Julio López
está desaparecido
hace 6401 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

La lucha del pueblo saharauis por su independencia
Por reenvío red eco alternativo - Saturday, Nov. 13, 2010 at 7:36 AM

Desde hace más 35 años Marruecos ocupa los territorios de la República Árabe Saharaui Democrática. El lunes pasado el ejército marroquí incendió unos campamentos de protesta. Decenas de muertos, heridos y desaparecidos.

(Red Eco) República Árabe Saharaui Democrática - El continente africano muy raramente aparece en los medios masivos. Salvo catástrofe, cataclismo, hambruna, o algún otro desastre natural o humano, África pareciera no existir. Y en casos, como este, que la noticia responde a un proceso de lucha de un pueblo de ese continente, los medios se saharauimapa.gifesfuerzan en invisibilizarlo y, si no pueden, en descontextualizarlo.
Nora Podestá, integrante de la Liga por los Derechos del Hombre (LADH), nos ayuda a comprender qué es lo que esta pasando en la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) conocida por nosotros como Sahara Occidental, ubicada en el noroeste del África, sobre el Océano Atlántico.
Nos cuenta que este es un conflicto que lleva mucho tiempo pero que “Marruecos ha trabajado para ocultarlo” y que responde a una “lucha por la descolonización” del pueblo saharahui.
Como la mayoría de los países que componen el continente africano, Saharaui, aun no había sido declarada República Árabe Saharaui Democrática, era colonia. En su caso, de España. Y lo fue hasta 1975, cuando en sus últimos momentos, el dictador Francisco Franco decide firmar un tratado por el cual declara el retiro de España pero deja a Marruecos y a Mauritania como “administradores“. El escritor uruguayo Eduardo Galeano, incluiría esto de “administradores” como ejemplo de otro de los aberrantes eufemismos del lenguaje del poder.
Podestá nos señala que tal decisión de la dictadura franquista es consecuencia de un largo proceso de lucha del pueblo por la descolonización, por su independencia y la conformación del Frente de Liberación del Saharaui o el Frente Polisario, como lo conocemos hoy.
En 1975, Marruecos produce, entonces, la ocupación militar de Saharaui y construye, subraya la integrante de la LADH, un muro, mucho antes del muro que construyó Israel para aislar y separar a los pueblos de Palestina. Ese muro, dividió al país en guetos.
Además, la invasión militar produjo la invasión humana. La llamada “mancha verde”, es la ocupación de civiles marroquíes del territorio saharaui tras la ocupación.
“La Organización de las Naciones Unidas ha hecho estudios sobre la población y concluyó que de ningún modo la población que llega a partir de la invasión marroquí tiene que ver con los auténticos pobladores de Marruecos original”, aclara Podestá.
El conflicto de la hoy RASD, se trata de un problema de “invasión territorial”, de “derecho de guerra” que Marruecos no respeta sino que “viola sistemática y permanentemente los derechos humanos y ataca indiscriminadamente a la población civil saharauis”, denuncia .
El campamento de Agdaym Izik, campamento de protesta organizado del pueblo saharaui, ubicados en cercanías de la ciudad de El Aaiún, fue incendiado y hay decenas de muertos, heridos y desaparecidos.
La ocupación de la RASD tiene, además, el objetivo del saqueo de los recursos naturales y patrimoniales que realiza Marruecos. Recursos naturales como la inmensa producción pesquera, el fosfato (ya que la RASD cuenta con los principales yacimientos de este mineral) e inclusive de la arena. La Unión Europea ha declarado a Marruecos como “socio preferencial” y por otro lado, declara que “el conflicto de la RASD es un conflicto que la humanidad debe resolver“, finaliza la integrante de la Liga. Contradicción que solo se entiende a sabiendas de la primacía que posee en este mundo el poder económico sobre toda cuestión humanitaria o de derechos humanos.

agrega un comentario


“Al salir, solo veíamos cortinas de humo en Agdaym Izik y en El Aaiún”
Por reenvío red eco alternativo - Saturday, Nov. 13, 2010 at 7:38 AM


Charlamos con una de las observadoras internacionales que estaba en Agdaym Izik cuando las fuerzas marroquíes desalojaron el campamento. Hoy sigue en El Aaiún junto a otro miembros de Sahara Thawra, Javier Sopeña. Ambos son buscados en estos momentos por la policía marroquí, que trata por todos los medios de poner fin a su labor informativa y de denuncia.



(Héctor Rojo Letón - Diagonal) República Árabe Saharaui Democrática - Sin tiempo para asimilar lo vivido la mañana del 8 de noviembre, la observadora de derechos humanos Silvia García narró cómo se había producido el desalojo del campamento.
saharahuicampamento.jpg“He perdido todos mis objetos personales y mi documentación. Pero eso me da igual, lo único que me importaba era mantener la cámara y eso lo conseguí”, explicaba Silvia García mientras recalcaba cuál era su objetivo: “Difundirlo mucho, que ha sido muy bestia”.
P: ¿Cómo fue el momento del desalojo por las fuerzas marroquíes?
SG: A las 5.30 nos despertaron a Javier [Sopeña, también integrante de Thawra] y a mí porque había saltado la alarma. Entonces subí al tejado de la haima para grabar. Una hora después llegó el helicóptero que avisaba del inicio del desalojo. En nuestra parte del campamento vimos cientos de coches de policía, después aparecieron fuerzas antidisturbios totalmente equipadas, incluso con chalecos antibalas de plástico que les hacían parecer robocops. Yo nunca había visto a policías así. Iniciaron el ataque con gases lacrimógenos, piedras y porrazos. Eran unas sensaciones terribles, especialmente las de los gases lacrimógenos, que te queman la cara, te dejan sin respiración, te irritan los ojos... Menos mal que las saharauis tenían preparadas colonia y cachos de cebolla para contrarrestar sus efectos.
Tras bajar del tejado, huimos hacia el centro del campamento perseguidos por la policía. Los saharauis se defendían con piedras, y con lo que encontraban, de las agresiones marroquíes. Entonces nos topamos con otro gran despliegue policial y militar. En un momento, me quedé sola y me refugié en la casa del pastor, uno de los tres edificios de cemento que había antes del campamento. Allí, unas 50 mujeres, niños y algunos chavales más mayores intentaban que la policía no derribara la puerta y entrara. Pero no lo consiguieron y nos sacaron a todas, menos a los chicos.
Estábamos totalmente rodeadas por agentes armados con porras, escudos e, incluso, con metralletas. A los chicos les sacaban de uno en uno, y al igual que a otro grupo que veíamos a lo lejos, les esposaban y en el suelo les pateaban y daban porrazos. Después se los llevaban y nadie volvía a saber más de ellos. Lo más terrible era la impunidad con que se paseaban, tiraban las jaimas al suelo y arrasaban con todo. Cuando se fueron, vimos decenas de jeeps descapotables en los que robaban todas las mantas, abrigos y cualquier objeto de valor.
Al irnos, todo era un basurero. Grabé cómo una especie de tractores o apisonadoras arrastraban todo a un montón y después le prendían fuego. Al llegar a la carretera todo estaba totalmente militarizado y sólo veíamos desde lejos cortinas de humo en Agdaym Izik y en El Aaiún hacia donde íbamos caminandsaharahuipiedras.jpgo.
P: Y al llegar a El Aaiún, ¿qué os encontrasteis?
SG: Todo estaba lleno de piedras, de barricadas, de cosas incendiadas... Nos contaron que habían matado a varios saharauis. Mi gran preocupación era poder mandar las imágenes para denunciar lo que pasaba. Hasta que no conseguí enviar el material, no tomé conciencia de lo que había pasado. Desde ese momento no he podido salir de casa.
P ¿Cómo se encuentra la población saharui?
SG: Hay muchos desaparecidos y muchos nervios, aunque la población saharaui ha pasado por situaciones parecidas muchas veces. La sensación que tengo, de las mujeres con las que estoy, es que saben que hay que seguir adelante. Y están convencidas del reencuentro con los desaparecidos.
P: ¿Se había preparado la resistencia al desalojo del campamento?
SG: En el campamento estaba todo organizado por comités: de sanidad, de limpieza, de seguridad... La intención era resistir el mayor tiempo posible, por ejemplo, había jaimas de seguridad entre el muro marroquí y el resto. Durante el desalojo yo estuve siempre detrás de los saharauis que nos defendían, que lanzaban piedras para retener a los marroquíes. Pero de repente, escuchamos “vamos, vamos”, porque nos acechaban. Mi melfa [vestido tradicional saharaui] está llena de sangre. He visto varias personas muertas, cabezas abiertas, brazos totalmente ensangrentados. Ha habido violencia, muchas salvajadas y mucha brutalidad.
P: ¿En algún momento habéis visto algún efectivo de la ONU?
SG: No, no hemos visto coches que no fueran de policías o militares marroquíes. Y caminamos durante mucho tiempo por una carretera muy larga. Yo iba con mi melfa, en ningún momento me identifiqué de forma especial, a las mujeres nos dejaron pasar hacia El Aaiún sin ninguna pregunta

agrega un comentario