Julio López
está desaparecido
hace 6421 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Obispo de Gualeguaychú advirtió sobre la situación indígena y el uso de agrotóxicos
Por Agencia Informativa Católica Argentina - Wednesday, Feb. 23, 2011 at 1:37 AM

CAMPO Y DESARROLLO DE HOY Y DE MAÑANA

Columna de opinión de monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, publicada el 13 de febrero de 2011

En el documento de la Conferencia Episcopal que comentamos en varias columnas del año pasado, se habla de la necesidad de “implementar políticas agroindustriales para un desarrollo integral” [Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad (2010-2016), nº 38].

No sólo por historia, sino también por presente y futuro nuestro país está ligado al campo y a la importantísima tarea de producción de alimentos. Exportamos alimentos para más de 100 millones de personas. Y aún así hay que seguir dando pasos para que ningún niño padezca desnutrición en la Argentina. Esta problemática hace que 6 niños mueran por día a causa de enfermedades vinculadas a la mala alimentación. Una severa injusticia.

Ese número 38 del documento que mencionaba, también hace referencia a las comunidades de pueblos originarios y familias minifundistas, mostrando la necesidad de reconocer y garantizar el “derecho a la propiedad de la tierra que habitan y trabajan”. Es que hay provincias en las cuales los campesinos, pequeños productores, tenían títulos precarios de posesión de la tierra que trabajaron por varias generaciones. Debido a emprendimientos a gran escala, sus tierras fueron vendidas o cedidas, y ellos han sido desplazados. En el mes de Noviembre pasado ocupó la primera plana de las noticias la muerte de dos aborígenes en Formosa. Hay quienes no se resignan a la expulsión, y viven en campamentos al costado de las rutas. Otros van a engrosar los bolsones de pobreza que rodean a las grandes ciudades. Caen en situaciones de hacinamiento, viviendas muy precarias, tratos discriminados.

Ha habido en las últimas décadas un proceso de concentración en la propiedad de la tierra, y muchas veces también extranjerización. Esto ya había sido señalado en un documento de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina en el 2005, llamado “Una Tierra para Todos”.

Buena parte del crecimiento en los volúmenes de producción agrícola está ligado al uso de productos químicos (fertilizantes, pesticidas, etc.) y semillas transgénicas. Es imperioso un debate científico acerca de los impactos ambientales que esta práctica tiene en algunas regiones del país y como consecuencia elaborar los marcos legales que protejan los suelos de modo adecuado.

En algunas provincias no hay un serio control de la tala de bosque nativo para producciones agroindustriales, comprometiendo así el hábitat de las futuras generaciones.

Pensar en el campo hoy implica pensar conjuntamente en el campo de mañana. Y no sólo en el rinde por hectárea y la relación costo-beneficio a corto y mediano plazo. También proyectarnos como país en el largo plazo y considerar la tierra como fuente de riqueza para todos, en su variedad de implicancias para el hombre y el medio ambiente.

Acaso el poeta cuando escribió estos versos quiso decir algo semejante: “que si extraje la miel o la hiel de las cosas / fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas / cuando planté rosales coseché siempre rosas”. La tierra nos habla. En boca de los hombres que la habitan, los frutos que produce, las aguas que la recorren. Respetemos su lenguaje. Como tratemos a la tierra ella nos va a tratar a nosotros.

Mons. Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú

agrega un comentario