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Venezuela: Caricaturas sectarias
Por UIT-CI - Wednesday, May. 25, 2011 at 12:30 PM
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Venezuela: Caricaturas sectarias

Caricaturas sectarias

Nacionales
Teoría


Por:
Simón Rodríguez Porras (Unidad Socialista de Izquierda)
http://www.laclase.info

El camino que supone pelear por construir herramientas organizativas independientes y con identidad de clase, en el terreno sindical y el de la lucha por el poder político, es uno arduo y no exento de riesgos. Sin riesgos ni audacia táctica es imposible jugar un rol influyente en las luchas que libran los explotados, y mucho menos conducir esas luchas hacia el derrocamiento del orden establecido. Lamentablemente la izquierda ha sido terreno para la incubación de sectas que valoran sus propias limitaciones como virtudes y dedican la mejor parte de sus energías al parasitismo político, atacando toda iniciativa que nos se ajuste a su esquemático idealismo. Los escenarios ideales para la acción revolucionaria no existen ni han existido nunca, por lo que nuestra responsabilidad es actuar en los escenarios que nos brinda la realidad de la lucha de clases, y no hacer propaganda acerca de escenarios imaginarios.
En nuestra trayectoria por construir lo que es hoy la Unidad Socialista de Izquierda, hemos postulado una política independiente, con identidad de clase, en abierta contraposición a los polos hegemónicos burgueses representados por el Psuv y la coalición derechista de la MUD. También en el terreno sindical hemos bregado por levantar un reagrupamiento en el que, como planteara Lenin en su polémica “¿Qué hacer?”, se unifiquen todos los trabajadores dispuestos a combatir a los patronos y al gobierno, aunque la mayoría no sean revolucionarios y militen en corrientes políticas procapitalistas.
Para llevar adelante dicha política independiente, hemos ejecutado tácticas para dialogar con los trabajadores que luchan, pero que desgraciadamente son influenciados por doctrinas y métodos de los partidos de la burguesía nacional e internacional, y en los últimos años han estado bajo la influencia notoria del proyecto nacionalista burgués del Presidente Chávez y las direcciones reformistas.
Hoy en día en Latinoamérica la enorme mayoría de las direcciones sindicales son reformistas o abiertamente procapitalistas, pero esta no puede ser una excusa para la automarginación. Para los revolucionarios es importante intervenir en organismos obreros amplios para influir sobre ellos, y no limitar nuestra acción a un minúsculo número de trabajadores que de entrada se reivindiquen socialistas. Estamos convencidos de que esta es la única orientación posible para levantar una alternativa revolucionaria ante los ojos de millones de trabajadores del campo y la ciudad, desempleados, estudiantes, trabajadores informales, y habitantes de los barrios populares.
Inversamente, nuestros detractores de la sección venezolana de la Fracción Trotskista, prefieren hacer “llamados” a los trabajadores y sus dirigencias para que adopten su política, que abandonen sus estructuras sindicales y creen nuevas organizaciones, y aderezan estos llamados con las peores descalificaciones y ataques contra los activistas con los que se supone que están dialogando, un método incomprensible. No apuestan a erigirse en una dirección política sobre la base de la intervención directa en los conflictos y en los fenómenos organizativos que surgen al calor de éstos. En el terreno concreto de las disputas políticas se niegan a dar la pelea por la dirección del movimiento obrero y popular, y prefieren pontificar desde una perspectiva alejada de los problemas concretos de los trabajadores.
Muchas veces este tipo de ataques en contra de nuestra organización se basan en la sobrevaloración de un solo aspecto de una determinada táctica, ignorando todos los demás. Así, por ejemplo, se nos ha atacado mezquinamente por haber realizado en septiembre del año pasado un acuerdo electoral con el PPT, el cual nos permitió promover un programa revolucionario, y candidaturas de dirigentes obreros y luchadores sociales. Nuestro programa tenía por ejes principales la defensa de una industria petrolera 100% nacional, sin empresas mixtas ni transnacionales; la defensa de un salario mínimo igual a la canasta básica, la lucha contra la criminalización de las luchas sociales y por la libertad de Sabino Romero y Rubén González. Incluía otras reivindicaciones como el no pago de la deuda externa y la necesidad de que la educación y la salud sean competencia exclusiva del sector público. Esta táctica nos hizo objeto de la más variada gama de calumnias, a pesar de haber sido absolutamente correcta en el terreno de los principios, ya que no rebajamos nuestro programa y presentamos la única alternativa revolucionaria en el campo polarizado de las elecciones parlamentarias. Todas las críticas se centraban en el carácter y la política del PPT y no en nuestro programa o nuestra táctica. Incluso, nos acusaban de habernos fusionado con el PPT, cuestión que nunca estuvo planteada. Pero fue una táctica tan exitosa, que no sólo nos posicionó como alternativa ante miles de personas, sino que incluso llevó a algunos candidatos independientes y del PPT a asumir consignas como la de un salario mínimo igual a la canasta básica.
En otros casos, se ha apelado a fabricaciones absurdas, para acusarnos, por ejemplo, de no haber convocado movilizaciones por la libertad de Rubén González, cuando el 12 de marzo de 2010 en Maracay y el 5 de febrero en Caracas encabezamos movilizaciones en las que esa fue una de las consignas principales. Nuestro compañero Orlando Chirino convocó a la realización de una huelga general de dos horas por la liberación de Rubén González, en respuesta a la condena de siete años y medio de cárcel que le dictó un tribunal, y la amenaza de esa paralización se sumó a las movilizaciones en Guayana para presionar por la anulación de dicha sentencia.
Peor aún es cuando se nos ataca, no por nuestros errores, reales o imaginarios, sino por nuestros aciertos. Un articulista nos critica por haber combatido a la directiva del sindicato de la General Motors en Valencia, cuando éste violentaba la democracia obrera y cobraba a los trabajadores por asesorías que forman parte de las obligaciones de todo sindicato, mientras que realizaba maniobras extorsivas para incluir en el contrato colectivo adjudicaciones de camiones para la venta directa por parte de la directiva sindical, y más recientemente ha sido cómplice de la tercerización masiva a través de cooperativas. Una verdadera vergüenza.
En otras ocasiones, las críticas asumen un cariz cómico, como cuando la sección venezolana de la Fracción Trotskista nos ataca por haber promovido a Rubén González como orador en la marcha del primero de mayo convocada por el Fadess, frente obrero en el cual la mayoría los dirigentes provienen de rupturas con la cúpula de la CTV y de la gobiernera Unete. Rubén González es un luchador que estuvo preso durante año y medio por haber encabezado una huelga en la estatal Ferrominera del Orinoco, y se ha convertido en un emblema de la lucha contra la criminalización del derecho a huelga. El manifiesto del Fadess leído en el acto refleja la exigencia de un salario mínimo igual a la canasta básica, exigencia que incluso ha sido llevada a los tribunales en una demanda contra el Estado venezolano basada en el artículo 91 de la Constitución. Claramente se trata de los importantes logros de una política correcta hacia lo que es actualmente el sector más dinámico del movimiento obrero.
Esa misma agrupación ataca a la USI por haberse unificado con la organización de izquierda Paso a la Nueva Democracia, proceso en el cual se adoptó un programa común marxista. Apelando a métodos policiales, han publicado fotografías de reuniones de dirigentes barriales para acusar a los compañeros provenientes de Paso a la Nueva Democracia de estar vinculados a partidos de la oposición patronal, y peor aún, los atacan por haber roto años atrás con el partido Bandera Roja. ¡La conclusión a la que llegan es que es negativo que activistas luchadores rompan con sus antiguas direcciones, y se reagrupen para defender una alternativa revolucionaria! Todo lo opuesto de lo que propugnamos los revolucionarios. Por supuesto, no critican el contenido programático de la unificación de las dos organizaciones. (Para ver un extracto de las “Bases políticas para la unidad revolucionaria”: http://laclase.info/nacionales/unificacion-paso-usi-avanza-el-partido-de-los-trabajadores?page=10)
Semejante aberración no tiene nada en común con el marxismo, pues es la misma metodología utilizada por los estalinistas cuando atacaban a Trotsky por no haber formado parte de la fracción bolchevique desde el primer momento, o por haber apoyado a los populistas rusos en su juventud.
El daño que estos grupos producen se debe a que alimentan una imagen caricaturesca del marxismo y el trotskismo, con sus procedimientos más bien propios de logias religiosas, recalcitrantes y malhumoradas, que se autoafirman en su aislamiento. Su trotskismo y su marxismo nada tienen que ver con Trotsky o con Marx. Ese amargo y solitario camino del sectarismo, sin riesgos pero cerrado a las oportunidades que brindan los procesos sociales para la intervención política, no tiene la menor relación con los objetivos que guían la acción de los revolucionarios.

*El partido venezolano de la FT es la LTS. La sección argentina es el PTS.





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