Julio López
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VERSIÓN TAQUIGRÁFICA: AUDIENCIA PÚBLICA LEY PROVINCIAL DE EDUCACIÓN 30/11/10
Por Asamblea ECI - Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 8:55 PM

LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA CUERPO DE TAQUÍGRAFOS AUDIENCIA PÚBLICA LEY PROVINCIAL DE EDUCACIÓN 30 de noviembre de 2010 VERSIÓN TAQUIGRÁFICA

–En la Ciudad de Córdoba, a 30 días del mes de noviembre de 2010, siendo la hora 11 y 32:

Sra. Presidenta (Feraudo).- Buenos días.


Continuamos con la serie de Audiencias Públicas que comenzó el jueves 18 de noviembre en Córdoba Capital; luego, se hizo en Río Cuarto y el próximo 2 de diciembre se realizará en San Francisco. Agradecemos públicamente la presencia y colaboración de todos quienes efectuaron sus aportes en cada una de ellas.


Se encuentran presentes legisladores integrantes de las tres comisiones que tienen a su cargo el tratamiento de esta ley, por los que les pido a cada uno de ellos que se presenten ante el público.

Sra. Genta.- Buenos días; soy la legisladora Mabel Genta, presidente de la Comisión de Legislación General, que es una de las que trata esta ley, conjuntamente con las de Educación y Economía.

Sra. Bressan.- Buenos días a todos; soy la legisladora Estela Bressan, de Corral de Bustos, Departamento Marcos Juárez, integrante del bloque de Unión por Córdoba y vicepresidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Informática.

Sra. Rosso.- Buenos días; soy la legisladora Milena Rosso, del Departamento Río Cuarto, integrante del bloque de Unión por Córdoba y miembro titular de la Comisión de Educación.

Sra. Calvo Aguado.- Buenos días; soy Soledad Calvo Aguado, integrante del bloque de la Unión Cívica Radical y miembro titular de la Comisión de Educación.

Sra. Coria.- Buenos días a todos, es un gusto que estén aquí presentes; soy Adela Coria, integrante del bloque Frente Progresista y miembro titular de la Comisión de Educación.

Sra. Olivero.- Buenos días, soy Liliana Olivero, del bloque de Izquierda Socialista, vicepresidenta de la Comisión de Educación.

Sra. Rodríguez.- Buenos días a todos. Mi nombre es Esmeralda Rodríguez, represento al bloque del Frente Cívico y Social y soy integrante titular de la Comisión de Educación.

Sr. Ochoa Romero.- Buenos días para todos, soy el legislador Pedro Ochoa Romero, del Frente para la Victoria, miembro titular de la Comisión de Educación y vicepresidente de la Comisión de Legislación General.


Muchas gracias.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Mi nombre es Evelina Feraudo, soy presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Informática.


Damos por iniciada la Audiencia y quiero pedirles, por favor -como cada uno de ustedes seguramente conoce el reglamento porque lo tienen en su poder-, que dentro de sus posibilidades se ajusten a los 10 minutos, que es el tiempo reglamentario, para que todos tengan oportunidad de expresarse, porque es mucha la gente que se inscribió.


Nuevamente agradezco la presencia de todos ustedes y, como algunos que tenían turno más temprano todavía no han llegado, vamos a ir haciendo pasar por orden según como se han ido haciendo presentes.


En primer lugar, convocamos a la docente Mabel Gamarra. Muchas gracias por tu presencia.

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Sra. Gamarra.- Gracias a ustedes.


Agradezco a la presidenta de la comisión y a los legisladores de las tres comisiones este tiempo ofrecido para poder expresarme. En esta mañana quisiera hacerlo respecto a la Estructura del Sistema Educativo, Apartado III: La Educación Primaria, artículos 34, 35 y 36.


El nivel primario constituye una etapa fundante en la educación de toda persona a partir de los seis años de edad, en él se aprende nada menos que a leer y a escribir, y es alrededor de este logro que los demás aprendizajes se van configurando desde todas las ciencias para alcanzar con éxito su paso a la educación secundaria. Todo lo que se logre durante estos seis años de la educación obligatoria redundará en su beneficio favoreciendo la adquisición de conocimientos cada vez más complejos, atendiendo y respetando las etapas evolutivas del niño.


Es una etapa destinada a la formación integral de los niños, tendiente al desarrollo armónico en todas sus dimensiones, que les garantice el acceso a los contenidos capacitándolos para participar activamente en la vida familiar, escolar y comunitaria. Este nivel primario debe garantizar procesos de articulación entre el nivel inicial y el medio, tanto en lo curricular como en las prácticas pedagógicas, brindando un conocimiento articulado, integral y tendiente a la búsqueda constante del bien común que favorezca la integración social en el medio en que vive.


Desde este nivel es necesario educar a nuestros niños como buenos ciudadanos, para ello será necesario prepararlos con una sana convivencia social, enseñando a respetar los bienes ajenos y comunes, las instituciones y las tradiciones. Es esencial estimular, alentar, generar posibilidades educativas para nuestros niños promoviendo sus talentos; fomentar constantemente un pensamiento crítico, positivo y constructivo destacando lo bueno y corrigiendo el error mostrando un camino de superación; fomentar el gusto y la búsqueda de la verdad, la belleza, el bien, la justicia y el trabajo bien hecho como valores trascendentes alentando el diálogo intercultural; fomentar una cultura de hábitos de estudio, esfuerzo y trabajo, alentando a los niños en el ejercicio de una ciudadanía comprometida e incentívándolos a la planificación de proyectos tendientes al bien común, como la protección y el cuidado de la vida, la salud, el medio ambiente y el patrimonio cultural; fomentando también –y dando cauce- a la natural curiosidad e interés, y la iniciativa individual, promoviendo el juego y el deporte como actividades necesarias para el desarrollo integral, gestando su propio proyecto de vida, con objetivos y metas claras, interesándose e incluyendo a otros actores, como la familia, la escuela y la sociedad, en prácticas de convivencia solidaria y de cooperación, comprometiéndose en el buen uso de las tecnologías informáticas y las comunicaciones.


Por último, quiero resaltar la importancia de que las escuelas podrán elegir o no ser de jornada extensiva o completa, según las necesidades y posibilidades de cada institución y respetando el proyecto educativo institucional propio.


Con respecto al Título I, artículo 4º, Fines de la Educación, inciso k), brindar una información que promueva el derecho a la vida y a su preservación, solicito a la comisión rever este inciso a la luz de lo expresado por las instituciones en oportunidad de la consulta y debate realizado en el mes de julio, donde aparece el reporte del proceso de sistematización del documento para la consulta, proyecto de modificación de la Ley de Educación Provincial, Ministerio de Educación, página 10, inciso k), donde dice: “agregar en el derecho a la vida desde la concepción y su preservación”. Considero que debe garantizarse su preservación durante todas las etapas de la misma, quedando finalmente redactado de la siguiente manera: “brindar una formación que promueva el derecho a la vida desde su concepción y su preservación en todas las etapas de la misma”.
Finalmente expresar que en el artículo 3º, Capítulo II, artículo 103, en el Título “El Director”, se garantice la autonomía y el ejercicio de la autoridad superior en lo pedagógico, administrativo y disciplinario del director de cada nivel y de cada escuela, dejándolo claramente expresado en la redacción del artículo. Nuestras escuelas necesitan directores con la autoridad y el ámbito de aplicación, legitimados por la futura ley de Educación de la Provincia de Córdoba.


Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos ahora al señor Agustín Castelli, padre de familia.

Sr. Castelli.- Buenos días.


Quiero compartir con ustedes, desde mi lugar, la importancia de poder elegir la educación para nuestros hijos.


En estos tiempos, donde todo está convulsionado, lamentablemente nos olvidamos de escucharnos.


Mi hijo se llama Santiago, tiene cinco años y concurre al Instituto Sor María Antonia, una institución educativa de la zona noreste de la ciudad de Córdoba.


Cuando tuvimos que tomar la decisión de elegir dónde inscribir a nuestro hijo se abrió un abanico de posibilidades muy variado, habiendo posibilidades tanto de colegios estatales como privados. Luego de un tiempo pudimos elegir esta institución para nuestro hijo, a pesar que ambos realizamos nuestros estudios en establecimientos de gestión estatal. Este me parece uno de los puntos a destacar ya que es habitual y hasta un “caballito de batalla”, cuando se buscan respuestas ante determinadas situaciones por las que transita el sistema educativo.


Se nos habla de la responsabilidad que tenemos los padres en la educación y su acompañamiento, como una manera de concretar y poder llevar a cabo ese compromiso en la elección sin condicionamiento del establecimiento educativo, teniendo una herramienta indispensable para realizarlo, disponer de la libertad garantizada para que, desde la primera célula de la sociedad que es la familia, se viva y trasmita uno de los más loables derechos que tenemos todos los ciudadanos: la libertad de elección.


Es muy difícil poder trasmitir lo que no se vive. Estoy convencido desde mi humilde lugar de que la violencia que hoy rodea este tema no es el mejor ni el más propicio ambiente para desarrollar la libertad, donde sólo se agrede por agredir, sin tener en cuenta el daño que se hace al hermano, donde el único error es tener una postura distinta a la propuesta y sostener su criterio de vida.


El Padre Hurtado, santo de Chile, explica que “el alma que se purifica en el amor, con frecuencia es atormentada por la angustia; todos estos hermanos son mis hermanos queridos, todos sin excepción alguna, esperan que se los ilumine, necesitan la buena nueva y están dispuestos a recibir la comunicación del espíritu, con tal que se les comunique, con tal de que haya alguien que por ellos haya pensado, haya llorado y haya amado”.


Cuando leo el anteproyecto de modificación de la Ley de Educación 8113, me cuesta encontrar cuáles son los ítems para tan desenfrenada violencia verbal, tantos exabruptos que se dicen sin medir las consecuencias y lo único que se logra es perder el objetivo del porqué de esta instancia. Es necesario dar marco legal a las mejores intenciones de parte de todos sus actores a la educación.


Soy miembro de la comunidad educativa mencionada no sólo como padre sino que presto mis servicios en la administración institucional. Generalmente estoy orgulloso de los logros que día a día se pueden experimentar en este ámbito. Por ahí perdemos de vista cómo el Padre Celestial nos involucra en su proyecto como cocreadores en la formación integral de los niños y adolescentes, para ser parte activa de la sociedad fortaleciendo su rol de ciudadano de hoy y de mañana.


Hoy, como institución educativa, templo del saber, estamos llamados para responder de forma completa como educadores, ser testigos del compromiso asumido, debemos ser profetas para las familias de nuestros colegios, portadores de un mensaje de esperanza y, de ese modo, construiremos una sociedad basada en el respeto y la libertad.
Muchas veces nos quejamos sin asumir cada uno nuestras responsabilidades. San Agustín, doctor de la Iglesia, decía que lastimosamente lamentaba la corrupción de los tiempos sin hacer otra cosa para corregirlos. Decía: “Dicen ustedes que los tiempos son malos; sean ustedes mejores y los tiempos lo serán, ustedes son el tiempo. Lo que somos y obramos nosotros será la educación de nuestro tiempo”.


Antes que nada siempre debemos partir de que la educación y el conocimiento están garantizados por el Estado, eso no tiene discusión. Si de algo estoy seguro es del rol importantísimo que viene realizando el Estado de la Provincia de Córdoba en la educación. Muestra de esto es la presentación de este anteproyecto. Es el mismo Estado el que garantiza la libertad de elección y el tipo de gestión que el padre desea para sus hijos.


Ahora bien, si el Estado garantiza la educación, que ésta llegue a todos los habitantes, me pregunto: ¿para qué existen los servicios educativos de gestión privada?


Los que asumimos la educación desde la gestión privada lo hacemos con un doble rol: ser una prolongación del servicio que presta el Estado hacia la comunidad y asumirla de un modo particular con compromisos basados en la experiencia de vida, particularmente, una opción por nuestros pares. Como dice nuestra Madre Fundadora: “quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido para hacerlo conocer”.


María Antonia de San José, venerable argentina nacida en Santiago del Estero, partió de su provincia natal con una seria convicción. Continuó el legado de los padres jesuitas expulsados en esos tiempos, pero lo llevó a cabo de una manera especial, no convencional. Imagínense una mujer entre los años 1766 y 1799, una mujer sencilla y humilde, con todas las virtudes propias de un instrumento de Dios, viviendo en un marco y ejerciendo su influencia en él con proyecciones sociales, lo que la hace más acomodada a nuestro tiempo y caracterizada en el concepto humanitario y caritativo que la distingue y acompaña en sus obras.
No hay manera de disociar el legado que nos dejó María Antonia con el proyecto de servicio educativo que llevamos a cabo y que está inserto en esta ciudad. Es imposible escaparse del compromiso social, cultural y político que conlleva involucrarse en la educación integral de nuestros niños, enmarcada en el ideario institucional, asumiendo la doble responsabilidad de la que antes hablábamos ya que la beata estuvo, a pesar de todos los obstáculos, comprometida con la sociedad no sólo desde lo religioso sino en el contexto de la inclusión permanente del hombre en su medio. De hecho, ella nos propone salir al encuentro del hermano, confiar en la providencia y superar las barreras que, a primera vista, parecen insuperables.
De este modo nos lleva a traspasar transversalmente nuestro servicio con el amor al hermano, asumiendo el constante compromiso del encuentro y la inclusión, asumiendo un rol preponderante y responsable en la sociedad, formando ciudadanos libres y responsables, no teniendo miedo a los desafíos que aparezcan.
Es por ello que da mucha tristeza cuando se analiza el servicio educativo de gestión privada desde lo económico, tirando por la borda todo el compromiso social asumido, desconociendo la inclusión permanente y la contención de los alumnos en lo social, trazando los diseños curriculares para no excluir a los que tienen alguna necesidad educativa especial, con el acompañamiento de docentes integradores dando la posibilidad de que más niños lleguen a completar sus estudios correspondientes; con gabinetes psicopedagógicos interdisciplinarios; gabinetes informáticos con servicios técnicos y docentes especializados; escuelas deportivas y actividades recreativas para que los alumnos de nuestras instituciones expresen sus habilidades y se sientan identificados con las mismas, desarrollando el sentido de pertenencia institucional; clases de apoyo a los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje gracias a la donación de tiempo de los docentes; proyectos educativos a realizar dentro de la institución o lugares acordes a la actividad a desarrollar: misiones, retiros espirituales, convivencias, campañas solidarias; inserción en el ámbito no formal de la educación; foros con debates de temas de actualidad y de interés de la comunidad educativa o barrial, por nombrar algunos de los servicios que prestamos desde la educación de gestión privada.
Al ser tan subjetiva la crítica, no se tiene en cuenta el camino realizado por todas las entidades que, día a día, asumen esta noble responsabilidad poniendo todo de sí, a pesar de que muchas veces no se cuenta con los accesos facilitados a muchos recursos existentes.
La democracia y la libertad de expresión que tanto se publicita debe ser construida en lo cotidiano, caso contrario sólo se convierte en bonitos estandartes.
Pierre Bourdieu, uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX en Francia, afirma que la ceguera que está entre las desigualdades sociales condena y autoriza a explicar todas las desigualdades, particularmente en el éxito educativo, como desigualdades naturales o desigualdad de talentos. Similar actitud se halla en la lógica de un sistema que, basándose en el postulado de la igualdad formal de todos los alumnos como condición de su funcionamiento, no puede reconocer otras desigualdades que aquellas que se deben a los talentos individuales.
En el servicio de la educación, sin importar qué gestión es -estatal o privada- debemos aunar esfuerzos y juntos brindar a nuestra Provincia el mejor servicio educativo, uno siendo el apoyo del otro. No digo nada nuevo, sólo comparto con ustedes lo que es mi realidad y la de muchos, donde los niños y adolescentes de nuestros barrios no miran cómo están vestidos sus amigos o a qué colegio asisten, si usan o no uniforme. Ellos comparten y disfrutan los espacios en común y es allí donde estamos llamados a acompañarlos y brindarles todos nuestros recursos para una educación integral.


Solo me queda dar gracias por su atención y pedirle a Dios, dador de toda nuestra sabiduría, que nos ilumine y siempre predomine el bien común.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a representantes de la Oficina de Inclusión Educativa de la Universidad Nacional de Córdoba.

Sra. Gómez.- Soy Susana Gómez, doctora en Letras, profesora titular por concurso de la Escuela de Letras, de la Facultad de Filosofía y Humanidades; además, integro los equipos interdisciplinarios de inclusión educativa de la Universidad. Específicamente, trabajo con personas sordas.


Mi elección disciplinaria, la simeótica, se ocupa de estudiar cómo se produce el sentido o la forma de producción de significación en la sociedad y de qué manera la significación de esa producción contribuye a la constitución de ciudadanías.


A continuación doy lectura a la propuesta que acompaña a lo que se presentó el martes pasado, partiendo también del documento que se elaboró por parte de la Universidad con respecto al tema de la educación de las personas sordas.


Me baso en una cita de un escritor y filósofo, Edgar Morén, epistemólogo, quien elaboró para la UNESCO en el ’99 un libro titulado “Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro”. Dice así: “comprender a los otros requiere tener conciencia de la complicidad del ser humano”.


La propuesta es la siguiente: En primer lugar, presentamos el proyecto de inclusión educativa y continuidad, presentando el petitorio la semana pasada por la Universidad Nacional de Córdoba junto con la ONG “Educar a un sordo” y la Organización Cordobesa de Sordos, ambas trabajan bajo la autoridad de la Confederación Argentina de Sordos, que a su vez integra la Organización Mundial de Sordera.


En segundo lugar, planteo la situación de los sordos ante la formación superior; cuáles son las carencias, prohibiciones reglamentarias que violan el derecho e impiden el cumplimiento de las responsabilidades.


Algunos planteos, un tanto radicales, devienen de la pericia personal y de observación de la docencia sobre los sordos –hice el profesorado, ha cambiado el nombre del Instituto Cabred y está por fuera de las reglamentaciones y acuerdos internacionales firmados por la Argentina para la educación de los sordos. Se encuentran contemplados en la Ley Nacional de Educación, hay un inciso puntual sobre el tema. La Provincia de Córdoba está violando flagrantemente ese inciso; sería importante que aprovechemos esta oportunidad para estudiarlo detenidamente.


Por otro lado, la Universidad Nacional de Córdoba se encuentra trabajando para incorporar los sordos a las titulaciones, a las carreras, en igualdad de condiciones, sin ningún tipo de restricción bajo ningún punto de vista en ninguna carrera. Esto supone un trabajo que implica incorporar por un lado la investigación; también supone la formación del cuerpo de intérpretes, como lo hay en Uruguay y en otros países, rentado, por supuesto, hay que pagar el trabajo; en tercer lugar, llevar adelante acciones y estrategias didácticas o de educación pedagógica específicas para que los sordos puedan recibirse de médicos, de abogados, de bioquímico, de profesor, o de lo que quieran.


Sin embargo, la Provincia no acompaña este movimiento porque niega, prohíbe reglamentariamente el ejercicio de la docencia a las personas sordas, como es mi caso, que trabajé durante siete años con un recurso de amparo para enseñar lenguas. Por eso es que se dice ¿cuál es el colmo del profesor de lenguas? Que sea sordo, condiciones de trabajo muy buenas para los estudiantes, porque cambiaban las condiciones de comunicación en el aula. Se me inhabilitó para la docencia, para el ejercicio de cargos públicos, sin posibilidad de defensa.


Punto 3º, quiero señalar los distintos puntos en los que hemos estado trabajando en inclusión educativa. Incorporación de incisos en artículos de la ley provincial relacionados con: a) cultura sorda, b) bilingüismo, c) lengua de señas como lengua de aprendizaje y enseñanza, adscribiendo a lo planteado por el señor Juan Druetta en la sesión anterior, respaldado por los acuerdos internacionales suscriptos por Argentina.


Punto 4º, incorporación de la educación secundaria en el marco pleno de la educación formal como garantía de los sordos de acceder a los estudios superiores, en Córdoba vedados por estar los niveles inicial y primario en el sistema de la “educación especial”, entendida como “minusvalía” y, por lo tanto, no otorgan certificación que permita el ingreso a la universidad y a la formación superior en general. Esto viola los tratados internacionales –de la UNESCO, OEA, ONU, de la Asociación Mundial de Sordos-, ya que Argentina sólo cumple con métodos orales para la enseñanza de las personas sordas, sin permitir que los propios sordos cumplan –por medio de una titulación como cualquier maestro o profesor de disciplinas escolares- el rol de enseñantes o de colaboradores de la enseñanza efectiva y no como “informantes”, figura ambigua que utilizan ILAC e IBIS en Córdoba.
La ausencia de una política respetuosa de las pautas culturales y de la lengua de señas es determinante como impedimento para la concreción de estudios universitarios que habiliten para el ejercicio de profesiones de todo tipo o para la investigación en el marco de la equidad. En el mundo hay investigadores universitarios y de ciencia y técnica sordos, con doctorado y maestrías, cumpliendo roles iguales a los de oyentes y con el mismo nivel de exigencia académica y de acreditación científica internacional.


Me pongo de ejemplo porque yo también trabajo en la universidad con un centro de Francia, con un Fondo para la recuperación de papeles personales de Cortázar, y soy la responsable académica de ese fondo, y soy sorda.


Punto 5º, formación superior. La presencia de intérpretes es un derecho de los sordos en cualquier nivel educativo, así como responsabilidad de los profesionales y del Estado de otorgarlos en cualquier nivel educativo y a la segunda lengua –español escrito- como acceso a la cultura letrada de la sociedad de la que forman parte. Deben estar indicados en el anteproyecto de ley los derechos de los docentes, así como de los estudiantes de nivel superior, garantizados por el Estado a partir de resoluciones internacionales suscriptas por Argentina, que deben ser nombradas como marcos jurídicos que, a su vez, se sostienen en los derechos civiles y los derechos humanos otorgados en las declaraciones internacionales. Esta nominación de los derechos adquiridos es una garantía que el Estado debe ofrecer a la comunidad para una efectiva incorporación de las personas sordas, generando a futuro regulaciones y reglamentaciones que emanen de esta ley.


Si no lo aclaramos en la ley, nada de lo que se pueda hacer después va a estar sostenido por la ley. Si generamos un espacio vacío en la ley acerca de los cambios que la propia sociedad internacional y la comunidad internacional de sordos están llevando adelante, si no está contemplado en la ley, ninguna reglamentación va a poder cumplirse porque no va a estar sostenida por una ley marco que la contenga. Estoy viendo la posibilidad de que para muchas de las cuestiones que hace falta que estén contempladas podría ser necesaria una ley accesoria específica para los sordos, como ya lo hay para le lengua de señas para los intérpretes.


Punto 6º, incorporación de incisos en los que se reconozcan y cumplan los derechos de las personas sordas al ejercicio de la docencia en el ámbito provincial, así como también a la obtención de diplomas y al ingreso irrestricto a los institutos de formación docente, IPEF e institutos artísticos y técnicos, como es habitual en muchos países que poseen adheridos a las redes internacionales de sordos, en las cuales los cordobeses tenemos una participación relevante.


La Provincia de Córdoba tiene un reglamento que prohíbe a las personas sordas el ejercicio de la docencia. Este es un momento preciso para que esto se pueda modificar y revertir. Yo soy profesora egresada de la Universidad Nacional de Córdoba con buenas notas.


Punto 7º. Ofrecer a la comunidad de Córdoba la posibilidad a futuro de educar a las personas sordas dentro de un marco que responda a los parámetros internacionales y que garantice a los padres de niños y niñas sordas el derecho a tener una educación de calidad y a ser asesorados por personas sordas con titulación pertinente a fin de poder otorgarles una calidad de vida igual a otros niños de su edad.


Estudios realizados en el mundo de la lingüística, neurolinguística, semiótica y pedagogía demuestran que la lengua de señas no determina una minusvalía sino que ésta es adquirida por ausencia de oportunidades de desarrollo cognitivo, metacognitivo y de simbolización. La misma se origina en el acto de dar respuesta al entorno que el oralismo genera ante la mirada ignorante de los padres, quienes hacen un gran esfuerzo por sacar adelante a sus hijos, aunque está claro que se los mantiene en un grado de cierta ignorancia con falacias conceptuales que son las que están argumentando los profesionales de la sordera.


La Ley 8113 incluye un inciso que da cuenta de la necesidad de modificar el sistema de educación especial por otro que sea cultural. En el caso de las personas sordas hay que evitar el sistema de las minusvalías por el que define el sistema de escolaridad especial; esto significa reconocer la pluralidad de la lengua de señas como cualquier otro idioma que permite el desarrollo de capacidades mentales.


En muchos países del mundo no existe una educación especial en el marco de la discapacidad sino en el de la multiculturalidad, con maestros de grado que hacen cursos de postgrado en las universidades para poder acercarse a la problemática de los sordos.


El lenguaje es inherente al ser humano. Es absolutamente irrelevante la audición para la enseñanza de una lengua. Eso está estudiado y comprobado. Ofrecemos bibliografía de especialistas que sostienen este concepto.


Los profesores de sordos continúan diciendo: “es sordo, no va a poder adquirir un lenguaje, no va a poder aprender a leer”. La realidad nos demuestra lo contrario. También he podido comprobar esto con las investigaciones de semiótica que estoy llevando a cabo: los sordos tienen una capacidad de profundidad y de abstracción que va mucho más allá de eso rígido y lineal a lo que nos obliga una lengua oral.


La lengua oral implica que sólo se produce un fonema por momento, en cambio, los sordos manejan varias unidades de significación al mismo tiempo, se manejan con una expresión espacial, sin hablar de la capacidad de los sordos para ver, en profundidad, una fotografía, por ejemplo. Esto es lo que estoy investigando; si quieren, en algún momento, puedo venir a explicarles.


Punto 8: “Por ello, se ratifica desde la Universidad Nacional de Córdoba la necesidad de dejar abierta en la ley la posibilidad de modificar las instituciones y la reglamentación atinente a los siguientes puntos: 1) ingreso a la docencia irrestricta por parte de personas sordas -y con ello de otras situaciones de minoría cultural o diferencias en las condiciones físicas y de otro tipo hasta hoy excluidas-…“- las personas con dificultades motrices tampoco pueden ser docentes, ese es un problema en la Provincia- … a partir de la consideración de nuevos conocimientos científicos y pruebas internacionales que modifican radicalmente las opciones por los estudios superiores.
2) Se dejará abierta en la ley la posibilidad de modificar las instituciones y la reglamentación en lo que respecta a la ‘reforma profunda del sistema educativo en cuanto a la participación de las personas sordas’.
3) Reforma radical de la titulación de profesionales que trabajen con sordos. En realidad, debería ser un posgrado en cultura sorda, lengua de señas y problemáticas sociales -que es lo que se pide en las organizaciones internacionales como la UNESCO o la OEA- ante un objeto inexistente ‘el profesor de sordos’ –nos preguntamos: ¿qué significa esa partícula ‘de’?- o de ‘disminuidos del lenguaje’ que Argentina sigue otorgando cuando ya los organismos internacionales han cambiado en casi todos los países que suscriben a la Federación Mundial de Sordos”.
Tengo el nuevo plan de estudios del profesorado del Cabred, que se titula: “Profesorado en Educación Especial con Orientación en Sordos e Hipoacústicos”. Hasta el 2009 se otorgó el título cuyo nombre era: “Profesorado de Educación Especial con Orientación en Alteraciones en el Desarrollo Sensorial”; ese título caducó en diciembre de 2009, pero el título nuevo tampoco responde a los cambios internacionales que se están dando. También estoy estudiando una serie de aspectos que implica un plan de estudio, sobre todo el perfil que es realmente –discúlpenme, que haga una calificación personal- lo que uno aprende al analizar un currículum -en el profesorado también se estudian los currículum; yo integro equipos de trabajo de planes de estudio de las carreras y hay carencias muy grandes.
Punto 9: “Ratificar con este pedido que se considere a la Universidad Nacional de Córdoba como aporte pertinente para la reflexión en la trasformación educativa que los sordos de Córdoba se merecen, para lograr superar el atraso de 30 años que padecemos a través de las instituciones del Estado, que reproducen parámetros en desuso y cuestionables, conceptos falaces o ya inaceptables científicamente, …” –se han ido modificando las cosas, cambia el mundo- “…que limita la formación de profesionales en una inadecuación de contenidos y de objetos de estudio y ejercicio profesionales”. Los estudiantes del profesorado merecen una mejor formación para poder abordar mejor su complejidad del trabajo con sordos.
“Además, supondría renovar completamente la planta de profesionales o, en todo caso, brindar una nueva capacitación que involucre a intérpretes, a la comunidad de sordos y a los investigadores que trabajan en el campo, reconociendo con ello la necesidad de modificar tradiciones, lugares comunes, prácticas profesionales e institucionales perimidas que la Provincia de Córdoba sigue sosteniendo”. Este es el espíritu de este anteproyecto de ley, más allá de los sordos para la educación general; estoy pidiendo lo mismo que piden todos los que pretendemos cambiar esta ley. Cambiar la educación significa tirar abajo esas tradiciones, lugares comunes y espacios que, por no cambiarlos, van quedando y hace falta una transformación mucho más grande.
“La Ley debe dar cuenta de esta situación, ya sea para el campo de los sordos como para otros campos profesionales, en cualquiera de sus propuestas. Por caso, la modificación de programas de estudios de los Institutos de Formación Docente en niveles inicial y primario así lo demuestran”, lo cual supondría revisar planes de estudio y titulaciones específicas, recavar información internacional, experiencias investigativas acreditadas por los sistemas de control epistemológicos, para lo cual la Universidad Nacional del Córdoba posee profesionales adecuados en diversidad disciplinaria.


La oficina de inclusión educativa está haciendo la propuesta de que cuando se trabaje la problemática de los sordos ofrecer nuestros profesionales, nuestras investigaciones como base de reflexión que pueda ser compartida. Es nuestra obligación como universitarios y derecho de ustedes conocer nuestra voluntad de formación de conocimientos nuevos que día a día vamos construyendo.


10.- Se considera la educación de las personas sordas como un tema transversal en el anteproyecto de ley, y no en un solo inciso que nos limite en la letra de una ley que debería ser suscripta por la ciudadanía, incluyendo los sordos. En este aspecto, someter en la discusión a otros que hagan de esa ley una pluralidad de los hechos y no sólo una estrategia discursiva para cumplir con lo “políticamente correcto”. Esa es una de las críticas que los chicos del secundario están planteando. Desde la estrategia discursiva parece que la ley era políticamente correcta, cuando se está planteando que no es sólo eso, sino que se está pretendiendo un cambio real. Entonces, ¡demostrémoslo! Y esta es la forma de hacerlo.


No quiero expandirme mucho más en esto. Me parece que, básicamente, el planteo consiste en dos o tres puntos. Primero, reconocer la lengua de señas como una lengua de enseñanza, que lo sordos puedan enseñar su lengua a otros sordos en cualquier disciplina, lo cual significa cambiar el acceso de los sordos a los institutos de formación docente. Segundo, considerar la posibilidad de que los chicos sordos tengan acceso a una educación de calidad en la cual los propios sordos sean sus maestros. Tercero, la posibilidad que la Universidad Nacional de Córdoba asesore y acompañe cualquier necesidad que se tenga a la hora de concretar los cambios que hace 30 años estamos esperando.
Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Invitamos a los representantes de la Asociación HIJOS de Córdoba.

Sr. Capra.- Mi nombre es Matías Capra y me acompaña Cristina Rossi.


No solamente somos representante de HIJOS sino que traemos esta propuesta en nombre de las áreas de educación del Archivo Provincial de la Memoria y del área de educación del Espacio para la Memoria, la Promoción de los Derechos Humanos La Perla y también del área de Educación del espacio de memoria Campo la Rivera. Además, en esta propuesta está el equipo de formación de formadores Vivimos en el País del Nunca Más y los organismos de derechos humanos de Córdoba HIJOS e HIJAS por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas y la Asociación de Ex presos Políticos de Córdoba.


Después de la lectura y debate colectivo del anteproyecto de la Ley provincial de Educación, vinculándola con nuestra lucha histórica y concepción de los derechos humanos, haremos algunas propuestas puntuales para que sean contempladas en el debate.


Dado el tiempo que cada persona pasa en la escuela a lo largo de su vida y teniendo en cuenta que el paso por la misma es el vínculo primero y más prolongado que se entabla con el Estado, entendemos a la escuela como un lugar privilegiado para la formación de ciudadanos críticos, autónomos y sujetos de derecho, de allí nuestra preocupación por una normativa que contenga los lineamientos para fortalecer la dignidad de los sujetos.


En primer lugar, y sobre la discusión en torno a los derechos humanos, creemos que esta discusión es siempre política; hace a las normas sociales construidas históricamente mediante las relaciones sociales de luchas políticas de poder y también hace intrínsecamente a la proyección social de cómo nos gustaría que sea el mundo en el que queremos vivir, es decir, a las nociones de justicia que soñamos se concreten y por las cuales somos y hacemos el mundo.


Específicamente, y con respecto a la educación y a los derechos humanos, pensamos que esta debe tender no solo a respetarlos en un aspecto declarativo sino su construcción colectiva a través de la organización y la lucha por conquistarlos.
Según está establecido en el protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en materia de derechos económicos, sociales y culturales existe una estrecha relación entre los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, determinando que las diferentes categorías de derechos constituyen un todo indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, por lo cual, exigen una tutela y promoción permanente para lograr su vigencia plena sin que jamás pueda justificarse la violación de unos derechos para realizarse otros derechos.
Los derechos humanos son colectivos, indivisibles e interdependientes; es decir, pertenecen al conjunto de todos los seres humanos y requieren ser cumplidos en su totalidad para garantizar la dignidad de la persona. La lesión sistemática a un derecho significa la lesión a todo el conjunto de los derechos humanos, y la violación de los mismos es una agresión a la sociedad toda.
Respecto a esto, coincidimos plenamente en el planteo que hace Horacio Echichury en su reflexión en torno al debate sobre la reforma de la Ley de Educación Provincial. Horacio plantea que en el proyecto se propone una visión limitada de los derechos humanos. En este punto hay que criticar el artículo 4º, inciso k), donde se fija como objetivo de la educación brindar una formación que promueva el derecho a la vida y su preservación. Aquí no se comprende porqué se enfatiza la promoción de un solo derecho –el derecho a la vida– dejando en un inaceptable segundo plano el resto de los derechos humanos. Vale la pena destacar que ni los tratados internacionales ni nuestra Constitución nacional establecen jerarquías entre los derechos, de modo que no resulta constitucional la prioridad dada a un derecho sobre otros.
Este inciso debería reformularse de la siguiente manera: artículo 4º, inciso k): “Brindar una formación que promueva los derechos humanos y su preservación”.
Otro punto de relevancia, a nuestro parecer, es el que comprende lo referido a la Ley 9286, sancionada en el año 2006 por esta Legislatura, que a través de la misma creó la Comisión y el Archivo Provincial de la Memoria y que institucionalizó lo que podemos denominar como políticas públicas de la memoria.
En este sentido, consideramos imperioso armonizar en la Ley de Educación que se discuta lo expresado en la Ley nacional 26.206, también promulgada en el año 2006, que en su artículo 92, inciso c), plantea, dentro del contenido curricular para todas las jurisdicciones, el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objeto de instaurar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho, y la plena vigencia de los derechos humanos en concordancia con lo dispuesto por la Ley 25.633.
Reflexionando, desde nuestro ámbito específico de trabajo, sobre la importancia de tener como base la Ley Provincial de la Memoria, que plantea como eje prioritario el pensar políticas públicas de promoción de los derechos humanos, consideramos que resulta coherente incorporar dentro de los contenidos curriculares de la Provincia la temática Memoria y Derechos Humanos.
En este sentido, proponemos que los espacios de Memoria, creados por la ley provincial, sean entendidos como espacios de formación, aprendizaje y reflexión en torno a los derechos humanos en el marco de la construcción de una pedagogía de la memoria.


Le voy a ceder la palabra a la señora Rossi para que continúe con la exposición.

Sra. Rossi.- Avanzando en la discusión, queremos en este apartado sentar nuestra posición acerca de otros temas que resultan controvertidos en este anteproyecto de ley de educación.


En primer lugar, consideramos un retroceso la diferencia que se plantea con respecto a la Ley nacional de Educación al incluir en los artículos 11, inciso e), y 35, inciso c), el dictado opcional de la enseñanza religiosa en el ámbito de la educación pública estatal, entendiendo la libertad de culto como una garantía constitucional ya planteada en nuestra norma suprema que este agregado contradice.


A su vez, nos inquietan los términos neoliberales contenidos en el anteproyecto –tales como “gestión”, “valores”, “desarrollo”, “oferta educativa”, “demanda”, “autoestima”, entre otros–, que caracterizan un perfil educativo que resulta inaceptable para el ámbito de la educación pública. Las palabras no son neutrales sino que tienen una carga histórica de sentido tal que su elección da cuenta de una postura ideológica.


La palabra “autoestima” –tan empleada en la década del ’90–, utilizada en el artículo 22, inciso d), revela un objetivo superficial que vacía de contenido político las expectativas de logro de la educación que, según nuestro criterio, debieran tender al fortalecimiento de las identidades.


Por su parte, sostenemos que el concepto de “educación en valores” es ambiguo y subjetivo, por lo que insistimos en la educación en derechos, la que, desde un punto de vista constructivista, fortalece la idea de dignidad conquistada como respuesta a la indignidad, y las injusticias e insignificancias del presente. Esta conquista es la que construye valores desde las propias prácticas y no de manera declarativa o moralizante desde el “deber ser”.


Además, no aceptamos la intervención de las empresas en el contenido y desarrollo curricular de las escuelas públicas, mediante la modalidad de pasantías, sin un trabajo crítico acerca de los derechos laborales y sociales. En tal sentido, adherimos a lo planteado por Horacio Echichurry sobre este tema.


Entendemos también que la reforma, respecto de las disciplinas artísticas, no sólo importa un recorte al Presupuesto sino también un cercenamiento de las posibilidades artísticas y libertad de expresión de niños y jóvenes. En este sentido, hacemos propia la frase de Gianni Rodari: “educar con el arte, no para que todos seamos artistas sino para que nadie sea esclavo”.


Finalmente, nos parece importante expresarnos acerca del modo en que se llevó adelante en Córdoba el debate sobre esta ley; consideramos que la voz y la organización de los estudiantes secundarios a lo largo de todo este proceso resultó ser una clara muestra de la disconformidad que existe hacia este anteproyecto, y se consagró como la más importante entre las que todos podamos verter aquí.


Por ese motivo, repudiamos lo expresado en el inciso e) del artículo 16, ya que consideramos que limita los espacios de expresión y discusión en torno a la educación en Córdoba, y proponemos prolongar esta discusión para profundizar el necesario debate sobre la educación pública en nuestra Provincia.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación, hará uso de la palabra el señor Esteban Domingo Sánchez.

Sr. Sánchez.- Buenos días; les agradezco que me hayan brindado la oportunidad de participar en esta Audiencia Pública, para expresar mi punto de vista sobre el tema que nos ocupa. Quiero ser respetuoso del tiempo de que disponga para mi exposición –como se dice en política, “los que hablan al último corren el riesgo de que los anteriores le hayan quitado el discurso”– y señalar algunas cuestiones centrales que hacen a la orientación general de la ley, sin explayarme sobre los detalles que comparto o no.


Me permito comenzar esta presentación relatando una anécdota: fui integrante de la Comisión de Cultura y Educación de la Convención Constituyente del año 1987; en esa oportunidad una convencional amiga –para romper el hielo– me dijo: “quédese tranquilo, doctor Sánchez, no vamos a tocarle los colegios privados”, sabiendo que tuve una gran participación en ellos, pero también en los oficiales. Le contesté: “Los colegios privados no son mi preocupación, los considero un instrumento de, no un fin para”, es decir, un instrumento para asegurar el derecho a la educación. Lo que vengo a defender, y por eso mi participación en esta Audiencia con las propuestas que podamos hacer luego del análisis de todos los proyectos presentados, es la libertad de enseñanza.
Recién se habló de dignidad y, evidentemente, la libertad de enseñanza hace a la dignidad de las personas, así está consagrado en nuestras Constituciones y en nuestra legislación. Todas las personas tienen derecho a elegir la educación que mejor cuadre y responda a sus necesidades para elaborar un proyecto de vida, y eso está claramente expresado en la Constitución de la Provincia de Córdoba cuando habla de los fines.
Según el artículo 61, la finalidad de la educación es la formación integral, armoniosa y permanente de la persona, con la participación reflexiva y crítica del educando que le permite elaborar su escala de valores –aunque acá se dijo que es una cuestión perimida- tendiente a cumplir con su realización personal, su destino trascendente, su inserción en la vida sociocultural y en el mundo laboral para la conformación de una sociedad democrática, justa y solidaria. Creo que este artículo sintetiza muy bien cuál debe ser el fin de la educación, ahora, para lograr ese fin tenemos que asegurar la libertad de elegir, de optar, no basta con que declamemos la libertad de enseñanza si en la operatividad de la ley no la vamos acompañando con una serie de disposiciones que tiendan a asegurar la posibilidad de esa opción.
Podemos hablar mucho de qué entendemos por libertad de enseñanza, y si bien no he traído un paper –como se dice- para dejarles no tengo ningún inconveniente en entregarles una serie de apuntes con los que he estado trabajando, de manera de no robarles mucho tiempo en este momento.
Dentro de esta posibilidad de opción aparece la familia como agente natural y primaria, a veces discutimos mucho qué quiere decir “primario” y siempre decimos que lo primario no significa lo primero, puede ser lo primero pero lo primario es otra cosa; por ejemplo, el verde se hace con azul y amarillo que son colores primarios, a lo primero corresponde lo segundo. Esta es una distinción sustancial, porque ser primario significa tener presente a la familia y las posibilidades de elección, de orientar la educación de sus hijos, de estar presentes en todo el proceso -por lo menos, hasta su mayoría de edad- y, por supuesto, con todas las garantías, respetos y seguridades que nos puede dar la ley.
Sin embargo, en este proyecto de ley no veo reflejado ese aspecto, por ejemplo, al constituir la Comisión de Políticas no veo representada a la familia -y quien habla es un padre-, pero no voy a abundar más en este tema y voy a dejar algunos apuntes referidos al mismo.
En este sentido, en lo que hace a la libertad de enseñanza debemos respetar las Constituciones nacional y provincial; recién se mencionó la Constitución nacional y quiero recordarles siempre que en dicha Constitución hay un artículo que habla de los tratados internacionales, que forman parte de la misma y que son ley suprema de la Nación. A veces decimos “respetar la Constitución” pero nos olvidamos de los tratados internacionales.


En la Cátedra siempre hemos enseñado que la posibilidad de elección, y la libertad que tenemos que tener para hacer opciones educativas, donde el Estado -en defensa del bien común y como garante del mismo- debe asegurar estas posibilidades, esta opción nos pone en contra de lo que yo siempre llamé el “menú único”, algo que no podemos tener en las escuelas pero ha sido muy frecuente en nuestro sistema educativo, con todo su sistema burocrático, si se quiere “autoritario”, si se quiere “encerrado”; por eso creo que acá hay que abrir las puertas.


Otro tema que quiero traer es la necesidad de la autonomía educativa. Creo que la ley no sólo debe “declamar” sino también “asegurar” a los centros educativos la posibilidad de evaluar su propio proyecto educativo, en el marco de los lineamientos que el Estado, como garante y promotor del bien común, tiene establecido con la debida supervisión y evaluación.


Espero que esto de la autonomía educativa no quede en lo que se ha dado en llamar el PEI, Proyecto Educativo Institucional, que muchas veces en las escuelas se convierte en una formalidad pero no se traduce en un elemento de cambio que aglutina todas las potencialidades de esa comunidad educativa y de la comunidad que lo rodea. Por eso decimos que la “autonomía educativa” es la posibilidad de que cada uno tenga su proyecto dentro del marco que da la ley, y que es sumamente importante porque abre caminos a la creatividad y a la libertad, que es muy importante en estos momentos.


Finalmente, quiero hablar de algo que hizo mucho ruido, que es el tema de la enseñanza religiosa. Les voy a comentar lo que sucedió en la Convención Constituyente cuando se trató este tema –yo estuve en todo el proceso de la gestión de la Ley 8113 porque era asesor legislativo de la Cámara de Diputados. Uno de los proyectos decía que la educación era no dogmática. Allí se planteó el problema porque toda la Constitución estaba señalada en sentido positivo, en un “hacer” pero había un solo artículo que hablaba de “no hacer”. Esto lógicamente generó un gran debate, problemas en comisiones, intervenciones de los jefes de bloques y allí se conversó sobre esta situación. El tema era el siguiente: todos estábamos de acuerdo que la educación no puede ser dogmática porque es antieducativa, el problema es que nadie puede educar sin dogmas, porque es mucho más amplia la idea de dogma que el dogma religioso. Lo que pasa es que siempre que se habla de dogma se lo vincula a lo religioso.


En la Convención Constituyente hubo intervenciones muy buenas, podemos mencionar las de la convencional Ileana Sabattini, por el radicalismo, y del hoy miembro de la Suprema Corte de Justicia y ex ministro, Juan Carlos Maqueda, donde se plantea el tema de la religiosidad y de los dogmatismos. Se habla de dogmatismos en todo sentido: dogmatismo religioso, político, social, de todo signo.


También nos preguntábamos en la Convención Constituyente: ¿alguien podría dar una explicación que sea no dogmática acerca del origen del universo o de la cosmovisión del hombre?


Cuando se trató el tema de la religión, se respetaron tratados internacionales, Constitución nacional y Constitución provincial, y respetuosos de ello, hubo que bucear sin omitir nada, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo 13.


Otro aspecto del tema de la religiosidad es que no se habla de la religión católica sino de la posibilidad de que el hombre cumpla con ese objetivo o destino trascendente y de darle la posibilidad de educarse o formarse libremente, voluntariamente, dentro de sus opciones, en esta visión de tipo trascendente.


Estas son algunas de las reflexiones que quería hacer respetando los 10 minutos.


Creo que ha habido bastante debate, si bien no estoy de acuerdo con muchas cuestiones de la ley y sobre todo con alguna estructura, porque no observa ciertos principios fundamentales de la técnica legislativa, y lo entiendo porque eso mismo dijimos cuando discutimos la Ley 8113, y como ésta en definitiva es un aggiornamento de aquella a la luz de la Ley de Educación Nacional, se ha conservado esa estructura. Habría sido interesante hacer otra cosa más pulida.


Para terminar, quiero recordar a Ernesto Sábato. Cuando se realizó el Congreso Pedagógico Nacional, único acontecimiento en el país donde hubo una participación de la comunidad en general, que durante cuatro años se debatió sobre absolutamente todo –en un reportaje se decía, perdónenme el vocabulario, que se había consultado hasta a los “piojos de los alumnos”- y que desgraciadamente ha sido olvidado.


A Ernesto Sábato se le encomendó, entre otros diez intelectuales, la elaboración de un cuadernillo, que se llamó “Cultura y Educación”. A esto lo remarco: cuando se discutió la Constitución provincial, se habló de cultura y educación, porque a la educación no la podemos dejar de ver dentro de un contexto cultural.


Entonces, del cuadernillo de Ernesto Sábato, que para mí es un tratado, quiero leer una primera parte y dejarles el resto, que habla de la educación y la crisis del hombre y de los males de nuestro tiempo.


Dice: “El mundo está gravemente enfermo de incredulidad y correlativamente de feroces dogmatismos. Y la educación no puede ser ajena a esos padecimientos, pues, en desdichada dialéctica, es su raíz y su consecuencia; porque no sólo se manifiesta en las escuelas, en las universidades, sino también en la calle, en las fábricas, en los estadios deportivos y dentro de cada hogar, a través de esas pantallas cuasirradiactivas que en la oscuridad fascinan y trastornan el alma de los niños. Así la educación no puede ser extraña al drama total de esta civilización, no puede no participar de las fallas esenciales que agitan el universo espiritual de nuestro tiempo y amenazan con su derrumbe”. Y continúa el análisis con “La Educación y Crisis del Hombre” y más adelante habla de algunos males de nuestra educación. Considero que lo que ha escrito es extraordinario porque sintetiza toda nuestra crisis.


Les agradezco el haberme escuchado y con esto algo quiero aportar. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Invitamos a pasar al señor Carlos Badra, a quien solicitamos se presente.

Sr. Badra.- Buenos días. Soy Carlos Badra, docente, padre de familia, abuelo y presidente de la Fundación Interamericana de Ciencias de la Educación.


Es para mí un privilegio enorme estar aquí con ustedes y ante ustedes. El tema que me preocupa es muy concreto: el artículo 11, inciso e). He visto que esto ha provocado posiciones antagónicas –están presentes los representantes de HIJOS, también el doctor Sánchez, quien se tuvo que retirar- y que la sociedad se polarizó ante esto. Se trata de la presencia de la educación religiosa en las escuelas públicas, establecida como un derecho de los padres porque éstos tienen derecho a que sus hijos reciban educación religiosa en las esuelas públicas conforme a su elección no confesional. Esta posición es anacrónica puesto que esta norma está vigente desde hace más de una década y media. Está presente en la Constitución provincial y tiene rango constitucional. De manera que, pretender quitarla de la ley es pretender convocar a una convención constituyente provincial porque habría que modificar la Constitución más que una ley. Entonces, aunque la eliminemos de la ley, tiene peso constitucional y tiene vigencia.


También tiene vigencia –y es por ello que se polarizó- la tradición de la Ley 1420, de 1884, y la Ley Láinez, de 1905, estableciéndose un movimiento laicista, hubo grandes conquistas como el registro civil y otras, que provocaron que se distribuya el uso equitativo de los derechos civiles de los ciudadanos. Justamente, decía que la educación debía ser laica, gratuita y con todos los principios que se consagraron.


A manera de conciliación de ambas posturas, pienso que este artículo tiene una omisión que sería muy interesante salvar, y está agregado ya en la nota de elevación del Gobernador al Ministro de Educación y al Fiscal de Estado. Cuando se eleva a la Legislatura agrega dos cosas, y dice así: “Se entiende este tema de la gestión estatal de la educación religiosa de manera opcional, extracurricular y a contraturno del horario de cursos”.


Como padre, educador de hace mucho tiempo, con algunos colegas de ustedes, hemos podido ver el trauma que para el niño significa estar fuera de una actividad escolar, donde están sus compañeros, porque sus padres eligieron un culto, y está solito en un aula o en el recreo con actividades extras. Así es que, para evitar este tipo de situaciones y para respetar el derecho de los niños, considero útil… O sea, el padre va a ejercer el derecho a educar a su hijo y a optar por la creencia que tiene, que el chico pueda recibir esa educación sin sufrir todos esos traumas si se agrega a la norma lo que no se agregó acá, porque sólo se puso en el artículo 11, inciso e) “manera opcional” y se ha omitido lo de “extracurricular y a contraturno del horario de clases”.


Ese es mi aporte y mi solicitud. Pienso que no hace falta mucha documentación, es más, está presente en la nota de elevación, y les ruego se haga ese agregado para terminar con pensamientos confrontativos y poder movernos con un pensamiento constructivo, para que todas las posturas sean respetadas y satisfechas.


Nada más.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su aporte.


Convocamos ahora al doctor Prudencio Bustos Argañaraz.

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Sr. Bustos Argañaraz.- Buenos días.


Antes que nada, quisiera manifestar mi beneplácito por el hecho de que este proyecto de ley ha sido el producto de un acuerdo, de un consenso entre distintos sectores políticos representados en esta Cámara, pero también de distintos sectores de la sociedad que no tienen representación parlamentaria, pero cuya opinión es valiosa a la hora de tomar este tipo de decisiones.


Creo que eso es particularmente recomendable en todo el ejercicio de la vida republicana y democrática, porque las leyes que salen por consenso tienen la virtualidad de perpetuarse en el tiempo, es decir, no son el producto de una mayoría circunstancial que impone su número, porque en ese caso las leyes quedan expuestas a que cuando esa mayoría cambie y aquellos que en su momento estuvieron en desacuerdo sean la nueva mayoría, la ley sea cambiada y tenga una vigencia fugaz, perentoria.


Pero si eso es válido para todas las leyes que las legislaturas, los parlamentos y el Congreso de la Nación sancionan, es particularmente importante en leyes que hacen a la esencia de la vida en sociedad, y creo que hay pocas más importantes que una ley de educación, la ley mediante la cual se va a regir el procedimiento a través del cual nuestros hijos y nietos van a ser educados, es decir, formados para convivir en sociedad bajo las normas del sistema democrático y republicano, es decir, de respeto al otro y de respeto a la ley de la conciencia cívica.


Entonces, antes que nada quiero felicitar a la comisión que ha tenido la lucidez de hacer de esto un proyecto consensuado y no un proyecto impuesto por mayoría.


Yendo a los puntos en cuestión, quisiera poner el énfasis en dos de ellos, pero antes quisiera formular una consideración acerca de algo que ustedes, los legisladores, conocen muy bien, pero que es bueno que lo tengamos todos presente, así que me disculparán que lo reitere. Kelsen nos enseñaba que existe una jerarquía normativa en las disposiciones legales. En la cúspide de la pirámide con la que el antes citado autor graficaba este orden jerárquico se encuentra la Constitución nacional, que todos los argentinos estamos obligados a respetar y a observar sus normas, aun cuando no las compartamos.
En segundo lugar, encontramos la Constitución provincial, que se supone está ajustada a la nacional. Las leyes que se sancionen están por debajo de las dos disposiciones máximas y, por lo tanto, deben estar en concordancia con las normas que aquellas constituciones establecen. Una ley sancionada a “contrapelo” de una disposición constitucional deviene inconstitucional en forma automática, y cualquier juez está en condiciones de establecer esa condición; entonces, lo primero que tenemos que tener en cuenta es qué dicen la Constitución provincial y cuál es el marco normativo que ambas constituciones establecen para que la Ley de Educación se ajuste a sus normas.


Los dos puntos que quiero considerar están expresados en la Constitución provincial. Uno de ellos es la discusión centrada en si este proyecto de ley abre la discusión o deja sentado algún precedente en orden a la posible sanción de una ley que despenalice el aborto. Este es un tema delicado; hace a la conciencia de cada uno de nosotros. Como liberal, soy respetuoso de todos los pensamientos, más allá de su contenido; de manera que no abro juicio sobre las razones que llevan a cada uno a sostener determinada posición.


Personalmente, no estoy a favor del aborto porque sinceramente considero que la defensa de la vida de aquel que no tiene posibilidades de pedir clemencia ni mucho menos de defenderse debe ser preservada, pero respeto la opinión de quienes opinan diferente. En orden a lo que recién señalaba, creo que no podemos ignorar el hecho de que la Constitución de la Provincia de Córdoba, en su artículo 4º, establece “la inviolabilidad de la vida desde su concepción”; es decir que, aún aquellos que no están de acuerdo con mi posición y que propician leyes que despenalicen el aborto no pueden hacerlo -a la luz de esta disposición- sin violar la norma constitucional; o sea, una ley que no se ajustara a este precepto superior, a esta ley suprema que es la Constitución, devendría automáticamente en una ley inconstitucional. Es decir, ese es un límite que no podemos superar.


Si este proyecto estableciera cuestiones que están en concordancia con esta disposición que declara inviolable la vida desde la concepción misma, creo que estará bien hecho, porque debe respetar y hacer operativas las disposiciones constitucionales; esa es la misión de la ley.


Por otra parte, existe una cuestión de orden científico, que, como médico, me tomaré la libertad de expresarla muy brevemente: hay una controversia científica acerca de cuándo comienza la vida. Al respecto, existen dos teorías –aunque ninguna de las ellas ha podido ser demostrada en forma fehaciente-: una de ellas dice que la nueva vida comienza en el momento en que los gametos masculino y femenino -o sea, óvulo y espermatozoide- entran en contacto; el espermatozoide fecunda al óvulo y se produce lo que se llama célula germinal. En ese caso, estaríamos en presencia de una imposibilidad absoluta de interrumpir un embarazo desde el mismo momento en que la fecundación se produce; es decir, si lo hiciéramos, estaríamos violando el precepto constitucional. La otra teoría dice que la vida aparece recién cuando el óvulo fecundado, es decir, convertido ya en blástula, se implanta en el espesor del endometrio. Según esta teoría, la interrupción antes de esa etapa no sería atentatoria contra la vida, lo cual dejaría al aborto totalmente afuera de la discusión, ya que para realizar un aborto provocado es menester el diagnóstico de embarazo previo, el cual, por los métodos que actualmente poseemos, sólo puede hacerse no menos de 15 días después de producida la fecundación, es decir, cuando aparecen las hormonas gestacionales: la progesterona en sangre o en orina y se puede detectar a través de las pruebas que se realicen.


De manera que en cualquiera de los dos casos el aborto provocado estaría en contra del artículo 4º de nuestra Constitución.


Lo único que quedaría dentro de la discusión sería el uso de la llamada “píldora del día después”, que sería un método preventivo que en la segunda teoría científica no sería abortivo puesto que todavía no habría vida porque el óvulo no estaría implantado.


En orden al otro cuestionamiento: la enseñanza religiosa en las escuelas públicas fuera del horario de clase y a solicitud y elección de los padres, me parece que también está contemplado en la Constitución de la Provincia, en este caso creo que en el artículo 5º de la Constitución provincial –no interesa el número de artículo, si estuviera equivocado ustedes sabrán corregirlo-; la Constitución establece no sólo la libertad de culto como una de las libertades básicas del ciudadano, sino también la libertad de los padres de elegir la educación del hijo que, además, está contemplada en la Ley de Educación vigente, la 8113.


Creo que es el artículo 7º de esa ley el que establece como derecho de los padres que sus hijos reciban, en el ámbito de educación pública estatal, educación religiosa que les permita aprender los valores y contenidos básicos de las creencias por las que hubieren optado.


Dije al comienzo que las leyes deben respetar los marcos conceptuales que las constituciones establecen, de lo contrario devienen inconstitucionales. Pero ahí no acaba el ajuste –por decirlo de alguna manera- que la ley debe tener con respecto a la Constitución; la ley debe, además, promover el cumplimiento de los preceptos constitucionales incorporando normas operativas que hagan que esos enunciados –los preceptos constitucionales- tengan vigencia plena y real.


Me pregunto: ¿qué mejor ejercicio de las libertados y los derechos que las leyes y las constituciones nos conceden que el proporcionarle al ciudadano la mayor amplitud de opciones? Porque si las opciones se restringen, las libertades y los derechos devienen simplemente declaraciones vacías de contenido. Pongo un ejemplo: si la Constitución nos reconoce el derecho a elegir libremente a los gobernantes y restringiéramos –como ocurre en algunos países- la elección a un partido único, esa libertad no sería tal, porque no tendríamos la opción de elegir a aquel que mejor representa mis pensamientos sino que tendría la obligación de votar por ese único partido, o votar en blanco, o no

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CONTINUACIÓN PARTE 2 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:02 PM

Pongo un ejemplo: si la Constitución nos reconoce el derecho a elegir libremente a los gobernantes y restringiéramos –como ocurre en algunos países- la elección a un partido único, esa libertad no sería tal, porque no tendríamos la opción de elegir a aquel que mejor representa mis pensamientos sino que tendría la obligación de votar por ese único partido, o votar en blanco, o no votar. Con este ejemplo quiero decirles que mientras más opciones proporcione la ley al hacer operativa la disposición constitucional mucho mejor será el ejercicio de la libertad.
Qué mejor que darle a los padres la opción, si tienen creencias religiosas, de poder obtener en la escuela de gestión pública la formación o instrucción del credo que han elegido para sus hijos, dentro de todas las condiciones que se han establecido, es decir: fuera de horario, extracurricular, sin obligación alguna, etcétera; y aquéllos que no tienen ningún credo que no lo hagan. ¿Cuál es el temor de que esto ocurra? ¿Por qué nos vamos a oponer a proporcionarles a nuestros ciudadanos y conciudadanos la oportunidad de que en una escuela pública –quizás lo mandan ahí porque no pueden pagar una escuela privada confesional donde habrían querido llevarlo- reciban esa formación? ¿Por qué los vamos a privar de tener en ella esa educación si no tiene costo para el Estado ni agravia a nadie? ¿Cuál es el agravio al permitir que alguien pueda obtener para a sus hijos educación en la religión que ha elegido en la escuela pública?
Creo que hay una confusión en el concepto del “laicismo” de la enseñanza consagrada, afortunadamente, por aquella extraordinaria generación del ’80 que hizo de la Argentina uno de los países más grandes de la Tierra, en la Ley 1420. Esta ley, precedida de un gran congreso nacional de educación donde se discutió profundamente –discusiones serias, porque en aquel momento había un movimiento clerical que se negaba a aceptar cualquier modificación que implicara que la Iglesia Católica perdiera el monopolio de la educación que hasta entonces tenía-, establece la enseñanza obligatoria, gratuita y laica por parte del Estado.
¿Qué es la enseñanza laica? Enseñanza laica es aquella que no toma partido en orden a la elección religiosa de los ciudadanos, es decir, que no obliga a que su hijo sea educado en una religión determinada, sino que lo deja en absoluta libertad, esa es la enseñanza laica. ¿Atentan contra ello las disposiciones contenidas en el proyecto que están tratando? Estimo que no.


Por otra parte, creo que el prohibir o impedir esto implicaría, quizá, una lesión a ese concepto de laicidad, porque si lo laico es la neutralidad del Estado en materia religiosa, creo que el optar por la negación de la educación en la forma prevista sería tomar partido por una concepción atea, que es digna de todo respeto, y los padres tienen la opción de elegirla, pero si la imponemos le estamos quitando el ejercicio de un derecho y una libertad a los padres que tienen creencias religiosas.
Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Invitamos al docente Andrés Cabeza.

Sr. Cabeza.- Buenas tardes.


Soy docente y vengo en representación de la Escuela Superior de Bellas Artes Martín Santiago de la localidad de Deán Funes.


Dado que hay un tiempo limitado para hablar, traje material escrito que quisiera dejar como aporte. Lo que dejo escrito no es exactamente lo que voy expresar, sino que contiene aproximadamente 30 propuestas puntuales, artículo por artículo, indicando en cada caso qué artículo es cuestionable con su correspondiente propuesta superadora, como para no quedarnos nada más que en la crítica. Aclaro que, más allá de los aspectos positivos o rescatables que tiene este proyecto, voy a hacer hincapié en los aspectos cuestionables.


Dentro de esos 30 puntos haré un somero repaso de los principales 8 puntos. El primer punto cuestionable, es la propia conformación del Consejo Provincial de Políticas Educativas. Ese consejo, a pesar de que contiene numerosos miembros, carece de representantes de sectores importantes de la educación cordobesa, por lo cual se puede decir que la conformación del mismo es ilegítima porque no es completamente representativa. Para brindar un ejemplo, vemos que en ese consejo no está representado el nivel superior de la educación y sí hay representantes del Consejo Católico de Educación, lo cual es una extraña asimetría que puede dar alguna pista de los motivos por los cuales ha generado tanto rechazo en la sociedad en forma de toma de escuelas, de marchas, etcétera.


Sabemos que este consejo viene actuando desde el año 2008, lo cual forma parte del pasado y no se puede revertir. Sin embargo, en el proyecto figura el artículo 89 que se puede revisar. Puntualmente, la primera propuesta sería revisar este artículo que habla de la conformación del Consejo Provincial de Políticas Educativas, para lo cual hay dos posibilidades; una, que es la más extrema, sería cambiar completamente la conformación de este consejo. Otra posibilidad, que es la más factible, consistiría en agregar representantes a los que ya figuran. Si se adoptara esta segunda posibilidad, la propuesta consistiría en que haya representantes, por un lado, de todos los niveles de la educación y, por el otro, de todas las modalidades de la educación. A este respecto quiero mencionar un par de ejemplos: en mi caso, que pertenezco a una escuela de artes, dentro del Consejo Provincial de Políticas Educativas, que yo sepa, no hay ningún especialista que domine el tema artístico; el segundo ejemplo se refiere a un aporte que hizo una oradora anterior, que habló de la problemática de los sordos; y, en este sentido, tengo entendido que tampoco hay ningún especialista en la problemática de los sordos.
Considero que si hubiera representantes de todos los niveles y de todas las modalidades esa clase de problemas –que son problemas finos– se podrían abordar con mayor profundidad sin generar todos los conflictos y críticas que se han suscitado.
Por lo tanto, la propuesta sería que haya representantes de todos los niveles y modalidades e, idealmente, considero que también debería haber representantes del estamento de los estudiantes. Esto como primer punto.
El segundo punto del que se ha hablado tanto concierne a la religión. Sobre este punto, y en discrepancia con algunas manifestaciones que se han vertido aquí hace un momento, queremos manifestar nuestro rechazo total a la presencia de formación religiosa en las instituciones educativas públicas de gestión estatal, porque entendemos que para eso ya están las instituciones privadas que, además, reciben aportes del Estado. Ese tema pertenece al ámbito privado de la persona por lo que no hace falta que se lo incluya en instituciones públicas de gestión estatal.
Sobre este tema habría que aclarar que rechazamos, incluso, la formación religiosa en carácter opcional y extracurricular porque ello significaría un verdadero retroceso histórico en el ámbito educativo. Más allá que es cierto que esa posibilidad ya estaba contemplada en la Ley 8113 del año 1991 y que aparece en la Constitución provincial, pensamos que debería ser rechazada porque implicaría, para la Provincia de Córdoba en particular, un retroceso al siglo XIX. Me refiero a la Provincia de Córdoba en particular porque hay otras provincias cuyas leyes provinciales de educación no incluyen la formación religiosa en instituciones públicas de gestión estatal, incluso, la propia Ley de Educación Nacional no prevé esa posibilidad, por lo que estaría yendo en contra de dicha ley.
Consideramos que, puntualmente, habría que modificar los artículos 3, 4, 11 y 35. Las propuestas concretas de modificación figuran en el texto que les voy a dejar, no quiero detenerme en ese tema porque sería demasiado técnico.
El punto 3º hace referencia a la educación artística. En el proyecto hay dos artículos, el 74 y el 75, que hablan puntualmente de la educación artística. En este sentido se puede decir que, en general, esos artículos son pobres. Lo ideal a este respecto sería convocar a especialistas para que revisen esos artículos. Pero, además, lo mínimo que uno puede decir es que habría que hacer concordar este proyecto con los artículos 39, 40 y 41 de la Ley de Educación nacional, que son más completos ya que incorporan otros elementos no contemplados en este caso. Voy a dejarles un texto en el que he plasmado una propuesta destallada acerca de cómo se podrían completar esos artículos; no obstante, es una simple propuesta que para tener más sustento debiera contar con el aporte de especialistas, cosa que no sucedió.


El punto 4 hace referencia a las pasantías y las prácticas profesionales, que es otro tema conflictivo y sumamente delicado. En tal sentido, hay que aclarar que las prácticas profesionales o preprofesionales –como también se las llama– son positivas en sí mismas, ya que constituyen una forma enriquecedora de aprendizaje de los alumnos; sin embargo, hay que tener mucha cautela en esto porque, evidentemente, una legislación ambigua o imprecisa puede dar lugar a consecuencias indeseables.


Por eso, en primer lugar, habría que convocar a especialistas para que revisen este tema. En segundo término, el artículo 33 de la Ley de Educación nacional incluye especificaciones que este proyecto, curiosamente, ha pasado por alto; por ejemplo, en el caso de la educación secundaria se hace referencia a la edad de los alumnos que hacen las prácticas y el tiempo que estas duran, lo que debiera ser incorporado a este proyecto.


Al respecto, en el artículo 46 habría que hacer referencia a las prácticas docentes, correspondientes a los profesorados; para ello, en este artículo podría incluirse un agregado que establezca que el Gobierno facilitará convenios para que los estudiantes desarrollen este tipo de prácticas.


Otro punto, por cierto muy conflictivo, hace referencia al financiamiento de la educación –al respecto, mi propuesta está detallada en el texto escrito que les entregaré– y creo que, como mínimo, habría que hacer coincidir el artículo 107 del proyecto en discusión con el artículo 9º de la Ley de Educación nacional.


Se hizo referencia aquí al inciso k) del artículo 4º –que establece que la educación debe “fomentar el derecho a la vida”–, que propongo sea eliminado ya que puede llegar a ser leído como una postura antiabortista, ciertamente cuestionable. En tal sentido, los representantes de la agrupación HIJOS hicieron otra propuesta, sumamente interesante, consistente en modificar ese inciso expresando “promover los Derechos Humanos”, y me parece excelente la idea de reemplazar un inciso conflictivo por otro que merece nuestro total apoyo, incluso habría que agregarlo a la propuesta que voy a dejar por escrito.


En cuanto al punto 7º, hace referencia a la gestión institucional, y quiero hacer algún comentario al respecto. El artículo 103 del proyecto habla del director de las instituciones, y me parece que también habría que hacer referencia al cargo de vicedirector, porque en muchas instituciones ese cargo no existe, y si una Ley de Educación provincial no hace referencia al cargo de vicedirector de algún modo está tolerando esa situación irregular.


Por otro lado, con respecto al tema de la gestión, quisiera hacer una propuesta que –creo- ha sido poco debatida y es en referencia a la forma de elección de los directivos en las instituciones de nivel superior. Habría cierta divergencia entre el proyecto del que estamos hablando y la Ley de Educación nacional, porque este proyecto incorpora la figura del director que no aparece en la Ley de Educación nacional, y en esta ley su artículo 124 dice que la “gestión de las instituciones de nivel superior será democrática”. Si este proyecto está diciendo que la gestión va a quedar a cargo de un director, ¿cómo puede entenderse lo que dice la Ley de Educación nacional acerca de la gestión democrática? Creo que el modo más razonable de entenderlo sería que la “elección de los directivos sea democrática”.
En el caso de Córdoba, si se acepta la figura del director y también la del vicedirector, la propuesta puntual sería que esos cargos sean elegidos democráticamente dentro de cada institución. Aclaro que esto no va en contra de la elección por concurso porque se pueden articular perfectamente los dos sistemas.


El punto 8º, y último, al que quiero hacer referencia, que ha sido objetado en muchas oportunidades, es el modo en que se ha planteado la transformación de la Ley 8113. Ese modo, por decirlo suavemente, ha sido cuestionado en distintos aspectos, por un lado –como dije-, por la constitución del Consejo Provincial de Políticas Educativas y, por otro, por las instancias de participación.


Lo más razonable, dado que todavía hoy existen conflictos y hay marchas y escuelas tomadas, sería prolongar el debate hasta el 2011, creo que eso zanjaría todas las dificultades, calmaría los ánimos y permitiría resolver con un mayor grado de profundidad y tranquilidad todos los aspectos finos y delicados que se han mencionado en estas ponencias. Me parece que para eso haría falta cotejar este proyecto con leyes de educación de otras provincias y convocar a especialistas.


Eso es todo, hago entrega del material y espero que sea leído y tenido en cuenta. Gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por tu aporte.


Convocamos a Valeria Swels.
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Sra. Swels.- Buenos días.


Soy profesora de dos IPEM de Córdoba, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Córdoba, profesora adjunta de la Cátedra de Política de Comunicación -de la cual formé parte del proceso de creación- profesora de fotografía de un terciario privado, estudiante de la Escuela de Ciencias de la Información -estoy en proceso de tesis-, parte de la Asamblea de Estudiantes de Ciencias de la Información de la Universidad Nación de Córdoba, y participo de algunas organizaciones sociales de Córdoba.
También quería hacer mi presentación contando que mi formación educativa fue en un colegio católico privado, desde jardín a 5º año.


Desde esas distintas prácticas sociales, ciudadanas, políticas y educativas, venía a presentar el pronunciamiento de la Asamblea de Estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Información, manifestando que estamos en contra de este proyecto de reforma de la Ley de Educación. Tampoco coincidimos con estas Audiencias Públicas, y los argumentos que fueron discutidos y consensuados con los estudiantes de la Asamblea Interestudiantil de Córdoba son: en primer lugar, esta instancia de Audiencias Públicas no son espacios de participación genuina ya que no tienen carácter vinculante. De este modo se da continuidad a la política de exclusión de la construcción de una nueva Ley de Educación, que debiera ser representativa y legítima. Las Audiencias Públicas no son tan públicas como debieran ser porque no todos pueden llegar a esta instancia; además, hay un tiempo para inscribirse y también para exponer, no hay debate, por eso no son tan democráticas y participativas como debieran ser.


Nos pronunciamos en rechazo de este proyecto de ley porque, por un lado, no fue gestado desde la participación democrática de toda la comunidad educativa, dado, por un lado, la conformación del Consejo Provincial de Políticas Educativas que excluye a padres, madres, estudiantes y una real representación docente, pero sí incluye a sectores ajenos a la comunidad educativa que responden a corporaciones económicas, empresariales y religiosas que tienen intereses claramente definidos, que atentan contra la educación pública, laica, gratuita, diversa, integral y de calidad.


Por otro lado, la instancia de pseudo consultas llevada a cabo por el Gobierno, el 28 de julio, en una jornada de 4 horas –yo estuve presente- fue un simulacro, una mentira porque en 4 horas no se puede leer una ley, no se puede procesar un pensamiento crítico, no se puede argumentar, no se puede cotejar con otras leyes; fue una falacia para estudiantes que lo requirieron y en instituciones que lo permitieron, con una propuesta de un módulo diario el transcurso de la semana, dejando 7 minutos para el análisis de cada artículo.


Me tomé la molestia y cedí algunas horas del dictado de mi materia para discutir el proyecto de ley con estudiantes de 2º año; por supuesto que no llegamos ni siquiera a leer lo que es la ley. No pudimos tener un debate serio, profundo, comprometido, conciente, que apunte a una participación real.
Estas maniobras políticas apuntan a legitimar la consulta limitada y una participación genuina de todas y todos los ciudadanos interesados en la educación pública.


En segundo lugar, concibe a la educación no como un derecho sino como un servicio. Acá se da una ambivalencia en este proyecto, porque por un lado, en su artículo 1°, entiende a la educación no como un derecho sino como un servicio, mientras que el artículo 2° declama que la educación es un derecho personal y social garantizado por el Estado.


Esta ambigüedad responde a un posicionamiento en cuanto a la educación como una mercancía o mercantilización, siendo funcional a los intereses corporativos. Habría que preguntarse en qué sentido es un servicio y no un derecho humano básico.
Ello implica la subordinación de la educación al sector productivo y a criterios mercantiles, y se contradice con la concepción del derecho como bien público -artículo 10 de la Ley Nacional de Educación-, siendo funcional a los intereses empresariales, corporativos y religiosos –de la religión católica- admitiendo prácticas profesionales y pasantías -los artículos 46 y 66-, que implican la precarización laboral y el trabajo infantil encubierto, en contradicción con la Constitución nacional y la Ley Nacional de Educación, que plantea prácticas educativas para mayores de 16 años, sin carácter contractual y por períodos no menor a seis meses, condiciones que se omiten explícitamente en este proyecto de reforma de ley. De esta forma, se desdibuja el sentido de la educación como formación integral en el desarrollo de las personas.
Esta segunda crítica que presentamos nos hace reflexionar y debatir, sobre todo, acerca del tipo de educación que queremos, con qué fines y para qué. ¿Queremos una educación que respete acríticamente las instituciones, la Constitución, la legislación vigente? ¿Por qué no proponemos una educación constructivista, desde un posicionamiento crítico, que permita formar ciudadanos y ciudadanas conscientes y comprometidos con sus propuestas ciudadanas y la problemática social de la que forma parte y en las que tiene posibilidades de transformación y cambio?
Si una Constitución no nos representa, ya que estamos hablando de democracia representativa, debatamos y la reformemos. Si las leyes no nos representan, sin discriminaciones y sin ser dogmáticos económicos, religiosos o corporativos, discutamos las leyes.
En tercer lugar, la Ley Nacional de Educación 26.206 garantiza la educación sexual en todos los niveles del sistema educativo y la Ley Nacional 26.150 establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral, no así en este proyecto de reforma, que hace hincapié en la formación de valores –artículo 4°, incisos j) y k)- dentro de un discurso subjetivo y ambiguo, pronunciados por sectores conservadores y me atrevo a decir anacrónicos, que se contraponen con el espíritu de las leyes nacionales anteriormente referidas.
De esta manera, se pretende fijar una posición cerrando el debate a la comunidad.
Este proyecto de reforma promueve una educación religiosa responsable y respetuosa de la vida. ¿Qué significa respetuosa de la vida? ¿El no al aborto? Si es así, esta ley no es representativa, porque cientos de mujeres mueren en este país por abortos clandestinos.
¿Qué significa educación responsable? ¿Someternos a los designios del Papa actual, que autoriza el uso de preservativos sólo en algunos casos, como con las prostitutas, para que sus enfermedades no se propaguen por la sociedad? Esto es un anacronismo, anacronismo religioso y dogmático, sumado a la discriminación, porque no respeta la vida.


4.- Introduce la educación religiosa en las escuelas públicas, atentando contra la educación laica. Ello está incluido en el artículo 11, incisos d) y e) y en el artículo 35, establecida por la Ley Nacional 1.420, que sienta las bases de una educación pública, laica, gratuita, universal y mixta. Así, el nuevo proyecto promueve la intromisión de las instituciones religiosas –me atrevo a decir corporaciones religiosas católicas- en las escuelas públicas, violando el derecho a la libertad de culto -Constitución nacional, artículos 14 y 20-, bajo la falacia opcional de la enseñanza religiosa opcional, extracurricular y a contraturno del cursado, contradiciéndose con el artículo 3°, inciso f), que postula una educación exenta de dogmatismos de cualquier signo. De esta manera la Iglesia Católica quiere recuperar el control del poder sobre el Estado que perdió con la Revolución Francesa.


Pero no sólo esto, este artículo, que habla de la educación religiosa opcional, extracurricular y a contraturno del cursado es realmente una falacia que atenta profundamente contra la educación laica. Las Iglesias tienen sus propios templos y sus propias escuelas para educar religiosamente a sus fieles. Si no les alcanza, que creen nuevas escuelas gratuitas, ya que las escuelas católicas privadas reciben subsidios del Estado. Pero, el Estado ¿debe subsidiar además la educación religiosa en las escuelas públicas? Es una falacia.


Argumento crítico número 5.- El proyecto de ley, en su artículo 107, fija el financiamiento educativo con un piso el 35 por ciento del Presupuesto General Anual de la Provincia, pero no aclara que sea el Estado provincial el que garantice la totalidad del financiamiento presupuestario, ya que en el artículo 3°, inciso j), habla de “recursos suficientes para el financiamiento”, promoviendo el sostenimiento presupuestario a cargo de aportes comunitarios, sectoriales y de otras jurisdicciones.


¿Qué significa esto? ¿Que el Estado ya no debe asegurar el presupuesto necesario para garantizar el acceso a la educación pública, laica, gratuita, de calidad integral y diversa de todos los y las ciudadanos de Córdoba? Esto habilita recibir aportes comunitarios, pero, ¿qué son los aportes comunitarios? Sectoriales, pero, ¿de qué sector estamos hablando?, ¿las grandes corporaciones empresariales van a financiar nuestra educación?, ¿a cambio de qué? Y de otras jurisdicciones.


En el artículo 5°, el Estado se ubica como igualmente responsable del sostenimiento de las escuelas públicas como de las privadas -agregando también a las católicas- sin ningún tipo de prioridad de las primeras sobre las segundas. Esta política es la que ha permitido el paulatino proceso de privatización de la educación y de tercerización de la educación pública ya que en las escuelas privadas la inversión –hablando de servicio y de inversión como si no fuera una asignación de recursos- por estudiante es muy superior a la de las escuelas públicas, reuniendo los fondos estatales para el pago de la mayoría de los salarios sumando a los ingresos por cuotas. De esta manera no considera la violencia psicológica y económica e institucional que ejercerá sobre niñas, niños y adolescentes de menores recursos que no solamente se sentirán marginadas y marginados frente al reclamo mensual del pago de una cuota sino también por no contar con una cooperadora fuerte económicamente, promoviendo la búsqueda de padrinazgos quienes, a su vez, podrán tener injerencia en los contenidos curriculares y grandes beneficios económicos de parte del Estado.


Otra crítica al proyecto es que habilita a corporaciones a hacer auditorías sobre los contenidos curriculares, sobre los objetivos de la educación pública, otorgándoles injerencia efectiva, real, concreta a este tipo de instituciones para crear dogmatismos en la educación pública.


6.- En el Capítulo II, Derecho a la Educación, no se contempla la formación humanística y artística. El artículo 6° sólo hace referencia a la formación científica y tecnológica, la capacitación laboral y formación profesional, contradiciéndose con el artículo 3°, que plantea una educación integral, una nueva ambivalencia de este proyecto de reforma. De esta manera omite derechos y garantías contempladas en la Ley Nacional de Educación, acerca de la formación integral, pedagógica, ambiental, técnica, humanística, artística, científica, entre otras.


Este derecho a la educación vemos –como lo demuestra este proyecto de reforma- que está altamente impregnado por un espíritu mercantilista de la educación ¿Para qué nos estamos formando? ¿Formación científica y tecnológica con capacitación laboral? ¿Para ser meros reproductores de un sistema capitalista, neoliberal, explotador, marginador? ¿Para asumir pasivamente a un posicionamiento de empleados y empleadas sometidos?


¿Por qué la educación pública no nos habilita primero a procesos de concientización, a procesos de debate de nuestras sociedades, a formarnos como ciudadanos comprometidos con procesos de cambio, de organización, de lucha social?


7.- Desconoce el arte como disciplina, quedando desdibujada su inclusión en los diferentes niveles educativos.


En la Ley 26.206 las artes son consideradas campos de conocimiento, es decir, educación artística como disciplina, especialidad y modalidad. Plantea cinco disciplinas artísticas para las instituciones educativas –audiovisuales, plástica, música, teatro y danza-, garantizando dos como mínimo, a elección de los y de las estudiantes. En contraposición, esta reforma de la Ley Provincial de Educación omite a las artes como disciplina y especialidad, reduciéndolas sólo a la condición de modalidad. Es decir que parece que estamos más preocupados por garantizar el derecho a la educación religiosa que a la formación en artes, en conciencia crítica, en contenidos humanistas, en contenidos sociales. Esto también es una falacia.


8. Pérdida del derechos de padres, madres, estudiantes, docentes en cuanto a la participación en el gobierno del Centro Educativo, ya que se eliminan los artículos 6, 7 y 8 de la Ley 8113/91.


9. El artículo 7, inciso f), condiciona la estabilidad en el cargo docente a un desempeño satisfactorio. Retomamos esa concepción de la educación como servicio, de un posicionamiento de la educación en sentido mercantilista, que tenemos que dar un desempeño satisfactorio ¿Qué significa “un desempeño satisfactorio”? ¿en relación a qué? , historia de compleja objetivación que abre la posibilidad para una reforma del Estatuto Docente que tenga criterios de flexibilización y precarización laboral para el trabajo docente, habilitando incluso el despido por motivos de eficiencia ¿Qué pasamos a ser? ¿Empleados de Mac Donald’s para ser el “empleado del mes”?


Además, no se menciona que el salario mínimo del o de la docente debe cubrir la canasta familiar.


En cuanto a la capacitación y actualización docente, en el mismo artículo, inciso c), se plantea en forma permanente, sin explicitar, que el Estado se hará cargo de los mismos.


10. Régimen de los centros de estudiantes. Por el artículo 12, inciso e) se contempla el derecho de los estudiantes y de las estudiantes a distintas formas de agremiación, pero se establece una reglamentación que rija dicha organización, como expresa el artículo 23, negando el derecho real de los estudiantes a formar sus centros libremente, sin restricciones ni reglamentaciones estipuladas.


En base a estos argumentos, reclamamos la postergación del tratamiento de una nueva Ley de Educación hasta tanto no se garantice la participación real y genuina –no enmascarada, como son estas instancias de Audiencias Públicas- de toda la comunidad educativa realmente aceptada por las leyes públicas de educación.


Por último, ¿por qué rechazamos la reforma educativa de este Gobierno provincial? Porque es un proyecto gestado por las corporaciones empresariales, clericales, gremiales y estatales y no por la comunidad educativa, padres, madres, estudiantes y docentes de los distintos niveles, modalidades y disciplinas; porque modificar algunos artículos de dicho anteproyecto no cambia el espíritu de una ley que establece a la educación como un servicio, relativizando tendenciosamente que la educación es un derecho que debe ser garantizado por el Estado; porque los métodos de consulta utilizados son un simulacro y no permiten el tratamiento serio y profundo que merece una ley educativa; porque promueve la precarización laboral de los estudiantes al fomentar prácticas normativas que desconocen los derechos laborales y responsabilizan al docente de todo su desarrollo.


Se prioriza una formación para el ingreso al mundo del trabajo que no es otra cosa que un adoctrinamiento para que los estudiantes se constituyan en mano de obra flexibilizada y precarizada; porque desvaloriza la enseñanza de materias que hacen a la formación crítica y ética real sin dogmatismos religiosos en Humanidades, Sociales y Artísticas; porque atenta contra el principio de la educación pública al establecer la religión como opcional. Recordemos que la educación religiosa corresponde al ámbito privado de las personas y no debe ser garantizada por el Estado provincial ni nacional; porque relativiza la responsabilidad económica de los padres de garantizar el cumplimiento de un derecho universal para asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso a la población; porque desconoce los avances en materia de educación sexual, ambiental, cooperativa así como también desconoce los avances en materia de educación por la memoria.


Por último, quiero leer una cita del Manifiesto Liminar de la Reforma de 1918 de la Universidad Nacional de Córdoba. Recordemos que esta reforma es histórica ya que fue la primera universidad en convertirse en laica, y promovió el ejemplo de ciudadanía y de democracia que se adoptó en otras universidades públicas de Latinoamérica. El mismo reza: “Se nos acusa de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos pero que nada tiene que hacer con nosotros; si ello es así, y en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien en alto el derecho sagrado a la insurrección”.


Nada más.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por tu aporte.


Pasamos a un breve cuarto intermedio.

-Es la hora 13 y 50.
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–Siendo la hora 14 y 09:

Sra. Presidenta (Feraudo).- Continúa la Audiencia Pública.


A continuación, hará uso de la palabra el señor Josias Acosta, en representación de la sede Córdoba de la Universidad Nacional de Villa María.

Sr. Acosta.- Buenas tardes.


Para ser respetuoso con el tiempo de todos, voy a proceder a leer. Si me disculpan, le pido a mi compañero que, por favor, grabe. Gracias.


Conforme a las normas y regímenes que instituyen los espacios de participación y debate público en el seno de esta honorable Legislatura provincial, nos hacemos presentes en calidad de estudiantes de la sede Córdoba de la Universidad Nacional de Villa María. Allí se dictan las Licenciaturas de Ciencia Política, Desarrollo Local y Regional, y Sociología, por lo cual no hacemos más que cumplir con nuestra responsabilidad como uno de los tantos actores que hacen de la vida cotidiana una lucha permanente por la consecución de una sociedad más justa e igualitaria.


En esta dirección, venimos a sumar nuestras voces a todas aquellas que se han hecho oír durante los últimos dos meses y que, a pesar de haber sido ignoradas, acalladas e infantilizadas, evidencian a todas luces de la dirigencia y representación política, la cruda realidad.
Este proyecto de ley es impopular, se enfrenta y arremete contra la sociedad a través de doctrinas de viejo y conocido cuño con el objeto de redirigir las matrices normativas sociales, culturales, políticas y económicas en dirección a quién sabe qué oscuros intereses.


No debemos olvidar, bajo ningún aspecto, que la representación a la que los legisladores han sido encomiados los responsabiliza sobre los caminos elegidos y las políticas adoptadas. En vez de esto, nuestra dirigencia parece haber malinterpretado esa cesión de derechos de autodeterminación, no inocentemente, en clave de imposición indiscriminada e inconsulta. Esto nos pone, indefectiblemente, en actitud de alarma sobre la validez, efectividad, legitimidad y sustanciabilidad de los valores democráticos que aquí se dicen sostener, pues la retórica, lisa y llana, a este respecto pone al descubierto la mediocridad y la inconsistencia ideológica política, las cuales se ahogan en tamañas mentiras; aunque no sólo eso, detrás se esconden las verdaderas influencias, los hilos no son manejados por la voluntad popular, sea cual fuere la instancia de su expresión. Es que el texto del proyecto que acá nos trajo es evidencia irrefutable de la intervención de los grupos de poder que sin cesar vienen pujando desde la mezquindad y la estéril autoafirmación.


Volvemos a insistir sobre aquello que tantas veces hizo saber la verdadera sociedad contra la que aquí se legisla, esa sociedad que empieza en esa puerta tan fuertemente protegida y custodiada por las fuerzas represivas que el Estado, paradójicamente, ha dispuesto para nuestra protección.


Señoras y señores, ¿qué es lo que no puede entrar ni salir de esta Legislatura? Pues debo decirlo: la voz del pueblo que se expresa y que parece haberse dado de bruces con la realidad; la ley se dispone contra el pueblo, no por el pueblo ni para el pueblo. Lo decimos sin más ambages.


El artículo 11 del proyecto de reforma de la Ley 8113 hace retroceder al Estado cien años, ningún revisionismo habrá de hacernos creer que los fundadores de esta Nación dieron su sangre ni malgastaron sus horas completas por una república laica y, contradictoriamente, oficiosa y mandataria de la institución religiosa o credo, fuere cual fuere.


El artículo 4º, inciso k), es la expresión transparente de los intereses y valores que profesa –leáse bien- la cúpula eclesial. El flagelo que representan las miles de muertes con motivo de abortos clandestinos no se cura con ocultas y veladas oraciones en el texto de nuestras leyes.


El artículo 46, sobre la firma de convenios de colaboración mutua a cargo del Ministerio de Educación, y los artículos 62, 65 y 66 sobre la educación técnica, revitalizan las no tan lejanas medidas de flexibilización y precarización laboral. Vincular la educación con el sistema productivo representa una discusión mucho más profunda, la especialidad de la formación técnica no es argumento para entregar a los estudiantes a las ofertas productivas de las industrias actuales sino que debe liberar a los futuros trabajadores generando puestos de trabajo en industrias estatales, rompiendo de una vez por todas la dependencia económica de los monopolios productivos sobre nuestra República. No se trata, como dice el artículo 69, de compatibilizar a los ciudadanos con el sistema sino, al contrario, de demostrar la incompatibilidad de ejercer una profesión técnica independiente y autónoma cuando hay gobiernos que se sientan a negociar con las empresas para sancionar leyes que los benefician, sea por incompetencia o por pereza intelectual y los trabajadores se perjudican.


Haciendo un paréntesis, quiero decir que soy estudiante de sociología pero, al mismo tiempo, soy egresado del IPEM 247, Carlos Cassaffousth, por lo que soy técnico y sé de lo que se trata la educación técnica.


El artículo 12 arremete contra la política en los centros educativos, y no es de extrañar viniendo de representantes de aquella podrida y anquilosada escuela política que se sorprendió al ver a la juventud copando, en los últimos meses, las históricas polis de nuestra República. Sepan disculpar los reproches pero les recordamos que los derechos se aseguran; la representación política de los estudiantes debe ser afirmada en el texto y también en los hechos, lo cual sólo es posible cuando se recuerda la otra cara de cualquier derecho: sus obligaciones, que deben basarse en que los centros educativos aseguren las instancias de representación de los estudiantes y docentes. No hay espacio para duda alguna.


La socialización es la piedra basal del edificio social en el que interactuamos y es –en parte- obra de nuestros centros educativos. En este sentido, nada esperan los jóvenes de nosotros más que la posibilidad de tener la libertad de constituirse en sujetos autónomos capaces de desarrollarse y aportar lo suyo al mundo que nos ha tocado transformar.


Aquí reclamamos a los legisladores que estén a la altura de las circunstancias que les han tocado y que actúen de acuerdo a las responsabilidades que les han sido delegadas por el pueblo, y por nadie más.


Antes de terminar mi intervención debo alertar sobre el carácter abierto, diverso, plural y democrático de este espacio, que dado en llamarse Audiencia Pública, y sobre esto también tenemos algo que decir a través de las disciplinas que defendemos y a través de las cuales intervenimos: el carácter público de la cosa ha sido malversado, a fin de dar acartonada impronta a una estrategia de autolegitimación que es falsa e inconducente: afuera están las voces y adentro están los votos. Qué injusto panorama el que ha sido dispuesto por una caprichosa normativa que beneficia siempre a los mismos, cuando saben que un estadio no hubiera alcanzado para albergar la verdadera lista de oradores que esperaban para esta instancia. ¿Tan lejos estamos de esa democracia plebiscitaria por la que algunos pasamos en vela tantas noches? Que nuestro insomnio no sea en vano; hagan de la democracia una vida real para el cambio; hagan a un lado las artimañas de la dilatación y el desgaste que ocultan esas laberínticas burocracias. Recordamos que esta Legislatura es la misma que votó la impopular reforma previsional; la misma que votó la impopular Ley de Bosques, y la misma que hoy intentará promulgar esta reforma educativa.


Si esta reforma se aprueba tal como está demostrará la decadencia de los mecanismos institucionales, suceso que echará por tierra la voluntad colectiva expresada por la ciudadanía.


No quisiera terminar sin esbozar el más importante argumento que posee la democracia: el pueblo es el soberano; el gigante ya no duerme y, aunque se distraiga solidariamente, el tiempo de la complicidad establecida entre los grupos de poder económico, el Gobierno y las Universidades se acaba. Hoy la juventud repudia el silencio que concede, la confusión mediática y las mesas de café que propone la política de los experimentados. La política se abre y no hay barricada que nos cierre el pensamiento y la libertad democrática.


Gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos la presencia de Adrián Núñez.

Sr. Núñez.- Buenos días.


Yo vengo en representación de los padres de la Escuela de Nuestra Señora de las Mercedes, de Alta Córdoba.


Como padre de familia, adhiero a la Ley 8113, en particular a los artículos 1° y 2°, en cuyos incisos se reconoce a la familia como agente natural y primario de la educación, con el derecho fundamental de educar a sus hijos y escoger el tipo de educación más adecuada a sus propias convicciones, de acuerdo a los principios, valores y derechos de raigambre natural y constitucional.
Consideramos a la educación como un derecho de todos como personas y como un deber moral que tienen los padres respecto a sus hijos, y como un derecho y deber de los padres de familia de hacer conocer, ejercer, respetar y asumir esto con responsabilidad.


Los padres de familia, figuras centrales de la educación de sus hijos, son los primeros responsables en acompañar su vida y su crecimiento, porque son quienes engendran por amor una nueva vida, que tiene en sí la vocación del crecimiento y el desarrollo, y los padres asumen la obligación de ayudarla eficazmente a vivir una vida plenamente humana.


Los primeros educadores son los padres; en el día a día, desde su propia cultura, comunican los valores y principios humanos y religiosos, en un ambiente de familia animado por el amor, que fortalece la educación integral de los hijos.


Cuando se altera este clima de amor y respeto se pone en riesgo el proceso mismo de personalización. Privar al niño de ese espacio reducido de calor humano sería condenarlo a una personalidad débil e insegura, que mendigará permanentemente la aceptación de los demás y buscará la dependencia sin poder llegar a ser nunca él mismo.


Lo propio de los padres es, precisamente, la satisfacción de esas necesidades del individuo a las que, por la naturaleza misma del ambiente familiar, solamente ellos pueden dar respuesta. De allí su función esencial y su carácter insustituible en la dinámica del desarrollo de la persona.


Los padres tienen el derecho irrenunciable, tarea prioritaria e indelegable, de educar a los hijos, porque el amor paterno y materno encuentra en la acción educativa su realización en el ser pleno de la vida.


La función de los padres es la de ir introduciendo a los hijos en el ámbito más valioso de la vida, donde puedan sentir su humanidad. Es en la familia donde se generan los primeros estímulos para la persona, y son los padres quienes deberán cultivar ese amor y esa vida que han originado para que se desarrolle sanamente. Es allí donde los hijos experimentan las primeras relaciones interpersonales, donde el amor es una fuerza insustituible en su desarrollo.


Es la familia el ambiente propicio para educar, y los padres son los responsables primeros de la vida que se les ha confiado, y tienen por esto la misión insustituible de acompañar el crecimiento corporal y espiritual, fomentando relaciones fraternas, recreando un lugar en donde los hijos adquieran actitudes positivas y de confianza, de servicio y apertura, del sentido que tiene el sacrificio y la entrega a los demás.


Esta educación debe ser intencionada en cuanto fortalezca la perfección de la persona y proponga alcanzar metas que lleven a asumir valores esenciales de la existencia humana, expresadas en un proyecto de vida.


La familia alcanza su plenitud fundamentalmente en la gestación y crianza de los hijos. Hay funciones sociales que se corresponden con la naturaleza en este específico grupo humano que es la familia, de manera que si ésta no las cumple no podrán ser cumplidas por ninguna otra instancia social.


Es universal la tendencia no sólo a prolongar la especie sino a llevarla a término, es decir, hacer perfectible aquello que engendra e introducir en los hijos el universo de los valores de sentido. Implica ayudarlos a buscar la verdad, a amar el bien, a contemplar la belleza y descubrir los valores trascendentes.


La tarea de educar necesita de los padres para saber acompañar a seres capaces de amar, iniciarlos en el sentido del dolor y del sufrimiento, en la cultura del trabajo y en las acciones solidarias. Se deben respetar cuestiones que son el centro de la vida, donde los hijos se desarrollan y aprenden su cultura familiar. A este concepto, la cumbre final hacia donde va todo el proceso evolutivo de madurez de la persona, es donde tiene que llegar el niño. En él confluye la autonomía del ser, la realización personal y la confianza en sí mismo.


Por otro lado, la Ley 26.061, de Protección Integral del Niño, Niña y Adolescente, además de reconocer principios fundamentales como el interés superior del niño y niña y su condición de sujeto de derecho; el derecho a la vida y al máximo desarrollo personal en su medio familiar, social y cultural, respetando su centro de vida; el derecho de no ser discriminado; el derecho a ser escuchado y que sus opiniones sean respetadas, promoviendo su participación plena y protagónica; el fortalecimiento de la familia por parte del Estado para que la misma pueda cumplir su rol como principal responsable de la concreción de los derechos de los hijos. Destaca a la familia como institución responsable del cuidado y el desarrollo de los chicos.


A partir de este nuevo paradigma se reconoce hoy más que nunca que es en la familia donde se va a educar a estos niños y que esa función educativa de acompañar el crecimiento personal no podrá ser efectuada por otra instancia diferente a ella.


Todo lo expuesto incide fuertemente en la misión de la familia, en sus derechos y su responsabilidad de ser el ámbito que ofrece los parámetros para el desarrollo de la personalidad, funciones sin las cuales la escuela no podrá continuar ni realizar un proceso que sea capaz de convertir al educando en sujeto de su propio desarrollo. Esta situación de fragmentación, ruptura y dispersión es, precisamente, la que debe constituirse en oportunidad para realizar la experiencia de caminar y construir juntos, familia y escuela, una comunidad educativa al servicio de la persona en todas sus dimensiones: espiritual, psicológica, corporal, y cuya meta sea la vida plena.


También es dable destacar que para quien se ha criado en una familia en la que ha sido prioritaria la contención y ha sido el puerto de todo niño y niña, el fortalecimiento de esta institución puede ser uno de los pasos ineludibles para poder desarrollarse como persona y, por qué no, desarrollar el país, creando personas sanas, con buenos sentimientos y que la escuela sólo se encargue de la formación de buenos ciudadanos. Considero que los valores trascendentes están a cargo de la familia.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos al profesor José Luis Lázaro, de la Red Nacional de Escuelas Normales.

Sr. Lázaro.- Gracias Evelina, Liliana y Adela porque las tres son maestras normales, y a toda la Legislatura. Gracias por recordar a las maestras normales.
La Red Nacional de Escuelas Normales se creó el 17 de septiembre de este año en el Primer Encuentro Nacional de Escuelas Normales, que se realizó en Córdoba y participaron más de 20 escuelas normales, siendo presidido por la Academia Nacional de Educación, a través del doctor Horacio Sanguinetti. Esta Red fue creada con la finalidad de poner en escena la preocupación por las cuestiones patrimoniales y edilicias de estas escuelas, a colación de lo que ocurrió en la Escuela Normal de La Rioja, Pedro Ignacio de Castro Barros, que estaba por arreglarse pero, finalmente, va a inaugurarse bajo la figura de “paseo cultural” que es un eufemismo porque, en realidad, hace alusión a un shopping.


Esa preocupación movilizó a arquitectos tradicionalistas; recientemente se ha publicado un libro en Buenos Aires de Fabio Grementieri sobre escuela, patrimonio y educación, que hace alusión a la historia de la educación argentina de la mano de los edificios: cómo el Estado argentino fue concibiendo la educación desde la colonia, la época virreinal, la época en que la educación tenía una matriz fuertemente religiosa hasta 1975, que fue lo último importante que se hizo en materia de construcciones edilicias en nuestro país. Ese compilado se lo voy a dejar a los miembros de la Comisión.


En ciertas publicaciones del diario La Voz del Interior un arquitecto publica una memoria descriptiva de un proyecto; pues bien, al ser analizado por arquitectos, a quienes les pedimos que hicieran una lectura específica de los términos técnicos que se manejaban en ese texto, y todos sostienen que es una memoria descriptiva de un proyecto sobre el futuro de la Escuela Carbó. Las autoridades provinciales en ejercicio nos han garantizado la permanencia de la escuela con la finalidad aúlica y la escolaridad regular de sus espacios hasta tanto dure su mandato. Por supuesto, no pueden garantizar lo que pueda pretender hacer otro gobierno.


Más allá de la declaración de patrimonio de esa escuela, queremos que en la Ley de Educación figure que las escuelas que fueron creadas con finalidades de escuelas se mantengan siendo escuelas; mantengan la finalidad aúlica para la escolaridad regular. Consideramos política de Estado -sobre todo si apunta al espacio de lo público o estatal- la obligación de preservar y mantener estos lugares. Esto no es un monumento, es una escuela viva por la que transitan cinco mil alumnos, de los cuales 1200 o 1400 alumnos van a dejar de asistir porque en dicha escuela funciona el Instituto de Enseñanza Superior “Simón Bolívar” que será trasladado cerca de la Bajada Pucará cuando se construya el nuevo edificio.
Queremos que en la Ley de Educación exista esta posibilidad de garantizar como política de Estado -no se trata de un gobierno sino del Estado- que estas escuelas van a seguir siendo escuelas. Estamos en el Bicentenario y a veces nos parece increíble peticionar a las autoridades que una escuela siga siendo escuela. Esto se entiende de manera sobrada y es algo prácticamente obvio, por lo tanto, resulta innecesario explicarlo.
El segundo aspecto significativo y relevante está referido a la oferta educativa que existe en estos momentos en el ámbito de la formación docente. Sabemos -acá tenemos personas especializadas en el ámbito de la educación- que uno de los espacios donde hace foco la problemática del fracaso escolar está en el tema de la enseñanza, y ésta tiene que ver con la formación docente.


La oferta que ofrece el Estado argentino en este momento tiene tres aperturas: una, la oferta de la Universidad Nacional de Córdoba o de las universidades privadas; dos, la oferta de los ITE, a través del Instituto Nacional de Formación Docente; y tres, la formación que se hace en las escuelas normales, que sigue existiendo por mandato histórico.


No hay absolutamente nada legislado en torno a estas escuelas. Nosotros hemos hecho un relevamiento a lo largo y a lo ancho de todo el país, y en algunas provincias se han mantenido las unidades académicas; una de las provincias que mejor está trabajando es la de Santa Fe, que lo está haciendo con su Ministra de Educación, acerca de cómo mantener esta unidad académica, pedagógica, administrativa y de gestión.


¿Por qué la defendemos? No me moviliza para nada la nostalgia. Hay muchas profesoras y maestras jubiladas que las moviliza la nostalgia de lo que fue; a mí me moviliza sólo lo de hoy.


Como docente, uno tiene practicantes y uno ve lo que está ocurriendo con docentes que vienen de la universidad –sin desmerecer a nadie-, con docentes formados en los ITE, con docentes formados fuera de los ámbitos en los que van a desarrollar su trabajo específico, el de dar clases, el tema de la enseñanza.


Conocemos -y sería necesario hacer un trabajo serio, de investigación- qué está ocurriendo con los chicos que están egresando de otros espacios, que no se han formado en una escuela. Creemos –podemos estar equivocados- que un docente necesita estar formado, y más hoy en día con los nuevos actores educativos, con los nuevos alumnos, con los nuevos paradigmas familiares, con las nuevas realidades que atraviesan las escuelas, los que no pocas veces generan problemáticas de todo tipo. Un docente tiene que estar impregnado -desde que pisa una escuela, desde esa formación inicial- de escuela, diría una psicopedagoga de la Universidad Nacional de Córdoba que ustedes conocen, quien anunciaba la muerte de la pedagogía de las escuelas. Posiblemente eso esté faltando en las escuelas de formación docente, y no es algo que diga yo, el Consejo Federal de Educación tiene algunos artículos interesantes, por ejemplo, cuando habla de que las escuelas de nivel inicial, primario y medio deben ser institutos de conformación docente.


Aquellos viejos institutos o departamentos de aplicación de las escuelas normales deben ser hoy verdaderos institutos de conformación que permitan disminuir el fracaso de deserción que existe dentro de la formación docente inicial.


Podría contar anécdotas -pero no vienen al caso- de profesores egresados que después de un año de ejercicio terminan haciendo otra cosa porque saben que eso no ha sido para ellos, y no lo ha sido porque nunca han visto –o no se han enterado- de cuál era la matriz, lo sustantivo de su trabajo.


Para concretar esta nueva organización de las escuelas normales superiores es necesario un reordenamiento que posibilite el fortalecimiento y el desarrollo institucional integrado, facilitando la articulación dentro del sistema de formación docente inicial y continuo, superando los vacíos de normativas en el nivel superior y propiciando una orgánica de funcionamiento para las escuelas normales superiores o institutos de formación docente provinciales históricos.


Estoy tomando algunas cosas de Carlos Fuller y de Graciela Frigerio, de un encuentro en la ciudad de Santa Fe, quienes están trabajando con el Ministerio de Educación de esa provincia. Disculpen que lo traiga en esta situación pero es donde encontramos insumos para poder trabajar.


Creemos que las escuelas normales contribuyen a la formación docente y son una posibilidad más dentro del espectro de posibilidades que brindan los Estados provincial y nacional en la formación docente. No decimos que sean las únicas ni las mejores; hablamos de que la formación docente debe darse en la escuela, y esta ley apunta a formar alumnos en fábricas y en empresas. No quiero tocar ese tema porque no lo conozco, pero considero que los docentes deben formarse en escuelas. Esa es la lógica que nos ha movilizado a decir que las escuelas normales deben seguir manteniendo esta unidad académica, esta micropolítica interna tan difícil de entender, y que las provincias no entendieron nunca desde aquella formación educativa que diezmó las escuelas con la Ley Federal de Educación. Tanto es así que no existe marco legal al respecto; por eso es que hay provincias en las que no existen leyes de educación pero sí marcos acuerdos. La nueva Ley de Educación deberá decir que las escuelas normales trabajen un marco acuerdo con los respectivos ministerios.


En la actualidad, me desempeño como coordinador general provisorio, de la Red Nacional de Escuelas Normales hasta el encuentro del mes de abril, que se realizara en la Academia Nacional de Educación y que estará presidido por Horacio Sanguinetti.


Quiero solicitar a las autoridades jurisdiccionales la preservación de los edificios escolares en los que funcionan las escuelas normales superiores, ex nacionales, a la vez de que se garantice el mantenimiento y mejoras para la finalidad áulica de la escolaridad regular. Además, se deberá actualizar el mandato histórico fundacional de integración y atención a la diversidad social y cultural. Estas escuelas, tildadas de oligarcas, llevaron a cabo una integración en atención a la diversidad social y cultural de esa época; hoy, hay que actualizar este mandato. Finalmente, se solicita preservar la unidad académica, pedagógica y de gestión de estas escuelas como espacio de articulación e inclusión, tal como lo requiere el actual sistema educativo.


En síntesis, hay que tener en cuenta dos puntos: primero, la preservación de los edificios, o sea que continúen siendo escuelas por ley. Uno no quiere dudar que los edificios escolares se puedan vender –más allá de los antecedentes que existen- pero la realidad indica que hay quienes sí los quieren comprar. En segundo lugar, el tema de la unidad académica.


Traje un borrador bastante improlijo que se lo voy a acercar a la legisladora Feraudo. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Gracias por su colaboración.
Convocamos al señor Juan Pablo Abrate.

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Sr. Abrate.- Buenas tardes.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Buenas tardes.


Muchas gracias por su presencia.


Queremos saber si viene representando a alguna institución.

Sr. Abrate.- Sí, soy docente de la Escuela de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades, de la Universidad Nacional de Córdoba, en la cátedra de Historia de la Educación Argentina, y también he trabajado en temas de investigación vinculados a políticas educacionales y legislación escolar en Córdoba.


Voy a dejar un documento con algunas consideraciones con relación al anteproyecto de ley, fundamentalmente en los temas vinculados a enseñanza religiosa, estructura del sistema, mercantilización de la educación, educación artística y/o educación técnico profesional y organismos de apoyo.


De todos modos, por el tiempo, voy a tomar un par de cuestiones que me parecen centrales. En primer lugar –disculpen el vicio profesional por el tema histórico-, me parece que es necesario hacer una rápida revisión histórica con relación a la Ley 8113.


La Ley 8113 se sancionó en el año ’91, en un contexto de, por un lado, inexistencia de una regulación nacional con relación a la educación -es decir que la Provincia tenía un amplio margen de autonomía para definir su propia legislación-, y, por otro, de tensiones entre la Provincia y la Nación, previos a la transferencia de los servicios educativos nacionales a las jurisdicciones y a la posibilidad de la sanción de una Ley Federal de Educación –que se sancionó en el ’93.


Posteriormente, en el año ’95, cuando se sancionó la Ley 8525 que modifica algunos artículos de la Ley 8113, ya existía –a diferencia del ’91- un marco regulatorio: la Ley Federal; y, más allá de las posiciones que uno pueda tomar con relación a las características de ese marco y a la legitimidad social que la Ley Federal tuvo -o de la cual careció, creo-, hubieron distintas situaciones y Córdoba optó por un modelo educativo diferente del de la Nación: sancionó una ley que modificaba la 8113 y, en algunos aspectos, el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba terminó declarando inconstitucional la Ley 8525, a partir de los recursos de amparo que presentaron algunas escuelas técnicas en aquel momento.


En ese sentido, el contexto actual nos enfrenta a una ley nacional que tiene legitimidad jurídica y social, con relación a la Ley Federal de Educación. Creo que esto obliga a tratar con sumo cuidado el tema de la relación entre el marco legislativo provincial y el nacional evitando, precisamente, que haya contradicciones, ambigüedades, aspectos de la ley nacional que sean omitidos en el proyecto de ley.


Con relación a este tema, me voy a referir puntualmente a la relación educación-trabajo en la educación secundaria y en la educación técnico profesional, tratando de comparar el anteproyecto de ley con lo dispuesto por la Ley de Educación Nacional, recordando nuevamente que se trata de una ley vigente.


En el caso de la educación secundaria, el artículo 40 del anteproyecto toma prácticamente en forma textual el artículo 33 de la Ley de Educación Nacional, y plantea que “el Ministerio de Educación propiciará la vinculación de las instituciones educativas secundarias con el mundo de la producción, el trabajo y otros organismos, según su orientación. En este marco podrán realizar sus prácticas educativas en las escuelas, empresas, organismos estatales, entidades culturales y gremiales que faciliten al alumno el conocimiento de las organizaciones, el manejo de tecnologías y le brinde experiencias adecuadas a su formación y orientación vocacional”. Pero el texto del anteproyecto omite la segunda parte del artículo 33 de la Ley de Educación nacional, en el cual se plantea que en todos lo casos estas prácticas tendrán carácter educativo, no podrán generar ni reemplazar ningún vinculo contractual o relación laboral. Podrán participar de dichas actividades los alumnos de todas las modalidades y orientación de la educación secundaria, mayores de 16 años de edad durante el período lectivo por un período no mayor a 6 meses con el acompañamiento de docentes y/o autoridades pedagógicas designadas a tal fin. En el caso de las escuelas técnicas y agrotécnicas dicha vinculación de rige por los artículos específicos de la Ley de Educación Técnico Profesional.


Para esta parte del artículo que ha sido omitida en el anteproyecto encontré dos argumentos que se han planteado en relación a dicha omisión. El primero tiene que ver con que, en realidad, no habrá pasantías en la escuela secundaria, las pasantías o experiencias de vinculación laboral en las empresas sólo se producirán específicamente en el ámbito de la educación técnica y, fundamentalmente, a nivel superior y no en el nivel medio.
De todos modos, el artículo plantea favorecer este vínculo en el capítulo referido a educación secundaria. Independientemente de las definiciones que luego se den en términos de política educativa, el texto legal deja ambigüedad y desconoce un aspecto central que está vigente en la Ley de Educación nacional que, a mi juicio, puede ser motivo de planteos de inconstitucionalidad por falta de correspondencia entre el texto legal provincial y nacional.
El segundo argumento en relación a este tema, es que si estos aspectos más concretos del vínculo entre educación y trabajo quedarían planteados para la reglamentación de la ley, nuevamente no encuentro motivos para que el texto legal provincial desconozca una regulación que está vigente con rango de ley -no de decreto reglamentario- a nivel nacional que está planteando principios claros en relación a cuáles serían las condiciones que favorecen el vínculo entre educación y trabajo desde una perspectiva pedagógica. Me parece necesario incorporar el artículo completo de la Ley de Educación nacional en este texto del anteproyecto de ley.
Con relación a la educación técnico-profesional y, en el mismo sentido que lo vengo planteando en relación a la educación secundaria, hay un detalle que puede ser entendido como un “detalle no menor” comparando el texto de la Ley de Educación nacional con el anteproyecto. En el texto nacional se mencionan como criterios y objetivos de la modalidad ténico-profesional y particularmente como función de la ley, “regular” la vinculación entre el sector productivo y la educación técnico-profesional. En el anteproyecto de la Provincia se plantea “promover” la vinculación entre el sector productivo y la educación técnico-profesional. Esta diferencia entre regular y promover, aunque puede parecer menor y, aunque es cierto que hay algunos posteriores que mencionan la idea de regular la vinculación entre el sector productivo y educación técnica, me parece que no es un detalle menor que la función de la ley y, fundamentalmente la del Estado en relación al vínculo entre educación y trabajo es precisamente, la función de regulación pedagógica. Esta idea de promover en lugar de regular está modificando el sentido de la intervención estatal en este espacio.
Reitero que estoy tomando algunos artículos porque me parece que la idea es interpretar el texto en su totalidad, es decir, cómo estos artículos pueden ser funcionales entre sí o no y entrar en contradicciones o no.
En el artículo 62 se plantea la idea de que las instituciones de gestión estatal o privada que brindan educación técnico-profesional se orienten a generar proyectos educativos que propicien en el marco de la actividad educativa y, previa aprobación de la autoridad ministerial, la producción de bienes y servicios con la participación de alumnos y docentes a través de talleres, laboratorios, pasantías, proyectos productivos articulados con otras instituciones, proyectos didácticos productivos institucionales orientados a satisfacer necesidades del medio sociocultural o de la misma institución, microemprendimientos a cargo de alumnos, desarrollo de actividades técnico-profesionales, empresas o instituciones productivas simuladas y/o cualquier otra modalidad pedagógico-productiva que se implemente.
En este punto, también la Ley de Educación provincial avanza y, en todo caso, da diferentes alternativas en relación al vínculo educación y trabajo, en relación a lo que está planteado en la Ley de Educación Técnico Profesional nacional. Uno podría entender que estas son diferentes modalidades de vinculación entre educación y trabajo que no se reducen exclusivamente a pasantías o a inserción de los estudiantes en las empresas sino que hay otras modalidades.
Sin embargo, luego, cuando en el artículo 64 del anteproyecto se plantea la posibilidad que las instituciones de educación técnico-profesional puedan ser autorizadas para el manejo autónomo del propio producido que surge como proyecto-escuela, trabajo-producción, se está incorporando, por un lado, el concepto de proyecto escuela-trabajo-producción que no estaba planteado en ningún otro artículo de la ley. Es decir, se hace referencia a un concepto que la ley no lo define en ningún lugar y, por lo tanto, queda a la interpretación de las propias instituciones y de quien esté a cargo de la gestión del Ministerio, la definición de qué se entiende por proyecto escuela-trabajo-producción. Por otro lado, se autoriza a las escuelas al manejo de fondos que se derivan de estos proyectos escuela-trabajo-producción.
Es decir, de las gamas de alternativas que estábamos viendo en el artículo anterior –entre las cuales existía la posibilidad de empresas simuladas que no producen ningún producto específico y donde se supone que las escuelas tienen diversas alternativas para generar vínculo pedagógico entre educación y trabajo– este artículo lo reduce a un solo tipo de vínculo relacionado a la administración de fondos que se derivan de este proyecto.
Este proyecto trae otra consecuencia con relación al riesgo de mercantilización de la educación, que no

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PARTE 3 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:06 PM

Este proyecto trae otra consecuencia con relación al riesgo de mercantilización de la educación, que no sólo tiene que ver con el vínculo de la escuela y de la empresa sino con la propia fragmentación del sistema del nivel medio, en particular, y de la escuela técnica. Creo que ya es común entre quienes trabajamos en el ámbito educativo plantear como diagnóstico que el sistema educativo está fragmentado, como asimismo decir que en buena medida dicha fragmentación ha sido el resultado de las políticas educativas de los ’90 y también de la fragmentación social que excede el espacio de las políticas educativas.
La escuela técnica creo que es el único espacio que todavía se conserva porque es una escuela prácticamente estatal –casi no hay oferta privada en la provincia con relación a la educación técnica– y es un espacio donde todavía se produce una mezcla social; es un espacio donde, todavía, diferentes sectores sociales, sobre todo en el interior que provienen de distintos sectores, con distintos capitales culturales y económicos, acceden a una formación.
Me parece que es riesgoso producir desde el texto de la ley cualquier mecanismo que implique aumentar esas diferencias, profundizar esa fragmentación, que las escuelas que están en zonas que tienen una dinámica económica más amplia –y que por lo tanto son zonas más ricas– tengan posibilidad de acceder a recursos diferenciales respecto de las escuelas que están en regiones más pobres. En ese sentido, creo que hay una responsabilidad política más allá de esta responsabilidad jurídica de adecuación del texto de la ley a la normativa nacional. Considero que es riesgoso que desde un artículo de la ley se plantee la posibilidad de que autónomamente las escuelas administren fondos que provengan de este tipo de proyectos.
Creo que es fundamental plantear la prioridad de la intencionalidad pedagógica en el vínculo educación y trabajo. Tiene sentido –y creo que en eso casi todos estamos de acuerdo– que haya vínculo entre educación y trabajo en todas las modalidades del sistema y, fundamentalmente, la técnico-profesional, siempre y cuando ese vínculo esté regulado en términos pedagógicos por el Estado, y no se confunda la actividad pedagógica con la económica y empresarial o con la administración de los recursos. Creo que este artículo debiera modificarse o directamente eliminarse.


Este proyecto plantea, en términos de principios generales, una idea de educación y de conocimiento como bien público y derecho social, evitando cualquier tipo de mercantilización de la educación; sin embargo, su articulado entra en franca contradicción con ese principio que quedará plasmado en el texto de la ley provincial y que, además, está incluido en la ya sancionada Ley de Educación nacional. De tal manera, en lo que se refiere a la educación secundaria, omite criterios ya establecidos por esta última, que resguardan las condiciones pedagógicas en las que pueden desarrollarse las pasantías o cualquier otro tipo de modalidad de vinculación entre la educación y el mundo laboral que se realice fuera del ámbito escolar.


Este aspecto –aunque con un menor nivel de precisión– ha sido incluido en el articulado referido a la educación técnica profesional, no así en el de educación secundaria, en que se promueven estos vínculos de un modo ambiguo sin hacer referencias extrínsecas a sus condiciones institucionales y pedagógicas. Con esta omisión entra en contradicción lo planteado en el capítulo de educación secundaria respecto de lo establecido en el de educación técnica profesional, lo que puede dar lugar a la necesidad de interpretar cuál fue el espíritu del legislador, a plantear contradicciones entre las disposiciones nacionales y jurisdiccionales e, incluso, entre las establecidas para la educación secundaria y las planteadas para la educación técnica como modalidad específica de enseñanza.


Por otro lado, en “escuela-trabajo-producción” incluye disposiciones sobre la administración autónoma, privilegiando este tipo de proyectos por sobre otras modalidades de vinculación entre educación y trabajo, que pueden ser muy valiosas en lo pedagógico sin que de ellas resulte ningún producto económico. Debe garantizarse, entonces, el carácter pedagógico de cualquiera de estas modalidades, especificar claramente que se trata de actividades sin fines de lucro y promover formas de administración del producido –si lo hubiera– que no fortalezcan la fragmentación del sistema.


La enseñanza técnica –repito– es uno de los pocos espacios en que la oferta educacional sigue siendo casi exclusivamente pública, produciendo de este modo un interesante efecto de mezcla social y de integración de diversos sectores sociales a esta modalidad. En un contexto de fuerte fragmentación y diferenciación material, social y cultural del sistema, resulta indispensable que la ley evite cualquier tipo de profundización de diferencias entre las escuelas.


Nada más. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y colaboración.


A continuación, hará uso de la palabra la señora Graciela Spini.

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Sra. Spini.- Buenas tardes. Soy docente, estudiante universitaria y representante del Instituto Nuestra Madre de La Merced. Muchos estudiantes y especialistas en esta materia se han expresado y se expresarán aquí sobre el tema que nos ocupa, pero en mi caso en particular me interesa aportar mi punto de vista en mi carácter de madre.


Como sociedad, nos encontramos hoy ante el desafío específico de actuar frente a la realidad argentina, en los tiempos que nos toca vivir. Necesitamos salvar al hombre de la deshumanización, ya que su destino está en juego, lo que lo lleva a experimentar la fuerte necesidad de cambios profundos que le posibiliten una vida más humana.


Para recuperar al hombre es esencial la educación, para ayudarlo a encontrarse y descubrirse; es menester capacitarlo para que sea protagonista de los cambios necesarios en su propia historia, para afianzar la fidelidad a la verdad y a la justicia, logrando así una mejor convivencia.


Debemos rescatar valores tales como la familia, el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la apertura al diálogo, la participación, la solidaridad, la cooperación y el compromiso. Por tal motivo, con este proyecto de ley hemos comenzado a caminar buscando una renovación eficaz, seria y profunda, porque creemos que la educación permite al hombre vivir en plenitud y lograr la capacidad de autoconducirse en una vida con sentido.
Ante la promoción de la participación de todos en el tema a tratar, en especial las familias, docentes y estudiantes, tenemos la responsabilidad de ser todos protagonistas a la hora del cambio, asumiendo cada uno el rol que nos corresponde.
Como madre, me he detenido en el artículo 3º de la presente ley que trata sobre los derechos de los padres y reconoce a la familia como agente natural y primario de la educación, es decir, el derecho fundamental de educar a los hijos y escoger el tipo de educación más adecuado a sus propias convicciones. Por el pleno ejercicio de la patria potestad los padres tenemos el derecho a elegir para nuestros hijos, o representados en el caso de ser tutores, la institución educativa cuyo ideario responda a los propios principios filosóficos, éticos y religiosos. La educación, conforme a los principios de nuestra Constitución nacional, contempla los artículos que hacen mención a que la Nación Argentina sostiene el culto católico, pero también respeta la libertad de cultos para todos los ciudadanos.
Creo que en el proceso de enseñanza aprendizaje la sociedad está necesitando un mayor compromiso de nosotros, los padres; ello implica deberes que hay que concientizar en nuestros hijos desde pequeños como la concurrencia obligatoria, la colaboración, la solidaridad, el respeto a la autoridad, el reconocimiento a la libertad de conciencia, la dignidad, la integridad del hombre, el respeto a las reglamentaciones y normas de convivencia que llevan al orden y al entendimiento de todos los actores institucionales, como también apoyar y seguir el proceso evolutivo de nuestros hijos pero con el derecho a ser informados sobre dicha evolución y a participar en las actividades de los establecimientos educativos en el marco del proyecto educativo institucional.
El derecho de todos los hombres a la educación es hoy reconocido y proclamado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, según la Convención de los Derechos del Niño, la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, en particular de los niños, debe recibir protección y las asistencias necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad.
Por su falta de madurez física y mental el niño necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto antes como después de nacer. Se entiende por niño a todo ser humano menor de 18 años de edad, por tal motivo, los padres somos responsables de su protección y educación. Todo niño tiene derecho intrínseco a la vida y los Estados deben garantizar, en la máxima medida de lo posible, su supervivencia y desarrollo.
El niño tiene derecho a nacer, a un nombre, a adquirir una nacionalidad, en la medida que sea posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos, como también tendrá derecho a la libertad de expresión, de pensamiento, de conciencia y de religión, que estarán sujetos a las restricciones que la ley prevea. Para ello, los Estados respetarán los derechos y deberes de los padres como representantes legales de guiar a los niños en el ejercicio de su derecho, conforme a la evolución de sus facultades.
Aquí me quiero detener un minuto, en el derecho a la vida, porque es el derecho primordial ante todos los derechos, y quienes somos madres sabemos que el derecho a expresarse se manifiesta desde el vientre. Por este motivo, creo que la libertad de expresión parte desde allí y es el primer derecho que hay que tener en cuenta para respetar los demás derechos.


La educación es reconocida como un derecho del niño a fin de que pueda ejercerla progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades; la misma debe estar encaminada a desarrollar la personalidad, las actitudes, la capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades, como así inculcar el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales: el respeto a sus padres, a la propia identidad cultural, a su idioma y a sus valores. Concebimos a la educación como una tarea personal y comunitaria para llevar a cabo un proyecto de vida por el cual el hombre, como artífice de su propio destino, está llamado a elegir el camino que crea más adecuado para lograrlo, de acuerdo a lo vivenciado en su aprendizaje.


El hombre es un proyecto en sí mismo, es un proyecto dinámico, por ello escuela y familia no deben funcionar como instituciones paralelas sino complementarias e integradoras de la educación: la familia como primera educadora, la escuela como posterior formadora, con el seguimiento permanente de nuestros niños y adolescentes, con una fluida comunicación para inculcar valores que contribuyan a crear conciencia de la educación como proyecto de vida.


Se afirma que la calidad educativa debe abarcar la integridad del sujeto y está sustentada en cuatro pilares de aprendizaje: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.


Un sistema educacional de calidad debería ser adaptable, flexible, capaz de reducir los bajos rendimientos, y la calidad es la que comprende el logro de altos rendimientos pero también orientaciones cognitivas, de competencias, habilidades y aptitudes éticas.


La escuela promueve el crecimiento permanente de la calidad educativa como fruto de una cultura del esfuerzo, del diálogo crítico y coherente, que respete los procesos y ritmos que cada uno tiene a las necesidades educativas especiales, en un clima de confianza, con normas claras y aceptadas por todos los miembros que asumen su rol.


La comunidad educativa es núcleo y es el lugar de aprendizaje y enseñanza para cada uno de sus miembros. Se define como el reconocimiento y valoración de todos y cada uno de los que participan, de un modo específico y particular, de la misión y objetivos institucionales.


Una comunidad educativa se reconoce como madura cuando se muestra coherente con sus objetivos plenamente compartidos, organizada en la distribución de sus roles y funciones, integrada por la aceptación mutua; solidaria en la preocupación servicial y corresponsable en esfuerzos concertados. Los padres, como adultos responsables, somos los encargados de buscar y conseguir la escuela que creamos conveniente para nuestros hijos y preparar al niño y adolescente para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, respetando las diferencias, la igualdad y el cuidado del medio ambiente.


Como mamá, docente y estudiante universitaria, para lograr el desarrollo integral de la persona humana como unidad bio-psíquica-espiritual, una presencia consciente y creadora en el mundo, confiada en su libertad y responsabilidad, en medio de otras con las que no sólo nos toca convivir sino autoconstruirnos mediante la interacción con ellas, tenemos la misión de educar para la libertad, para encontrar el camino de la verdad, construyendo nuestra propia identidad como ciudadanos responsables, para nuestro propio crecimiento y el de la Patria.


Le puse como título al documento “Educar para la libertad” porque considero que la educación nos hace libres, pero esa libertad se logra sobre la base de la verdad.


Nada más, gracias por escucharme. (Aplausos).

…………………………………………………………………………………………….

Sra. Presidenta (Feraudo).- Tiene la palabra el señor Rubén Salcedo, médico y pastor de la Iglesia Jesucristo Rey.

Sr. Salcedo.- Buenas tardes.


Soy médico, pastor de una iglesia cristina evangélica y docente universitario. Gracias por escucharme.


Quiero hacer dos apreciaciones que no están en mi ponencia y me parecen importantes. Coincido totalmente con lo que dijo la oradora que me precedió, en el sentido de que el derecho a la vida es un derecho elemental sin el cual todos los otros derechos no pueden estar vigentes.


Cuando hablamos de educación pública, por ser las escuelas públicas las más abundantes, a diferencia de la privada, lo que se haga o se deje de hacer con esta ley va a impactar directamente en la sociedad, por eso es importante que lo tomemos seriamente.


Desde el punto de vista pedagógico, se considera que la capacidad de atención del ser humano no excede los 45 minutos, así que espero que en sus fatigadas mentes –porque están escuchando desde temprano- puedan reflexionar acerca de esto que digo, y vuelvo a agradecer por este tiempo que nos dedican a cada uno de nosotros.


A veces, cuando se hace la reflexión acerca de lo que es la enseñanza, se confunde la ética con la moralidad, y quisiera partir de esa diferenciación: qué es ética y qué es moralidad.


La definición que da la Universidad Nacional de Tucumán dice que ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad, es la ciencia que estudia una forma específica de la conducta humana. Es decir, como toda ciencia, se dedica a estudiar lo que una sociedad considera moral. Puede ser que una sociedad considere ético que las mujeres se incineren juntamente con el marido, cuando éste fallece, como ocurrió durante mucho tiempo en la sociedad de la India. O que, por ejemplo, el trabajo de los niños esté bien visto en la sociedad, o que la esclavitud humana, como lo es lamentablemente en muchos países musulmanes, sea una cosa ética. La ética se dedica exclusivamente al estudio de las costumbres morales en una sociedad.


La ética es enseñada en nuestros colegios como una materia a ser aprendida por los alumnos -como vemos, de hecho-, en la materia “Formación ética y ciudadana”, pero en los colegios no se enseña moralidad.


La definición de la Universidad Nacional de Tucumán sobre moralidad establece que es un conjunto de normas aceptadas libre y conscientemente que regulan la actividad individual y social de los hombres. Es interesante la definición porque dice que son normas que regulan la actividad individual en la sociedad. Aquellos valores que consideramos correctos e incorrectos devienen, justamente, de estas normas.


¿Quién enseña lo que es moral o amoral? Sobre la enseñanza de lo que es moral, en nuestro país hemos escuchado que se espera que descanse en los padres. Ortega y Gasset dice que “un hombre no es el mismo sin su circunstancia.” Es decir, lo que nos rodea impacta directamente sobre nuestras vidas, nos guste o no. Un hombre no es el mismo sin su circunstancia influyendo el contexto directamente sobre el proceso interno de la mente. Enrique Pichón Riviere dice que “un grupo es un conjunto restringido de personas ligadas y articuladas que tienen una tarea que cumplir, interactuando a través de la adjudicación de distintos roles.” La familia es uno de esos grupos. La familia es transmisora de pautas y normas morales, es socializadora a través de un proceso llamado socialización primaria y es interaccional, es decir, dentro de la familia aprendemos a relacionarnos y establecemos vínculos basados en el afecto y la identidad social.


En función a lo dicho anteriormente, en la familia el rol que se le adjudica es que los padres enseñen. La Psicología dice que una persona forma su inteligencia en los primeros dos años de vida y su personalidad en los primeros 6 años y lo que aprenda o deje de aprender en esos años ya no va a cambiar. Es bueno que los padres se dediquen a esa tarea, pero, lamentablemente, tenemos un diseño muy perverso de la sociedad porque saca a los padres del hogar. Los padres tienen que salir del hogar, entonces, ¿en manos de quién queda la educación moral de los niños?
Cuando era chico se decía que la televisión educaba y entretenía, y me sorprendió tremendamente cuando escuché a uno de sus representantes, hablando del lamentable contenido de nuestra televisión, decir que ahora la televisión no educa, solamente entretiene, y que la educación sólo corre por cuenta de los padres. Pero, ¿cómo van a educar los padres si tienen que estar todo el día fuera de sus casas? Tal vez se espera que sea Internet la que eduque pero, lamentablemente, las estadísticas muestran que el 70 por ciento del uso de la Internet es pornográfico.


Hay padres que son conscientes de esto y buscan ayuda para educar moralmente a sus hijos y el proyecto actual, a través de su artículo 11, inciso e), lo permitirá a través de instituciones religiosas, como algo totalmente opcional, respetando la libertad, lo que es muy bueno.


Ahora, ¿quiénes de nosotros dedicamos tiempo para educar moralmente a nuestros hijos? Es bueno que reflexionemos sobre esto. Tal vez esa sea la razón de que en los colegios se vea tanta violencia y el respeto por el prójimo sea tan lamentable. ¿Quién les enseñará a nuestros hijos lo que es la misericordia, el perdón, la compasión, la caridad, la veracidad, el altruismo? ¿Quién se los enseñará?


En la tradición china existe un fenómeno conocido con el nombre “efecto mariposa”, sobre lo cual se han hecho algunas películas. Se denomina como tal a aquellos pequeños fenómenos, casi imperceptibles que terminan produciendo efectos catastróficos al pasar muchos años. Esto sucedió en la Alemania de 1850, donde los principios filosóficos de Friederick Nietzsche sobre el superhombre empezaron a impregnar la sociedad adoctrinando a niños y jóvenes, que en años posteriores entendieron que la misericordia, la compasión, la tolerancia de los valores morales eran signos de debilidad de la sociedad. En años posteriores, surgió un verdadero monstruo, el nazismo conocido por todos, que llevó al exterminio de aquellas personas que eran débiles para la sociedad. Hoy se está leyendo mucho a Nieztsche.


La enseñanza religiosa en sí no es mala, recordemos que permitió a nivel docente y social hacer grandes avances; por ejemplo, San José de Calasanz abrió la primera escuela gratuita, pública y popular de Europa; San Vicente fundó las primeras escuelas maternas; San Juan Bosco, los primeros talleres para jóvenes; San Vicente Palotti, las escuelas agrarias y los cursos nocturnos; San Luis Orione abrió los primeros cotolengos. A veces se piensa que el simple hecho de ser religioso parece malo, pero debemos examinar todo y retener lo bueno.


La Asociación Cristiana de Jóvenes en Inglaterra fue la que se opuso a la explotación del trabajo de los niños; fueron principios religiosos cristianos los que llevaron a la abolición de la esclavitud en muchos países, incluido nuestro continente, por medio de grandes hombres como Bartolomé de Las Casas, Abraham Lincoln, y otros.


Que no nos vaya a pasar con nuestros hijos que por inculcarles solamente valores materiales de esta sociedad terminen diciendo las palabras de Christina Onassis, aquella heredera del multimillonario griego Aristóteles Onassis, quien dijo: “Soy tan pobre que lo único que poseo es dinero”.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y colaboración.


Convocamos a la docente Sandra del Valle Astegiano.

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Sra. Astegiano.- Buenas tardes.


Mi nombre es Sandra del Valle Astegiano, docente del nivel medio, Vicedirectora del Colegio Corazón de María de Córdoba Capital, y vengo como educadora. Ante todo, agradezco este espacio, la disposición de ustedes para esta atención y para compartir esta humilde reflexión en torno a este proyecto de ley.


Como educadora, considero esta instancia oportuna ya que nos permite comprometernos con la educación que queremos para nuestros hijos en orden a propiciar una mejor calidad educativa para nuestra Provincia.


Más allá de nuestras creencias e ideologías, resulta necesario analizar exhaustivamente esta propuesta, insistiendo en que la única manera para que la educación mejore y responda a las demandas de este tiempo es su transformación en una práctica liberadora, que permita formar ciudadanos críticos y responsables para construir una mejor calidad de vida.


De seguro, esto lo encontramos plasmado en los objetivos de nuestras escuelas, pero sabemos y constatamos que la realidad de hoy dista de este hermoso enunciado, por lo que se hace necesario apelar a reformas integrales de nuestro sistema educativo.


Este proyecto nos ha permitido encontrarnos a los distintos actores de la sociedad para reflexionar, debatir y alcanzar el logro de una mejor educación para todos; pero advierto que se nos pasa la vida en discusiones y posturas rígidas e infecundas, perdiendo de vista lo que es fundamental y valioso: nuestros niños y jóvenes.


Es tiempo de madurar como sociedad; lo que está en juego es el presente y el futuro de nuestra patria. Por ello, no podemos perder de vista el desafío que tenemos por delante: que nuestras escuelas sean espacios de vida, para ello debemos educar para la vida ¿Y eso qué implica?: como educadora tengo la convicción que es acompañar y preparar a nuestros niños y jóvenes para que sean hombres y mujeres capaces de transformar la realidad que nos duele; y la educación debe formar para que amen y defiendan la vida en todos sus aspectos; debe también brindar las herramientas necesarias para que sean personas competentes y construyan verdaderas ciudadanías.


Considero que ése es uno de los objetivos más importantes de nuestra misión educadora. Es por ello que este proyecto de ley debe resignificar y recuperar los auténticos valores, conocimientos, saberes que permitan la convivencia humana. Debemos superar la realidad del individualismo, la fragmentación y el desamparo que viven hoy nuestros hijos y nuestra sociedad en general.


Esta instancia es sumamente importante, valiosa y decisiva. Dejemos de lado la mezquindad, la intolerancia, los fanatismos; es tiempo de asumir el desafío. Además, es necesario cimentar este proyecto de ley en una cosmovisión antropológica que considera al hombre como tal, un ser íntegro, trascendente desde el momento de su concepción y no sólo como un simple sujeto; un ser que se planifica con otros, en comunidad; un ser histórico que se compromete con la realidad de su tiempo y la transforma.


Sólo una educación de calidad será capaz de impregnar a todo el hombre en el compromiso de construir una sociedad donde cada persona tenga su lugar, y donde se puedan tejer relaciones sanas y fraternas. Para ello necesitamos –entre otras cosas- contar también con educadores convencidos, preparados, apasionados en esta misión de educar, sin descuidar que estamos situados en un escenario plural en el que se debe aceptar y respetar la diversidad. Esta es nuestra responsabilidad, la de ustedes como legisladores, la nuestra como educadores y la de toda la sociedad. Somos garantes de este presente, pero en especial lo somos del futuro de nuestros niños y jóvenes, en definitiva, del futuro de nuestra Patria.


Tengo la esperanza que este proyecto de ley posibilite la revalorización de la educación, no sólo como el derecho que le corresponde a todo hombre sino también que nos permita crecer como personas, como sociedad, como Nación. Si de nosotros depende, favorezcamos una educación para la vida.


Nada más.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y por sus aportes.


Convocamos ahora al señor José Fernández.

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Sr. Fernández.- Buenas tardes. Soy docente y psicopedagogo.
Agradezco a la presidenta de la Comisión de Educación y a los demás señores legisladores, como también al público presente.


El artículo 19 del proyecto de ley menciona que la educación en la Provincia de Córdoba alcanza los más altos niveles de “calidad”. Es necesario entender qué queremos decir cuando afirmamos “calidad educativa”. Su conceptualización ha tenido una fuerte evolución histórica en el ámbito empresarial; varios autores hacen referencia a ella. Por ejemplo, Palacios menciona diversas fases de su evolución, calidad de producto, participación de los trabajadores y satisfacción del cliente como garantía de máxima calidad.


López Ruiz Pérez, en cambio, propone una doble aproximación: una de carácter global y filosófico y otra más operativa, orientada a su uso y aplicación. La primera aproximación conlleva las ideas de excelencia y perfección en todas sus fases. En su acepción global, la idea de calidad nos remite a la idea de perfección por excelencia, tanto de los procesos como de los productos o servicios. Esta visión coincide con el concepto inicial de Palacios, observando en todo caso que las primeras definiciones de calidad se centran sobre el producto terminado y, en menor medida, en servicios realizados.


En la segunda observación, la óptica del destinatario se convierte en referencia fundamental de la visión de calidad, amplificando la visión y remitiendo nociones de cliente. De nada servirá que se cumpla inescrupulosamente una norma de fabricación de un producto dado si el cliente finalmente lo rechaza. Esta definición operativa cambia el concepto de calidad brindada por la primera aproximación. Palacios realiza la misma afirmación citando a las recientes concepciones de calidad centrada en la concepción de los afectados. Además, agrega la importancia de los componentes psicológicos y sociológicos en la programación de la producción.


López Ruiz Pérez señala en un sentido más global el concepto de calidad total, abarcando otras dimensiones y un concepto omnipresente. Al respecto, señala: “la calidad no dependerá de un departamento sino de todas las personas y del proceso de gestión integral de todas las actividades de una empresa al objeto de satisfacer con eficiencia económicas las expectativas del cliente”. Palacios señala dentro de esta visión los beneficios de su implementación donde la satisfacción laboral está presente.
¿Cómo se filtra este concepto al ámbito educativo? Dicho ámbito se ha sentido fuertemente influido por esta noción de calidad; por ello, no es sencillo definir este concepto. Existen múltiples aproximaciones que reflejan ideologías, concepciones y expectativas diferentes. Palacios lo señala claramente cuando afirma que las diferencias sobre las conceptualizaciones de la calidad educativa proceden no sólo de las propias discrepancias internas teóricas educativas sino también del concepto que se tenga de educación y, por lo tanto, también del hombre.
Desde una perspectiva exclusivamente empresarial, muchos autores afirman que las técnicas y las disciplinas de las empresas tienen mucho que ofrecer al campo de la educación. Acá no se trata de hacer que las escuelas parezcan empresas sino de administrar a las escuelas de igual manera que a otras organizaciones exitosas.
El discurso de escuelas exitosas, eficaces y de calidad total pueden encerrar formas de exclusión avalados por un discurso que parece sólido y consciente. Este se inspira en el principio de la eficiencia como lo único válido y tiene como objetivo los resultados.


Las escuelas no se ven apartadas de esta dinámica y del discurso actual. Sobre ellas se instala el escepticismo como método y como meta. Están minando la esencia y el sentido de la escuela.


A veces, la búsqueda apasionada de los resultados puede ser excluyente cuando se pone énfasis en enseñar contenidos solamente académicos, evaluando el éxito y no los procesos de enseñanza-aprendizaje.


En la filosofía del gerencialismo predomina la selección, la clasificación, la jerarquización de los alumnos desde una perspectiva estadística. Esta visión debe renovarse para que la calidad sea más comunitaria que gerencial, más humanizante que técnica, más crítica que pragmática.
La centralidad de la problemática de la calidad educativa debe girar en torno a las personas, y éstas deben establecer la realidad y la posibilidad de cambio y mejora; por lo tanto, el eje central de cualquier intervención educativa es el hombre.


La calidad, desde esta postura, es una vuelta significativa hacia la realidad de tantos adolescentes y jóvenes. Sólo se entiende a los jóvenes si se hace un profundo proceso de acercamiento, de simpatía y de compasión, por supuesto sin caer en formas de paternalismo.


Calidad significa ayudar a cada uno a reconstruirse a sí mismo, acompañar con paciencia en el camino de los valores y de la confianza en sí mismo para construir su identidad, para que se pueda abrir al proyecto vocacional y ocupacional.
Fundamentalmente, calidad educativa significa reconstruir las razones para vivir; un anonimato institucional de los alumnos o sólo transmisión de conocimiento no se realiza a los fines de la educación.
En contextos que generan graves riesgos para la vida de los individuos, la educación debe ofrecer el máximo tiempo para cada alumno, permitiendo experiencias significativas insertadas en la cultura de modo crítico, competente y creativo; organizar sistemas de apoyo dentro de los establecimientos para los alumnos que fracasan en el sistema, con proyectos pedagógicos más flexibles; alternar la escuela y las empresas para permitir, en el futuro, una mejor inserción laboral. Los docentes deben suscitar el amor a la vida y el gusto por vivir; deben formar alumnos solidarios en la construcción de un ambiente donde se pueda vivir la reciprocidad, la pluralidad, la democracia para la transformación de un nuevo rostro de sociedad.
La calidad educativa no se realiza a través de actos aislados, sino como savia que alimenta el ambiente educativo contagiando a la sociedad el respeto y el cuidado por la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Muchas gracias por este espacio. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y su aporte.


Convocamos a la señora María Brandalizi.

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Sra. Brandalizi.- Buenas tardes.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Buenas tardes. Muchas gracias por su presencia.


Por favor, ¿nos puede decir a qué entidad o colegio representa, o si viene como madre o familiar?

Sra. Brandalizi.- Soy educadora, profesora del nivel medio de los Institutos de Formación Docente y Maestro de Grado, y represento al Instituto Nuestra Madre de la Merced, sede Alta Córdoba.
Como educadora manifiesto mi adhesión al proyecto de modificación de la actual Ley de Educación provincial 8113. Particularmente, adhiero a lo que refiere el Capitulo I, artículo 4º donde en los fines de la educación afirma: “El desarrollo integral, armonioso y permanente de los alumnos orientados hacia su realización personal y su trascendencia en lo cultural, lo social, lo histórico y lo religioso según sus propias opciones”.


Simplemente, por razones de tiempo voy a leer el texto que argumenta esta adhesión.


Todos los hombres de cualquier raza, condición y edad, puesto que están dotados de la dignidad de persona, tienen derecho inalienable a una educación que responda al propio fin, al carácter propio, que sea conforme a la cultura y a las provisiones patrias y que, al mismo tiempo, esté abierto a la asociación fraterna para fomentar la unidad y la paz.
Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad biopsíquica espiritual y social, una presencia conciente y creadora en el mundo confiada a su libertad y responsabilidad que, en medio de otras personas, está llamada a convivir, a construirse y responder así al llamado de una misión trascendente. En estas características esenciales de la persona está señalado el programa de tareas educativas fundamentales.
La persona lleva en su ser su quehacer fundamental, su programa educativo. El derecho de todos los hombres a la educación incluye el derecho a la educación de todo el hombre. Esto subraya el carácter verdaderamente integral que debe tener la educación, no puede limitarse solamente a la formación científica por buena que ella sea, sino que implica también una formación física, psicológica, moral, religiosa y espiritual.
En este aspecto, el derecho a la educación integral del hombre también contempla la apertura a la trascendencia como una dimensión constitutiva de su ser que implica, en esta integralidad, la inclusión de la enseñanza de contenidos religiosos.
La educación, al tener como objetivo mayor la formación integral de la persona, persigue humanizar y personalizar al hombre, ha de ser una educación personalista, centrada en una adecuada concepción de la persona y personalizada, porque debe estar atenta a la individualidad y originalidad de cada ser humano. Pero también es necesario que sea personalizante, es decir, centrada en la promoción de las notas constitutivas de su propio ser incluyendo la dimensión social o comunitaria es decir, la búsqueda de mejores relaciones interpersonales y el acento en los valores de solidaridad y servicio.
La verdadera educación que propone la formación de la persona humana ha de valerse del progreso de las ciencias psicológicas, pedagógicas y didácticas para ayudar a niños y adolescentes a desarrollar armónicamente sus cualidades físicas, morales e intelectuales y que gradualmente vayan adquiriendo un sentido más completo de la responsabilidad y una progresiva adquisición de la libertad; que a medida que su educación avance sea instruido en una positiva y prudente educación sexual, que sean preparados para compartir la vida social siendo capaces de insertarse en la sociedad humana, se abran al diálogo y al trabajo para hacer posible la construcción del bien común.
Tanto niños como adolescentes tienen derecho a la formación de la conciencia recta y a que se les estimule, a estimar y adherir a los valores morales y religiosos. En la unidad de su ser corpóreo y espiritual el hombre se presenta capaz de conocer, conocerse, amar y obrar libremente, por eso es persona. Se descubre en la conciencia de sí mismo como sujeto de su propio obrar y puede decidir libremente para realizarse en plenitud. La persona es un ser moral, o sea, dueño de sus actos y artífice de su destino.
Entre todos los medios de educación tiene especial importancia la escuela que, en virtud de su misión, cultiva con asiduo cuidado las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad de juzgar rectamente, lo introduce en el patrimonio cultural, promueve el sentido de los valores, prepara la vida profesional y comunitaria fomentando un trato amistoso entre los alumnos de diversas índoles y condición.


La escuela enseña para educar, para formar al hombre desde dentro, para formar personalidades fuertes y responsables capaces de hacer opciones libres y justas, y para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedir vivir y realizarse como hombre.


La escuela deber partir de un proyecto educativo intencionalmente dirigido a la promoción total de la persona.


Por último, el logro consistente y definitivo de la educación debe ser el sentido mismo de la propia vida que hay que conocer, que hay que amar, que hay que respetar, que hay que defender y, por sobre todas las cosas, agradecer a Dios, Creador.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y por su aporte.


A continuación convocamos a la señora Lorena Daniele y a la señora Carlota Teresa Barrios.

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Sra. Barrios.- Buenas tardes. Gracias por permitirnos este espacio.


Soy representante legal del Colegio Parroquial Cristo Redentor.
En esta instancia estamos buscando que los señores legisladores, abocados al análisis de la nueva ley de Educación para la Provincia de Córdoba, confirmen que “la educación se constituye en política de Estado prioritaria para contribuir a la construcción y desarrollo de una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales”, y así lo expresa el artículo 2 en los fundamentos de esta ley.
Es fundamental resaltar la importancia de los artículos 3, 4 y 11, cuando expresan que: “el Estado reconoce la libertad de las personas, asociaciones y municipios de crear y gestionar instituciones educativas ajustadas a los principios de la Constitución y a esta ley”.
“Se dará cumplimiento al desarrollo integral y armonioso y permanente de los alumnos orientado hacia su realización personal y su trascendencia en lo cultural, lo social, lo histórico y lo religioso, según sus propias opciones”. A esto lo dice el artículo 4, en “Fines de la Educación”, en el punto a).
Si además nos atenemos a los “derechos de los padres” que menciona el artículo 11, está claro que son ellos –los padres– quienes tienen la libertad de elegir para sus hijos la institución educativa cuyo ideario responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas. Según escuchaba anteriormente, pareciera que al decir “religiosas” solo nos referimos a la Iglesia Católica, cuando en realidad hay instituciones de creencias judías, protestantes, ortodoxas, etcétera.
Está claro que son los padres quienes tienen esa libertad de elegir por ser ellos los agentes naturales y primarios de la educación de sus hijos. Afirmamos esto porque sabemos que la familia es la primera educadora de sus hijos. Su misión es preparar al niño como primer responsable de su proyecto de vida, educándolo completamente desde los valores. La misión educadora de la escuela consiste en el desarrollo de un proyecto educativo institucional desde la convivencia escolar y la sistematización de los contenidos en las diversas disciplinas.


En la escuela, el niño encuentra un nuevo espacio referencial, ya que es su primera experiencia autónoma, una vivencia de importancia capital para su vida futura, una suerte de ensayo general en el que están condensados todos los problemas que se le presentarán más tarde. El niño se encuentra enfrentado a la realidad, se presenta como un “fulano de tal”, con sus cualidades y defectos, y debe conquistar, para sí y por sí, la estima y amistad de sus compañeros, la atención de sus profesores, etcétera, y su trabajo será evaluado.


Es a través de todo esto que conforma la autoestima, es el momento en que los valores deben fluir hacia las convicciones, ideales y hacia el encuentro de un ciudadano pleno que guarde en sí caridad, respeto, solidaridad, sabiduría, fortaleza, compañerismo y el amor que Dios nos regaló a todos.


Por eso, estamos convencidos de que debemos proporcionar a los niños y jóvenes una educación integral y procuramos con empeño que nuestra tarea no se limite a la instrucción curricular, sino que debemos ofrecerles el ámbito y los medios para que formen integralmente su personalidad.


El compromiso que todos debemos plantearnos –que se nos impone de manera impostergable– es transmitirles la sabiduría cristiana, en la que se cumple el verdadero humanismo; acompañarlos, orientarlos, iluminar y potenciar su libertad para que elijan su vida en plenitud.


Familia y escuela comparten el cometido de educación integral; ambas educan desde los valores, sólo que la familia incide principalmente en el proyecto de vida de cada persona desde la convivencia doméstica, en tanto que la escuela lo hace desde la convivencia institucional, para llevar a cabo su proyecto educativo.


La educación de la familia es prioritariamente relacional, delegando en la escuela la responsabilidad educativa que a aquélla le compete de forma natural y primera, y ambas comparten un objetivo: elegir la vida. Todo aquel que enseña una disciplina escolar, cualquiera sea, está colaborando, en alguna medida, con esa obra maravillosa.


Para ayudar a nuestros alumnos a elegir la vida, es preciso promover y fortalecer el desarrollo de sus capacidades, es decir, enseñarles a pensar con precisión y animarlos a cultivar su vida intelectual. Debiéramos revisar nuestros procedimientos y ser capaces de renovar una didáctica realista y ordenada, destinada a la obtención de resultados concretos para alcanzar la excelencia en la calidad pedagógica. Para esto, por supuesto, necesitamos que también sea de excelencia la formación y el desempeño de los docentes.


No es fácil ser familia en la escuela, en el marco de la cultura fragmentada, despersonalizada y anónima que hoy tenemos; no escapan estas instituciones de la dinámica de una sociedad que pierde el rumbo y se encuentra atravesada por una crisis de valores, con vínculos resentidos por la violencia real y simbólica.


Es aquí donde resulta de fundamental importancia el papel del Estado, como principal ejemplo de esos valores, que debe rescatar la educación como herramienta indispensable para la construcción de un país; el Estado como fuente, respaldo y sustento económico de un proyecto sólido y permanente, con base en la familia, las escuelas y sus docentes. Estamos convencidos de que trabajando juntos, escuela, familia y Estado, estableciendo puentes y puntos de contacto, podremos cumplir nuestro objetivo y reconocernos educadores.


Este es el principal desafío para la escuela que represento, Cristo Redentor; hemos tenido importantes logros realizando talleres para padres, fiestas de la familia con concurrencia masiva y compartiendo salidas que favorecen la integración entre alumnos, docentes y padres, entre otras actividades. Pero esto es el resultado de mantener un diálogo fraterno que busca escuchar y atender las necesidades e intereses que los padres nos manifiestan en las encuestas que realizamos con el objetivo de que juntos disfrutemos logros y enfrentemos dificultades.


Nuestra escuela es sumamente requerida por las familias debido a nuestros proyectos, uno de los cuales, el de atención a la diversidad, ustedes han tenido la oportunidad de escuchar la semana pasada, proyecto que nos permite trabajar con niños y adolescentes con capacidades diferentes, pero sobre todo los padres nos eligen porque desarrollamos un proyecto educativo iluminado por el mensaje del Evangelio, atendiendo las necesidades de los niños y adolescentes de hoy uniendo la ciencia a la sabiduría cristiana en un ambiente de caridad, libertad e igualdad.


Señores legisladores, tienen hoy ustedes un enorme desafío: la Ley de Educación tiene que adecuarse a los cambios que se han producido en la sociedad. Todos sabemos que la educación en nuestro país está en crisis, entonces, no podemos cruzarnos de brazos, no es suficiente decir que para mejorar tiene que haber 180 días de clases, de nada sirven esos 180 días si no les enseñamos a nuestros niños y jóvenes a prepararse para la vida, a respetarse a sí mismos y a los demás, a cuidar su cuerpo y el ambiente que los rodea, a entender que el conocimiento es un instrumento de libertad y que el trabajo dignifica a la persona, a asumir responsabilidades y a tener ideales y valores.


Para que esto suceda es necesario que familia, escuela y Estado aúnen esfuerzos en pos de la educación. El Estado tiene la obligación de respetar la libertad de elección de los padres, tal como lo menciona el artículo 11, y garantizar los recursos suficientes para el funcionamiento de este sistema educativo, tal como lo afirman los principios de la Constitución y de esta ley.


Muchos parecen desconocer que los aportes del Estado cubren salarios docentes pero no todo lo demás -auxiliares, maestranzas, gabinetes psicopedagógicos y administración- y que las escuelas privadas no todas son empresas, hay pueblos de la Provincia donde hay una sola escuela en los alrededores y que es la parroquial y prácticamente gratuita.


En vuestras manos está el futuro de nuestros niños y jóvenes que son la Patria del mañana, necesitamos ejemplos y que ustedes sean uno de ellos.


Muchas gracias por escucharme. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y colaboración.


Le damos la palabra a la señora Daniele.

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Sra. Daniele.- Mi nombre es Lorena Daniele y estoy en carácter de mamá. Tengo dos hijos que asisten a la Escuela Cristo Redentor y quiero contarles por qué un papá decide la elección de una escuela y lo importante que es poder garantizarles ese derecho.


Señores legisladores: tengo el agrado de dirigirme a ustedes como una de las tantas familias que quieren tener la posibilidad de seguir haciendo efectivo el derecho a elegir la educación de nuestros hijos según las convicciones religiosas, políticas, sociales y culturales que nos parezcan adecuadas para dar continuidad a los primeros aportes educativos que se realizan en el hogar.


Sabemos que las transformaciones que han sufrido las familias y las escuelas requieren en la actualidad pensar las funciones de crianza, acompañamiento y transmisión de manera contextual, considerando como oportunidades el bagaje que desde sus contextos traen los niños. Gracias a Dios pude encontrar para mis hijos, de cinco y trece años, una institución que pudiera hacer efectiva la educación que atiende la diversidad, pues la vida que ellos están transitando está llena de situaciones y personas diversas.
En la Escuela Cristo Redentor pude percibir, desde el día en que fui a solicitar un lugar para ellos, una apertura y calidez que me trasmitieron la confianza necesaria para compartir juntos la tarea de educar. Esta escuela es una comunidad pequeña, comparada con muchas del entorno, pero ha aprendido a trabajar y a luchar por crecer superando dificultades y, sobre todo, pensando en las posibilidades de cada miembro de la institución y no en sus carencias. Esto se pone de manifiesto en el sentido de pertenencia que tenemos todos y que hace que nos sintamos miembros activos de ella, no sólo se preocupan por brindar una educación, conforme a los valores cristianos, sino que, desde lo pedagógico, los preparan para desenvolverse con autonomía, valores democráticos y respeto pero, sobre todo, desarrollando en ellos competencias que les permitan afrontar los desafíos de la sociedad actual.


Poder verlos crecer en un entorno que les permita respetar y aceptar el tiempo que tiene cada ser para aprender algo, trabajando cooperativamente, es una muestra de tolerancia y amor al prójimo que, en muchos ámbitos, está faltando ya que la cultura individualista, capitalista y discriminatoria hoy en día está intentando convalidarse.


Debería lucharse para que cada vez haya más escuelas que atiendan la diversidad, como la que yo tuve la oportunidad de elegir, donde tengo la dicha de ser escuchada sin prejuicios, donde me sugieren, me ayudan y me permiten dialogar abiertamente. He participado de talleres donde nos animan en la dura tarea de ser padres, orientándonos para que aprendamos a ejercer con autoridad nuestro rol poniendo límites cuando es necesario y reconociendo cuándo hacer una intervención oportuna en la tarea escolar. También soy testigo del cuidado que tienen a la hora de considerar la problemática típica que tienen nuestros jóvenes realizando convivencias, charlas personales, trabajando conjuntamente los docentes, catequistas y el equipo de orientación, ayudando a superar los problemas con un acompañamiento personalizado.


Desde que abren las puertas de la institución y me reciben diciendo mi nombre, o reconociéndome como la “mamá de”, me hacen dar cuenta de que conocen a cada uno de los miembros. A pesar de los riesgos y las exigencias que conllevan, siguen apostando a que los niños tengan salidas educativas o de contacto con el medioambiente para que puedan vivenciar, de manera directa, lo transmitido en clases, fomentando el conocimiento de lugares que son patrimonio cultural de la Provincia. Lejos de buscar el camino más fácil apuestan a este tipo de actividades, como los campamentos –de los que pude participar- que constituyen un recuerdo imborrable para los más pequeños.


He tenido la satisfacción de ver a ex alumnos regresar con sus hijos a elegir nuevamente esta institución, lo cual quiero que se garantice también para mis hijos, para cuando crezcan. Por eso son tan importantes las decisiones que ustedes tomen en el presente.


Señores legisladores, mi pedido es que puedan consolidar y garantizar una educación que atienda la diversidad, ya que hacen falta cada vez más instituciones que reciban el apoyo y asesoramiento para que se animen a aceptar esta realidad, que existe desde hace años, y que nadie está exento de necesitar. Aceptar personas con discapacidad e incorporarlas en la escuela común permite la libre elección de una escuela según las propias convicciones y es hacer realidad una educación que respete las diferencias, que brinde igualdad de oportunidades y que sea democrática. El Estado debe colaborar brindando los recursos económicos permitiendo que las familias sigamos teniendo la libertad de elección educativa, como se expresa en el artículo 11.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos la presencia de la señora Angélica Moyano.

Sra. Moyano.- Buenos días.


Vengo como una simple ciudadana a quien le interesa el proyecto de ley educativa y el futuro de su país.


Respecto a la propuesta de transformación educativa, me dediqué a reflexionar en ciertos principios que rigen este proceso sin querer agotarlos. Quise privilegiar lo importante sobre lo urgente, que a veces se descuida por abocarse a lo inmediato y apremiante.


Para no superar el tiempo estipulado, realicé este breve resumen sobre el que quiero seguir reflexionando junto con ustedes, para tomar conciencia de nuestras raíces a la hora de tomar decisiones para el cambio.


Existe la necesidad de realizar una reestructuración mucho más profunda sobre nuestro estilo de gestión educativa. Por este motivo, me voy a centrar en la necesidad de replantear un proceso de cambio y algunos otros aspectos.


Los aspectos que debemos tener en cuenta para que los procesos de cambio se puedan efectivizar mediante la actuación de los equipos directivos de conducción frente a dicho proceso.


Hemos de concebir el cambio como un proceso a fin de dejar lo conocido para incursionar en lo desconocido; tomar conciencia de las situaciones que surgen con modelos ya conocidos y experimentados por nosotros y de la necesidad de planificar el cambio, siendo muy respetuosos de los procesos internos y externos, teniendo en cuenta que en todo cambio el objetivo es el bien común y el respeto de los valores permanentes e intrínsecos de la naturaleza humana.


En este punto me detengo, porque el cambio por el cambio mismo es un sin sentido y el cambio solamente puede mantenerse como tal cuando hay una base estable.


En segundo lugar, es condición fundamental percibir que la gestión debe ser participativa, se debe aprender a delegar responsabilidades, cómo resolver todo lo que se nos presenta. Para ello, hay que tener en cuenta que el camino está por hacerse, sin recetas confirmadas y que la misma marcha va dando las soluciones.


No hay que pretender agotar todo porque nuestra vida es bastante compleja y se van presentando situaciones que debemos solucionar en el mismo momento en que se presentan.


También debemos cuidar de no caer en una actitud muy común de nuestro tiempo, en que pareciera que todo lo que se improvisa y se resuelve rápidamente, sin pensarlo demasiado, es lo más eficiente.


Recordemos que uno de los propósitos de la planificación estratégica es resguardar dicho proceso de cambio para evitar los riesgos que implica la incertidumbre de la sociedad moderna.


No podemos improvisar en la educación, ya que estamos trabajando con personas que están preparándose para poder realizar en plenitud su proyecto de vida, y por esto la misión es más delicada.


Tenemos en cuenta que la educación, como actividad trascendente, debe cumplir funciones de conservación de la cultura, de transformación de la estructura social y proyección de una mejor calidad de vida, logrando la convivencia entre las personas. Cuando hablo de vida, me refiero a ella en un sentido amplio.


Debemos tener claro adónde queremos llegar para luego decidir cuál es el mejor camino a seguir, que se podrá modificar y adecuar a lo largo del itinerario.


Al ver la experiencia adquirida a lo largo de este tiempo en la tarea de educación y conducción de la tarea educativa, podemos tener en cuenta que la eficiencia organizacional educativa pasa por favorecer el espíritu del trabajo en equipo para unificar criterios, asumir responsablemente la toma de decisiones, alentar la creatividad, la apertura, brindar oportunidad de crecimiento y de desarrollo personal y comunitario; iniciar un proceso de sensibilización para el cambio que parta de una percepción respetuosa de la realidad institucional de todo el país; generar cambios, ámbitos de reflexión y acción respecto a la aplicación de la planificación estratégica; crear el paso de comunicación y de solución de problemas y habilidades para la resolución de conflictos; informar adecuadamente y capacitar para un mayor compromiso y participación a los miembros de la comunidad educativa para hacer posible el cambio.


Ante la propuesta del Estado de iniciar una transformación educativa, el cambio de las instituciones resulta un proceso complejo. Precisamente, el gran desafío para la gestión será aunar esfuerzos a fin de promover un análisis y reflexión crítica que conduzca a un discernimiento adecuado y manifieste explícitamente su disposición y compromiso para asumir el cambio y la innovación necesaria. Pero, reiteramos, todo cambio en la organización pasa por las personas, ya que solamente ellas pueden asumir los valores del desarrollo tales como la colaboración, confrontación, confianza, apoyo, respeto mutuo y apertura. Sólo así podremos desde la comunidad educativa construir una sociedad cimentada en una cultura de vida que favorezca el pleno desarrollo de sus miembros.


Muchas gracias por escucharme. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a la directora María Lina Ferreyra.

Sra. Ferreyra.- Buenas tardes. Soy María Lina Ferreyra, directora de nivel medio de la Escuela Parroquial San Pablo Apóstol.


En esta oportunidad me presento ante ustedes para compartir el resultado del acercamiento al anteproyecto de ley de educación provincial. Antes que nada quisiera poner de manifiesto la forma de mi trabajo, que consistió en la lectura pormenorizada del texto para poder argumentar críticamente acerca del los ítems que creo son relevantes en esta instancia del debate.


Abordaré primero el Capítulo I, artículo 4°, cuando se refiere a los Fines de la Educación. Es loable hacer hincapié en las posibilidades que se le presentan y garantizan a cada joven y niño de trascender y crecer en lo social, cultural, histórico y religioso, según sean sus opciones. La relevancia está en que se considera al educando no como un ser vacío que se debe llenar de conocimiento, sino como quien puede construir su futuro a partir de su naturaleza, de sus posibilidades personales. Un ser libre de elegir, de acuerdo con sus convicciones, pero a partir de la formación que proviene de la familia y se intensifica y completa en la escuela.


Este crecimiento es el que le posibilitará al alumno el camino hacia la formación como ciudadano consciente de sus deberes y derechos, del respeto por los demás, la tolerancia, la no discriminación, teniendo en cuenta la importancia de sus ancestros y el respeto por los pueblos originarios, es decir, las tradiciones de su pueblo y país.


En lo que respecta al Capítulo II, artículo 5°, quiero poner en relieve la garantía de igualdad de oportunidades y posibilidades educacionales que se proponen niños, jóvenes y adultos. Creo que es importante que se explicite esta responsabilidad del Estado provincial.


En el artículo 11, adhiero explícitamente al derecho de la familia de ser reconocida como agente natural en la educación de sus hijos y, por lo tanto, a poder elegir la institución educativa cuyo ideario se manifieste acorde con su formación e ideología.


También considero importante que la familia sea responsable plenamente de la escolarización completa de los niños y jóvenes, en los términos que marca la ley, contribuyendo al reconocimiento y respeto de la autoridad educativa que corresponda, considerando que este es un paso importante en la formación de la conciencia de los futuros ciudadanos que como escuela están formando.


Con respecto al artículo 13, referido a las instituciones educativas y la convivencia democrática, quisiera decir que la tarea de la escuela es importantísima en tanto completa la formación que el alumno recibe en la familia. Por otro lado, el trabajo como institución debe ser coherente de manera que los valores y las normas que en ellos se sustenten tengan su correlato en la vida diaria de las personas que la conforman. De esa manera, los adultos podrán cumplir su rol de modelo adulto y maduro para niños y adolescentes. De allí la importancia de acuerdos o normas claras de convivencia entre adultos, entre niños y jóvenes, entre adultos y niños o adultos y adolescentes.


En el artículo 22 se hace referencia a los criterios de orientación pedagógica. Es dable destacar que cada uno de ellos está orientado a la formación de las personas, ubicándolas en su contexto sociocultural, incentivándolas para reconozcan, incrementen y pongan en juego sus capacidades, a fin de que puedan pensar, formular y/o diseñar su propio proyecto de vida.


Ese proyecto personal sólo será posible si se educa para preservar y promover el derecho a la vida, aspecto éste tan amplio como lo es la persona misma, ya que no se limita a la concepción de vida desde la gestación, sino a todos los ámbitos de la salud, las relaciones, el medio geográfico y social en que cada uno está inserto.


Si como adultos reconocemos en cada joven y/o niño un ser en camino de la trascendencia cultural, social, personal, religiosa, trabajaremos sus potencialidades de manera que se lo pueda ayudar a prevenir y/o evitar las adicciones; reemplazar la violencia física y verbal por el diálogo respetuoso y tolerante; educarlo para el cuidado de su salud y su persona y, en consecuencia, de su medio ambiente, y los acompañaremos en la reflexión acerca de su responsabilidad como ciudadano.
Educando para que los niños y jóvenes, según sus respectivas situaciones, sean hacedores de su propio futuro, en un marco de valores claros, estamos promoviendo el derecho y la preservación de la vida.
Educando con valores éticos sólidos acompañaremos a los jóvenes también en el respeto por la sexualidad, en la valoración de cada uno como persona, en la responsabilidad de sus actos y el uso de su libertad. Solamente teniendo en cuenta al otro como persona, como ciudadano, como quien completa la identidad, comparte el espacio físico, social y espiritual, será posible ayudarlos a reflexionar acerca de la verdad, la justicia y la libertad y, por lo tanto, de las consecuencias de su mal uso.
Quisiera referirme también al artículo 103, que habla del director. En primer lugar, considero necesario explicitar las características específicas del rol del director de cada nivel educativo y clarificar su ámbito de competencia en lo pedagógico, lo administrativo, lo legal e incluso lo social.
Desde mi rol de directora de nivel medio, y por el contacto permanente con directivos de escuelas de gestión privada y pública, con las cuales estamos trabajando en red, quisiera expresar mi total acuerdo a la constitución del equipo de gestión.
Es en el seno del mismo donde se pueden discutir y poner en claro las acciones relevantes y especialmente las situaciones conflictivas que se presentan en una institución educativa.
Es evidente que la soledad en la gestión, cuando la realidad nos muestra un panorama muy complejo, no permite al directivo centrarse en lo que es el contrato fundacional de la escuela: los procesos de enseñanza-aprendizaje.


El directivo –entre otros aspectos- es también el principal responsable de lo que a nivel de relaciones humanas pasa en la escuela. Como tal, debe tener la autonomía suficiente para poder establecer, de acuerdo con las características de la institución, qué normas son las más adecuadas para la misma. Debemos tener en cuenta que son los docentes, alumnos, padres y no docentes quienes dan vida esa normativa que han consensuado y aceptado y que, por otro lado, todos conocen cuáles son los valores que sostienen la convivencia en cada comunidad.


Otro aspecto relevante en cada institución educativa es la elaboración y actualización permanente del proyecto educativo institucional, ya que en él se apoya todo el devenir de la vida escolar: las vías y los modos de los aprendizaje, las formas de relación entre los actores, los ámbitos de competencia de cada uno, los roles claramente definidos.


Este proyecto educativo sustenta la autonomía de cada institución dentro del marco de la ley y, por ende, refrenda las decisiones que como escuela toma.


De su puesta en acto deviene el fundamento institucional de la autoridad del directivo, quien, acompañado de su supervisor, puede gestionar plenamente en todas las situaciones y apoyar a los docentes para el eficiente desempeño de su tarea.


Por lo expuesto, solicito que el presente proyecto sea tratado y aprobado por los señores legisladores.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y por su colaboración.


Convocamos ahora a la docente Ariana Andreoli y a la estudiante Fernanda Ludueña.

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Sra. Andreoli.- Buenas tardes.


Soy docente de la Escuela Integral de Teatro Roberto Arlt, del Instituto Domingo Cabred, y soy artista. Ahora vengo en representación de la citada escuela.

Sra. Ludueña.- Soy Fernanda Ludueña, estudiante del Profesorado de la Escuela Integral de Teatro Roberto Arlt.

Sra. Andreoli.- Queremos compartir, primero, algunas preguntas, las que luego entregaremos con los documentos que hemos estado elaborando entre docentes y estudiantes, donde desarrollamos un poco más cada uno de los puntos que aparecen en el anteproyecto de ley.


En primera instancia, nos preguntamos ¿por qué se desarrolla un proyecto educativo?, ¿para quiénes y para qué? ¿Acaso será para niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos integrantes de una sociedad con derecho a acceder a diversos objetos de conocimiento y con derecho a desarrollar su potencial humano, con derecho a una educación contextualizada con memoria que valora la diversidad cultural, a educar desde y para la libertad? ¿Pero qué será eso? Preguntas que generan más preguntas.


¿Quiénes son los beneficiarios y beneficiarias del proyecto educativo que este proyecto de ley 6480/E/10 contiene?


Seguimos preguntando en torno a este proyecto: ¿Por qué el Consejo Provincial de Políticas Educativas, que se explicita en el artículo 89, el que crea el anteproyecto, no incluyó a estudiantes, madres, padres, diferentes representaciones docentes ni el nivel superior no universitario. ¿Por qué no incluyó al área de cultura, ni especialistas en artes, ni a humanidades?; ¿por qué tampoco a organizaciones de defensa de los derechos del niño, niñas y adolescentes u a organizaciones de culturas originarias? Esto me recuerda un dicho: “Dime con quien andas y te diré quien eres”. (Aplausos).


¿Acaso ustedes no saben que la terminología de conceptos a utilizar en la redacción de un

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PARTE 4 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:11 PM

¿Acaso ustedes no saben que la terminología de conceptos a utilizar en la redacción de un proyecto de ley nos determina sus lineamientos ideológicos y la política que avala?; ¿desean cargar de subjetividad y ambigüedad profunda este proyecto?; ¿es un servicio o un derecho la educación? Cambio de paradigma, quizás. Un paréntesis en torno a los paradigmas: hay paradigmas en torno a la participación de la niñez, la adolescencia y la juventud que han cambiado pero parecen no ser atendidos en este proyecto, como la valoración de las diferentes generaciones en la construcción de una sociedad. La niñez, la adolescencia y la juventud no son el futuro, son el presente.


¿Qué se entiende por Audiencia Pública? Hoy, nos apersonamos a las 13 horas en este lugar y había 24 sillas vacías; había estudiantes en la calle que querían entrar como oyentes, pero no podían pasar. Nos preguntamos nuevamente en qué consiste la Audiencia Pública; y otra frase que me viene a la cabeza: “La ausencia es la más insoportable de las presencias”, y eso están haciéndolo notar los estudiantes. (Aplausos).


La terminología utilizada es contradictoria y aleatoria; no refleja atender a la Ley de Protección Integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes; tampoco refleja un claro posicionamiento en cuanto a la perspectiva del género ni de diversidad. No es clara la inclusión de la educación sexual integral. Perdón, me retracto, es clara. No estamos de acuerdo con la ambigüedad cuando el anteproyecto habla de religión. Todos sabemos que nuestro país no tiene una religión oficial; entonces, ¿por qué se la incluye en la escuela pública?, ¿qué nos quieren enseñar?, ¿qué tipo de sociedad queremos construir?, ¿esto respeta la diversidad cultural, las culturas originarias de la Argentina?, ¿respeta las vivencias de la sexualidad?; ¿saben lo que significa la sexualidad para las culturas originarias? Una fuerte impronta en la capacidad de “decidir” cómo vivir la sexualidad. Decidir no es lo mismo que obedecer mandatos.


¿Fomenta este proyecto un modelo de desarrollo en el mundo del trabajo, vulnerando derechos e invisibilizando la diversidad de intereses y potencialidades?; ¿Por qué se crea un Consejo Provincial de Educación Técnica y Trabajo, integrado por los señores Ministros de Educación, de Industria, Comercio, Trabajo, Ciencia y Tecnología, etcétera, y representantes del sector universitario, empresarial, asociaciones gremiales e instituciones representativas de gestión privada? y ¿por qué no se crea un Consejo Provincial Pedagógico, un Consejo Provincial Cultural y Artístico. ¿Por qué habla de regular y no de promover la relación educación trabajo?; ¿acaso el Consejo Provincial de Políticas Educativas ha decidido recibir un fuerte asesoramiento empresarial y un escaso asesoramiento pedagógico? ¿Acaso está admitiendo la precarización laboral? ¿A qué tipo de trabajo apunta? ¿Qué considera como trabajo? ¿Qué modelo de sociedad impulsamos? Me pregunto esto y otras cosas más.
El arte, ¿puede ser una elección laboral profesional? ¿Cómo se desarrolla el arte en el sistema educativo? ¿Qué valor, qué legitimidad se le da desde las políticas implementadas, de las leyes creadas? ¿El arte es inútil? Por supuesto que sí, el arte es inútil y no es funcional –para nada- a este proyecto educativo que refleja el proyecto de ley 6480/E/10. El arte es inútil para este proyecto de ley porque es memoria viva, el arte es confluencia de la subjetividad, la objetividad y la acción crítica; el arte exige cuerpos vivos, activos, que accionen sobre la realidad base para rearmarla, reorganizarla, ampliar las perspectivas. Es absolutamente necesario para desarrollar una disciplina artística ejercitar, desarrollar, promover, estimular el pensamiento natural.
A diferencia de esto, el proyecto de ley refleja un interés notorio por desarrollar únicamente el pensamiento vertical. Para poder entender estos términos que utilizo detallo brevemente a qué me refiero con cada uno de estos modos de pensamiento.
El pensamiento vertical es selectivo; atiende la corrección lógica del entendimiento de las ideas; selecciona el enfoque más prometedor; se mueve sólo si hay una dirección en qué moverse; designa un experimento para poner de manifiesto algún efecto; es analítico; se basa en la secuencia de ideas, en el orden lógico, cada paso a dar tiene que ser el correcto; utiliza la negación y el bloqueo de otras posibilidades; excluye lo que no parece relacionado con el tema; alude a categorías, clasificaciones y etiquetas fijas; sigue los caminos más evidentes; se convierte en un proceso finito.
El pensamiento lateral es creador; no selecciona los caminos por prejuicio, trata de seguir todos los caminos posibles y de encontrar nuevos; busca nuevos enfoques; se mueve para crear una dirección; aspira al cambio y al movimiento como medios para la reconstrucción de los modelos de conceptos; es provocativo; tiene la capacidad de efectuar saltos, no necesita seguir un orden lógico, no necesita que cada paso sea el correcto; juega con el ensayo-error y el azar; no rechaza ningún camino para descubrir soluciones; explora, incluso lo que parece completamente ajeno al tema, para poder reestructurar los modelos; no mantiene fijas las clasificaciones o etiquetas, se está reformulando continuamente; se utiliza de modo provisional y en contexto; los caminos son menos evidentes; su proceso es de probabilística; aumentan las posibilidades de una solución óptima mediante la reconstrucción de los modelos.
Con esto no se quiere decir que uno es más válido que otro, todo lo contrario; es absolutamente necesario el desarrollo de ambos modos de pensamiento y su permanente interrelación. Pero, podemos darnos cuenta de que tanto en nuestro sistema educativo como en nuestro sistema social prevalece el interés por uno de estos modelos; eso conlleva a generar prácticas pedagógicas educativas, prácticas políticas, con una clara tendencia.
El desarrollo de las diversas áreas de conocimiento, el abordaje de distintos objetos de estudio, permitirá la educación integral que en algún lado la ley menciona; la educación integral, laica, gratuita y de cambios cualitativos que nosotros defendemos, donde el arte forma parte de ese complejo proceso enseñanza-aprendizaje que atravesamos a lo largo de la vida.
Siguiendo con las preguntas: ¿se está teniendo en cuenta la Ley nacional 26.206? Escasamente, poco, tal vez nada. ¿Qué queremos generar? ¿Cómo se asegura la implementación y el desarrollo del arte como disciplina en el sistema educativo? ¿Cómo se desarrollan la música, el teatro, las artes visuales, las danzas, las disciplinas que menciona la ley nacional? ¿Quiénes van a dar clases de danza en las escuelas si en la Provincia no hay ningún espacio de formación de profesores de danza? Existe una tecnicatura pero no hay formación pedagógica. Aunque digan que se están armando espacios para que estas áreas estén, hay cuestiones y decisiones políticas que son necesarias tomar para que aseguren el desarrollo de estas disciplinas.


Por otro lado, la demanda de ingresantes a las carreras de la escuela de teatro en particular –de la cual venimos- supera las capacidades edilicias. Si hay que restringir la posibilidad de formación en estas áreas de formación profesional, ¿cómo lograremos el desarrollo en los distintos niveles de la educación, sea inicial, primaria o secundaria?


Esta reflexión abierta, con corrección y autocorrecciones me indica que el tiempo ha sido insuficiente. Hoy, noviembre -casi diciembre- estudiantes y docentes nos encontramos en la agotadora etapa de exámenes donde la tarea, según los roles que tenemos, aumenta de modo importante. Al igual que en aquel julio, cuando nos convocaron para hacer un análisis en cuatro horas, el sector de la educación superior no universitaria todavía estaba de vacaciones.
Esto nos pasa en particularidad, pero entre medio, estas audiencias públicas –entre comillas- que siguen aportando a la práctica de falsa participación pero con la convicción –nosotros y nosotras- de la participación colectiva y diversa seguimos defendiendo, pidiendo y demandando la anulación de este proyecto de ley 6480/E/10 porque buscamos impulsar la construcción de una sociedad humanizada, crítica, activa, viva y no una sociedad amaestrada por dogmas o empresas.
Apostamos al arte y a las humanidades como disciplinas, como profesionales como visiones del mundo. ¿Cuál es la apuesta de ustedes? ¿qué sociedad desean impulsar? Las decisiones que tomamos son las que reflejan nuestros deseos, ideologías y tendencias dando cuerpo y espíritu a nuestros roles y funciones, tareas y lugar como profesionales ciudadanos y ciudadanas.
Hoy el tiempo y el espacio siguen siendo reducidos, por eso la Asamblea Permanente de la Escuela Superior Integral de Teatro, Roberto Arlt demanda a nuestros legisladores provinciales que anulen el proyecto de ley 6480/E/10 y se elabore un nuevo proyecto que modifique la Ley de Educación vigente 8113 a través de un proceso de construcción sometido a un amplio debate que involucre la comunidad educativa, organizaciones sociales, especialistas de las diferentes áreas –en nuestro caso artística- para que la nueva ley alcance la mayor legitimidad social posible.
Hoy escuchamos diferentes opiniones –y seguiremos escuchando- pero, consideramos que 3 jornadas es poco tiempo para escuchar, discernir y saber. Por eso, creemos que no se puede votar semejante proyecto que delimita muchas acciones a seguir. Por más que tengamos la convicción de qué mundo, qué sociedad, o qué educación queremos construir lo vamos a seguir haciendo con o sin esta ley.
Por último quiero leer algunas frases de Galeano, que, por suerte, existen escritores como éste que, a través de su especialidad nos puede resumir en pocas palabras cosas con mucho sentido.
Pero antes quiero hacer un paréntesis pera referirme a cuando hablé de “ambigüedad de la ley”. Creemos que las leyes no tienen que tener ambigüedad sino que tienen que ser claras y precisas. Las subjetividades y distintas lecturas que podemos tener sobre un objeto o sobre algo, está bueno que sea en la disciplina del arte. Para nosotros, una obra artística que genera diversidad de lecturas, es genial. Pero una ley que genera eso, no es buena.
Dice Galeano: “la Iglesia dice: el cuerpo es una culpa. Las empresas dicen: el cuerpo es un negocio. La ciencia dice: el cuerpo es una máquina. El cuerpo dice: yo soy una fiesta”. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación hace uso de la palabra la señorita Ludueña.

Sra. Ludueña (fuera de micrófono).- Al pueblo de la Provincia de Córdoba: nosotros, los integrantes de la comunidad educativa de la Escuela Superior Integral de Teatro “Roberto Arlt”, reunidos en asamblea permanente, manifestamos y detallamos nuestra posición respecto del proyecto de ley 6480/E/10.


Las artes son la herramienta y mi lenguaje.


El mencionado proyecto de ley presenta visos de concreta ilegitimidad. Desde el origen de su tratamiento el propuesto proyecto del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba fue elaborado sin amplia equidad e inclusiva participación.


¿Qué se entiende por participación? Tiempo y proceso de discusión democrático. ¿Construcción colectiva?


El presente proyecto de ley es fruto de una elaboración sin consenso y sin diálogo; ignora nuestra cabal y conciente participación como sujetos capaces de construir una nueva educación –Congreso Pedagógico 1984-1988-2010. Considero que se trata de un avasallamiento a los derechos constitucionales. Nuestra denuncia es permanente: la educación el pública, laica, gratuita y debe ser integral.


La omisión de la educación artística, de las artes, como la de muchos otros conceptos insoslayables como los que dicen de la educación, de la educación sexual, educación laica, libertad de culto, democracia, participación, implica el doble conocimiento y la intención política de perpetuar el actual funcionamiento de nuestra educación, perpetuar para que nosotros seamos sujetos dóciles, acostumbrados, acabados, sin necesidad de aprender nada, naturalizando las prácticas cotidianas de las que tanto nos quejamos y tanto nos duelen. ¿Esa es la idea? Dolor.


¿Qué sociedad tenemos? ¿Qué sociedad queremos? ¿Sus hijos van a la escuela pública? ¿Cómo es la escuela pública? ¿Cómo son los asientos de la escuela pública? ¿Cómo está distribuida el aula? ¿Dónde se sientan los profesores y dónde los alumnos? ¿Por qué, todavía, los bancos están atornillados al piso de la escuela? ¿Qué educación vamos a tener en los próximos 20 años? ¿Quiénes van a pagar los platos rotos de una ley sin consenso y sin debate y sin un debate democrático real?


La educación no es neutral; la educación es una decisión política; es una elección; yo decido la educación, eso es política.


Las artes son todo un campo de conocimiento y explicitan la dimensión simbólica, política y crítica propia de cada uno; así, quedan de manifiesto; aunque se pueden ocultar, las artes eligen explicitarla. Las artes –cada una de ellas y no “el arte”, como expresa el proyecto 6480/E/10– tienen trascendencia porque son un campo específico integral; deben poseer una estructura, un accionar, un movimiento, un modo y una sensibilidad propia. Las artes permiten generar una red vincular con otros campos de conocimiento porque involucran la inexorable capacidad de crítica de la realidad y de la política; permiten observar, interactuar y construir; de ese modo, nos transformamos en obreros de nuestra propia realidad.


Las artes son un lenguaje y una alternativa legítima de opción y decisión de todos los educandos; omitirlas equivale a censurarlas, en su tiempo, en su espacio y en las personas. La omisión, por parte de esta ley, de las artes como lenguaje y campo de conocimiento –que propicia el ocio reflexivo–, además de un atropello a los derechos constitucionales de los niños, niñas y adolescentes, importa la negación del desarrollo de su comunicación, integración y transformación.


La anulación no es una posición partidaria –no sé cómo harán con el dossier de mi exposición; si quieren, puedo dejarles mi cuadernito y hasta mi nariz de payaso–, pero sí es una decisión política, y me siento reiterativa de tanto decir las palabras “decisión” y “política”.


¿Alguien puede decirme cuál es la diferencia entre “consulta” y “participación”? No voy a decirlo, no tendría gracia; lo bueno sería que me lo digan ustedes. Sí puedo asegurarles que los estudiantes estamos convencidos de que debe haber una nueva Ley de Educación –no lo negamos en absoluto–, pero debe ser elaborada y construida únicamente con la participación de quienes estamos todos los días en las aulas y en las calles. Somos nosotros los constructores cotidianos de la educación; si no, ¿qué educador podría enseñar si no hubiera educandos? Medio complicado, ¿no?


Creo que debemos traer a debate cómo podemos unir la práctica con la teoría para comenzar a reflexionar y achicar la distancia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace, pues tenemos que ser sujetos íntegros.

–La disertante se coloca una capucha negra.

Señoras y señores, los estudiantes, los analistas, los docentes, los padres y las artes –que son mi herramienta y mi lenguaje– estamos de pie en las calles cordobesas.


¿Qué educación queremos? Los dejo con esta pregunta. (Aplausos).


Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por la presencia de ustedes y su colaboración.


Convocamos a los representantes del Comité Provincia de la Unión Cívica Radical, doctores Anselmo Bruno y Fernando Muñoz. Muchas gracias por su presencia.

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Sr. Muñoz.- Buenas tardes, un gusto verla. Como bien dijo, me acompañan el presidente del Comité Provincia, doctor Anselmo Bruno, y el vicepresidente del Comité, doctor Norberto Defanti.


A continuación voy a dar lectura al documento de la Unión Cívica Radical en referencia al tratamiento del proyecto de la nueva Ley de Educación.


Señores legisladores: por la presente nos es grato dirigirnos a ustedes a los efectos de poner en vuestro conocimiento el dictamen de nuestro partido sobre el tratamiento del proyecto de ley 6480/E/10. A tal fin, debemos informarles que la Secretaría de Educación convocó para trabajar en el análisis de la nueva ley a integrantes del congreso provincial, legisladores, asesores legislativos, autoridades departamentales, autoridades de la juventud radical de Provincia y Capital, autoridades de la Franja Morada y consiliarios de la FUC, ex funcionarios del área provincial de educación, directoras de escuelas, profesionales de la educación, formadores, docentes, ex alumnos, alumnos y correligionarios en general.


Además, es necesario mencionar que de manera conjunta hemos realizado dos plenarios provinciales -uno con fecha del 28 de setiembre y el segundo con fecha del 23 de noviembre del corriente- de amplia convocatoria, con la intención de recibir todos los aportes de los correligionarios en referencia a este tema.


En tal sentido, la Secretaría de Educación del Comité Central ha receptado todas las observaciones que se hicieron al nuevo proyecto de ley, elaborando en la presente las siguientes conclusiones, a saber:
1. No resulta oportuno el proyecto debido a que este Gobierno finaliza su mandato el próximo año, por lo que la implementación de la ley resulta extemporánea a su gestión.
2. Se coincidió en la necesidad de una actualización a la Ley de Educación 8113, sancionada en el año 1991, a raíz de las posteriores reformas de las Constituciones nacional y provincial, la nueva Ley de Educación nacional y la nueva Ley de Protección Integral del Niño y el Adolescente, entre otras normas.


3. No se acuerda con las reformas propuestas por el Gobierno provincial en virtud de que el nuevo proyecto de educación no establece los lineamientos de un nuevo plan educativo orientado a los nuevos conocimientos y desafíos de este siglo.


4. No ha logrado superar las instancias previstas en la Ley 8113 en cuanto al gobierno de la educación, por lo que mal puede aspirar a formular una nueva si no ha cumplido en todos sus aspectos con los contenidos de la ley actual.


5. No posee un trabajo de diagnóstico ni presenta conclusiones firmes sobre la situación de la educación en la Provincia de Córdoba en estos últimos once años, partir de premisas falsas es la garantía más firme de lograr conclusiones inválidas.


6. No ha sido debatida por la comunidad educativa en todo su conjunto ni ha demostrado voluntad de abrir el debate y la participación al Consejo de Partidos Políticos ni a otras instituciones, que no han sido convocadas por el Gobierno provincial.
7.- Porque los resultados de su gestión en estos 11 años no han sido orientados al mejoramiento de la calidad educativa, ni al fortalecimiento de la formación docente, ni al sostenimiento de la infraestructura escolar.
8.- No se acuerda con el proyecto de un nuevo gobierno de la Educación sin representación ni participación de la comunidad educativa. Crea un organismo con funciones administrativas y burocráticas, que no aportan ningún beneficio al alumno, que debe ser la razón de ser del sistema educativo.
9.- Plantea jornadas extendidas sin prever las condiciones edilicias de las escuelas.
10.- Resulta confuso y vago en el proyecto de la nueva ley, la vinculación de la escuela y los alumnos con el sector productivo.
11.- Porque el Consejo de Políticas Educativas a la hora de formular el proyecto no utilizó parámetros de medición de calidad educativa, deserción escolar, repitencia y sobre edad.
12.- No se acuerda con las reformas propuestas por el Gobierno Provincial en virtud de que el nuevo proyecto de educación no define el perfil del educando que anhela tener y no establece los lineamientos de un nuevo plan educativo orientado a los nuevos conocimientos y desafíos de este siglo.


Por todo lo expuesto, este Comité Central manifiesta su rechazo al proyecto de Ley de Educación de la Provincia de Córdoba, por considerar que no es una ley situada en las problemáticas de enseñanza y aprendizaje, ni aporta soluciones al grave estado en el que se encuentra la educación en nuestra Provincia.


El fracaso escolar en el que está sumida nuestra Provincia no es de nuestros alumnos sino de una gestión que, desde hace 11 años, no posee datos cuantitativos ni cualitativos de las verdaderas demandas educativas de la población escolar.


Anhelamos una Ley de Educación exenta de dogmatismos, elaborada y consensuada por toda la sociedad de manera participativa y representativa, que replantee el gobierno de la Educación de manera reflexiva y democrática, que sirva para el mejoramiento de la calidad educativa, que dé respuestas a las necesidades educativas de nuestros jóvenes y que les garantice su inclusión social, asegurando una educación de igual calidad para todos, que garantice además la formación y capacitación docente continua y gratuita.


Para la Unión Cívica Radical, la educación no es un servicio sino un bien social.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a Silvina Nieto.

Sra. Nieto.- Buenas tardes.


Soy docente de nivel inicial, licenciada en Ciencias de la Educación, represento a la institución en la cual trabajo desde hace varios años: Instituto de la Merced, de Alta Córdoba.


Como docente de nivel inicial manifiesto mi adhesión al proyecto de ley de Educación Provincial, modificatoria de la Ley 8113. Particularmente adhiero a los siguientes principios y afirmaciones presentes en los artículos 3º, 4º, 5º y 26.


La educación es función principal, obligatoria y permanente para el Estado provincial. Se reconoce a la familia como agente natural y primario de educación, y el derecho fundamental de educar a sus hijos y de escoger el tipo de educación más adecuado a sus propias convicciones.


La educación es también función y responsabilidad de la sociedad. Todos los habitantes de la Provincia tienen derecho a la educación para favorecer su desarrollo pleno e integrarse como ciudadanos en un marco de libertad y convivencia democrática.


Es responsabilidad del Estado garantizar el ejercicio de ese derecho, en igualdad de oportunidades y sin discriminación de ningún tipo.


El Estado garantiza el derecho de enseñar y aprender en todo el territorio provincial. El Estado garantiza, en el ámbito educativo, el respeto de los derechos de los niños y adolescentes.
También reconoce la libertad de las personas, asociaciones y municipios de crear y gestionar instituciones educativas, así como al desarrollo integral, armonioso y permanente de los alumnos, orientado hacia su realización personal y su trascendencia en lo cultural, lo social, lo histórico y lo religioso, según sus propias opciones; la formación de ciudadanos conscientes de sus libertades y derechos y responsables de sus obligaciones cívicas, capaces de contribuir a la consolidación del orden constitucional, a la configuración de una sociedad democrática, justa y solidaria, y a la valoración y preservación del patrimonio natural y cultural.


Su función es brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad responsable, al mismo tiempo que brindar una formación que promueva al derecho a la vida y su preservación.


El Estado garantiza la igualdad de oportunidades y posibilidades educacionales, ofreciendo en la prestación de servicios públicos de gestión estatal y privada reconocidos, condiciones equitativas para el acceso, permanencia y promoción de los alumnos.


La obligatoriedad escolar se extiende desde los 4 años hasta la finalización del nivel de educación secundaria.


En cuanto al nivel educativo en el cual me desempeño, el inicial, acuerdo en que el mismo es la primera unidad pedagógica del sistema educativo provincial, y que la Provincia debe asegurar la formación integral y la asistencia del niño, considerando su derecho a la educación y promoviendo el aprendizaje y desarrollo de los alumnos como personas sujeto de derecho y partícipes activos de un proceso de formación integral, que incluya la formación física, cultural, científica, tecnológica, artística, psicológica, moral, religiosa y espiritual, reconociendo a los miembros de una familia y de una comunidad que los prepare, desde temprana edad, para poder realizarse individual y socialmente.


Considero importante mencionar que es un derecho y un deber de las familias su integración y participación en la función educativa y en el acompañamiento de los niños pequeños, como también elegir para sus hijos la educación que considere conveniente de acuerdo a sus ideales, creencias y convicciones.


El Estado provincial debe asegurar la atención a las desigualdades educativas de origen social y familiar, y ofrecer igualdad de oportunidades para esos niños con necesidades especiales y dificultades de aprendizaje, y su acompañamiento terapéutico integral durante toda su trayectoria escolar.


Por último, creo firmemente que la vida es un valor y un derecho natural, esencial para todo ser humano, al igual que el de la educación, independientemente de su sexo, poder económico o prestigio, y que el mismo debe ser respetado.


Muchas gracias por su atención. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a la licenciada Valeria Rittatore.

Sra. Rittatore.- Buenas tardes. Mi nombre es Valeria Rittatore, soy profesora y licenciada en Historia, soy docente de nivel medio y de nivel superior, formadora de maestras. Lo que vengo a expresarles es mi experiencia recogida durante 18 años de docencia.


Para comenzar, les propongo imaginen la siguiente situación: “Un hombre vivía en un pueblo muy aislado, con pocos habitantes. Allí, todos se conocían muy bien, siempre estaban dispuestos a colaborar en los momentos difíciles. Pero también sabían compartir alegrías cuando un vecino tenía motivos para festejar. Los habitantes de este poblado habían establecido lazos muy fuertes. Todos buscaban lo mejor y querían ser un poco más felices cada día; sabían que únicamente se podía lograr si entre todos colaboraban. Cierto día, este hombre tomó la decisión de conocer la gran ciudad. Preparó su valija, se despidió de todos e inició su aventura. Cuando llegó a la capital, no sabía dónde alojarse, por lo tanto, comenzó a caminar sorprendiéndose de todo lo que aparecía ante sus ojos: enormes edificios, avenidas anchas, carteles luminosos, gran cantidad de vehículos y, de una manera especial, le llamó la atención el apuro de la gente que iba y venía.


Al caer la noche se sentó a descansar y allí advirtió que, desde su llegada, no había intercambiado ni una palabra con nadie. Tampoco sabía a quién recurrir o pedirle ayuda si necesitaba algo.


¿Qué creen que sintió este hombre? Seguramente angustia, desarraigo, inseguridad, indiferencia, en una palabra, soledad.”


Este relato nos invita a reflexionar sobre la dimensión social del hombre. Un ser que es un todo, unión sustancial de alma espiritual y cuerpo material. Este hombre necesita relacionarse, estableciendo vínculos con personas distintas, que va más allá de estar juntos o realizar gestos solidarios. Debe ser capaz de abrirse y aportar, de recibir, comunicarse con los demás hombres y buscar con ellos el verdadero bien común.


Entonces, partiendo de este concepto de sociabilidad, de vida en comunidad, como docente adhiero al fin propuesto por el anteproyecto de ley provincial de educación en su artículo 4° que expresa: “…la formación de los ciudadanos conscientes de sus libertades y derechos y responsables de sus obligaciones cívicas, capaces de contribuir a la consolidación del orden constitucional, a la configuración de una sociedad democrática, justa y solidaria…”


Sin embargo, creo necesario aclarar que para alcanzar esta meta serán imprescindibles las prescripciones curriculares adaptadas, las cuales se están llevando a cabo, así como la realización de un análisis crítico, reflexivo, constante, poniendo en el foco del mismo a nuestras instituciones, líderes políticos y a los propios ciudadanos en ejercicio.


Sólo en contacto con la realidad conflictiva podremos generar compromiso, permitiéndoles a los jóvenes proyectarse a la comunidad con verdadero sentimiento de ayuda al prójimo. No por un mero formalismo sin sentido o por llevar a cabo una gran cruzada heroica, sino como un acto cotidiano y natural que conlleve el bien para todos. Estas apreciaciones tienen estrecha relación con lo que diariamente vivo en las aulas con los alumnos.


Al comenzar a transitar por esta profesión, los educandos estaban ávidos de aprender, se interesaban por buscar soluciones, muchas veces utópicas, pero cargadas de proyectos futuros, de visiones a largo plazo. Siempre hablar de problemas socio-comunitarios implicaba un sentimiento solidario espontáneo, responsabilidad individual y compartida.


Hoy la situación es otra. Los adolescentes no sueñan con un mundo mejor, se conforman con el que ya les viene dado.


Las utopías han desaparecido para ganar espacio el desánimo, la desilusión, la indiferencia. Sus modelos adultos no inspiran confianza porque no se juegan más que por lo suyo, y si obran beneficiando a otros es por un interés superior que los anima.


Los jóvenes temen a las derrotas y, por ello, no están dispuestos a arriesgarse. Sólo viven el aquí y ahora. Cuando fracasan o deben enfrentar problemáticas, rápidamente bajan los brazos y huyen o se esconden.


Ello ha generado un alto índice de alumnos que, al no estudiar durante el ciclo lectivo, optan por rendir un examen, quedarse de año o abandonar el sistema.


Partiendo de este diagnóstico, como docente de Ciencias Sociales he modificado mi orientación pedagógica, planteándola desde una corriente epistemológica crítica la cual parte de conflictos sociales, perspectivas múltiples, desigualdad de poder y diversidad, entre otros conceptos claves, siempre en busca de una apertura al diálogo, colocando al consenso como principio fundamental de todas las decisiones que se toman. Este enfoque me permitió reorganizar mis prácticas para alcanzar estos fines. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados.


Por ello, creo que en la prescripción de una ley haciendo recaer esta enorme responsabilidad en la escuela no está la solución para cumplir con la finalidad aquí expuesta.


La formación ciudadana debe ser un trabajo consciente de todas las instituciones sociales y políticas, sin olvidar que es de la práctica del vivir cotidiano de donde más se aprende.


Debemos generar modelos creíbles, confiables, leales, transparentes, que no hagan trastabillar el discurso que la escuela brinda en este sentido, de lo contrario la educación pierde su fuerza. Esta convicción nos lleva a sumar esfuerzos hacia la formación de un ciudadano crítico pero también participativo; un ciudadano responsable, pero también creativo, que tienda a hacer posible una transformación profunda y real de la sociedad en que vive.


Necesitamos ciudadanos capaces de cambiar a esta sociedad que se deslumbra por el sensacionalismo y no reacciona ante la hipocresía; una comunidad capaz de movilizar millones para salvar a una víctima de un terremoto o que queda atrapada en una montaña, acciones muy loables y necesarias, aunque a veces no se juega por el derecho a vivir de seres humanos que han sido engendrados por error o como víctimas de un delito.


¿Por qué no respetamos el derecho a la vida propia y ajena? ¿Por qué actuamos sobre los más débiles, los indefensos? Debemos decir basta a esta sociedad cargada de egoísmo, selectiva, que manipula su descendencia de acuerdo a conveniencias personales.


Si realmente creemos que debemos formar ciudadanos respetuosos del orden constitucional, pues hagamos de la democracia un estilo de vida y no una ficción de gobierno, donde la educación apoyada por toda la sociedad sea el motor de cambio.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Genta.- Convoco a Andrea García.

Sra. García.- Me presento como madre de familia y como docente del colegio Nuestra Madre de La Merced.


Como madre de familia manifiesto mi adhesión a la modificación del proyecto de Ley de Educación Provincial. Particularmente adhiero al artículo 11, que se refiere a los derechos y deberes de los padres.


Los padres, por ser los primeros y principales educadores, estamos implicados de forma muy directa al elegir la institución educativa cuyo ideario responda a nuestras convicciones filosóficas, éticas y religiosas. Al elegir estudios, escuelas y maestros para nuestros hijos no declinamos ni transferimos la patria potestad, sino que tenemos derecho a ser informados, consultados y escuchados acerca del comportamiento escolar de los educandos y de los problemas que les atañen. En otras palabras, tenemos derecho a ser considerados miembros activos de la comunidad educativa que elegimos.


Educar para la convivencia es la forma esencial de la educación en valores y supone el reconocimiento de principios básicos que deben ser asumidos por todas las personas: el respeto, la cooperación, la justicia, la solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la libertad de culto.


Familia y escuela comparten la responsabilidad de educar para la convivencia, la paz y la resolución pacífica de los conflictos. Hay muchos aspectos que conviene tener en cuenta si queremos realmente contribuir a que nuestros hijos e hijas aprendan a relacionarse y a vivir en paz. El primero de estos aspectos es la implicación que tengamos en la escuela y la valoración que hagamos del estudio. También debemos ser conscientes de que los padres y madres tenemos diversas opiniones sobre cómo educar a los hijos e hijas y mostramos diferentes conductas educativas en el hogar. Pero, además, las familias debemos estar preparadas para detectar e intervenir en situaciones en las que nuestros hijos o hijas se vean involucrados en episodios violentos o que quiebran la convivencia. Una buena relación entre la familia y el centro educativo, la participación en programas formativos para padres, el mantenimiento de redes sociales de apoyo e intercambio de experiencias, una postura crítica y constructiva ante los medios de comunicación y los modelos agresivos y violentos que se transmiten a los menores, un adecuado clima relacional entre padres e hijos son piezas esenciales para la educación que pretendemos.


Familia y escuela previenen los problemas si comparten y apoyan el proceso educativo, si participan conjuntamente en programas formativos, si mantienen la misma postura ante modelos agresivos y violentos, si ajustan y sintonizan pautas de control y disciplina. La escuela instruye y educa en las conductas básicas para una socialización adecuada de niños y jóvenes, pero la familia es el lugar idóneo para educar en valores fundamentales que dirigen la conducta de las personas y que se manifiestan en las relaciones humanas.


La familia es la primera célula del organismo social: la primera institución que el hombre encuentra al llegar a la tierra; la institución sin la cual ni física ni psíquicamente podría sobrevivir.


La familia hace posible la infancia y la adolescencia del ser todavía incapaz no sólo de ser útil a la sociedad sino de asegurar su propia existencia. Creo en la transmisión de valores y es nuestro deber transmitirlos. El sentido de nuestra existencia radica en el tesoro de la cultura, de los valores y de la humanidad.


Para concluir, creo firmemente que la vida es un valor y un derecho natural, esencial a todo ser humano, independientemente de su sexo, poder económico, prestigio o fe. En este punto, transcribo textualmente lo dicho por el Papa Juan Pablo II en diversas ocasiones: “No se trata de imponer una perspectiva de fe sino de interpretar y defender los valores radicados en la naturaleza misma del ser humano”.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Genta.- Tienen la palabra los padres del Colegio San José, Marcela Giraudo, Daniel Corona y Vilma Abaca.

Sra. Giraudo.- Soy mamá de tres alumnos de 17, 9 y 6 años, respectivamente, del Colegio San José.


En realidad, estamos representando a un grupo mayor de padres que se conformó a partir del mes de octubre del corriente año a raíz de la toma de la escuela, que queremos reivindicar la lucha de los estudiantes por la educación, la que consideramos debe ser laica, gratuita, pública y de calidad. Esto lo digo como mamá; no soy docente ni tengo título universitario alguno. Debido a la toma del colegio he comenzado a tomar más conciencia de lo que estaba pasando; comencé a involucrarme cada vez más en lo que ellos estaban haciendo, lo que siempre nos pareció muy coherente.


Vivimos en una sociedad en donde a los adolescentes se los tilda de tomadores, drogadictos y que llevan una vida muy “ligth”, pero lo que me han demostrado es que no solamente han sido capaces de llevar adelante determinadas acciones en pos de algo que ellos lo viven como propio, como es la educación que les está tocando en este momento de su vida, sino que han podido tener en cuenta a un grupo de chicos y adolescentes que pertenecen a los sistemas primario y secundario, a pesar de que la escuela donde van mis hijos no es pública, porque a todos les toca este cambio en el anteproyecto de ley.


Han podido solidarizarse; se han puesto a estudiar punto por punto y han podido darse cuenta de que hay cosas que no están muy claras o con las que no están de acuerdo; se dieron cuenta de que había que pelear no sólo por ellos sino por todos.


Entonces, a ese concepto que tenemos de los adolescentes de que se ocupan de sí mismos, de que no son solidarios, de que no escuchan, de que no son capaces de ponerse en el lugar de otro, estos chicos lo han dejado de lado; se han podido poner en el lugar de todos, no sólo de los que están en este momento en el sistema educativo sino también de los que vienen, porque todos sabemos que si se instaura una nueva ley el año que viene no se va a instaurar otra, porque no se discute lo mismo todos los años.


Las chicas del Roberto Arlt preguntaban: ¿qué educación queremos? Como mamá, sé que educación quiero para mis hijos; quiero una educación básicamente laica. Además, tengo entendido que constitucionalmente, a nivel nacional, está avalado ese tipo de educación, por lo tanto, quiero que se cumpla con la ley nacional -hasta de eso me enteré de octubre a hoy, he aprendido muchas cosas. Quiero para ellos la educación que les brinda esta escuela, que incentiva el pensamiento crítico, el escuchar todas las voces, el tomar decisiones desde la discusión democrática, desde poder ponerse en el lugar del otro.
En verdad, me parece que para este tipo de educación que quiero para mis hijos no sólo tiene que haber –como dice la ley- educación técnica. Por lo que he leído, se restringen áreas de la educación como la artística o la filosófica. Yo no quiero esto para mis hijos, quiero otra cosa; quiero que puedan pensar libremente y que tengan la capacidad de tomar decisiones sabiendo dónde están parados y desde qué lugar lo hacen.


No conozco los términos técnicos, digo las cosas como puedo.
Me gustaría que hubieran hombres en la mesa -son todas mujeres- porque me parece que ellos escuchan desde otro lugar y sería un poco más democrático que estuviéramos mezclados. (Aplausos).


Los chicos –como les digo con cariño a los adolescentes, a los jóvenes- tuvieron la capacidad de abrir sus cabezas y dejarnos abrir la nuestra para que los escucháramos; y cuando los escuchamos nos dimos cuenta de que lo que nos estaban diciendo era muy importante:
Además, durante todo este tiempo tuve un sentimiento muy feo: sentí que, como mamá y como ciudadana, me dejaron afuera.


Sé que desde hace un año y medio está funcionando una Comisión de Políticas Educativas y sé como está conformada. Pues bien, no estoy de acuerdo con esa conformación porque no hay papás; tampoco están los que antes pertenecían a los Magisterios -ahora son Institutos de Formación Docente-; no hay gente que forma docente -no los llamaron para tenerlos en cuenta-; hay mucha gente que quedó afuera y eso es un poco discriminatorio, suena feo; nosotros, como papás, sin pertenecer a ningún partido político, a ninguna asociación gremial, a ningún espacio barrial, quisiéramos haber tenido otra posibilidad. La única oportunidad que nos dieron fue en julio, un debate de 4 horas, o una jornada -la verdad, ya no recuerdo. En realidad, esa instancia se abrió, pero no fue un debate sino marcar opciones en una planilla de por qué sí o no estábamos de acuerdo con esta ley. Quiero decirles que es muy difícil leer una ley, sobre todo ésta, que es bastante ambigua, poco clara y, para una persona que no tiene ejercicio de ese tipo de lectura, hay cosas que directamente, son inaccesibles, entonces, la cosa salió como se pudo.


A su vez, el manejo de los espacios fue raro, porque el Ministerio dijo que las escuelas definieran cuánto tiempo daban y de qué forma; entonces, algunas instituciones llamaron a los padres, otras no. El “tenernos en cuenta” fue muy raro, y muchos quedamos afuera de eso.


En aquel entonces no pudimos participar, la oportunidad se produce hoy y les puedo decir que es muy fea, es una situación horrible. Es como dar examen, contar lo que me pasa pero sin diálogo, ustedes no pueden decir lo que piensan, y yo lo hago pero seguro que se me pasan 80 cosas por alto. Además, estoy muy nerviosa porque es una situación delicada. Me parece que no es el modo y las cosas hubieran sido diferentes si nos hubieran tenido en cuenta desde el principio. Saber qué pensamos y por qué, y poderlo expresar de otro modo y en otras instancias.


Por otra parte, hay cosas que me parecen básicas y no se las tuvo en cuenta. Me enteré que –lo leo porque no me acuerdo- el Honorable Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba, entre otras cosas, dijo: “Tal como se manifestó al cierre de las deliberaciones del Consejo, era imprescindible que se realizara una amplia consulta que pudiera garantizar espacios y tiempos adecuados de participación, un profundo debate público a lo largo de todo el proceso de análisis y sanción de la norma. La participación de la comunidad educativa y organizaciones sociales en el debate es indispensable para que la futura ley alcance una plena legitimidad social. En tal sentido, consideramos una necesidad imperiosa que se realicen los esfuerzos conducentes a completar esta tarea inconclusa”.


Esto que está pasando ahora no son esfuerzos que conduzcan a otro tipo de debate por un anteproyecto de ley, me parece. Lindo sería que hiciéramos todo de nuevo, que desde el inicio fuéramos tenidos en cuenta y se nos escuchara, debatir cara a cara –que es lo que corresponde- para ver a qué puerto llegamos pero en igualdad de condiciones.


Me duele que no nos hayan tenido en cuenta, tanto a los padres como a los estudiantes, por considerar que no están agremiados ni federados. En el colegio de mis hijos hay centro de estudiantes, pero desde el momento en que se creó la Comisión de Políticas Educativas no hubo esfuerzos por decir organicemos a los estudiantes y a los padres para que ellos participen de todo lo que está pasando. Cuando nos dieron esa oportunidad de participación la cosa ya estaba hecha, o por lo menos tengo esa sensación; nos preguntaron qué nos parecía pero nada más. Lo único que quiero que sepan es que hoy, a esta altura de la circunstancias, la decisión está en ustedes. Si ustedes tienen la capacidad de escuchar y darse cuenta que hay gente que no está de acuerdo con esto y que les está pidiendo otra cosa, no cierren los oídos. Además, me parece que es imposible escuchar todas las voces sabiendo que están desde las 11:00 horas. Creo que hay gente a la que no nos escucharon y no sé si tendremos la capacidad pero sí debemos tener la posibilidad de participar. De hecho, votamos cada vez que hay que votar; eso es participación y participo siempre, pero quiero participar más y no me dejan. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación va a hacer uso de la palabra la señora Silvia Abacca.

Sra. Abacca.- También soy mamá del San José, soy actriz, docente y me recibí en la Facultad de Córdoba.


Me pareció muy interesante haber escuchado a las personas que estuvieron hablando anteriormente por micrófono; y escuchando a mi compañera pensé qué difícil es expresarse con palabras en este momento, donde ya el anteproyecto salió, llegó a las escuelas y tuvo toda la resonancia en la sociedad. Por eso, me parece que es importante pensar qué decimos cuando hablamos, porque he escuchado a mucha gente que habló de red, de participación, de ver al otro, de incluir al otro, a las chicas que hacen arte, del Colegio Roberto Arlt, a personas que pertenecen a escuelas que son católicas, sin embargo sabemos perfectamente todos aquí que no decimos lo mismo cuando decimos las mismas cosas.
Me parece importante este momento para empezar a pensar así. Por ejemplo, cuando pasó por aquí una docente de Ciencias Sociales y hablaba de los jóvenes diciendo “cómo les cuesta participar”, veo como que siempre estamos generalizando cuando armamos un discurso. Creo que es tan importante este momento para empezar a dejar de generalizar porque, por suerte, estamos acá todos, cada uno con sus diferencias y desde hace mucho tiempo. Porque desde que pasó esto hubo escuelas que se tomaron y así fue que se empezó a hablar y a participar, no como algo que está puesto sino como algo que se hace todo el tiempo.
Es importante tener en cuenta que en realidad estamos hilando y estamos mirando la letra chica de todo, y que no se trata de ir en contra de un gobierno o en desestabilizar, sino que tiene que ver con el empezar a estar presentes, lo que implica otro tiempo más largo y otros lugares más amplios porque no entramos todos en el que hoy ocupamos.
Como mamá del primario traigo cosas importantes en relación a qué contesta un niño ante determinadas preguntas, porque muchas veces un niño, cuando uno hace un proyecto de arte o cualquier otro proyecto y se lo contamos, nos da una respuesta con una perplejidad que pone en jaque la verdadera intención del proyecto. Así fue que mi hija me decía: “nos consultaron, pero ahora, con lo que escribimos, ¿cuándo nos vamos a enterar de lo que piensan ellos en relación a esto?
Por lo tanto, considero que en todo este tipo de articulaciones los adolescentes, padres y maestros estamos empezando a querer entrar en ese proceso, tomando conciencia de qué implica participar hoy en esto, cómo está nuestra democracia –que ya lleva varios años– y qué es realmente un sistema representativo: ¿significa, acaso, que por el hecho de estar aquí todo lo que diga representa lo que piensan todos los demás?


Los padres del San José –que incluso, a partir de la marcha, tuvimos confrontaciones dentro del propio colegio, porque había padres que estaban a favor de la toma y otros que no– estuvimos presentes en el Ministerio de Educación y, frente a discursos como el que acaba de pronunciar mi compañera, alguno de ustedes podrá decir: “no, señorita; realizamos consultas y trabajamos durante un año”, pero lo que en realidad queremos decir es que hay que trabajar un poco más y, en el marco de este sistema de representación, prever un tiempo más largo para dar respuestas a las consultas que se efectúan. Si no, nos quedaremos simplemente con aquello de que “como los maestros están representados en la UEPC, lo que ésta decida es lo que piensan todos ellos”. No podemos permitir que eso continúe, al punto de ser implacable, puesto que sería –en el mejor y peor sentido de la palabra– “tremendo”. Entonces, para que pensemos juntos este sistema representativo, debemos saber primero a quiénes realmente está representando.


Para terminar, voy a leer un pasaje de la poeta y ensayista Ivonne Bordelois: “mal traída y mal llevada como está, la palabra encuentra lugares de resistencia; sí, la palabra está bajo fuego enemigo, es porque la fuerza y el poder de la palabra son temibles; de allí la necesidad de aniquilarlas. De la palabra nacen el espíritu crítico y la integración creadora; de la palabra nace el juego, el poema, el canto y el amor; de la palabra nacen la memoria, el conocimiento; de la palabra nace la libertad”.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación hará uso de la palabra el doctor Raúl Palavecino.

Sr. Palavecino.- Buenas tardes. Soy padre de un alumno de la secundaria del colegio San José y, además, soy médico, de modo que tuve acceso a la educación y sigo teniendo necesidad de continuar aprendiendo y educándome.


Me toca el turno de hablar sobre las reflexiones que realizamos el grupo de padres que nos movilizamos a partir de la invitación, no formal, que nos cursaron los adolescentes estudiantes, con el fin de resistir un proyecto por el que se pretende reformar la Ley de Educación.


Fuimos invitados en forma intempestiva, ya que comenzamos a juntarnos cuando nos enteramos de que no había clases porque los chicos habían adoptado la decisión de tomar el colegio. Para muchos, esto tuvo un significado muy distinto y una repuesta muy distinta.


A partir de las reuniones que mantuvimos en la puerta del colegio, durante tantas tardes y noches, tomando litros de mate, encontramos una gran diversidad de opiniones y de reacciones, pero, en el fondo, estábamos unidos por la sorpresa y nos preguntamos: ¿por qué los chicos –que no son empleados de la institución educativa sino simplemente estudiantes– toman simbólicamente una escuela que no les es propia? Entendimos, entonces, que en realidad estaban tomando la educación, como quien se enoja durante un partido de fútbol, toma la pelota y dice: “¡no, así no seguimos!”, o como cuando alguien trata de entablar una conversación, el otro se desubica, y entonces dice: “¡no, así no hablamos!”.
Los chicos tomaron una postura política acerca de la educación porque eran, son y seguirán siendo estudiantes, y ese fue el cachetazo más grande que nos tocó recibir a los padres porque tuvimos que tomar la decisión de primero entender y después accionar, ya que al principio hubo mucha reacción violenta, desmedida e impensada. Entonces, tuve el gran privilegio de ponerme en el lugar de los chicos y entender qué difícil es ser adolescente cuando se tiene una educación que no es igual para todos los chicos, cuando se tiene una educación que está siendo evaluada burocráticamente y al chico nadie lo llama ni le pregunta nada.


Qué difícil es pedirle cosas a las autoridades y que las autoridades digan: “ustedes no existen”; qué difícil es tener que salir a la calle con miedo a lo que pueda hacer la policía, porque era la primera vez que se encontraban con la realidad de que se estaban enfrentando al Gobierno, a una reforma de algo que les pertenece a los estudiantes, no solamente a ellos, pero les pertenece.


Como estudiante egresado de la Universidad Nacional de Córdoba la reflexión que me cabe –y creo que también a mucha gente que ha transitado por esa Casa y tiene título universitario- es: cómo está de resistido esto en toda la escala de la educación, porque tenemos a los de la primaria en esta tormenta de cosas con los padres tratando de ver por dónde andan, y en el otro extremo la Universidad. Al menos yo lo veo así.
Esa Universidad que me dio la posibilidad de educarme y me otorgó un título –entiendo que a muchos de ustedes y a otros legisladores también- está diciendo que considera imprescindible una amplia consulta, repito, amplia, lo importante no es “consulta” sino “amplia”, porque estamos en democracia, porque estamos hablando de la educación de los chicos (aplausos) que son los futuros legisladores, médicos, policías o abogados, y que se garanticen espacios y tiempos adecuados de participación; si estuviéramos eligiendo antibióticos se nos muere el proyecto, porque no son los adecuados.


Esto es una mala praxis democrática, señoras y señores legisladores, (aplausos), no existe el profundo debate. Tengo la misma sensación que mi compañera mamá: tener que adivinar lo que piensan porque no estamos debatiendo, soy estudiante, un poco pelado pero sigo siendo estudiante, y no puedo debatir qué educación quiero para mis hijos y para los próximos colegas. Esta es una reflexión en la que tengo el honor de ser avalado por el honorable Consejo Superior de la Universidad, entonces, más allá de todo, me pregunto: ¿qué van a hacer los legisladores con esta ley que no cuenta con el aval de quién les dio el título?


La otra reflexión que quiero hacer es acerca de las palabras “existir”, “no existir”; como integrante de la comisión de padres me tocó asistir a charlas en el Ministerio de Educación con Delia Provinciali que nos atendió y pudimos escucharnos; también tuvimos que discutir algunos temas puntuales en la dirección de la DIPE, y es lamentable que un ciudadano común tenga que escuchar las palabras “no existen”. No existir es no tener pulso, entonces, como padres deberíamos denunciar al Ministerio de Educación por no educar para la participación en estas cuestiones de las leyes (aplausos), porque el ministerio se tomó 18 meses en hacer trabajar al Consejo Provincial de Políticas Educativas, repito, 18 meses, dos embarazos, y no fueron capaces de darse cuenta que ese tiempo es suficiente para que nos digan: “papás, ¿ustedes no saben que tienen que estar federados o agremiados a algo? hagan eso”. Los legisladores que se enteraron de que los chicos no tienen una federación, como la FUC, ¿por qué no fueron a decirles a los centros de estudiantes -que no existen- que existan? para que la burocracia no les caigan como una cosa extra en la cabeza. ¿Por qué el Ministerio de Educación no educa para la participación de los que no estamos yendo al aula, sino para los ciudadanos, los que les pagamos el sueldo? Necesitamos que el Ministerio de Educación eduque para la participación democrática de todas y cada una de las personas.


Entre otras cosas me tocó ir a juntar firmas en la calle, sacarme el guardapolvo y vigilar que a los chicos no los pisaran los autos, y una chica de 30 años no se animó a firmar el petitorio porque en realidad no sabía leer -tenía una hija en el Colegio Carbó- y le comenté que estamos pidiendo que este proceso de reformar la educación se haga de nuevo y se haga bien, no hace falta que lo leas ni lo firmes; lo que podés hacer es participar en la marcha, y me respondió que no sabía si eso le podía traer consecuencias. Tenía miedo. Si vos con 30 años y un hijo en el secundario usás el miedo para tomar decisiones, quiere decir que esta mujer fue estafada, no es una ciudadana de primera categoría porque no está educada. Entonces le dije: “no hace falta que firmes, no hace falta que vayas a la marcha, la participación que tuviste fue conmigo”. Ahora entiendo que tengo que redoblar mi apoyo para que no exista esta situación: gente analfabeta corriendo por las calles con miedo.


Señoras y señores: personalmente les digo que nunca aprendimos tanto en una escuela como cuando estuvo cerrada por la toma. (Aplausos).


Porque somos un grupo de padres muy organizados, tenemos nuestros trabajos, nuestras obligaciones, manejamos nuestra agenda, estamos perfectamente organizados y desmadrados como grupo social. De esto tuvimos conciencia a través de las discusiones que tuvimos por el asunto de la toma, porque aprendimos -de práctica democrática- a esperar que el otro hable y diga lo que piensa para poder entender qué quiere decir, qué pensamiento tiene; a lo mejor es el mismo pensamiento que el mío, lo que pasa que lo dice de otra forma y yo no lo escucho. Tuvimos que aprender a escuchar muchas voces distintas acerca del mismo tema; tuvimos que aprender a organizarnos y elegir entre nosotros y decir: ¿Quiénes son los mejores que escriben o que hablan? O sea, que hicimos nuestra propia selección, votación, o elección. Aprendimos a votar a la gente que hace falta que esté porque hasta ahora sólo íbamos a las urnas a poner votos sin saber a quién, pero no nos va a pasar de nuevo porque hemos aprendido una lección, en una escuela cerrada.


También aprendimos a dónde estamos parados como sociedad y quiénes son nuestros representantes tanto en los ministerios, en los gremios, etcétera, saber qué piensan, qué quieren y qué realidad nos mostraron.


Gran parte del trabajo, de ahora en adelante, es de ustedes, señores legisladores; y tienen la responsabilidad de saber qué hacer con todo esto que está pasando. Lo principal de cualquier ley, la columna vertebral, es que sea legítima. Apoyamos a quienes opinan que esta ley carece de legitimidad social. (Aplausos).


Necesitamos la responsabilidad y la libertad que, según dice un amigo-Roberto Pérez- la libertad es el privilegio de hacer lo correcto cuando algo debe ser, y cuando no debe ser, que se rechace.


Nosotros queremos una ley de calidad que haga que la sociedad mejore y haga un salto de calidad, y que se pueda participar para que ustedes y nosotros podamos saber qué piensan los chicos.


Tenemos unas carpetas que voy a entregar, con las conclusiones de los análisis que se hicieron en los debates, y una carta abierta del grupo de padres del San José.


Nada más. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Tiene la palabra el señor González Olguín.

Sr. González Olguín.- Buenas tardes.


Mi nombre es González Olguín, represento al Partido Solidario y además, soy profesor de grado y posgrado de la Universidad Nacional de Córdoba.


Justamente dicto un seminario en la maestría de Ciencias Sociales que se llama “Políticas Sociales Comparadas por Sector” donde, naturalmente, uno de los capítulos que abordo es el tema de la educación, porque es una de las principales políticas sociales.


Lo que veo es que, sin lugar a dudas, estamos en una situación de malestar en la educación de Córdoba, que no podemos negar. Y lo enfoco desde tres puntos de vista fundamentales.


El primero es que se ha producido en la década del ’90 un proceso de fragmentación social que ha llevado a una fragmentación de la racionalidad. Ha desaparecido lo que podemos llamar una racionalidad hegemónica que traspase todos los sectores de la sociedad. Esto genera un problema muy grande en la educación porque los docentes, cuando van a enseñar, se encuentran del otro lado con alguien que no les comprende porque la racionalidad no es la misma.


El docente, en general, trae consigo una racionalidad de tipo hegemónica, del establishment, y entra en sectores sociales que han sido muy vulnerados, entonces, aparece un problema de no comprensión en cientos de niños y jóvenes, que no entienden el sentido de lo que les están enseñando. Es decir, se parte del supuesto –que en este momento ha caído- de que el educando entiende lo que le están enseñando y para qué.
Eso se ha roto, no ha habido un claro consenso y conocimiento de esto, y el proyecto de ley no alcanza a dar cuenta de ello. Las leyes tienen que ser generales pero tienen que estar contextualizadas históricamente. Entonces, estamos enfrentando un problema y no se lo visualiza que, justamente, requiere reconstruir una racionalidad para que el otro nos escuche.
Esto tiene consecuencias muy grandes, porque estos sectores que se han fragmentado, que tienen distinto tipo de racionalidad –pongo como ejemplo cuando me toca dar clases, cuando alguien dice “voy a trabajar” y, en realidad, significa que va a robar- están mostrando claramente que hay otra racionalidad. Cuando se rompe esa racionalidad, esos individuos tienen claras dificultades para acceder al conocimiento y, por lo tanto, tienen dificultades laborales, para comprender sus derechos y más aún para hacerlos valer. Tienen dificultades para la construcción del pensamiento abstracto, por lo tanto, si bien a veces son sectores secundarios, no alcanzan a tener la capacidad para poder construir puntos de contrahegemonía. No pueden imaginarse sociedades alternativas que los contengan, porque no han podido tener acceso a una educación de calidad porque, justamente, la racionalidad desde la cual se imparte la educación no se enseña.


Estos individuos tienen problemas de inserción y generan permanentemente disturbios sociales, porque tampoco se les puede pedir que acepten mansamente un destino que les es totalmente adverso. Esto no aparece en el proyecto y es el primer problema.


Otro núcleo central, el segundo problema, es que estamos en la sociedad y la economía del conocimiento. Esto ha provocado un cambio muy grande en la sociedad. Vulgarmente se dice que estamos viviendo un tiempo donde la evolución es muy grande, donde el cambio que se da en la sociedad es muy grande, donde la tasa de cambio es muy alta. Esto se debe, fundamentalmente, al conocimiento, que ha pasado a ser la cuestión central en nuestra sociedad y en nuestra economía. Las cosas no valen por lo que tienen incorporado, como puede ser el vidrio en este vaso, sino que valen por el conocimiento que tienen incorporado. Un satélite vale mucho no por sus kilos de aluminio sino por toda la ciencia y la tecnología que tiene incorporada.


Esto ha llevado a un cambio fundamental en el esquema mundial. Siempre afirmo que el núcleo duro de la globalización es justamente esto: estamos frente a un mundo donde todo el mundo se ha transformado en la fábrica, ya no está más la fábrica en un galpón. En ese mundo se encuentran distribuidos distintos eslabones de la producción y los países centrales tienen la tarea –que se han autoasignado- de la producción de ciencia y tecnología.


Ciencia y tecnología es hoy la actividad económica más dinámica. Quiere decir que es la que genera más valor agregado y más ganancia. Entonces, si estamos hablando de un sistema educativo, tenemos que poner en el centro que estamos en la sociedad y en la economía del conocimiento. Tenemos que salir de la idea del conocimiento estático, del conocimiento cosificado. Hoy tenemos que ver al conocimiento como un flujo, como una permanente transformación y combinación, como una distribución de conocimientos.


Esto cambia totalmente lo que es la pedagogía. Tenemos docentes que aún hoy -viendo la currícula de los magisterios-, siguen pensando en un conocimiento cosificado, en un conocimiento no dinámico. Entonces, estamos frente la paradoja de un Estado que se preocupa de distribuir netbooks para que, justamente, accedan a ese conocimiento estático. Y los chicos de las esuelas secundarias, fundamentalmente de la clase media, que tienen computadoras en sus casas con acceso a Internet, no entienden por qué el profesor les enseña lo que ellos fácilmente pueden encontrar en Internet en sus casas. Eso nos da una muestra cabal de que no se tiene idea de qué tipo de educación se necesita.
Se necesita una educación que sepa transformar el conocimiento, donde se vaya avanzando desde el conocimiento primario –en el que sí se les tiene que enseñar cuestiones cosificadas como las letras, las palabras, los números o las operaciones- hasta el proceso de transformación del conocimiento, donde el docente va cambiando y se va transformando, a lo largo de la secundaria, en un director de investigación. Así, los alumnos van aprendiendo a trabajar con el conocimiento.
Esta cuestión tampoco está en la ley. Me preocupa porque quiere decir que los que la han pensado están viviendo en otra época que ya no existe. Si no capacitamos a nuestra población para que se desempeñe correctamente en la sociedad y en la economía del conocimiento, estamos condenando a nuestra Provincia al atraso.
Hay modelos muy interesantes en donde hacen una simulación por la que nos traspasan a los países dependientes y subdesarrollados toda la producción material –que para muchos es lo más importante- y los países desarrollados se reservan para sí la producción de ciencia y tecnología. El resultado de todos estos modelos es que nosotros vamos a seguir siendo dependientes y atrasados y los que producen ciencia y tecnología van a seguir avanzando.
Entonces, un sistema educativo que no considere que hay que cambiar hacia la sociedad y la economía del conocimiento del siglo XXI, es un proyecto que nace obsoleto porque el conocimiento varía, cambia; un título universitario se devalúa en cinco años, tenemos que educar para el aprendizaje constante. Desgraciadamente, eso no se ve en el proyecto de Ley General de Educación.


El tercer problema que observo es el tema de los docentes. El docente, durante muchos años tuvo una especie de doble sistema de retribución: una retribución simbólica -el prestigio de ser docente- y una retribución monetaria -el salario. Este problema de la fragmentación de la racionalidad y el hecho de estar en la sociedad del conocimiento, hizo que cada vez más la enseñanza se fuera desvirtuando.


En cualquier estudio sobre el tema hay un alto grado de incomprensión del porqué de la enseñanza, del porqué de las currículas que se están enseñando, y esto lleva a que el prestigio profesional que tenían los docentes se haya ido deteriorando. Hay un malestar muy profundo entre los docentes porque ya no reciben esa retribución honorífica de prestigio social y el salario está baj

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PARTE 5 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:14 PM

En cualquier estudio sobre el tema hay un alto grado de incomprensión del porqué de la enseñanza, del porqué de las currículas que se están enseñando, y esto lleva a que el prestigio profesional que tenían los docentes se haya ido deteriorando. Hay un malestar muy profundo entre los docentes porque ya no reciben esa retribución honorífica de prestigio social y el salario está bajo.


En estos momentos, estamos viviendo una situación muy particular en Córdoba. Desde la democracia hasta ahora, por primera vez el docente gana menos que un policía y menos que un empleado de comercio. Entonces, está desalentado, no recibe una remuneración que considere acorde y, encima, viene un cambio, y el cambio es esfuerzo; esfuerzo que se le pide a un docente desalentado. Es el tercer núcleo del problema, contemplado en algunos aspectos de la ley –se trata de una ley bastante garantista para los derechos de los trabajadores de la educación-, pero hay que juntarlo cuando uno empieza a elaborar un cambio, porque le están pidiendo a uno de los principales actores un esfuerzo cuando está desalentado.


Sin lugar a dudas, este es un proceso muy complejo e importante. La educación es la columna vertebral de la sociedad, es lo que va a definir si la Provincia de Córdoba va a ser una Provincia viable, competitiva, con inclusión social; una Provincia que se va a poder desempeñar en este siglo XXI o va a quedar arrumbada. Es una cuestión central, estratégica, en la que si no tenemos un buen diagnóstico, sin lugar a dudas va a ser lamentable.


El Gobierno tuvo una buena idea cuando quiso instalar una participación, pero los procesos de participación no se hacen por decreto; los procesos de participación son procesos sociales que tienen sus tiempos, sus momentos, su toma de conciencia; y podemos decir que este proceso de toma de conciencia se ha dado justamente al último, cuando ya llega a la Legislatura para ser aprobado.


Considero que el peor error que se podría cometer ahora es atenerse a tiempos que no corresponden a los tiempos sociales; y son los tiempos sociales los que deben justamente mandar en un tema tan delicado como este. Hay que reabrir el debate para que todas estas ideas, que no están dentro del proyecto, sean incluidas y así logremos la ley que los cordobeses realmente nos merecemos.
No olvidemos que somos Córdoba, la famosa “Córdoba la Docta”, no podemos estar por debajo de nuestra fama. Un tiempo más de debate nos va a venir bien, va a madurar; es obvio, faltan opiniones dentro del proyecto de ley. Hay que saber mirarlas, incluirlas y, sobre todo, no dicten una ley que nazca obsoleta.


Nada más. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Gracias por sus aportes.


Convocamos ahora a la señora Elizabeth Gil.

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Sra. Gil.- Muy buenas tardes.


Soy profesora de geografía y ejerzo mi profesión en el Instituto Nuestra Señora de La Merced.


Para iniciar mi exposición partiré de la idea del hombre como sujeto de la educación a la que adhiere, entendiéndolo como unidad biopsicoespiritual dotado de libertad, singularidad, racionalidad, ser perfectible y trascendente, desde la cual me posiciono como educador en el área de ciencias sociales para ofrecer mi visión acerca de los criterios de orientación pedagógica y su relación con la calidad de educación –artículos 19 y 22 del anteproyecto de ley en consideración.


Sabemos que nuestra sociedad vive tiempos de cambios vertiginosos que influyen de manera tal en cada integrante de la misma que debe realizar importantes esfuerzos para reconocer su propia identidad y más aún sus propias realidades y competencias en un proceso de interacción social que obra como factor influyente y propicia tanto distorsiones de la propia imagen –especialmente en niños y adolescentes- como adaptaciones o importantes desajustes.


Descubrí que nunca ha sido fácil, pero hoy es una tarea de introspección en medio de una dinámica cambiante de la realidad social que oficia como estructura demandante, compleja y confusa, a lo que se suma –en muchos casos- el deterioro de las estructuras familiares.


El sistema educativo tiene como criterio ineludible la necesidad de reconocer en cada miembro esas cualidades, y propiciar su desarrollo integral a través de diversidad de experiencias que lo hagan posible. Para ello cuenta con especialistas que investigan el aporte de distintas ciencias y disciplinas que intervienen en el diseño del currículum de la Provincia en cada área. También cuenta con docentes preparados en distintas carreras del nivel superior, que seleccionan con responsabilidad los contenidos de las distintas asignaturas y planifican, de acuerdo con la edad y con el contexto social de los destinatarios.


Los docentes deben, además, defender con convicción y adhesión éticamente profesional, la idea y la práctica de perfeccionamiento que les permita formular propuestas didácticas válidas para los alumnos y sus comunidades de referencia.


Esta dimensión didáctica nos plantea la coexistencia de distintas posturas epistemológicas que, a su vez, desencadenan distintas formas de enseñar y expectativas de calidad que difieren enormemente unas de otras.


Si bien el diseño curricular sugiere orientaciones didácticas actualizadas, está previsto, dentro de la libertad de los educadores, que cada uno priorice y adhiera a distintas posturas, y a la hora de evaluar repercuta, por tanto, en qué se considere necesario y prioritario incorporar y desarrollar como actitudes, competencias y conocimientos adquiridos. Esto nos conduce a un problema referido a la medición de resultados y a la calidad educativa que debe resolverse teniendo en cuenta la diversidad, complejidad y perspectiva múltiple de los actores en el sistema, y a la unidad de criterios a tener en cuenta para aspirar a la excelencia dentro de las posibilidades de cada sector y de cada persona a educar.


La falta de consenso acerca de criterios que integren las diferencias en distintos niveles puede desembocar en una lectura que subestime la capacidad de muchos porque las metas son muy escasas o, por el contrario, marque un alto nivel de fracaso al pasar de un sistema a otro porque no se articulan criterios. En este sentido, me planteo una igualdad con respecto a la diversidad como proyecto que haga posible el respeto por la esencia del sujeto de la educación, pero que brinde posibilidades a todos en su justa medida, es decir, que incluya a todos.


Por otra parte, en el artículo 22, inciso d), se hace especial mención a las estrategias que los docentes emplean con mayor o menor idoneidad, de las cuales se espera un impacto superlativo que se proyecte en cambio de actitudes a nivel personal y social, asimilación de conocimientos que le permitan acreditar el nivel, competencia individual y social que le permitan al joven la aceptación de sí y del otro para poder definir al final de su educación secundaria su propio proyecto de vida.


Mientras tanto, los medios bombardean con mensajes irreverentes, contradictorios y atrayentes que diluyen el arduo trabajo. Sumado a ello, la familia, los líderes y los adultos relativizan en la práctica lo que intelectualmente costó tanto motivar y debatir. Además, como sistema esperamos la retención de los partícipes y su promoción en el paso por cada nivel, pero somos conscientes de los obstáculos que existen y de la necesidad de establecer alcances mínimos, dejando abierta la puerta a mayores expectativas.


Como conclusión, puedo expresar que no alcanza con explicitar criterios pedagógicos en el diseño curricular sino que deben someterse a un debate profundo y serio. ¿Cómo aprenden, qué aprenden y para que lo hacen nuestros estudiantes? Todo esto está estrechamente vinculado al proyecto de sociedad y país que tenemos, del cual forman parte docentes y alumnos de todo nivel.


A pesar de acordar la importancia de la formación académica y pedagógica continua del docente, no podemos esperar que sus funciones animen a los jóvenes de manera categórica a alcanzar sus proyectos de vida, porque en este caso será más importante su formación como líderes sociales que como transmisores de conocimiento, y este balance aún no ha sido preparado en los institutos de donde egresan.


Por último, no digo que no es posible, como educador creo en las posibilidades que cada persona lleva dentro de sí. Creo en los líderes sociales que puedan fomentar ansias de vivir y aprender de una manera diferente, siempre que puedan contagiar el respeto por la vida, la dignidad de cada ser humano, independientemente de su estatus social, color o condición física. Líderes capaces de motivar a niños y jóvenes a superar sus dificultades para vivir en libertad, transformándose en un ser mejor y aportando para ser una mejor sociedad.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos al profesor Sergio Pini.

Sr. Pini.- Gracias por el espacio.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Gracias por su presencia.

Sr. Pini.- Señora presidenta de la Comisión de Educación de la Legislatura de la Provincia de Córdoba, doña Evelina Feraudo –nos conocemos desde hace varios años-, señoras legisladoras que integran la comisión y demás personas presentes: es muy buena la oportunidad institucional que se brinda de poder expresar la opinión sobre tan trascendente hecho, como es la tarea futura que les tocará de sancionar una nueva Ley de Educación para nuestra Provincia.


Soy docente de nivel medio, he dictado clases en escuelas públicas de gestión estatal y de gestión privada -hace varios años que estoy frente a alumnos-, y lo hago también en el nivel superior; he tenido y tengo cargos jerárquicos y de gestión, respectivamente, y siento alegría por poder participar expresando mi opinión.


El artículo 3º de la Ley de Educación Nacional 26.206 dice: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico y social de la Nación”. El artículo 2º de este proyecto de ley dice: “La educación se constituye en política de Estado prioritaria para contribuir a la construcción y desarrollo de una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y derechos fundamentales y fortalecer el desarrollo cultural, económico y social de la Provincia”. Teniendo en cuenta que dentro de las libertades fundamentales se encuentra la integridad de la persona, que es cultura para la vida y sabiduría de vida según la educación y proyecto de vida de la Conferencia Episcopal Argentina, de ello se desprende el artículo 128 de la Ley de Educación nacional, incisos a) y c), los cuales dicen que los padres, madres o tutores tienen derecho a ser reconocidos como agentes naturales y primarios de la educación y a elegir sobre sus hijos o representados la institución educativa cuyo ideario responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas. Esto se ve en el proyecto de ley en el artículo 11, Derechos, en los incisos a) y b).
Estas libertades fundamentales están resguardadas en nuestra Constitución nacional; también se encuentran dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 26, incisos 1), 2) y 3), donde dice: “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada. El acceso a los estudios superiores será igual para todos en función de los méritos respectivos.


La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones de las naciones unidas para el mandamiento de paz. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación de habrá de darse a sus hijos”.


La Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto de San José de Costa Rica están incorporados a nuestra Constitución nacional según la Reforma del año 1994. Es por ello que me adhiero este proyecto de ley en el cual se ven reflejadas las libertades fundamentales y el respeto por los derechos humanos.


El artículo 4º, inciso k), de este proyecto de ley dice que “se debe brindar una formación que promueva el derecho a la vida y su preservación.” A su vez, está reflejado en el Pacto de San José, que en su artículo 4º, inciso 1), dice: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida, este derecho estará protegido por la ley y en general a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.”
El artículo 3º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
Para terminar, quiero dedicar un párrafo al Consejo Provincial de Políticas Educativas, el cual ha realizado un extenso trabajo de más de un año de reuniones con todas las personas que, representando a diversos poderes u organismos lograron, a través del diálogo y el respeto, dentro del acuerdo y el disenso, presentar un proyecto de ley a consulta. Quiero valorar el trabajo de quienes han discutido y realizado este proyecto pensando en una Provincia en la cual uno pueda decir después que haya más y mejor educación. Convencido de ello, apoyo este proyecto de ley.
Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Invitamos a representantes del Consejo Municipal de Niñez y Adolescencia, Susana Frossi y Mariana Etchegorry.

Sra. Frossi.- Muchas gracias por permitirnos participar ya que lo solicitamos por nota.


Vamos a hacer muy breves y concisas en virtud del tiempo transcurrido y del seguro cansancio de quienes están en la mesa y de todos los que participamos y escuchamos.


En virtud de la sanción de la Ordenanza 11.618 se conforma –esto para explicar desde qué espacio venimos- el Consejo Municipal de Niñez y Adolescencia establecido por la Ley 26.061, que atiende a la Protección y Promoción de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.


Venimos con mandato y representación del Consejo Municipal, por lo tanto, las opiniones que vertamos no serán a título personal sino en representación de este colectivo que se conforma por diferentes áreas del Estado municipal, por concejales, por referentes del Poder Ejecutivo provincial y por diversas organizaciones de la sociedad civil.
En virtud de la presentación de este proyecto hacia el seno del Consejo de Niñez llegaron las profundas preocupaciones de la ciudadanía y las nuestras propias, frente a la dinámica que se presentaba en relación al proyecto que hoy estamos analizando.
Debemos decir que, puntualmente, nos preocupan 3 artículos contemplados en la Ley nacional 26.061; entre ellos: el artículo 19, que expresa: “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la libertad. Este derecho comprende: b) Expresar su opinión en los ámbitos de su vida cotidiana, especialmente en la familia, la comunidad y la escuela; c) Expresar esa opinión como usuario de todos los servicios públicos” –obviamente, con las limitaciones que la ley impone, pero con derecho a la opinión.
El otro es el artículo 23, que se refiere al “derecho de libre asociación” y dice: “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho de asociarse libremente con otras personas, con fines sociales, culturales, deportivos, recreativos, religiosos, políticos, laborales o de cualquier otra índole... Este derecho comprende, especialmente, el derecho a: a) Formar parte de asociaciones, inclusive de sus órganos directivos; b) Promover y constituir asociaciones conformadas exclusivamente por niñas, niños, adolescentes o ambos, de conformidad con la ley”.
Y el tercer artículo que también nos preocupa enormemente es el 24, que habla del “derecho a opinar y a ser oído.” Dice el artículo 24: “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a: a) Participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que tengan interés; b) Que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo. Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adolescentes; entre ellos, el ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo y recreativo”.
En virtud de lo que les acabo de leer, que está en la Ley nacional 26.061, nosotros creemos, como Consejo de Niñez, que estos derechos que acabo de mencionar no están debidamente contemplados en todo este proceso de discusión y debate, más allá de las discusiones particulares sobre las cuales podríamos llegar a opinar en relación a lo que se plantea en esta propuesta de ley. Digo esto porque, seguramente, muchísimas de las cuestiones que están planteadas a nivel de la propuesta de ley pueden llegar a ser importantes, pueden llegar a conformarnos, podemos acordar; pero encontramos que el proceso de presentación, de búsqueda de participación en relación a un proyecto semejante, en el que estamos hablando de una ley del sistema educativo de la Provincia de Córdoba que va a marcar el perfil de nuestros ciudadanos, deja mucho que desear. No encontramos que haya habido esta intención y esta preocupación de debate en virtud que las instancias no fueron propicias para esto. ¿Cómo podemos considerar que un día de discusión en las escuelas se suficiente para analizar un proyecto de semejante envergadura? Obviamente que no alcanza y no sirve una discusión en esa dimensión.
Esta instancia de Audiencia Pública seguramente tiene aspectos beneficiosos porque nos escuchamos, pero no hay debate, no hay enriquecimiento y no hay confrontación; de algo sirve, seguramente, pero mientras estamos expresándonos aquí, hay cientos de chicos afuera –podemos escucharlos porque el sonido invade este recinto– realizando una manifestación.


¿Qué buscan estos chicos?, ¿no se comportan como corresponde? Están buscando la posibilidad de hablar y participar. Cuántas veces les reprochamos a los adolescentes porque se involucran en cuestiones superficiales, y resulta que cuando quieren participar en esto no les dan espacio, no los escuchan y el mismo Estado les da la espalda.


Esto nos preocupa enormemente porque su interés es genuino, y no podemos pensar mezquinamente que los chicos sólo pueden estar motivados por algún interés político en particular; tienen todo el derecho a participar porque este tema les atañe y tiene que ver con su formación y educación. Porque estos presentes y futuros ciudadanos, señoras legisladoras, quieren hacer ejercicio de su ciudadanía, esto es, contar con derecho de voz para poder ejercerlo libremente y sin condicionamientos.


Amén de los chicos que están en la puerta de esta Legislatura, hay carpas en la plaza Vélez Sársfield. Ahora bien, ¿qué significa esto?, ¿por qué no hay acuerdo en este proyecto de ley?, ¿por qué hay resistencia?, ¿eso es bueno y nos sirve? Así como hoy tenemos esta Audiencia Pública, mañana hay una convocatoria a la sociedad civil, a las organizaciones, partidos políticos y representantes a nivel nacional, provincial y municipal, para generar un espacio de debate y de diálogo en defensa de lo que se cree debe ser la educación laica, plural, gratuita y de calidad. ¿Vamos a estar en contra de semejante postulado?, ¿saben cuáles son las preocupaciones que se manifiestan? El financiamiento educativo, la educación artística, la libre asociación. ¿Estos son temas menores o banales? Creemos que no.


Para no abusar del tiempo de que dispongo –todos tienen derecho a expresarse–, en representación del Consejo Municipal de Niñez, debo decir que nos preocupa enormemente la falta de participación genuina, que debió haberse dado en instancias anteriores a la presentación del proyecto, con un verdadero debate abierto, sin límite de tiempo, para poder enriquecerlo.


La voz de los docentes –que pisan el aula todos los días–, de los alumnos, de los padres –que también se han manifestado en el marco de un increíble ejercicio de ciudadanía– no se refleja en la discusión porque el proyecto tiene que ver con organismos técnicos, universidades, asociaciones y gremios. Si bien son sumamente importantes, a esto le falta la vida de la ciudadanía que reclama un espacio concreto de participación en algo tan fundamental como el debate de la ley que va a reemplazar a la 8113. (Aplausos).


Esta ley debe ser una herramienta fuerte, que sea fruto del consenso político y no simplemente de las mayorías reflejadas en el recinto, ya que es necesario que representen también a las minorías para darle presencia y participación al resto de la ciudadanía. Necesitamos una ley con la que nos identifiquemos todos; por eso pedimos más debate, reflexión y participación; que este proyecto se enriquezca y se fortalezca; que no haya lugares oscuros y ambiguos; y que no existan dudas de que estamos en un verdadero ejercicio democrático.


Muchísimas gracias por este espacio, y esperamos que la opinión del Consejo de Niñez de la Municipalidad de Córdoba, organismo absolutamente plural y representativo, sea tenido en cuenta en la responsabilidad inmediata que ustedes tienen y que no se hable de apuros sino de tiempos de reflexión que son mucho más ricos y seguramente toda nuestra ciudadanía va a salir ganando.


Gracias por escucharnos. (Aplausos).

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Sra. Etchegorry.- Solamente quiero acentuar un aspecto que me parece importante y tiene que ver con el hecho de haber vivenciado la participación en el Consejo de Niños, que es un instancia donde se construyen acuerdos que nos cuestan mucho, porque aprender a debatir, a consensuar es un ejercicio al que no estamos acostumbrados. En ese sentido, como Consejo tomamos la decisión de expedirnos respecto a este tema, pero también aceptamos que nos faltó la discusión profunda de los aspectos que técnicamente hacen a la ley.
No obstante, no podíamos quedarnos callados en la mirada de los niños, niñas y adolescentes y en la necesidad de respetarlos. Nos acercamos a los chicos, los convocamos, los escuchamos y realmente, al escuchar los procesos que ellos han generado en las instituciones, creo que nos han dado ejemplo de lo que es construir acuerdos y generar debates, porque ellos también hablan de lo difícil que es, pero se posicionan y en las instancias de representación van haciendo oír solamente las voces que van acordando, aun cuando a veces desde lo personal les cuesta asumirlo.


Escuchando hoy a papás que hablaron de cuánto han aprendido de sus hijos en este ejercicio de la democracia, creo que asumir una gestión participativa no es fácil, me parece que es una apuesta política sumamente importante y valiosa y desde ahí lo rescatamos, pero los tiempos de esa participación -como dijeron algunos disertantes- no lo pueden marcar los tiempos administrativos ni el de los adultos sino que tiene que marcarlo el mismo desarrollo de los acuerdos sociales y de las instancias necesarias.


Nos parece que pensar estrategias que tal vez aseguren esa participación sería la clave. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por la presencia y el aporte.


Convocamos a Aurelio García Elorrio, presidente del Portal de Belén. Muchas gracias por su presencia.

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Sr. García Elorrio.- Buenas tardes.


Señora presidenta: me motivó presentarme a esta Audiencia Pública el haber visto con alegría a los chicos jóvenes de esta ciudad motorizados detrás de algunas consignas o fundamentos vinculados a la ley en debate. A veces uno se desprende de la realidad, pero el movimiento de estos jóvenes me retrotrajo a hechos que sucedieron en esta Provincia hace 25 años, cuando se aprobó la Constitución que actualmente tenemos los cordobeses donde la educación fue un tema central. Una constitución no se hace para un día y esa Constitución se hizo para el ingreso de la Provincia de Córdoba en el siglo 21, por lo menos se manejaron un montón de temas, y en el de la educación se trabajó mucho.


Mi primer aporte es que no olviden que allí hubo un debate y estos chicos que recorren las calles no habían nacido, por eso es bueno que ahora participen, y si las cosas son serias y verdaderas no hay problemas en debatirlas las veces que hagan falta. Si los debates de la Reforma de la Constitución del ’87 ha sido un consenso de Córdoba de aquel tiempo, cuál es el problema de volver a discutirla. La historia de esta Ciudad y los aportes a la cultura son centenares y comienza cuando nosotros tomamos la calle.


No voy a decir mucho, simplemente que tengan en cuenta que el debate de la Constitución de la Provincia de Córdoba se tocaron temas medulares que hacen a la arquitectura de una ley de educación.


En segundo lugar, quiero decir que no escuché nada relevante con respecto a una ley de educación para qué clase de sociedad. Tenemos que ser sinceros con nosotros mismos ya que es muy fácil apoyar a los chicos e irnos atrás de su opinión pero la sociedad está triturando a los jóvenes y los adolescentes. Recién escuchaba a una señora que hablaba de la responsabilidad del Estado y de la Municipalidad –puntualmente- sobre el proceso de destrucción a través del narcotráfico a partir de los ocho años de edad, pero de eso no se hace cargo, solo aplauden a los chicos ahora que salieron a la calle, cosa que personalmente también aplaudo, ya que a mí me hicieron un favor porque me sacaron del letargo, pero seamos serios: ¿para qué sociedad se pide una ley de educación?


Si me permiten voy a decir algunas cosas sobre la sociedad que nos toca vivir: la República Argentina encabeza en el MERCOSUR los índices de la corrupción, estando en el quinto lugar, eso demuestra que tenemos algún problema. Encabezamos las estadísticas de mayor consumo de cocaína en América del Sur. Somos el tercer país exportador de cocaína de América del Sur, y no producimos, quiere decir que somos un país de tránsito, o sea, que nuestra corrupción va deglutiendo todos los sistemas de controles. Estamos viviendo en la Ciudad –no lo dijeron los chicos que representaban a la Municipalidad de Córdoba- que encabeza las estadísticas nacionales de consumo de alcohol y droga. Para los jóvenes –esos chicos triturados que están ahí en la puerta- según el último informe del CEDRONAR, del año 2007, la Ciudad de Córdoba encabezaba las estadísticas de consumo de alcohol y droga en la República Argentina con el 21,2 por ciento y le seguía la Ciudad de San Miguel de Tucumán con el 17, o sea que los chicos de esta ciudad están sometidos a una trituración total.


Vivimos en la Provincia que tiene uno de los corredores internacionales más importantes del mundo de la droga, la Ruta 38, que manda la droga a Europa. En esa Ruta 38, tenemos la ciudad con el mayor índice de suicidio juvenil de la República Argentina, Valle Hermoso. Tenemos en Cosquín la estadística más alta de violencia familiar. A todas estas cosas hay que tenerlas en cuenta al hacer una Ley de Educación.


Estamos en el país que encabeza en el Cono Sur las estadísticas de muerte en accidentes de tránsito y, a su vez, la Provincia de Córdoba encabeza las estadísticas nacionales. Vivimos en un lugar donde la muerte es primaria.


Estamos viviendo en un país que tiene capacidad de dar alimentación a 300 millones de personas y tenemos millones de argentinos pasando hambre.


Estamos viviendo en una sociedad que claramente se está fracturando en dos: la sociedad A y la sociedad B, la sociedad de la inclusión y la de la exclusión. La sociedad A conducida por el Estado y el presupuesto del Estado, y la B, conducida y financiada por el narcotráfico.


Vivimos en una sociedad que se está partiendo sin remedio, y lo único que puede ayudarnos a salir de este desastre es la educación.


Lo único que puede ayudarnos a salir de este desastre no es la “tilinguería” de la utilización de los chicos. Lo único que nos puede ayudar es una muy buena educación que iguale, que rompa las divisorias de una sociedad partida por la exclusión.


Estamos viviendo en una sociedad que tiene profundos problemas espirituales. Ustedes creerán que estas estadísticas que he referido son macroeconómicas o sociológicas: digo que son profundamente espirituales. Un país que no puede dar de comer a sus miembros más débiles y que está en condiciones de alimentar a 300 millones de personas, está viviendo un escándalo espiritual. Entonces, ¿qué educación les vamos a dar a nuestros chicos? ¿más materialismo? ¡Si estamos sentados en un polvorín de crisis espiritual profunda! ¿Les vamos a dar una educación más tecnicista? ¿sólo materialista? ¿y el aspecto espiritual de las personas?
Nuestra crisis es profundamente espiritual, ¿por qué rasgarnos las vestiduras por ese famoso artículo 11 que en realidad no dice nada? Mucho más fuerte es la Constitución, que no habla de educación religiosa optativa ni nada de eso. La Constitución reconoce a los padres el derecho –si ellos y sus hijos quieren- y no se agrava la libertad de conciencia de nadie, de impartir enseñanza religiosa. Perfectamente se puede hacer ¿O este pueblo no tiene un déficit espiritual profundo? Entonces, expliquen estas estadísticas. En resumen, ni a mí, ni a los chicos ni a nadie nos molestaría.
Cuando apuntemos a la sociedad del futuro que sólo podemos construir con un buen proyecto educativo -de lo contrario, esta sociedad se fractura irremediablemente-, el aspecto espiritual de la formación de las personas tiene algo que ver, porque nuestra crisis es profundamente espiritual. Y no me refiero a lo exclusivamente religioso, sino a un modelo de construcción absolutamente individual, sin un sentido ético, solidario y de apertura. Y los resultados están a la vista.
En definitiva, ¿qué mal les puede hacer a los chicos que libremente quieran y sus padres consientan, fuera de la currícula de los colegios? ¿Qué mal les puede hacer que alguien les hable de que aparte de esta sociedad absolutamente insolidaria que ellos están viendo, hay fundamentos para una sociedad solidaria, donde no puede estar ausente la mención al dios del amor, de la solidaridad y de la justicia porque “por sus frutos lo conoceréis”?


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos al profesor Herrera, del Colegio San José.


Les solicito se presenten.

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Sr. Pereyra.- Si me permiten, también quiero expresarme. Soy Francisco Pereyra, profesor y director del Colegio San José.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Por supuesto, también puede hablar.


Le damos la palabra en primer lugar al señor Herrera.

Sr. Herrera.- Mi nombre es Roberto Herrera. Les pido disculpas porque seguramente cometeré algunas incoherencias porque tengo 15 cursos, y me he acostado a las 3 de la mañana y me levanté a las 5 para continuar corrigiendo. Trabajo en tres colegios y hace 30 años que estoy en educación; he dado clases en 12 colegios del interior de la Provincia, públicos y privados, confesionales y no confesionales. Actualmente estoy trabajando en tres colegios: uno privado confesional, otro privado no confesional -Colegio San José- y en uno público -Ipem 182 de Guiñazú.


Me llamó la atención la exposición anterior porque creo que cuando los alumnos escuchan una poesía, una música, cuando pueden debatir, también están trabajando su costado espiritual; lo mismo cuando hacen matemática, geografía o cualquier otra materia, se están desarrollando. (Aplausos).


Creo también que de igual forma desarrollan su espíritu cuando van a la Sinagoga, a la Iglesia o cuando practican el culto que quieren, o cuando no creen en el Dios que no quieren creer.


Nuestros alumnos no nos oyen, nos ven, me dice desde hace mucho tiempo “Cocho” Pedraza, un entrañable amigo, docente y cantor de los buenos. “Los militares no están siendo juzgados por lo que dijeron sino por lo que hicieron”: Claudio Orosz, abogado representante de HIJOS En todas las circunstancias en que participamos los seres humanos quedamos expuestos y juzgados por nuestras acciones, más allá de lo que digamos y enunciemos.


Es decir, se pone en evidencia lo que en realidad pensamos, nuestras certezas, deseos, prejuicios y miedos. Digamos de manera más ecuestre que “en la carrera se ven los pingos.”


Mi posición como adulto, padre y docente –porque además soy padre de una alumna del Colegio San José- frente a esta circunstancia crítica y de constante sorpresa es brindar información a colegas, alumnos y padres. Información que sirva como toma de conciencia y como construcción de un discurso que sustente cualquier acción, de tal forma que ésta no sea caprichosa sino el resultado de una reflexión.


Me parece bastante superficial y estúpido –perdón por el término- participar a favor o en contra de algo desde los supuestos o desde la desinformación que habitualmente nos proveen ciertos medios, grandes constructores de opinión y de sentido común.
En relación a la información, desde el 29 de diciembre en que la Provincia de Córdoba presentó la reforma curricular del secundario, como docente me puse a estudiar algo que me parecía me tocaba y, en función de eso, fue encontrando cuál era el contexto legal de esa reforma: esta ley, la Ley 21.214/63 de modificación del Estatuto Docente de la Educación Media: la Resolución 125, la conformación del Consejo Provincial de Políticas Educativas y, por supuesto, la ley madre, Ley 26.206.
Me parece que uno, a la hora de tomar acciones y plantear propuestas, fundamentalmente se debe informar y no desinformar. Nadie pone en cuestión la legitimidad y legalidad que tienen todos los alumnos de recibir clases y todos los docentes de darlas, pero ¿en qué condiciones?, ¿no nos merecemos participar de una ley que va a regir los destinos de la educación en la Provincia y nos involucra directamente?
Es significativo que se cuestione la falta de democracia de la medida de toma de 33 colegios. Este cuestionamiento se hizo en los colegios y con algunos padres; se hizo en los medios y también lo planteó el Gobernador. Es significativo que se cuestione esta falta de democracia y que no se cuestione la falta de democracia del proceso de gestión de esta ley y las otras leyes mencionadas que están en relación.
La toma de los colegios produjo, entre otras cosas, poner blanco sobre negro cuestiones internas de los distintos colegios, y el posicionamiento de cada uno, de los docentes, de los alumnos, de los padres, y también externas al mismo.
Seré cuidadoso, pero voy a dar información. En todo esto, durante todo el tiempo de la toma vimos la acción de la Iglesia, la voz y la acción del gremio, el desinterés e inacción de algunos padres y docentes, la acción autoritaria y maquiavélica del Gobierno, de su ministro y de ciertos medios, pero fue la toma de los colegios y ninguna otra medida la que instaló el tema en la sociedad, los padres y los docentes. Fue la toma de los colegios la que generó ese estado de conciencia acerca de una problemática que se daba absolutamente por clausurada, antes de que ingresara al recinto de la Legislatura, dado que esta ley no había sido puesta en discusión, salvo con algunos actores de la educación y no con los principales.
Trabajo en un colegio católico y como profesor me llegó esto que nos entregaron el año pasado. Y decía: “El 14 de diciembre se sancionó la Ley de Educación Nacional 26.206 de 2006. Posteriormente, en el 2008, el Gobernador de Córdoba dio a conocer la creación del Consejo Provincial de Políticas Educativas y manifestó su voluntad de adecuar la actual Ley de Educación provincial a la nueva Ley de Educación nacional”. Inmediatamente se publicó en el Boletín Oficial, como también la conformación del Consejo de Políticas Educativas. En ello, no voy a abundar porque entiendo que todos los presentes lo conocemos.
Continúa: “El Consejo Provincial de Políticas Educativas sesiona con dos variantes: en una reunión plenaria se tratan los temas en general y en reuniones en comisión los temas en particular. A la fecha, este Consejo es convocado en forma regular cada quince días, aproximadamente. Las actas de la asamblea se incluyen en CD, y las mismas modifican, agregan o quitan contenido al texto original de la Ley Provincial de Educación”.
¿Quién escribe esto que estoy leyendo? Lo manda Monseñor Vicente Zappia a los colegios católicos de toda la Provincia de Córdoba el 10 de noviembre del año pasado. Y dice: “A la fecha, el Consejo Provincial de Políticas Educativas ha debatido los primeros treinta artículos de la Ley 8113. Es decir, les llevó 18 meses -como alguien dijo, “un par de embarazos”- discutir 30 artículos a los principales actores de la educación, porque ¿saben dónde “se cocina” la trinchera de la educación?: en el aula. ¿Quiénes tienen que hablar de educación?: los alumnos, los profesores y, además, los padres. Soy padre y como tal, lo primero que hago cuando mi hija llega del colegio es preguntarle, como cualquiera de nosotros: ¿qué pasó en el colegio? Entonces, son esos tres actores los que no fueron convocados durante esos 18 meses para discutir al menos esos artículos.


A los docentes se nos puso un solo día para responder una estúpida tablilla diciendo “Sí” o “No” y, si no estabas de acuerdo, tenías que justificar por qué no lo estabas.


Lo que se plantea –y no sólo lo hace uno como docente sino que también lo han hecho distintas instituciones y seguramente también algunos partidos, pero fundamentalmente los alumnos, los docentes y los padres- es la participación, la no consulta, la manera en cómo se conformó el Consejo. Una de las cosas que dijo el Ministro –que ha sido secretario de la UEPC durante mucho tiempo- fue: “Les dimos participación a los docentes. ¿Cómo no les vamos a dar participación si están representados los cinco gremios que hay en la Provincia? ¿Cómo que no les dimos participación?”


Pero no hubo ni una consulta, a pesar de que en las asambleas de los colegios, donde se produce la acción gremial –una cosa es la institución gremial y otra cosa es la acción gremial, la primera se genera por la acción gremial, igual que las instituciones democráticas, que se generan por las acciones democráticas que generan los ciudadanos-, elevamos la necesidad de discutir la ley, porque sabíamos que estaba dando vueltas un anteproyecto de ley en el ámbito de la UEPC que sólo se pasaba a algunas delegaciones.


Aclaro que soy docente, agremiado, y no participo de ninguna línea interna dentro de la UEPC, aunque podría hacerlo y sería absolutamente legítimo si lo hiciera. Sin embargo, la Delegación Capital fue una de las delegaciones que no fue consultada ni se comentó el tema pese a que en reiteradas asambleas lo planteamos.


Decíamos que hoy estamos sentados aquí por una protesta estudiantil, no por una convocatoria originada por el Ministerio.


Ustedes saben que una ley se asienta en hechos legítimos. Esto le quita legitimidad a la actual ley, en primer lugar por el proceso inconsulto, en que fue gestada y por lo que estoy refiriendo, y en segundo lugar por ciertas cuestiones que no se abrieron jamás a discusión. La instancia del 28 de julio, y aún esta instancia, siguen dejando afuera a los principales actores. Qué curioso ¿no?, porque el ministro Grahovac planteó que no dieron la representación porque no había una institución a quien convocar. ¡Fíjense qué contradicción!, porque son esos que no tenían representación, los estudiantes, los que generaron el debate, mientras que los que tenemos representación gremial, los docentes, no pudimos generarlo. (Aplausos).


Considero que se podrían plantear muchos cuestionamientos a la Ley de Educación, solamente plantearé tres. Pero antes me voy a permitir una pequeña digresión: celebro –irónicamente hablando- que el ex Gobernador De la Sota haya creado la Unicameral por razones netamente presupuestarias. Al tener la mayoría concentrada en una sola Cámara hace que a uno le de la sensación de que está acá –disculpen el término- literalmente al “pedo”. Nos da la sensación de estar dando fundamentos que no van a ser escuchados simplemente porque hay mayoría.


Quisiera apelar, señoras legisladoras, a la conciencia de cada una de ustedes. No se cuánto cobran de sueldo; yo cobro 5.500 pesos y tengo 30 años de antigüedad como docente. Me da mucha bronca haberme levantado a las cinco de la mañana a corregir exámenes, venir del colegio y encontrarme que en esta Comisión de Educación solamente están presentes las mujeres legisladoras. Me parece una absoluta falta de respeto de parte de quienes no están presentes.


Una cosa ha quedado bien en claro: el proceso de gestación inconsulto de la ley. Al respecto, deseo plantear tres cosas: cuando el día 28 discutíamos en las antesalas de la ley la participación o no de las empresas, si tenían que estar o no presentes las fundaciones decidiendo los fines de la educación, era gracioso porque en el aula de un colegio privado en donde estábamos había un mapa que decía “Fundación Arcor”. Mi pregunta es si ustedes como legisladores consideran que tienen que estar presentes las empresas.
El segundo señalamiento está referido a la participación de la Iglesia en el espacio de la educación pública. Al respecto quiero ser muy respetuoso de la elección que cada padre y cada hijo pueda hacer de su fe o de su no fe y me diferencio del planteo acerca del famoso artículo 11. La ley nacional no plantea absolutamente nada de esto; y si comparamos la Ley Nacional de Educación con la provincial veremos que esa comparación se parece bastante a la que podemos hacer entre las leyes nacional y provincial referidas a los bosques.


Parece que los legisladores, o quienes elaboraron la ley, cortaron y pegaron las cosas de la ley nacional con las que estaban de acuerdo, y agregaron lo suyo, lo que les parecía; y una de las cosas que les parecía es este famoso artículo.
Para la elección y la educación de cada uno están, por un lado, los colegios privados y, por otro, la iglesia, el templo de cada una de las confesiones. Quisiera saber si al Consejo de Políticas Educativas están invitados los judíos, los musulmanes, o solamente está invitada la Iglesia Católica -lo desconozco, no lo estoy afirmando.


Por último, cuando hacemos referencia a la insistencia de la ley en la formación de un ciudadano técnico, mano de obra barata para las empresas, partimos del análisis de la ley y de algunas de las resoluciones previas. En la ley hay un fortalecimiento increíble de la educación tecnológica –esto ha sido señalado por distintas instituciones-, ya que tiene una modalidad propia, un consejo asesor propio y una ley propia.


Yo trabajo en un colegio privado, el San José, y me da orgullo que nuestros alumnos hayan actuado de una manera tan solidaria con sus compañeros de la escuela pública. En nuestro colegio, los distintos cursos participaron de la toma, fundamentalmente los terceros, los quintos y los sextos años. El discurso de los alumnos es: “a nosotros esta ley ya no nos va a tocar en la secundaria, pero sí les va a tocar a nuestros hijos, a nuestros compañeros”.
¿Por qué peleaban esos alumnos? Por una ley de educación laica, gratuita y de calidad. En la misma semana de la toma les pregunté a mis alumnos del IPEM Nº 182, Jorge Washington Ávalos: ¿cuántos de ustedes piensan seguir estudiando? Sobre 25 alumnos sólo 3 me respondieron que pensaban seguir estudiando; esta es una pregunta que no hace falta hacer en los colegios privados, no hace falta hacerla en el San José. Que un alumno solamente se piense como trabajador y no tenga la oportunidad de pensarse como estudiante establece una diferencia social terrible.
Me alegra profundamente que nuestros alumnos, los de un colegio privado, hayan sido capaces de pelear por algo más importante y menos urgente –quizás- que la parte edilicia, y se hayan preocupado en estudiar esta ley. Ustedes van a recibir un análisis absolutamente detallado de lo que los alumnos han estudiado.
Quiero agradecerles particularmente a ellos que nos hayan dado la posibilidad de participar, a esos adolescentes de quien alguien recién dijo ciertas cuestiones de “tilinguería”, a esos adolescentes que hicieron la toma, a esos aprendices de docentes que tomaron 33 instituciones en Córdoba para que hoy la ley no pase así no más. Como diría algún revolucionario de Latinoamérica: “no pasará”.
Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias.

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Sr. Pereyra.- Quiero hacer referencia a algo que surgió del colectivo: la ley está pensada para un tipo de sociedad, como se dijo, y no tenemos que volver a cometer el mismo error que en la Ley Federal de Educación.
También, quiero hacer mención, a lo que me pareció causante de este desmembramiento de la sociedad: el planteo de una educación para el trabajo, como dice esta ley. Cuando una ley dice “educación para el trabajo” está planteando un tipo de individuo que -como hace la Ley Federal de Educación- se debe adaptar a las condiciones que el mercado ofrece, por lo tanto, se entiende que es un individuo pasivo, que será lo suficientemente “plástico” como para cambiar de trabajo y adaptarse a las demandas del mercado laboral.


Una cosa es “formar para el trabajo” y otra es “formar trabajadores”, y esto último tiene mucho que ver con formar ciudadanos. Aunque formar para el trabajo parezca poco discutible o un detalle menor, formar trabajadores implica formar individuos con una visión particular de la historia, con valores personales que tienen que ver con la solidaridad, con las prácticas democráticas, con la mentalidad de capacidad y trabajo colectivo.


La Ley Federal de Educación dice “formar para el trabajo” y plantea crear individuos que se adapten al mercado laboral; esto produce un individualismo y cada uno debe ser capaz –y el sistema no es responsable de su fracaso- de sobrevivir con la formación plástica y poco adaptable para el mercado. Esta ley también plantea esta formación para el trabajo.
Me parece que la formación de trabajadores no implica contenidos o cuestiones académicas sino prácticas diferentes a las que estamos llevando en la escuela; implica profundizar las prácticas democráticas, la participación y el ejercicio de la democracia directa e indirecta dentro de las escuelas para que nuestros alumnos no sólo tengan el conocimiento teórico que es necesario, sino –como dijo un ciudadano anterior- actualizar los conocimientos al siglo que estamos viviendo. ¿Pero las prácticas?
Un ciudadano no se hace solamente por el contenido académico que está recibiendo sino que se hace ciudadano también con la práctica. Si las escuelas no contemplan la práctica ciudadana, como puede ser la obligatoriedad del centro de estudiantes, o la participación de los docentes, porque el docente también se forma como ciudadano dentro de la escuela, también aprende con verticalismo o participando y haciéndose responsable y corresponsable con sus compañeros de lo que sucede en la institución.


La participación de los docentes en el gobierno de la escuela es algo que no está contemplado en este proyecto, dice solamente “a través de sus proyectos”, no dice en el “gobierno directo de la institución”, lo cual aportaría una práctica democrática formativa para el docente que se podría trasladar a los alumnos.


Básicamente, no alcanza con renovar los contenidos para la formación ciudadana sino también las prácticas dentro de la escuela. Formar trabajadores que puedan enfrentar el mercado -y no solamente adaptarse al mercado- dentro de los valores de solidaridad, participación y democracia.


Además, no debemos ignorar que los docentes también se están formando dentro de la institución en un modo particular de ser ciudadanos. Proponemos la participación de los docentes en el gobierno de las instituciones y profundizar las prácticas ciudadanas dentro de las escuelas para los alumnos y docentes.
Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación va a hacer uso de la palabra el señor González Nores.

Sr. González Nores.- Buenas tardes.


Es importante destacar que integro la Comisión de Padres del Colegio Jesús María y que, como tal, vengo en representación de la Institución. Dicha Comisión ha tenido participación en distintos tipos de eventos y en todo lo que se ha generado en cuanto a participación interna en la institución. Al igual que en la democracia donde las instituciones intermedias, llámese sindicatos, partidos políticos, cooperativas, cooperadoras, tienen una función fundamental e indelegable, que es acercar el poder a los ciudadanos y a los ciudadanos un poco más al poder; La función nuestra en el Colegio es estar cerca de la comunidad de padres, pero también acercar las inquietudes y la participación genuina, real y ejecutiva de estos emprendimientos y estos proyectos que estamos llevando adelante a las autoridades del Colegio


Sin más disgregaciones, pasemos al análisis que nos compete en materia del proyecto de ley de Educación.


Consideramos que las influencias de los distintos agentes socializadores, que intervienen en la formación de las nuevas generaciones desde diferentes escenarios, debieran coincidir en los objetivos de los recursos y de los procedimientos educativos que potencien el desarrollo de la personalidad del sujeto de la forma más armónica y consistente.


Dentro del marco general, los principios generales y los fines del proyecto en cuestión son acordes con el espíritu de la Constitución nacional y provincial. Los derechos y deberes de los padres son explícitos y los hace parte en el planeamiento del proyecto educativo institucional.


Aprovecho para solicitar que los padres tengan participación real en todos los estamentos de la política educativa, sobre todo en los niveles inicial y primario, etapa en la que los niños carecen de madurez, conocimiento y discernimiento para representarse a sí mismos.


La ley reconoce a la familia, como agente natural y primario de la educación, el derecho fundamental a educar sus hijos y a escoger el tipo más adecuado a sus propias convicciones, respetando el rol de la familia como primera formadora y socia en la tarea educativa.


Se necesitan canales de educación y una acción coordinada para que los niños se desarrollen intelectual, emocional y socialmente en las mejores condiciones. Por ello, la suma del esfuerzo de los dos valuartes de ese proceso, la familia y la escuela, es -según los expertos- el camino a seguir. La sintonía entre los dos ámbitos vitales del niño, además de generar confianza entre padres, madres y profesores, estimulará la idea de que se encuentre en dos espacios diferentes pero complementarios.


Respecto al comienzo del nivel inicial, la ley da carácter optativo a las salas de 3 años. En este sentido, sugiero que no se haga obligatorio considerando la inconveniencia de institucionalizar niños desde tan corta edad, salvo en situaciones del vulnerabilidad social.


Presupuesto educativo: las escuelas privadas son un servicio educativo público de gestión privada autorizada que, a través de aportes del Estado, de los alumnos de la Comisión de Padres, permiten alcanzar –a veces con muchas dificultades– los niveles académicos propuestos.


La escuela de gestión privada representa hoy una gran economía para el Estado y cumple una innegable función social; si se tratara de un subsidio del Estado y no de un aporte establecido en el Presupuesto provincial, se correría el riesgo, por un lado, de estar condicionado por el gobierno de turno y, por otro, de limitar la accesibilidad de los estudiantes con menos recursos económicos a la escuela privada.


El proyecto de Ley de Educación de la Provincia de Córdoba se adecua a los avances normativos de la educación y a las nuevas realidades; si bien para algunos sectores no ha sido debatido debidamente, han participado instituciones, docentes, familias y estudiantes, reflejando permeabilidad, desde el proyecto inicial, de las distintas expresiones, demostrando que esta Legislatura, al menos sobre este tema, es la caja de resonancia del pueblo.


Como toda obra humana, este proyecto es perfectible; una vez aprobado y reglamentado, los padres podremos ver y juzgar su funcionamiento, por lo que sugiero sea puesto a consideración de los señores legisladores para su aprobación.


Para finalizar, podemos decir que la escuela y la familia son agentes de socialización; potenciar las influencias educativas de ambos y lograr su convergencia no es aún una realidad sino una utopía. Todavía debemos transitar un largo camino; nos resta trazarlo y señalar adónde queremos llegar.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y su aporte.


A continuación, hará uso de la palabra el señor Eduardo Salas, del Partido Obrero.

Sr. Salas.- Buenas tardes. Voy a insistir sobre un aspecto que me parece importante y que puede aportar algunos elementos más a este debate.


Leí días atrás que el Ministro de Educación dijo que esta había sido la ley más discutida, y tiene razón; el problema es que, en función de lo expresado por el Ministro, pareciera que esto es obra del Gobierno.


Esta ley fue la más discutida porque –como bien se dijo aquí– los estudiantes la pusieron en debate. En una de las jornadas previas –que fue un fracaso total, cosa que nunca se dijo, y tengo un registro completo de lo sucedido en los diferentes lugares– hubo bastante oposición, pero fue un debate por compromiso, ya que al verdadero debate lo instalaron los estudiantes.


Los estudiantes –quiero que recapacitemos mucho sobre este tema– no fueron simplemente a reclamar –cosa que, de por sí, está muy bien y todos debemos hacer– sino que también llevaron planteos sobre este tema. En tal sentido, el documento que se leyó en la asamblea realizada en plaza Colón, escrito por los estudiantes del colegio Manuel Belgrano, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, así como los documentos de la asamblea realizada por el colegio San José –que estuvieron aquí presentes y es notable la elaboración que han alcanzado sobre este tema– y muchos otros, son verdaderamente de una calidad excepcional.


Escuché que aquí una persona habló de la juventud, ¿a qué juventud se refirió?, ¿de la juventud que ha tomado a la educación como un primer problema?, ¿de la juventud que se jugó, salió a las calles, puso este problema sobre el tapete, pensó, actuó y elaboró propuestas? Esta juventud –que ha sido estigmatizada y a la que se acusó de individualismo, el que precisamente rompió porque en toda junta fue a plantear soluciones– creó un método de debate.


Estoy por cumplir 58 años, hace 38 que milito y lucho por una causa, me han pasado cosas muy buenas, pero esta vez sentí una de las alegrías más profundas de mi vida porque ha sido una bocanada de aire fresco, no que me haya sorprendido la juventud sino que haya podido expresarse y con la calidad con que lo hizo.
Sin duda, es un hecho cultural de un nivel importante, porque en el debate que esa juventud produjo arrastró a los padres, a los docentes y a toda la sociedad. Cuando se escriba la historia habrá que decir que, a partir de un determinado día del mes de setiembre o de octubre, la juventud secundaria de la Provincia de Córdoba tomó el liderazgo político y arrastró al conjunto de la sociedad (Aplausos).


Cuando el Gobierno dice que hubo una discusión se está atribuyendo algo que no le corresponde porque iba a retaguardia de todo esto, y lo peor no es eso sino que quiere desconocerlo. Después voy a fundamentarlo en mi propuesta, pero quiero decirles que hay una verdadera separación entre la sociedad y la clase dirigente política –como se suele decir-, y eso es muy notorio; y lo es en la juventud porque, si esto no ocurriera, no hubieran ocupado las escuelas sino que hubieran venido acá a golpear las puertas y decirles: “señores, tenemos este proyecto”. A pesar de eso, hicieron un debate, vinieron con un planteo y se les cerró la puerta.


Estuve presente en aquella reunión de la Comisión de Educación que, según salió en todos los diarios, tanto el Ministro como el Vicegobernador dijeron: “Chicos, vengan a la Comisión de Educación, está abierta para que discutan”. Pero ese ámbito no era bueno, porque a la comisión no pueden venir los miles de estudiantes y docentes. Se decidió, entonces, hacer estas audiencias que no sirven, porque no hay debate, no hay discusión, no hay nada, viene una persona y habla pero no se debate. Yo no tengo por qué pensar que ustedes creen que lo que digo está bien, tendría que escuchar lo que ustedes dicen y deberíamos intercambiar, pero no hay ningún debate. A los chicos les dieron la espalda, y les digo esto porque es serio, ustedes cortan puentes, no los tienden sino que los cortan.
Hace un momento dije que cuando se escriba la historia habrá que contar esto, y quiero recordarles algo, esta Provincia entró a la historia, no del país sino de Latinoamérica, por un hecho cultural: la Reforma Universitaria del 18. Señoras y señores: esa reforma se hizo con piquetes, con ocupaciones y con patadas en el culo a unos cuantos reaccionarios (aplausos), porque ahora, en el terrenos de idealizar las cosas, van a decir que en la Reforma del 18 se juntaron y hablaron, no, fue un acto de lucha y marcó la educación de Latinoamérica. Creo que esto va a significar lo mismo, porque he visto a una juventud decidida, a padres dispuestos a apoyarla y a docentes en el mismo terreno.


Los chicos tienen razón en todo, se lo dije a una periodista de La Voz del Interior y me contestó: “¿Por qué se meten con la ley?, no saben lo que dicen”. Saben todo, porque han tocado el punto neurálgico: esta es una ley privatista, y voy a aclarar qué quiero expresar cuando digo “privatista”, ya que parece que discutiéramos modelos e ideologías diferentes. Cuando digo “privatista” me refiero a que es una ley que responde a intereses privados y particulares y no a intereses generales, y lo voy a explicar de manera sintética para no insumir mucho tiempo.


El Gobierno dice que la importancia que le da a la educación está en el Presupuesto, que es del 35 por ciento en adelante. Este año sería del 41 por ciento, pero eso está por verse porque si se toma lo que está planteado para el 2011 son 7.600 millones, pero si vamos a lo que es exactamente para educación baja a 6.200; si nos fijamos ahí hay 1500 millones para subvencionar la educación privada, entonces baja un poco más; y si nos fijamos que se financian planes de educación para el empleo, etcétera, ya no es tanto para educación.
Pero no importa, vamos a dejar de lado todo lo que digo y suponer que es eso, el 35 ó 41 por ciento del verdadero Presupuesto; entones, pregunto: ¿ese Presupuesto se hace en función de los intereses generales o particulares? Yo digo de los intereses particulares, porque se le está “virlando” a los ingresos más de 4500 millones de pesos que no se les cobra de impuestos a los capitalistas del campo y de la industria. Si hacemos la cuenta, el 35 por ciento de 4500, veremos que al presupuesto educativo le estamos robando 1200 ó 1300 millones de pesos. O sea que si siguen perdonando impuestos a los capitalistas y cobrándonos impuestos a los “laburantes” cada vez va a ser menos, es decir, que también se va a reducir el presupuesto. Si se quiere contemplar el interés general se debe decir cómo se necesita que se haga la educación, y si suponemos que eso da 15 mil millones, hay que decir cómo conseguimos esa plata, no que vamos a repartir el 31 o el 45 de lo que haya, hay que discutir qué es lo que se necesita y en función de eso hacerlo. Es decir, que el presupuesto educativo, que tanto se ventila, no responde a un interés general sino particular de no cobrarle plata a los tipos que se llevan la guita en paladas y a la Provincia no le da ningún beneficio: no pagan impuestos, están vaciando el campo –porque nos estamos quedando sin pueblos- y están produciendo un desastre ecológico terrible.


En segundo lugar, todo el tiempo se habla que la ley prepara para el trabajo y es mentira porque la ley prepara para el trabajo “precario” y provoca un drama social y económico muy fuerte, porque las famosas “pasantías” ya son moneda corriente porque es un abuso terrible y la ley dice: “no la creamos para eso” pero para evitarlo tienen que crear algo para controlar, por ejemplo, la ley tiene que decir que “las pasantías deberán ser controladas por las comisiones internas de los trabajadores del lugar” –porque los trabajadores no van a permitir que usen mano de obra barata para desplazarlos a ellos-, pero no dice nada, así que no vamos a creer que ahora van a poner inspectores, cuando nunca lo hicieron. También es falso que las pasantías educan, lo hacen para una porción chiquita del trabajo. Esta Provincia se convirtió en un polo industrial sin pasantías.


Personalmente defiendo todo lo que se dijo con respecto a la educación pero si pasamos a lo técnico, que dicen que es lo fuerte, desde el punto de vista industrial se fortaleció con escuelas que enseñaban, por ejemplo, tornería y nunca pisaban una empresa, y se convirtió en una provincia que todos elegían por la calidad de la mano de obra. Desde que se aplican estas técnicas hay un drama, como la industria automotriz, que entró en una crisis desde 1999 al 2004, y la mano de obra se había creado para ella. Luego desapareció la mano de obra y cuando volvió, en el 2004, no había mano de obra que le sirviera. Resulta que los tipos por un tiempo lograron lo que querían, después se fueron, dejando el tendal y cuando volvieron ahora, no hay con qué responderle. .


Entonces, ¿donde está el negocio? ¿quién se beneficia? Una empresa que va a tener gente “mueve tornillos” y el día que los tornillos se muevan para el otro lado, el tipo quedó desplazado, y va a haber que crear otro. Es un gasto para subvencionar parásitos no para provocar fuentes de trabajo. Tiene un interés privado.


El último interés privado es el de la introducción de la religión. La religión es un aspecto privado del hombre y no puede ser llevado a un nivel público ¿por qué se lo mete en el comercio de la educación? Dice que es optativo pero es mentira, si no vayan a ver en los establecimientos donde se aplican y los chicos que no van los sábados a las clases de catecismo -porque no creen- son discriminados por el resto, entonces muchos van porque sino te dicen que no fuiste, hablo de las escuelas en las que se aplican, como la de Villa El Libertador, donde el otro día me hicieron la denuncia. O sea, que el interés de unos se convierte en interés general pero la educación debe ser laica, la confesión debe darse en el templo o en los lugares privados para eso.


Estamos ante una ley que es privatista, y los chicos –que en realidad hay que decirles “los grandes”- se dieron cuenta y están preparados para eso, lideraron a sus padres, a sus docentes y a muchos de nosotros.


Entonces les digo, esta ley hay que anularla, porque ustedes han recibido una oferta de temporada, y las ofertas son para una sola vez. Si no quieren terminar de romper los puentes que los unen con la sociedad, sobre todo con la juventud, anulen esta ley y empecemos de vuelta; si no la anulan los puentes se van a romper todos y les puedo asegurar que no va a haber valla allí afuera que pueda unir absolutamente nada, la separación va a ser definitiva. Háganlo.


Gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos ahora a Alfredo Alberione, alumno de la Escuela de Ciencias de la Información.

Sr. Alberione.- Para empezar, quisiera que se presenten las señoras legisladoras, que las conocemos en papel pero no sabemos sus nombres.


Podemos empezar con la presidenta de la comisión, diciendo el nombre, apellido y bloque al que pertenece.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Lo dije cuando comenzó esta mañana la audiencia. Me llamo Evelina Feraudo.


Cada una de nosotras nos fuimos presentando esta mañana…

Sr. Alberione.- Es que mucha gente no estaba.

-Las legisladoras Olivero, Rodríguez, Coria y Bressan se identifican por su nombre y partido al que pertenecen.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Quería aclarar que no tenemos ningún problema en que nos presentemos con cada orador, pero ya hicimos esta mañana la presentación correspondiente.

Sr. Alberione.- Pero yo no estaba.


Para empezar, nunca escuché hablar a la gran mayoría de las legisladoras presentes, ni mucho menos a los legisladores que tendrían que estar conformando esta comisión, motivo por el cual me gustaría que hagan una breve alusión de lo que significa para ustedes que los estudiantes de Córdoba se hayan movilizado para pedir que haya un proceso de discusión de este proyecto de ley de Educación. Que digan brevemente si consideran positivo en cuanto al proceso participativo de los estudiantes que recuperan su carácter de sujeto político comprometidos con una realidad social. ¿Lo consideran positivo las legisladoras presentes?

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PARTE 6 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:22 PM

¿Lo consideran positivo las legisladoras presentes?

Sra. Presidenta (Feraudo).- Estamos en Audiencia…

Sr. Alberione.- Me gustaría escucharlas…

Sra. Presidenta (Feraudo).- Luego de terminar la Audiencia te podemos dar todas las respuestas que quieras.

Sr. Alberione.- Quien calla otorga…

Sra. Olivero.- Quisiera aclarar algo que dije el primer día de las Audiencias.


Para los que no lo saben, la Legislatura de Córdoba votó una resolución –no por unanimidad, yo voté en contra y di mis argumentos que están en la versión taquigráfica. Considero que esa resolución es inédita; en nueve años que hace que estoy en la Legislatura de Córdoba solamente se convoca a Audiencia Pública para la discusión del Presupuesto.


En este caso, es la primera vez que se buscaba instrumentar un método de Audiencia Pública para el tratamiento de la Ley de Educación.


Lo rechacé porque es no vinculante y no logra dar legitimidad a este proceso de debate, y porque además estaba prevista la realización de Audiencia solamente en tres lugares del interior y en la ciudad Capital.


De todos modos, en el articulado de esa resolución se planteaba escucharlos a ustedes, con la condición de que nosotros no podemos debatir.


Más allá de que yo rechacé esta resolución, quiero aclararlo para que se conozca cuál es el mecanismo por el cual la mayoría votó a favor.

Sr. Alberione.- Voy a hacer una aclaración para los presentes: por unanimidad, todas las personas que tienen derecho a la votación, votan a favor, o sea, la Legislatura de Córdoba tiene hoy una mayoría automática, que corresponde a Unión por Córdoba, partido al que pertenece la señora Lita, no significa unanimidad, sino mayoría automática.


Acá hubo manifestaciones en donde realmente querían expresar lo que pensaban respecto de la ley. Ojalá no le cuenten la ley como le contaron lo de la unanimidad.

-La señora presidenta Feraudo entrega un documento al señor Alberione.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Habíamos quedado en que a todas las personas que participaban se les iba hacer llegar por mail el Reglamento.


Cuando comenzamos, todos conocen el Reglamento que es el que te acabo de entregar.

Sr. Alberione.- Lo que en realidad estoy haciendo es denunciar ese Reglamento al que ni siquiera la representante lo conoce ni cómo fue votado.


Pedía el pronunciamiento de las legisladoras aquí presentes sobre una cuestión muy clara cual es que, gracias a que los estudiantes y las estudiantes se manifestaron en Córdoba, tenemos la posibilidad de estar discutiendo un proyecto de ley en esta Audiencia Pública –que no es tan pública y luego me voy a referir a ello.


En ese proceso de lucha hubo cuatro estudiantes individualizados que han quedado libres, en un proceso de criminilización de la protesta y de persecución política en el Instituto Manuel Belgrano, cuya directora es Claudia Falo, hermana del hoy renunciado Marcelo Falo por problemas bastante llamativos y, lo que es más llamativo aún, cómo está levantando 500 mil pesos en un solo día, lo que es sumamente dudoso que no se lo investigue. Pero dejemos eso de lado.


La señora Claudia Falo dejó libres a cuatro estudiantes de los 23 que participaron en el proceso de la toma. Esos cuatro estudiantes quedaron sin posibilidad de continuar con sus estudios.


Entonces, si esta comisión es la que está discutiendo un proyecto de educación nuevo, que pretende ser integral, inclusivo y demás, no podemos dejar pasar esta criminilización de la protesta y persecución política porque se está dejando a cuatro estudiantes sin la posibilidad de estudiar. O sea, es una contradicción porque si queremos que todos estudien y que la ley sea inclusiva, por lo menos nos pronunciemos en contra de esta medida represiva y exijámosle a quienes sean del partido del Poder Ejecutivo que hagan marcha atrás con esa medida o que se le exija a la representante que lo haga.


Explico algo más: supuestamente, la medida fue tomada según la normativa del colegio, la que no fue respetada como debe ser porque hubo muchas irregularidades en el proceso donde se tenían que pronunciar todos los profesores sobre la reincorporación de estos estudiantes. Es un caso de mucha importancia porque se están haciendo las cosas al revés de lo que se está diciendo.


La señora se enojó cuando interrumpí en una nota, pero simplemente creí que se hacía alusión a algo que no era verdadero. ¿Quieren que lo aclaremos?


Sigo: respecto al proceso de Audiencia “Pública” que se está llevando adelante -lo digo entre comillas- hay más de 250 localidades de la Provincia de Córdoba y sólo se están consultando a 4: Córdoba, San Francisco, Cruz del Eje y Río Cuarto. Esto quiere decir que se le está dando la posibilidad de una Audiencia Pública –que no es tan pública porque no hay acceso al público- a tan solo el 1,6 por ciento de las localidades. Entonces, en cierta forma estamos discutiendo el carácter de la Audiencia Pública.


Pero, me pregunto ¿por qué solamente en 4 localidades? Mirando el cronograma de las Audiencias Públicas que se ha planteado, me doy cuenta que era la única forma que llegaban al 15 de diciembre y, posiblemente, si se estiran una semana más, pueden llegar antes de la finalización del año legislativo, antes de las vacaciones.


Una vez más se manifiesta la intencionalidad de hacer un tratamiento aceleradísimo de una ley tan importante, motivo por el cual estamos denunciando esta maniobra, a la que ya nos tiene acostumbrados Unión por Córdoba.


Sobre el particular, voy a hacer mención a la Ley de Bosques la que, en realidad, terminó siendo una Ley de Desmontes. Una ley que tuvo un proceso de discusión muy largo, a diferencia de éste, dándole participación a la sociedad en su conjunto desde un principio, a través de Audiencias Públicas, integrándose la Comisión de Organización de Territorios y Bosques Nativos, conformada por especialistas y gente de la sociedad toda. Dicha comisión elaboró un proyecto de ley de protección de los bosques nativos, teniendo en cuenta que en Córdoba queda menos del 6 por ciento de bosques y vamos a seguir desmontando, evidentemente.


Luego del proceso de participación se decidió acelerar los tiempos y el señor Marcelo Falo –hoy renunciante por cuestiones bastante dudosas de su vida privada, se dice- aceleró el proceso y lo que hizo fue desconocer el proyecto de la COTBN –usted, Liliana, estuvo en el proceso y lo conoce muy bien y todas ustedes también han estado. Luego elaboró un proyecto nuevo que había consensuado con las corporaciones sojeras y que metieron de un día para el otro en el recinto, del cual salió una votación, obviamente, aprobada por la mayoría automática de Unión por Córdoba, apoyada en aquel momento por el radicalismo en su conjunto y con la disidencia de algunos del Frente Cívico.

-El asistente se dirige a la mesa de las autoridades de la Comisión.

En esta mesa, la señora votó a favor de una ley de desmonte -permite el desmonte, así sea selectivo-, la señora votó en contra, la señora votó a favor, la señora votó a favor y la señora votó en contra. Esto me está diciendo que ya estamos acostumbrados a los tratamientos acelerados; estamos acostumbrados a terminar votando una ley que se armó en una camarilla final a último momento.
Lo recuerdo solamente para que no nos olvidemos de cuáles fueron las maniobras y la forma de llevar eso adelante. Se desconoció el proceso de participación, aquí ni siquiera hay proceso de participación real. No me vengan a decir que la discusión de una ley de semejante índole en cuatro horas es un proceso de discusión real. ¿O cuando se abrió una nueva instancia, se le dieron siete minutos por artículo?, si quieren, nos ponemos a discutir ahora siete minutos por artículo y veremos si llegamos a un acuerdo.


Lo que denuncio es que estas instancias no son tan públicas, que con el proceso de aprobación de Unión por Córdoba -bastante acostumbrados a este tratamiento- están creando un descontento generalizado en uno de los poderes de la democracia, el Poder Legislativo, motivo por el cual hoy por hoy la Legislatura de Córdoba…

-Ingresa a la Comisión el legislador Busso.

Qué tal, ¿cómo le va señor legislador?, ¿su nombre?

Sr. Busso.- Siga hablando.

Sr. Alberione.- No conozco su nombre, ¿alguien me lo puede decir?

Sra. Presidenta (Feraudo).- Es el señor Presidente Provisorio de la Legislatura, doctor Sergio Busso.

Sr. Alberione.- Qué tal, ¿cómo le va?


Entonces, en ese proceso donde se estaba generando un descrédito…


¿Quiere saber mi nombre? Alfredo Alberione. Pregúnteme, no tengo problemas.

Sr. Busso.- ¿Sos de Camilo Aldao?

Sr. Alberione.- De Camilo Aldao, correcto. No me individualice tanto.

Sr. Busso.- No, te conozco.

Sr. Alberione.- Ah sí; ¡mira vos! Yo no.

Sr. Busso.- Conozco a tu madre también.

Sr. Alberione.- Ah mirá, ahí va. Bueno, esperemos que no se porte mal con mi vieja porque mi pensamiento es mío, ¿no?

Sr. Busso.- No.

Sr. Alberione.- Bárbaro, se llama María Rosario Ferrari, por los que no la conocen. También la conoce la señora.


Sigo: están generando un descrédito al cual apelo que reviertan porque en la Legislatura de Córdoba está instituido que se sesione con vallas. Esto nos está diciendo que hay un descontento generalizado que no quiere que acá sigan los manejos y las maniobras que se están haciendo, y aprobando leyes con “mano de yeso”, tan simplemente por ser de un partido político.


Entonces, si tenemos que denunciar lo que está haciendo el Poder Ejecutivo, lo tenemos que hacer efusivamente y no seguir sus maniobras políticas, y poner el pie firme y abrir la instancia de la Audiencia Pública en más localidades del interior. Tengo la carta de una persona de la ciudad de Cosquín pidiendo una Audiencia Pública en dicha localidad, ¿por qué no se le da la posibilidad? Me gustaría llevarme una respuesta, saber si le van a dar una Audiencia Pública a Cosquín. Probablemente no, porque estaría atentando contra este manejo acelerado.


¿Alguien de acá está de acuerdo con que hagan un tratamiento tan acelerado?, ¿para responder a los intereses de quién?, ¿con quién tienen compromisos tan rápidos de cumplir? Lo tienen que tener primero con el pueblo; hubo 33 colegios tomados y no podemos desconocer esto. (Aplausos).


Y después, salimos a decir -o previamente a que haya pasado esto- que los jóvenes son una generación perdida; 33 colegios secundarios tomados pidiendo que se abra la posibilidad del debate de una ley, que va a ser la Ley de Educación, seguramente por muchos años por cómo la están planteando. Pero, lamentablemente les tengo que decir que no, que la movilización va a ser cada vez más grande. El año que viene no se va a olvidar esto; el año que viene vamos a ir por todos. ¿Por qué? Porque es muy simple después decir “no, la juventud está perdida”. Y está perdida con leyes que están creando aceleradamente para responder a los intereses de corporaciones empresarias o de la Iglesia, por ejemplo, y éste es el caso de esta ley.
Entonces, ¿cómo podemos pretender que los jóvenes el día de mañana no estén perdidos?, como se decía hasta hace un mes y medio atrás. ¿Cómo no quieren que estén perdidos si, en realidad, no tienen interés en la educación que se les está dando, sobre la que se dice que es adecuada para el trabajo?
Que no se siga mintiendo, porque no se está adecuando para el trabajo, eso es un “chamullo”, es un artilugio discursivo para generar mano de obra barata. Eso ya pasó a nivel universitario cuando se modificó el proyecto de pasantías, donde se dio una instancia de pasantías reales donde teníamos derechos, más respetables que las que había, y las empresas salieron a decir –textualmente lo dijo aquí una compañera-: “Pero si nos terminan costando casi lo mismo que un trabajador, no nos conviene”. ¡Entonces, no querían que la gente aprendiera a trabajar sino que trabajen casi gratis, sin derechos!


Después se va a salir a decir de nuevo: “Los jóvenes están perdidos, la juventud está muy desinteresada”. ¿Saben qué?: el año que viene van a estar redoblando la apuesta. Una instancia razonable de este Poder Legislativo sería alargar el proceso de Audiencias, porque si no las vallas que van a tener que poner van a tener que ser más grandes, van a tener que poner un helipuerto aquí, como en el 2001, cuando el entonces presidente que impulsó medidas similares terminó yéndose en helicóptero.
El pueblo se está dando cuenta que desde acá se están instrumentando las leyes que el Poder Ejecutivo demanda en contra del pueblo.


Entonces, cuando salgamos como en el 2001, vamos a venir a buscar a también a la gente que está trabajando u operando acá.


Por favor, les imploro, les digo, les exijo –como lo quieran tomar- que este proceso de Audiencias Públicas sea realmente de Audiencias Públicas en todas las localidades de la Provincia, y que se dé tiempo y se genere un congreso pedagógico para elaborar una ley que realmente represente al pueblo, porque si no éste se los va a demandar como ya lo está haciendo.


Muchas gracias. (Aplausos).


Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y por sus aportes.


Convocamos ahora a Patricia y a José Perazolo.

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Sra. Perazolo.- Buenas tardes.


Somos padres del colegio 25 de Mayo y soy presidenta de la Federación Escolapia.


Realmente, después de estar desde las 15 horas acá, estoy bastante desilusionada de todo lo que se ha dicho en forma agresiva, tratando de estar en contra de todo lo que se dice y propone, y sólo me he quedado por respeto al colegio y a la federación que represento.


Antes que nada, aclaro que soy contadora pero no una experta en Ciencias de la Educación, que considero es el conocimiento que hace falta para debatir un proyecto de ley como éste.


Pero como están mis hijos de por medio y los hijos de todos los padres que represento, hay dos aspectos que quiero que se tengan en cuenta al momento de debatir el proyecto, cuales son: el rol de los padres en la escuela y la educación religiosa.


En cuanto al rol de los padres en la escuela, considero de vital importancia su participación. Los padres tenemos derecho a elegir para nuestros hijos la educación que responda a nuestras convicciones religiosas. A mi entender, la familia es la célula principal de la sociedad, en la cual el niño debe encontrar la contención y el apoyo suficientes para poder desarrollar todas sus capacidades y encaminarlas hacia el bien en todos los ámbitos en donde él se desenvuelva.
Es la propia Declaración Universal de Derechos Humanos la que en su artículo 16 claramente establece: “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”.
Nuestra Constitución provincial, en su artículo 24, hace referencia a que el cuidado y la educación de los hijos es un derecho y una obligación de los padres, y en su artículo 62 reconoce a la familia como agente natural y primario de la educación. La familia es la responsable de la educación de sus hijos y no puede delegar su responsabilidad, debiendo participar en forma activa dentro de los establecimientos en los cuales sus hijos se educan, sean estos públicos o privados. En los colegios que concurren mis hijos -25 de Mayo y Santo Tomás- los padres somos invitados en forma permanente a participar de las actividades.


Por mi experiencia y por la de otros padres, les puedo asegurar que nuestros hijos no sienten que nos estemos metiendo en un ámbito que no nos corresponde; por el contrario, se sienten acompañados por su familia en esta etapa escolar.


La vida es un aprendizaje permanente en todas sus etapas. Nadie nace sabiendo ser padre. Podemos tener el ejemplo de la familia de la cual provenimos, pero son tan grandes los cambios que hoy atraviesa la sociedad, que tenemos que aprender a ser padres y estamos convencidos de que el colegio de nuestros hijos es el mejor ámbito ya que allí tomamos contacto con el mundo que nos rodea, los problemas que ellos enfrentan y es en donde podemos encontrar las herramientas necesarias para ayudarlos a crecer.


En cuanto a la educación religiosa, quiero hablarles desde mi experiencia personal. Al primario lo cursé en una escuela pública que impartía educación religiosa opcional; luego concurrí a un colegio católico y recibí educación religiosa en forma permanente. Considero que hoy una persona carente de fe se encuentra desprotegida. La fe en Dios es lo que nos hace tener esperanza en un futuro mejor.
Lo que me pregunto es por qué se tiene tanto miedo o rechazo a que los chicos reciban educación religiosa -de la religión que fuere-; la respuesta está en que hay ciertos sectores a los que les molesta que tengamos fe en un Dios que nos enseña a defender la vida, que nos propone defender la familia y que quiere que nos superemos para llegar a ser personas útiles a la sociedad. La educación religiosa que queremos para nuestros hijos es aquella que los haga detenerse a ver la propia vida, el sentido de lo que están haciendo y las necesidades que hay a nuestro alrededor.


La ley que estamos debatiendo hoy reglamenta el derecho a la educación que establece la Constitución de la Provincia de Córdoba. En ejercicio del poder constituyente, el pueblo de Córdoba modificó su Constitución en el año 1987, entre otros motivos, para agregar el siguiente derecho: en el artículo 62, inciso 5) señala: Los padres tienen derecho a que sus hijos reciban en la escuela estatal educación religiosa o moral, según sus convicciones”. Entonces, cuando se discute si se debe o no dar educación religiosa en la escuela estatal se pretende silenciar la voz auténtica del pueblo, porque si la Constitución reconoce el derecho de los padres a que sus hijos reciban educación religiosa en la escuela estatal, ¿qué estamos discutiendo, la reglamentación o la existencia de ese derecho? Debemos discutir, en todo caso, la reglamentación, porque el derecho ya está y nace de la Constitución.


También sabemos que el proyecto de ley que debatimos es reglamentario de derechos constitucionales, y que en el año 1994 se han incorporado a nuestra Constitución nacional las declaraciones de Derechos Humanos, que han pasado a tener exactamente el mismo nivel que la Constitución, o sea que estas declaraciones son como la Constitución misma.


La Convención Americana de Derechos Humanos claramente establece, en su artículo 12: “Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. No se puede, al reglamentar un derecho constitucional, intentar ocultarlo o esconderlo. El derecho de los padres a que sus hijos reciban en la escuela pública educación religiosa o moral es un derecho constitucional y, como tal, está fuera de discusión si se admite o no; sólo debe ser reglamentado, jamás desconocido, porque el derecho ya existe por mandato expreso constitucional.


Nada más. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y su aporte.


Convocamos a Marcos Taraborrelli y a Zaida Palminio, de la Escuela Figueroa Alcorta.

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Sra. Palminio.- Buenas tardes.
Nosotros somos estudiantes de la Escuela Superior de Bellas Artes Figueroa Alcorta, una de las 33 escuelas que estuvieron tomadas y una de las dos escuelas que continúa tomada, junto con la Escuela Lino Spilimbergo –dentro de la Escuela de las Artes-, escuelas que todavía no hemos tenido respuestas, no hemos tenido acercamiento alguno ni ningún tipo de diálogo.


En primer lugar, queremos manifestar nuestro rechazo a esta instancia de audiencias públicas, porque en el interior de Córdoba sólo existen tres localidades con la posibilidad de realizar audiencias públicas, es decir, se da sólo al 1 por ciento de la población posibilidades de participación. Cuando hablamos de participación nos referimos a que no es una instancia vinculante sino únicamente de exposición. Tenemos 10 minutos para hablar de un proyecto que tiene más de 100 artículos; de este modo, consideramos que lo único que se hace es dar continuidad a la política de exclusión en la construcción de una nueva Ley de Educación.


Por otro lado, nos pronunciamos por el rechazo a este proyecto de ley y a su tratamiento porque, en principio, no fue gestado desde la participación de toda la comunidad educativa, dado que la conformación del Consejo de Políticas Educativas excluye a padres, estudiantes, a casas de estudios de nivel superior -que son formadoras de formadores- y a una real representación docente; pero incluye a otros sectores que son ajenos a la comunidad educativa.


Por otro lado, cabe aclarar que las instancias de pseudoconsultas que fueron llevadas a cabo por el Gobierno, primero el 28 de julio en una jornada de 4 horas, y luego sólo para estudiantes que lo requirieran e instituciones que lo permitieran, con la propuesta de un módulo diario por el transcurso de dos semanas dejando únicamente 7 minutos –se deduce de la división por la cantidad de artículos- para el análisis de cada artículo, seguimos viendo a las claras esta intención política de legitimar estas consultas limitadas, sin participación genuina.


En segundo lugar, rechazamos el espíritu de esta ley que en su primer artículo concibe a la educación como un servicio y no como un derecho, dejándola sujeta y subordinada al sector productivo y a criterios mercantiles, al contexto del mercado. Se contradice con la concepción del derecho como un bien público y con el artículo 10 de la Ley Nacional de Educación, siendo funcional a los intereses empresariales al admitir prácticas profesionales y pasantías -artículos 46 y 66- que implican la precarización laboral y el trabajo infantil encubierto, en contradicción con la Constitución nacional y la Ley Nacional de Educación que plantean prácticas educativas para mayores de 16 años sin carácter contractual y por un período no superior a 6 meses, condiciones que se omiten en el proyecto provincial.


La Ley Nacional de Educación 26.206 garantiza la educación sexual en todos los niveles del sistema educativo, y la Ley Nacional 26.150 establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral, no así en este proyecto que plantea al respecto: “La educación para una sexualidad responsable y el derecho a la vida y su preservación”, en su artículo 4º incisos j) y k), haciendo hincapié en la formación de valores dentro de un discurso subjetivo y ambiguo que se contrapone con el espíritu de las leyes nacionales anteriormente referidas.


Cuando hablamos de educación religiosa en las escuelas públicas estamos atentando contra la educación laica, artículo 11 incisos d) y e), y artículo 35 establecido por la Ley Nacional 1420, nuestra primera ley, que sienta las bases de una educación pública, laica, gratuita, universal y mixta. El nuevo proyecto no hace referencia a la educación laica pero sí promueve la intromisión de las instituciones religiosas en las escuelas públicas violando el derecho a la libertad de culto garantizado en la Constitución nacional en los artículos 14 y 20, bajo la falacia de “opcional y extracurricular” contradiciéndose con el artículo 3º, inciso f), que postula una educación exenta de dogmatismos de cualquier signo.


Entendemos también, que no se puede educar en una sexualidad integral, preventiva, que respete a la diversidad de género en tanto exista la injerencia del dogmatismo religioso en los contenidos y la presencia en las instituciones públicas.


Cuando hablamos de financiamiento educativo, este proyecto de ley fija el 35 por ciento del Presupuesto General anual -artículo 107-, pero no aclara que sea el Estado quien garantice la totalidad del financiamiento presupuestario, ya que en el artículo 13 inciso j) habla de recursos suficientes, me pregunto por qué utiliza la palabra “suficientes” y no “necesarios” para el financiamiento promoviendo el sostenimiento presupuestario a cargo de aportes comunitarios sectoriales y de otras jurisdicciones.
Plantea no sólo la ayuda de organismos privados sino también la creación y organización de asociaciones de apoyo tales como asociaciones cooperadoras, clubes de madres, cooperativas de alumnos, etcétera, teniendo por fin movilizar, captar –tengamos en cuenta esta última palabra que está presente en el proyecto, lo que significa que el Estado deja de garantizar la totalidad del presupuesto de financiamiento de las escuelas y éstas tendrán que salir a buscar “padrinos”– y administrar medios y recursos para cumplir con las actividades programadas, artículo 105. Con esto se legitimiza la acción de las cooperadoras, que hasta el momento venía siendo algo voluntario de los padres, frente a la ausencia o la falta presupuestaria.


En el artículo 5º el Estado se ubica como igualmente responsable del sostenimiento de las escuelas públicas que de las privadas, sin ningún tipo de prioridad de las primeras sobre las segundas. Consideramos que esta política es la que ha permitido un paulatino proceso de privatización de la educación, ya que en las escuelas privadas la inversión por alumno es muy superior a la de las escuelas públicas, reuniendo los fondos estatales para el pago de la mayoría de los salarios, sumados a los ingresos por cuota.


Dentro del capítulo II, Derecho a la Educación, no se contempla la formación humanística y artística. En el artículo 6º sólo se hace referencia a la formación científica y tecnológica, la capacitación laboral y la formación profesional, contradiciéndose con el artículo 3º que plantea una educación integral. De esta manera omite derechos y garantías contempladas en la Ley nacional de Educación 26.206 acerca de la formación integral, pedagógica, ambiental, técnica, humanística, artística, científica, entre otras. En esto quiero detenerme y hacer hincapié en que repercute de manera directa en nuestra formación cuando hace mención del arte, porque desconoce al arte como una disciplina, queda dibujada su inclusión en los diferentes niveles educativos.
En la antes mencionada Ley 26.206 las artes son consideradas campos de conocimiento, es decir, la educación artística como una disciplina, como una especialidad; plantea 5 disciplinas artísticas para las instituciones educativas garantizando dos como mínimo a elección de los estudiantes. En contraposición, esta reforma de Ley provincial de Educación omite a las artes como disciplina y especialidad reduciéndola sólo a la condición de modalidad.
La transformación de las áreas artísticas desde su condición de disciplina a una condición de modalidad, en el contexto general, es poco preciso y está sujeta a deliberadas interpretaciones, encubriendo así un concepto parcialmente silenciador del pensamiento artístico que la desplaza de la formación integral del sujeto.
Las artes no sólo se conforman hoy como un campo disciplinario sino que, como tal, son generadoras de conocimiento y lenguaje; consideramos que son el pilar imprescindible en la educación integral y la primera herramienta en el campo relacional entre idea y objeto, convirtiéndose en el cimiento del pensamiento abstracto. Un individuo entrenado en las artes es un potencial creador, pensador, un lingüista o un futuro científico. “El arte es cosa de la mente”, pronunciaba Leonardo Da Vinci, “es el operador en ese proceso de fluidos que pone en marcha el conocimiento”.
La educación artística no es una modalidad, señores, no es un ramo especial, no es un fragmento, y menos aún es un agregado, es un conocimiento, es lenguaje que pertenece a una estructura social y, por sobre todo, es constructor del pensamiento cognitivo y la pieza fundamental de una educación global y humanística.
Por lo tanto reclamamos que el Estado provincial garantice y vele por una educación constructora de conocimientos, que fomente la iniciativa personal y el pensamiento crítico dentro de una concepción integral de la personalidad, desarrollando habilidades cognitivas, psicomotrices, sensibilidad y capacidad creativa en un marco de valoración y protección del patrimonio natural, cultural, material y simbólico de las diversas comunidades.


En tal sentido, destacamos que el campo disciplinar de las artes es el motor de dicho reclamo. Respecto de los derechos de los estudiantes, de sus padres y docentes, en lo que hace a su participación en el gobierno del Centro Educativo, impulsamos la eliminación de los artículos 6º, 7º y 8º de la ley anterior porque existe una grave pérdida de los derechos que garantizan la presencia de las instituciones en el cogobierno.


El inciso f) del artículo 7º condiciona la estabilidad en el cargo docente a un desempeño “satisfactorio” –es llamativo que se utilice este término tan subjetivo sin un criterio de compleja objetivación que abra la posibilidad de la reforma del Estatuto Docente e incorpore elementos de flexibilización laboral– y habilita el despido por falta de eficiencia. ¿Qué significa esto? Un docente eficiente, ¿es un docente “obediente”?


Respecto del salario docente, se habla de “salario mínimo” sin mencionar que debe cubrir la canasta familiar. Respecto de la capacitación docente, el proyecto, demagógicamente, se refiere a la “actualización continua”, sin aclarar que será el Estado el que la garantice.


En cuanto a la regimentación de los centros de estudiantes, el inciso f) del artículo 12 contempla los derechos de los estudiantes a las distintas formas de agremiación, estableciendo una reglamentación que rige dicha organización –tal como se desprende del artículo 23–, negando el derecho real de los estudiantes a formar libremente sus centros, sin restricciones ni reglamentaciones.


Por estas razones, exigimos la anulación de este proyecto; no consideramos que valga la pena modificar algunos de sus artículos, puesto que su espíritu avasalla derechos y garantías constitucionales. Además, fue gestado como una forma de cubrir la crisis de la educación, subordinándola a los sectores clericales y empresariales.


Porque una ley educativa debe ser una política de Estado, consideramos que debe responder a todas las necesidades e intereses de todos los sectores de la comunidad. Gran parte de la población cordobesa se está manifestando –y les garantizamos que seguirá haciéndolo– en contra del espíritu y del apresurado tratamiento de este proyecto. ¿Por qué tanto apuro por sancionarlo?


La población en su conjunto ha manifestado su inseguridad frente a una Legislatura que no ha sido representativa y coherente a la hora de defender los intereses de sus representados –como quedó evidenciado, por ejemplo, en oportunidad del tratamiento de la Ley de Bosques–, ya que consideramos que son necesarios un ajuste y modificación de la legislación vigente y pretendemos que sean definidos por toda la comunidad.


En tal sentido, reclamamos la postergación del tratamiento de una nueva ley educativa hasta tanto no se garantice nuestra participación real, si bien no hemos pedido un lugar en el Consejo de Políticas Educativas, exigimos que el próximo año se abra esta posibilidad en el marco de un congreso pedagógico.


Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación hará uso de la palabra el señor Marcos Taraborelli.

Sr. Taraborelli.- Mi nombre es Marcos Taraborelli y soy de la Figueroa Alcorta. La idea es salir del análisis, que se ha estado dando a lo largo de la tarde, y abrirnos a ustedes para explicarles lo que estamos sintiendo.


Estamos aquí porque no podríamos cuestionar este proyecto de ley desconociendo la realidad concreta de la educación en el pasado y en nuestra actualidad, ya que debimos mirarnos para adentro para dilucidar qué efectos tuvieron las anteriores leyes educativas en nuestra formación como ciudadanos.


Quizás tendríamos que mirarnos a los ojos y decir que todo está bien, que en los años que siguieron ha disminuido la deserción estudiantil, ha mejorado la formación, y los números así lo indican, pero: ¿acaso lo sabe la comunidad en general, la que confía sus hijos a las escuelas, la que confía en sus ministros de educación, en sus representantes, en las personas que a través de un voto cada cuatro años deposita en una urna eligiendo las personas que considera más idóneas para diagramar sus políticas y las leyes que lo regirán?


¿Saben acaso esos ciudadanos que en las escuelas públicas hace ya un tiempo hay órdenes precisas del Ministerio de Educación de que no repitan los niños para preservar su continuidad en el sistema educativo y engordar así los famélicos números de las oportunas estadísticas provinciales? ¿Ustedes como legisladores lo saben, han hablado con los docentes de grado, saben cuál es la realidad de las aulas actualmente?


Ustedes, representantes del pueblo votados democráticamente, ¿saben acaso que hay una gran cantidad de personas que hace meses que nos hemos organizado para luchar contra un proyecto de ley que entendimos agresivo para nuestras libertades individuales y colectivas en este presente y en el porvenir? ¿Saben que no hemos dejado de pensar un solo instante, un solo día en la educación y su futuro? Y es sincero lo que les digo.


¿Acaso se podrá desconocer, más allá de que el tiempo es veloz, que hace tan solo un mes estuvieron tomadas 33 escuelas, entre terciarios, secundarios y universitarios? ¿Qué hicimos en el último mes?, porque hace un mes sucedía eso. ¿Saben que hay dos instituciones educativas que continúan con esta medida de fuerza? Y no estamos acá para discutir métodos, no estamos hace 57 días durmiendo en el piso de un aula para que nos permitan, luego de esperar horas al sol, entrar sólo a dos personas –las que estamos acá-, pasando el vallado policial que Los protege, para ser escuchados 10 minutos. (Aplausos).
Hace casi 60 días dejamos nuestra vida como era antes, y la dejamos realmente. Hace casi 60 días dejamos nuestra sangre por una causa que sabemos que nos trasciende, exigiendo afuera a grito pelado que se nos escuche, y queremos que sepan que nuestra denuncia no se erige en el campo de una reivindicación individual como artistas o aspirantes a docentes en artes plásticas.


Estamos seguros de que estamos haciendo lo que como ciudadanos es nuestra responsabilidad, y estamos sentados aquí, frente a frente, para que nos miren a los ojos y tengan la certeza de que realmente creemos en nuestras ideas y que nos vean sinceros. También estamos aquí para mirarlos a ustedes a los ojos y llamarlos a que lo consideren, porque nosotros aún nos estamos considerando. Pero cuando la confianza se rompe, como sucedió con la Ley de Bosques, cuando la paciencia se agota y las puertas se cierran, o se vallan con metal o con personas, las ideas dejan paso a la desesperación, y cuando eso sucede ya no hay tiempo para preguntarse cómo sucedió todo esto. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos ahora al señor Rodrigo Agrelo.

Sr. Agrelo.- Buenas noches.


Yo vengo en mi condición de padre y de ciudadano, en el cumplimiento de una responsabilidad que creo tener como padre y como cordobés, porque verdaderamente estamos discutiendo el marco jurídico de la educación pública, tanto de gestión privada como pública. También debo decir que vengo como orgulloso hijo de la educación pública y que tengo una hipoteca social sobre mi espalda, que es que quienes hemos recibido, desde jardín de infantes hasta el último año de la universidad, de manera gratuita, nuestra educación, solventada por todos los ciudadanos que pagan sus impuestos, tenemos la obligación de ejercer la ciudadanía.


Yo creo que el ejercicio de la ciudadanía es esto y sería desatinado esperar que todos pensáramos lo mismo. De hecho, somos una sociedad que se dedica con especial ahínco a encontrar las diferencias y sería un excelente ejercicio intentar buscar algún núcleo duro de coincidencia, porque así es como avanzan las sociedades, ya que las sociedades que tienen algún problema no se agarran a tiros –por decirlo figurativamente- sino que buscan algún modo de avanzar. En educación los argentinos nos hemos equivocado groso; puede ser una coincidencia, pero si miramos atrás, los que hemos tenido vida pública, los que participamos socialmente a través de instituciones y los que hemos tenido responsabilidades, con seguridad nos hemos equivocado. Hay quienes se equivocaron más y otros menos, en función de las responsabilidades que hemos tenido, y nuestras equivocaciones pueden ser no sólo como gobernantes sino también -hablando de materia educativa- como padres, maestros y alumnos. No todo lo que los padres decimos y hacemos por la educación está bien o está mal; no todo lo que nuestros hijos hacen por la educación está bien o está mal, pero creo que de algún modo hay que serenar los ánimos.


Cuando me empecé a interesar por esta ley pedí un texto de la misma y lo leí; miré el proceso y me pasó una cosa, quise ir a la escuela de uno de mis hijos a participar de la discusión. Pero esa discusión fue muy corta, sólo ese día, que si no entraba en las actividades de ese día, estaba complicado para dar tu opinión de ciudadano que, en una de esas, llegaba a algún lado, a buen puerto, o se perdía en el camino.


Pero debemos reconocer que en el diseño del proceso participativo, quizás hubiera sido más enriquecedor darles la posibilidad a los padres, maestros y alumnos de expresarse y volcar en documentos su participación y opiniones.


No hay que tener ningún miedo al debate. He estado sentado prácticamente toda la tarde acá con otras personas, y me doy cuenta que venimos de experiencias distintas por los lugares en donde ponemos los énfasis, los presupuestos de los que partimos. Sin embargo, he tenido la alegría de comprobar que gente que parte de presupuestos absolutamente distintos de los míos dice cosas que perfectamente yo podría suscribir.


En primer lugar, me voy a referir al proceso. Participé de la discusión en 1995 de la Reforma Educativa de la Provincia de Córdoba. Está claro que nos equivocamos globalmente, después habrá quienes tomaron las decisiones, al cerrarse las escuelas rurales por decreto o los talleres en una ciudad industrial como Córdoba, perdiendo la calificación de la mano de obra, es decir, el futuro laboral de muchos chicos.


¿Qué faltó en esa discusión? Faltó consenso, faltó la posibilidad de sentarnos a discutir con serenidad.


No quiero demonizar este proceso de discusión. Me parece que decir que este proceso es absolutamente malo y no sirve absolutamente para nada es tan falto de verdad como decir que este proceso es perfecto, que hemos escuchado a todo el mundo y no falta nadie.


Conozco muchas escuelas en esta Provincia porque he sido voluntario de un programa que se llamaba “Volver a Leer”, que leíamos en las escuelas con los chicos. Así fue que nos tocó conocer decenas de escuelas y aprendí que el proceso educativo es un proceso múltiple en sus actores, por lo cual, para hacer una Ley de Educación uno necesita juntar las partes para hacer un todo.


Además, necesita que la sociedad y comunidad educativa se apropie de este proyecto, que es de largo plazo.


No es lo mismo mirar la educación desde el aula que hacerlo desde la casa, como padre. No es lo mismo mirarla desde la escuela de la legisladora Rodríguez, en las Altas Cumbres, con chicos que llegan a caballo y tienden clases en verano que mirarlo desde Nueva Córdoba. Es tan valiosa la experiencia de la legisladora Rodríguez en las Altas Cumbres como la de la maestra del barrio más acomodado de Córdoba, que tendrá otros problemas, como el materialismo, la falta de solidaridad, en fin, un conjunto de problemas a solucionar colectivamente.


No me voy a quedar solamente en el diagnóstico ni en la queja. He venido a intentar hacer una pequeñísima contribución que, tal vez, a esta comisión y a la sociedad le sirve, que me alegraría si la toman y, si no, seguiré pensando que es útil.


Esta es una ley razonable desde este punto de vista: otorga a los padres el rol que se merecen y debiéramos asumir de manera plena. Los maestros son subsidiarios a los padres en la educación; muchos padres han resuelto delegar sus responsabilidades a los maestros para que se hagan cargo de la indisciplina de sus hijos, de sus dificultades para aprender. Que se haga cargo el maestro, yo no tengo tiempo para mi hijo. Pero esta ley dice que la familia es la principal educadora. Ello implica que se señale a los padres como principales responsables de lo que está pasando y lo que pueda pasar con su hijo; que no lo cargue al maestro sobre sus espaldas con la educación de su propio niño. El maestro lo instruirá, le transmitirá sus valores, le dará su ejemplo pero, yo, padre, debo educar.


Los padres y la familia hemos existido antes que el Estado. Ya había familias cuando se inventaron las escuelas; consecuentemente los padres tenemos la obligatoria prioridad por sobre la escuela y derecho a elegir la educación de nuestros hijos.


Además, la educación es un derecho de la sociedad, una obligación de la sociedad porque la educación pública –a la que pertenezco de punta a punta- es el gran igualador de posibilidades sociales. ¿Quién se ocupa si no es la sociedad a través del Estado, que es su herramienta, su brazo, de poner igualdad de oportunidades? Poner un piso mínimo, para todos, que sea la base sobre la cual una persona se lanza a la vida.


En esos aspectos no puedo negar que el proyecto, filosóficamente, me gusta. Me parece que es insuficiente el proceso de participación, me preocupa especialmente el interior. Hay que escuchar a las maestras, a los chicos y a los padres del interior. Me preocupa el interior porque hay una vivencia distinta, hay una experiencia. Usted, Evelina, es maestra de toda la vida del interior y sabe que hay una experiencia distinta en el interior. Esa mirada merece volcarse en la ley.


No hay que tenerle miedo a ese debate. Entonces, si se prolongan las cosas, lejos de complicarse, esta ley se va a enriquecer.


En segundo término, hay un punto que me parece fundamental. Una ley siempre debe responder, de algún modo, a lo que la sociedad es y lo que pretende ser. Esta es una sociedad cada día más diversa. Esa es la verdad de las cosas. Cada día hay gente que piensa distinto; lamentablemente se fragmenta, que no es lo mismo que diversidad porque la fragmentación es un problema.


Al respecto, hay un artículo sobre el que me quiero detener porque conozco una realidad de esta sociedad que, creo, todos conocemos. Así como hay una enorme parte de la sociedad que tiene todo el derecho del mundo a no creer en un ser trascendente, hay otra parte que sí cree en eso. Un maestro de la escuela San José dijo hoy algo muy interesante, que la formación espiritual de un chico se da no solamente a través de la educación religiosa sino también cuando estudia historia, geografía, matemática o filosofía. Eso hace al espíritu de una persona, al humanismo.


Ahora bien, no perdamos de vista que en esta sociedad hay gente que cree en un ser trascendente y la escuela pública tiene que abrir una puerta a la posibilidad de que esa persona pueda reclamar de la escuela, de manera extracurricular, la formación optativa para su hijo. Sería el primer sujeto en oponerme a una ley que estableciera la educación religiosa obligatoria. No tengo por qué imponer mi fe –en mi caso soy católico- a otras personas. En todo caso la predicaré, la promoveré y diré que es la mejor, pero no tengo por qué imponerla. Pero la escuela, si es que es parte de la sociedad, debiera poder tener la oportunidad de reflejar eso.


Se dice que entre el 10 y el 12 por ciento de esta sociedad de Córdoba es evangélica. Ustedes saben cómo son los evangélicos, no son de quedarse en sus casas. Quiere decir que hay 300 mil personas evangélicas en esta ciudad. ¿Qué pasaría si en virtud de la diversidad y del derecho a la no discriminación una persona dijera que en esa escuela, donde puedo pedir que se me dé una clase extracurricular de horticultura por qué no puedo pedir que mi hijo use el aula para que una maestra, junto con otros amigos, reciba una educación religiosa. ¿Por qué no? Si no se lo impongo a nadie, si no es en hora de clases extracurricularmente.


Esto lo digo porque durante este proceso de discusión encontré muchas voces que de algún modo ponían el énfasis en esto, como si tuviera que ver con dogmatizar la educación o quitarle aquella conquista tan importante de la ley que estableció la educación laica y obligatoria de la última parte del siglo XIX.


Simplemente, abramos la puerta a esa diversidad; permitamos que un padre o una madre que quiere que su hijo estudie religión en la escuela, pueda hacerlo, siempre que no atente contra el bien común. Es decir, si un padre dijera que su religión es armar bombas, la escuela no es el lugar. Si su religión es la prédica de una cuestión trascendente para él y pacífica, desde mi punto de vista, debiera permitirse que eso suceda en la escuela.


Dejo una idea para la Comisión: uno de los temas que tiene la educación argentina es la falta de información; y la poca información que existe es ocultada, pisada, tapada y, cuando la tenemos, ya es tarde. Se hace un gran operativo de evaluación de la calidad de la educación y los resultados los tenemos dentro de cuatro años, cuando mi hijo salió del colegio, el ministro se fue o el responsable de eso ya no está.


Con buen criterio, la ley da un primer paso en el tema de la evaluación educativa; crea un Consejo Provincial de Educación con algunas facultades de asesoría, pero crea una Comisión de Evaluación e Información Educativa. Fíjense lo que sucede con esta comisión: es una comisión donde sus miembros no se sabe si permanecen o son inamovibles por un plazo determinado y, además, no tiene ningún tipo de presupuesto que le permita cumplir la misión que se le asigna; misión terrible: medir la calidad de la educación y difundir los resultados.


Es decir que un Gobernador, que no pone presupuesto, que no pone énfasis, que no tiene una estrategia; o dos o tres gobernadores, que no tienen en cuenta la educación, podrían, como forma de evitarse el dolor de cabeza de que alguien les diga que hay datos que no les conviene, simplemente sacarles el presupuesto, o simplemente cambiar a los componentes porque no les gusta. Hemos visto varias instituciones de este país donde, si al presidente no le gusta, le saca el presupuesto. Eso no puede pasar si hablamos en serio de las cosas.


Los países que avanzan saben qué pasa en el aula. Nosotros, los argentinos, cada vez que nos sometemos a la prueba PISA, prueba internacional en donde se compara básicamente el rendimiento en matemáticas y lenguas de los chicos de todo el mundo, salimos de la mitad de la tabla para abajo. Estamos como mi club, Belgrano, siempre. Ahora, datos propios pocas veces.


Como propuesta para la Comisión quiero agregarle a esta Comisión de Evaluación e Información la posibilidad de que tenga un presupuesto. ¿Y cómo tiene un presupuesto intangible? Con algo que mal usado, generalizado, que no responde a una estrategia, es malo; con la afectación de fondos provenientes de algún impuesto en particular, destinados exclusivamente a eso.


Es decir, si se tomara lo que hoy queda del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, o del Impuesto de Sellos -impuesto más regresivo y menos justificado que tiene un Estado- y se dijera “esa Comisión de Evaluación va a tener sí o sí por ley este fondo”, porque ese fondo es el que le da la independencia al evaluador de la educación respecto del gobernado, que es el controlado por los datos. Si los datos me dan mal, no los levanto; si me dan bien, los levanto y publico.


Entonces, creo que hay que darle algún grado de autonomía en lo que se refiere a la duración de los mandatos de los miembros de esta comisión evaluadora, e incorporarle lo presupuestario de manera intangible. Digo que pongamos la plata donde ponemos las palabras, es decir, no digamos que vamos a evaluar y sin darles presupuesto alguno a quienes tienen que evaluar. Primera cuestión.


La segunda y última: el artículo 20 de la ley habla de la evaluación y de la información, un tema importantísimo y, para ser preciso, lo voy a leer: “El Ministerio de Educación informará anualmente a la Legislatura provincial el estado de la gestión educativa y los criterios y mecanismos de evaluación y control de gestión aplicados a los procesos educativos planificados, sus resultados y costos en los diferentes niveles, servicios y localizaciones”. Pero quisiera agregarle una cosa a este artículo –me parece que el texto sería más ajustado si queremos lograr el objetivo por el que se ha puesto este artículo-: “debiendo desagregar, a nivel de cada unidad educativa, la información relativa a los operativos de medición de la calidad educativa, dentro del año posterior a su realización.” ¿Por qué?: porque hacemos los operativos, guardamos la información, y cuando aparezca esa información, ya no se estará en el Gobierno.


¿Y por qué desagregados a nivel de la escuela? Ya sabemos que los resultados de que un chico aprenda dependen de muchos factores, como el entorno social y económico, porque si tiene que ir a la mañana al colegio y a la tarde salir en el carro con el padre, y si su papá es iletrado, difícilmente le pueda ayudar con los deberes y si el chico anda en el carro no estudiará; entonces, no es lo mismo lograr resultados en una escuela urbano marginal que lograrlos en una escuela aventajada. Sepamos qué pasa en cada escuela ¿Pero quiénes tienen que saber?, ¿los funcionarios? No. Los ciudadanos.


Es decir que si usted desagrega a nivel de cada escuela, y yo me voy a mudar de casa y digo: “En el barrio tal, la escuela tal tiene mejores resultados que en otro barrio, donde la casa cuesta lo mismo, en el que es todo igual, pero allí hay mejor escuela, y acá no”. Entonces, como ciudadano, primero, si mi escuela anda mal comparada con la del otro barrio, empiezo a preocuparme de que en esa escuela a la que van mis hijos las cosas funcionen mejor y, segundo, genero un reflejo del sistema porque el gran problema acá es que esto está muy lindo, pero la información termina siendo exclusivamente de los funcionarios y de los técnicos, cuando les pertenece a los ciudadanos que pagan esos operativos que cuestan fortunas para después no saber qué se hace con esa información.


Acá no hay mucho que inventar. Miremos un poco a países bajo gobiernos socialistas, liberales, conservadores –Chile por ejemplo- de dónde vienen y adónde van llegando. ¿Qué hicieron?: se pusieron serios. Los socialistas no tuercen la información, la levantan igual que los conservadores y que los liberales, y así lo van haciendo porque la educación –a esto lo digo para todos nosotros- debe ser un ámbito de neutralidad partidaria. Aprendámoslo. No estoy diciendo nada que acuse a otro, yo he sido un militante político durante muchísimos años y he cometido el error de hacer de los ámbitos de neutralidad partidaria ámbitos partidarios. Entonces, cuando objetivicemos las cosas, cuando nos guiemos por la información de lo que está pasando en la escuela probablemente encontremos alguna solución a los problemas que tenemos.


Por último, deseo recomendar a la comisión y a la Legislatura la posibilidad de indagar un poquito más en la opinión de otros. En el interior de la Provincia de Córdoba vive el 60 por ciento de la población, dos o tres reunioncitas pueden ser insuficientes para tomarle el pulso a lo que la gente piensa de la ley, así como de las contribuciones que pueden hacer.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Gracias por su colaboración.


Convocamos a Docentes en Marcha de la UEPC, representados por Mariano Soria y Patricia Parola.

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Sra. Parola.- En la actualidad, me desempeño como docente en dos escuelas técnicas.


Nosotros pertenecemos a una agrupación docente nacional que en Córdoba lleva más de quince años trabajando con delegados y activistas en varias delegaciones provinciales como, por ejemplo, San Javier, San Justo, Villa María, Colón y Capital, con delegados escolares y departamentales. No sólo tenemos la participación gremial organizada sino también en todos aquellos grupos de docentes que no están sindicalizados porque no se sienten representados, y que representan a más de la mitad de la docencia. La UEPC tiene 30 mil afiliados y hay más de 60 mil docentes en la Provincia de Córdoba, así que se arroga ilegítimamente una representación diciendo que habla en nombre de todos, cuando ni siquiera está hablando en nombre de quienes somos afiliados; yo no me siento representada por la política sindical de nuestro gremio ni por las cosas que defiende.


Deseo hacer una síntesis de cómo se fueron dando las intervenciones; quiénes defendieron la ley y quiénes no. Al respecto, es llamativo ver que los que apoyaron la ley con un discurso muy similar han sido los representantes de las escuelas privadas confesionales, básicamente. Debe ser que ellos están a favor de la ley porque pudieron participar este año y medio del grupo de gente que bajo siete llaves pergeñó y armó este proyecto de ley.
También hay otros elementos que han generado esta ley pero parece ser que la única que ha puesto la cara ha sido la Iglesia Católica de Córdoba a través de sus escuelas confesionales porque las empresas han operado a través de los medios que les son afines del Gobierno provincial y ha dejado a los legisladores de Unión por Córdoba medio regalados, porque podrían haber movilizado a los papás de las escuelas de los barrios –vaya a saber por qué no lo pudieron hacer. Este es uno de los aspectos que quería tocar.


El otro aspecto tiene que ver con nuestro bienamado y nunca bien ponderado gremio, la UEPC. Ya mencioné que muchos de los docentes que estamos afiliados no nos sentimos representados por la UEPC porque, últimamente, se está dedicando sólo –y cada vez más- a bajar los lineamientos políticos que emanan del Ministerio de Educación; Ministerio ocupado por el compañero Walter Grahovac, que lleva casi 3 años desempeñándose como Ministro, 17 años desempeñándose como dirigente sindical y 3 –repito, 3- con una tiza en la mano frente a alumnos; ese caballero, docente, dirigente sindical y actualmente Ministro es el operador político que ha presionado por todos lados para que esta ley llegue en el estado en el que está.


Con respecto al tema de la escuela técnica, se han referido en líneas generales al tema pero, como tengo 26 años en la docencia, hay cosas que conozco bien de adentro.


Empecé a trabajar en el año ’83, cuando todavía estaba la dictadura militar; después vino la democracia, después el menemismo con la Ley Federal, y ahora esto. Creo no equivocarme si digo que hay una continuidad ideológica con esta ley –luchamos mucho para hacer creer que fue la Ley Federal de Educación. ¿En qué veo esto? En hechos muy concretos. Nosotros, a partir de la Ley Federal de Educación, hemos perdido cargos en las escuelas; lo primero que se cayó fue el cargo de portero. El portero es un elemento esencial en una escuela y lo perdimos, el portero no sólo se encarga de barrer las hojas en el patio, sino que es el alma de una escuela; yo me crié en escuela con porteros, empecé a trabajar en escuelas con porteros, y las docentes más viejas me dijeron: “vos en la escuela, antes de llevarte bien con la directora, tenés que llevarte bien con la preceptora y el portero, porque son los que manejan la escuela y saben todo lo que pasa”. Hemos perdido a los porteros en manos de empresas de limpieza.


Después perdimos, lamentablemente, cargos dentro de la escuela, a partir de la incorporación de programas nacionales y provinciales por los que los docentes trabajan como monotributistas. ¡Bien por el 217 del Estatuto que rige nuestro trabajo: enterrado!


Ahora bien, lo más serio que veo en este proyecto de ley es lo que se refiere a la práctica profesionalizante. Si uno lee los artículos, encuentra que hay mucha ambigüedad en varios de ellos; por ejemplo, en el artículo 64 se dice que los chicos no van a estar expuestos a trabajo informal, pero no se menciona cómo se va a garantizar eso. Ahora, cuando quieren dejar algo en claro, como pasa en el artículo 66, lo dicen claramente; por ejemplo, dicen que los chicos que realicen esa práctica profesionalizante en una empresa o en una planta fabril quedan bajo responsabilidad de los docentes que los llevan. Esto es serio porque abre el negocio de los seguros; ahora no va a haber ni un solo docente que saque a un chico a la puerta de la escuela sin asegurarlo antes, porque a partir de la Ley Federal nosotros respondemos con nuestro patrimonio por cualquier cosa que le pase a un chico. Ya muchos se están frotando las manos al ver que acá aparece un nuevo negocio.


Por último, quiero hacer una pregunta y una recomendación. La pregunta es: ¿quién de ustedes –lamento que no estén los que estaban hace un rato- va a levantar la mano por una ley que “se cocinó” a puertas cerradas y se deslegitimó en la calle?
La Ley de Bosques salió como nadie quería; ahora, les quiero recordar -esa es la recomendación- que los bosques no cortan calles ni toman escuelas.
Muchas gracias. (Aplausos).

Sr. Soria.- Para no hacer más larga la exposición, quiero remarcar solamente algunos conceptos que Patricia aportó.
Quiero resaltar algo que trajo a colación Rodrigo Agrelo, que ahora tiene la posibilidad de hacer, muy suelto de cuerpo, un balance autocrítico de sus posiciones políticas, y que desde el lugar que ocupaba como funcionario público junto a los integrantes de su partido trajeron el desastre para la educación de nuestro país y nuestra provincia. Pero bueno, la democracia le permite eso, venir y rendir un examen autocritico de su gestión. A su vez, esto es muy importante para valorar en los debates que tendremos en las próximas semanas.


Aquellos talleres que se realizaron en el año ’95 no sólo se cerraron sin consenso, sino con represión, en los días de diciembre, a manos de la policía dirigida por el Gobernador Mestre y por Aguad Ministro de Gobierno en ese momento, que derivó en estudiantes detenidos y en el enfrentamiento físico con gran parte de la comunidad educativa que se oponía a la medida que se estaba tomando, en el marco de la aplicación de la Ley Federal de Educación.


Como preguntaba Patricia, yo también pregunto: ¿quiénes van a levantar la mano para aprobar esta ley?, ¿quiénes van a levantarla en el marco de un enfrentamiento total con amplios sectores de la comunidad educativa que se vienen expresando desde hace dos o tres meses en un conflicto abierto por la negativa y tozudez de un Gobierno al apurar el tratamiento y la aprobación de una ley, así sea diciembre, y así la comunidad educativa esté enfrentada a este proyecto?


Me parece que no sirve arrepentirse 15 años después. La responsabilidad de quienes están en los cargos de legisladores es tomar esta cuestión como se debe, no tratar este proyecto, ni mucho menos pretender aprobarlo en el mes de diciembre, sino postergar todo lo necesario el debate dando por terminado el proceso de elaboración de este anteproyecto que, como pudimos ver, no cambió en nada desde su situación de anteproyecto a proyecto de ley, con pocas o casi ninguna modificación, lo que da cuenta de la voluntad del Gobierno por escuchar a la comunidad educativa en lo que dijo en la jornada del 28 de julio. Terminar con eso y abrir, de verdad, un debate democrático para discutir qué debe ser modificado y qué sostenido de la Ley 8113.


De no ser así, el próximo 15 de diciembre no sólo nos veremos enfrentados a una situación muy riesgosa para la comunidad educativa, cuando la mayoría de la Legislatura decida tratar y aprobar este proyecto, sino que nos veremos ante la misma situación que se vio con la aplicación de la Ley Federal de Educación, una ley que, en su momento, tenía el consenso de la CTERA; sin embargo, en lugares como Capital Federal o provincias como Neuquén no pudo aplicarse, y en el caso de Córdoba –como ya mencionamos- fue aplicada con una resistencia feroz de la comunidad, con resultados que podemos ver en la situación de la educación de hoy en día.
Lo que se prepara con la aprobación de esta ley es una resistencia masiva y permanente de toda la comunidad educativa contra todo lo que esta ley significa en términos de aplicación: convenios por pasantías, educación religiosa en las escuelas y de todos los aspectos que han sido ampliamente cuestionados. Me parece que de nada sirve para el futuro de la educación intentar imponer un proyecto de ley con semejante nivel de cuestionamiento.


Por todo ello, necesitamos arbitrar los medios para habilitar una discusión democrática entre los actores de la comunidad educativa que han estado ausentes en este debate e incorporar todo lo que se ha venido planteando, habilitando todos los debates. Desde ya que el Gobierno podrá seguir sosteniendo y acordar ahora el anteproyecto de ley, pero me parece que la comunidad educativa tiene mucho que decir al respecto porque está en discusión la educación por los próximos 20 o 30 años, como ha ocurrido con la ley en vigencia, que ya lleva 20 años, por lo que es de esperar que este proyecto de ley tenga un debate mucho más amplio para que, por lo menos, tenga el mismo plazo de vigencia.


Quería llamar a la cordura y a la responsabilidad porque la jornada que nos espera el 15 de diciembre, si es que se llega a pretender aprobar este proyecto, puede quedar marcada en la historia negra de nuestra Provincia, como tantas otras en las cuales nuestros representantes no han sabido escuchar la voluntad de la ciudadanía organizada, que democráticamente trata de dar su opinión y elegir su destino.


Nada más. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación convocamos a Erica Frontera, presidenta del centro de estudiantes del Colegio Roca.

Sra. Frontera.- En primer lugar, quería solicitarle a la señora presidenta que, como hay muchas personas que están esperando el turno desde esta mañana, por favor, respetemos los 10 minutos que se nos permiten hacer uso de la palabra.
También me parece una falta de respeto hacia nosotros y hacia ustedes que no estén los otros legisladores que tendrían que estar presentes, porque así como ustedes nos han escuchado, a nosotros nos gusta hablarles a todos.
Durante el día hemos escuchado muchas opiniones y, en particular, me gustaría contestarle a una señora que hizo uso de la palabra pero que ya no se encuentra presente. Esa señora, de la cuál no sé su nombre, dijo que el que no tenía fe en Dios estaba desprotegido. Yo no es que no tenga fe en Dios sino que no creo en la Iglesia y no por eso tengo que pensar que estoy desprotegida. Cada uno cree en lo que quiere y piensa lo que quiere.
He visto que hay mucha gente que vino e hizo referencia a los derechos de los padres. Todos sabemos que los padres tienen derechos, pero también los alumnos y sus hijos tienen derechos. (Aplausos). Si mi mamá es católica y quiere que yo vaya a catequesis, si no quiero ir no lo voy a hacer porque tomo mi propia decisión.
Por otro lado, entiendo que no hace falta ser experto ni licenciado en educación para venir a discutir una ley de educación, cada uno puede involucrarse si tiene ganas.
En realidad, como presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio técnico al que asisto estuvimos haciendo varias reuniones y luego un compañero del Cassaffousth va a hablar bien puntual de los colegios técnicos. Pero, en realidad nosotros, con el aporte de muchos chicos del colegio, hicimos un cuento corto -para adecuarnos a los 10 minutos- que me gustaría escucharan.
“Durante muchos años –inclusive este–, algunos políticos han hablado y protestado que los jóvenes eran lo más importante, que ellos eran los pilares fundamentales para esta sociedad, que hacía tiempo esta juventud estaba dormida, pero había que despertarla, que su principal meta era fomentar la participación. Pero llegó un día donde esos políticos asumieron los respectivos cargos, y asumieron gracias al voto de la gente, de la juventud y, por supuesto, de sus discursos empleados. Ese día festejaron y así agradecieron a todas las personas que los votaron prometiéndoles las mismas cosas que les habían prometido antes, sólo que esta vez utilizaron otro modo verbal, pasando del ‘vamos a hacer’ al ‘tendríamos que hacer’.


Fue pasando el tiempo y estas promesas no se cumplían; entonces, pasaron del ‘tendríamos que hacer’ al ‘podríamos llegar a hacer’. Así, fueron pasando los días y la juventud que estaba dormida despertó y empezó a luchar por sus derechos porque se dio cuenta de que, sin su participación, las cosas no iban a cambiar. Enviaron notas, cartas, mails, comunicados, y como resultado obtuvieron “nada” –promesas, mejor dicho–; fueron a reuniones que duraban entre siete y ocho horas, ¿y qué obtuvieron como resultado? Nada –promesas, mejor dicho–; hicieron marchas a las que fueron cientos de jóvenes y como resultado obtuvieron “nada” –promesas, mejor dicho–; tomaron colegios y como resultado obtuvieron “nada” –mejor dicho, promesas.


Pero algo cambió en esa instancia: como estaba en juego su prestigio, entonces hicieron promesas, pero esta vez más creíbles. Sin embargo, los hechos demostraron lo contrario. El

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PARTE 7 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:33 PM

Pero algo cambió en esa instancia: como estaba en juego su prestigio, entonces hicieron promesas, pero esta vez más creíbles. Sin embargo, los hechos demostraron lo contrario. El discurso nos decía: “queremos su participación”, y la Ley de Educación, apoyada por ellos, no reconoce a los centros de estudiantes como un órgano democrático que los representa; el discurso decía: “a los jóvenes hay que escucharlos” y, mientras los jóvenes dicen: “educación laica” la ley apoyada por ellos establece la religión opcional en los colegios; sus discursos dicen que los jóvenes debemos crecer no sólo en lo intelectual sino también como personas, en tanto que la Ley de Educación que apoyan reduce las horas de Historia y Geografía, permitiendo que las empresas intervengan –si así lo consideran conveniente– en nuestro currículum.


Sus discursos dicen, en fin, que debemos defender nuestros derechos. Ahora que lo hacemos, ¿por qué no nos apoyan?”


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Olivero.- A continuación, hará uso de la palabra la señora Mariana Romero.

Sra. Romero.- Los títulos que ostento con más orgullo son el de ciudadana y madre de un estudiante del nivel medio del Instituto Córdoba. No tengo práctica en esto de hablar en la Legislatura ya que me es un ámbito muy ajeno; no he conocido un edificio menos público y menos popular que este; de hecho, para llegar hasta aquí tuvimos que saltar vallas, sortear policías, luego de permanecer días enteros bajo el sol, ninguneados y vapuleados.


Lo único que queríamos hacer era participar en esta Audiencia Pública, y perseveramos en esto porque algunos compañeros nos alentaron, ya que esto es tan desgastante que uno corre el riesgo de quedarse en el camino.


Un buen día, estaba tomando mate en la cocina de mi casa y, de repente, mi hijo me dijo: “mamá, tomamos el colegio”. “¿Echaron a algún compañero?”, le pregunté. “No, mamá, es por la Ley de Educación; no fuimos consultados”, me respondió. Entonces, empezaron los reclamos y los chicos comenzaron a expresarse.


Entonces, dije: “¡Eureka! ¡Loado sea San Freyre! Los chicos piensan, analizan, tienen pensamiento crítico, criterio propio, algo que habría que hacérselo notar al señor Ministro Grahovac, que creo es fiel seguidor de Les Luthiers y piensa que los chicos son seres pensantes, casi podríamos decir seres humanos.


Entonces, en mi casa, anoche, después de haber analizado el proyecto de reforma de la ley durante días y días, gracias a estos chicos que son los que nos han abierto los ojos, hice este escrito. Aclaro que formo parte de la Coordinadora de Padres y Madres en Defensa de la Educación Pública, Laica, Gratuita y de Calidad.


Dice mi escrito: estamos convencidos de que este proyecto de ley no debe ser tratado sino que debe ser reelaborado completamente, porque desde el origen el proyecto es espurio ya que fue gestado de una manera antidemocrática y arbitraria, sin la plena participación de la comunidad educativa, y responde a los intereses del sector empresarial y a las corporaciones.


Aclaramos que los autores, los padres de la criatura, son el Consejo Provincial de Políticas Educativas, creado por Juan Schiaretti y el antes dirigente sindical y ahora Ministro Walter Grahovac, integrado desde el sector público por las universidades públicas, representantes de los Poderes Judicial y Legislativo y el Ministerio de Ciencia y Tecnología; desde el sector privado por universidades privadas, asociaciones patronales e institutos privados, el Consejo Católico para la Educación de Córdoba y las Fundaciones Arcor y Minetti; y desde el sector gremial por UEPC, SADOP, ADEME, AMET y UDA, quienes se limitaron a legitimar los intereses ajenos a las necesidades de la escuela pública.


Es una pena haber tenido que sortear tantos escollos para llegar acá, a las nueve y media de la noche, y que haya tres legisladores escuchándonos. (Aplausos).


También estamos convencidos que este proyecto no debe ser tratado porque se legaliza la injerencia de las empresas privadas en el diseño curricular, o sea que se subordinan los fines de la educación a sus necesidades empresariales y las habilita para emplear mano de obra barata precarizada mediante pasantías que –abrimos comillas- “voluntariamente” –cerramos comillas- realizarán los alumnos. Está claro que existen presiones y necesidades que los empresarios sabrán aprovechar.


En el escrito incluyo los artículos de dónde extraigo cada una de estas cosas, pero no los voy a leer porque ustedes ya los conocen –creo.


Se pone en riesgo también la estabilidad laboral de los docentes y sus condiciones de trabajo al proponer la reforma del Estatuto del Docente. Se pierde el carácter laico de la educación pública al permitirse la enseñanza religiosa en las escuelas; la Iglesia Católica, principal impulsora y beneficiara de este medida, logra además que sus institutos conserven el privilegio de ser subsidiados por el Estado.


Respecto a esto, quiero hacer referencia a una expresión del doctor Agrelo: “permitamos que las personas que quieren aprender religión puedan hacerlo”. Le digo al señor Agrelo y a todos ustedes que si así no fuera sería la primera en estar en la calle manifestando para que pudiera hacerse; quizás lo que no entiende el señor Agrelo y otros -que son los que confeccionaron este proyecto de ley-, es que hay ámbitos para aprender religión, ámbitos hermosos que tienen la iglesia católica, la judía, etcétera, entonces, no es que no se les permite a las personas aprenderla.


Esto me hace reflexionar que en una de estas marchas de la Coordinadora Interestudiantil -padres, docentes y estudiantes-, de cinco, seis o siete mil personas, que fueron completamente obviadas por la prensa, por los legisladores y por el Gobierno, sobre todo. Una vez vi a un chiquito que tenía un cartel que decía: “no vengas a mi escuela a rezar, yo no voy a tu iglesia a pensar”. (Aplausos).


Además, legitima las cooperadoras escolares –estas son cosas serias- como centro de recaudación y financiamiento de las escuelas en reemplazo de las obligaciones del Estado, acentuando la “inequidad” ya existente –dije inequidad, ni siquiera igualdad-, lo que es terrible y obsceno.


Por otra parte, considero que el 30 por ciento propuesto para el presupuesto es insuficiente para resolver los problemas del presupuesto educativo. Además, agrego a lo expresado la falta de personal y de mantenimiento de los edificios escolares, los salarios por debajo de la canasta familiar, la precarización laboral al aumentar las horas de trabajo de los docentes, la errática política de inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales y el consiguiente debilitamiento de la modalidad de enseñanza especial. Por último, la reducción de horas cátedras en materias artísticas, ciencias sociales y toda disciplina que enseñe al sujeto a pensar y situarse en su contexto histórico y social. Esto último se borra de un plumazo, señores.


Que quede claro que la pseudo consulta realizada solo a los docentes para opinar sobre este proyecto fue una verdadera falta de respeto al legítimo derecho a decidir de la sociedad, en general, y de la comunidad educativa, en particular.


Señores legisladores, creo que ustedes tienen que escuchar este reclamo que surge con una voz atronadora desde el seno de la sociedad, y les pido que no agreguen una muestra más a la larga lista de desilusiones a las que nos tienen acostumbrados.


Por último, no creo que nosotros tengamos que agradecer estar sentados aquí expresándonos, más bien creo que son ustedes los que deberían estar agradecidos, porque gracias a esta Audiencia Pública, creada entre gallos y medianoche, porque vieron que la cosa venía bastante complicada tratando de legitimar esta ley inconsulta, ustedes pueden escuchar a una pequeñísima parte de la sociedad que fue completamente ignorada.


Hasta luego. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos ahora a Alejandra Domínguez y María Teresa Bossio de la Escuela de Trabajo Social.

Sra. Bossio.- Buenas noches.


Soy docente de la Escuela de Trabajo Social e integrante de la organización católica por el derecho a decidir.

Sra. Domínguez.- Yo también soy docente de la escuela de Trabajo Social, además, estoy coordinando el programa del género en el Rectorado, y soy integrante de una organización no gubernamental, que es el servicio a la acción popular.

Sra. Bossio.- Como primera opinión que nosotras damos, como integrante de la Escuela y de otros espacios, es que estamos de acuerdo con muchas organizaciones y personas que escriben que la educación debe ser laica y gratuita. O sea que la inclusión de la educación religiosa en las escuelas públicas nos parece que no es conveniente, no estamos de acuerdo, porque hay ámbitos de formación religiosa en las parroquias y también en las escuelas confesionales. Entonces, el espacio público de educación tiene que ser laico.


Por otro lado, queremos hacer aportes bastante concretos y específicos a dos incisos de la ley referidos a los fines de la educación. El inciso j) que expresa: “brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad responsable”; y el k) “brindar una información que promueva el derecho a la vida y su preservación”.


Yo voy a hablar con respecto al inciso j) y mi compañera con respecto al k).


El inciso j) del anteproyecto está en consonancia con lo que plantea la Ley Nacional de Educación y la Ley Nacional de Educación Sexual Integral. Pero proponemos que se profundice no solamente planteándolo en los fines de la educación sino también incorporándolo en el artículo 22, que se refiere a los lineamientos pedagógicos generales, como así también en los artículos 28, 35 y 39, que plantean los objetivos de cada nivel del sistema educativo.


Si bien en esos objetivos se menciona, por ejemplo, la atención al medio ambiente y su cuidado, la formación de actitudes de participación y convivencia, la práctica democrática, la educación para la salud y la educación física, se omite poner como objetivo la enseñanza de una educación sexual integral. Nos parece importante que en cada nivel, inicial, primario, secundario, y también en el de formación docente esté presente, como así también en la educación especial. En ese punto tiene que aparecer la educación sexual integral en el ámbito de la educación especial, donde no hay mención, siendo significativos –y todos conocemos- los casos de abuso a personas discapacitadas. Debemos reconocer las dificultades que tenemos, como sociedad y también por parte de las comunidades educativas, para reconocer a las personas con discapacidad como seres sexuados. Siempre los vemos como eternos niños asexuados que no ejercen, no desarrollan ni tienen identidad en ese aspecto.


Esto es importante porque existen datos a nivel provincial y nacional que avalan la necesidad de que estos contenidos sean trabajados en todo el sistema educativo; por un lado, debido al aumento de los embarazos no deseados en adolescentes. Según la última estadística oficial del 2005, 64 chicas de cada mil, entre 15 y 19 años, fueron madres. Es decir, cada cinco minutos una adolescente da a luz en nuestro territorio nacional.


Por otro lado, se observa la escasa protección utilizada, con el consabido riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual; el aumento de la violencia contra las mujeres y los casos de abuso y pedofilia; el aumento de la mortalidad materna; y la discriminación que las personas ejercen sobre otras con diferentes orientaciones sexuales e identidades de género. Estos son algunos de los aspectos sustantivos que dan cuenta de la urgencia que merece abordar estos contenidos en todo el sistema educativo.


Además, la sexualidad fue concebida como un tabú referido a la vida privada de las personas. Hace décadas que dejó de pensarse de esa manera, tanto desde el campo de los Derechos Humanos como de las prácticas sociales.


La sexualidad involucra al sujeto en toda su dimensión cotidiana y en sus vínculos con los otros. El ejercicio de nuestra sexualidad transversaliza nuestra manera de ver el mundo, nos posiciona como sujetos con capacidad de decidir en la construcción de vínculos positivos y nos brinda el placer de gozar con los encuentros y la relación con los otros, en el marco del respeto y reconocimiento por la diferencia y la diversidad.

Sra. Domínguez.- Quería realizar un aporte respecto del inciso k), que se refiere a brindar una formación que promueva el derecho a la vida y su preservación.


Al respecto, queremos decir que sólo mencionar el derecho a la protección de la vida y su preservación es restrictivo, ya que enfatiza la promoción de un solo derecho, el de la vida, dejando en un segundo plano a todos los Derechos Humanos.


Vale la pena destacar que ni los tratados internacionales ni la Constitución establecen jerarquías en términos de derechos.


Por ello, creemos que este inciso debería reformularse y les sugerimos que diga: “Brindar una formación que promueva los derechos humanos y su preservación…”, incluyendo en la concepción de derechos humanos la protección del derecho a la vida pero también la protección a todos los derechos.


El cambio de la formulación de “derecho a la vida” por “derechos humanos” es más atinado y pertinente, a nuestro entender, en función de cómo están estructurados tanto nuestra Constitución provincial como los Tratados Internacionales.


Por otro lado, la Ley 26.206, en su artículo 3°, dice que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para constituir una sociedad justa; reafirma la soberanía y la identidad nacional; profundiza el ejercicio de la ciudadanía democrática y promueve respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico de la Nación.


En este marco, la Ley 26.150, en su artículo 2°, habla de la necesidad de crear el Programa Nacional de Educación Sexual Integral en el ámbito del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, con la finalidad de cumplir en los establecimientos educativos referidos en el artículo 1°, las disposiciones específicas de la ley que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, de la ley que tiene que ver con la ratificación de la Convención por los Derechos del Niño, de la ley que hace a la ratificación de la Convención, sobre todo la eliminación de toda forma de discriminación de la mujer, que cuenta con rango constitucional y de la ley de Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes y las leyes generales de educación.


En todas las leyes mencionadas, la promoción de los derechos se da de una manera integral e igual, en el marco de los derechos humanos, no ponderando un derecho por sobre otros. Además, recuperan los acuerdos y las Convenciones Internacionales, las normativas nacionales referidas a los derechos y a la protección de los niños, niñas y adolescentes.


Es por ello que sostenemos la necesidad de no establecer jerarquías ni valores e introducir la defensa irrestricta de todos los derechos humanos y no de un solo derecho en particular que, si bien es importante, reduce al derecho a la vida.


Consideramos imprescindible, y nos sumamos a otros pedidos formulados por quienes nos han precedido, la necesidad de dar un proceso de análisis, de reflexión y de debate que la sociedad está reclamando, que fuera iniciado por los estudiantes, junto con los docentes y los padres de hijos que estudian en escuelas públicas. Hemos tenido muy escasas posibilidades de discutir el proyecto de ley y de poder realizar aportes. Pero no porque hayamos estado distraídos sino porque los espacios han sido limitados y reducidos.


Es por ello que nos atrevemos a invitarlos para que, como adultos y educandos en muchos casos, nos pongamos a la altura de las circunstancias y demostremos que somos sujetos de aprendizaje y que hemos aprendido en estos últimos meses la lección de posibilitar un mayor ejercicio de derechos y un mayor ejercicio de Justicia y un mayor ejercicio de democracia. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a la señorita Camila Missana, del Centro de Estudiantes.

Sra. Missana.- Vengo con un compañero.

Sra. Presidenta (Feraudo).- ¿Su nombre es Joaquín Ponce?

Sr. Ponce.- Así es.

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por la presencia de ustedes.

Sr. Ponce.- Soy Joaquín Ponce, representante del Centro de Estudiantes del Colegio San José, secundario.


No vamos a hacer un desarrollo y sentar la posición que tenemos con respecto al contenido del anteproyecto porque creemos que diez minutos son totalmente escasos e insuficientes como para que una persona pueda desarrollar clara y ampliamente una posición respecto de algo.


Fundamentalmente, queremos objetar dos aspectos. Primero, la participación que entendemos como insuficiente, limitada, excluyente y no vinculante, ya que a partir del 28 de julio del presente año la pseudo consulta que hizo el Gobierno a los colegios sobre propuestas al anteproyecto de Ley de Educación Provincial, fue completamente insuficiente ya que nos permitían sólo cuatro horas de debate en tan solo un día, sumadas a la exigencia de completar un pequeño espacio, con un sí o no, por las modificaciones que proponíamos.


El segundo punto, fue una consulta limitada, excluyente y no vinculante, ya que no todos los colegios de la Provincia de Córdoba participaron de dicho debate, y pocos de los que lo hicieron fueron los alumnos. Fue una participación muy reducida y excluyente.


Sumado a esto, fueron escasas las herramientas que el Gobierno brindó para el debate del anteproyecto, ya que ni siquiera asumieron la responsabilidad de entregar a cada colegio de la Provincia el documento. Además, era necesario para una discusión profunda y con argumento, analizar la Ley 8113, de Educación Provincial vigente; la Ley 26.206, nacional de Educación, y las Constituciones, nacional y provincial, como lo planteó Delia Provinciali cuando se acercó al colegio a darnos una exposición.


Repudiamos también estos escasos diez minutos que la Legislatura nos ofrece, con el supuesto carácter de Audiencia Pública, siendo que es a puertas cerradas, y no cualquier ciudadano puede participar, según lo establece el Reglamento. En diez minutos no podemos expresar amplia y claramente la posición respecto al contenido del anteproyecto, por lo que los mecanismos de participación, evidentemente, siguen siendo restringidos e insuficientes. Eso nos lleva a cuestionar sobre el apuro que tiene el Poder Ejecutivo para que este anteproyecto se apruebe. No logramos entender por qué tienen tanto apuro para aprobar este anteproyecto, sumado a lo antidemocrático que resulta.


En segunda instancia, manifestamos nuestra oposición a los métodos de representación ya que desde la elaboración de ese antidemocrático anteproyecto los estudiantes, profesores y padres, no estuvimos representados en el Consejo Provincial de Políticas Educativas.


Tenemos la ineludible necesidad de ser partícipes en la elaboración de una propuesta de Ley de Educación por el determinante hecho de que nosotros somos los actores cotidianos de la educación; no son las empresas ni tampoco la Iglesia.


Para concluir, recalcamos la unión y fuerza que tiene el movimiento estudiantil, formado activamente con este conflicto educativo, que si no hubiera sido por las diferentes medidas de fuerza que escogimos para dar nuestra lucha, como fueron las tomas, las reiteradas movilizaciones e intervenciones, junta de firmas, estar horas y horas bajo el sol, lluvia, venir y discutir, entre comillas, en Audiencias Públicas, el diálogo que se nos ofrece con los gobernantes, no se hubiese dado. Entonces, estos logros no son por la voluntad democrática de los gobernantes.


Si no hubiera sido por las diferentes medidas de fuerza que escogimos para dar nuestra lucha, no se nos hubiera escuchado, como frecuentemente pasa. Por eso mismo les rogamos que revisen sus voluntades democráticas a la hora de decidir cuestiones cruciales, como lo es la educación.


Debo agregar que si esta educación define a los ciudadanos que quiere el día de mañana, nos vamos a resistir férreamente a esos ciudadanos que pretende la próxima ley de educación. Nosotros queremos ser ciudadanos libres, pensantes, activos, creativos, y entendemos que este anteproyecto de ley tiene pensado un esquema de ciudadanos que no es a lo que aspiramos.


Para finalizar mi intervención, humildemente quiero recordarles que el año que viene nosotros participamos de las votaciones.


Nada más. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Gracias por su colaboración.


Tiene la palabra Camila Misana.

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Sra. Misana.- Buenas noches.


Primero, quiero aclararles que la nariz de payaso que uso esta noche no busca faltarles el respeto, lo que pasa es que prefiero tomar esta cuestión con una cara feliz, porque si no voy a llorar con lo que está pasando.


En respuesta a lo que muchas personas dijeron hoy y que se retiraron sin escuchar otras voces –a pesar de que dijeron que las iban a escuchar-, quiero aclarar que la espiritualidad de las personas va más allá de si esa fe se enseña en los establecimientos escolares o no.


Yo, por ejemplo, soy budista, y mis padres ateos. Obviamente, en mi colegio no me enseñan la religión budista -en realidad, no es una religión sino una forma de vida- y aún así puedo practicarla; aún no existiendo un templo en Córdoba, aún no existiendo colegios budistas, y aún no teniendo esa enseñanza en mi casa, puedo hacerlo. Va más allá de las posibilidades que se pueden brindar en un colegio, no para estudiar, porque si existen fe y ganas de aprender una forma de vida, se lo puede hacer sin tener un espacio en un colegio. Además, existen otras instituciones para también enseñan religión –por ejemplo, la Iglesia en el caso de los católicos.


Muchas veces los jóvenes fuimos criticados por supuestas actitudes individualistas, egoístas e inmaduras, fuimos violentados durante la lucha mientras intentábamos defender nuestros derechos.


¿Ahora qué pueden decir? Estamos queriendo participar y mejorar nuestra educación.


Nosotros no somos el futuro sino el presente, y nos paramos ahora por un anteproyecto de ley antidemocrático que beneficia a un grupo elitista de la sociedad, que fue elaborado a nuestras espaldas.


Hoy, les decimos que no queremos únicamente opinar –como nos están haciendo hacer en estos escasos 10 minutos- sino también que dejen de “ningunearnos” y que sean capaces de reconocer que estamos capacitados como para sentarlos a debatir con ustedes.


Queremos construir la educación, base de la sociedad; queremos ser partícipes y dejar de estar enajenados en este estilo de cosas, como son las discusiones que se generan acá –o que deberían generarse, porque ésta no es una discusión.


Es vergonzoso ver que se está planteando la posibilidad –ingenua posibilidad, porque, en realidad, el proceso y el proyecto ya están “en el horno”- de que la enseñanza se destruya así, que no se piense como la construcción de adolescentes pensantes y críticos sino como mano de obra barata que encaje perfectamente en el engranaje productivo actual.


No bajamos los brazos, no le tememos a la derrota. Nos preocupamos por lo que se viene, más allá de nosotros mismos.


Todas estas convicciones hacen que hoy, a pesar de haber obtenido respuestas nulas o muy pobres, sigamos con los brazos bien altos luchando sin dejar que nos pasen por encima.


Como todo buen discurso, éste tendría que abrirse, desarrollarse y llegar a una conclusión. Yo no quiero llegar a una conclusión; quiero que sean ustedes quienes lo hagan. Deseo hacerles la invitación para que se sienten un día con nosotros a discutir a fondo qué significa la educación hoy. No parece que la intención de esta ley sea formar personas críticas y pensantes, que puedan desarrollar sus propias ideas, sino manipularlas y que así sean favorables al Estado en el que conviven; que estén enajenadas, que sean maleables y que puedan encajar en un estilo de sociedad que están queriendo imponernos. A todo eso, nosotros le decimos no.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por el aporte realizado.


Tiene la palabra la docente Alicia Couzo.

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Sra. Couzo.- Vengo en nombre de la fundación Rosario Vera Peñaloza de la cual soy presidenta, siendo su vicepresidenta la doctora Norma Hayes, aquí presente.


Estoy emocionada porque me pareció una jornada llena de vida. Esta Audiencia ha causado el impacto que estos jóvenes buscaban.


Se ve que hubo un hecho que marcó un antes y un después. Antes de la toma de los colegios no existía la discusión de la Ley de Educación; luego de ese suceso los jóvenes comenzaron a tener protagonismo y a darse cuenta de que podían hacer muchas cosas. En ese protagonismo le encuentran un sentido a su vida que es trascendente porque se sienten parte de algo novedoso, algo que podían protagonizar ellos mismos, consiguiendo llamar la atención hasta a sus padres, arrastrando e involucrándolos en esto.


Hay profesores que felizmente han interpretado la coyuntura ideal para poder desarrollar algo tan trascendente como es la discusión de la Ley de Educación.
Una propuesta que tengo volcada dentro del texto que voy a dejar en la mesa, puntualmente, se trata de la inversión en efectivo, dentro de un Presupuesto, en aquellos docentes que quieran y sientan que pueden ser los protagonistas de una verdadera transformación educativa, para que se conviertan en verdaderos líderes. Acá han venido padres, docentes e inclusive un hombre de la política, a quienes esto, sin lugar a dudas, los ha animado, porque se les ha dado valor a los protagonistas de esta gran “movida” –por no decir otra cosa.


Quiero dejar en claro que una de las propuestas concretas es que el Estado capacite, instruya a todos aquellos que se sienten en condiciones de ser los protagonistas, los verdaderos líderes de la transformación que debe provocar la ley que se está tratando. Esto en primer término.


En segundo término, hay conceptos que tenemos que tener en claro. Estuvo muy bien la joven artista que desde el primer momento planteó que lo primero es saber qué sociedad queremos; sabemos que ésta no nos gusta, hay cosas que definitivamente no nos gustan. Pero ahora hemos visto la punta del iceberg con estos jóvenes que son críticos –¿quién dijo que no lo eran?- y que, evidentemente, tienen una formación; entonces, si dentro de esta ley se detienen para conformar un equipo de gente capacitada, los “couching” –por decirlo en términos modernos-, los líderes, los animadores tienen que existir para conducir esta transformación dentro del aula, dentro del colegio. No se trata de un gabinete psicopedagógico que debe sostenerse aparte de esto, sino que debe existir un presupuesto para estos líderes, para esta gente que va a llevar adelante la transformación.


Para hablar del siguiente punto le voy a ceder la palabra a la doctora Norma Hayes, porque tiene que ver con la expresión de la cultura y de las artes, en lo que ella ha trabajado mucho más que yo.

Sra. Hayes.- Nosotros hemos traído la ponencia por escrito, con las sugerencias, por lo cual sólo voy a leer tres, que son las que más nos interesan -hemos hecho otras observaciones a la ley.


En la parte “Estructura del Sistema Educativo”, en lo referido a educación inicial, el artículo 27 dice: “La educación inicial corresponde a los niños comprendidos en el período que se extiende desde los 45 días a los 5 años”; en el texto del artículo no queda claro el alcance de la cobertura por parte del Estado a este período no obligatorio, es decir, hasta los 3 años. Por eso, proponemos que el Estado se haga cargo de la cobertura para sostener la educación en este período, incluida la alimentación, aunque sea con presupuestos de otros ministerios –la ley prevé acciones en conjunto con otros ministerios.


¿Por qué incluir la alimentación? Porque es la base fundamental para que en esos tres primeros años de vida, donde se produce el desarrollo cerebral, no se produzcan en el niño obstáculos o discapacidades irreversibles que entorpecerían gravemente su futura educación.


En este tema, también remarcamos la necesidad de contar con docentes capacitados y, sobre todo, con especialistas en estimulación temprana, de modo que se puedan realizar totalmente los objetivos enunciados en el artículo 28, incisos c), e) y f).


Con referencia a lo dispuesto en el artículo 27, dando prioridad a zonas de vulnerabilidad social, es de esperar que se tomen los recaudos necesarios para que esta disposición no se aplique discrecionalmente, convirtiéndose en un instrumento político partidario.


Hicimos otras sugerencias con respecto a que en toda la ley se habla de educación física y pedimos que se incluya expresamente el tema deportes, por cuanto promueve a la socialización de los alumnos, jóvenes y niños. También, que el Estado incluya ayuda financiera a deportistas destacados, especialmente a los que se promuevan para competencias nacionales e internacionales. Se han dado casos de deportistas cordobeses que estuvieron convocados para participar en competencias internacionales y no pudieron viajar porque ni siquiera tenían para el pasaje; no digo que les paguen todo, pero sí ayudar al esfuerzo que también proviene de la institución a la cual concurre a hacer deporte.


Queremos ser más contundentes en cuanto al tema de la educación artística. Si bien en los artículos 74 y 75 se dispone que se garantizará una educación artística de calidad a todos los alumnos del sistema educativo, tenemos entendido –y también lo escuchamos aquí- que se redujo la carga horaria de esta rama, lo que se podría interpretar como una falta de valorización en su justa medida de la importancia de una educación cultural integral, en especial la educación artística, por lo cual sugerimos que se revise esta disposición.


En otra parte de nuestro escrito decimos que siempre, en toda ley, se producen lagunas; entonces, a raíz de eso, pedimos que si la ley sale así, que en la reglamentación se tengan en cuenta estas sugerencias.


Estos aportes referidos a la educación artística se fundamentan en el hecho de que una personalidad integrada requiere el estímulo y desarrollo de las capacidades creativas y sociales de la persona, que son tan importantes para la comunidad como los contenidos teóricos de los programas educativos. Para esto, tomamos como fundamento el programa de la UNESCO “Educación para Todos” y los lineamientos de la Organización de Estados Iberoamericanos referidos especialmente a la educación artística, que consideran que la educación artística es un instrumento imprescindible para la entrega de una educación de calidad para todos y se constituye como un medio único en su género para propiciar la realización personal de los individuos, la cohesión social y la reflexión crítica.
Uno de los jóvenes que habló anteriormente lo puntualizó muy bien y estamos totalmente de acuerdo con eso: la educación artística educa la otra parte, la inteligencia emocional y creativa y eso también integra a la persona porque si no sería solamente un reservorio de información, sin utilidad para la vida.


Por último, ponderamos la incorporación de nuevas tecnologías al proceso educativo. Me voy a permitir leer un texto breve de la doctora Giráldez, consultora de la OEI especialmente para las nuevas tecnologías, que dice: “El mero uso de las tecnologías puede producir un cambio radical en la enseñanza y el aprendizaje, desarrollando el pensamiento crítico, autocontrol, y la solución creativa de los problemas. Si las tecnologías se usan de manera tradicional, simplemente para realizar actividades y prácticas que poco tienen que ver con la innovación y el cambio educativo y sin tener en cuenta los postulados de las teorías del aprendizaje, podemos caer en el mito de la revolución tecnológica”. Entonces, estaríamos -como tantas veces vimos a lo largo de la historia- en un gatopardismo, es decir, cambiamos muchas cosas para que nada cambie.
Ya que el Estado está haciendo este esfuerzo para un cambio educativo, incluso económico que implica proveer de computadoras a los niños, para que no se desaproveche consideramos que los docentes tienen que estar muy capacitados y hay muchas fuentes a donde recurrir para obtener la capacitación.
Muchas gracias.

Sra. Couzo.- Si me permiten un último aporte, es en relación a lo importante que debe ser que dentro de la misma ley se imprima el sentido mismo que tiene de trascendencia la educación para nosotros, es decir, está relacionado directamente con la logosofía que es lo que le da el sentido de trascendencia a la vida.
Entonces, cuando se habla de la obligatoriedad de enseñar las Constituciones nacional y provincial, también se debe señalar que debe enseñarse obligatoriamente las materias moral, ética, y de todas las religiones; es decir, si una niña es budista y hay un grupo para estudiar Budismo que se enseñe Budismo; a quienes sean mahometanos que se les enseñe su religión, a quienes sean evangélicos que sean evangélicos y a quienes sean católicos que sean católicos, pero que sea obligatorio, y se sabrá conforme la concurrencia de cada uno de los participantes dentro del alumnado anotado. Pero que exista siempre ética o moral porque debe estar dentro de la curricula obligatoria, que se enseñen todas las religiones y la logosofía que es lo que le da el sentido a las cosas que hacemos de la vida y que está dirigida a un sentido de trascendencia hacia el prójimo.
Porque pensaba también que cuando los jóvenes protagonizan toda esta movilización a partir de la toma de los colegios, ellos mismos le encuentran un sentido distinto a la vida al sentirse protagonistas, al sentirse parte, al dejar por fin de ser ninguneados; sus padres, su maestros, la prensa y el Gobierno los escuchan, y así se dan cuenta que son capaces de eso y de muchas cosas más. Démosle la oportunidad dentro del colegio con estos docentes líderes que pueden modificar tantísimas cosas. Esta es la propuesta principal.
Nada más. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por la paciencia y por su colaboración.


A continuación le damos la palabra a la señorita Hernández, del Movimiento Universitario Sur.

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Sra. Hernández.- Cuando comenzó el conflicto en las escuelas con las tomas escuchamos a muchos funcionarios, y lamentablemente a algunos periodistas también, decir que los estudiantes eran profacistas, autoritarios, rebeldes sin causa, que estaban manipulados; muchos desconfiaban que fuera posible que estos alumnos realmente estuvieran preocupados por la educación pública.


Con el paso de los días se hizo evidente que los problemas edilicios en las escuelas existían, que el Estado provincial había estado faltando a su rol como garante de la educación y que estos estudiantes no eran rebeldes sin causa enceguecidos por una especie de exorcismo hormonal, como refería algún matutino cordobés.
Estos estudiantes críticos, conscientes de sus derechos, nos dieron una verdadera clase de ciudadanía y democracia, y consiguieron con organización y movilización, no sólo la inmediata puesta en marcha de las refacciones para sus escuelas sino también abrirnos los ojos e instalar en la agenda pública la discusión de una ley gestada sin participación plena de la comunidad educativa y a espaldas de la sociedad en general.
Se han dado suficientes razones en el día de hoy y ha quedado claro que ni el Gobierno provincial ni esta Legislatura han garantizado el espacio necesario para el debate que merece la ley que va a regir nada más y nada menos que el destino de la educación de la Provincia de Córdoba quizás por los próximos 10 o 20 años.
Como ya muchos dijeron, este es un proyecto de ley difícil de leer, con muchas ambigüedades, contradicciones, omisiones y algunos conceptos inaceptables, la mayoría de los cuales han sido marcados –una y otra vez, con notable precisión– por todos quienes me precedieron en el uso de la palabra; no obstante, me voy a permitir subrayar algunos aspectos.


En primer lugar, en ningún punto se menciona que la educación debe ser laica y, si bien se expresa que deberá ser libre de dogmatismos, en varios artículos se promueve la educación religiosa en el ámbito de las escuelas públicas, y la ley compromete al Estado a brindar oportunidades para la educación que los padres elijan para sus hijos. De ningún modo puede ser así –aun cuando se especifica que es opcional, extracurricular y con financiamiento del Estado– porque se estaría violando la tradición laicista de la educación y del Estado argentino, atentando contra la libertad de culto, que corresponde al ámbito privado, establecida por nuestra Constitución nacional y por los tratados internacionales a los que suscribe nuestro país.


En Argentina, según la Secretaría de Culto de la Nación, hay 2500 cultos inscriptos; entonces, me resulta muy difícil imaginar que una escuela pueda garantizar espacios, horarios y recursos –aulas, pizarrones, etcétera– para garantizar que esto efectivamente se cumpla. A esto hay que sumar que cada religión tiene su propio ámbito, con sus templos específicos, que es donde los padres pueden enviar a sus hijos para que obtengan la formación religiosa que ellos crean conveniente.


Cuando yo tenía 10 años de edad –coincido con lo expresado por una alumna que habló recién– quería hacer la Primera Comunión sólo porque todas mis amiguitas iban a hacerla; entonces, mi papá me dijo: “no, esperá a que tengas 18 años y puedas comprender qué es hacer la Primera Comunión y puedas elegir”. Cuando tuve esa edad, elegí no hacerla. Entonces, me parece que también hay que entender y respetar el derecho de los niños que, según la última ley, son comprendidos como sujetos activos.


Además, no es difícil imaginar que la enseñanza religiosa en las escuelas pueda acarrear consecuencias segregacionistas y discriminatorias. ¿Cómo se sentirá un niño testigo de Jehová que se encuentra solo en un aula, mientras en el aula de enfrente varios de sus compañeros asisten a catequesis? Algo así me sucedía cuando tenía 10 años.


Se expresó en esta Audiencia Pública que “comprender el fenómeno religioso es fundamental para entender la historia de la humanidad”, y me parece perfecto; sería muy bueno, incluso, que los jóvenes pudieran analizar críticamente, por ejemplo, el rol que ha jugado la jerarquía católica durante la última dictadura militar. Pero el fenómeno religioso, como objeto de estudio de la filosofía, la sociología o la historia, nada tiene que ver con lo expresado en el articulado de esta ley.


La escuela pública debe ser laica, no debe haber en ella símbolos religiosos de ninguna índole; se debe promover en sus aulas el respeto a la diversidad de creencias y culturas, y condenar cualquier forma de discriminación.


En segundo término, el artículo 12 refiere que el Estado provincial no suscribirá tratados de libre comercio que impliquen concebir a la educación como un servicio lucrativo o alienten cualquier forma de mercantilización de la educación pública, y reconoce al Estado como garante de la educación. Sin embargo, en ninguna parte se asegura que el Estado garantizará la totalidad del financiamiento. Al mismo tiempo, el articulado está lleno de omisiones, imprecisiones y conceptos que abren las puertas al aporte de privados y terceros, con el consecuente corrimiento del Estado de su responsabilidad exclusiva de financiar la educación con el aporte de los fondos necesarios, y no sólo los “suficientes”, como lo expresa el inciso j) del artículo 3º.


Tampoco deben ocupar el lugar del Estado las cooperadoras, ya que –como se sabe– hoy los recursos de éstas son utilizados para garantizar los insumos básicos, como tizas, borradores, libros de asistencias, tintura y refacciones edilicias varias. Estos recursos se obtienen, principalmente, del cobro de inscripciones, sobreprecios de cuadernos de comunicados –que en el mercado cuestan 2 pesos y se les venden a los chicos por 15 ó 20 pesos– y cuotas regulares que atentan contra la gratuidad de la educación.


El rol del Estado en el sostenimiento de la educación pública, gratuita y de calidad es indelegable y no puede, bajo ningún concepto, reemplazarse o disminuirse por el aporte de privados y terceros, ya que en este sistema no hay inversiones económicas desinteresadas. En la universidad tenemos bastante experiencia al respecto, a partir de la sanción de la Ley de Educación Superior –que heredamos del menemismo–, y todavía investigamos qué les conviene a las empresas y formamos profesionales a la medida de sus necesidades y, lamentablemente, no en función de los intereses de los que sostienen a esta universidad con sus impuestos.


Al mismo tiempo, para evitar que la educación esté al servicio de las empresas privadas, hay que legislar con mayor precisión en torno a las prácticas llamadas pedagógicas productivas. Tienen que quedar claros sus fines, características, plazos y condiciones, así como el seguimiento y la regulación de dichas prácticas de modo que no se pierda su esencia educativa. Desde las leyes de flexibilización laboral a esta parte las pasantías han tenido el objetivo central, aunque encubierto, de proveer mano de obra barata y disciplinada a las empresas que de esta forma ahorran cargas sociales, aportes patronales y capacitación de su personal.


Entendemos, sin embargo, que muchos jóvenes hoy necesitan salir del secundario con una preparación básica para conseguir un trabajo, pero la educación en el trabajo no debe ser crítica y perder de vista el modelo socioeconómico general en el que el estudiante se insertará y la naturaleza de la relación laboral. Para esto es necesario complementar la educación técnico profesional con la educación en el derecho laboral y equipararla con las disciplinas sociales y artísticas que promuevan la creatividad y la actitud reflexiva ante el trabajo.


En este mismo sentido, y por la importancia del Consejo Provincial de Políticas Educativas y del Consejo Provincial de Educación Técnica y Trabajo, según las atribuciones que en este articulado se le asignan, no deberían participar sectores ajenos a la comunidad educativa, como representantes empresariales y de las asociaciones intermedias. Si lo que se quiere vincular es la educación con el modelo socioproductivo, a mi entender, basta con la intervención de los ministros competentes, no es necesaria la participación directa de los empresarios. En cambio, sí es fundamental permitir la participación de estudiantes, a través de los representantes por ellos elegidos, en dichos organismos, pero lamentablemente esto no figura en la ley.


En tercer lugar, y por último, nos parece indispensable reconocer la particularidad de los centros de estudiantes, a diferencia de clubes, cooperadoras u otro tipo de asociaciones. El centro de estudiantes es el espacio democrático a través del cual los estudiantes nos organizamos para defender nuestros derechos como tales. Los docentes, directivos y el propio Ministerio no sólo deben reconocer este derecho sino fomentar la conformación de los centros de estudiantes como una forma de promover la participación ciudadana, el conocimiento y el ejercicio de los derechos y, del mismo modo, garantizar los tiempos y espacios reales que permitan a los estudiantes participar de su gremio, pero sin que esto signifique la intervención en los procesos democráticos de elección de representantes y en la elaboración del estatuto que regle su funcionamiento; eso será potestad exclusiva de los estudiantes.


Finalmente, como estudiantes universitarios entendemos que el problema de la educación media hoy es también el problema de la educación del mañana, pero además creemos que discutir la educación de las próximas décadas es discutir el país que soñamos, la Provincia que queremos construir, es pensar qué clase de ciudadanos queremos formar y para qué.


Muy probablemente en esto de pensar el país que soñamos no coincidamos con algunos legisladores que durante años han gobernado de espaldas del pueblo y al pie de los intereses concentrados de las empresas de acá y de afuera, funcionales al mantenimiento del estatus quo de un sistema económico, social y político basado en la injusticia, la exclusión y la opresión, de lo cual la sanción de la Ley de Bosques es sólo un ejemplo de los más groseros.


Queremos una educación pública, gratuita, laica, integral, de calidad e inclusiva, basada en el respeto y la promoción de la diversidad, la solidaridad y los derechos humanos, que forme ciudadanos activos, sujetos críticos, reflexivos y creativos, protagonistas de su historia y artífices de su propio destino, y sabemos que defender y exigir esa educación es apenas un pedacito de la lucha por una sociedad más justa, por un país sin hambre, de mujeres y hombres dignos y libres. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por tu presencia y colaboración.


Convocamos a Ignacio Heredia, del IPEM 270. Gracias por tu presencia.

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Sr. Heredia.- Buenas noches, tenía programado decir buenos días, buenas tardes, pero es buenas noches. Soy del IPEM 270, ex Liceo de Señoritas General Manuel Belgrano.


En primer lugar, quiero agradecerles que estén todavía acá y agradecer principalmente a los bloques que ya nos habían abierto las puertas. Por suerte, hoy tengo la oportunidad de hablar con ustedes, representantes del bloque Unión por Córdoba, que fue el único que no nos abrió las puertas. Quiero aclarar que soy un estudiante que vengo a representar al IPEM 270, y a los 850 pibes que piensan los que yo les voy a comentar ahora.


Además, soy un estudiante más, de esos tantos que hay en esta Provincia, que está disconforme con este proyecto de ley que quieren imponer de esta forma.


Este proyecto de ley creado por la gente que hoy nos gobierna y sobre todo por un sector que es minoría en esta sociedad -los empresariales y católicos-, el Gobierno le dio más importancia a la opinión de ellos que a la real comunidad educativa, que no pudo participar, recién ahora se están enterando lo que nosotros pensamos.


Este Gobierno se jactó de dar consenso y no sabemos a quien, porque si creen que 4 horas para debatir una ley, que se ha creado en un año y medio es suficiente, le recordamos que no es así. Pero nosotros no nos quedamos viendo cómo el tiempo pasa y decidimos salir a pelearla de nuestra forma.


Después de las 10 horas que conseguimos para el debate de la ley, cuando pedimos 10 días, no se pudo ejercer no sólo por la muerte del ex presidente o el censo –que se realizó en esa semana- sino también por la mala predisposición del Ministerio de Educación por no hacer llegar a los colegios los proyectos de ley, cuando fueron solicitados, que nos hicieron empezar el debate más tarde, en vez de ser el jueves fue el lunes, y de las 10 horas que teníamos sólo pudimos usar 2.


Nuestro colegio considera que esta Audiencia es una cortina de humo más para avalar este proyecto sin consenso, que utiliza este Gobierno, pero aceptamos esta participación para demostrar que tenemos argumentos suficientes para pedir las modificaciones que planteamos sobre esta ley.


Hay cosas que negociamos –por así decirlo- cuando nos abrieron las puertas y cuando la toma era mediatizada, cuando todos los días éramos tapa de los diarios, cuando el costo político del Gobierno se incrementó realmente, ahí sí fuimos escuchados y se nos abrieron las puertas. En ese momento conseguimos planes de obras, que al principio se burlaban de nosotros, pero pasó el tiempo y conseguimos planes de obras más serios porque sino no hubiese durado 16 días la toma de cada colegio –hubiese durado menos- más allá de eso seguimos sentándonos para discutirla, pero nunca se nos dio una discusión seria sobre la ley.


Por eso reitero, que agradezco a los otros bloques que realmente se sentaron a escuchar nuestra la postura, y nos dieron más de 10 minutos para escuchar realmente por qué nosotros queremos modificaciones sobre esta ley.


Tenemos una completa disconformidad con el proceso de debate que se dio de esta ley y con quienes la crearon. También hay que ser coherentes y decir que la ley tiene cosas buenas, unas pequeñas reformas que se hicieron a la Ley 8113, y unas palabras más que se cambien quedaría mucho más lindo el artículo, por ejemplo, que se trate el tema de los pueblos originarios, se debe concienciar sobre esto, debería haber algo más que un acto del 12 de octubre.


Cuando decimos que el Gobierno tuvo falta de interés tenemos fundamentos, por ejemplo, lo que se labró en acta desde la Comisión de Políticas Educativa y, además, que la educación católica tenía tres representantes y estudiantes y docentes, la mayoría no tenían.


La señora Carmen Nebreda, en el Acta N° 10 de esa comisión, expresa que si esta ley era bajada a las instituciones, que sea para aprobarla y no para ponerle trabas, porque creía que había ciertos sectores que buscaban trabar la discusión, siempre pensando en una consulta y no en una interferencia a nuestra opinión.


Después, citando a la señora Adela Coria, expresa que desde el Ministerio, a raíz de una discusión con el doctor Sánchez, cuando se había planteado que se iba a dar participación a las instituciones, la señora Coria habría dicho que desde el Ministerio también se había pedido trabajar con la mayor discreción posible. ¿Estaban trabajando en un plan militar o algo por el estilo? No, era una Ley de Educación que le compete a toda la comunidad educativa y en ningún momento se le había dado la participación que se merece. Lo peor de todo es que nadie salió a desmentir lo que dijo la señora Coria, o sea que el Ministro en realidad dijo eso.


Hoy nos toca una situación totalmente diferente. Son las 10 y media de la noche, nosotros habíamos pedido participar en la primera audiencia, hicimos los pedidos correspondientes y contamos con la firma del Vicegobernador Campana avalando que nos daría participación en todo los lugares donde se tratara el proyecto. Sin embargo, hoy vinimos y tuvimos que pelear para que se nos diera lugar porque no estábamos incluidos en la lista de los oradores. Luego de una larga pelea con los guardias de la entrada, nos dejaron ingresar y recién ahora nos están dando participación para ser escuchados, reiterando que algunos sectores nos oyen pero no nos escuchan.


Hay muchos problemas en la institución, aparte de la Ley de Educación, como los problemas edilicios, de directivos, etcétera, que hoy no se pueden tratar porque desde el Gobierno y el Ministerio de Educación se nos han cerrado las puertas. Reitero que tenemos firmado por el Vicegobernador Campana que se nos iba a permitir el acceso a todos los lugares donde se trate este proyecto, sin embargo, la semana pasada, cuando vino el Ministro de Educación a la Comisión de Educación se nos negó el acceso.


A pesar de todos estos problemas, seguimos planteando modificaciones que creemos no se pueden negociar. Uno de los puntos es el inciso c), que se refiere a los centros de estudiantes; no se puede meter en “la misma bolsa” a un centro de estudiantes, a un club o a una asociación. Pedimos que los centros de estudiantes sean considerados órganos de representación democrática, elegidos democráticamente y se les dé todas las cosas que se merecen. Que el Estatuto no sea bajado por el Gobierno, porque si voy a la UEPC a imponerles un estatuto no les gustaría nada.


También pedimos que sea obligación de los directivos el fomento de la creación de estos centros. No pedimos que sea obligatorio porque, a lo mejor, hay estudiantes a quienes no les interesa, pero que se obligatorio el fomentarlos.


Otro de los puntos es el referido a la religión, que ya no merece más debate. El mismo Rector de la Universidad Católica expresó que si tanta controversia generaba este artículo, que sea eliminado.


Mi problema no es solamente con la optatividad de la educación religiosa sino que como fin de la educación se considere que para que una persona se desarrolle íntegra y armoniosamente necesite una orientación religiosa, de tal manera que aquella persona que no profese ninguna religión no se desarrollaría integral ni armoniosamente. Es un problema serio que en un Estado laico se proponga como fin de la educación la educación religiosa.


Otra de las modificaciones propuestas es sobre el artículo 4°, inciso j), al cual también se refirieron representantes de Trabajo Social.


Con respecto a la educación sexual, planteamos que sea adecue totalmente a la Ley Nacional 26.150, donde la educación sexual es una materia dentro de la currícula. No queremos que se siga dando talleres o charlas sino que entre en la currícula en todos los niveles de educación.


Otro de los planteos que tenemos sobre este articulo y el siguiente es el de la sexualidad responsable, referido al derecho a la vida. Nuestra postura a nivel institucional no es ni pro ni contra del aborto; estamos dando un debate amplio sobre el tema.


Leyendo las actas de la Comisión de Políticas Educativas vemos claramente que se planteó un fuerte debate entre los sectores religiosos y los progresistas. Creemos que un colegio es el mejor lugar para abrir el debate y la participación activa de todas las personas para que cada uno se forje una mirada crítica sobre cada temática. Cuando se planteó el debate sobre la ley de matrimonio homosexual, en algunos colegios directamente se les negaba cualquier opinión en contra de los intereses propios de la institución. Por ejemplo, en Las Domínicas –según nos ha comentado una compañera- en todas las clases se les daba razones de por qué no debía permitirse el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero cuando ella opinó contraponiéndose a los objetivos institucionales fue amonestada.


En cuanto a las prácticas laborales, consideramos que son necesarias siempre y cuando se adecuen a fines educativos. Por ello, consideramos que se debiera incorporar el artículo 33 de la Ley nacional, omitiendo el párrafo del artículo respectivo del proyecto que dice: “En todos los casos estas prácticas tendrán carácter educativo y no podrán generar ni reemplazar ningún vínculo contractual o relación laboral.”


Para finalizar, quiero expresar que aunque no estén tomados los colegios no significa que nuestra lucha haya terminado; sigue en pie más allá de la aprobación de este proyecto de ley porque luchamos para que el Estado se haga cargo de lo que desde hace tiempo se viene desligando, que es la educación pública. Reiterando las palabras de un joven del Sanjo, nosotros el año que viene también votamos.


Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a Guillermina Rey.

Sra. Rey.- Soy Guillermina Rey, representante de Secundarios Unidos de Córdoba, una especie de coordinadora de Centros de Estudiantes Secundarios.


Paso a leer: quizás hoy, después de 12 días de colegios tomados, 4 semanas acampando en la Vélez Sársfield y miles de marchas, nos resulta redundante tener que explicar en qué no estamos de acuerdo con este proyecto de ley.


Cuando se elaboró, los estudiantes no pudimos tener participación alguna. Según el Ministro de Educación, porque no existía una Federación de Estudiantes Secundarios o algún órgano que nos represente.


En este sentido nos preguntamos: ¿Grahovac no sabía de la existencia de Centros de Estudiantes que han sido electos democráticamente? Parece que no. Aunque, según él, la formación de Centros de Estudiantes es la política más progresista de este Gobierno. Es gracioso, entonces, que no les haya dado una participación en este estratégico Consejo de Políticas Educativas o, peor aún, que en este proyecto de ley los compare con un club o una asociación que nada tienen que ver. En un club o en una asociación no son electos democráticamente. Es lo mismo que dijera que los legisladores son como cualquier ciudadano; no, son electos democráticamente. No es lo mismo.


Una vez elaborado el proyecto bajó a las escuelas; digo bajó porque así fue, desde arriba hacia abajo; bastante jerárquico. Nosotros y nuestros padres, en un cuadro bastante acotado, tuvimos que escribir qué pensábamos del proyecto, como si la opinión de una de las partes más importantes de la comunidad educativa –padres, docentes y alumnos- pudiera resumirse. No vaya a ser que los legisladores se cansaran de leer.


Por eso reflexionamos: ¿realmente alcanzan 10 minutos, un cuadro o un espacio en la Comisión de Educación para que seamos parte de la elaboración de nuestra propia política educativa? Estamos convencidos de que no.


Por otro lado, justo se fue el legislador que quería que me escuchara, hace dos semanas en un programa televisivo que se llama “La Semana”, que lo dan los sábados, este legislador de la mayoría dijo que la toma de los colegios había sido insignificante. Literalmente “insignificante”; porque éramos muy pocos los colegios que nos habíamos movilizado.


Sin ánimo de ofender a nadie, me resultó gracioso y hasta triste que una persona que hace política considere insignificantes a miles –si hacen el cálculo, fueron más de treinta instituciones y cada una con más de mil alumnos- de alumnos, padres y docentes que apoyaron. Se sienten inquietos por algo que les resulta injusto; es extraño y muy triste que alguien que haga política diga que esto es insignificante. Espero que ustedes nunca lo digan.


También lo escuchamos decir, entre otras cosas cómicas, que la discusión no se reduciría a las Audiencias Públicas; confesamos que sentimos un gran alivio ante tan gloriosas palabras, hasta que dijo que también podríamos ir a sugerir modificaciones en la Comisión de Educación. Lógicamente, en ese momento consideramos lo que hace tiempo sospechábamos: no sirven de nada las reuniones que hemos tenido todo este tiempo si no existe una intención política de darnos un real espacio para discutir la educación que queremos.


Hemos escuchado también otras cosas en otros lugares de otra gente, como que éramos profascistas, antidemocráticos y violentos. Me gustaría contestar al señor Gobernador, que fue quien dijo estas palabras, y a ustedes, legisladores que supongo lo habrán escuchado, con muchísimo respeto, que violencia es mentir; violencia es intentar hacernos creer que sólo tenemos que esperar a que alguien pretenda por nosotros una educación de calidad. Antidemocrático; es aprobar una ley por mayoría automática, sabiendo que hay un gran sector de la sociedad que exige otro tipo de educación, que no es el que refleja este anteproyecto.


Y profascistas es un término bastante equivocado para dirigirse a los estudiantes que consideramos de suma importancia involucrarnos en lo que nos corresponde. A nuestro criterio, referirse como profascista a alumnos, padres, adolescentes, padres y docentes, que se están manifestando por una mejor educación es incorrecto e irrespetuoso, porque no voy a decirle al Gobernador que es profascista por poner en una ley algo con lo que, en realidad, nosotros no estamos de acuerdo.


Tal vez será que molestó que todo lo que hicimos fue con la fuerza que juntamos cada vez que nos guardamos la bronca en el bolsillo, por cada techo que casi se nos cae encima, por cada invierno sin calefactores y con la certeza de lo que para nosotros es sostener realmente una victoria. Esto para nosotros no es una victoria; para nosotros la victoria fue el día de hoy estemos sentados acá, porque se puso de vuelta la discusión de un anteproyecto de ley que mucha gente pretendía que ni siquiera fuera debatido. Para nosotros, eso es la victoria.


Es la mayor victoria que podemos tener hoy los estudiantes. No hay adjetivo que pueda poner cualquiera, tenga el poder que tenga o desde el lugar que sea, no nos va a quitar el orgullo de saber que no estuvimos “al pedo” un mes tomando colegios; y que no estuvimos “al pedo” un mes en la Plaza Vélez Sársfield, muriéndonos de frío y hambre. Eso es una victoria. (Aplausos).


Por otro lado, aclarar que nuestras consideraciones ya estaban en sus escritorios hace mucho tiempo en un documento muy largo, que no puedo resumir en diez minutos. Por eso hablo en términos generales, no me pongo a puntualizar cuál es el artículo o el inciso sobre el cual estoy en desacuerdo. Eso ya lo tienen, en ese famoso dossier de los Secundarios Unidos de Córdoba, con muchas hojas y plantea artículo por artículo e inciso por inciso qué es lo que queremos modificar de esta ley. Los invitamos a leerlo.


Estamos dispuestos a reunirnos, como lo hemos hecho con muchos legisladores, sólo que algunos parece que no quieren atendernos. ¿Por qué reunirnos? ¿Por qué debatir? Porque sí creemos que este proyecto debe tener un espacio de debate, y no nos juntamos con ustedes porque estamos de acuerdo; sabemos que seguramente en muchas cosas vamos a discernir, pero de eso se trata la democracia, de juntarnos, debatir, dialogar y ver en qué estamos de acuerdo y en qué no.


Lógicamente, hay cosas que para nosotros son inamovibles, al igual que ustedes, pero eso enriquece. Pero a la hora de levantar la mano, nadie, en ningún lugar va a poder decir que los jóvenes no participamos, que no fuimos comprometidos y, peor aún, que no tenemos sueños –como dijo una señora que no existía la utopía en nosotros, que no teníamos sueños.


Digo, qué mejor que miles de jóvenes sueñen con una educación de calidad, que se formen como ciudadanos capaces y críticos y que se comprometan con eso todos los días, porque está bien que un estudiante pueda romper un banco, pero el estudiante no se sube arriba de un techo y agarra un pico y lo rompe para que se le caiga encima. Eso no pasa nunca.


Por otro lado, me llamó bastante la atención cómo se veía esto de las tomas. Algunos decían que estábamos privatizando un espacio que era público. Hago hincapié en esto porque, más allá de que no tenga que ver estrictamente con las modificaciones de la ley, sí tiene que ver con el criterio que tenemos del espacio donde estamos estudiando.


La realidad es que en este momento sentimos que estábamos haciendo de los estudiantes un espacio que el Gobierno había privatizado, y no sólo este gobierno sino también muchos anteriores.


La escuela pública es de los estudiantes, de los padres y de los docentes. El Estado debe hacerse cargo, pero nosotros somos los responsables de defenderla.


Nos encantaría no tener que tomar un colegio, no tener que pasar hambre, no tener que estar peleando con todos los medios para que entienden por qué pasa esto. Pero la realidad es que así fue. Me hubiera gustado que alcanzara con una marcha, con una nota, pero presentamos miles. De hecho, los chicos tienen muchísimas carpetas de actas firmadas por distintos gobernantes diciendo que iban a arreglar todos los colegios y que como máximo para el 2010 iban a estar todos en condiciones, mas la realidad es que el 50 por ciento tiene peligro de derrumbe.


Entonces nos preguntamos qué hacer, y bueno, esa fue la única solución que encontramos, y estamos orgullosos de haberla llevado a cabo. Podemos criticar el método, podemos sentarnos a hablar sobre qué es lo que uno persigue en la lucha. Ahora, lo que no se puede discutir es el compromiso. Es que decidimos no quedarnos en nuestras casas sino allí y levantarnos todos los días a las 5 y 30 de la mañana para sentarnos a debatir la ley, para atender a todos los que iban al colegio para saber qué es lo que se estaba cayendo, qué es lo que pensábamos. Y esto vale mucho más que cualquier otra cosa también, porque el hecho de que los estudiantes adoptamos el método que sea para defender la educación fue lo mejor. En ese sentido todos deberían sentirse orgullosos, ustedes como padres –porque también son padres-, como políticos, sean del partido que sea, deberían sentirse orgullosos, y espero que así sea.


Por otro lado, cuando escuchaba al señor del Portal de Belén, que hablaba sobre las drogas, sobre el alcohol, de que esta juventud estaba “triturada”, creo que está claro que no estamos de acuerdo con ese concepto de la juventud, y pobre de él si alguna vez en su vida tomó un vaso de vino, porque estaría absolutamente triturado como ciudadano.


¿Por qué decía esto de que los legisladores no tenían que entrar en la “tilingueria” de como estar del lado de los estudiantes o hablar de una especie de demagogia? Quería decir que se quede tranquilo, y ustedes también, porque la verdad es que la demagogia no sirve porque sabemos qué tenemos, qué queremos, qué vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer. Entonces no nos subestimen, porque hablar de demagogia hacia los estudiantes es estar diciendo que los estudiantes están subestimados, que pueden manejarse o que alguien los puede convencer de algo para darles lo que ellos piden.


No creo que haya alguien que hoy esté en condiciones de darnos lo que pedimos.


Por otro lado, se dijo que la sociedad estaba como está por una crisis espiritual, pero creo que el problema no es una crisis espiritual sino una crisis de responsabilidad, de quién debe hacerse responsable de determinadas cosas. Ese es el problema, porque

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PARTE 8 TERCERA AUDIENCIA PÚBLICA EN LEGISLATURA DE CÓRDOBA
Por Asamblea ECI- Colectivo Indymedia Córdoba - Tuesday, Dec. 07, 2010 at 11:35 PM

Por otro lado, se dijo que la sociedad estaba como está por una crisis espiritual, pero creo que el problema no es una crisis espiritual sino una crisis de responsabilidad, de quién debe hacerse responsable de determinadas cosas. Ese es el problema, porque la espiritualidad no tiene mucho que ver en esto, espiritualidad que no se refiere solamente a la religión –según indica el diccionario que tengo en casa.


Por otra parte, eso de la religión, de lo que también habló una mamá del colegio 25 de Mayo, que dijo que una persona que no tiene fe es una persona desprotegida, debo decir que soy atea y respeto muchísimo a quienes creen en cualquier religión, me parece absolutamente válido, creo que es una decisión personal y privada, pero yo, que soy atea, no me siento desprotegida para nada, y creo que ninguno de ustedes, sean de la religión que fueren, se encuentran desprotegidos. Yo tengo fe en otras cosas, como por ejemplo, una sociedad que esté representada por sus políticos o en que los estudiantes podamos modificar esta ley o en que no habrá religión opcional en las escuelas.


Uno de los expositores hizo mención a que amigos de alguna maestra podían dar religión opcional en las escuelas. Según tengo entendido, los “amigos” no son los que educan. Los que educan son docentes capacitados para eso. Por otro lado, sabemos que la Constitución provincial establece como derecho de los padres que se de religión opcional dentro de las escuelas públicas. La ley 8113 ya lo especifica, pero, evidentemente, eso ya no va.
La Constitución nacional establece que la educación debe ser laica y debe haber libertad de religión; o sea, la Constitución provincial no puede contradecir la nacional porque sería inconstitucional. Nosotros planteamos que no se ponga nada relativo a religión y que quede como un derecho constitucional del padre acceder a alguna religión opcional.


Una cosa que me hace “ruido” en la cabeza es el tema del Registro Nacional de Cultos. Es ahí donde la Nación fija los requisitos para que se inscriba un determinado culto y sea considerado como tal, pidiendo, además, las ideologías y la organización del mismo. Si nosotros hiciéramos un culto, podríamos poner, por ejemplo, que se tomen los colegios una vez por mes; creo que a nadie le gustaría esto. También piden que se detallen ritos y las ceremonias más importantes, incluyendo finalidad y contenidos, y si se sacrifican animales hay que determinar cómo se realizan y qué personas son las autorizadas para llevarlas a cabo. Si hay cultos que plantean que la mujer violada debe casarse con el violador como castigo, me preocupa, por ejemplo que en los colegios les enseñemos como materia opcional que tienen que sacrificar animales; o que les enseñemos una hora la teoría de la evolución del hombre y a la hora siguiente que viene de Adán y Eva, de Alá o de un repollo. Me causa inquietud qué va a responder el Estado ante eso, para responder que en un mismo colegio se den cosas tan extrañas.


Una señora dijo que si uno no cree en algo no sabe cuál es el sentido de la vida; yo sé claramente cuál es el sentido de mi vida, y creo que estar acá es parte del claro sentido que tiene mi vida y la de todos los que estamos acá.


Como para terminar y darles lugar a los chicos para que hablen, recomiendo a quienes sostienen que no tenemos argumentos para tomar colegios, para hacer marchas, para estar acampando como unos tontos en la Plaza Vélez Sársfield durante 4 semanas o para hacer cualquier tipo de movilización, que se vayan acostumbrando a que los estudiantes sabemos qué queremos, qué somos y qué lugar nos corresponde en esta Córdoba que decimos “entre todos”. En realidad, no es una Córdoba “entre todos”, porque si fuese así estaríamos incluidos; esta Córdoba no es de todos sino de quienes algunos quieren que sea.


Me parece que van a tener que cambiar el discurso, algo van a tener que hacer; o nos incluyen a todos en esta Córdoba o vamos a tener que cambiar el eslogan del Gobierno de la Provincia porque, si no, vamos a tener un serio problema.


Chicos: les cedo el lugar. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su aporte.


Convocamos a Nicolás Loza, del Colegio Cassaffousth.
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Sr. Loza.- Como secretario de la comisión directiva del centro de estudiantes del Cassaffousth, voy a hablar en nombre de todos los estudiantes de la institución.


Quiero decir que no estamos de acuerdo con este anteproyecto de Ley de Educación porque ni siquiera se nos dio participación en su elaboración ni en su redacción; tampoco se nos informó del funcionamiento de un Consejo de Políticas Educativas en el cual participan organizaciones que, a nuestro criterio, son ajenas a la educación.


El proyecto que se nos brindó para opinar sobre él -en los pocos casos en que llegó a nosotros- sabemos que llegó a la institución “camuflado”, escondido; a nuestro colegio llegó pero nunca se nos avisó; se debatieron las 4 horas que nos asignaron para debatir, pero a nosotros, como centro de estudiantes, no nos avisaron, sólo fue debatido por los docentes del colegio; nosotros no tuvimos participación alguna.


Si bien sabemos que nuestro colegio es técnico, y que es beneficioso para nosotros que en la nueva ley se incluya nuevamente a la educación técnica profesional en el ámbito público de gestión estatal, no debemos cerrarnos y quedarnos sólo con lo que a nosotros nos favorece, porque sabemos que esta ley nos afecta a todos.


Como estudiantes, esta ley nos perjudica porque no reconoce a los centros de estudiantes como órganos de representación democrática estudiantil, que es lo que realmente son, sino que los equipara con las asociaciones o clubes de estudiantes censurando, de esta manera, la participación del estudiantado en distintos ámbitos.
Pero no sólo en esto nos afecta. Además, incluye en la educación pública de gestión estatal el dictado de educación religiosa; si bien la plantea como opcional, la inserción de dicha formación en nuestra educación -la cual debe ser laica de acuerdo a la Constitución nacional-, permitiría que las religiones influyan en nuestra formación, sería regresar a tiempos anteriores a Sarmiento. Todos sabemos que esto es perjudicial para nuestra educación; todos sabemos que las religiones “dibujan” –por decirlo de alguna manera- una realidad muy diferente a la que nos rodea y en la cual nos debemos desenvolver. Todos sabemos que muchas religiones se oponen, incluso, a los avances de la ciencia y la tecnología para seguir manteniendo sus cultos; entonces, ¿cómo podemos permitir que intervengan en nuestra educación?
Tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados –cambiando de tema- viendo cómo a nuestros compañeros que concurren a colegios con orientación artística –el nuestro es técnico- les quitan tantas horas de clase de dicha especialidad, así como el alcance de los títulos que obtendrán al egresar. No debemos dar la espalda a la formación artística, porque ésta no sólo ayuda al desenvolvimiento de cada uno sino que también profundiza lo cultural y desarrolla la creatividad y la imaginación de los estudiantes, y sólo se les da, en este proyecto dos artículos que, evidentemente, no alcanzan para profundizar en todo lo que esta formación merece.


Tampoco nos olvidemos del financiamiento de la educación, de la posibilidad que da esta ley por medio de la inclusión de ciertos sectores ajenos a el como son las multinacionales, mediante subvenciones -pareciera ser- a cambio de las llamadas “prácticas educativas” que no son más que pasantías impagas o explotación estudiantil camuflada, que sólo benefician a las empresas. Si bien los hacen practicar en la parte de mecánica, nos damos cuenta, por ejemplo, que si las piezas salen mal dicen que estamos aprendiendo, pero si salen bien, ellos las utilizan beneficiándose. Entonces, las prácticas educativas pasan a ser una explotación estudiantil, y con esto le quitan al Estado la responsabilidad de hacerse cargo del tema.


Voy a evitar explayarme en cada artículo en particular, porque para ello elaboramos un documento que fue entregado al Ministerio de Educación. Además, para ver si puedo volver temprano a casa.


Cerrando lo que tengo para decir, esperamos que se incluyan nuestras opiniones. Como estudiantes de hoy, padres y docentes de mañana, somos los principales actores en la educación, somos quienes día a día vivimos y vamos a vivir lo que para educación legisle la ley en cuestión. Es por eso que vamos a seguir luchando, ya sea marchando por las calles de la ciudad, acampando en las plazas o tomando nuevamente las instituciones educativas tantas veces como sea necesario hasta que se nos incluya, hasta que se nos dé la importancia, tanto a los de Capital como a los del interior, hasta que se le dé la importancia que merece la educación, hasta que verdaderamente sea laica, gratuita y de calidad, hasta que nuestros padres puedan quedarse tranquilos y confiar en que estamos en clase y no en la calle por la falta de algún docente, que estamos recibiendo la educación que merecemos y no la educación religiosa que algunos nos quieren imponer, o formándonos para trabajar en empresas que están influyendo en nuestra educación.
Hasta que esta ley represente a toda la comunidad educativa, hasta que sea de verdad democrática y no represente sólo unos pocos; hasta que logremos esto, los estudiantes vamos a seguir de pie y luchando.
Muchas gracias. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Invitamos a Cristian Tornier de la Escuela Superior de Comercio Jerónimo Luis de Cabrera.

Sr. Tornier.- Soy Cristian Tornier, integrante del centro de estudiantes del Jerónimo Luis de Cabrera. Estoy representando a 1.050 alumnos que depositaron su confianza en mí para que esté acá.


Voy a empezar con el proceso de debate que se le dio a la ley, que no solo me pareció corto sino antidemocrático porque solamente se abrió a los profesores y no a los alumnos. Fue un debate de 4 horas donde tenían que poner en una hora los puntos en los que estaban de acuerdo y en los que no, sin dejar posibilidad a distintas expresiones.


Me siento tonto explicando los puntos en desacuerdo en esta ley, siendo que hace más de dos meses que estamos en lucha, y si a pesar de eso todavía no saben cuáles son los puntos en desacuerdo, quiere decir que no está sirviendo de mucho, pero igual los tengo que explicar porque mis compañeros así lo piden.


No estamos de acuerdo en el punto donde se incluye a la religión en las instituciones de educación pública; que la religión se ponga como un fin para el desarrollo armónico, nos parece totalmente ilógico y medio tonto.
Otro de los puntos en desacuerdo es la poca importancia que se les otorga a los centros de estudiantes, por ejemplo, como si fueran un club o una asociación y no como un órgano gremial; los centros de estudiantes son los órganos gremiales que hoy por hoy tienen los alumnos y los estudiantes de Córdoba.
Con el tema de las empresas, nos parece que nos quieren hace obreros y que no tengamos la posibilidad de expresarnos, que a la hora de ver una injusticia no podamos saber cómo combatirla con los recursos democráticos, como tiene que ser; me parece que lo que tratan de hacer con este proyecto de ley es crear mano de obra barata.


Estoy totalmente en desacuerdo con esta Audiencia Pública, siendo que nos inscribimos hace bastante tiempo para estar aquí recién ahora, a las 23 horas, estamos dando nuestro discurso; además de parecerme una total falta de respeto de parte de las otras organizaciones que estaban presentes por haberse ido cuando nosotros estuvimos para escucharlos. Por otro lado, quiero agradecerles a ustedes que todavía estén aquí a esta altura de la noche sabiendo que desde el mediodía estamos con esta Audiencia.


Respecto de este anteproyecto de ley de educación estamos totalmente en desacuerdo, planteamos la reforma del mismo pero, si no tenemos el tiempo para poder explicitar todo en lo que estamos en desacuerdo porque nos dan nada más que 10 minutos, no lo podremos hacer. Nos parece que si hubiera un debate entre ustedes y nosotros, sería mucho más productivo que solamente ustedes no estén escuchando sin saber lo que ustedes están pensando.


Por otro lado, considero que se tendría que incluir a todos los actores de la sociedad a la hora de hablar de un proyecto de ley de educación que, realmente, incluye al círculo educativo; no se les dio participación a los alumnos y tendrían que saber que ellos tienen ideas muy buenas, que por nada están acampando en una plaza hace más de un mes, que por nada tomaron los colegios. Me parece que las ideas de los alumnos valen mucho más de lo que ustedes creen y por ahí son mucho mejores que las que plantea el Gobierno que, si piensa que la educación tiene que ser mercantilizada, no creo que tenga mucha buena idea para que el país vaya adelante.


Nada más. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- A continuación convocamos al señor Fernando Brown.

Sr. Brown.- Considero que está todo dicho y estoy de acuerdo con lo manifestado por quienes me acaban de anteceder en el uso de la palabra.


Nosotros no vemos que haya un consenso, porque consenso es juntarse entre varios y con las posturas diferentes entre los dos elaborar algo que ni convenza del todo a uno ni al otro.


Hoy día, lo que se hizo es un armado con la Iglesia, las empresas y un montón de sectores que no representan a ninguno, ni a estudiantes ni a padres, y los docentes que, por medio del órgano gremial, muy contentos no están.


Lo que planteamos es que el centro de estudiantes es el órgano gremial reconocido por todos los estudiantes mediante elecciones. Creemos que este órgano tiene que ser reconocido como una institución dentro del colegio; es decir, tienen que estar los directivos, los docentes y el centro de estudiantes como los tres pilares dentro de la institución. Pensamos que este órgano tendría que tener un lugar determinado porque allí se manejan una cantidad de papeles y demás cosas que requieren de espacio físico.


El Consejo de Políticas Educativas tendría que incluir un representante de cada colegio, de modo que haya una federación que represente a todos los estudiantes de Córdoba, para que fijen sus posturas y las transmitan a los gobernantes.


Respecto de la religión, no hay más nada que decir ya que hasta el Rector de la Universidad Católica de Córdoba dijo que si este punto genera conflictos no tiene que incluirse.


Más allá de todo lo que dijo el Gobernador, en el sentido que los estudiantes somos profascistas, y dejando de lado el embole de tener que venir aquí y esperar desde las tres de la tarde hasta las once de la noche porque no figuramos anotados en ninguna parte –tuvimos que hacer un escándalo afuera para que nos dejen entrar–, logramos generar un montón de cosas con las tomas y demás movidas que se vienen llevando adelante, con las que pusimos en escena esta ley, que iba a ser votada a puertas cerradas.


Queremos que se fomente más el arte y la creatividad, que la escuela técnica sea verdaderamente recuperada y que, de parte del Gobierno, dejen de subestimar a los estudiantes; sin ir más lejos, hay muchos legisladores que dicen que somos “quilomberos al pedo” cuando, en realidad, estamos discutiendo todo el tiempo y pensando qué propuesta podemos elaborar, qué debemos hacer para mejorar los centros de estudiantes de los colegios y cómo podemos contribuir con esta ley.


Muchas gracias por este espacio. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por su presencia y por su aporte.


A continuación, hará uso de la palabra la señorita Lucía Ribero.

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Sra. Ribero.- Buenas noches. Soy representante del centro de estudiantes del colegio República de Italia, el que, como órgano representativo, puede generar actividades democráticas y debates. Es por eso que vengo a transmitirles nuestra disconformidad respecto de la modificación del anteproyecto de Ley de Educación 8113.


No venimos a plantear una disconformidad absoluta con todo el proyecto sino que proponemos una modificación para mejorar esta ley que, si bien presenta muchos avances en algunos aspectos, evidencia retrocesos en otros.


Estamos hablando de la Ley de Educación, que, de aprobarse tal como ingresó, no nos estará representando, sencillamente porque, desde un comienzo, fue elaborada con varios sectores ajenos a la educación, sin darnos participación en su formulación a los estudiantes que, en definitiva, somos los agentes que vivimos día a día la educación y sentimos sus repercusiones.


Si tuviera que explayarme sobre las disconformidades detectadas entre los estudiantes de mi institución respecto de la presente ley, tendría que comenzar por mencionar nuestra ausencia en el armado de este proyecto, que contó, por el contrario, con la participación de sectores ajenos a esta problemática; tendría que hablar de la falta de importancia que les dan a los centros de estudiantes, a punto tal que los igualan con un club o una asociación, quitándoles todo tipo de representatividad democrática; podría hablar también de la posibilidad que esta ley brinda para que sectores ajenos a la educación puedan intervenir en ella a través de subvenciones –que son obligación del Estado–, a los que se les puede llegar a dar algún tipo de poder para intervenir en cuestiones educativas.


También puedo mencionar, entre otras cosas, la ausencia del arte en esta ley; puedo hablar de la introducción de la educación religiosa en las instituciones de gestión pública, más allá de que se planteé con carácter opcional. Sostenemos la laicidad de la educación pública que, de hecho, la misma ley la menciona y garantiza que no haya ningún tipo de dogmatismo.


No voy a expandirme en estos puntos y en los muchos más que cuestionamos de la ley por haber elaborado un proyecto previamente, como estudiantes de nuestra institución, y que ha sido recibido por el Ministerio de Educación. En cambio, y por ser la República de Italia una institución donde una de sus especialidades tiene orientación artística, vamos a expandirnos en las cuestiones del arte.


Vemos que en toda la ley se le está dando una gran importancia a la educación técnico profesional, lo que nos parece un gran avance por el hecho de que se vuelve a incluir a los colegios técnicos en el ámbito de la educación estatal, pero, seguido de eso, cuando menciona la educación artística nos encontramos sólo con dos artículos que intentan resumirla y, en nuestra opinión, no alcanzan a darle la profundidad y la importancia que debería tener.


Cuando hablamos de educación artística no nos estamos refiriendo solamente al tipo de educación que podemos recibir en materias como plástica o música, para nosotros va más allá porque creemos que el arte es mucho más que un dibujo o aprender a tocar un instrumento. No podemos dejar de ver a la educación artística como una herramienta necesaria para fomentar la expresividad, la imaginación y la creatividad artística.


Por otro lado, nos animamos a pensar en el arte como elemento fundamental para la formación de ciudadanos críticos, porque sería oportuno poder entender al arte como un espacio de denuncia social y política, que nos permita comprender el contexto social para poder modificarlo. Por eso, necesitamos que se especifique claramente a la educación artística como una finalidad fundamental de la educación.
Del mismo modo, sería pertinente aclarar que como estudiantes vemos necesaria la fomentación de un arte latinoamericano y nacional, antiguo y contemporáneo, con el fin de poder comprender el contexto y salir de las estructuras egocéntricas que vemos que hoy la educación está repitiendo.


Necesitamos una educación en serio, pública y laica, que nos represente a todos y a todas, que fomente el espíritu crítico de los educandos, que nos incentive a poder entender nuestro contexto para poder modificarlo.


Hoy los jóvenes estamos de pie, luchando por nuestra educación, pero no es una lucha que nos compete a unos pocos, a colegios públicos o privados, sino a todos, tanto a los distintos niveles de la educación como a toda la sociedad, porque pensamos que va más allá de un proyecto, estamos hablando de la educación, un pilar importante en toda sociedad que, además, va a regir de acá en adelante, y así como nos afecta ahora a nosotros también va a afectar a nuestros hijos y a las nuevas generaciones.


Necesitamos más debate y tiempo para entender bien lo que esto significa, que todo el debate que logramos generar hasta ahora los estudiantes no se deje de lado para que no sigan siendo los mismos pocos los que están decidiendo sobre educación y sobre el futuro de nuestro país, porque con la educación se está formando a los actores del mañana. Proponemos que, por el contrario, todos y todas participemos y modifiquemos la educación pública para generar un espacio de formación académica e ideológica que nos involucre y nos comprenda a todos y todas.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias por tu aporte.


Convocamos a Pedro Roschge, del Leopoldo Marechal.

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Sr. Roschge.- Soy el representante del Nivel Docente 1 del Leopoldo Marechal, soy el presidente del centro y vengo, como todos, a marcar la disconformidad no con toda la ley pero sí con muchos puntos.


Lo que realmente no me gustó para nada fue la forma en que nos la impusieron, porque vinieron y nos dijeron: “tomen, lean, fíjense si en ese cuadradito entra lo que quieren proponer y veremos si lo analizamos”. Por supuesto, no entró, no apareció y cuatro horas -en un día- no es apto para una discusión de una ley de 112 artículos que duró un año y medio armarla.


A pesar de ser católico, estoy en contra de dar religión en los colegios, porque me parece que hay un lugar para todo; como me dijo una profesora una vez, cuando estábamos charlando en el curso, me parece que lo correcto es que los chicos tomen catecismo los sábados, como hice yo. No estoy a favor de lo que dijo la señora hace un rato con respecto a que es una forma de vida y que necesitamos religión para poder vivir. Qué te van a decir, ¿qué el matrimonio homosexual está mal y te van a comer la cabeza? Lo mismo que cuando se descubrió América, que robaron, usurparon, se pusieron en contra de nuestro continente y la misma iglesia estuvo a favor de todo lo que se nos hizo y al único cura que se opuso lo mataron. La Iglesia también apoyó la dictadura militar, ¿y me quieren enseñar valores de vida?
Disculpen si se sienten ofendidos pero más ofendido estoy yo porque teníamos que hablar a las cinco de la tarde. Primero, nos hicieron un gran lío para entrar; segundo, nos pidieron DNI para ingresar a una Audiencia Pública y, tercero, tenemos que estar a esta hora de la noche acá. Les agradezco a los que se quedaron, aunque veo que algunos faltan y otros nunca estuvieron, pero no nos ofrecieron ni un vaso de agua. Nosotros estamos acá para algo que nos compete a todos y realmente considero que hubo una gran falta de respeto, no de todos los legisladores porque hubo varios que nos apoyaron, por ejemplo las legisladoras Coria y Olivero, pero sí de los otros.


Muchas gracias.

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Convocamos a Malena Rodríguez.

Sra. Rodríguez.- Buenas noches.


Pertenezco al IPEM 16 y quiero comentar que nuestra escuela es de un barrio muy quieto, por lo tanto, es muy distinta a la realidad de los colegios del centro. El tema de la ley ingresó a la escuela porque un día nos buscó la preceptora y dijo: “busquen dos o tres delegados para que vengan mañana a las 9 horas, para debatir la Ley de Educación”. El día en que se generó el debate fueron 4 ó 5 alumnos a representar a 500, y fue un debate de pocas horas para escribir todo lo que se pensaba sobre la ley, en un cuadrito con letra chiquita y apretada.


A partir de allí, empezamos a contactarnos con otros centros y viendo lo que pasaba con la movida de los otros colegios fue que hubo un quiebre de lo que era la quietud del colegio de barrio y empezó a movilizarse. Cuando se reabrió el debate, con todos los defectos que tuvo como, por ejemplo, la demora para que lleguen las leyes, de que en un colegio de un barrio urbano marginal como Villa Cornú, se pueda hablar de una ley, y fue una buena oportunidad para saber también cuáles son nuestros derechos y deberes. Fue algo muy nuevo, en lugar de que los alumnos sean sumisos, que no discuten nada al profesor aunque plantee una cosa injusta, al momento de ver esta ley descubrimos que tenía algunas cosas buenas.


Esto sirvió no solamente para que la juventud se movilice sino para llegar a lugares más remotos de la ciudad, para demostrar que en los barrios también hay chicos que se interesan en estas cosas y para dar la posibilidad de dar a conocer nuestros derechos. También para demostrar que en Villa Cornú no solamente hay droga y robo, sino que hay una escuela pública que sirve de contención para los pibes, que van a comer y a pasar un rato, siendo que es el lugar más sano que tienen porque quizás su casa no lo es, una escuela donde se están generando estos debates.


A partir de ahora, en nuestro colegio tenemos la posibilidad de construir una historia de participación y de formación de centro de estudiantes.


Nada más. (Aplausos).

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Sra. Presidenta (Feraudo).- Tiene la palabra la señorita Celeste Laureano.

Sra. Laureano.- Buenas noches.


Yo también soy estudiante del IPEM N° 16 y básicamente estoy de acuerdo con lo que dijeron mis compañeros.


Estamos en desacuerdo con el anteproyecto. Hace más de dos meses que venimos con la lucha y al ser un colegio de barrio se nos complica porque estamos alejados del centro. Pero esto sirvió para mostrar que ser jóvenes no solamente significa drogas, alcohol y salidas, y que la juventud también está interesada en la educación, porque, si bien nosotros terminamos el año que viene, quedan muchas personas que van a sufrir si este proyecto se aprueba así como está.


Como dijo una chica del San José, el futuro somos nosotros, pero también somos el presente. Y el problema está en aquellos chicos que quieran seguir estudiando y no lo van a poder hacer porque la cooperadora sólo está para los gastos del colegio y estos chicos no pueden pagar una matrícula.


Mis compañeros ya dijeron todo, así que no voy a agregar nada.


De todas maneras, me parece una falta de respeto que sólo sean cuatro legisladoras las que no estén escuchando cuando al principio había más, incluso había gente por todos lados y ahora sólo quedan los estudiantes interesados en el tema.


Muchas gracias. (Aplausos).

Sra. Presidenta (Feraudo).- Muchas gracias a todos por haber venido y estamos a su disposición.


Queda levantada la Audiencia Pública.

-Es la hora 23 y 38.


Graciela Noemí Maretto – Silvana Sabatini
Dirección Cuerpo de Taquígrafos
Legislatura de Córdoba


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