Julio López
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Los responsables políticos del crimen de Mariano son la burocracia, la patronal y CFK
Por PRS - Partido de la Revolucion Socialista - Thursday, Nov. 04, 2010 at 12:27 AM
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A Mariano Ferreyra lo mató la burocracia sindical para defender sus negocios millonarios y los de los capitalistas

Los responsables pol...
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La emboscada en la que fusilaron a Mariano Ferreyra e hirieron de gravedad con un tiro en la cabeza a Elsa Rodríguez fue para defender el negociado multimillonario que empezó durante el Menemismo con la privatización del ferrocarril, y que continúa con Kirchner.
La lucha de los trabajadores tercerizados en el 2002 logró echar a Técnica Industrial y conseguir el pase a planta de sus trabajadores. Lo mismo ocurrió en el 2005 con otras tercerizadas del ferrocarril, Poliservicios y Catering World, en el 2007.
Después de un estallido popular en Constitución contra el mal servicio que prestaba el ferrocarril Metropolitano, el gobierno le quitó la concesión a Taselli (el mismo que tenía la concesión de las minas de carbón de Río Turbio, Santa Cruz) y forma la UGOFE. El ferrocarril Roca pasa a ser administrado por un consorcio conformado por Metrovías (Roggio), TBA (Cirigliano) y Ferrovías (EMEPA, uno de los 15 Holdings industriales principales del país). Sin embargo, con la nueva concesión de los Kirchner aumentó la tercerización: actualmente existen 1.500 trabajadores bajo esta modalidad.
El ex Ferrocarril Roca y todo el sector del transporte es una gran fuente de negocios para los patrones y para la burocracia sindical. El empresario del riñón del gobierno, Claudio Cirigliano, es concesionario del Roca, TBA y dueño del Grupo Plaza. En la Subsecretaría de Transporte Ferroviario está Antonio Luna, que responde a Omar Maturano, Sec. Gral. de la Fraternidad (sindicato de conductores de locomotoras). La esposa de Pedraza, Graciela Coria es la presidenta ejecutiva del ramal Belgrano Cargas. Por si esto fuera poco el Gobierno constituyó hace algunos años dos sociedades del Estado: la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y la Operadora Ferroviaria (SOF), ambas manejan presupuestos millonarios y tienen una plantilla importante de empleados. La ADIF es conducida por José Nicanor Villafañe, hombre de Omar Maturano de La Fraternidad. La SOF tiene como presidente a Juan Araya, que responde a Pedraza y tiene como vicepresidente a Agustín Special, otro hombre vinculado a La Fraternidad.
Pablo Díaz, uno de los que dirigió las acciones de la patota, es delegado general del Roca de la Unión Ferroviaria, es secretario de la comisión de reclamos de UGOFE, y es uno de los propietarios de la Cooperativa Unión del MERCOSUR, una de las tercerizadas contratadas por la UGOFE. Estos burócratas defienden la tercerización porque son dueños de las empresas que explotan a los trabajadores precarizados. Además están los millonarios subsidios que el Estado Nacional aporta: $12.2 millones diarios, $510.000 por hora.
Moyano es socio de Pedraza y de Franco Macri en la explotación del Belgrano Cargas. Por si faltara algo, Tomada, Ministro de Trabajo, fue abogado de la Unión Ferroviaria.

La burocracia sindical, esta lacra social, es cómplice esencial de los capitalistas en la explotación y opresión de los trabajadores a cambio de la “participación en las ganancias” de los patrones y el imperialismo; y que tiene como contracara la miseria de las masas obreras. Muchos de ellos ya se han convertido directamente en patrones como Pedraza de la Unión Ferroviaria, que fue dueño del Belgrano Cargas, Lescano de Luz y Fuerza dueño de usinas eléctricas, o el mismo Moyano que tiene diferentes empresas de seguros y constructoras.
El rol de la burocracia es fundamental para mantener el sistema capitalista. No solo son traidores y mafiosos de la peor calaña, sino que son sostenedores a muerte de la conciliación de clases. Al ser un freno permanente de las luchas obreras, impiden el desarrollo de la experiencia que inevitablemente conduce a la conclusión de que lo único indispensable son los mismos trabajadores, los que con su trabajo transforman la naturaleza y generan todo lo que se necesita para vivir: alimentos, viviendas, salud, educación, higiene, transporte, etc. mientras que los patrones no son más que parásitos que viven del trabajo de la clase obrera.
La burocracia sindical es una lacra putrefacta descompuesta que no solo asesina trabajadores como en el crimen de Barracas, sino que condenan a la muerte a los trabajadores enfermos que concurren a las obras sociales al suministrarles medicamentos adulterados, hecho por el cual Zanola, el burócrata bancario que está preso, Moyano y Andrés Rodríguez de UPCN son investigados por estar involucrados en estas estafas criminales.
La CTA, que se presenta como una central obrera democrática también tiene sus patotas organizadas. Es conocida la patota de la Celeste del SUTEBA que golpea a los docentes de la oposición cada vez que tiene oportunidad como también la de Wasiejko, del neumático, cuando se movilizan los obreros de Fate. Del mismo modo se maneja la “seguridad” de ATE, que ha agredido a los trabajadores del Garrahan.
Por lo tanto la CTA al igual que la CGT defiende la conciliación de clases, bombean y dividen las luchas de los trabajadores.

Según plantean los trabajadores tercerizados y como consta del hecho que la propia patronal les otorgó licencia gremial a 120 trabajadores de los talleres de Remedios de Escalada, la patronal de los Roggio y Cirigliano fue activa partícipe de este ataque y responsable de la muerte del compañero del PO.
De la misma manera la responsabilidad recae de forma directa sobre Pedraza como jefe político de la patota de la UF. Que producto de la movilización en repudio a los asesinatos hayan caído unos pocos barras bravas y delegados del Roca, que son los “brazos ejecutores” de las órdenes de sus jefes políticos, no es hacer justicia. Es decir, ningún empresario está preso y Pedraza sigue libre. Ni siquiera están presos quienes tienen una vinculación primaria y elemental con el asesinato.
Sin embargo las responsabilidades políticas van mucho más allá, involucran de conjunto a la patronal responsable de este brutal régimen de explotación tercerizado, a la burocracia sindical con sus bandas armadas que atacan trabajadores, a todo el régimen político y, particularmente de primer orden, al propio Kirchnerismo.
En primer lugar porque en Barracas hubo un “zona liberada” para que la burocracia sindical lance su ataque con impunidad. Después del asesinato de Fuentealba por la policía de Sosbich, el kirchnerismo, a la par que ha criminalizado las luchas sociales como en Las Heras y reprimido como en Kraft, ha recurrido en numerosas oportunidades a las patotas como “modus operandi” en la represión de la lucha de los trabajadores, como en el Hospital Francés con la patota de “Tuta” Muhamad militante del entonces Jefe de gabinete Alberto Fernández, en el Casino, con la patota del SOMU del “Caballo” Suárez, en el Subte y la línea 60, con la patota de la UTA, en el INDEC, con la patota de UPCN, dirigida por Guillermo Moreno.
Pablo Díaz, el que armó y dirigió la patota que mató a Mariano declaró: “lo que no hace la Policía, ni los jueces, lo hacemos nosotros. Son represores parapoliciales al servicio del gobierno y la patronal.
La CGT de Moyano – que no convocó a los trabajadores a hacer ni un minuto de huelga por Mariano Ferreira- es el principal sostén de masas del gobierno y es por eso que le garantizan su poder y control dentro del movimiento obrero. La burocracia está “cebada” y ha definido un proyecto político con su corriente nacional del sindicalismo peronista. Se ha quedado con la presidencia del PJ de Bs. As. y va por más cargos en el gobierno como lo expresó en River. El gobierno es el garante de todas las acciones de la burocracia sindical y no deja pasar oportunidad para sostener y fortalecer a sus agentes políticos.
Si hay algo que muestra lo miserable de este gobierno es el intento de utilización de su disputa con Duhalde para despegarse del asesinato. “Hay que insistir con la teoría conspirativa y tirarle el muerto a Duhalde”, fue la expresión brutal con la que una de las nuevas “luminarias” de la comunicación oficial definió, frente a alguno de sus subordinados, la estrategia del Gobierno en la mañana del viernes. Está claro que lo que más le ha preocupado al oficialismo es no quedar pegado a este acto de barbarie. En pos de ello, se han dicho cosas que a otro gobierno le hubiera valido el repudio de muchas de las organizaciones sociales y de derechos humanos que hoy tienen sintonía con el oficialismo.” (Nelson Castro, Diario La Nación).
Del otro lado de la patronal opositora al gobierno, que quiere debilitar al gobierno pero más quiere debilitar a la organización independiente de la clase obrera, habló de “enfrentamientos sindicales” y “la violencia sindical”, poniendo un signo igual entre la emboscada en Barracas preparada para atacar una legítima lucha obrera y la pelea entre las diferentes patotas de la propia burocracia sindical como las que se vienen dando en diferentes actos entre camioneros y la UOCRA de La Plata. Quieren igualar a los trabajadores del subte con la patota de la UTA, a los del Casino con la patota del SOMU, a los luchadores clasistas como Mariano Ferreyra con la podrida burocracia sindical.
La gran patronal de la UIA, la Sociedad Rural y los banqueros, emitieron un comunicado repudiando la violencia y apuntaron a Moyano. Que los (estos) capitalistas, los cuales dieron el golpe militar para defender sus intereses asesinando a la vanguardia obrera, se lamenten ahora de la “violencia”, habla de dos cosas: primero no quieren que una posible crisis política derivada de estos hechos afecte las superganancias actuales y segundo, expresa las contradicciones con la burocracia de la CGT por la discusión sobre el proyecto de participación en las ganancias del diputado Recalde, el cuál, ya fue puesto en el freezer hasta el año que viene.

La muerte de Néstor Kirchner

Durante los actos de reivindicación ante su repentino fallecimiento, sus aliados políticos hablaron de Kirchner como “un gran patriota”. La imagen de su funeral en el salón de los “Héroes Latinoamericanos”, franqueados su restos por la imagen de Eva Perón y el Che Guevara, o a Moyano afirmando que “después de Perón y Evita, Kirchner fue quién más hizo por los trabajadores” alimentaron ese discurso. Hasta sectores de la misma oposición patronal reivindican hipócritamente “su incansable militancia” cuando hasta hacía unas horas criticaban la “radicalización del gobierno”.
En esta verdadera “historia oficial”, queremos distinguir claramente por un lado, la falsedad de los capitalistas, que mientras “daban el pésame” hacían subir los bonos y acciones en la Bolsa, de la gran patronal nacional, los burócratas sindicales y la inmensa mayoría de los políticos del régimen que celebraron todo tipo de reuniones donde continuaron haciendo negocios y discutiendo el reparto del poder político y, por otro, respetando profundamente las genuinas expresiones de dolor de un sector de los trabajadores, jóvenes y sectores populares que lo han reivindicado en la Plaza de Mayo yendo a despedir sus restos, o que se han sentido identificados con la figura de Néstor Kirchner. De cualquier forma, no compartimos y creemos equivocado este balance y la reivindicación a Kirchner, al actual gobierno y a su corriente política.
La política, es decir, la lucha en defensa de los intereses de una u otra clase social – de los explotadores o de los explotados (sin términos medios)- ubican a Néstor Kirchner, a lo largo de toda su trayectoria de gobierno, como un político patronal, al servicio de defender los intereses de la clase capitalista y los suyos propios.
A fines de los 60’, un joven Kirchner se integraba en la Plata a la Federación Universitaria de la Revolución Nacional, una de las predecesoras de la Juventud Universitaria Peronista, organización estudiantil ligada a Montoneros, la fracción “de izquierda” del peronismo.
Los 70’ lo encuentran ejerciendo la abogacía de forma privada en Santa Cruz, sin ninguna vinculación directa con la lucha contra la dictadura, según señalan organizaciones de derechos humanos de la provincia. Con sus negocios, Kirchner ya preparaba en aquellos años su ascenso como político burgués.
En los 80’ llega a la intendencia de Río Gallegos. En el 89’ apoya a Cafiero y luego apoya la candidatura de Menem y lanza una corriente interna dentro del peronismo.
En “los 90’” asume como gobernador de Santa Cruz. En el año 92’ estrecha sus lazos con Menem y es, por gobernar una de las principales provincias petroleras, uno de los principales responsables e impulsores de la entrega de YPF, a cambio de los llamados “fondos de Santa Cruz” que todavía son uno de los “casos de corrupción” más resonantes de la actualidad. En el 95’ apoya nuevamente a Menem, “el mejor gobierno de la historia después de Perón” según el propio Kirchner.
Ya actualmente, lo que la burguesía destacó de Kirchner es que pudo encauzar la movilización popular que surgió en diciembre del 2001 y que continuó en buena parte del 2002, logrando efectivamente darle un marco institucional burgués al “que se vayan todos”. Durante el gobierno de Duhalde, el asesinato, aún impune en cuanto a los responsables políticos como Solá, Aníbal Fernández y el propio presidente de aquel entonces, de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki abrió una crisis que lo forzó a adelantar las elecciones. La burguesía recurrió entonces al ala de políticos patronales “centroizquierdistas” para intentar cerrar la situación política abierta por la rebelión popular del 2001. Por eso Néstor Kirchner surge como delfín de Duhalde, y es este último quién lo coloca como candidato. Las elecciones del 2003 lo llevan al poder pero con un bajo porcentaje de votos, solo un 23%.
Aún así, el éxito de la “salida electoral” fue una expresión de fortalecimiento de las instituciones del régimen burgués, la cuál fue acompañada de una coyuntura favorable desde lo económico. Con la devaluación, al servicio de los intereses de la patronal nacional exportadora, la clase trabajadora ocupada pierde el 300% de su salario, destruyendo su poder adquisitivo, pero al mismo tiempo permitió la exportación principalmente de granos en una coyuntura internacional favorable. Es decir, que ya a partir del 2002 empieza con la devaluación una lenta recuperación económica, basada en el saqueo del salario obrero que es la base del “crecimiento argentino”.
Finalizando el 2003, con la recuperación en marcha, el gobierno de Néstor Kirchner empieza una política de tibias concesiones para captar políticamente a un arco tradicionalmente de “centroizquierda”, ampliar su base social y superar la debilidad de las instituciones burguesas. Con los diferentes subsidios avanza sobre varios de los grupos de desocupados y los hace afines a la política oficial. La FTV de D´elia es un claro ejemplo.
Más retórica que efectiva, la política de “derechos humanos”, que confesada por el propio gobierno, busca que aunque sea haya “un militar por campo de detención detenido”, es decir, que un puñado de figuras de la dictadura presos aseguren la impunidad del 99% de los militares de la dictadura y no haya un solo “autor intelectual” del golpe de estado, o sea los capitalistas que estuvieron tras el golpe militar, le permitió cooptar a la mayor parte de los organismos de DD.HH como al sector de las Madres de Plaza de Mayo que encabeza Hebe de Bonafini. Esta política del kirchnerismo está también al servicio de recomponer las figuras del aparato represivo del estado, como son las FF SS y FF AA, pilares esenciales del régimen capitalista.
Muestra de que no se han cambiado para nada las estructuras represivas de la dictadura fue la desaparición en plena democracia burguesa de Julio López.
Ni hablar de los presos políticos como Martino y la represión selectiva que mantiene a más de 4000 luchadores obreros y populares procesados.

El tan mencionado “proyecto nacional y popular” que se escuchó mucho en su velorio, no es más que demagogia. La cantidad de empresas que pasaron a manos de capitales extranjeros no solo que nunca se detuvo sino que se profundizó durante los 7 años de Kirchnerismo:
“…Un informe del Instituto de Estudios Económicos de la CTA, elaborado a partir del ranking que publica la revista Mercado con las 200 empresas que más facturan en la Argentina, indica que, entre 1997 y 2007, la cantidad de compañías extranjeras pasó de 104 a 128. Como consecuencia, su participación dentro de la facturación total de ese grupo pasó del 65,5% al 77,3% en esos diez años
De acuerdo con los datos del Instituto de Estudios y Formación de la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA), a los que tuvo acceso BBC Mundo, la cantidad de compañías extranjeras en el top 200 argentino pasó de 104 a 128 entre 1997 y 2007.”
"El proceso de trasnacionalización es notorio. Antes, el 65% de la facturación conjunta de las 200 principales correspondía a empresas de carácter extranjero, y en 2007 creció al 78%"
El modelo económico del kirchnerismo es patronal y pro-imperialista.
Las empresas que se “nacionalizaron”, como Aerolíneas Argentina, fueron solo para cubrir la retirada en este caso del imperialismo español, y poder dársela a los burgueses aliados al gobierno, como Cristóbal López. Pero en el caso de aquellas empresas que “no son dinámicas”, es decir que no se pudieron adaptar a la crisis mundial, el gobierno hizo todo para que se cierren, apoyándose en la burocracia sindical y en el Ministerio de Trabajo: caso Mahle, Massuh, Paraná Metal, etc. El crecimiento económico basado en la exportación de granos (el precio de la soja llegó al record histórico de 1250 dólares) y la exportación de autos, como otros sectores de la economía, están casi completamente manejados por empresas imperialistas. Y aún con esta coyuntura económica favorable, la clase obrera padece un terrible régimen de explotación con el 50% de los trabajadores está en negro y ganando salarios de miseria.
Por eso, como dijimos más arriba, este gobierno es pro-imperialista. El envío de tropas a Haití o el apoyo de Cristina a Obama en la futura incursión militar a Irán, cuando fue la visita de Hilary Clinton, es “un botón de muestra” de la sumisión económica y también política al imperialismo.

Ya estando en el poder Cristina Fernández de Kirchner, a principios del 2008 se empiezan a ver signos de decrecimiento de la economía, producto de la recesión mundial.
Se planteó entonces la famosa división campo-gobierno, alrededor de la resolución 125, en la cual el gobierno imponía a las patronales agropecuarias la suba de impuestos a las importaciones de granos.
Esa división dentro del frente patronal marcó una división en todos los sectores políticos y sindicales, hasta dentro de las organizaciones del propio movimiento obrero. Esta división fue un “parte aguas” dentro de la política nacional. El kirchnerismo defendió, no los intereses de las masas populares, sino los de la facción de la burguesía industrial de la UIA a la cual representan.
Después de que los diferentes imperialismos colocaran 18 billones de dólares para salvar a SUS bancos, la terrible crisis económica que muchos analistas la compararon con la crisis de los años 30, entró en un periodo de amesetamiento, en la cual estamos hasta hoy en día, pero que tiene patas cortas. Esta nueva coyuntura económica favorable le dio un aire al gobierno nacional que para recomponerse de la derrota electoral de las legislativas de 2009 realizó nuevas concesiones como la asignación universal por hijo.
Una tremenda polarización política pretende colocar a los trabajadores de un bando patronal o de otro, lo que hizo que muchos trabajadores vean que el kirchnerismo es el “mal menor”, frente a una oposición proimperialista, reaccionaria y de “derecha” que es la expresión política de la facción burguesa agropecuaria. Los actos de reivindicación - como sucedió con el de Alfonsín-, lejos del genuino dolor popular, tienen un claro contenido político y buscan fortalecer al gobierno.
Desde una posición de independencia de clase, de lucha contra todas las facciones patronales, remarcamos, una vez más, que Néstor Kirchner fue un político patronal al servicio de la burguesía y por eso no reivindicamos su trayectoria, ni su política que es la del actual gobierno.

Cárcel para todos los responsables del crimen de Mariano Ferreyra
Enfrentemos al gobierno de Kirchner y su plan patronal y proimperialista

El diario español “El País” ha publicado en estos días turbulentos y de profunda conmoción política que en Argentina se “Abre la disputa por el Poder”.
Estamos claramente ante dos hechos, que aunque de características distintas, tienen una enorme importancia en la situación nacional: plantean potencialmente una crisis.
En rigor, la “disputa por el poder” ya está abierta hace rato entre dos facciones de la burguesía, aunque en los últimos tiempos, luego de la llamada “crisis del campo” se ha encauzado por mecanismos democrático burgueses, es decir, en el terreno electoral de cara al 2011. Pero a esta se suma la inevitable disputa que sobrevendrá, como ha sido siempre, por ocupar el espacio político dejado por Néstor Kirchner dentro de su facción y la sucesión presidencial. La profundización de la disputa inter-burguesa es una tendencia probable.
La oposición patronal se relame porque ve posibilidad de que el gobierno de Cristina se debilite. Uno de los ejes de la oposición patronal, que comparten de conjunto todas las cámaras empresarias, es reclamarle al gobierno que limite el creciente poder de la burocracia sindical de Moyano. Durante el funeral de Néstor Kirchner se reunió el jefe de la CGT con Méndez, el presidente de la UIA. Según los trascendidos, abrían acordado volver a dialogar, posteriormente a que, como dijimos, Moyano volviera sobre sus pasos y postergara el proyecto de la burocracia sindical sobre “reparto de las ganancias”. De la actitud del gobierno hacia Moyano –aunque estos hechos plantean un recule del gobierno y la burocracia sindical- depende en gran parte que se recupere “la paz social” que reclama la patronal para continuar con sus negocios millonarios, ganando con este gobierno como no lo hicieron en los últimos años con ningún otro.
Una tercera tendencia es la que se expresó en la Plaza de Mayo en la reivindicación del compañero asesinado, expresada por las comisiones internas recuperadas a la burocracia sindical que pararon en repudio al crimen desoyendo a sus direcciones sindicales y exigiendo el castigo a los responsables. Ferroviarios del Sarmiento, los choferes de la 60, los obreros de Kraft, trabajadores del Garrahan, docentes, estatales, etc, junto a los estudiantes secundarios y universitarios, entre otros tantos sectores, confluyeron en una importante movilización.
Los dirigentes de la CTA, divididos entre el ala kirchnerista y la pro-campo de Micheli-De Gennaro, para reposicionarse luego del papelón de las elecciones internas cruzadas por el fraude electoral, no tuvieron otra posibilidad que adherir de conjunto a la movilización y convocar a un paro nacional, de escasa adhesión, ya que no lo garantizaron.
Si bien el sector de Micheli está enfrentado con el gobierno, no es una expresión progresiva, sino de su ubicación abierta en la facción reaccionaria de la patronal agropecuaria, a la que apoyó Proyecto Sur y el Degennarismo.

Llamamos a todos los luchadores clasistas a llevar adelante esta tercera tendencia de lucha.
Por el juicio y castigo a todos los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra. Por el pase a planta de los trabajadores tercerizados del Roca. Por piquetes de autodefensa para enfrentar a las bandas armadas de la burocracia sindical. Por la derrota de la burocracia sindical y la recuperación de las comisiones internas y cuerpos de delegados para una política clasista.
La lucha por el castigo a todos los responsables, que ha conquistado la elemental reivindicación de que vayan presos algunos de los responsables directos del asesinato, barrabravas y miembros de la burocracia sindical, de continuar para llevar tras las rejas a todos los que podamos. Pero no debemos tener ilusiones, como lo demuestra la impunidad de los asesinados por el gobierno de De la Rua -27 muertos durante las jornadas del 2001-, de Duhalde –Kosteki y Santillan y tantos otros- en que el propio régimen capitalista castigue a la clase social y al gobierno responsable de esta crimen. Esta lucha excede los marcos de este régimen. Por eso esta asociada a una pelea de fondo por imponer un gobierno de los trabajadores y el pueble pobre. Lejos de darle “Fuerza a Cristina”, planteamos que la necesidad del ahora es enfrentar y derrotar a este gobierno y su plan patronal y proimperialista.

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