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Fractura en un movimiento de fábricas recuperadas
Por Germán Iuch - Tuesday, Nov. 09, 2010 at 11:41 AM

Al parecer, el movimiento liderado por un abogado, sería un cascarón vacío a punto de romperse.

Basta de difamar, amenazar y perseguir a los compañeros de las fábricas recuperadas.

Hace un tiempo se vienen realizando reuniones para sembrar dudas y mucha confusión, valiéndose de un discurso mentiroso y abusándose de la buena fe de algunos compañeros que están en una etapa de inocente encantamiento, para generar peleas entre trabajadores y cagarse a trompadas. Los leales de ayer que han puesto el cuerpo en más de un conflicto, llegando a estar convencidos de dar la vida por la causa o por otro compañero, hoy son señalados como “traidores”, “desleales” o que “hacen política”.

Con una ley de expropiación caída, sus créditos laborales NO verificados, y no contemplándose a las empresas en concurso en el nuevo proyecto de reforma de la ley de concursos y quiebras, los compañeros de una cooperativa de trabajo tienen al dueño vivito y coleando, listo para pedir la restitución del inmueble y las maquinarias en cualquier momento. En este escenario los trabajadores tomaron la decisión de buscar una solución definitiva a su problema, es decir poner todo el esfuerzo en tener la titularidad del dominio de los bienes productivos. Es así que llegaron a una negociación que tal vez no es la ideal, pero es la mejor para ellos, porque es la que pudieron lograr.

Lejos de considerarlo una derrota, se trata de una de las primeras experiencias en este sentido. El Estado de la Provincia de Buenos Aires realiza el pago de una expropiación de una empresa con concurso preventivo homologado, para que los trabajadores a través de su cooperativa sean dueños de la fábrica y los medios de producción. ¿Se pueden mejorar las condiciones? Por supuesto que sí. Pero como toda primera vez nunca es fácil, este es simplemente un avance. Con el tiempo y la experiencia otros compañeros seguramente encontrarán otra manera de sintetizar una solución a la cuestión de las expropiaciones de fábricas y empresas recuperadas.

Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre: hay quienes no quieren que los trabajadores sean dueños de las fábricas, y no son justamente los empresarios o las personas que no comparten ideológicamente el proceso de recuperación de fábricas. ¿Por qué otros motivos alguien puede estar en contra de que los trabajadores organizados en cooperativa sean dueños definitivamente de los medios de producción? Tal vez porque en ese será el momento en el cual no harán falta nunca más asesoramientos externos, extorsivos y condicionantes.

Recordemos cuando quienes hoy realizan análisis berretas y seudo-puristas, se defendían ayer de las críticas de los partidos de izquierda, que atacaban la forma jurídica cooperativa, la “temporalidad” de las leyes de expropiación y que este proceso al final beneficiaba al patrón vaciador-explotador. ¿No era que estaban equivocados quienes criticaban teóricamente, con la panza llena y con los títulos de propiedad de sus casas en sus manos? ¿Descubrimos la pólvora al escribir que vivimos en un sistema que oprime y somete?

No hay más moral que la moral de las acciones cotidianas propias. ¿Puede alguien que participa de la interna de un partido, a los meses se presenta a elecciones por otro partido, y actualmente coquetea con el Movimiento Evita y el Secretario de Comercio Guillermo Moreno, acusar de hacer política o de tener objetivos políticos a otros? ¿Puede alguien que presiona y somete a trabajadores con la frase “si no se hace lo que yo digo, dejo de ser su abogado”, pasar por un paladín de la libertad, de “las rotas cadenas”? La respuesta en este caso es: SI. Puede porque hay personas que tienen la cara más dura que una piedra. Se deja a la imaginación de cada uno una pregunta como las que empiezan el presente párrafo y que contemple parámetros de "deslealtad" o "traición".

Ahora resulta que el Gobernador Scioli es malo, recién ahora se dan cuenta que veta leyes de expropiación. ¿Por qué en todo este tiempo no se le hizo una marcha a Scioli, como sí se le hizo en su momento a Solá, para que deje de vetar las leyes de expropiación? ¿Qué sucedió que recién ahora se lo ataca a Scioli? ¿Qué pactos sobrevuelan estas nuevas “verdades reveladas”?

Ahora que se hacen demasiadas reuniones con el pobre objetivo de paranoiquear y hablar mal de algunos compañeros, preguntamos: ¿Cuántas asambleas se convocaron de urgencia para ver cómo logramos un sistema más regular de sanción de leyes de expropiación y no andar gestionando todo de nuevo una y otra vez? ¿A cuántas reuniones conspirativas hemos asistido para conseguir un sistema de jubilación acorde a las particularidades del trabajador de una fábrica o empresa recuperada, o por un plan de salud digno y operativo?

¿Por qué se le critica a otras experiencias lo que se justifica en las propias? ¿Quién o quienes deciden quién es el enemigo a atacar o el aliado a acompañar? ¿A través de cuáles mecanismos se los identifica? ¿Cuáles son los parámetros de medición? ¿Por qué las cosas que salen bien son adjudicadas a una sola persona y las equivocaciones son de los compañeros que “no saben lo que hacen” o “no hacen caso”?

En cada fábrica, el sistema de opresión y humillación patronal destruye la autoestima del grupo de trabajadores. En un mundo cínico, con el orgullo anulado, nos creemos que no valemos nada. Víctimas del abuso empresarial, quedamos en una posición de vulnerabilidad extrema, que puede llevarnos a idealizar ciertas “solidaridades” y caer en el peligro de endiosar a las personas.

Sepamos que lo que se ha conseguido es en gran parte gracias al esfuerzo de todos los trabajadores y trabajadoras de las fábricas y empresas recuperadas. Por más buena que sea una receta, sin los ingredientes que son los protagonistas, nunca se puede obtener nada. Esten orgullosos y orgullosas los trabajadores y trabajadoras de las fábricas de los que hicieron colectivamente.

Esto es un llamado a la reflexión, a parar la pelota. A no ver fantasmas donde no los hay. A ser todos y todas artífices del destino común y no instrumentos de la ambición de nadie.

Y también a dejar de mirar para otro lado y a hacerse cargo... por que tal vez resulte que lo aquí señalado como "negativo" es lo que todos quieren que así suceda.

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