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La minoría aborigen que ofendió el territorio de Estados Unidos
Por Luis Soto / Télam - Saturday, Dec. 04, 2010 at 3:43 PM

Curiosamente (o no) había entrado en las tinieblas del olvido un episodio en el que efectivos argentinos atentaron contra la soberanía de Estados Unidos. A partir del destape de los documentos confidenciales filtrados a WikiLeaks se estima que el hecho podría salir a luz con la consiguiente repercusión internacional.

Se trata de una invasión a la ciudad de Los Angeles registrada a comienzos de 1911. De manera que en unos días se cumplirá el centenario de la epopeya.

Lo cierto es que sorprende que seres nacidos en esta tierra tuviesen ambiciones invasoras absolutamente reñidas con los ideales sanmartinianos, basados en un genuino desinterés en el aprovechamiento físico y/o comercial de las victorias militares.

En un momento de replanteo de los derechos de las minorías aborígenes adquiere singular relevancia el hecho de que quienes llevaron adelante aquel episodio sean miembros de las linepithemas humiles. Con empuje y fervor propios de su juventud consiguieron penetrar en Estados Unidos sin problemas de visas, empleo, ni permanencia.

El desembarco fue facilitado por una serie de envíos de café con destino a Nueva Orleans. Si bien nunca hubo una producción nacional de café, todo indica que buques de bandera celeste y blanca fueron portadores de granos de origen brasileño.

Cabe suponer que los polizontes -habitantes de la zona portuaria de Buenos Aires- se colaron a bordo en medio de las operaciones de carga y no se movieron de las bodegas hasta arribar a la meca del jazz cuando era un bebé el "Mono" Villegas.

Para medir la peligrosidad de las lonepithemas -aún son consideradas entre los peores flagelos que afectan el ecosistema californiano- basta señalar que se las compara con las bandas de cucarachas que no cesan de jaquear a los pobladores de Nueva York.

En 1997 se registró un rebrote que provocó 49 víctimas mortales (algunos decesos se debieron a reacciones alérgicas). En ese retorno también cortaron millones de cables instalados en la vía pública.

Ocurre que las linepithemas humiles experimentan una notable atracción por la corriente eléctrica. Actúan divididas en células bajo el comando de una reina (cualquier semejanza con la realidad es simple coincidencia).

Como no se le escapa al lector los invasores son un tipo de hormigas que además ejecutan verdaderas matanzas de sus congéneres locales y destruyen los huevos de pequeños roedores y aún reptiles.

Los sistemas utilizados para combatirlas sólo fueron eficaces cuando actuaron las hormigas "de fuego". Actualmente se previene su reaparición -hay focos subversivos que resisten gracias a sofisticadas formas de mimetismo- mediante bolas de algodón rociadas con aceite de pippermint, que se esparce en los rincones de las cocinas de California.

¿Cómo vivir esta cruzada? Cronológicamente no puede ser tomada como revancha: se dio más de cuatro décadas antes de la acaso gran ofensiva inicial del país de Cassius Clay apuntando a Argentina como potencia imperial.

En manifestaciones de fines de principios de 1946 los trabajadores del gremio de la carne coreaban un grito de batalla: "¡cheque,cheque, chorro, chorro!". Grito tal vez primario, provocado por la publicación de la fotocopia de un cheque de 300.000 dólares recibido por la Unión Democrática de manos de Spruille Braden, embajador del gobierno de Harry Truman.

Aporte que sirvió para crear el slogan "Perón o Braden", fundamental en aquellas elecciones del 24 de febrero.

Días de guerras en que todavía era esencial la infantería, cuerpo al que (claro) pertenecen las linepithemas humiles.

Diminutos soldados que supieron hacerse fuertes en un suelo que jamás ha sido hollado por ejércitos extranjeros.

Como canta Atahualpa Yupanqui, "triste destino el de las lonepithemas argentinas", borradas de la memoria colectiva. Este desagravio pretende salvar el olvido.

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