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Egipto: una revolución en el centro neurálgico del imperialismo
Por Jorge Altamira - Wednesday, Feb. 02, 2011 at 8:34 PM
secprensa@po.org.ar

Una crisis en el centro del imperialismo

Al momento de cerrar la presente edición de Prensa Obrera, centenares de esbirros del aparato oficial del Estado egipcio y del partido de gobierno irrumpían en la plaza central de El Cairo (Tahrir) para desalojar de ella a las personas y familias que la continuaban ocupando luego de la inmensa movilización del martes 1° de febrero. Estas patotas de civil ya habían hecho irrupción en las jornadas precedentes en distintas ciudades el país y fueron también las responsables de diversos saqueos que resultaron en la decisión de armarse por parte de algunos sectores propietarios. La intervención de las patotas ha servido para echar luz sobre la política del mando militar egipcio, al cual numerosos medios de prensa caracterizan como sostenedor del movimiento revolucionario.

En la ocasión, las tropas han dejado actuar con toda libertad a los provocadores en función de un planteo que el mando militar había hecho con anterioridad al llamar a la multitud a abandonar la plaza luego de la movilización. Después de más de una semana de manifestaciones y recambios políticos, es claro que los militares no están dispuestos a tumbar al presidente Mubarak, en tanto no hay acuerdo para ello entre las distintas potencias que intervienen en el conflicto y entre los distintos clanes oficiales. Israel y la Autoridad Palestina han mantenido inconmovibles la posición de que Mubarak debe pilotear la transición a las elecciones previstas para septiembre -precisamente el planteo que ha hecho el mismo Mubarak en su última aparición televisiva. La complicidad del ejército con la acción de las barras bravas del oficialismo es un indicio de que no está excluido un baño de sangre ejecutado por las fuerzas armadas. El régimen de Mubarak está ciertamente acabado, pero esto no significa que la burguesía mundial haya aceptado que su salida tenga lugar con las masas en la calle.

La revolución egipcia ha tomado al imperialismo por sorpresa, e incluso ahora varios sectores siguen apoyando a Mubarak, incluso en Estados Unidos. Hay una suerte de ficción democrática como sucedió luego del derrocamiento del hondureño Zelaya, cuando Obama logró hacer creer que se oponía a lo que no quería llamar golpe de estado. Ante el hecho consumado, sin embargo, alienta la ilusión de que las revoluciones pueden alcanzar sus objetivos a fuerza de manifestaciones exclusivamente, o sea sin una fuerza política dirigente y por sobre todo con exclusión de la organización de una insurrección popular armada, y si aceptan una dirección liberal y un recambio político superficial.

Esta ilusión está ahora presente en Egipto, aún más cuando ese procedimiento alcanzó para derrocar al gobierno de Túnez, hace dos semanas, e incluso después para expulsar del nuevo gobierno a ministros vinculados con el anterior. Los cambios de gabinete, o la renuncia a la reelección del presidente en países como Yemen y Jordania, también alimenta el espejismo de la posibilidad de un cambio social y político efectivo sin la destrucción del aparato de Estado precedente. Se omite en estos casos, sin embargo, que en Túnez ha quedado salvaguardado todo el aparato militar, represivo y burocrático del régimen desahuciado, incluida la continuidad del primer ministro (e incluso, hasta ahora, el inmenso conglomerado económico de la familia del presidente depuesto), y que en Yemen y Jordania los cambios no fueron siquiera de fachada.

Mubarak, en Egipto, ha tomado sus propios recaudos al llenar el cargo vacío de vicepresidente en la persona de un mandamás militar, Omar Suleiman, formado en Moscú bajo el régimen staliniano y luego en West Point. Omar Suleimán es el jefe del conjunto del servicio de espionaje y el principal enlace con los servicios de espionaje de Israel y Estados Unidos; tiene a su cargo la supervisión del bloque a Gaza. No es claro, con todo, que sirva como figura de recambio para las masas movilizadas, dado, precisamente, su larguísimo vínculo con el gobierno de Mubarak y su condición de espada fiel del sionismo. Es este personaje, sin embargo, la cabeza política de las fuerzas armadas, en las que tantos comentaristas y fuerzas políticas locales confían para producir una transición ‘pacífica'. Lo que no cabe duda, de cualquier manera, es que un aplastamiento sangriento de la revolución egipcia no significará de modo alguno un retorno al orden anterior de cosas -al contrario, desarrollará en las masas una conciencia revolucionaria más aguda en el conjunto del Medio Oriente. Tampoco se puede dudar que sin una revolución victoriosa no habrá ninguna mejora para las masas, sino más miseria, tensiones y conflictos bélicos.

Crisis mundial

La mejor caracterización de conjunto de la situación revolucionaria que se desarrolla en el Medio Oriente la produjo el titular de un artículo en el británico The Telegraph (1/2): "El FMI levanta el espectro de guerras civiles como consecuencia del empeoramiento de las desigualdades globales". En efecto, el presidente del Fondo había declarado: "No es la recuperación que queríamos. Es una recuperación acosada por tensiones y presiones, que pueden sembrar incluso las semillas de la próxima crisis". Agregó también: "El desempleo global se mantiene en alturas récord, con una desigualdad creciente de ingreso que suma tensión social", para citar "los tumultos en África como un preludio de lo que puede ocurrir con los 400 millones de jóvenes que se sumarán a la fuerza de trabajo en la próxima década". El funcionario agregó que "están re-emergiendo los desequilibrios globales que han causado la crisis financiera". Como conclusión pronosticó: "podríamos ver una inestabilidad social y política creciente dentro de los países -incluso guerra".

Ha sido el desarrollo de la crisis mundial, precisamente, el detonante de la crisis revolucionaria en Egipto, que como toda crisis auténtica nadie la esperaba porque opera en forma subterránea. Los lectores de Prensa Obrera saben que esa ha sido nuestra conclusión fundamental desde el inicio de la etapa actual de la crisis mundial -la tendencia a la creación de situaciones revolucionarias y de revoluciones. Egipto, que se jacta, como otros países llamados emergentes, de un crecimiento anual del 5%, como consecuencia del ingreso de capital especulativo generado por las operaciones de rescate de los bancos centrales más importantes; país tiene una tasa de inflación del 20% anual en los productos de primera necesidad y una elevada desocupación. En un reportaje sobre la situación del pueblo egipcio, el francés Le Monde (3/2) relevó, entre los manifestantes en distintas ciudades, ingresos diarios de 1,50 euros, o sea ocho pesos.

La fuerza motriz

La presencia abrumadora de la población empobrecida en las manifestaciones en Egipto, pone en cuestión la tesis que más ha circula en los comentarios internacionales, según la cual la revolución egipcia es un movimiento de la clase media modernizadora, cuyo objetivo es puramente político, no social, a favor de una democracia parlamentaria o ‘transparente'. Es la ilusión que tiene el imperialismo de estos acontecimientos. La lectura atenta de los pronunciamientos populares en todos los países en que ha prendido la revuelta, demuestra, por el contrario, la preeminencia de los reclamos sociales -que solamente podrían alcanzarse con el derrocamiento del poder de turno. Es cierto que el rol de Internet en la agitación política que condujo a las manifestaciones populares mostraría una preeminencia de los sectores más alfabetizados, pero el impulso popular no se detuvo cuando el gobierno cerró el canal de información electrónica, porque, como comenta el reportaje de Le Monde, "la comunicación recurrió al viejo método del boca a boca".

De cualquier modo, la bancarrota capitalista internacional excluye la posibilidad de una ‘modernización incluyente', si ese fuera el programa de clase media. Incluso en Israel, el único país ‘moderno' de la región, la pauperización camina a pasos acelerados. La etapa histórica mundial y la correlación de clases en Egipto determinan que la realización de las aspiraciones de las masas movilizadas solamente es posible por medio de la revolución permanente, o sea el desplazamiento de la dirección política de la lucha hacia los polos extremos de las masas.

La perspectiva de una agudización del proceso revolucionario ha levantado la hipótesis de que en un Egipto pueda triunfar un movimiento islámico, o sea reaccionario. Se cita para el caso a Irán, pero simplemente por ignorancia, porque la islamización de Irán no fue el producto de la revolución iraní de 1979, sino de la contrarrevolución posterior que consagró la preeminencia de la jerarquía clerical, reforzada luego por la guerra con Irak -impulsada por el ‘imperialismo democrático' para desangrar, precisamente, el ímpetu revolucionario. De todos modos, el islamismo egipcio ha buscado colaborar con Mubarak, incluso fue reconocido como la oposición a su majestad, y pagó por ello con prisiones masivas de sus militantes. En la circunstancia actual se ha puesto a la cola y al servicio de la oposición designada por el imperialismo, en la persona de un ex funcionario de la ONU en cuestiones de proliferación nuclear, El Baradei.

El cuidadoso edificio del sionismo

La revolución egipcia ocupa un lugar internacional excepcional por la simple razón de que amenaza hasta sus fundamentos toda la estructura de opresión del sionismo sobre la nación palestina. Este es el hecho, por encima de cualquier otro, que acelera la polarización política y el ritmo de la revolución al interior de Egipto. Israel es incompatible con una revolución victoriosa, por eso obstaculiza cualquier contemporización con las masas. Esto explica el apoyo incondicional que la propia Autoridad Palestina está dando a Mubarak, porque el derrocamiento de éste pondría en peligro todos los acuerdos de ella con el sionismo y pondría fin a su propia supervivencia.

Una victoria revolucionaria devolvería la región a la situación de 1956, cuando la nacionalización del canal de Suez provocó la invasión terrestre de Egipto por parte de Israel, con el apoyo de la aviación y tropas aéreotransportadas de Gran Bretaña y Francia -pero ahora en un marco histórico mucho más explosivo. Esta tensión explica que aún no se hayan producido movilizaciones de apoyo a la revolución egipcia en Cisjordania, que serían aplastadas sin miramientos por las tropas ocupantes, y hasta la moderación en Gaza.

La historia está demostrando la clarividencia de una de las alas de la IV Internacional, en los años ‘50, el llamado lambertismo (con el cual el Partido Obrero rompió a fines de los años '70), que previó que una lucha victoriosa contra el sionismo solamente era posible a partir de revoluciones en los Estados árabes, cuyas clases dominantes estaban enfeudadas o lo estarían más adelante a un acuerdo con Israel -y nunca mediante la construcción de una utópica Nación Arabe por parte de esas clases dominantes. Una victoria revolucionaria en los países árabes -es decir, de sus obreros y campesinos- plantearía a las masas judías una salida de la trampa mortal en que se encuentran, mediante la construcción de una República Palestina Única de todos sus componentes nacionales y la unidad socialista de todo el Medio Oriente.

Salto histórico

Los movimientos revolucionarios en las naciones árabes transportan la crisis capitalista mundial a otro terreno; ya no hablamos sólo de la quiebra masiva de bancos que son conservados en estado zombie por los Estados; ni de la quiebra de estos Estados; ni de la miseria social creada por esta bancarrota. Hemos ingresado a un período de situaciones revolucionarias y revoluciones. Fue precisamente lo que advertimos en un artículo relativamente reciente ("El rostro boliviano de la crisis mundial" en referencia a la rebelión desatada por el gasolinazo de Evo Morales, en Prensa Obrera 1162, 6/1). Egipto es Bolivia, pero ubicado en un centro neurálgico internacional para el imperialismo y para su socio más decisivo, el sionismo. Los ‘países emergentes' no se han alejado de la crisis mundial, ni siquiera la han esquivado, están en el ojo de la tormenta -por la simple razón de que ella desnuda contradicciones históricas mucho más explosivas que cualquier Estado desarrollado. Aunque Europa ya ha dado sus primeros pasos.

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brillante analisis
Por uno del PO - Wednesday, Feb. 02, 2011 at 11:05 PM

como siempre Altamira diciendo lo que hay que decir con su gran intelecto, grande Jorge! sos un bocho!

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brillante análisis ?
Por Palestina - Thursday, Feb. 03, 2011 at 6:31 AM

1. Donde estaba? leyendo Le Monde ?
2. Demuestra la falta de conocimientos sobre lo que esta pasando y sobre los sectores que luchan contra el regimen.
3. Demuestra su falta de conocimiento de los distintos sectores musulmanes (los toma como algo monolitico)
4. No sabe un bledo sobre las fuerzas armadas y sus diferencias en su dirección.
4 B.No sabe que los soldados (colimbas) en su mayoria tienen a sus padres luchando contra el regimen.
5. No sabe que sectores de la juventud estan luchando contra el regimen.Habla de clase media?
6.Habla de patotas? cuando son milicias organizadas del aparato del estado.

Parece un periodista de Clarín,atrasado en su comentario.
El Partido Obrero es una secta nacionalista que no le interesa un carajo la internacional y queda demostrado en el análisis del cro Altamira.

Por lo menos podria haber hecho contacto con los numerosos trosquistas que estan en las barricadas luchando contra el regimen.

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APOYO DEL PO Y ALTAMIRA A EVO
Por ROBERTO - Thursday, Feb. 03, 2011 at 9:30 AM
rcejas"hotmail.com

Debemos reconocer que es un buen análizis. Pero también debo recordarle al PO y Altamira, cuando hace referencia que Egipto es bolivia, durante el gasolinazo del "hermano" Evo, gasolinazo que fue derrotada en las calles por el pueblo boliviano. Debo refrescarle la memoria al PO y Altamira, que durante el primer periodo del gobierno reformista burgués del MAS de Evo, fue de su total apoyo al régimen indigenista anti-obrero del MAS. Apoyando al cacareado slogan del "proceso de cambio", su apoyo al capitalismo Andino-Amazónico y a la revolución democrática burgués del viejo Estado hoy denoiminada Plurinacional.

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Jua
Por Morenista - Thursday, Feb. 03, 2011 at 9:42 AM

Me parece perfecto que hayan apoyado a Evo, lástima que no lo apoyan más.
Después sobre el articulo de Bajamira, que decir... siempre lo mismo este tipo... escribe cuarenta cosas y no llega a ninguna conclusion... siempre hace lo mismo para qe todos digan "guaaw, cuanto sabe Altamira, es un genio".. asi no sirve, dejemos los egos de lado..

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dejate de joder altamira
Por de la liga - Thursday, Feb. 03, 2011 at 10:08 AM

pero si lo que pasa en egipto es como en todos los paises en conflicto, manejado por los yanquees, una especie de gatopardismo, dejense de joder con al revolucion?marxista, porque no la consolidaron en el Imperio Sovietico?, y trosky porque arreglo con el capitalismo internacional? no se sacaba la foto con la cupula de gobiernoSovietico y por otro lado arreglaba con la internacional capitalista?. Pero es viejo todo eso, es viejìsimo y ustedes viven como las viejas de los recuerdos.

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Cuidado con la retórica
Por --- - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:26 AM

Cito de la nota de Altamira sobre la rebelión popular en Egipto (que, por lo demás, me pareció interesante e informativa):
“La perspectiva de una agudización del proceso revolucionario ha levantado la hipótesis de que en Egipto pueda triunfar un movimiento islámico, o sea reaccionario. Se cita para el caso a Irán, pero simplemente por ignorancia, porque la islamización de Irán no fue el producto de la revolución iraní de 1979, sino de la contrarrevolución posterior que consagró la preeminencia de la jerarquía clerical (…)”.

La frase precedente constituye una disquisición semántica que, en realidad, no explica nada e, incluso, parece reflejar cierta incomprensión, potencialmente peligrosa.

La captura, por los ayatollas, de la rebelión popular que derrocó al sha de Persia, no podía dejar de tener un obvio sesgo reaccionario (desde una perspectiva socialista, o siquiera consecuentemente democrática), pero caracterizarla simplemente como una “contrarrevolución” es un llamado a la confusión.

Una contrarrevolución propiamente dicha había restablecido las condiciones eliminadas por la revolución bajo una nueva forma (por ejemplo, una república “democrática”), y hubiera supuesto el fin de las confrontaciones con el imperialismo yankee.
¡Pero todavía al día de hoy el régimen de los ayatollas protagoniza roces constantes con el imperialismo!

Lo que Altamira llama, demasiado a la ligera, “contrarrevolución” islámica expresaba en realidad una limitación congénita de la propia revolución iraní, es decir: expresaba un desarrollo -autocontradictorio- del propio proceso de la revolución.

Distinguir la revolución iraní de su captura “contrarrevolucionaria” por los ayatollas equivale a sostener que, en una fase previa de aquella revolución, habría existido algún tipo de dirección política autónoma de las masas insurrectas.
¡Pero eso no existió!

En consecuencia, el fundamentalismo chiíta pudo ponerse a la cabeza de las masas a causa de la orfandad política de las masas mismas, y no mediante un golpe contra ellas, ni por medio de una maniobra “estabilizadora” orquestada por el imperialismo, como tantas que conocimos (empezando por las que tuvieron lugar en nuestro país: Alfonsín, Kirchner).

Quizás sí podría hablarse de una “contrarrevolución EN la revolución” (es decir: una expresión de las limitaciones políticas internas de la revolución misma).

Pero plantear esto ya no es un mero ejercicio semántico o una disquisición terminológica, sino un sano ejercicio de dialéctica marxista que, como tal, permite percibir y comprender la posibilidad de que alguna facción islámica “radical” se monte sobre el auge de masas egipcio y protagonice conflictos más o menos agudos con el imperialismo (como ya sucedió en los casos de Hamas y Hezbollah).

El señalamiento, por parte de Altamira, de que los llamados “hermanos musulmanes” (conocidos desde siempre por su “moderación”) sean antes un aliado del continuismo que su verdugo, no clausura ni por asomo la posibilidad señalada.

Esta observación crítica, que no quiere de ningún modo ser escéptica pero sí realista, expone a la luz el verdadero drama de la revolución egipcia (como en su momento se puso de manifiesto con la revolución iraní y, más recientemente, con la albanesa): la ausencia, en la rebelión popular egipcia, no digamos ya de una alternativa obrera y socialista para el movimiento de masas, sino de la ausencia de cualquier alternativa política cabalmente autónoma frente al imperialismo.

Precisamente, en Medio Oriente la tendencia más señalada de los procesos de choque entre las masas y el imperialismo ha resultado ser, en ausencia de direcciones obreras revolucionarias, su captura por alguna facción islámica.
En este sentido, y lamentablemente, el análisis político de Altamira termina donde, en verdad, debería comenzar.

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Cuidado con la retórica
Por --- - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:27 AM

Cito de la nota de Altamira sobre la rebelión popular en Egipto (que, por lo demás, me pareció interesante e informativa):
“La perspectiva de una agudización del proceso revolucionario ha levantado la hipótesis de que en Egipto pueda triunfar un movimiento islámico, o sea reaccionario. Se cita para el caso a Irán, pero simplemente por ignorancia, porque la islamización de Irán no fue el producto de la revolución iraní de 1979, sino de la contrarrevolución posterior que consagró la preeminencia de la jerarquía clerical (…)”.



La frase precedente constituye una disquisición semántica que, en realidad, no explica nada e, incluso, parece reflejar cierta incomprensión, potencialmente peligrosa.

La captura, por los ayatollas, de la rebelión popular que derrocó al sha de Persia, no podía dejar de tener un obvio sesgo reaccionario (desde una perspectiva socialista, o siquiera consecuentemente democrática), pero caracterizarla simplemente como una “contrarrevolución” es un llamado a la confusión.

Una contrarrevolución propiamente dicha había restablecido las condiciones eliminadas por la revolución bajo una nueva forma (por ejemplo, una república “democrática”), y hubiera supuesto el fin de las confrontaciones con el imperialismo yankee.
¡Pero todavía al día de hoy el régimen de los ayatollas protagoniza roces constantes con el imperialismo!

Lo que Altamira llama, demasiado a la ligera, “contrarrevolución” islámica expresaba en realidad una limitación congénita de la propia revolución iraní, es decir: expresaba un desarrollo -autocontradictorio- del propio proceso de la revolución.

Distinguir la revolución iraní de su captura “contrarrevolucionaria” por los ayatollas equivale a sostener que, en una fase previa de aquella revolución, habría existido algún tipo de dirección política autónoma de las masas insurrectas.
¡Pero eso no existió!

En consecuencia, el fundamentalismo chiíta pudo ponerse a la cabeza de las masas a causa de la orfandad política de las masas mismas, y no mediante un golpe contra ellas, ni por medio de una maniobra “estabilizadora” orquestada por el imperialismo, como tantas que conocimos (empezando por las que tuvieron lugar en nuestro país: Alfonsín, Kirchner).

Quizás sí podría hablarse de una “contrarrevolución EN la revolución” (es decir: una expresión de las limitaciones políticas internas de la revolución misma).

Pero plantear esto ya no es un mero ejercicio semántico o una disquisición terminológica, sino un sano ejercicio de dialéctica marxista que, como tal, permite percibir y comprender la posibilidad de que alguna facción islámica “radical” se monte sobre el auge de masas egipcio y protagonice conflictos más o menos agudos con el imperialismo (como ya sucedió en los casos de Hamas y Hezbollah).

El señalamiento, por parte de Altamira, de que los llamados “hermanos musulmanes” (conocidos desde siempre por su “moderación”) sean antes un aliado del continuismo que su verdugo, no clausura ni por asomo la posibilidad señalada.

Esta observación crítica, que no quiere de ningún modo ser escéptica pero sí realista, expone a la luz el verdadero drama de la revolución egipcia (como en su momento se puso de manifiesto con la revolución iraní y, más recientemente, con la albanesa): la ausencia, en la rebelión popular egipcia, no digamos ya de una alternativa obrera y socialista para el movimiento de masas, sino de la ausencia de cualquier alternativa política cabalmente autónoma frente al imperialismo.

Precisamente, en Medio Oriente la tendencia más señalada de los procesos de choque entre las masas y el imperialismo ha resultado ser, en ausencia de direcciones obreras revolucionarias, su captura por alguna facción islámica.
En este sentido, y lamentablemente, el análisis político de Altamira termina donde, en verdad, debería comenzar.

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Altamira y simbolito son genios populares
Por Ernesto Tenenbum - Friday, Feb. 04, 2011 at 1:00 PM

Estos dos genios aconsejaron a Troski, en 1917 .Ahora sabemos la verdad,esta en los archivos del ex KGB, estos documentos se publicaran proximamente y cambiara la historia.

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No son 2 genios...
Por Morenista - Friday, Feb. 04, 2011 at 2:27 PM

Son 2 viejos fracasados y cada vez más pelotudos... que quedaron resentidos con el GRAN Moreno, siempre nos tuvieron envidia...
JAMAS ni en 80 vidas que vivan estos POdridos, llegaran a tener la influencia qe tuvo N.Moreno. Saludos

M
V

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para '---'
Por vito - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:12 PM

Pero sin embargo en la primera fase de la revolución iraní existieron consejos obreros de fabrica, que luego fueron aplastados al imponerse los clericales con la vuelta de Komehini (algo que el PC local apoyó asociandosé a Komehini en Frente Popular). Y la actuación de la clase obrera fue fundamental para la revolución. Por lo que el acenso del fundamentalismo podría verse como una contrarevolución dentro de la revolución anti-imperialista que contenía una potencial dirección alternativa, socialista. Fijate aquí hay algo de las shuras, esos consejos obreros:

http://bit.ly/gd6KQl
http://bit.ly/gBlb4G

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para '---'
Por vito - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:24 PM

Pero sin embargo en la primera fase de la revolución iraní existieron consejos obreros de fabrica, que luego fueron aplastados al imponerse los clericales con la vuelta de Komehini (algo que el PC local apoyó asociandosé a Komehini en Frente Popular). Y la actuación de la clase obrera fue fundamental para la revolución. Por lo que el acenso del fundamentalismo podría verse como una contrarevolución dentro de la revolución anti-imperialista que contenía una potencial dirección alternativa, socialista. Fijate aquí hay algo de las shuras, esos consejos obreros:

http://bit.ly/gd6KQl
http://bit.ly/gBlb4G

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para rayitas
Por vito - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:24 PM

Pero sin embargo en la primera fase de la revolución iraní existieron consejos obreros de fabrica, que luego fueron aplastados al imponerse los clericales con la vuelta de Komehini (algo que el PC local apoyó asociandosé a Komehini en Frente Popular). Y la actuación de la clase obrera fue fundamental para la revolución. Por lo que el acenso del fundamentalismo podría verse como una contrarevolución dentro de la revolución anti-imperialista que contenía una potencial dirección alternativa, socialista. Fijate aquí hay algo de las shuras, esos consejos obreros:

http://bit.ly/gd6KQl
http://bit.ly/gBlb4G

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para rayitas
Por vito - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:27 PM

Pero sin embargo en la primera fase de la revolución iraní existieron consejos obreros de fabrica, que luego fueron aplastados al imponerse los clericales con la vuelta de Komehini (algo que el PC local apoyó asociandosé a Komehini en Frente Popular). Y la actuación de la clase obrera fue fundamental para la revolución. Por lo que el acenso del fundamentalismo podría verse como una contrarevolución dentro de la revolución anti-imperialista que contenía una potencial dirección alternativa, socialista. Fijate aquí hay algo de las shuras, esos consejos obreros:

http://bit.ly/gd6KQl
http://bit.ly/gBlb4G

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repeticiones
Por vito - Friday, Feb. 04, 2011 at 10:33 PM

mis disculpas por las repeticiones... es un problema usual en indymedia.

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Gracias, Vito
Por --- - Saturday, Feb. 05, 2011 at 1:10 PM

Creo que los documentos que linekeaste, me dan la razón a mí.
Cito algunos párrafos que me parecieron esclarecedores (aunque no son los úncos):

"The absence, during that struggle, of a coherent strategy for working class power being fought for by a party, was the real cause of the shuras’ downfall. In the first place the shuras weakened their position within the mass movement by confining themselves strictly to the workplaces. By and large they remained factory committees, not soviets. That is, they did not become democratic councils representing and uniting in struggle all the fighting groups of the exploited and oppressed and based on geographical districts as well as workplaces."

"Certainly some shuras did begin to function as embryonic soviets, linking up different sections of workers. But they existed parallel to, rather than combined with, the neighbourhood committees which organised the urban poor. These committees took on administrative functions on a city wide basis and organised the armed guards of the revolution, the Pasdaran. They filled the vacuum left by the collapse of the Shah’s regime. But they were separated from the workers’ organisations and, precisely because of this, were extremely prone to Islamic influence. They eventually became weapons against the workers organisations. Bayat notes this weakness without himself realising its full political significance: ‘However, there is no evidence to suggest an organisational link between the working classes and the neighbourhood popular shuras.’ (p 96)"

de: http://www.permanentrevolution.net/entry/2049


Creo que, entre líneas, en la reivindicación (o el mero rescate histórico) de la actividad de la clase obrera iraní entre febrero y agosto de 1979 -como la hace Bayat-, se deja leer la falta de percepción y de comprensión del peso social y político con que ya contaban los chiítas entre las masas pobres de Persia.

Por otra parte, las notas que linkeaste reflejan muy claramente la ausencia de un programa político propio de los trabajadores, y menos de alcance nacional, dirigido al conjunto del pueblo iraní.

La información que pusiste a disposición de los lectores de este foro parece indicar claramente que la acción de los consejos o asambleas (sguras) se circunscribió principalmente a lo reivindicativo y a cierto papel de contralor al interior de los lugares de trabajo (mucho más semejante a un comité de fábrica que a un soviet).

. . . . . . . . .

En fin, si lo que Altamira quiso señalar es que al día de hoy, los hermanos musulmanes no son una alternativa similar a los chiitas iraníes en el '79, tiene razón.

Pero eso sólo significaría que seguidamente a una eventual caída de Mubarak y su régimen vendrá un período sinuoso, de alternativas poco claras (en la que, como bien señala Altamira, el orden podría ser impuesto por una intervención militar israelí o, incluso, una ocupación militar de la ONU), un poco como el período que conoció Argentina en 2002.

Es lo más común que la decantación de un liderazgo "jihaadista" resulte de una no siempre prolongada pero sí siempre intencia pugna entre facciones al interior del movimiento islámico.

La emergencia de una facción islámica con poder de liderazgo podría incubarse y desarrollarse casi naturalmente dentro del período de "desgobierno", y a su turno darle fin.
Hay base suficiente para ello, y precisamente por eso digo que el análisis de Altamira termina donde debería empezar.

Es un defecto general -occidentalizante, si se quiere- de muchos análisis de las crisis políticas en Oriente Medio, incluidos los que hace la izquierda, la falta de atención a la influencia realmente alcanzada por organizaciones clericales musulmanas.

Y, justamente, los documentos que linkeaste dejan ver que tanto Komeini como las organizaciones chiitas ya venían cumpliendo un papel activo, y reconocido por las masas (especialmente las que no pertenecían al proletariado industrial) contra la tiranía de Pahlevi.

Como te imaginarás, a mí en este caso me gustaría mucho más estar equivocado que tener razón.

Aunque sólo sea en la medida de un grano de arena, creo que un análisis lo suficientemente profundo, serio y responsable (que no excluya aspectos fundamentales de la realidad considerada) puede contribuir a crear la alternativa obrera y socialista que está faltando en Egipto y que, por eso mismo, fomenta la tendencia a que el proceso termine siendo capturado por alguna facción islámica más o menos "radical".

Agradezo tu aporte, que me pareció serio y constructivo.

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para rayitas
Por vito - Sunday, Feb. 06, 2011 at 2:07 AM

Creo que Altamira enfatiza que los Hermanos Musulmanes quedaron pegados a Mubarak al prestarle colaboración y que ahora se hayan puesto de furgón de cola de Elbaradei, por lo que no estarían representando una salida anti-imperialista independiente como si lo habrían sido los islamistas en Irán (aun siendo los verdugos de la organización obrera). Por otro lado, la revolución egipcia pega fuerte en regímenes de islamistas pro- imperialistas como el de Arabia Saudita, y además otro factor que no estamos considerando es cuan sano está el principal regimen fundamentalista, el de Irán, en donde la desocupación creció al 15%.

Creo que vos tomás como factor determinante la falta de una dirección obrera clara (partido obrero enraizado en las masas, etc), mientras que me parece que Altamira tiene esperanza de que esa dirección termine surgiendo ante la imposibilidad de los régimenes que sucedan inmediatamente al de Mubarak islamicos o no) de darle una salida al problema económico de Egipto.

Me parece que tu punto es muy válido en el sentido de que no se puede descartar tan rápidamente como lo hace Altamira en este texto el que la revolución egipcia se incline al islamismo, máxime pensando en las experiencias pasadas de la región. Pero a la vez puede que haya muchos factores que en las experiencias anteriores no hayan estado presentes y que hagan menos probable ese camino. Una crisis posible al interior de Irán; que la crisis mundial que le impida a un régimen capitalista egipcio (islamista o no) darle un respiro a las masas; un cambio en la conciencia de las masas tras las experiencias de regímenes islámicos anteriores y quizás cierta secularizacion (puede que no sean solo datos anecdoticos los cristianos haciendo cadenas para proteger a los islamicos en las protestas).

Aquí también hay un artículo de Coggiola al respecto:

http://www.lahaine.org/index.php?blog=3&p=51101

Y dale un vistazo a esta charla imperdible de un trosco egipcio muy lúcido, vale la pena verlo entero, es del 2007:

http://blip.tv/file/4699784
http://blip.tv/file/4700355

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sean más serios
Por trosco - Sunday, Feb. 06, 2011 at 2:44 PM

Son unos caraduras,no saben NADA DE LO QUE ESTA PASANDO EN EGIPTO.
No tienen la información suficiente para hacer un análisis.Altamira tampoco los puede ayudar.

Sean más modestos y a la cucha.

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Más info: el mov obrero
Por el monopollo - Wednesday, Feb. 16, 2011 at 12:42 PM

UNA OLA DE HUELGAS PARALIZA A EGIPTO: ADVERTENCIA DE LA JUNTA
15/02/11

Involucra a los servicios públicos, bancarios, médicos, enfermeros, trabajadores del Canal de Suez y hasta policías. Reclaman aumentos de sueldo y mejoras en las condiciones laborales. El gobierno dijo que no tolerará más protestas.

Egipto, liberado de la dictadura, se encendió ahora con un aluvión de huelgas y marchas sindicales alimentadas en unas condiciones laborales y de ingresos históricamente postergadas, que amenaza con una nueva etapa de grave agitación en este país. Las protestas involucran todo el arco laboral, desde servicios públicos, sanidad, bancarios, del Canal de Suez y hasta policías. Ayer la junta militar que gobierna Egipto sin Constitución ni Parlamento desde el golpe que derrocó el viernes al dictador Hosni Mubarak, advirtió que no se tolerarán las nuevas protestas y demandó a la gente regresar a sus trabajos.

“Los nobles egipcios ven que estas huelgas, en este momento tan delicado, llevan a resultados negativos”, dijo en tono cauto el vocero de la Junta. Nadie aquí apostaba ayer a que el mensaje vaya a ser acatado. Ahmed tiene 32 años, es bancario y está en huelga desde el domingo que es día laborable en esta parte del mundo. “Tenemos derecho a pedir aumento, ganamos la revolución”, le dice a este enviado en la plaza Tharir. Cuando se le consulta sobre el pedido de la Junta, dice con tono de delegado: “Están equivocados, no son así las cosas. Va a estallar una huelga general si no atienden los pedidos ”.

Ayer había insistentes versiones en El Cairo respecto de que los militares consideran prohibir el derecho de huelga y de reunión hasta que se celebren las prometidas elecciones en seis meses. Pero ambos son partes de los derechos que recuperó la población con esta rebelión y sólo podrían volver a conculcarse con una fuerte represión. Es una situación compleja. La dictadura sostuvo un régimen laboral con grandes niveles de explotación y sin derecho a las protestas. Esas demandas reprimidas están surgiendo como una catarata.

Los militares quieren evitar reprimir a los trabajadores para no perder autoridad ni la imagen de neutralidad que construyeron en esta crisis y que los vincula especialmente con los sectores más empobrecidos del país. Será difícil. El derrocamiento de Mubarak se produjo cuando fue claro que además de la protesta civil en las calles, habían surgido huelgas en todo el país que acompañaban la rebelión y ponían en riesgo a la economía. Ese escalamiento convenció a los aliados del hombre fuerte, en especial al establishment local, a retirarle su apoyo y sobrevino el golpe.

La crisis de Egipto y la que se produjo previamente en Túnez, o las que están esparciéndose por todo el mundo árabe y en Irán, tienen como impulso central la falta de libertad y las críticas desigualdades sociales que estos despotismos mantuvieron o mantienen como norma.

El triunfo sobre la dictadura aquí abrió así todas las compuertas. Ayer, en la plaza de la Liberación, el centro neurálgico de esta revolución –ahora completamente ordenada y sin carpas– Clarín pudo ver por lo menos dos marchas muy nutridas de trabajadores que reclamaban aumentos salariales. Parte de ellos, pertenecientes al transporte público de pasajeros, hicieron una concentración en el cercano canal de televisión estatal, donde también centenares de ambulancias fueron estacionadas en protesta por los conductores que piden mejores ingresos.

A pocas cuadras de la plaza, otras pequeñas columnas de trabajadores eran de empleados de bazares, o de empresas textiles con iguales reclamos. El domingo un grupo de trabajadores se plantó en las vías de los trenes de larga distancia aquí, en la estación central de El Cairo, reclamando que se los convierta en empleados fijos de la empresa y, por cierto, con aumentos en el ingreso.

El problema es que los sueldos en este país son realmente muy magros. Hala Fawsi, de 34 años, madre de dos niños que protestaba en las puertas de una empresa estatal de seguros donde trabaja desde hace cinco años, dijo que gana el equivalente en libras egipcias a veinte dólares por mes . “Ahora tenemos el coraje de salir y reclamar”, comentó. Ese dinero es realmente poco. Un dólar está en torno de las cinco libras y los alimentos se han disparado desde el inicio de la crisis global mundial, pero también debido a esta coyuntura local.

La inflación sólo el año pasado fue de 13% .

El ministro de Finanzas, Samir Raduan, dijo que el país perdió en estos 18 días de rebelión alrededor de dos puntos del Producto, pero aún falta evaluar lo que ha causado el fracaso de la temporada de turismo, actividad que aquí explica casi 9 por ciento de la economía del país.

Ayer también se malogró la operación bancaria. Una huelga paralizó al Banco Nacional, el mayor del país, y también a una enorme cantidad de otras entidades. El Banco Central decidió suspender las actividades, lo que se complica debido a que hoy es feriado aquí. De modo que recién volverán a abrir el miércoles.

La Bolsa de Comercio, que también iba a comenzar a operar ese día, decidió nuevamente postergar el reinicio para el domingo entrante, en un esfuerzo para moderar lo que se supone será una fuerte caída de los papeles debido a la incertidumbre reinante en el país. Ya en enero, en apenas dos días de operaciones antes de que estallara la crisis, los principales papeles se encogieron 17% .

En medio de estas convulsiones, se supo ayer que dos de los dirigentes de la plaza decidieron tomar contacto con los militares. Fue después que la junta anunciara el cierre del Congreso, como demandaban los manifestantes y la suspensión de la Constitución. Se aclaró luego que una reforma de la Carta Magna estará preparada en diez días y pasará a referéndum en dos meses.

El ex alto ejecutivo de marketing de Google, Wael Ghonim, y el blogger Amr Salama informaron en Internet que se reunieron el domingo con parte de la dirigencia militar de la Junta. No dieron nombres.

“Hablamos con el ejército para intentar entender sus puntos de vista y comunicarles nuestras visiones”, escribió Ghonim, quien estuvo detenido y desaparecido durante 12 días antes de la caída del régimen y que al salir se convirtió en un líder de la revuelta.

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MÁS PROTESTAS EN YEMEN


Inspirados por la histórica jornada de protestas en Egipto que terminó con el régimen de Hosni Mubarak, miles de yemeníes volvieron a reclamar ayer por la salida de Ali Abdullah Saleh, quien se ha perpetuado en el poder durante los últimos 32 años. Fue el cuarto día consecutivo de protestas en aquel país.

“Después de Mubarak, Ali” gritaron los manifestantes en las calles de Sana, capital de Yemen. Como su par egipcio, Saleh es un aliado de los Estados Unidos. La protesta fue organizada por estudiantes y representantes de la sociedad civil, a quienes se sumaron un grupo de abogados.

La situación se tornó violenta cuando los manifestantes chocaron con una contramarcha a favor de Saleh frente a la Universidad de Sana. Los simpatizantes del presidente yemení habrían atacado con piedras y cuchillos, y tres personas resultaron heridas.

La ciudad industrial de Taiz también fue escenario de protestas. Hubo cuatro heridos por peleas entre opositores y oficialistas, y la policía lanzó proyectiles al aire para reestablecer el orden.


SANA. AP, ANSA Y EFE

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Más info: Tendencias políticas del islamismo egipcio
Por el monopollo - Wednesday, Feb. 16, 2011 at 12:49 PM

ENTRE LOS MODELOS TURCO E IRANÍ
16/02/11

PorGustavo Sierra


La cuerda de la horca se tensó el 29 de agosto de 1966 para acabar con la vida de Sayyid Qotb, el teórico del islamismo moderno. Lo mandó a matar Gamal Abdel Nasser que 14 años antes había tomado el poder en Egipto junto a sus compañeros de los Oficiales Libres y su nacionalismo panarabista. Qotb se había convertido en esos años en el ideólogo más influyente del mundo islámico y de la Asociación de los Hermanos Musulmanes en particular. Su nombre y sus libros estuvieron presentes en las discusiones todos estos días de la revolución egipcia en la plaza Tahrir de El Cairo. La sola mención de su nombre va a dividir las aguas en este difícil proceso que están enfrentando los egipcios y que, seguramente, será modelo para todos los otros países árabes.

Como explica el gran maestro francés Gilles Kepel en su fantástica La Yihad , “Qotb proclamaba el surgimiento de una `nueva generación coránica´ que pudiera construir en el mundo contemporáneo una comunidad islámica sobre las ruinas del nacionalismo, de la misma manera que el Profeta y su generación habían edificado la comunidad de los creyentes sobre los escombros del paganismo árabe”. Por sobre todo, Qotb decía que había que combatir la jahiliyya , la ignorancia en la que vivían supuestamente los árabes antes de la Revelación del Islam al profeta Mahoma a principios del siglo VII de la era cristiana.

Es el principio del radicalismo sunita . Los shiítas tuvieron el suyo con el ayatollah Jomeini en Irán.

En este contexto, los Hermanos Musulmanes que aparecen como una de las pocas organizaciones previas a la revolución –no mayoritaria ni mucho menos— capaces de movilizar y contener a este aluvión juvenil , tienen en la ideología de Qotb una de sus ramas más importantes. La otra, la que mira a Turquía como el modelo a seguir, mantiene los ideales del fundador de la hermandad, Hasan al Bana, que según su nieto, el pensador Tariq Ramadan, “en todos sus escritos demostró que se oponía al colonialismo y criticaba enérgicamente a los gobiernos fascistas de Alemania e Italia.

Creía en el parlamentarismo británico , que según él representaba el modelo más cercano a los principios islámicos”.

Todavía sigue siendo relevante para el mundo musulmán la abolición del sultanato que en 1922 terminó en Turquía con seiscientos años de dominio otomano y el ascenso del comandante Mustafá Kemal, a quien luego bautizaron como el gran Atatürk (padre de los turcos). Aparece el estado laico de una democracia parlamentaria . Desde entonces es el modelo frente a las autocracias del mundo árabe. Turquía negocia desde hace años su integración a la Unión Europea, es miembro de la OTAN, la OCDE y el G-20. Demuestra, a pesar de estar en manos de un presidente y un primer ministro del islamista AKP, el Partido de la Justicia y el Desarrollo, que se puede ser equilibrado y mantener buenas relaciones con el mundo Occidental , o incluso ser parte de algunas de sus principales organizaciones como es la UE. Es el país 17 del mundo en cuanto a su PBI de 985 mil millones de dólares . Está en la segunda línea de los emergentes inmediatamente después de China, India, Brasil y Rusia.

La discusión entre los Hermanos Musulmanes ya excedió totalmente a ese movimiento y se instaló en la sociedad egipcia. ¿Dónde ir? Hacia un modelo cercano a Irán de un populismo islamista en constante confrontación con el enemigo externo —muy particularmente Estados Unidos— o hacia el ejemplo turco de una democracia parlamentaria islamista.

Los líderes islamistas que están regresando del exilio en Arabia Saudita proclaman los ideales de Qotb como la versión sunita del modelo iraní. Pero los jóvenes que iniciaron la revuelta y lograron derrocar al rais están mucho más conectados con la globalización de las redes sociales que traen aires nuevos de libertad y dejan para la Historia el ahorcamiento del 66, o la revolución iraní del 79.

De esos episodios, de todos modos, pueden aprender que las dictaduras son capaces de aplastar a cualquier pueblo por décadas y que toda revolución siempre está en peligro de quedar en manos de una minoría radicalizada. La lección del 2011 aparece como mucho más conmovedora y energizante : la democracia se construye desde las bases y los celulares son más letales que los misiles.

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ANALisis
Por Brutus - Wednesday, Feb. 16, 2011 at 9:01 PM

Aca el sionista Nahuel Moreno tampoco los puede ayudar.
Porque Egipto vendria a ser como Alemania o Mexico para los yanquees, con el "agravante cultural" de la fe islamica, lo que pone una barrera infranqueable a toda pretension civilizatoria occidental.
Allah es Grande!!!. En las mezquitas no hay lugar para el "entrismo".

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se puede hacer entrismo
Por Enver Hoxha - Wednesday, Feb. 16, 2011 at 9:25 PM

El entrismo se puede hacer en todos lados. Moreno lo hizo en el peronismo, Santucho lo hizo en el morenismo, etc etc....
No hay limites para el entrismo.

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Bruto Error:
Por Comandante Brutus - Wednesday, Feb. 16, 2011 at 11:10 PM

Santucho no hizo entrsmo en el Morenismo. Mas bien fue al revŽs. Por aquel entonces,
Nahuel Moreno creia poder arrastrar al FRIP (con buena implantacion en el norte del pais) hacia sus posiciones tipicas reformistas dando una lucha interna (trabajo de sapa) en aras al control de la orga, no sŽ con que oscura finalidad. Hasta que (desbordado por la voluntad y el carisma revolucionario de la conduccion Santuchista) no tuvo mas remedio que "romper" antes de perder a sus ultimos seguidores. En realidad pas— que la minoria Morenista (PRTrucha) fue expulsada por confesar de forma velada con el rŽgimen gorila y represor de Ongania-Levingston-Lanusse.

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volcanes por todos lados
Por mario el alemán - Thursday, Feb. 17, 2011 at 1:54 PM

y brutus la sigue con Moreno,QUE ABURRIDO !!!

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ya citan a cualquiera
Por conteston - Thursday, Feb. 17, 2011 at 8:38 PM

por que alguien pega una nota de gustavo sierra?
No leí la nota (para leer tengo una larga lista de autores antes que sierra)... pero GS tiene un norte claro. No creo que pueda llegar a ser el sustituto de Cardozo, como pretenden.
Tampoco puede plantear algún tipo de discusión solida con Briegel. Entonces: por que difunden a GS? solo se me ocurre que buscan desviar el hilo... con que objetivo?
Con el objetivo "de la contingencia sacar beneficios" y atacar a Irán, Argelia y Libia y mostrarlos como los anti-democráticos por excelencia en el mundo árabe.

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Entrismo y "entrismo"
Por Brutus - Friday, Feb. 18, 2011 at 12:03 AM

Enver Hoxha: yo vi una foto de Nahuel Moreno, gorrita con visera a lo "pochito" , vivando a Per—n en plaza de Mayo. Eran rudos tiempos de Braden o Ner—n. Hasta ahi se entiende. Entrismo servil por conveniencia.
Pero adoptar un modo de vida isl‡mico fundamental (para alcanzar la meta socialista) es otra cosa.
Yo te pregunto seriamente a vos y a los fantasmas del PCR: ÀOtto Vargas estaria dispuesto a tirarse al piso doce veces por dia, besar los microbios del suelo, pegarle a su mujer sin motivos, dejar el alcohol y abandonar las relaciones sexuales ambiguas, todo a cambio de un rŽdito politico incierto?.
Como poder "se puede" todo, pero ya no serias el mismo. Esto es lo que pasa con el PCR. Ya ni siquiera son Maoistas. A fuerza de infiltrarse en todos lados para "conquistar a las masas", terminaron siendo la primer internacional policiaca del mundo en Argentina, jaja.
Nahuel Moreno se retuerce de envidia en su tumba.

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redirected
Por Redirected - Friday, Feb. 18, 2011 at 6:26 PM

veo que los que postean son siempre los mismos como desde hace 7 años, brutus, mario el aleman, jajaja, como si no pasara el tiempo en este foro, falta el oligarca y carton lleno.

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