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Antiguos pueblos presentes en cientos de voces de uso diario
Por Uno Entre Ríos - Monday, Mar. 07, 2011 at 2:29 PM

Palabras de uso común entre los habitantes de esta región provienen de idiomas originarios, y por costumbre las pronunciamos bien integradas al castellano

Antiguos pueblos pre...
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Encuentro. Vecinos charrúas y guaraníes, en una ceremonia realizada con motivo del nacimiento de Entre Ríos en el Espinillo. Encuentro. Vecinos charrúas y guaraníes, en una ceremonia realizada con motivo del nacimiento de Entre Ríos en el Espinillo.

Decíamos en otra columna que en nuestro sistema de ideas, en nuestro mapa de fisonomías de la constitución social no nos dejaron casilleros, modos de anotar al indio, al africano, a eso mismo que somos y que, por obra de la educación europeizante, ocultamos por siglos.

Nuestros umbrales de percepción captan lo europeo, en general. Todo lo acondicionamos para encajarlo en esas estructuras, aunque quede chingueando, aunque entre forzado.

Somos a veces incapaces de reconocer lo que subyace en el criollo, no asumimos que los abuelos de ese criollo son charrúas, angoleños, guaraníes, guineanos, minas, mocovíes, chanás, y también españoles, portugueses…

Y si lo notamos será como una excepción a la regla, aunque la “regla” en algunos lados sea minoría. En Paraná, por caso, uno sale a la calle y encuentra rostros con abuelos en África multiplicados por miles, pero apenas ingresemos a la biblioteca, al aula, a las instituciones, nos preguntaremos por qué aquí no hay negros…

Los ropajes ajenos nos impiden tomar como cierto lo que es obvio.

Con más de 300 vocablos de pueblos originarios en nuestra lengua diaria, no terminamos de convencernos de que, para nosotros, es una prioridad conocer esos idiomas si queremos conocernos. Ya sabemos qué ocurre con un árbol sin raíces.

Lo que no sabemos

Unos documentalistas venezolanos llegaron a estos pagos en la primavera pasada, con la idea de llevar a la pantalla la vida y la obra de José Artigas (a quien los guaraníes llamaron Overava karaí , el señor que resplandece, como explica el oriental Gonzalo Abella).

En un diálogo cordial a orillas del Espinillo, donde se enfrentaron en 1814 entrerrianos y orientales juntos, contra invasores porteños, en un combate que fundaría la provincia de Entre Ríos, comentábamos con los venezolanos ciertos asuntos de Gualeguaychú, Paraná, Uruguay, Gualeguay, y lo que para nosotros era una charla en perfecto castellano a ellos les provocó esta pregunta: ¿son todos nombres del guaraní?

Éramos dos los entrerrianos presentes, y nuestras respuestas mezquinas fueron igualmente monosílabos: uno dijo sí, el otro dijo no.

Nos pintamos bien: no sabemos.

Es que los historiadores, antropólogos y lingüistas coinciden en que la presencia del guaraní es inocultable en la toponimia entrerriana, en el vocabulario habitual, pero esa raíz guaraní no explica todo. Ni siquiera sabemos cuánto explica.

Lo que la espontaneidad de los caraqueños vino a señalarnos es que aquí naturalizamos la presencia de centenares de vocablos que se originaron en idiomas de pueblos antiguos de América, que están en nuestra constitución esencial, y el visitante los distingue en un santiamén, sorprendido ante la identidad, la cadencia, la abundancia de esas palabras no castellanas.

Los ríos que forman el mapa entrerriano, Paraná, Uruguay, Paraná Guazú, Guayquiraró, Mocoretá; los cursos que avenan el territorio al medio de norte a sur, Gualeguay, Nogoyá, Gualeguaychú. Islas grandes como Curuzú Chalí, Las Lechiguanas, islas pequeñas como Cupalén, Cambacuá, Pepeají… Todo el territorio de los panzaverdes, a lo ancho, a lo largo, está impregnado de voces de mujeres y hombres que habitaban estos suelos antes de la conquista europea, sonidos más o menos trasladados a los fonemas y las letras del castellano, aprisionados allí, cuando no tergiversados. Y algo así ocurre en las vecinas Santa Fe, Corrientes, Uruguay.

Uno mira al cielo y pasa en bandada el sirirí, sabe que en el agua reina el surubí, y nos basta salir a los caminos rurales para ver cómo se atropellan al trotecito los cuises. En el suelo, la yarará, la iguana, y si escarbamos un poquito, la isoca.

En algunos casos la modernidad distanciada del entorno pisó los nombres antiguos, rebautizó. Un ejemplo: la isoca, que en la Facultad de Agronomía suelen llamar… “gusano blanco”. Cero creatividad.

Pero los idiomas de aquí tienen un particular prestigio, además, y se nota en las instituciones nuevas que nombran desde allí, como buscando hincar las raíces. El caso de las organizaciones ecologistas Ñangarecó Nderejhe, M´Biguá, Mingaché…

Yan, guay, guale

Los investigadores encuentran un universo tan complejo en nuestro idioma, por la presencia masiva de vocablos indios, que han llegado a señalar esta paradoja: por un lado se dice que Entre Ríos tenía pocos habitantes antes de la conquista y con escaso desarrollo cultural, por otro lado sorprende la cantidad y variedad de voces indias para designar arroyos, ríos, lagunas, cerros, parajes, insectos, aves, peces, anfibios, árboles, hierbas, mamíferos, personas…

Si decimos: el gurí de Paraná pescaba patíes y arrancaba frutitas del mburucuyá bajo un ñandubay al lado de los carpinchos en el Pozo Ju cuando fue atacado por los saguaipés… nos habremos servido de ocho sustantivos indios en una sola frase.

Probemos de otro modo: el río Gualeguay nace en los arroyos Gualeguay y Taraguy cerca de los distritos Tatutí y Mandisoví, y desemboca en el Ibicuy que da al Paraná Guazú. Esto es una panzada de sustantivos heredados de los pueblos originarios, en apenas una oración breve.

Ahora, ¿todo encuentra cuna en el guaraní? Los expertos dicen que no.

Un aporte de Jorge Díez Vélez, en la revista El Mirador, de Concepción del Uruguay, incluye en la toponimia no guaraní entrerriana, o sólo parcialmente guaraní, las voces Calá, Gualeguay, Gualeguaychú, Nogoyá, Villaguay, Cupalén, Gená, Mocoretá, Guayquiraró, Pospós, Gualeyán, Carazú…

Entonces hurga en explicaciones a partir de varias lenguas. En algunos casos señala la posible confluencia de tres idiomas en una sola expresión.

En una columna titulada “La toponimia guaraní en Entre Ríos, un callejón sin salida”, publicado en la misma revista El Mirador, el estudioso Ricardo J. Nardi refuta varias hipótesis y nos alumbra: “hay que destacar que en el siglo 17 se nombra a un cacique charrúa Guaytán en cuyo nombre figura la secuencia guay y en el siglo 18 se cita a otro cacique charrúa llamado Naigualvé, por lo cual se podría sospechar la filiación charrúa de guay”.

Respecto del final yan (Gualeyán), recuerda Nardi que se halla en los nombres de caciques minuanes Cloyán, Lumillán, Olayá.

“Como se ve existe documentación de los morfemas o secuencias guay (way) y yan en la lengua de los charrúas y afines. No se puede recurrir al guaraní gua que es sufijo o posposición. Es posible que ese Guale también sea charrúa”, insiste Nardi.

Florencio López se había tomado de referencias de Antonio Serrano para decir que Gualeyán “está compuesto por un híbrido guaraní charrúa: gua del guaraní lugar, sitio, de allí; y leyán del charrúa deformado por el español de la correcta palabra charrúa lachán que significa perro. Su etimología es, pues, arroyo (¿?) del perro o de los perros”.

Díaz Vélez diría después que Gualeyán podría ser un híbrido Lengua-Pampa (chaquense-pampeano) que significaría arroyo del cacique. Entonces vendría Nardi a decir que yan podría venir del allentiak gente, o del tehuelche cacique, para señalar luego los nombres de caciques terminados en yán o ya, y concluir en que muchas voces están ocultando su raíz.

Claro, la conclusión de Nardi será un mazazo para nuestras expectativas: “Mi sincera opinión es que la toponimia indígena no claramente guaraní de Entre Ríos se halla en un callejón sin salida. Hasta que no hallen vocabularios extensos de otras lenguas todo se reducirá a especulaciones no comprobables con secuencias de sonidos de significación desconocida”.

Límites ficticios

No sabemos bien qué significan, a qué se refieren y cómo están compuestos muchos términos. En algunos casos los expertos llegan a proponer hasta una docena de posibles significados.

Veamos el ejemplo de Uruguay: río de los caracoles, río de los pájaros, río de la región de los urúes, río del canal. O también: río de las vueltas, río de las lechuzas, agua de fuente donde hay pájaros como gallinas, agua de una cueva donde hay pájaros, río de aves de diferentes colores, tierra de la cola del ave, río acaracolado…

El panorama se presenta para algunos vocablos como un camino sin salida, dicen los expertos, pero todo indica que los estudios nos deparan sorpresas. Quizá una investigación lingüística profunda, integral, en la Mesopotamia, Uruguay, Río Grande do Sul, nos daría buenas pistas y nos volvería a convocar a esa unidad de lo que fue la gran provincia del Uruguay, y que los límites ficticios nos nublan.

Nuestros pueblos originarios están, pues, en los rostros de los entrerrianos, en la sangre, en las costumbres, en la identidad cultural, y también en la lengua de uso habitual. Que no podamos distinguir con precisión la cuna de cada palabra es también fruto de la dinámica propia de las lenguas en todo el mundo.

Tirso Fiorotto

De la Redacción de UNO

tfiorotto@unoentrerios.com.ar

Esta columna toma fragmentos de una publicada por el periodista en el anuario Cuando el Pago se hace Canto, de La Paz.

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VOCABLOS AUTOCTONOS
Por MIRTA - Monday, Apr. 04, 2011 at 4:04 PM
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TAL VEZ TUVE LA SUERTE DE TENER EXCELENTES PROFESORES DELENGUA EN EL SECUNDARTIO,TAL VEZ TUVE LA SUERTE DE NACER EN UNA FAMILIA DE CRIOLLOS POR QUINTA GENERACION. TAL VEZ NO FUE SUERTE, SINO QUE MI CURIOSIDAD Y MIS INQUIETUDES SIEMPRE ME LLEVARON A INVESTIGAR, SOBRE TODO LO RELACIONADO CON LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, PERO LA VERDAD ES QUE A PESAR DE HABER NACIDO EN UNA CIUDAD MUY "EUROPEIZADA" DE LA PCIA. DE BS. AS., JAMAS HEMOS DUDAS CON RESPECTO A LA INFINIDAD DE VOCABLOS DE ORIGEN INDIGENA. LA LISTA ES INTERMINABLE Y NO ESTOY HABLANDO DE LA OBVIAS COMO GUALEGUAY, ISONDU O LANGUEYU, ME REFIERO A LAS COTIDIANAS COMO PAPA, PILCHAS O CHOCLO. CREO QUE A QUIEN NO LE INTERESAAVERIGUAR EL ORIGEN DE CADA VOCABLO QUE USAMOS, TAMPOCO LE DEBE INTERESAR EL ORIGEN DE SU APELLIDO, O POR QUE LA CALLE EN QUE VIVE, TIENE EL NOMBE QUE TIENE. RESUMIENDO, ME PARECE QUE NO SOMOS TAN IGNORANTES DE NUESTRA CULTURA, COMOPARECE. SALUDOS.

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