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Santa Fe: Morir adentro de un silo
Por Graciela Cristina Gomez* - Sunday, Feb. 06, 2011 at 6:35 PM

Sábado 5 de febrero de 2011 Ramiro Burgueño murió el 15 de noviembre de 2007 por asfixia tras quedar sepultado por una montaña de pellets de girasol en una celda de la planta de Vicentín SAIC, que no cumplía con las medidas de seguridad. Tres años pasaron y la herida que no cierra en una madre que brega por un cambio en la ley penal. Que pueda condenar a empresa y empresario por cada trabajador muerto .

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El accidente se produjo en la celda N°8 donde el joven hacía de “chucero”para destrabar el grano que se atasca por la humedad, a dos meses de haber ingresado por Adecco la consultora del trabajo esclavo.
“Para la patronal de la empresa fue “accidente laboral” y cuenta con la complicidad de la burocracia sindical de aceiteros Uocra ,Químicos y la CGT regional que solo se limitó a pedir “comisiones mixtas de seguridad” ocultando así lo que verdaderamente sucedió (…) Ocultaron la muerte por más de 4 horas para evitar un paro violento de sus compañeros y luego levantaron los piquetes con cortes de ruta que los obreros habían puesto de pie” informaba la web Democracia Obrera.

“Luché para que mi hijo estudie, para que sea una persona de bien, que no esté en la calle. Hacía poco se había recibido en mecánica del automotor e inyección electrónica, y al mes y medio de su muerte, lo llamaron de 5 trabajos “ Lamenta Susana Tejero , su madre , a quien visité y filmé en su casa de la calle Richieri. Alli las paredes están llenas de fotos de Ramiro y sus padres llevan una remera con la cara de su hijo sin abandonar el reclamo que ya lleva tres años .

“ No estoy luchando para que cierren la fábrica o por política, estoy luchando por los trabajadores que quedaron vivos, porque por Ramiro no puedo hacer más que llorarlo". "Hace poco falleció otro obrero en la Cerealera Rodríguez de la localidad de Soldini y otro en Los Molinos en la Cooperativa Agrícola Ganadera dentro de un silo de soja. Hay otros casos como el de Juan Moreira hace 12 años, o el de Jonathan Iván Rojas, un chico de 18 años que murió aplastado en el establecimiento La Esperanza en Alvarez. Nadie denuncia , yo no quiero ser cómplice de las empresas. Quiero que se haga justicia por mi hijo” repite hasta el cansancio a los pocos medios que se atreven a entrevistarla.

Porque así como el tema fumigaciones, el trabajo esclavo y los camioneros muertos por fosfina , son material esquivo y "de eso no se habla" como respondió un conocido periodista y abogado de Rosario a los familiares de Jonathan cuando le pidieron que informe por la radio la muerte del joven adentro de un silo. Estos temas no figuran ni en los clasificados, tanta cobardía intelectual sorprendería al mismo George Orwell a quién imagino clamando un poco de "Rebeldía en la granja" donde los animales tienen más sentimientos que los humanos.

La empresa Vicentín nació en 1929 en Avellaneda al norte de Santa Fe, incorporó en la producción de aceites el proceso de extracción por solventes,lo que posibilitó la apertura de su segunda planta en Ricardone. Con su propia Terminal de Embarque en San Lorenzo creció y se expandió en el rubro algodonero.El último salto de la empresa fue incursionar también en la producción del herbicida glifosato y los insecticidas endosulfán y cipermetrina en baldes de 20 litros.

Si hay un riesgo creado, la obligación del que ha causado un daño se extiende a los que están bajo su dependencia. Todos son solidariamente responsables de la muerte. Y de manera in solidum o concurrente , la consultora por no cumplir con los recaudos mínimos, básicos y elementales para brindar sin riesgos esa labor. Vicentín por su parte tampoco tuvo un obrar diligente en la selección y control del funcionamiento de la consultora contratada. Era su deber fiscalizar supervisar y controlar de qué manera contrataba al personal. Todos pecaron de omisión de todas las diligencias exigidas, el empleado descartable es solo un chango más que se suplanta por otro.

La empresa destaca entre sus valores : la búsqueda de la excelencia, coherencia entre lo pensado y lo actuado y en la inexistente capacitación de sus recursos humanos que dice realizar en forma permanente.

Nada le devolverá la vida a Ramiro, su vida no vale una pensión por fallecimiento, ni un seguro.Tampoco una vergonzosa condena por homicidio culposo. La justicia debería establecer un sistema de responsabilidad penal “hacia arriba” que haga responsable al empleador por los delitos de sus dependientes, por falta de idoneidad para desempeñar el cargo de supervisor, técnico o cualquiera sea el puesto del que obligó a la victima entrar a esa celda. Instaurar así mismo una serie de sanciones que contemplen las penas de privación de libertad y otras sanciones accesorias . Pues “cuando mayor sea el deber de obrar con prudencia y conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos” (artículo 902 CC)

Toda ART tiene el deber de denunciar los incumplimientos de sus afiliados de las normas de higiene y seguridad del trabajo, pero las inspecciones no son un fuerte de la justicia laboral en muchos rincones del país. La provincia sojera por excelencia no tiene interés en descubrir los ilícitos laborales, es noticia la bolsa de cereales y las toneladas récord mientras la miseria humana brinda con vino malbec fabricado por Vicentín , con intendentes, legisladores y políticos el orgullo de tener la planta productora de biodiésel más grande de Latinoamérica.

El trabajo decente y la protección de las personas que promueve la OIT coaliciona con el modelo de crecimiento local. La globalización equitativa es una utopía donde la productividad a cualquier precio triunfa en detrimento del principio pro-operario. Estar entre las siete empresas que exportan el 90 % de la producción agrícola del país dista mucho del almacén de ramos generales Vicentín de 1929.
El Reto, como se llama su vino de $120 , no está en los Andes sino en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, allí donde el trabajo decente es pisoteado por las cerealeras.-

ABOGADA-ESCRIBANA
ECOS DE ROMANG

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