Julio López
está desaparecido
hace 6423 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Otra Conquista del Desierto: el yacimiento que lanzaron YPF y CFK amenaza a los mapuches
Por Lorena Tapia Garzón - Monday, May. 16, 2011 at 6:39 PM

Aborígenes de Neuquén denuncian el nuevo "exterminio" al que los condena el apoyo K a las industrias extractivas. Un problema territorial, ambiental y económico.

Otra Conquista del D...
0513_repsol_neuquen_tel_g.jpg_687088226.jpg, image/jpeg, 456x313

Por Lorena Tapia Garzón (*) | 13.05.2011 | 17:44

De Vido junto al CEO de YPF, Sebastián Eskenazi, y al gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, en pleno anuncio de los nuevos yacimientos. | Foto: Télam

El descubrimiento de un mega yacimiento no convencional de hidrocarburosen Neuquén, que el gobierno nacional salió a anunciar con la presencia del ministro Julio De Vido y una teleconferencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pone nuevamente en el tapete los históricos enfrentamientos entre Repsol YPF y las comunidades mapuches, que denuncian ser totalmente excluidas de las decisiones sobre actividades hidrocarburíficas en su propio territorio.
Sucede que la zona neuquina donde YPF informó el hallazgo, llamada Loma de la Lata, es uno de los tantos territorios mapuches que están siendo explotados por petroleras o mineras, con el absoluto apoyo de los gobiernos nacionales y provinciales desde hace años.
Una actividad que se intensificó en los últimos años y que no sólo desencadena un problema territorial para la mayoría de las 57 comunidades mapuches que habitan Neuquén, sino también ambiental, generando en muchos casos que “el deterioro del suelo, de la flora y de la fauna locales sea completo, lo que ocasiona la inviabilidad de las economías tradicionales” de los originarios, destaca el informe de 2010 del Observatorio de Derechos Humanos de Pueblo Indígenas (ODHPI), sobre la situación de los mapuches en Neuquén.
Una afirmación que los propios originarios de la provincia confirman aPerfil.com. “Este nuevo anuncio no cambia en nada la situación que vivimos desde hace 10 años. Nos están condenando al exterminio, lo que no pudo ser en la 'Conquista del desierto', ahora lo están haciendo con leyes para industrias extractivas... En el campo ya no se pueden criar animales, no se puede cultivar las tierras, no se puede tener huertas porque no hay agua, y donde hay las napas están contaminadas”, afirma Martín Maliqueo, werken (vocero en mapuche) de la Confederación Mapuche neuquina.
Algo parecido es lo que cuenta Gabriel Cherque, werken de la comunidad mapuche Kaxipayiñ, que junto a la comunidad Paynemil son residentes ancestrales de Loma de la Lata, la zona donde YPF llegó hace años para quedarse, y seguir explorando y explotando, con la complicidad de los estados nacional y provincial, que en 2004 le extendieron la concesión sobre esas tierras hasta 2027.
“Este anuncio nos trae un gran perjuicio. La provincia y la petrolera no tienen respeto por las comunidades originarias, toman atribuciones sin tener en cuenta la ley y la Constitución, y avanzan sobre nuestras tierras donde ya hay grandes contaminaciones”, se queja Derqui.
Y cuenta que, incluso, desde el año 2000 aproximadamente, la provincia tiene que proveer a su comunidad de agua envasada por una orden judicial, luego de que se detectara que el agua de las napas en la zona estaba contaminada.
Sus denuncias sobre el no cumplimiento de leyes y de la Constitución por parte de las autoridades provinciales y nacionales también son señaladas en el informe del ODHPI. Sobre todo, se refieren al derecho que reconoce la Constitución Nacional sobre la propiedad y la posesión sobre tierras que tradicionalmente ocupan los indígenas; pero también a la obligación del Estado de reconocerlos y consultarles previamente sobre cualquier decisión administrativa o legislativa que afecte a los pueblos indígenas.
“La postura oficial del Estado neuquino consiste en una rotunda negación de la existencia de las normas que lo obligan a establecer adecuados procedimientos de consulta con el Pueblo Mapuche”, asegura el informe. Y destaca que “además de Repsol SA, que es una de las más beneficiadas por las concesiones oficiales, muchas otras empresas han recibido autorización para la exploración o explotación en territorios indígenas y en ningún caso se ha cumplido, ni siquiera en apariencias, con el derecho de consulta”.
Y cuenta el caso del conflicto de la comunidad Huenctru Trawel Leufú, ubicada cerca de la zona de Picún Leufú, la cual que durante años “no sólo fue víctima del otorgamiento de concesiones inconsultas, sino también de la imposición por los jueces de una protección policial permanente a las actividades de la empresa”.
En marzo, un fallo les sembró esperanzas, aunque todavía, dicen, no comenzó a ser cumplido: un juez de Cutral Có rechazó un amparo presentado por la empresa petrolera Piedra del Águila, que había reclamado que impidiera acciones por parte de la comunidad mapuche. De este modo reconoció su asentamiento anterior en el paraje y destacó que la empresa no cumplió al no consultarlos.
Se trata de un fallo que, si bien puede ser apelado por la empresa, sienta precedentes en esta lucha que mantienen las comunidades mapuches desde hace años con la industria extractiva en Neuquén.

Nueva modalidad. Hasta ahora la industria extractiva en la Argentina se realizaba con metodologías tradicionales. Pero con este anuncio de yacimientos no convencionales, que implica el empleo de nuevas tecnologías para avanzar más en la tierra, queda la incógnita sobre sus procedimientos y efectos negativos en el medio ambiente.
Diego Perez Roig, del Observatorio Petrolero Sur, explicó a Perfil.com que se trata de un tipo de explotación de hidrocarburos que ya lleva años en Estados Unidos y que ahora está proliferando en Canadá. “Se ve que es un proceso más invasivo, porque necesitan fracturar la roca donde está contenido el hidrocarburro, ya sea gas o petróleo, inyectando agua y arena”, señaló.
Y explicó que, a diferencia de las perforaciones tradicionales que son verticales, “con ésta, a determinada profundidad se hace horizontal, porque eso permite fracturar más la roca y liberar más hidrocarburo”. Esto, por lógica, implica que el área de extracción se extiende.
“Si a eso se suman las contaminaciones de aire, agua y suelo que ya existen por esta industria, y que los controles acá son nulos, los efectos que este tipo de explotación traerá podrían ser aún peores”, señaló Perez Roig.
(*) De la redacción de Perfil.com

agrega un comentario