Julio López
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revolución sensorialista
Por orko - Tuesday, Oct. 26, 2010 at 11:17 PM

...conceptos básicos del sensorialismo...

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Revolución Sensorialista

“No se puede oponer al realismo socialista 'la libertad', porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva; (...). Las probabilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión”
Ernesto Guevara

Surgido como una airada protesta contra el conceptual-tecnicismo académico y contra la frivolidad mercantilista del mundo de curadores, críticos y artistas cortesanos; el efímero experimento sensorialista reuniría en su naif lirismo a una suerte de romanticismo-existencial junto a un existencialismo-nihilista. Surrealismo y realismo-escéptico. Romanticismo-amoroso, populismo y criticismo de tendencia. Su actitud compositiva no pretendía constituirse en una estética nueva, o un nuevo arte. Es decir, el fugaz episodio sensorialista no procuraba aportar a la escena cordobesa ni una nueva espiritualidad, ni una novedad técnica (si éstas aparecían, tanto mejor). Sólo un estado de ánimo iconoclasta les aglutinaba. El movimiento sensorialista no se proponía producir una nueva (super)estructura de sentimientos, sino, en todo caso, subvertir las posmodernidades realmente existentes.


En sus adolescentes primeros pasos, el movimiento sensorialista manifestaba un formato “primitivo” de crítica a la moralidad y a la insensibilidad de un mundo aburguesado. Sus expresiones objetivas pretendían conmover a un público por demás diverso, y para lo cual se podrían utilizar cualquier tipo de obras, técnicas y acciones. Para el sensorialismo, el problema era el de la sensibilidad, o las pasiones sensitivas. El movimiento pretendía despertar los sentidos prácticos, alterar la apropiación traficante y consumista del mundo, a la vez que generar o participar de actos-espacios políticos de realización no profesional de la actividad artística. Su temática general era la de la “alienación de los sentidos” y, por tanto, la critica renovada al “fetichismo de la mercancía”. Así planteado, el sensorialismo no podía sino devenir político. En tal sentido, el sensibilismo expresionista y el “automatismo psíquico” pronto se irían subsumiendo en la perspectiva de “crear situaciones”. En Debord se sintetizarían Rimbaud y Breton.


A partir de tales certezas, el movimiento sensorialista se intuyo como un improvisado movimiento político-cultural que pretendía lograr que “el arte” se desarrollase como una actividad materialista-subjetiva desplegada sobre la objetividad sensorial; “como actividad humana sensorial, práctica (...) la actividad real, sensorial, en cuanto tal”. Como praxis. La estética sensorialista -si es que algo así pudiera existir-, debía ser necesariamente crítica, limitándose a hundir a su “público” en la imbecilidad unilateralista del “sentido del tener”, para lograr su vergüenza y despertar, por tanto, su práctico sentimiento de indignación. De acuerdo a este horizonte, la poesía sensorial no podría ser nunca una mera creación de un grupo de poetas, pues en tanto la intensa sensibilidad de una “existencia artística”, sólo podría conquistarse praxicamente, en la lucha social por “la abolición positiva de la propiedad privada”.


No por afán de novedad, sino por la necesidad de actualidad, presentimos la urgencia de una producción teórica propia (nuestro espíritu vanguardista vivía atrapado entre el siglo XIX y XX). La crítica a la alienación de los sentidos no podía realizarse ya como la impugnación romántica del moderno “sensualismo abstracto” y su codicioso afán de atesoramiento cósico, ni como una revuelta directamente experimentada contra la “sociedad del espectáculo”. La posmodernidad es la época de la “glotonería estético-política” del capitalismo, y el sensacionalismo es la gran (super)estructura de sentimientos de ésta época posmoderna. En éste momento, los artistas han pasado de “servidores asalariados” de la burguesía, a ser “trabajadores directamente productivos” al servicio del capital. En un mundo posmoderno, la riqueza social aparece como una inmensa producción de mercancías lúdico-culturales; más como experiencias que como bienes. El comercial despliegue de tales experiencias hoy tiene más que ver con la simulación que con la representación. Durante el sensacionalismo, el sujeto sensible, más que el objeto sensible es lo que define a la producción del público. A diferencia de épocas más clásicas, la actual producción cultural pretende aturdir las pasiones más que tranquilizarlas. El sensacionalismo, así las cosas, combina una velocidad cada vez mayor en la circulación mercantil de las experiencias lúdico-culturales con un consumo cada vez más caprichoso de las mismas. El sensacionalismo es el vértigo espiritual de los “cuerpos sin órganos”, el sensorialismo se intuye la apropiación de nuestra corporalidad inorgánica. El sensacionalismo se sabe la forma siempre desbordando al contenido, el sensorialismo se intuye como el contenido siempre desbordando a la forma.


Así dispuestos, debíamos comenzar por reconocer “el carácter pasado del arte” en tanto potencia revolucionaria. Cuando Maiakovski decía que había que abandonar a los clásicos, Debord parecía decir que había que abandonar las formas clásicas de arte; si el uno proponía abandonar la academia, el otro procuraba abandonar la institución arte. Maiakovski parecía querer llevar las máquinas al arte, Debord el arte a las máquinas. Los sensorialistas, por nuestra parte, fuimos aprendiendo que tales estrategias eran ya insuficientes para hacer del arte nuestra forma intensa de trato social, la fuente de inspiración de nuestros particulares sistemas de vida, en suma; para conquistarnos una “existencia artística”. De lo que se trataba, sencillamente, era de contribuir culturalmente a la lucha social por la abolición del trabajo. Nuestra militancia debía inscribir en sus banderas: “El poeta ha muerto, ¡viva la poesía!”.


Una revolución cultural sin dudas era lo que nos proponíamos, pero como “programa de transición”, no como un gran “acontecimiento” que se agotase en sí mismo. Y sin embargo, nuestros “condiciones de existencia” eran demasiado modestas, teníamos que iniciar subvirtiendo la escena cordobesa, hegemonizada como esta(ba) por las tendencias pedagógico-denunciativas de los artistas progres e izquierdistas. Tuvimos que concentrar nuestras acciones en criticar su fetichismo de la libertad de culto y los derechos de la “mercancía autoconsciente”. Pero no supimos apoyarnos en lo genuino del “arte popular”, que sin ser profesional ni“de masas”, deviene social por su “fin en sí”.

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interpelaciones
Por Movimiento Sensorialista - Wednesday, Oct. 27, 2010 at 9:53 AM

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Interpelaciones

la estética
ética est
Roberto J. Santoro


“¡Hagamos realismo, seamos imposibles!...”

“Soberanía de la razón e imaginación al poder. Lemas del despotismo ilustrado...”

“Vivir y dejar vivir no es una alternativa...”

“La falta de poder corrompe...”

“¡Cuidado!; la policía moral se esconde en los DDHH...”

“Generación, tras generación; resistencia y autoeducación. ¡Proletarios de todos los países, uníos!...”

“Nuestra época no debe ejecutar perfomances poéticas, sino volver praxica la poesía...”

“La eterna acrobacia del burócrata se merece un accidente...”

“¡Seamos egoístas, destruyamos la jaula de la libertad individual!...”

“¿Valdrá la pena asfixiarse con un tenedor sin dientes?...”

“El machismo es la vía inerte del patriarcalismo...”

“La duda es el camino más indudable al conocimiento. La repetición es el pozo ciego de la fe...”

“La intelectualidad es el opio de los progres...”

“¡Preocupémonos tan sólo de ser praxicos en la poesía!...”

“Es mejor una muerte trágica, que una vida de terror...”

“La clase es el monologo que acaba en el examen...”

“Plagiar o citar ¿Qué más da?. Lo que importa es el uso...”

“El proletariado no ha muerto, sólo duerme. ¡Ay, si vuelve a soñar despierto!...”

“El libre pensamiento es la libertad de dogmas. El libre pensador un dogmático ecléctico...”

“¡Cierren sus ojos-idiotas! y verán el horror de contemplar...”

“Trabajadores, ¡exijan respeto!, así comienza vuestra emancipación...”

“La principal tarea de un intelectual, es abolirse a sí mismo...”

“Liberalización sexual, la alienación libidinal...”

“Todo lo anteriormente representado, ahora es simulación...”

“El pensamiento crítico es pura ideología. La ideología es la mentira en acción...”

“La santidad es la vida aterrorizada, la sabiduría una práctica de libertad...”

“¡Basta de paseo, queremos de la vida una odisea!...”

“Liberación femenina; la prostitución universal de las mujeres...”

“La tradición es una traducción traicionada...”

“La información es el lenguaje de los incomunicados...”

“El goce posmoderno…, un arreglo entre droguerías...”

“No hay nada más parecido a una feminista de derecha, que un machista de izquierda...”

“Medicar la entera vida, ¡he ahí la muerte viva!...”

“¡Todos son el mal gobierno!...”

“El mayor peligro de una experiencia, es que se vuelva tradición...”

“El ocio es sensacional, ¡viva el aburrimiento!...”

“El mercado nuestro Tótem, la política nuestro Tabú...”

“¡Escupamos sobre todo moralista!, en cada uno de sus deberes se esconde la falta de ética…”

“Moloch; sospecho que eres un negrero multiculturalista...”

“No nos interesa la libertad de expresión, ¡deseamos la libertad de producirnos!...”

“Un género; múltiple, diverso...”

“El sensacionalismo es el capricho de lxs filistexs...”

“Dios ha vuelto, ¡y nosotros le hemos resucitado!...”

“Interpretarnos no, criticarnos, si...”

“Posmodernidad, o la glotonería estético-política del capitalismo...”

“La burguesía domina mordiéndose la cola...”

“Mammon: Dios de la trata...”

“Mujeres, ¡abolid la feminidad!...”

“No deseamos una sensación de vida, sino una vital sensorialidad...”

“¡La abolición del arte por la revolución y la realización del arte para revolucionar la vida; he ahí lo que queremos!...”

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