Julio López
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El todopoderoso mercado, la "gestión" Ramos y los ramales de la exclusión
Por La Asamblea, Granadero Baigorria - Wednesday, Nov. 03, 2010 at 9:45 PM
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Desde hace media década Granadero Baigorria revela la acción de apreciables sectores sociales haciendo patente su resistencia callejera ante la expansión de los intereses de la gran inversión comercial e inmobiliaria. En las antípodas de este acontecer resplandece la machacona propaganda oficial con anuncios de obras, prosperidad y un “nuevo rumbo” político en la ciudad. Puro jarabe de pico.

Fueron los habitantes del histórico barrio de pescadores y proletarios “El Espinillo” quienes, desde el 2006, se plantaron dignamente contra la agresión judicial de la empresa Vanzini que pretende desalojarlos de su hábitat. La lucha dio sus frutos: el aliento de importantes actores de la comunidad local, la solidaridad de organizaciones populares de la región y un resonante triunfo judicial. Hoy, el “señor de la tierra” redobla su apuesta con otro litigio. También, comprando por moneditas el alma de alguno de sus habitantes en sociedad y connivencia con los letrados invitados por la “gestión” Ramos para una supuesta “defensa” jurídica.

Los vecinos del Barrio “Los Naranjos” marcaron huella en su lucha contra lo que consideraban permanencia ilegal de las areneras “De la Cruz y Rozas” y “Yóppolo y Cachiarelli”. Sin lugar a dudas, también este significativo conflicto puso en blanco sobre negro la prepotencia empresarial que usó todos los mecanismos a su alcance incluyendo la patota sindical y los más floridos sainetes discursivos e institucionales.

Así, el flamante intendente Ramos traicionó sin inmutarse sus posturas (verbales y firmadas) expresadas como concejal en contra de la permanencia de las areneras y organizó la trama del macabro chantaje a los vecinos.

La última (y degradante) escena consistió en una vergonzosa genuflexión ante los empresarios, organizada e instrumentada por la Defensoría del Pueblo y avalada por el ¿Honorable? Concejo.

Ante la perfidia gubernamental los vecinos irrumpieron en la Sala de Sesiones portando ciertos “obsequios y presentes” y chamuscaron la prolija y protocolar reunión en la que el Intendente se disponía a “florear” su impunidad. Quedará grabado en la retina popular cómo los vecinos entregaban al intendente una remera con la leyenda “Gerente de las areneras” y depositaban sobre la mesa de sesiones y ante los desencajados rostros del funcionariado un juego playero de balde y palita aludiendo imaginativamente a los “recreos areneros” del oficialismo.

Ese fue el inicio de su proyecto integral de recuperación de la costa. Remachar en su lugar a las empresas areneras en medio de barrios calificados como residenciales, acompañado por una meneada ordenanza de tránsito pesado, que finalmente fue sancionada para que todo siga igual.

La arremetida actual sobre la costa, inconsulta y demagógica, sigue siendo el modelo empresarial disfrazado de popular. Modelo hartamente remanido a lo largo y ancho del país con las consecuencias que todos conocemos.

Por estos días la vecindad baigorriense presta atención a la digna resistencia de 16 grupos familiares que habitan (como pueden) desde hace varios años a la vera del ramal ferroviario que circunvala a la ciudad. La embestida proviene de la empresa Belgrano Cargas S.A. con el inicio de un Juicio de Desalojo.

Ningún vecino atina a comprender el leitmotiv de esta espinosa pretensión empresaria contra pobres y excluidos. Sin embargo, y hablando de explicar entuertos, “que los hay, los hay”.

El fallecido Néstor Kirchner firmó, allá por el 2006, el decreto que declaraba a Belgrano Cargas en estado de emergencia. “Deficitaria” según cierto concepto noventista. Esta decisión (“nacional y popular” por supuesto) allanó el camino para que un nuevo grupo chino-macrista tome el control de la concesión.

¿Chino-macrista? Si, repetimos y aclaramos: se trata de un consorcio entre la empresa china SHI KE-RONG (propietaria de Sanhe Hopeful Grain and Oil Group) y el grupo argentino SOCMA (Sociedad Macri), propiedad del innombrable Franco Macri.

¿Macri? Si, el que favorecido por la “patria contratista” aumentó de siete a cuarenta seis sus empresas durante el genocidio dictatorial y hoy posa de público “aliado” en los negocios del gobierno “nac & pop”.

Pero completemos este sombrío cuadro del “empresariado nacional”. Los “chino-macristas” controlan un 68% de la nueva compañía en sociedad con la muy de moda Unión Ferroviaria (covacha empresarial-burocrática de los asesinos de Mariano Ferreyra) con una participación del 12%. La Fraternidad y Hugo Moyano se quedaron cada uno con un 5% El 10% restante de la empresa se reservó para el gobierno nacional (el que “se plantó ante los monopolios”, entre tantas otras “conquistas”).

Para la “reactivación” del servicio ferroviario se destinó un subsidio por US$250mn.

El convenio de la “nueva” concesión está agregado al expediente en el que tramita el juicio de desalojo y resulta una contundente evidencia del cuerpo del delito: lo firman Graciela Coria, actual presidenta de Belgrano Cargas y esposa de José Pedrazza (alias “autor intelectual”), el (reo procesado) ingeniero Ricardo Jaime por la Secretaría de Transporte de la Nación, y don Carlo Capelli, mano derecha de Franco Macri. Todo dicho.

Y mientras el nuevo engendro empresarial es el elegido para cumplir con la meta de transportar 4 millones de toneladas de las monopólicas Loma Negra, Bunge, Cargill, Ledesma, Pecom Agra, Repsol, Vicentín, Siderar, Aceitera Gral. Deheza y otros exponentes del “capitalismo autónomo”, 70 santafecinos entre cartoneros, changarines, malabaristas, limpia vidrios y domésticas sobreviven sin agua potable, sin baño, sin pisos entre los ramales de la exclusión. El “transversal” intendente Ramos les ha dicho, sin sonrojarse, “voy a ser el primero en enfrentar las topadoras”. Hoy, su enfrentamiento es con los vecinos a puro portazo y evasivas ante el reclamo de una vivienda digna.

La última perla es el ofrecimiento del empresario Vanzini de entregar terrenos marginales destinados a los parias que habitan a orillas del ferrocarril a cambio de las calles que deberían cederse en un futuro loteo de los terrenos costeros ubicados detrás de la empresa Agrinar. Ya se sabe que un loteo sin calles públicas es un barrio privado y un barrio privado es lo que jerarquiza la costa en el esquema empresarial del intendente.

Es decir que de golpe la ciudad contaría con dos barrios privados, uno con vista al río y otro, privado de dignidad con vista a las próximas elecciones.

Hasta ayer no había lugar posible para radicar a estas familias. Hoy, negocio de por medio, aparece un terreno posible. Es el famoso “compromiso social empresarial” que por supuesto siempre está un poquito sesgado hacia el lado empresarial pero los pobres saben comprender.

Tal vez algún aplicado arqueólogo o algún paciente historiador pueda encontrar en el pasado reciente el acta fundacional de la ciudad de “Granadero Banzzini”.

En cierta oportunidad, la grotesca realidad política local nos obligó a dar opinión y dijimos: “El intendente “olvidó” súbitamente todo lo que dijo siendo concejal. “Olvidó” la ciudad prometida en la campaña y entonó con entusiasmo y convicción la versión menemista de la marcha peronista que dice:..... “complaciendo al capital”. Y al mismo tiempo, señalamos que “la supuesta “oposición” optó por favorecer la gobernabilidad y el consenso abandonando toda confrontación y demostrando que ambos Frentes no son tan diferentes cuando se los prueba en profundidad”.

Existe un gran desafío para quienes pretendemos precipitar el final del hartazgo popular con la “política rancia”: una amplia discusión sobre la estructura, los objetivos, el perfil, la integración regional, el crecimiento urbano y productivo de nuestra ciudad. Esta discusión no puede quedar a cargo de lo “malo y conocido” de las representaciones tradicionales. Convocamos a que el pueblo pida la palabra y la enriquezca con su protagonismo y sus aportes.

Granadero Baigorria, Noviembre de 2010

LA ASAMBLEA

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