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Podas en la ciudad (de Buenos Aires)
Por (reenvio) Adrian Sertanejo - Monday, Feb. 14, 2011 at 12:28 AM

Amigos observadores:

Me permito intercalar un paréntesis en los Informes de frutas silvestres y Alimentos de Estación para puntualizar algo referido a las podas del arbolado público.

Muchos observamos a lo largo de este año diferentes cuadrillas cortando árboles y nos preguntamos sobre la necesidad de realizar podas y en qué casos.

Sabemos que el arbolado público se desarrolla - con especies tanto autóctonas como introducidas - en plazas y a lo largo de las calles. Es concretamente sobre éste último que se realizan los trabajos de poda, no porque sea una necesidad de los árboles sino porque causan algunas 'complicaciones': las ramas que crecen en dirección a la línea municipal impactan en balcones y ventanas y en otoño, sus hojas tapan las alcantarillas, mientras que las ramas que se desarrollan hacia la calle entorpecen el tránsito, amén de aquellas que obstaculizan el cableado entre postes.

De esta manera, se seccionan sus ramas laterales y obligan al árbol a desarrollarse exclusivamente hacia arriba. Las ramas en todas direcciones otorgan estabilidad (no olvidemos que algunos de ellos superan los 15 metros) y al impedir la formación de la copa, lo dejan muy vulnerables a vientos y lluvias o ambos, provocando su caída.

El remanido argumento acerca de que los árboles son podados para que crezcan más fuertes resulta débil al observar aquellos que se desarrollan en parques como los de los bosques de Palermo: esos árboles nunca fueron podados y gozan de excelente salud, son pura frondosidad y altura.

Simplemente, los árboles de la calle han tenido la mala suerte de ser plantados ahí.

Tomada la decisión de podar, uno espera que el equipo a cargo tenga los suficientes conocimientos sobre la actividad que va a realizar. Quien está en tema sabe que no todos 'precisan' ser podados y aquellos que sí, en qué momento del año hacerlo, cómo se realizan los cortes, dónde efectuarlos, cómo proteger algunas partes expuestas en caso de cortes importantes, etc.

Quien ha tenido la posibilidad alguna vez de participar de una poda por ejemplo de frutales sabe que es una tarea de mucho examen y concentración.

Sabemos que luego de terminado el ciclo reproductivo hacia marzo o abril, los árboles entran en un período de descanso, se desprenden de sus hojas y ramas viejas (se podan solos) y se 'cierran' para soportar el invierno, para luego expandir nuevos brotes hacia la primavera, y es poco antes de esta fecha que podría operar una poda, que tendrá que ser selectiva y cuidadosa de manera de no alterar la estructura general del árbol.

Imagina entonces al especialista acompañando al equipo de trabajo para conducir la tarea.

Siento defraudarlos.

Tuve la oportunidad de presenciar el trabajo de dos equipos y registré el siguiente diálogo, más o menos así:

(Una camionetita y 4 trabajadores, uno en altura y los otros 3 abajo)

- Dale ahí!!! (uno de los de abajo)

- Dóndeee... (el de arriba)

- Ahí, ahí!!

- Acaaaaá?

- Nooo, más arribaaa.

- Ahí no llegoooo…

- Bueno, dale ahí..

Palabras más, palabras menos, éste es el lenguaje técnico que manejan los podadores (que como ilustra la foto, la altura máxima de poda llega hasta donde alcanza la escalera), cualquiera de los cuales podría estar trabajando tranquilamente para Vialidad tapando baches.

El resultado no es muy difícil: árboles depredados, guadañados de cualquier forma, expuestos en esas partes al frío y a hongos de la humedad que pueden enfermarlos, y descompensados en cuanto a su vertical para el futuro. Cortes hechos en pleno invierno que duraron los tres meses y que se interrumpieron precisamente cuando debían empezar. Y que al decir de vecinos de Boedo, se retomaron ahora cuando las especies se encuentran en pleno desarrollo de su ciclo vegetativo.

Completan el cuadro, los vecinos que podan ‘su’ árbol del frente de la casa con lo que tienen a mano o lo encargan a terceros, con un criterio básicamente ornamental y funcional (les impide la vista a lo lejos).

Un verdadero atentado al patrimonio público, que se inició aquel día en que desafortunadamente una rama cayó en la cabeza de una chica en Almagro y que desató una campaña desenfrenada de cortes de árboles. Tanto que pude observar un cartel colgado en uno de ellos que decía, con todo orgullo: Hemos llegado al récord de 57.800 árboles podados!?

Incluso algunos fueron podados dos veces. En fin, un verdadero ataque a las especies vegetales, únicas proveedoras de oxígeno en esta selva de cemento.

No tardarán en aparecer unos huecos en la base de los árboles que irán creciendo día a día, signos indiscutibles de mala poda y daño, con final predecible.

Gracias amigos y hasta el próximo informe frutal.

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