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“Estudie y reflexione”. Carta al director publicada en el diario catamarqueño El Esquiú
Por (reenvio) Carlos A. Moreno - Friday, Oct. 15, 2010 at 2:47 PM

Carta al director publicada en el diario catamarqueño El Esquiú el pasado martes 12 de Octubre

Señor Director de El Esquiú.com
Solicito la publicación de esta repuesta a una nota periodística titulada “Ningún lugar está lejos” de Juan Carlos Andrada, en la edición del 16 de Septiembre de 2010 en La Unión.

Me atrevo a contestar esta nota ya que es habitual en usted hacer estas incoherencias. No sé si usted no conoce Andalgalá y habla como muchos capitalinos. Por sus nefastas ideas que pasan por su mente.

Le voy a contestar punto por punto a sus incoherencias.
Punto uno: El gobierno actual (Frente Cívico y Social) nunca atendió a los reclamos del oeste y mucho menos de Andalgalá. Porque es sabido que si esta ciudad llega a ser el emporio de producción o por lo menos como hace 40 años hasta la Virgen se va a querer radicar en la Perla del Oeste.
No conozco al Gobernador (tengo 65 años); mucho menos a su equipo, nunca llegaron a esta bendita tierra que produce grandes riquezas, para el enjambre de empleados públicos de Catamarca Capital, para el país y el mundo, pero, sus malos manejos hacen que de esas riquezas nada quede para Andalgalá.

Punto dos: De la búsqueda permanente de acuerdos políticos y sociales, como así también el cuidado del medio ambiente que Usted habla; jamás nadie se ocupó de esto. A la Secretaría de Minería, Ambiente y Agua que es a quien corresponde, sólo les interesa llenar la billetera de algunos empresarios y/o funcionarios. Del Senador Scaltritti y la Diputada Acevedo representantes de Andalgalá, todo bien gracias, la verdad es que ya no me acuerdo de su cara, todas las promesas flotan en el aire.

Punto tres: Los ambientalistas que Usted dice son una policía ciudadana; sólo están tratando de proteger lo que el gobierno entrega a la deriva y sin ningún proyecto para Andalgalá (debo mencionarle que no soy antiminero, tampoco justifico algunas cosas). Pero tampoco estoy de acuerdo con la minería que se está haciendo (Alumbrera) ni tampoco con la que se quiere hacer (Agua Rica).

Punto cuatro: Con respecto a las empresas mineras que Usted habla que se las quiere echar no es verdad, queremos que algo quede en esta hermosa tierra y no como lo hacen las multinacionales capitalistas que vienen por todo (¿qué dejó Alumbrera?) y ya pronto se va. Quisiera que me señale sólo un emprendimiento agropecuario e industrial, ¡no hay nadal. Solo vemos pasar el ducto llevando las riquezas más grandes del país, para que vivan muy bien unos cuantos en Catamarca Capital, Buenos Aires y el mundo, y los andalgalenses aplaudiendo de frío y pobreza.

Con respecto a los bancos son un mal necesario que manejan los dineros dejando algo o mucho. Con respecto a la Coca Cola que usted menciona, dejan muchas, cuidan el ambiente y si no lo cree por favor visite la planta embotelladora y también la de tratamiento de agua, son un ejemplo.
Punto cinco: Sepa Usted que en Andalgalá un 75 % no está con este tipo de minería, no son sólo 100 a 500 ó 1.000 como usted menciona y no son antimineros, quieren otro tipo de minería (que deje algo).

Punto seis: Con respecto a los bolsillos llenos de piedra, Usted está confundido, son otras las personas las que los llenan, llámele empresas, funcionarios y otros, los que llenan los bolsillos pero de billetes verdes, sin
importarle lo que ¡no! quede en Andalgalá.

Punto siete: Usted habla y pone de ejemplo a Chile, por su gran minería o quizás por sus muchos adelantos. Pero veo que Usted no conoce más allá del Fariñango o el Río Ongolí. San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro y el resto de la Patagonia, tienen más obreros chilenos que argentinos, ¿será porque en Chile viven mejor con su minería? Por favor señor, estudie y reflexione por qué estos chilenos están en nuestro país y, para su mayor ilustración en Chile los mineros dejan el 51 % para su país. ¿Por qué no sucede esto en Argentina?.

Punto ocho: Habla Usted de que Dios es argentino y no nos va a abandonar en la pobreza.
La pobreza que Usted menciona la crea el gobierno y en especial en Catamarca con los 20 años del Frente Cívico y Social.

Punto nueve: Señor Andrada, en lo único que estoy de acuerdo con Usted, es cuando habla de la población, el sector privado, una correlación, una reciprocidad y lo más importante, una refundación de la sociedad anclada de tener hasta aquí temas no tratados; como el trabajo, el medio ambiente y lo más importante el gran proyecto agropecuario e industrial, esto nos puede dar libertad económica en especial al asalariado y así poder hablar con libertad, sin un bozal.

Sin esto la minería en Andalgalá no nos sirve y si no es así, la dejemos ahí nomás dormida, hasta que vengan nuevos políticos que piensen con la cabeza y no con el bolsillo.

Por último le comento que esta minería, el gran cambio que ha hecho es quebrar la paz social, la división familiar. Vivíamos muy bien antes, cuando no existían estos temas y éramos los proveedores de frutas de todo el noroeste argentino (Tucumán, Salta, Jujuy).

Le repito, la gran minería y sin un gran proyecto agropecuario no nos sirve y si no saben cómo hacerlo, vengan por la Perla, acá tenemos técnicos y estamos preparados para enseñarles.-

Carlos A. Moreno
Agrónomo
D.N.l. N° 6.967.658
Andalgalá

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Nota "Ningún lugar esta lejos"
Por reenvio - Friday, Oct. 15, 2010 at 2:52 PM

Si no podemos establecer una relación armónica entre los hombres, ¿cómo lo conseguiremos entre la sociedad y la naturaleza?
Más allá de la búsqueda permanente de un acuerdo político y social en Andalgalá, es necesario recordar que al tema del medio ambiente debemos pensarlo en el ámbito y la competencia que corresponde, es decir, la Secretaría de Minería de la provincia.
La necesidad de lograr mayor participación comunitaria, no debe confundirse con la autoconstrucción que hizo un grupo de ambientalistas, que imagina ser una especie de “policía ciudadana”, y que ordinariamente en su comportamiento excede el tema exclusivamente ambiental.
Hoy están decididos a ir por las mineras y a echarlas -según dicen- porque contaminan. Mañana, ¿Van a ir por la industria del plástico, la goma o el cuero, por el uso del cianuro? O tal vez, se les ocurra ir en contra del sistema capitalista, y entonces ¿le van a dar 30 días para que se vayan los bancos? O quizás, por estar en contra de la globalización, con sus productos y lugares idénticos en todo el mundo, prohíban la instalación de los shoopings en la provincia e incluso tomar Coca Cola en nombre de la regionalización y las raíces. La fundamentación, en todos los casos, es la misma.
De manera que no caben dudas de que los conceptos están alterados. En realidad dados vueltas. Que sepamos, no ha cambiado de manos la administración de la justicia ni tampoco se puede pensar el medio ambiente obviando los organismos de control y aplicación de la normativa.
Sofocada la institucionalidad de la Justicia, estos grupos pretenden asumir el rol de custodio de los derechos del ciudadano común, desafiando a las pedradas a los otros poderes instituidos (el Ejecutivo y el Legislativo).
Pero lo cierto es que ningún ciudadano ni grupo de personas tienen la potestad de dar 30, 60 ó 90 días para que una empresa -cualquiera fuera- se vaya de la provincia y, peor aún de escandaloso desde el punto de visto institucional, teniendo en vilo a toda una sociedad. Aunque sean 100, 500, ó 1.000 los habitantes que no están de acuerdo con una actividad, sea minera u otra cualquiera.
La única forma de canalizar reclamos o inquietudes sociales sobre temas ambientales, o la pertinencia o no de la instalación de una empresa minera, es a través de la autoridad de aplicación, es decir la secretaría de Minería de la provincia.
No hay otro camino. Es eso o, caso contrario, rondar con el torso desnudo, las empresas y las instituciones, con los bolsillos llenos de piedras para caminar por fuera de la normativa vigente, y esperando ser contenidos por las fuerzas de seguridad bajo riesgo de repetir otro 15 de febrero. Situación que nadie quiere. ¿Verdad?
Entonces, alcanzar un acuerdo político – social, que sí necesita incluir a todas las partes, requiere además redefinir conceptos que se han visto trastocados por la obsesión de grupos antimineros.

Dejar de mirarnos el ombligo
Esa es otra cosa que deberíamos hacer: “desideologizarnos”. Hay que dejar de mirarnos el ombligo y considerar que mientras nosotros estamos guiados fuertemente por la ideología y obsesionados con la historia, los asiáticos (China o la India) se guían por el pragmatismo y están más bien obsesionados con el futuro. Tendríamos que copiar aunque sea un poco de ese pragmatismo y de esa obsesión.
Y ya que estamos... China, la India, Irlanda e incluso Chile, miraron con atención qué estaban haciendo otros países exitosos y comenzaron a reducir la pobreza dramáticamente desde el momento en que se insertaron en la economía global, abrieron sus economías y apostaron a volverse más competitivos. No olvidemos además que la Argentina creció en los últimos años gracias al incremento de las materias primas y las exportaciones.
Hay estudiosos en el mundo que dicen que en 30 años el litio va a ser prácticamente como hoy el petróleo y en el norte de Argentina y en particular en Catamarca, tenemos grandes reservas, al igual que en Bolivia y en el norte de Chile. Ya hay empresas de todas partes del mundo que están viniendo a nuestro país y nuestra provincia para estudiar el tema e invertir.
En otras palabras, entre la población y el sector privado se debe generar una correlación, una reciprocidad tal, que pueda darse una nueva “refundación” de la sociedad, pero anclada ahora en temas hasta aquí no convenientemente abordados, como el trabajo y el medio ambiente.
Lo digo de otra forma, e integrando la anterior mirada al mundo, mientras los países desarrollados se ponen de acuerdo sobre cuáles serán las diez carreras universitarias más importantes para las próximas décadas y, a partir de ahí, asignarles los recursos para el futuro, aquí un grupo de ambientalistas se oponen a que las Universidades reciban fondos porque ideológicamente están en contra de la actividad minera. ¿Se nota la diferencia?
Pensar es “pensarse con otros”, si no, es autismo. La tarea de una refundación social sobre la base de una convivencia pacífica exige una clara comprensión de cómo puede encauzarse este objetivo. No podemos seguir confiados en la creencia de que Dios es argentino, y que no nos va a abandonar en la pobreza.
Aún ante una justicia lenta, tenemos que poder convivir. Como escribe Richard Bach en su libro, para los seres con imaginación, “Ningún lugar está lejos”. A no ser que la imaginación esté escaseando o que la concibamos como la loca de la casa.

Juan Carlos Andrada Diario La Unión 16 de septiembre 2010

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