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4 años asesinato Fuentealba. Lecciones de una gran lucha
Por Prensa Convergencia Socialista - Sunday, Apr. 03, 2011 at 4:25 PM

A cuatro años del asesinato de Fuentealba, lecciones de una gran lucha

4 años asesinato Fue...
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Por Paula Carbajal Paula es la primera de la fila de activistas que increpa a la policía el 4 de abril de 2007 en Arroyito, luego del crimen de Carlos

Paula Carbajal, militante de CS e integrante de la comisión directiva de ATEN Capital, fue testigo en el juicio por la muerte de Carlos Fuentealba, ya que estuvo a su lado cuando el cabo Poblete lo fusiló en Arroyito. En este reportaje cuenta detalles de la asamblea que resolvió el corte en ese lugar y de la gran lucha que terminó con Jorge Sobisch, el principal responsable político del crimen de Carlos:

En la asamblea del 2 de abril polemizamos con la conducción de ATEN, porque sabíamos que la moción de ir a Arroyito el día 4 no servía para “endurecer la huelga”, sino para sacarla de la Capital, donde se había instalado la vanguardia del conflicto, los compañeros de las seccionales del interior, el sector más radicalizado y a su vez crítico de Marcelo Guagliardo y compañía.

Estos activistas cuestionaban la propuesta porque en 2006 el gobierno los había desalojado de las rutas provinciales con las patotas del MPN. Coincidimos proponiendo bloquear el puente de Neuquén, una buena manera de evitar el aislamiento y coordinar con otros sectores desde el centro político. Esta moción, que fue apoyada por Carlos Fuentealba, logró la votación del 40% de la asamblea.

Luego de la represión la bronca fue tan grande que las bases terminaron por imponer el corte del puente. La conducción de ATEN lo boicoteó porque las asambleas multitudinarias y los piquetes que se realizaban en ese sitio estratégico se transformaron en un centro de organización alternativo que cuestionaba en los hechos el poder y la política de los dirigentes del sindicato.

En ese momento uno de los debates más importantes dentro de las filas de la izquierda era si acatábamos la “disciplina de ATEN” o la superábamos imponiendo las decisiones de las asambleas del puente, donde participaban, además de trabajadores/as de la educación, estudiantes y compañeros/as de otros gremios. La muerte de Carlos había provocado un conflicto que dejó de pertenecer a los docentes, transformándolo en la lucha de todos. Por eso no había manera de organizar la lucha regimentándola al interior de los “cuerpos orgánicos” de ATEN, que expresaban sólo a un sector.

Transitábamos una fenomenal crisis política que provocó un vacío de poder. ¡Por primer vez existió la posibilidad de herir de muerte al partido reaccionario que gobierna la provincia desde hace más de cuarenta años! Los miles de activistas que se nucleaban cotidianamente en el puente constituían el sector clave, el más decidido a cumplimentar esa tarea.

Esta situación puso a prueba a la izquierda. ¡O nos manteníamos como simples docentes reclamando por nuestros reclamos, o nos ubicábamos como la dirección de los trabajadores y el pueblo! Lamentablemente el PO, PTS, MST, PCR y otros grupos fueron a la cola de Guagliardo vaciando y boicoteando las asambleas del puente, cuando estas se habían convertido en el embrión del organismo que reclamaban las circunstancias para garantizar la lucha consecuente contra Sobisch.

Esta discusión cobrará relevancia cada vez que las próximas luchas se radicalicen y obliguen a sus dirigentes a dar respuestas políticas y organizativas que superen los estrechos límites de los sindicatos que conducen. La realidad los pondrá en un brete, impulsándolos a convertir a estos en el eje de la organización de las asambleas populares que construyan el próximo Argentinazo.

La experiencia del puente de Neuquén, que jugó un papel fundamental dentro de la gran lucha que derribó al gobernador Jorge Sobisch, nos plantea enseñanzas que serán decisivas a la hora de avanzar en ese sentido. Llevarlas hasta el final será la mejor manera de homenajear a Carlos Fuentealba a cuatro años de su asesinato.

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