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Trama de Corruptos y Perseguidos en el Banco Interamericano de Desarrollo
Por Dewes P. - Saturday, Nov. 06, 2010 at 2:57 PM

Administracion del BID persigue a denunciantes de actos de corrupcion interna.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se prepara para la mayor capitalización de su historia, con un aumento de capital del 70 por ciento, al tiempo que crecen las denuncias sobre corrupción en la institución. Uno de los objetivos centrales del accionar del BID de este año ha sido la reconstrucción en Haití, y es allí uno de los lugares donde se han detectados graves irregularidades. Además, un informe de la Oficina del Auditor General de la institución, advierte que los controles internos en los préstamos en Haití, no se estaban cumpliendo.

Los parlamentos de los países miembros, que deben aprobar las cuotas extras de aporte al BID, deberán poner especial cuidado para que el dinero aportado, con el esfuerzo de sus ciudadanos, no caiga en agujero negro de la corrupción.

Las denuncias de corrupción y escaso control de las inversiones, ha comenzado a llamar la atención de organizaciones no gubernamentales norteamericanas que vigilan las instituciones multilaterales, y el senador republicano, Richard Lugar ya ha reclamado por carta información al presidente del BID, Luis Alberto Moreno en más de una ocasión. También la Asociación de Empleados de la institución ha cuestionado la forma en que se resuelven internamente las denuncias en el Tribunal de Ética, que han provocando la sensación de que no conviene cumplir con las normas de denunciar sospechas de irregularidades, ya que finalmente son los denunciantes quienes terminan perjudicados.

Algunos antecedentes

Un informe de la Autoría, reservado para los gobernadores del BID, que evaluó la situación en Haití durante 2009, revela grandes carencias en los controles, y advierte que la investigación no estuvo centrada en encontrar corrupción, sino sólo en conocer si las normas del banco se cumplían y que aspectos debían mejorarse. El informe, firmado por Alan Siegfried, auditor general advierte al principio que ”la auditoría no fue específicamente planeada para identificar fraude” ya que para ello se necesitaría una investigación más preparada. Sin embargo advierte de algunas carencias que abren la puerta a ese posibilidad, y que más tarde serían denuncias por una funcionaria. Esa denuncia le costó el cargo.

En el informe de la Auditoría se señala que ”Los desembolsos realizados con cargo al programa especial de acción para los países del grupo C y D, no están siendo supervisados de acuerdo con lo requerido en el documento GN-1930-3”. En ese caso, la gerencia del BID en el país en cuestión era el responsable de supervisar el uso del dinero en el programa para el cual fue aprobado, y no se encontró evidencia de ese control. La Auditoría calificó esta carencia como de riesgo crítico.

Una segunda observación fue el ”inadecuado seguimiento a la contratación de consultores individuales con recursos financiados por el Banco”, completada con el informe de que ”falta de cumplimiento con los planes de visita de inspección técnicas y de documentación del proceso”. A lo que se agrega: ”Ausencia de documentación que permita verificar que consultores individuales están prestando el servicio en la representación”.

Finalmente se concluye que ”debido a limitaciones inherentes de cualquier sistema de control interno, podrían existir errores o irregularidades y no ser detectadas”. Sin embargo, la funcionaria de BID destacada en Haití, si detectó las irregularidades y como está obligada por las normas internas, denunció el hecho a sus superiores, incluso antes de la realización de la Auditoría y con casos muy concretos. El pasado 15 de octubre perdió su puesto después de haber sido desplazada en marzo.

Las denuncias

La funcionaria reveló convenios con empresas fantasmas, robos, y contratos de construcción de incierto futuro. La situación está siendo manejada por la organización no gubernamental “Group Accounting Proyect” (GAP) que en 2007 estuvo detrás de las denuncias que provocaron la renuncia del presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, el Sindicato de Funcionarios del BID, y varios congresistas norteamericanos, entre ellos el republicano Richard Lugar, muy crítico de la gestión de Moreno.

En febrero de 2009, la Auditoría Interna del BID recibió un informe de dicha funcionaria sobre pagos a empresas y consultores ”fantasmas”, contrataciones y pagos a empresas y consultores que no entregaban productos y servicios, así como denuncia de robo de combustible por el personal del BID en Haití.

En agosto del mismo año la funcionaria advirtió a la Auditoria sobre irregularidades en la adjudicación de obras viales por 25 millones de dólares a una empresa brasileña, , OAS, antes de concluido el proceso de licitación, y el hecho de que el representante del BID se desempeñaba también como asesor del presidente de Haití. En una visita a Haití a mediados de este año, el presidente del BID no pudo disimular en público su enojo porque esta cuantiosa suma no fuera volcada a la construcción.

En septiembre del 2009, la funcionaria denunció a la sede del BID que el representante del banco en Haití, el brasileño Eduardo Almeida, le había solicitado adulterar los balances de una empresa que recibiría un préstamo de 1,5 millones de dólares. El BID le respondió que ya estaban al tanto de la situación por información del propio Almeida, y le advirtieron que no volviera informar sobre ningún tema directamente a la sede, ya que esas cosas, ”se resolvían en casa”. El proyecto fue aprobado y después ampliado por más de medio millón de dólares.

En febrero de este año, ya después del terremoto, las denuncias fueron sobre otro proyecto millonario sospechoso. El BID iba a financiar la construcción de viviendas para los haitianos damnificados por el terremoto en el barrio Croix des Bouquets por 3.5 millones de dólares, pero las viviendas se construirían en los terrenos de un particular dueño a su vez de la empresa constructora de dichas viviendas. El BID alquilaría el terreno a esta persona por dos años, le construiría en su terreno las viviendas contratando a su vez a la empresa de construcción propiedad del dueño de la tierra y después de esos dos años, el dueño podría rescindir el contrato de alquiler del terreno, con sólo tres días de anticipación, y quedarse con las viviendas, desalojando a los haitianos que allí vivían.

Los informes técnicos a su vez revelaban que los terrenos eran inundables y que el agua destinada al consumo humano estaba contaminada. A pesar de todas estas irregularidades, el contrato estaba a punto de ser firmado por el gobierno de Haití y el representante del BID, Eduardo Almeida, pero tras las denuncias insistentes el proyecto tuvo entonces que ser detenido.

Unas semanas más tarde, funcionarios denunciantes fueron desplazados de Haití, a pesar de cartas de recomendación y felicitaciones por su desempeño profesional.

La capitalización del BID

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por primera vez en 50 años cerró su balance de la gestión del presidente Luis Alberto Moreno, con pérdidas de casi 2 mil millones de dólares. Para resolver esta catástrofe, adjudicada por algunos a la mala gestión del recién reelecto presidente, la asamblea anual de gobernadores aprobó aumentar en un 70 por ciento (de 100 a 170 mil millones de dólares) la capitalización del banco, con el compromiso de ayudar a la reconstrucción de Haití y combatir la corrupción y el derroche.

El aporte exigirá a cada país miembro un esfuerzo adicional a sus finanzas. Algunos países todavía deben aprobar el aporte a la capitalización en sus parlamentos. Como es el caso de Uruguay que debe votar el aporte de 800 millones de dólares. Luis Alberto Moreno asumió la presidencia del BID en julio de 2005 sucediendo al uruguayo-español, Enrique Iglesias que había logrado mantenerse en el cargo por 17 años. Moreno llegó a la institución con un fuerte respaldo del entonces presidente norteamericano George Bush, y anunció un fuerte combate a la corrupción y el derroche. En su gestión reforzó normas de combate a la corrupción y que obligan a los funcionarios a denunciar cualquier sospecha de mal uso de los fondos.

Sin embargo la gestión de Moreno, pese a su reelección en julio de este año, no deja conforme a sus funcionarios ni a organizaciones no gubernamentales que se dedican a controlar la gestión de estas instituciones internacionales.

En febrero de 2009, el senador norteamericano Richard Lugar (republicano) reclamó información al presidente del BID por las pérdidas de 1.900 millones de dólares en hipotecas y otros valores como parte de una inusual estrategia intensa de inversiones.

El BID había desestimado las pérdidas aún cuando un auditor independiente responsabilizó a los gerentes y pidió que se revisara la estrategia de inversión. "La escala reportada de pérdidas por 1.900 millones de dólares en el portafolio de inversión del BID -entre 10 y 100 veces más altas que las de otros bancos de desarrollo- es una grave preocupación", escribió Lugar en una carta a Moreno y que fue publicada entonces por varios medios norteamericanos .

A mediados de este mes el mismo senador volvió a reclamar al presidente Moreno sobre el cumplimiento de las normas de ética y de control de las irregularidades. En una serie de preguntas muy concretas, el senador deja entrever que maneja información sobre temas que no están siendo bien tratados por el BID y que no cumplen con las leyes por las cuales debe regirse.

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