrucción?) en aras de mantener el dogma economicista del crecimiento, de donde obtienen la riqueza material, obviando olímpicamente los ‘recursos’ finitos. ¿Será posible superar esta sociedad industrial? ¿Recuperaremos la percepción VITAL de que somos naturaleza?

2) Comparten el pensamiento único: persiste el sojuzgamiento a través de los aparatos ideológicos del Estado y/o con la violencia ‘dura’ (todas legítimas), donde no hay respeto por el Otr@. Amén de limitar la diversidad de modos de producción, base material para la transformación socioeconómica. ¿Cómo encontrar la libertad económica y la libertad sociopolítica?

3) La idea lineal del progreso y/o desarrollo: de lo simple a lo complejo, obligatorio y ascendente para todas las sociedades. ¿Cómo diferenciar ‘el desarrollo y/o progreso’ por ejemplo de Rusia, China, Vietnam con el de USA? ¿Tendremos posibilidades objetivas y subjetivas de construir otras formas de organización social de la producción, por ejemplo desde la cosmovisión aborigen?

4) Ambas sociedades mantienen el paradigma positivista de ‘orden, control y ‘progreso’. El ‘desarrollo’ social y económico lo realizan a través de la planificación (el Mercado, el Estado o ambos): el que planifica tiene el poder. ¿Sería posible la concreción de otro paradigma como ‘libertad, autonomía y suficiencia? A mediados del siglo pasado, Gandhi nos alertó que cambiar de tigre no arregla nada, pues la naturaleza del tigre es siempre la misma.

*Delia Polanco-Loaiza. Docente UCV. Venezuela. Correo: polando.delia@yahoo.es

Referencia: Gandhi MK. 2009. Hind Swaraj and other writings. Edited by Anthony J Parel, University of Calgary, Canada. Twelfth printings. Cambridge University Press. Chapter IV. What is Swaraj? Pág. 26-29

sacado de http://www.dariovive.org/?p=823
fuente La Haine

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