Julio López
está desaparecido
hace 6401 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Analisis sobre los levantamientos en Egipto y el Norte de Africa desde el Marxismo
Por IPI, Cuarta Internacional y otros - Tuesday, Feb. 08, 2011 at 12:01 PM

Analisis sobre los levantamientos en Egipto y el Norte de Africa desde el Marxismo

Ante el levantamiento de las masas del Norte de Africa y los pueblos árabes: La salida son Gobiernos Obreros y Populares Laicos
Organización de Izquierda Revolucionaria (OIR)
- y Revista IPI

Los levantamientos y protestas masivas recientes, en algunos casos con características insurreccionales, iniciados en Túnez, extendidos a Argelia, Yemen, Marruecos, Jordania y en estos momentos desarrollándose con mayor ímpetu en Egipto, el país más importante de la región, no parecieran tener fin próximo, ni geográfico ni político…

Diversos analistas consideran que estas explosiones sociales son producto de la crisis económica europea, particularmente de Francia, Inglaterra, Bélgica e Italia. Y si bien están en lo cierto, en tanto que la intensificación de la pobreza, el desempleo y la falta disponibilidad de viviendas en la región han actuado como detonadores de la presente situación, su análisis es parcial e incompleto, puesto que igualmente importante es el desarrollo político/ideológico y cultural de la región.

La persistencia de gobiernos corruptos y dictatoriales, la traición de estos ante el creciente colonialismo norteamericano, europeo y de Israel y el sentido de derrota en Iraq y Afganistan y en la propia Palestina, frente a la agresión occidental, son algunas de las cuestiones que calan hondo en la conciencia de las masas y se colocan en un plano de igualdad y correspondencia con las causas económicas.

Los gobiernos de Túnez, Argelia y Egipto, y muchos otros, han basado sus regímenes en las FFAA y en una lucha feroz contra el Islamismo al que todos ellos ven como un peligro real e inmediato.

El régimen, de hecho militar de Argelia y el gobierno dictatorial de Mubarak en Egipto lograron sobrevivir, no hace mucho, levantamientos musulmanes y en el caso de Argelia una guerra civil.

En el caso de Egipto, Mubarak era el vice-presidente de Anwar El Sadat cuando este fue asesinado en 1981 por radicales islamistas por su papel en el tratado de paz con Israel y en la represión de los fundamentalistas. Sobrevinieron luego nuevas rebeliones del Islam político que fueron ferozmente suprimidas e intentos de asesinato contra el propio Mubarak.

Esto no son casos excepcionales, sino la tendencia de los acontecimientos de las últimas décadas.

Las direcciones laicas de una docena de países árabes y africanos, nacionalistas burguesas de la posguerra, que se postulaban como gobiernos independientes, fueron enfrentadas con todo el peso del imperialismo e Israel, y destruidas una a una. Dando paso a regímenes represivos de recambio.

La persistencia de gobiernos corruptos y dictatoriales, la traición de estos ante el creciente colonialismo norteamericano, europeo y de Israel y el sentido de derrota en Iraq y Afganistan y en la propia Palestina, frente a la agresión occidental, son algunas de las cuestiones que calan hondo en la conciencia de las masas y se colocan en un plano de igualdad y correspondencia con las causas económicas.

Los gobiernos de Túnez, Argelia y Egipto, y muchos otros, han basado sus regímenes en las FFAA y en una lucha feroz contra el Islamismo al que todos ellos ven como un peligro real e inmediato.

El régimen, de hecho militar de Argelia y el gobierno dictatorial de Mubarak en Egipto lograron sobrevivir, no hace mucho, levantamientos musulmanes y en el caso de Argelia una guerra civil.

En el caso de Egipto, Mubarak era el vice-presidente de Anwar El Sadat cuando este fue asesinado en 1981 por radicales islamistas por su papel en el tratado de paz con Israel y en la represión de los fundamentalistas. Sobrevinieron luego nuevas rebeliones del Islam político que fueron ferozmente suprimidas e intentos de asesinato contra el propio Mubarak.

Esto no son casos excepcionales, sino la tendencia de los acontecimientos de las últimas décadas.

Las direcciones laicas de una docena de países árabes y africanos, nacionalistas burguesas de la posguerra, que se postulaban como gobiernos independientes, fueron enfrentadas con todo el peso del imperialismo e Israel, y destruidas una a una. Dando paso a regímenes represivos de recambio.

El derrocamiento de Ben Bella en Argelia, el asesinato de Patrice Lumumba en el Congo, el fracaso de Nasser y la Republica Arabe Unida son solo algunas de las derrotas históricas a que nos referimos de gobiernos y proyectos nacionalistas burgueses de que fueron resultado de revolución anticolonial en el continente.

Como parte de esa estrategia, tanto Israel como EEUU promovieron el reforzamiento de las sectas fundamentalistas para socavar los gobiernos y regímenes post coloniales laicos en el Medio Oriente– y en el caso de Afganistan para eliminar la entonces influencia Soviética.

Ante esto surgieron nuevas direcciones en un numero de paises, aún laicas, basadas en las FFAA generalmente, y amigables con el imperialismo para garantizarse su existencia. Al mismo tiempo, el radicalismo Musulman se volvió contra sus otrora patrocinadores imperiales y respondieron a las demandas anti-Israel de las masas del Medio Oriente, no para acabar con el imperialismo sino para imponer gobiernos de índole reaccionario y un reacomodamiento en el orden mundial.

El fundamentalismo, aunque se aferra y utiliza demagógicamente las demandas económicas y democráticas de los pueblos de la región, al convertirse en hegemónico o hacerse del poder, plantean constituir repúblicas islámicas, reaccionarias y anti-democráticas por definición – como lo son todos los gobiernos de indole sectaria religiosa - como es el régimen de Irán o lo fue en su momento el del Taliban en Afganistán, verdaderos espejos del Estado Judio Sionista al que dicen combatir, tambien de caracter religioso.

Los actuales gobiernos basados en la fuerza de las armas, reaccionarios y pro imperialistas tuvieron hasta el momento un aspecto progresivo altamente contradictorio, cual es el de mantener el carácter laico de los estados nacionales y sus regimenes y gobiernos en el norte de Africa y el Medio Oriente, buscando legitimar su existencia.

Sin embargo, esta laicicidad esta modelada detrás de la cultura y los valores de los paises y sociedades imperialistas, que generaron en ellos la “formalidad” de valores occidentales, muchos de ellos rechazados por la cultura arabe e impuestos por la violencia.

Este es el marco histórico en que se dan estas nuevas rebeliones. Aunado a esto, el hecho de que actualmente, el fundamentalismo islámico domina en Irán, Líbano (Hezbollah), gran parte de Palestina (Hamas) y tiene influencia entre las masas y organizaciones paramilitares en Egipto, Argelia, Marruecos, Yemen, Sudan, regiones enteras de países africanos como Nigeria, Pakistán, Indonesia y otros países. Advertimos que a esta “entente” pertenece tambien la llamada “Hermandad Musulmana” que hoy lucha por la direccion del proceso revolucionario en Egipto y otros paises.

Esta expansión acelerada del fundamentalismo islámico en la región y el mundo responde a la falta de una dirección revolucionaria clara para las masas enfrentadas con décadas de miseria, ataques imperialistas y regimenes dictatoriales.

Así, vislumbramos un aparente “callejón sin salida”, una lucha entre gobiernos laicos corruptos y dictatoriales, que incluye a la Autoridad Palestina de la OLP por un lado o la reacción Islámica por el otro – que solo podrá ser resuelto por la intervención decidida del movimiento obrero – que en países como Egipto y Túnez están organizados en una medida importante – y de la izquierda que se desarrolla en Egipto, Marruecos, Argelia y Túnez.

Estas ultimas son las fuerzas que pueden llevar hasta el final la lucha democrática y las transformaciones sociales imprescindibles – pleno empleo, vivienda, estatización bajo control obrero de los grandes negocios y empresas, del transporte, las exportaciones, etc – en el contexto de gobiernos obreros y populares laicos.

Así como la resolución urgente de demandas ambientales ante las devastadoras explotaciones mineras y agropecuarias, destrucción de las selvas, polucion, etc., la provisión del agua potable (una necesidad critica en la region del Norte y Centro de Africa y por consiguiente en todo el mundo Arabe) y servicios sanitarios para todos.

Para ello es necesario que las fuerzas revolucionarias laicas estén a la vanguardia del derrocamiento de los gobiernos dictatoriales y sus intentos de recambio y apelen a las masas para luchar por un programa que le arrebate al fundamentalismo Islamico las banderas de la lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo, la derrota del imperialismo y su aliado regional, el gobierno Sionista de Israel.

En el curso de esa lucha es necesaria y obligatoria la unidad de acción para las manifestaciones y huelgas contra los gobiernos de la región, con todos las capas sociales, organizaciones y personalidades democráticas y laicas y la puesta en marcha efectiva de una separación tajante entre la religión y la política, la separación de las iglesias del estado, mientras se plantee con energía que solo el movimiento obrero, de trabajadores, campesinos y soldados que se opongan a estos gobiernos y regimenes – organizados en sus propios consejos o coordinadoras democráticas se hagan cargo del gobierno.

La constitución de un frente de los trabajadores y la izquierda debe ser un objetivo estratégico para lograr este desenlace y postularse como alternativa de gobierno ante cualquier propuesta de “transición” o recambio del imperialismo de los gobiernos en crisis y del islamismo fundamentalista.

Este frente tendrá necesariamente que postular la centralidad de la clase obrera y los trabajadores en el proceso transformador, en alianza directa con las masas campesinas y populares, la disolución de las actuales FFAA de estos países y aprestarse a todas las formas de lucha posibles y necesarias.

Desde todos los países del mundo, la clase obrera, la izquierda y los sectores democráticos y laicos deben apoyar a aquellas organizaciones que luchan por el único camino que garantizaría la verdadera liberación económica y social de los pueblos árabes, del Norte de Africa, del Medio Oriente y de Africa: el del gobierno obrero y popular laico, socialista y democrático, basado en nuevas instituciones creadas por las masas en lucha contra el viejo orden.

Otros articulos importantes relacionados sobre el tema:

La estrategia de Mubarak, EEUU e Israel: La guerra civil prematura

Por Simon Morales

30 de enero de 2011
Las revoluciones están en marcha en Egipto y Túnez

Declaración del Buró de la Cuarta Internacional

agrega un comentario