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La voluntad de venderse
Por Cristian Gomez -
Thursday, Mar. 17, 2011 at 1:42 AM
cristian678_4@hotmail.com (Casilla de correo válida)
Una idea general acerca del estado de la situacion politica actual en relacion a nuestra sociedad.
Hay cierto tipo de cosas en nuestro país que no cambian, una de ellas es la capacidad de sus ciudadanos de: cambiar, callar, ignorar sus ideas para: mantener, recibir, algún espacio de poder, trabajo o simplemente una pequeña dadiva. De esto puede leerse desde un importante espacio de poder político, pasando por un trabajo en la administración publica, hasta una simple conveniencia personal. Olvidamos o simplemente ignoramos los ideales que alguna vez tuvimos en pos de algún bien tangible.
Muchos confunden y yo mismo llegue a pensar que la mayoría, y este inclusive era un gobierno que compraba las voluntades de las personas, pero llegue a darme cuenta, que los ciudadanos de este país tenemos una voluntad de vendernos al mejor postor y sin sonrojarnos siquiera, todo es valido, desde militar en partidos a los cuales no estamos de acuerdo hasta no ejercer nuestra opinión para no desagradar al “comisario político” y por esto es que los gobiernos populistas como el actual se aprovechan de ello y tienen tanta eficacia a la hora de recaudar votos.
Pensamos en el problema como “es lo que hacen todos”, “no es tan grave”,“es la única manera”, “mira aquel” y nos unimos a la gran masa de hipócritas por conveniencia, sin tener en cuenta que la gravedad de este asusto es por lo que nos hallamos en esta situación y es exactamente una de las bases para corregir nuestra sociedad, si nuestros ciudadanos se pudieran dar cuenta de la importancia y el valor de sus ideas cualesquiera sean, estaríamos empezando a encarar la solución para nuestros problemas; es cierta la frase que los políticos que tenemos son los que nos merecemos, porque son a los que les damos el poder no solamente con el voto, sino callando, consintiendo; son una construcción de nuestra sociedad, ellos nos reflejan; nuestra corrupción interna e hipocresía ideológica.