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Los indígenas argentinos: la historia inacabada de la usurpación
Por Prensa Latina / Cuba - Monday, Mar. 07, 2011 at 2:02 PM

Por Moisés Pérez Mok (Prensa Latina*)

Buenos Aires, (PL) La historia de la usurpación de tierras pertenecientes a pueblos originarios argentinos es un episodio inacabado y lo constata nuevamente el pueblo Lule de la comunidad El Nogalito, en la norteña provincia de Tucumán.

Un comunicado público del cacique de esa comunidad indígena, Joaquín Pérez, denunció ante la opinión pública los intentos de despojo y la persecución judicial de que fue víctima Carlos Florencio Arce, un anciano de 88 años de edad, en los últimos días.

El abuelo Arce, precisó la nota, fue imputado por el delito de apropiación de propiedad y denunciado por los verdaderos usurpadores, que "a través de ardides colonizadores pretenden despojarnos de nuestros territorios".

Pérez explicó que el anciano fue notificado injustamente en varias oportunidades por la fuerza pública para que declarara en la sede del tribunal, pero al encontrarse imposibilitado de caminar enviaron un fiscal a su casa para cumplir el trámite.

Es imposible que este abuelo de 88 años de edad pueda usurpar sus propias tierras, aquellas reclamadas por terceros desconocidos, quienes dicen ser dueños de títulos de propiedad, argumentó.

El cacique alertó así del avance sobre tierras pertenecientes al pueblo Lule de diversos sectores empresariales y eclesiásticos, en lo que "entendemos como una segunda colonización por parte de varios terratenientes allegados a la Justicia".

Ubicada a unos 80 kilómetros de la capital tucumana, la comunidad indígena El Nogalito ocupa cuatro mil 500 hectáreas utilizadas para el pastoreo de animales y la conservación de bosques naturales.

Mas, la historia de usurpación vivida ahora por el abuelo Arce es sólo un capítulo más de muchas padecidas por los pueblos originarios argentinos.

Muchos aquí recuerdan los violentos desalojos sufridos en 2009 por 40 familias de la comunidad Quilmes en Colalao del Valle, o la muerte -a manos de tres individuos armados- de un integrante de la comunidad Chuschagasta, en el departamento de Trancas, Tucumán.

En noviembre del pasado año, el foro de los pueblos indígenas repudió la brutal represión de que fueron víctimas los tobas de la Comunidad Qom Navogoh (La Primavera) en Formosa, cuando fuerzas policiales intentaron desalojarlos de una ruta tomada en reclamo de tierras, con saldo de cuatro muertos.

"Estamos en un nuevo tiempo que los cultores de la propiedad privada no quieren entender: es tiempo de liberación de los pueblos, porque necesitamos salvar a nuestra madre naturaleza de la depredación de los destructores de la vida", señaló entonces la entidad.

En su denuncia, el foro mencionó la existencia de dos responsables: el primero, los invasores terratenientes que han venido arrinconando cada vez más al pueblo Qom y manipulan el poder político, económico y judicial, liderados por el propio gobernador de la provincia, Gildo Insfrán.

Como segundo responsable señalaron al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), "que no cumple con las políticas públicas para pueblos originarios" definidas en la Constitución, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Ley número 26.610, de emergencia de la propiedad comunitaria indígena.

La aprobación de esta ley en el año 2006 fue resultado de la lucha de los pueblos indígenas y de la denuncia de los violentos desalojos, y generó no sólo una gran expectativa, sino también la posibilidad de un cambio.

Según como se implemente, alertaron entonces los especialistas, significará legalizar el despojo o será el punto de partida hacia una solución de las demandas de territorios y autonomía.

Transitando hacia el camino de la verdad

Poco antes de los festejos por el Bicentenario de la Independencia, la presidenta Cristina Fernández recibió en la Casa Rosada a los principales referentes de 20 mil personas pertenecientes a 30 pueblos originarios que colmaron la Plaza de Mayo en reclamo de sus derechos y reivindicaciones históricas.

La concentración en la emblemática plaza puso fin a la Marcha de los Pueblos Originarios "Transitando hacia el camino de la verdad" -Qapac Ñanta Purista-, que recorrió buena parte de la geografía argentina.

Los líderes indígenas entregaron a la dignataria para su consideración el llamado "Pacto del Estado con los Pueblos Originarios para la creación de un Estado Plurinacional" que sugería, entre otras, la eliminación en el calendario oficial del feriado del 12 de octubre, llamado Día de la Raza.

En septiembre último, la jefa de Estado presentó un proyecto de ley para el reordenamiento del calendario de feriados (luego aprobado por el Legislativo), según el cual a partir de este año Argentina dejará de conmemorar el Día de la Raza y en su lugar festejará el Día del respeto a la diversidad cultural.

Cuando esa fecha llegue, será no sólo de celebración, sino también para examinar el respeto y cumplimiento de los derechos de los pueblos originarios -cuya preexistencia étnica y cultural reconoce la Constitución-, por ahora vulnerados con casos como el del injustamente acusado abuelo Arce, del pueblo Lule.

(*) Corresponsal-jefe de Prensa Latina en Argentina.

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