Julio López
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Rosario: Defender lo nuestro
Por Fuente: La Capital / Rosario - Thursday, Oct. 14, 2010 at 3:41 PM

Pensar hoy las islas pareciera remitirnos meramente a su potencial productivo y a las poco felices consecuencias de prácticas como la ganadería, la quema de pastizales, la pesca indiscriminada, la siembra ilegal o la caza furtiva de especies en extinción.

   Poco sabemos o recordamos de su riqueza histórica, de su valor patrimonial. De sus personajes, de la cultura del isleño que inspiraron obras geniales como las del pintor Raúl Domínguez, que guiaron la pluma del poeta victoriense Gaspar Lucilo Benavento y del monje benedictino Gregorio Spiazzi (Martín del Pos Pos), autor del libro El País de los Chajás, quienes reflejaron con su arte la belleza del lugar y la humilde y sencilla vida de sus pobladores.
   Por esos lugares habitaron ancestros aborígenes, los indios Chaná y aún permanecen en esas tierras miles de restos arqueológicos que dan testimonio de su paso por el lugar y que pertenecen al Estado.
   Y es precisamente el afán de lucro el que pareciera echar por tierra cualquier noble esfuerzo de quienes velan por la protección de éste y otros patrimonios naturales. Y pareciera que poco o nada se puede hacer al respecto, si los destinos de este pulmón verde se debaten a puertas cerradas, en despachos y legislaturas.
   Los fríos fundamentos de las normas recientes y en discusión no sólo avivan el cuestionado fuego intencional en nombre de la renovación de pasturas para la hacienda, sino el temor a que regrese el fantasma de la superpoblación de ganado, de las apropiaciones ilegales a las que hoy el gobierno entrerriano da batalla con decenas de juicios de usucapión, de los hechos de violencia por discordias territoriales que muchos desconocen.
   Entonces el afán de volver productivas miles de hectáreas de patrimonio natural se vuelve una incoherencia. Y su rédito, será seguramente tan inestable como la biodiversidad del humedal, que con sus crecientes y sequías castiga a quienes pretenden usufructuarlo.
   Prueba de ello son las miles de cabezas que se perdieron en la inundación de 2008, la millonaria e ilegal inversión agrícola frente a Villa Constitución que se fue con el agua, los miles de pesos que el gobierno entrerriano perdió de ganar en concepto de canon con los arrendatarios que no cumplieron con el pago.
   A no olvidar que las islas son de todos, y como bien patrimonial debemos valorarlas y respetarlas como tal. Y que al momento de aplicar políticas para su protección y “uso racional”, hay que tener en cuenta su biodiversidad y una serie de características que la vuelven únicas. Y sobre todo, que prime el interés general sobre el particular.

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