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Descompuestos. La CTA y el fin de las ilusiones progresistas
Por Razón y Revolución -
Wednesday, Dec. 29, 2010 at 3:25 PM
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La CTA y el fin de las
ilusiones progresistas
Mariano Schlez
LAP - CEICS
Artículo publicado en El Aromo nº 58: "Entre la miseria y la
represión", Ene./Feb. de 2011
Muy lejos del paraíso
democrático que se auguraba, las últimas elecciones en la Central de
Trabajadores Argentinos (CTA) mostraron qué poco tienen para envidiarle los
burócratas del “nuevo modelo sindical” a Hugo Moyano y los gordos de la CGT. La
burocracia de Yasky (Lista 10) y Micheli (Lista 1) no se diferenció ni en sus
métodos ni en su programa de sus supuestos antagonistas.
Fraudulentas
y burocráticas: las elecciones en la CTA
Para cualquier lector
atento, el bochorno de las elecciones no fue una sorpresa. Como señaló el Frente
de Unidad Clasista (Lista 3), a las tres listas de izquierda (la 3, la Marrón
Clasista y el Frente Clasista), se les negó un derecho sindical elemental:
conocer quién vota en cada mesa. El desconocimiento de los padrones por urna con
anterioridad a la elección, habilitó la estafa de la burocracia.(1) El control
de los padrones fue la clave del fraude mayúsculo y lo que aparecía como una
característica “democrática” de la central, a saber, la posibilidad de
afiliación directa de individuos por fuera de todo gremio, resultó, en la
práctica, un mecanismo para revivir los peores vicios de las elecciones
burguesas del siglo XIX. En la CTA, la burocracia llenó la elección de “amigos”
y borró a la izquierda eliminando a sus votantes de los padrones, negándole la
impresión de sus boletas y amedrentando a sus fiscales con patotas. Fue así
como, de manera subrepticia, la urna de un hospital opositor duplicó a los
afiliados gremiales con desconocidos votantes territoriales; en Salta, cientos
de docentes no figuraron en el padrón; y, en Jujuy, los docentes debieron votar
en los barrios de la kircherista Tupac Amarú, donde los fiscales opositores
fueron expulsados por las patotas del “nuevo modelo sindical”. Para colmo, las
listas de izquierda debieron imprimirse sus propias boletas.(2)
Pero
como la burocracia estaba partida, no les alcanzaba con proscribir a la
izquierda, por lo que no tuvieron mejor idea que estafarse mutuamente. Tan
concientes eran que esto iba a pasar que, antes de las elecciones, pactaron un
“tribunal arbitral” que dirimiera las “diferencias”. Las denuncias cruzadas (y
su lamentable veracidad), son la mejor prueba del fiasco eleccionario: se exigió
anular las elecciones en tres provincias enteras, hubo impugnaciones parciales
en otras cinco y en nueve distritos de la provincia de Buenos Aires. Asimismo,
en la segunda provincia con más votos del país, Jujuy, la “triunfadora” Tupac
Amaru ya se fue de la CTA. Según Yasky, Micheli hizo fraude en Jujuy, Tucumán y
Mendoza y, para Micheli, Yasky hizo lo propio en Santa Fe, Esteban Echeverría y
Cañuelas. Mientras que en Tucumán la Junta Electoral no tenía la menor idea de
la votación real, preguntándole a las propias listas la cantidad de votos que
habían obtenido (como denunció la N° 3); en Mendoza, la lista de Micheli empezó
a votar una semana antes de la fecha de los comicios, como consta en la denuncia
de un afiliado. Y hasta se ha filmado gente poniendo votos en una urna en medio
de la calle.(3) El caso de Ezeiza-Esteban Echeverría expresa la naturaleza de la
elección: unos aseguraron que se infló el padrón gracias a la influencia
política del intendente oficialista Alejandro Granados, y otros plantearon que
el robo se estaba dando en el recuento de votos, llevado a cabo en el local de
ATE. El resultado: no faltaron las trompadas ni las armas de fuego. Tan
escandaloso fue que ambas listas acordaron suspender la votación en el distrito.
Lo más grave de todo es que, en vez de resolverse la situación de manera
democrática, a través de un congreso de los gremios, la burocracia intenta
cerrar la crisis por arriba, rosqueando entre quienes arruinaron la elección. La
Junta Electoral Nacional dio por vencedora a la lista de Micheli, pero Yasky
apeló al “comité arbitral” para que revea el fallo. Sus miembros dictaminaron
repetir las elecciones generales en Tucumán, Mendoza, Misiones y convocar a
comicios parciales en cuarenta y ocho mesas de otros siete distritos. Pero su
autoridad no les permite convocar a las elecciones complementarias, que deben
ser llamadas por la Mesa Directiva de la CTA. El problema es que, como la
Central no reconoce representación proporcional en sus órganos directivos (el
ganador se lleva todos los cargos), y Milagro Sala se retiró de la CTA, los
previamente aliados Yasky-Micheli quedaron divididos en dos partes exactamente
iguales, por lo que ninguno de los dos logra imponerse sobre el otro y destrabar
la situación.(4) Así las cosas, Yasky prefirió seguir denunciando manipulaciones
en los padrones y Micheli decidió llamar de manera unilateral a elecciones
complementarias. Sólo una nueva intervención del gobierno congeló nuevamente la
situación, anulando el llamado y dejando a Yasky en el poder.
¿Por
qué se quebró la CTA? Dos proyectos patronales en disputa
El
enfrentamiento entre las dos alas de la burocracia de la CTA se encuentra
motorizado por el intento de colocar a los trabajadores detrás de dos proyectos
políticos patronales: el kirchnerismo y una nueva Alianza progresista que
comienza a tomar forma.
De un lado, Yasky intenta liquidar a la CTA
colocándola bajo la órbita kirchnerista. Él mismo es militante del Encuentro por
la Democracia y la Equidad (EDE), de los socios preferidos de los Kirchner,
Carlos Heller y Martín Sabbatella. La unidad del gobierno y la Lista 10 es tal
que Yasky apeló al Estado para aferrarse a su cargo: cuando la victoria se le
escapaba de las manos, recurrió al ministro Tomada para que interviniera la
central y prolongara su mandato. El oficialismo no sólo dejó a su socio en el
poder, sino que también le quitó a la central su razón de ser, dado que hasta
que no resuelva su conflicto sus autoridades se encuentran inhibidas para
convocar a asambleas, decidir un paro o iniciar un reclamo salarial. Finalmente,
la unidad político-programática de la actual conducción de la CTA y el
kirchnerismo se expresa en los aliados con que contó la lista 10: Edgardo
Depetri, Luis D´Elía, Vilma Ibarra, Ariel Basteiro y el Partido Comunista.
Del otro lado, se encuentran los creadores de la CTA, De Gennaro y
Micheli, quienes intentan motorizar una nueva Alianza. Su nacimiento expresa la
profunda crisis del espacio kirchnerista. Decepcionados por el fracaso K, De
Gennaro y su Instrumento Electoral (Marta Maffei, de CTERA y Eduardo Macaluse y
Graciela Iturraspe, de ATE) se aliaron al SI (Solidaridad e Igualdad, de Delia
Bisutti, María América González, Victoria Donda), para crear el partido Unidad
Popular, que busca llevar a De Gennaro a la gobernación de Buenos Aires.(5) La
táctica electoralista de esta fuerza neo-progresista busca “una articulación
futura” con Proyecto Sur, de Pino Solanas y Claudio Lozano, que ya lanzaron sus
candidaturas para Presidente y Jefe de Gobierno porteño, respectivamente. A
ellos se sumaría Margarita Stolbizer (GEN), y con Amancay Ardura (CCC) y Carlos
Chile (MTL-Rebelde), el armado hasta tiene su pata piquetera.
El plan
para llevar a la CTA detrás de este proyecto se llevó a cabo metódicamente:
primero De Gennaro abandonó la Secretaría de Relaciones Institucionales de la
CTA, luego los integrantes del Instrumento Electoral renunciaron a competir en
las elecciones de septiembre, dejándole la responsabilidad a Micheli de obtener
la secretaría general de la central. El triunfo de Micheli habría coronado el
plan con una CTA nuevamente adicta a una alianza electoral opositora. Poco
tiempo después, en agosto, Pino Solanas puso en funcionamiento la otra rueda del
carro: en su Foro por un Proyecto Emancipador, comenzó a unificar criterios con
el heterogéneo campo que pretende construir su proyecto. Allí se reunieron
Stolbizer, Humberto Tumini (Libres del Sur), Vilma Ripoll (MST), el “Perro”
Santillán, el ex gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo; el diputado
socialista Ricardo Cuccovillo; Nora Cortiñas (Madres, Línea Fundadora), el
titular del CELS, Gastón Chillier; la religiosa Martha Pelloni y Adolfo Pérez
Esquivel. Muchos de ellos, kirchneristas de la primera hora.
A pesar de
sus diferencias, lo que unifica a las propuestas de Yasky y Micheli es su
intento por cooptar a los trabajadores detrás de un proyecto burgués: mientras
unos buscan que los obreros acepten la dirección de la Unión Industrial
Argentina (UIA), la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), y la CGT; otros
intentan llevar al proletariado a la zaga de los “pequeños” capitales,
encabezados por los “pobres” chacareros (los únicos “campesinos” con 4x4) de la
Federación Agraria. De hecho, y más allá de la base social en que se asienten,
tanto Sabatella como Solanas, que intentan mostrarse como políticos externos al
oficialismo, han hecho públicos su apoyo a buena parte de las medidas de
gobierno. Critican sus límites, proponiéndose como los verdaderos herederos del
programa progresista incumplido, prometiendo un kirchnerismo sin Kirchner.
Los límites del progresismo, al desnudo
Las actas de
compromiso no borran el fracaso estrepitoso de una central que se propuso un
“nuevo modelo sindical” y que terminó copiando los mismos vicios que decía
criticar. Aunque ninguna de las dos burocracias ganó o, mejor dicho, ambas
perdieron estrepitosamente, el degennarismo ha salido mejor parado que el
gobierno, al que se le escapó media CTA. Los multimedios opositores alientan
este avance, sólo para provocar una crisis en el kirchnerismo.
Mientras
que el kirchnerismo apela a violencia de la CGT y la liquidación de la CTA, la
“oposición” patronal se ilusiona con un sindicalismo “honesto y democrático”.
Para la decepción de ambos, las últimas elecciones emparentan a la central
“democrática” con los métodos de Moyano y la burocracia sindical. La crisis del
progresismo, tanto del kirchnerista como del “opositor”, le da una oportunidad
histórica a la izquierda para seguir creciendo en las filas obreras.
Notas
(1) Prensa Obrera, 23/9/2010.
(2) Idem,
30/9/2010.
(3) Idem, 7/10/2010.
(4) La Mesa Nacional tiene 35 miembros y
para alcanzar el quórum se necesitan 18 votos. Cada sector cuenta con el apoyo
de 17 miembros. Clarín, 20/11/2010.
(5) La Nación, 15/6/2010.
El
Aromo
Periódico
Cultural Piquetero
Año VIII - Número 58 - Enero/Febrero del 2011
"Entre la miseria y la
represión"
Razón y Revolución
Organización Cultural
ÍNDICE
Editorial
Alistando a la
tropa
Sebastián
Cominiello
La relación comercial del país cafetero con los
EE.UU. y Venezuela
Bruno S.
Magro
El diluvio.
El Socialismo del Siglo XXI
bajo el agua
Manuel
Sutherland
Descompuestos.
La CTA y el fin de las
ilusiones progresistas
Mariano
Schlez
Murió donde nació.
La situación del Peronismo
Federal en San Luis
Cristian
Funes
Una pretensión ridícula e
indignante.
Acerca de la ocupación del Parque
Indoamericano
Eduardo
Sartelli
Cuando la yerba mata.
Desnutrición y muerte entre
los obreros rurales de Misiones
Roberto Muñoz
“No he visto barras en el movimiento piquetero, sí
en el oficialismo”.
Una entrevista a Gustavo Grabia
Fabián Harari
Esposados a la camilla.
Condiciones de trabajo de
los residentes médicos
Mauro
Cristeche
El arte en el pensamiento revolucionario.
Prólogo a El Manifiesto de Carlos Terribili, de la
Colección Papeles Rojos, Ediciones ryr
Osvaldo Bayer
La actualidad permanente de una obra.
"En la semana" de David Viñas
Rosana Lopéz Rodríguez
Colón for export.
Entrevista a José Piazza,
trabajador del Teatro Colón.
Río Rojo
Kalamaro en su tinta.
El debate generado por
nuestra crítica a Andrés Calamaro
Juan Tabas
Pidiendo peras al olmo
Acerca de la muerte de
Massera y la justicia burguesa (Exclusivo de internet)
Guido Lissandrello
El clasico:
El problema de la
vivienda
Federico
Engels
SUPLEMENTOS
Taller de Estudios Sociales
- TES
Vecinos en armas.
Las fracturas de la clase
obrera y los enfrentamientos en la zona sur
Marina Kabat
Retrato de los ocupantes de Soldati y
Bernal
Nicolás
Villanova y Ianina Harari
Paisanos contra la toma
Las divisiones de clase en
el interior de los colectivos migratorios
Silvina Pascucci
Entre Villa Soldati y Villa Lugano
Nicolás
Villanova
Laboratorio de Análisis Político - LAP
El gendarme K
Tomas, planes, barras y las
perspectivas de la lucha de clases
Fabián Harari
Vagos, delicuentes y enfermos
Evo Morales y un
nuevo ataque a los trabajadores
Mariano Schlez
Mauricio las abraza...
La alianza de Madres de
Plaza de Mayo con el Pro en Soldati
Silvina Pascucci
"La asamblea que convocó Salvatierra para levantar
la ocupación fue ilegítima”.
Entrevista a Diosnel Pérez,
dirigente de la toma.
Fabián
Harari
Una cronología de los hechos
Laboratorio de Análisis
Político
Observatorio Marxista de Economía - OME
¿Y si Brasil devalúa?
Las exportaciones
manufactureras argentinas y el peso de la rama automotriz
Damián Bil y Guillermo
Cadenazzi
Los "monopolios" nacionales apenas llegan a
pymes.
Sobre la compra de empresas argentinas por capitales
brasileños
Betania Farfaro
Ruiz
El patio trasero yankee en
Centroamérica.
integración regional de las gallinas con el
zorro
Osvaldo
Regina
Gabinete de Educación Socialista - GES
La Educación Popular
Algunos debates posibles y
necesarios
Claudia
Korol
Entrevista a Roberto Elisalde del CEIP
(Coordinadora de Educadores e Investigadores Populares)
(Coordinadora de Educadores
e Investigadores Populares)
Natalia Alvarez Prieto
El problema es el programa
Educación
popular, un debate necesario
Romina De Luca
Razón y Revolución
CEICS
Barrilete Libros