Julio López
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La cuestión de Palestina 63 años después
Por Cesar A. Salomon - Sunday, Oct. 31, 2010 at 3:58 AM
cesarabdel@gmail.com (39)3894985431 Milano Italia

LA CUESTION DE PALESTINA Y LAS NACIONES UNIDAS

LA CUESTIÓN DE PALESTINA 63 ANOS DESPUÉS
DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO (29 DE NOVIEMBRE)

Según los antecedentes históricos, en 1977, la Asamblea General pidió la observancia anual del 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (resolución 32/40 B). Ese había sido el día, en 1947, en que la Asamblea había aprobado la resolución sobre la participación de Palestina (resolución 181 (II)).
El 1° de diciembre de 2000, la Asamblea tomó nota de las medidas que habían adoptado los Estados Miembros para observar el Día de Solidaridad y les pidió que siguieran dando la mayor publicidad posible a esa celebración (resolución 55/53).

El 1° de diciembre de 2000 y tras reafirmar que las Naciones Unidas tenían una responsabilidad permanente con respecto a la cuestión de Palestina hasta que la cuestión se resolviera en todos sus aspectos en forma satisfactoria y de conformidad con la legitimidad internacional, la Asamblea General autorizó al Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino a que siguiera haciendo todo lo posible por promover el ejercicio de esos derechos, a que modificara su programa de trabajo cuando lo considerase apropiado y necesario teniendo en cuenta los acontecimientos, y a que hiciera especial hincapié en la necesidad de movilizar el apoyo y la asistencia al pueblo palestino (resolución 55/52). Se pidió al Comité que siguiera ofreciendo su cooperación y apoyo a las organizaciones no gubernamentales palestinas y otras organizaciones no gubernamentales con el fin de movilizar el apoyo internacional para el logro por el pueblo palestino de sus derechos inalienables y para el arreglo pacífico de la solución de Palestina.

El 29 de noviembre nos recuerda que los refugiados de Palestina cumplen 63 años de asombrosa resistencia, de vidas llenas de sufrimiento, anhelos y de sueños sesgados., muchos ha muerto en la larga espera, y sus descendientes aun anhelan volver.
Hoy, hace 63 años que la ONU aprobó la Resolución 181, por la que dividía el territorio de la histórica Palestina, concediendo el 52% de la tierra para la creación de un futuro estado judío y el 46% para la creación de un futuro estado árabe, dejando Jerusalén como corpus separatum, bajo control internacional.

Desde la aprobación de dicha resolución conocida como plan de partición, los judíos sionistas, sintiéndose respaldados por la legalidad internacional, comenzaron a llevar a cabo la limpieza étnica del pueblo palestino
El miércoles 10 de marzo de 1948, 11 hombres, liderados por David Ben Gurion, se reunían en la llamada “casa roja”, sede del sindicato sionista, sito en Tel Aviv. De esta reunión salieron las estrategias para expulsar a un millón de palestinos y palestinas de sus tierras y el diseño de un mapa de Israel con el 80% del territorio de la histórica palestina.
El 14 de mayo de 1948 el movimiento sionista declara de forma unilateral la creación del estado de Israel.

Y, efectivamente, 15 meses después de la aprobación del plan de partición, 800.000 palestinos y palestinas fueron expulsados de sus tierras, de sus casas, y convertidos en refugiados. 417 aldeas y pueblos fueron total o parcialmente destruidos de un total de 550 existentes e Israel se apodero del 78% de la tierra de Palestina. Dándose inicio del Plan de Limpieza Étnica por parte de Israel contra el Pueblo Palestino.
En 15 meses se llevó a cabo el primer sangriento, cruel y brutal capítulo de limpieza étnica del pueblo palestino llevada a cabo por el estado de Israel.
Un estado creado sobre unas bases etnicistas, confesionales, excluyentes y racistas.

Hoy en día, Israel continúa con su política de limpieza étnica del pueblo palestino.
Aplicando políticas de asfixia física, social y económica sobre la población palestina. Tanto sobre el millón trescientos mil árabes musulmanes y cristianos que viven dentro de Israel, como sobre los tres millones seiscientos mil de Cisjordania y Gaza.

Las estrategias para llevar a cabo esta política de asfixia son varias : Impedir su libertad de movimientos, prohibir las reunificaciones familiares, retener el dinero arancelario de los productos palestinos, construir muros con los que encerrar a la población palestina en cárceles a cielo abierto, guetos sin posibilidad de subsistencia, llevar a cabo detenciones indiscriminadas, encerrar a parte del gobierno democráticamente elegido, bombardear sus escasas infraestructuras, aterrorizar a la población con sus incursiones nocturnas, diurnas, sorpresivas, brutales, asesinar “selectivamente” a líderes comunitarios e “indiferentemente” al resto de la población ya sean hombres, mujeres, ancianos, o niños.
Y todo ello, con total impunidad.

Estos son suficientes motivos por los que debemos solidarizarnos con el pueblo palestino, así como para que la comunidad internacional empiece a tomar medidas.

Cito algunos ejemplos de escalofriantes datos sobre la población infantil en Palestina:
Entre el 2003 y el 2008 han muerto más de 50 mil niños palestinos por desnutrición, enfermedades evitables y asesinados en los Territorios Ocupados.
Los niños representan más de la mitad de los cuatro millones de palestinos en territorio ocupado.

El 70 por ciento de los menores de nueve meses padecen anemia en Gaza.
10 mil niños mueren cada año, la mayoría debido a enfermedades prevenibles y a la deficiente atención dada a los recién nacidos.
La adquisición de servicios sanitarios es difícil y en algunos casos inalcanzables, por el alto costo de los tratamientos y fundamentalmente por los cierres fronterizos y las restricciones de acceso que mantiene el Ejército israelí en los territorios ocupados palestinos.
Según Naciones Unidas “a algunos niños detenidos se le practican palizas y torturas psicológicas, incluidas amenazas de violencia sexual”.
Entre octubre de 2006 y agosto de 2007, un total de 106 niños murieron en territorio palestino ocupado, el 58% a manos de las Fuerzas de Defensa Israelí.

Para el 2007, entre enero y septiembre, un total de 38 niños fueron asesinados y 209 resultaron heridos como consecuencia directa de la acción del ejército israelí.
Las fuerzas de seguridad israelíes obligan a civiles, con frecuencia niños, a entrar en posibles zonas de conflicto antes que los soldados para limitar así el posible número de bajas entre el ejército.
Ahora, esperamos por el bien del proceso de negociación que se decida por la paz y no por las colonias. Ambos no son compatibles.

Esperamos un acuerdo que garantice paz y seguridad para todos, la creación de un Estado palestino libre y soberano, con Jerusalén Oriental como capital y reconocer el derecho de los refugiados. Todo ello está basado en un concepto clave: libertad
Los Palestinos, nunca hemos estado en contra de negociar. Somos la parte más interesada en hacerlo ya que estamos bajo ocupación y queremos recuperar nuestra libertad.

Debe tenerse presente que las negociaciones no son un fin sino un medio. Lo que buscamos es la libertad del pueblo palestino.
El Presidente Palestino Mahmud Abbas dijo : ‟ que de no ser posible reanudar las negociaciones de paz con Israel, pedirá a Estados Unidos o a las Naciones Unidas el reconocimiento del Estado Palestino en los territorios de la Ribera Occidental del Río Jordán, en las líneas del armisticio hasta 1967 ” .

Otra de las posibilidades existentes es solicitar del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que tome control de los territorios ocupados por Israel.
No queremos que se cumpla aquel vaticinio de Golda Meir: ‟Los viejos morirán y los jóvenes olvidaran”
Una vez más, debemos reconocer el esfuerzo de las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional por lograr una Paz Justa y duradera en Palestina con una capital en Jerusalén Oriental.

Israel tiene una especie de carta blanca como ningún otro país en el mundo. Si los rusos hubieran tratado a los judíos como Israel trata a los palestinos quizá los habríamos atacado con bombas atómicas. A Israel se le permite que trate a los palestinos como no se le permitiría a nadie”.

Tenemos que recordar que “En 1941 aquel Isaac Shamir, entonces Primer Ministro de Israel, hizo una proposición a los nazis, no por conveniencia sino como fruto de un acuerdo, y les ofreció convertirse en un puesto avanzado del Tercer Reich en Oriente Medio. El escritor satírico israelí B. Michael, al repasar la lista de los monstruos que han contado con el apoyo entusiasta de Israel, se preguntaba dónde estaba la diferencia, a fin de cuentas, entre apoyar a esos individuos y apoyar a Sadam Hussein…” El, que ya en 1948 recomendaba: “Debemos hacer todo lo posible para asegurar que los palestinos nunca regresen”. Y a sus amigos sionistas: “Ellos nunca podrán regresar a sus hogares. Los viejos morirán y los jóvenes van a olvidar. Y basta.” El jefe Heilbrun del Comité para la Reelección General Shlomo Lahat, octubre de 1983: “¡Tenemos que matar a todos los palestinos, a menos que ellos se resignen a vivir aquí como lo que deben ser: esclavos!”
Nuevamente las Conversaciones de Paz son el tema del día, esperamos que esta vez exista la buena voluntad para lograrlo.

Cesar A. Salomón
Ex Presidente de la Federación Palestina del Perú
Senador Parlamento Mundial de los Estados para La Seguridad y la Paz

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60 años israelíes
Por (reenvio) Luis E. Sabini Fernandez - Sunday, Oct. 31, 2010 at 2:27 PM

En el Luna Park se produjo el pasado 7 de mayo un acto de grandes proporciones. El Estado de Israel tiraba la casa por la ventana. 60 años no se cumplen todos los dìas. Un gran operativo de tránsito y de control.

Fácilmente comprensibles. El de tránsito a cargo de la policía y el de control, combinado de la policía con la seguridad propia de los organizadores, aunque no estuviera del todo claro quiénes eran los organizadores.

Había estado un rato antes, en el acto de recordación que palestinos y árabes habían realizado conmemorando precisamente los 60 años de la tragedia que denominan Nakhba. La Catástrofe. Allí, en Corrientes y Florida, centenares de palestinos y afines reunidos hablaban con dolor y rabia del avasallamiento y el despojo, y sobre todo el silencio cómplice de “el mundo” ante hechos que, realizados por cualquier otro estado que no fuera Israel habría levantado montañas de indignación. Salvo que los hubiera hecho EE.UU.: los comportamientos de estos dos estado resultan cada vez más indiscernibles.

Me acerco hasta las barreras del Luna, muestro mi carnet de periodista y cordialmente me señalan que no puedo entrar por ese control, que vaya a Alem. Voy a Alem y me señalan que no es en ésa la esquina para la prensa, que me corra hasta Lavalle. Allí me preguntan a la vez guardias israelíes y policías federales qué busco. Otra vez el carnet y ahora me derivan a un cuarto control, en Alem y Tucumán. Allí muestro el carnet, me piden un documento de identidad, los cotejan lenta y cuidadosamente, me piden revisar la mochila, lo hacen bolsillo por bolsillo. Finalmente paso, guardo toda la documentación porque creo estar ya dentro del vedado, pero hay otra valla, otro control, otro grupo ahora sólo de civiles.
Vuelven las preguntas. Fue un interrogatorio duro. Como se trata al “enemigo”. Como la policía trata al que ya “sabe” que es delincuente. Como hacían los nazis con los que no pertenecían… a la raza. Como se mira al que es de otra especie, de otro bando, de otro mundo.
Con una desconfianza radical. Otra vez me pidieron las credenciales y la identificación y como yo andaba buscándolas porque ya las había guardado, el que llevaba la voz cantante medio quiso apurarme diciendo que las mostrara de una vez y tuve que explicarle que justo me las habían pedido cien metros atrás, que las había guardado y no me acordaba dónde…

Se las di, me revisaron ocularmente una vez más el bolso, preguntando qué contenía. Poniendo los ojos chiquitos como hacen los “malos” en una policial yanqui clase B y echándose hacia atrás, el fulano que retenía mis documentos me quiso ir sonsacando: –¿periodista de qué, de dónde, de qué medio? –¿cómo se enteró?, –¿pertenece a la comunidad?, –¿estuvo en algún otro acto?, –¿estuvo antes en actos de la comunidad? Luego del ametrallamiento de preguntas, llamó a un veterano del MOSSAD y le dijo: “–tomá nota de sus datos” y le extendió mis credenciales y la cédula de identidad. El fulano, que apenas hablaba castellano, apuntó deletreando trabajosamente mi nombre y apellido y el domicilio y finalmente me devolvió los documentos que había estado observando del derecho y del revés.
Una sensación nauseosa. De que estos tipos están absolutamente separados de lo que no son ellos mismos. El abismo se siente. Lastima el maltrato.

Un transeúnte, intrigado por el paso cortado le había preguntado, en los vallados de Alem, a un guarda, mientras yo esperaba dictamen en uno de mis tantos puestos de control: -¿qué pasa, por qué no se puede cruzar? “Hay un acto por la paz”, le contestó el joven sionista.
Cuando llegué al edificio propiamente dicho, le pregunté a una chica dónde conseguir el programa que tenía en su mano. Me dijo que lo conseguían sólo quienes tienen asiento reservado pero que uno se apiadó con ella y por eso lo consiguió. Está en hebreo y castellano. Le pregunté a la joven que significa lo que parece ser el título: “60 años de la independencia”, me dijo. Y me acordé de “la paz” con que el guarda había titulado el mismo acontecimiento. El oportunismo enmascara la realidad con diversos disfraces.

Es para tener en cuenta la adicción por la paz de los imperios; la Pax Romana, la Pax Britannica, la Pax American. Si vis pacem para bellum. Un viejo y conocido latinajo: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Pero se le podría agregar con justicia una enmienda: “Si quieres o vives de la guerra, invoca la paz”.
La denominación “sesenta años de independencia” también tiene sus bemoles. En todo caso, una mezcla sui generis de independencia y conquista. Israel no es como Ghana, Irak o Paraguay; una colonia que se independizara. En todo caso, procurando la mayor neutralidad, “fundación del estado israelí”. Y si habláramos con cierta continuidad histórica, se podría recordar en el 2008 los 91 años del Hogar Judío que el colonialismo británico le otorgó a algunos judíos prominentes como “derecho” para establecerse en Palestina/Israel.
La conmemoración no se refiere a la convención de la ONU de 1947 mediante la cual se decidió, sin tomar para nada en cuenta el parecer de sus pobladores árabes palestinos (la mayoría), la partición de Palestina (56% para Israel, 43 % para Palestina, 1% para Jerusalén internacionalizado). Recuerda en cambio, la derrota de los ejércitos árabes que no habían aceptado la formación del estado israelí. Mucho más ventajoso ese momento, porque con esa guerra, el territorio israelí pasó del 56% inicial al 78%. Por eso entiendo que es un mezcla de independencia y conquista. Y por eso, la autocalificación de algunos grupos sionistas “de izquierda”, como “movimiento de liberación nacional” confunde los hechos: no hubo una población judía colonizada que luchara por su independencia. Las atrocidades nazis contra los judíos dieron una justificación psicológica al sueño sionista, porque entre judíos perseguidos hubo quienes nucleados en el sionismo, optaron por establecerse en tierra ajena, con el fundamento bíblico e histórico de que en algún momento había sido tierra propia (pero el interregno había sido milenario, con lo cual todo se complica; ya no se trata de recuperar un territorio usurpado mediante la reconquista contra quienes los habían despojado). En realidad, allí vivían otros despojados que tuvieron que sufrir las consecuencias de una guerra librada entre Israel y algunas jefaturas árabes luego de haber sido arrancados de su tierra ancestral.

Todo de blanco. El color de la pureza. El color dominante en el acto. El blanco. La blancura. No pude menos que recordar el culto a la luminosidad de los nazis en la década de los ’30. Ellos también encarnaban algo puro. Es decir, la simbología nazi postulaba la belleza, la salud, en aquellos desfiles de hombres y mujeres vestidos de blanco, gimnastas. Los que aparecen en las documentales de L. Riefenstahl. Que no eran sino la contracara y la fachada de un proyecto político superautoritario, que hacía un uso intensísimo de la oscuridad en mazmorras para doblegar y eliminar lo disidente.
Las banderas celestes y blancas. Como estaban recogidas no pude ver si eran argentinas o israelíes. Tal vez aquellas con asta terminada en chuza fueran argentinas y las terminadas con la Estrella de David, israelíes, pero no pude saberlo.

No me quedé a toda la celebración. Desde mi muy periférica ubicación apenas si oía. Escuché, con mucha dificultad, al primer orador, un veterano que repasó la etapa “heroica” del establecimiento sionista, la vida esforzada y espartana. Su mirada, como la de todo colonialismo, ignoraba radicalmente lo que estaba antes, los que estaban de antes, los transferidos, los avasallados, los matados. Pero ¿cómo hacer un mundo sin “el otro”? diría Martin Buber…
Es patético el esfuerzo de la pureza, el endiosamiento de algunas entidades. Siempre pienso en una observación de Blas Pascal, transmitida por uno de mis inolvidables profesores, Mario Sambarino: “El hombre es mitad ángel, mitad bestia. Y cada vez que procura transformarse totalmente en ángel, se convierte totalmente en bestia.”
Indudablemente, el socialismo fue un intento de transformarnos en ángeles, implantando el paraíso en la Tierra. El socialismo nacional, mal traducido como nacional-socialismo, y simplificado como nazismo, también. Por cierto este atroz mecanismo mental no comenzó con el socialismo. También EE.UU. se forjó como tierra de salvación, tierra única, utopía del mundo nuevo, que arrancó proclamando la igualdad absoluta en el género humano mediante la abolición de los títulos nobiliarios mientras negaba ciudadanía y derechos a los nativoamericanos 1 porque no estaban integrados a la “Unión”, “no pagaban impuestos”. Y negaban esa tan proclamada igualdad también a los afros transportados a la fuerza y en condición de esclavos a la “Unión”. ¿De qué “género humano” hablaban?
La América “Latina” es otra cadena de humanidades excluidas, y el sionismo otro trágico eslabón en ese cadena de atrocidades. De establecimientos puros, de “focos de civilización” contra la barbarie. Recordemos las escalofriantes palabras del mismísimo fundador del sionismo, Theodor Herzl: “Para Europa formaríamos allí [en Palestina] parte integrante del baluarte contra el Asia: constituiríamos la vanguardia de la cultura contra la barbarie.” El pensamiento motriz del colonialismo: la justificación de toda apropiación, de todo avasallamiento, de todo asesinato en la lucha de la civilización contra “la barbarie”. Un Sarmiento redivivo.

La pregunta que me queda retumbando es: ¿por qué se separan tanto de lo demás, es decir de los demás? ¿Cómo pueden sentirse tan ajenos al resto de humanidad? ¿Por qué todo lo demás tiene que ser (y ser tratado como) enemigo? Entiendo perfectamente el mecanismo de defensa por las atrocidades ejercidas por el antisemitismo. Entiendo perfectamente una “neurosis de destino” con lo vivido a manos del nazismo y antes, a manos de tantas autocracias como el zarismo. Entiendo incluso una actitud de mucha desconfianza por los atroces y asesinos atentados habidos en Argentina, en la embajada israelí y en la AMIA. Con mi escasez de conocimiento, las considero de los peores atentatos contra las colectividades judías después de 1945 en el mundo entero. En Europa, por ejemplo, desde 1945 se ha debilitado mucho ese vénero antisemita, subsiste pero como fenómeno residual. En las zonas privilegiadas del planeta, al menos las occidentales, han ido creciendo, en cambio, otros racismos generadores de otros “anti”: un antiarabismo, por ejemplo, el ya clásico y siempre usable racismo contra los afro-negros y un antiislamismo más racial que religioso (aunque también religioso).
Pero en Occidente, el antisemitismo está en franco retroceso. Por eso es tan chocante la actitud de desconfianza generalizada desde el sionismo hacia “el resto del mundo”.

No atinamos con una explicación satisfactoria a ese deliberado exclusivismo. No sabemos si proviene de la propia ideología sionista, que tanto ha puesto el acento en la noción de “pueblo elegido”, noción racista de las más “perfectas”.

O si se trata de una suerte de sindrome de Estocolmo que habría provocado una identificación con el victimario, y el sionismo organizado estaría cumpliendo una metamorfosis que lo vaya acercando al nazismo.
Israel se ha ido convirtiendo en uno de los principales poderes nucleares del planeta. En uno de los principales exportadores de armas del planeta. En uno de los principales exportadores de instructores para la represión y la tortura a los más diversos lugares del planeta. Todo eso junto a la identificación cada vez mayor con EE.UU. que ejerce un imperio cada vez más discrecional en el mundo entero, que está regando de bases militares los siete mares, que va extendiendo su política de violación sistemática de los derechos humanos a más y más humanidad, no puede sino atestiguar un proceso de creciente abuso y represión. Nos parece irrelevante si eso merece el nombre de nazificación o americanisation.
Lo que sí vemos es que EE.UU. e Israel son los dos únicos estados que han legislado públicamente a favor de la tortura (que muchos otros estados, ciertamente, aplican sin confesar), que son los dos únicos estados en cuyos parlamentos se discute y menciona con descaro, a quienes hay que condenar a muerte según los intereses políticos dominantes (otra vez: el asesinato político no es exclusivo de tales estados, pero en otras partes, no tienen más remedio que ocultarlo; lo que preocupa no es la exclusividad ante tan aberrantes y condenables actos sino el desparpajo de que gozan políticos que puedan mencionarlo públicamente sin merecer con ello la repulsa pública (ni desde dentro ni desde fuera de fronteras, por otra parte).

El Estado de Israel coarta la vida cotidiana y la sobrevida de palestinos desde hace años, cada vez peor, apretando todos los resortes de una sociedad para que estalle en pedazos, con una racionalidad escalofriante, bombardeando puertos, aeropuertos, usinas, fuentes energéticas, archivos, bibliotecas, bloqueando alimentos, medicamentos, agua (que se otorga una vez por semana), combustibles, talando cultivos, impidiendo a barcos pescadores que se alejen de la costa tras un cardumen, baleando a quienes se acercan a los basureros a rescatar algo dado el estado de indefensión, hambre y vicisitudes que pasa la población.

Existe consecuentemente un proceso de encanallamiento creciente que se expresara, por ejemplo, en los saludos que alegremente niños y niñas israelíes rubricaran en bombas que iban a caer en población civil (palestina o libanesa) o, como lo expresa el dolido e indignado testimonio del periodista italiano Genaro Carotenuto que no podía entender cómo se puede llegar a impedir el acceso al agua a niños sedientos del lado palestino mientras que a pocos cientos de metros la población israelí la usaba o dilapidaba en piscinas y lavados de autos.
Hay una terrible explicación para semejante pérdida de “el otro” que formula un sionista desengañado, Avraham Burg: él sostiene que la sociedad israelí ha ido perdiendo la compasión. La compasión es un senti-miento muy profundo, instransferible, que tiene que ver precisamente con el otro, con el “tú” de Martin Buber. Burg sostiene que esa pérdida es tan radical que afecta a los mismos judíos israelíes entre sí.
Los nazis no eran compasivos, los marines no lo son ni pueden serlo (por eso existen suicidios, p. ej.). Por lo mismo, existen los refuseñik.

Si observamos que la invisibilizaciòn de lo palestino implica la invisibilización de los comportamientos que acabamos de reseñar, el resultado es que el aniversario festejado aquí en Buenos Aires, o en todo el Estado de Israel, constituye un homenaje a la fuerza, al despotismo, que ha logrado sentirse satisfecho de sí mismo.
Nada más lejos de la idiosincrasia clásica del pueblo judío, a menudo segregado, a menudo perseguido, aunque muchas veces también amparado dentro de los pliegues del comercio, las profesiones liberales y la banca. La instauración del estado israelí parece haber metamorfoseado la mentalidad dominante, a través de los mismos pasos cumplidos: el desalojo de millones de palestinos pero también la matanza de algunos miles.

Y el sionismo y su estado, nutrido desde al principio por una clara minoría dentro de la comunidad judía pasó sin embargo a ser mayoría tras la política genocida del nazismo que precipitó a muchos judíos dentro de la organización sionista.
Paradójicamente y con o sin sindrome de Estocolmo, el sionismo puede “agradecer” al nazismo su enorme fortalecimiento dentro de la judería internacional.
Los 60 años de la Nakhba palestina, de la fundación del estado israelí, no pueden ser considerados, de la paz. ¿De qué paz? Hay demasiada sangre inocente inmolada en ese proyecto.

Afortunadamente, son varias las voces judías que lo advierten. Desde hace ya mucho tiempo, diversos pensadores judíos han temido ese posible acercamiento sionismo-nazismo, esa posible negación del judaísmo mediante el sionismo. Un rabino extraordinariamente lúcido, Yeshayahu Leibovitz, hace un tiempo fallecido, temía y condenaba al sionismo precisamente por esa ominosa potencialidad. Muchos pensadores judíos han visto en el desarrollo sionista, cumplido siempre al amparo de grandes poderes políticos y económicos, un desarrollo potencialmente temible.

Tanto es así, que en el mismo día en que el Estado de Israel proclamaba su fiesta de los 60 años en el Luna Park, llegaba a las librerías porteñas un libro de Yakov Rabkin, un rabino de origen canadiense, declaradamente antisionista. Más aún: dedicado a fundamentar la incompatibilidad entre judaísmo y sionismo; “narra la historia de la oposición del judaísmo al movimiento sionista”.

Rabkin nos recuerda el repudio que desde el sionismo se le dispensó en su momento a Hannah Arendt, quien siendo inicialmente sionista, como tantos otros judíos, abandona esa posición. Como le pasara a Israel Shahak, a quien se le acaba de traducir y publicar, aquí en Buenos Aires, un libro sobrecogedor de denuncia contra el Estado de Israel.

Rabkin nos revela algo de la mentalidad sionista: no aceptaron discutir con Arendt. ‘Están con nosotros o contra nosotros.’ Tal actitud es la que reconocimos, hace décadas en el franquismo, en el nazismo. Tal es exactamente la disyuntiva que nos plantea hoy en día la barbarie bushiana. Dicho esto, con disculpas a los bárbaros. No hay matices, no hay verdades relativas; hay un absolutismo mental.
Es lo que da miedo. Desagrado, asco. Pero es también lo que despierta la resistencia. Rabkin no está solo.

Luis E. Sabini Fernandez / luigi14@gmail.com

nota:
1 Y ciertamente, la vida, salvo a los encerrados en las indian reservations, que fueron los bantustanes del s. XIX; ni siquiera en sus atrocidades fueron originales los sudafricanos blancos, que han constituido uno de los principales aliados que ha tenido el Estado de Israel en su historia y fuente de inspiración de la “bantustanización” de los territorios palestinos.

http://revistafuturos.com.ar/otros-escritos/57-60-anos-israelies

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29 NOVIMBRE DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON PALESTINA
Por Cesar A. SALOMON - Tuesday, Nov. 29, 2016 at 1:35 PM
cesarsalomonabogado@gmail.com

29 de Noviembre Día internacional de la solidaridad con el pueblo palestino 29/11/2016.- C. Salomón
En 1977, la Asamblea General de Naciones Unidas pidió que se observara anualmente el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (resolución 32/40 B). Ese día, en 1947, en que la Asamblea había aprobado la resolución sobre la partición de Palestina (resolución 181 (II).
Palestina sigue viva en la conciencia y el corazón de todos los que creen en la paz, la justicia y la igualdad. Hacemos un llamamiento a todos los amigos de la causa palestina a manifestar su solidaridad en el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
Recientemente, El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en el Medio Oriente, Nickolay Mladenov, advirtió hoy que el futuro de Palestina, como un Estado independiente, está más amenazado que nunca por el ilegal avance de la colonización israelí.

En una sesión del Consejo de Seguridad para analizar el escenario regional, incluida la cuestión palestina, el funcionario precisó que los defensores en Israel, de la expansión de los asentamientos en los territorios ocupados de Cisjordania, están envalentonados y son un escenario peligroso para la solución de los dos Estados.

Pese al rechazo internacional y las críticas de la ONU, Tel Aviv continúa con la práctica de colonizar la Ribera Occidental, incluyendo Jerusalén Oriental, donde insiste en la demolición de estructuras y la confiscación de tierras, dejando gran cantidad de seres humanos desplazados.

Según Naciones Unidas, estas políticas dirigidas a alterar la demografía en los territorios palestinos ocupados alejan la posibilidad de la paz y generan condiciones para los enfrentamientos, la falta de acción de la comunidad internacional agravan cada vez más el panorama.

Todo esto tiene un costo, que es el distanciamiento de la solución de los dos Estados, por lo que urgen medidas concretas, afirmó en el Consejo de Seguridad.
Hay dos elementos que pueden cambiar la situación en favor de la paz. El primero es la presión internacional, encabezada por Estados Unidos, si tuviera la fuerza necesaria para llevar a las partes en disputa a la mesa de negociaciones. La acción resuelta del enviado especial de Obama, el ex senador George Mitchell, ha demostrado la disposición estadounidense de no ceder ante los “halcones” del Gobierno Israelí. Por otro lado, hay indicaciones de que el Hamas podría aceptar la solución de los “dos Estados”.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu rechazó la propuesta del presidente estadounidense Barack Obama sobre un futuro Estado palestino, basado en las fronteras de 1967, a las que calificó de “indefendibles”, tras una reunión entre ambos mandatarios en la Casa Blanca
“A la fecha, muchos son los países de América Latina, que han reconocido el indeclinable derecho del Estado de Israel y Palestina para desarrollarse en paz y armonía como buenos vecinos, dentro de fronteras seguras y libres de cualquier amenaza contra ambos pueblos”.
“La única paz que puede perdurar debe basarse en la realidad, en hechos inquebrantables. Tanto los palestinos como los Israelíes tienen que aceptar algunas realidades básicas”, esto es, UN SOLO ESTADO, UN ESTADO CONFEDERADO, UNA SOLA CAPITAL, UN SOLO VOTO.
En el el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (29 de noviembre), este año ponemos el acento en la difícil situación que atraviesa la población palestina de Gaza . La madrugada del 31 de mayo de este año, seis barcos que formaban parte de la llamada Flotilla de la Libertad, cargados con 10.000 toneladas de ayuda humanitaria y 750 activistas pacifistas de diferentes nacionalidades que participaban en esta acción de ayuda humanitaria de solidaridad con la población palestina de la Franja de Gaza, fueron atacados en aguas internacionales por el ejército israelí causando nueve muertos y unos cincuenta heridos.

El objetivo de las Organizaciones No Gubernamentales que organizaron la llamada ‘Flotilla’ era hacer llegar ayuda humanitaria y denunciar el bloqueo económico a la que Israel tiene sometida a la población de la franja de Gaza desde hace 4 años. El bloqueo impuesto a la Franja de Gaza es un castigo colectivo contra el conjunto de la población, que actualmente sufre una grave crisis humanitaria, provocada por la falta de suministro energético y de los productos más básicos para la alimentación y para la reconstrucción de infraestructuras de primera necesidad como escuelas y hospitales destruidos durante los ataques de diciembre de 2008 y enero de 2009, y por los elevados índices de desempleo, de una población de un millón y medio de habitantes que vive encerrada en un territorio de 365 Km2.

Israel viola de manera continua, deliberada y sistemática las normas del derecho humanitario internacional, lo que ha sido denunciado por diferentes organismos de Naciones Unidas. Israel incumple así numerosas resoluciones tanto del Consejo de Seguridad como de la Asamblea General, viola constantemente diversos contenidos del IV Convenio de Ginebra, e incumple numerosos protocolos del derecho humanitario internacional. A pesar de todo ello, Israel ha actuado con total impunidad ante la comunidad internacional, llevando a cabo durante más de sesenta años una limpieza étnica contra la población palestina.

Las diferentes políticas de empleo, control, sitio, y discriminación contra la población palestina tanto en Israel como en los territorios ocupados nos dan indicios claros de la existencia de un crimen de apartheid contra la población palestina. La violación de la libertad de movimiento de los palestinos sirve de ejemplo ilustrativo. La construcción del muro con el propósito de anexionarse territorios palestinos, el sistema de carreteras de uso restringido y exclusivo para los colonos, los cientos de puntos de control y barreras y las zonas militares cerradas, contribuyen a un sistema de segregación y fragmentación del territorio que priva a la población palestina de sus derechos básicos, como el acceso a sus tierras agrícolas, al trabajo, en la escuela o incluso a recibir tratamiento médico o dar a luz en un hospital.

En Canadá, el Tribunal Russell sobre Palestina dio a conocer sus resoluciones en cuanto a las violaciones del derecho internacional cometidas por el régimen de Israel en contra del pueblo palestino.
Frank Barat, coordinador del Tribunal Russell sobre Palestina presentó en Montreal, las conclusiones de este tribunal ciudadano sobre la culpabilidad de apartheid del régimen de Israel y su ocupación ilegal de los territorios palestinos. Uno de los objetivos de este tribunal internacional creado en el 2009, es dar a conocer los países, instituciones y multinacionales que permiten al régimen de Israel violar el derecho internacional.
El Tribunal Russell sobre Palestina solicita que las Naciones Unidas y sus Estados miembros tomen las medidas necesarias para poner fin a la ocupación y apartheid israelí en territorio palestino.
En cuanto a Gaza, durante y después de las masacres, una vez que la rabia desaparece, podemos sentirnos a menudo silenciados, debilitados y enterrados en una especie de vergüenza. Quienes han sido obligados por sus torturadores a ver cómo otros son torturados —una táctica ideada para aterrorizar, humillar y machacar a unos y otros— hablan de una especie de inmovilización y depresión que les aísla y silencia. Es evidente que no estamos en celdas vecinas. Nosotros estamos en confortables hábitats occidentales, agradablemente amueblados y sin cortes de luz; los palestinos de Cisjordania y Gaza viven en guetos. Pero esa sensación de impotencia, ese “tú no puedes parar esto”, la internalización de ese mensaje es una amenaza para el activismo y la resistencia.
La resistencia necesita tácticas que alcancen a todos los niveles del sistema que estamos intentando cambiar y los transformen
El año pasado, Israel atacó y masacró a la población de Gaza, lo que costó la vida a 1.400 palestinos y destruyó sus principales infraestructuras. La comisión de investigación creada por Naciones Unidas dictaminó que durante los ataques se habían cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad contra la población palestina- Ante la débil respuesta de la comunidad internacional, la Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias y el Comité de Solidaridad de la Causa Árabe exigimos:

- Una condena al bloqueo de Gaza y una demanda por su levantamiento total definitivo e inmediato.
- La demanda a los gobiernos a la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, hasta que éste no cumpla la legislación internacional.
- La demanda a los gobiernos de la UE a la supresión de todos los convenios bilaterales con Israel, incluido el Acuerdo de Asociación UE – Israel.
- La demanda a los gobiernos, a volver a desplegar en su máxima amplitud la ley de justicia universal y el inicio de juicios por crímenes de guerra y de lesa humanidad a los ataques de Gaza de diciembre de 2008 y enero de 2009, y por la violación del Derecho Internacional en el ataque contra la ‘Flotilla de la Libertad’.
- Apoyar y desarrollar la campaña de boicot, sanciones y desinversiones a Israel, tal y como aconseja el relator especial de derechos humanos de las Naciones Unidas en los Territorios Ocupados, el Sr. Richard Falck.
- Impulsar y extender estas demandas a nivel internacional con el fin de aumentar la capacidad de presión para obtener respuestas.

Sólo a través de medidas firmes y respuestas efectivas podemos defender los derechos humanos y el derecho internacional, sobre todo cuando se incumplen de forma reiterada y desafiando todos los organismos existentes que garantizan estos derechos y su protección a toda la ciudadanía mundial.

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