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Matanza de los penales 1986, democracia y revolución en el Perú
Por Mauricio Quiroz Torres - Saturday, Jun. 18, 2011 at 7:25 PM
limaprovincias3@yahoo.es

Al Dr. Cecilio Glandel y al Prof. Osvaldo Arévalo, asesinados en los Penales en 1986, cuyas enseñanzas en las aulas y los gremios de Paramonga y el Norte Chico siguen dejando huellas imperecederas.

Matanza de los penal...
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Hoy se cumple 25 años de una cruel matanza que enlutó al Perú y al mundo que ocurrió el 18-19 de Junio de 1986 durante el gobierno aprista de Alan García y que según todas las evidencias lo sindican como autor del ingreso de las Fuerzas Armadas (1). Fue este quien ordenó que a sangre y fuego se debele un motín de los presos políticos y prisioneros de guerra del Partido Comunista del Perú en los Penales de San Pedro (Lurigancho), San Juan Bautista (El Frontón) y Santa Bárbara -cárcel de mujeres- del Callao.

Valga la oportunidad, entonces, para recordar los aspectos coyunturales y estructurales de este hecho que- al igual que el ocurrido en las últimas elecciones presidenciales- desnudó la esencia fascista de los medios de comunicación, partidos políticos y un presunto régimen democrático que por esos días recibía a los partidos miembros de la Internacional Socialista en un Congreso que se celebraba en Lima.

Al cierre del año 1985 el Estado peruano catalogaba a 974 detenidos en las cárceles peruanas como presos por delito de terrorismo (2) de los cuales 696 se hallaban en cárceles limeñas. Delito tipificado por el Decreto Legislativo Nº 046 del 10 de marzo de 1981 dictado ante la creciente actividad guerrillera del PCP en el campo peruano, particularmente en su sierra central, con epicentro en Ayacucho.

Antes de 1986, la Comisión de Paz formada por el Presidente Alan García a través del prestigioso Dr. Fernando Cabieses señalaba que el Perú estaba en estado de guerra civil, lo que ocasionó las iras del ultraderechista diario Expreso en su edición del 11 de noviembre de 1985.

Dichos presos acusados de terrorismo se amotinaron demandando el cumplimiento de actas firmadas con Autoridades del Gobierno de turno y porque descubrieron un plan macabro para asesinarlos masivamente aprovechando de un pretendido traslado al Penal de Canto Grande, en la creencia de que allí estaba el cuartel general del PCP-Sendero Luminoso, uno de cuyos promotores fue el presuntamente liberal Manuel D’Ornellas (3):

[…] adoptar medidas inmediatas y eficaces para contener el avance de la violencia subversiva. Consisten en lo siguiente:1) Sacar al estado mayor terrorista de El Frontón. 2) Someter a los sospechosos de terrorismo al fuero militar. 3) Aumentar la penalidad a que son acreedores”.
[…]

Y fue el Poder Judicial el que confirmó este plan el mismo 18 de Junio de 1986 cuando un Juez del Callao admitió un recurso de amparo promovido por los presos políticos del Penal de El Frontón (4) que alertaba de un genocidio del gobierno contra los presos políticos y prisioneros de guerra. No era casualidad inclusive que el 16 de Junio de dicho año en una entrevista publicada en la Revista OIGA Nº 284 el General EP Luis Cisneros Visquerra auspiciara la muerte de los presos políticos. La entrevista fue patética:

[…]
-[OIGA] “En una suerte de show televisivo desde El Frontón, protagonizado por el ex director del INPE, los delegados senderistas presos dijeron que preferían estar muertos antes de ser trasladados a Canto Grande. Qué opina de eso?

- [General Cisneros] Que hay que darles gusto… Es uno de los pocos gustos que les podemos dar a los subversivos. Si ellos así lo prefieren, que firmen un acta y que se proceda. El Estado satisfará sus deseos personales”.
[…]

El 16 de Junio, señala el historiador Alberto Flores Galindo (5), inclusive el antropólogo Antonio Díaz Martínez (6) alertó de este genocidio promovido por Alan García. Y no le faltaba razón pues desde que el Presidente García asumiera el mando presidencial en 1985 como en las postrimerías del gobierno del Presidente Fernando Belaúnde Terry, las fuerzas policiales fueron utilizadas para asesinar en los penales peruanos a los presos políticos y prisioneros de guerra conforme tuvo que detallar la propia Comisión de la Verdad y Reconciliación (7):

[…]
- “El 3 de abril de 1985 se produjo un motín en el penal San Juan Bautista (El Frontón) durante el cual los internos por terrorismo tomaron como rehenes a ocho funcionarios penitenciarios. Luego de un diálogo con una comisión del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), los rehenes fueron liberados. El Director General del INPE Germán Small declaró que en ningún momento corrieron peligro ni sufrieron maltrato.

- “El 13 julio de 1985 se produjo un motín simultáneo en los penales de Santa Bárbara, San Juan Bautista (El Frontón) y San Pedro (Lurigancho), durante el cual los internos tomaron seis rehenes y se apoderaron de sus armas de fuego. El conflicto fue resulto el 17 de ese mes mediante la firma de un acta de acuerdo de 24 puntos suscrita entre los internos y autoridades judiciales, del Ministerio Público, funcionarios del INPE, el Director del Penal San Juan Bautista, abogados, familiares de los internos y el Jefe del destacamento de la Guardia Republicana del mencionado penal. Los reclusos liberaron a los rehenes y entregaron el armamento capturado.

- “El 04 de octubre de 1985 se produjo un motín en el penal de Lurigancho. El Ministro de Justicia Luis Gonzáles Posada informó que el motín fue provocado por reclusos acusados de terrorismo con el propósito de evitar una requisa de armas en el penal. Este motín provocó la muerte de alrededor de 30 internos del denominado “Pabellón Británico”. El 31 de octubre de 1985, los internos por terrorismo y las autoridades firmaron una segunda acta en la cual acordaban respetar la primera suscrita en el mes de julio.

“Los internos iniciaron acciones legales en las que denunciaban el incumplimiento de las actas suscritas por parte de las autoridades, así como un “plan genocida” destinado a su eliminación física. El 29 de noviembre, los internos del Penal San Pedro denunciaron ante el 15º Juzgado de Instrucción de Lima la existencia de un plan de aniquilamiento.

El 21 de mayo de 1986, los internos de penales de Santa Bárbara, San Juan Bautista y San Pedro interpusieron una acción de amparo contra el Ministro de Marina Vicealmirante AP Julio Pacheco Concha; el Ministro de Justicia Luis Gonzáles Posada, el Ministro del Interior Abel Salinas y el Presidente del INPE Manuel Aquézolo, que fue declarada fundada por el 15º Juzgado Civil de Lima respecto al Ministro de Marina.

El 27 de mayo de 1986, los internos del Penal San Juan Bautista denunciaron ante el Juez de Ejecución Penal el incumplimiento de las actas y la pretensión de trasladarlos al penal de Canto Grande.

Antonio Díaz Martínez, dirigente de Sendero Luminoso, denunció un “plan genocida”.
[…]


La demanda de los detenidos políticos, inclusive, era atendible conforme puede verse en el Anexo 1 que listamos líneas abajo y lo que sigue siendo condenable, también, es el tratamiento de la desaparición de los cuerpos de los asesinados. Así lo hizo con el cuerpo del Comandante Luis De la Puente Uceda, jefe del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, que dirigió las primeras guerrillas marxistas en el país.

El Estado peruano siguiendo la vieja práctica del colonialismo español de quemar y borrar toda huella lo ha realizado con los asesinados en los penales en 1986. En primera instancia los muertos fueron llevados a distintos cementerios y enterrados clandestinamente y recién gracias a intervenciones internacionales se van hallando los cuerpos en algunos cementerios pero la gran mayoría se encuentran todavía como no identificados.


Conforme anuncia uno de los jueces que verá el caso del genocidio del Penal El Frontón, caso ya judicializado en el país, el Dr. Ricardo Brousset, será en Agosto del 2011 que se inicie el proceso contra los militares que cumpliendo órdenes impropias del poder político asesinaron en los referidos Penales y estamos seguros que luego continuará con los mandos políticos del Estado peruano que ordenaron este genocidio desde el Consejo de Ministros del 18 de Junio de 1986.

No se crea que la judicialización de este caso- como el que ya culminó: la Matanza de los Penales de 1992, contra el japonés ex-Presidente peruano Alberto Fujimori donde asesinaron selectivamente a decenas de presos políticos, entre otros, Janet Talavera, la valiente Directora del periódico “El Diario”- ha sido tarea fácil para los familiares de los presos políticos y la verdad histórica.

Para el caso de la matanza de El Frontón que directamente involucra a la Marina de Guerra peruana- y que estuvo dirigida por el hoy congresista Almirante AP Luis Giampietri- conforme refiere el diario El Comercio en su edición del 17 de Junio del presente (8)- fue recién en agosto del 2000 cuando deudos de los internos Nolberto Durand Ugarte y Gabriel Pablo Ugarte Rivera –declarados inocentes en 1987 de los cargos por terrorismo– obtuvieron un fallo favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que El Frontón pasó de ser un caso cerrado para la justicia militar a debatirse en el fuero civil.

Pero no fue sola la orden directa del Presidente García, la intervención de Agustín Mantilla, secretario personal de entonces del Presidente García, o de los efectivos de la Marina y otras fuerzas militares y policiales, la que ocasionó esta terrible tragedia. Hubo otros actores que para baldón de la historia política peruana también fueron coautores mediatos, en el estilo del derecho penal burgués inaugurado en las calificaciones del megaproceso seguido al Dr. Abimael Guzmán, Jefe del PCP; o al propio Alberto Fujoimori, cabecilla del Estado peruano 1990-2001, condenado por genocida, secuestrador y corrupto. Y es que ocurrió como valientemente lo denunció Flores Galindo, que la decisión de intervenir a sangre y fuego en los Penales fue informado el entonces Alcalde de Lima, Alfonso Barrantes, el ex Presidente Fernando Belaúnde y el Presidente de la Corte Suprema (9).

La matanza de los penales en 1986 contra los presos políticos y prisioneros de guerra del PCP colocó al Perú en la cresta de las mayores matanzas de presos políticos en el mundo. No existe precedente ni antaño ni posteriormente. No es comparable a la matanza por los militares argentinos del 22 de agosto de 1972 de los 19 presos del penal de Trelew pertenecientes al Ejército Revolucionario del Pueblo-ERP que dirigió Santucho, los Montoneros y la FAR.Fuerzas Armadas Revolucionarias ni el de los 22 presos políticos asesinados en Margarita Belén por militares argentinos el 13 de diciembre de 1976, todos ellos pertenecientes a la Juventud Peronista, el Partido Auténtico y la Liga Agraria. Ni al ocurrido entre Agosto y setiembre de 1988 en Irán contra militantes comunistas.


Sin embargo, la responsabilidad delictiva y política de quienes ordenaron el asesinato desde el Estado peruano no debe llevar a los peruanos a recordar sólo a quienes se inmolaron sino, sobre todo, a recordar que la construcción del nuevo orden en el Perú y el mundo es una tarea pendiente; y, para ello es indispensable, la revolución social.

Y no hay revolución social sin la captura del Poder Político por el pueblo, por el proletariado, por las clases populares.

En honor a los peruanos que cayeron en los penales (Ver Anexo 2) y a los miles de asesinados por haberse rebelado contra el viejo orden terrateniente burocratico, presentamos las adjuntas dos notas.

Una, proviene de Alberto Flores Galindo que constituye una reflexión sobre los hechos que acontecieron en el Perú de 1986 y la perspectiva frente a la latente crisis orgánica del stablishment. Allí puede observarse que de las muertes ocasionadas en el enfrentamiento entre las huestes del PCP y del Estado Peruano hacen recaer la mayor responsabilidad en el Estado peruano, pese a que con la CVR y otros apologistas se pretende hacerla descansar en el PCP.

Otra, de nuestra autoría- sobre la necesidad de una Amnistía Política para los presos políticos y prisioneros de guerra- donde reiteramos también que fue el Estado peruano el mayor responsable de los peruanos asesinados durante dicho enfrentamiento armado.

Artículos que consideramos siguen vigentes en el Perú hirviente de estos días donde el triunfo del humalismo abre las compuertas de un nuevo escenario para la lucha de clases.

Mauricio Quiroz
Vicepresidente
Instituto Pueblo Continente

MATANZA DE LOS PENALES, DEMOCRACIA Y REVOLUCION EN EL PERU

Alberto Flores Galindo (10)

El papel de los militares y la precaria democracia peruana terminaron reencontrándose ante el problema planteado por el surgimiento de una alternativa violenta.

Antes de que fueran conocidos los resultados del proceso electoral de 1980, en una lejana localidad ayacuchana, el pueblo de Chuschi, una columna guerrillera del llamado Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso) destruyó las ánforas en una verdadera declaratoria de guerra a la República. Sí se hubiera tratado de un grupo de –alucinados, a esta altura el problema habría sido solucionado.

En 1965, con la ayuda de helicópteros y del napalm, las fuerzas armadas destruyeron en seis meses a los focos guerrilleros. Esta vez, el fenómeno se prolonga por más de seis años y no tiene visos de terminar en el corto plazo.

Para el ejército, enfrentar a la subversión significa únicamente la búsqueda en el más breve plazo y por los medios que sean, de su derrota militar. Pero, queriendo los senderistas realizar la metáfora de Mao de estar como peces en el agua, no queda otra alternativa para la estrategia militar, que enturbiar esas aguas, separando a quienes apoyan a los militares de quienes están del otro lado. No importa el costo social. Un general en retiro, constituido en vocero de los sectores más conservadores de las fuerzas armadas, ha dicho que si para eliminar tres senderistas es preciso matar sesenta personas, no hay que tener ningún reparo (11).

Aquí sí han confluido palabras y hechos. Cuando en 1983, el gobierno democrático del arquitecto Belaúnde encomienda al ejército el orden interno en las provincias ayacuchanas, la guerra iniciada por Sendero Luminoso cambiará de manera cualitativa. Para demostrarlo, limitémonos a una lectura casi aséptica de la información oficial: un recuento de los comunicados que han venido saliendo en los periódicos y revistas. Son cifras oficiales. Deben ser leídas con precaución, porque en ocasiones los requerimientos de la táctica militar, pueden exagerar las bajas y, en otras, disminuirlas.

Hasta 1983, los muertos a causa de la violencia política en el país llegaron a la cifra de 165 y los heridos a 199.

Sólo durante los doce meses del año siguiente los muertos ascendieron a 2,282 mientras los heridos apenas a 372. Una guerra casi sin prisioneros y sin heridos. Sólo muertos: 20, 30, 50, como se iba sumando en los lacónicos comunicados militares.

El cambio guardó relación directa con la intervención de las Fuerzas Armadas. Al terminar 1984 las bajas superaban a 4 mil 500 muertos, la gran mayoría clasificados como senderistas y civiles, entre los cuales sólo menos de un centenar eran soldados y policías.

Durante la actual administración política, aunque el número de víctimas ha decrecido, la violencia prosigue siempre con una cantidad superior de muertos en relación a los heridos y de civiles en comparación con las fuerzas del orden.

Entre agosto de 1985 y setiembre de 1986, las cifras oficiales indicaban mil 737 muertos, de los cuales 979 eran presuntos terroristas y 676 eran civiles (12). Al terminar este año la cifra acumulativa de muertos bordea los 7 mil. Están allí incluidos muchos jóvenes, pero también menores de edad, hasta niños, sin olvidar a los ancianos (13). Una guerra que ha arrasado con poblaciones enteras en Ayacucho.

Muchos se han visto obligados a abandonar sus comunidades y huir a Ica o a Lima. Pero esta masacre tiene una dimensión cualitativa. El ingreso del ejército en 1983 significó iniciar la práctica de las “desapariciones” y el empleo de fosas comunes o “botaderos” de cadáveres.

Al terminar 1984, aunque el epicentro de este sismo social seguía estando en Ayacucho, el área directamente afectada por los enfrentamientos comprendía casi 89 mil kilómetros cuadrados y a una población de casi un millón y medio de habitantes.

En los dos últimos años, el fenómeno ha seguido propalándose. Lima es ahora parte de la geografía de la violencia política: toque de queda, estado de emergencia, patrullas militares por las calles.

El hecho más impactante tuvo como escenario a tres prisiones donde con algunos rehenes y escaso armamento, el 18 de junio de 1986 se amotinaron 375 presos acusados de “terrorismo”.

Al término del día siguiente, en el penal San Pedro (Lurigancho) todos estaban muertos; en San Juan Bautista (El Frontón) sólo sobrevivieron quince presos y dieciocho heridos; en Santa Bárbara -cárcel de mujeres del Callao-, en cambio, sólo se produjeron dos muertas.

El balance final arrojaba 272 muertos, de los cuales sólo 100 fueron enterrados. ¿El resto? En El Frontón no se tiene información sobre 146 cadáveres. Probablemente fueron pulverizados con la demolición y arrasamiento final de las cárceles. En esa prisión no quedaría una piedra en pie.

La lógica normal de una guerra -derrotar al enemigo- era sustituida por otra: aniquilarlo, no dejar el menor rastro.

[…]

Aunque es algo obvio decir que los senderistas son peruanos, no siempre se acepta este hecho. Tal vez sea útil, por eso, dar algunas referencias sobre los presos senderistas muertos el 18 de junio de 1986. La mayoría, 250, tenían entre 30 y 50 años. No extraña, dada la predominancia de jóvenes, que 38 por ciento hayan sido universitarios y estudiantes. Vienen después los obreros (17%), los campesinos (10%) y los ambulantes (9%).

[…]

Entre quienes optan por el cambio, la cuestión en debate es la capacidad del proyecto socialista para repensar la democracia y construir una sociedad nueva, en la que la abolición de las formas de explotación económica, sea una manera de controlar al poder central, garantizar a las organizaciones y doblegar al autoritarismo. Un verdadero desafío si se piensa en que se trata de combatir a los dominadores pero, sobre todo, a esos mecanismos impositivos y excluyentes que, como el racismo o el caudillismo, son parte consustancial al hecho de “hacer política” en el Perú y componentes en la cultura de sus clases populares. Tienen hondas y diversificadas raíces en nuestra tradición.

Por eso mismo, ninguna de las alternativas anteriores anula la persistente amenaza de una solución represiva de la crisis: restablecer el principio de autoridad, cuya ausencia lamentaban los empresarios desde tiempo atrás, recurriendo a imposiciones y sanciones a escala de todo el país, haciendo de cada ciudad un cuartel. Es la concepción de “paz” que aparece en un discurso oficial. En julio de 1986, el Presidente Alan García dijo en una conmemoración castrense que “... nuestras Fuerzas Armadas tienen que ser fuerzas de paz, paz como se ha mencionado hace algunos momentos, que reside en el poder, que reside en la fuerza”. La combinación entre militarismo y caudillismo no sería novedad en nuestra historia.

[…]

Hay que repensar la democracia en el Perú.

A su vez, la democracia exige repensar a la sociedad y a cualquier proyecto alternativo en su conjunto.

Sólo en la concepción liberal más ortodoxa, democracia es sinónimo de votos y elecciones y sólo en ella, la acepción del término queda confinada a la escena oficial y al mundo de los aparatos estatales.

Macpherson ha recordado cómo para algunos teóricos de la democracia –por ejemplo el ginebrino Rousseau- ésta no podía existir sin igualdad social y, entre las formas posibles de regímenes democráticos, ha incluido al modelo que entiende a la democracia como “participación”: en el taller, la fábrica y, desde luego, a escala de toda la sociedad.

Moses Finley –un pacífico profesor de Historia Griega-, señaló en unas conferencias dictadas en 1972, que la más penetrante definición de democracia probablemente sería una de las más antiguas, formulada por Aristóteles en la Política:

Parece mostrar la argumentación que el número de los gobernantes, sea reducido como en una oligarquía o amplio como en una democracia, constituye un accidente debido al hecho de que doquiera los ricos son pocos y los pobres muchos. Por esta razón (...) la diferencia real entre democracia y oligarquía es pobreza y riqueza. Siempre que los hombres gobiernen en virtud de su riqueza, sean muchos o pocos, estaremos ante una oligarquía; y cuando los pobres gobiernan, estaremos ante una democracia.

En un país de extrema miseria es una cita subversiva.

Democratizar el Perú significaría construir otro tipo de relaciones sociales y otra forma de organizar el poder. La democracia exige la revolución social.

Esto es así no sólo porque existe pobreza y miseria, sino sobre todo porque cada vez se admite menos la desigualdad.

Las crisis, como la que estamos padeciendo, no son únicamente ocasiones para el desaliento; también permiten ampliar las perspectivas y buscar nuevos caminos.
[…]

LA AMINISTIA POLITICA ES UN PASO NECESARIO PARA EL PAIS Y DEBE DARSE A LOS PRESOS POLITICOS Y PRISIONEROS DE GUERRA.


PRESOS POLITICOS ENTRE DOS FUEGOS: COMISION DE LA VERDAD : AJUSTICIAMIENTO ?

Mauricio Quiróz Torres*

Si la revolución exige violencia, voluntad, disciplina,
Estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina.
Las acepto en bloque con todos sus horrores
sin reservas cobardes.
J.C. Mariátegui

Preámbulo

Este artículo fue publicado en el año 2001 antes del inicio del trabajo de la Comisión de la Verdad y lo reeditamos pues las afirmaciones allí contenidas conservan actualidad hoy que la Comisión de la Verdad no dijo nada de la Amnistía Política y cuando el régimen toledista continúa el fujimorismo judicial y político- con el silencio de la clase política criolla y el socialismo domesticado- condenando y manteniendo a hijos del pueblo en carcelería con leyes antiterroristas inconstitucionales y avalando a policías y militares genocidas amnistiados y bendecidos como luchadores de la burda democracia formal.

EL INICIO

Cuando en 1980 se inició la guerra política en el país nada presagiaba su final y quienes afirman que el Partido Comunista del Perú, iniciador de esta guerra, fue sólo una sanguinaria máquina de matar no toman en cuenta la verdad de los hechos ni la necesidad de poner punto final a la misma con la concesión de una amnistía política a quienes purgan cárceles.

Ese es el meollo que cierta intelectualidad y los socialistas domesticados no quieren ver pues su graduación de eventuales comisionados de la verdad y de prestigiados académicos con sus estadísticas de muertos, desplazados, desaparecidos, presos, etc. les permitirá comodidades del stablishment y del Estado Peruano mientras tantos inocentes siguen sufriendo. Disfrutarán de viajecitos por conferencias sobre la verdad de la violencia en el país sin asumir una posición clara sobre la guerra política iniciada en 1980 y que aún hoy no se ha cerrado.

Con la Comisión de la Verdad cierta intelectualidad quiere desentrañar e identificar responsabilidades para no repetir dizque experiencias como la del senderismo, sin tocar el papel asumido por ellos y que muy bien el historiador Alberto Flores Galindo les reclamaba por la violencia política ante la inacción de los partidos políticos y la sociedad civil. Ernesto de la Jara afirma por ejemplo que el primer sector que va a salir muy mal parado con la Comisión de la Verdad va a ser Sendero Luminoso y otros buscan desmontar la verdadera dimensión de la sanguinaria ideología de los grupos armados.

Allí ya hay una tendencia del trabajo que va realizar la susodicha Comisión que más que buscar justicia quiere ajusticiar a uno de los bandos de la guerra y eso está mal.

Señalamos al inicio del presente artículo, que es necesario ir a la verdad de los hechos y poner punto final con una amnistía de los presos políticos y prisioneros de guerra. No ajusticiar. He allí el interés de este artículo que abordando sólo algunos aspectos del problema busca abrir debate al respecto.

EL INICIO FUE DECLARADO OFICIALMENTE

Con la égida del pensamiento guía de Gonzalo, desde 1980, el maoísmo en el Perú anunció la conquista del cielo por asalto y comenzó a batir el campo peruano, especialmente el ayacuchano, para la toma del poder por el pueblo luchando contra el imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático; es decir, anunció una revolución bajo las banderas de su ideología marxista-leninista-maoísta.

Movilizaron decenas de jóvenes, intelectuales, campesinos, obreros, maestros, etc., especialmente de provincias y con armamento casero: contados y viejos fusiles y pistolas, dinamita, etc.; es decir desde un inicio, declararon la guerra al viejo Estado terrateniente y burocrático y nos lo dijeron directamente, en campo y ciudad con innumerables acciones que iban desde el boicot a las elecciones quemando ánforas, colgando perros, remitiendo cartas, cortando el cabello de personas por malos comportamientos, echando latigazos y desterrando a explotadores de sus pueblos, entre otros. No podemos decir que no nos avisaron.

Y qué hizo el Estado?. El Estado peruano respondió como siempre lo había hecho desde sus orígenes: aplastando a sangre y fuego, matando y quemando las huellas de sus matanzas, como lo veremos más adelante.

Cuando los policías huían de sus puestos y comisarías en el campo peruano el Partido Comunista del Perú desarrollaba un nuevo poder muy ajeno a los vicios del Viejo Estado y SIN EXISTIR SIQUIERA UNA CENTENA DE HERIDOS O MUERTOS: se ordenó la producción, se superaron conflictos por linderos comunales, hubo designación directa de autoridades y con revocatoria por asamblea popular, entre otros. Así ocurrió entre Mayo de 1980 hasta 1982. Esto asustó a los altos mandos del Estado.

Temor que se agravó por el desenlace de una sincronizada operación militar contra la Cárcel de Ayacucho donde el Partido Comunista de Gonzalo demostró una capacidad militar impecable logrando neutralizar a las fuerzas policiales y liberando a sus militantes presos; y en la participación masiva del pueblo ayacuchano en el entierro de una militante gonzalista, Edith Lagos.

LAS FUERZAS ARMADAS INICIARON LAS MATANZAS Y DESAPARICIONES

Fortalecido el accionar maoísta en Ayacucho éste comenzó a fortalecerse en las áreas rurales de otros Departamentos del país con el cual ya en 1982 comenzaba el periodo de una generalización de la guerra de guerrillas y la construcción de la dualidad de poder en el campo peruano.

Con el ingreso de las Fuerzas Armadas para enfrentar al maoísmo, la guerra politica adquirió otros ribetes pues el aniquilamiento sistemático de poblaciones campesinas del campo fue una constante en el accionar militar de las FFAA.

Flores Galindo, antes de su sentida partida, afirmaba con evidencias palmarias, que en Ayacucho con el ingreso de las Fuerzas Armadas comenzó el verdadero genocidio contra los peruanos pues, siguiendo la lógica del gaucho Cisneros, las FF.AA. liquidaban senderistas donde había campesinos. Y así fue.

El primer año del ingreso de las FF.AA. la cifra de muertos civiles llegó a casi dos mil personas y comenzaron a presentarse los primeros casos de desaparecidos. Y en la década 1980-1990 el Perú tiene en su haber durante el gobierno de Fernando Belaúnde a 1230 desaparecidos y durante el régimen de Alan García, de 1682.

Esto que es una verdad hoy se pretende olvidar.

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*: Investigador Social. VicePresidente del Instituto de Promoción y Desarrollo Social PUEBLO CONTINENTE.

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Notas
1. El historiador Alberto Flores Galindo, insospechado de tener simpatía por el PCP, y conforme a los resultados de las propias investigaciones judiciales, resalta que “La decisión de reprimir se tomó temprano, el mismo 18 de junio. Fue durante una sesión especial del Consejo de Ministros, donde además estuvieron presentes algunos dirigentes del partido de gobierno. Según las Actas, en todo momento la iniciativa y las propuestas provinieron directamente del mismo Presidente de la República. En el Acta del Consejo de Ministros correspondiente a ese día, apenas se recomienda, una vez entregados los penales a las Fuerzas Armadas, respetar “en la medida de lo posible la vida de los rehenes”. No se dice nada explícitamente sobre los presos.”
En: “El Exterminio y el Recuerdo: La masacre de los penales”.
2. Ministerio de Justicia. Boletín Estadístico 1985. Lima, 1986.
3. Diario Expreso. Edición del 5 de Junio de 1986.
4. “El Exterminio y el Recuerdo: La masacre de los penales”. En “Tiempo de Plagas”, pág. 236-237.
5. Ibid. pág. 236.
6. Puede verse una semblanza de este notable intelectual, autor de “Ayacucho, Hambre y esperanza” y “China. La Revolución Agraria”, escrito por su compañera Catalina Adrianzén: en: http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article1467
7. Ver: http://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20VII/Casos%20Ilustrativos-UIE/2.67.FRONTON%20Y%20LURIGANCHO.pdf
8. En:
http://m.elcomercio.pe/lima/784547/noticia-juicio-civil-militares-fronton-comenzaria-agosto
9. En “Tiempo de Plagas”, pág. 238.
10. En: “La tradición autoritaria: Violencia y democracia en el Perú”.
http://es.scribd.com/doc/55857133/Flores-Galindo.
El titulo es nuestro (mqt).
11. Entrevista al General Luis Cisneros V. en Quehacer N° 20, enero de 1983, p. 50: “Maten 60 personas y a lo mejor allí hay 3 senderistas... Y seguramente la policía dirá que los 60 eran senderistas”.
12. Fuentes: Centro de Documentación e Información de Aprodeh (Asociación Pro-Derechos Humanos). Desco, Resumen Semanal Banco de Datos.
13. En 1992, cinco años después, esta cifra superó los treinta mil muertos por la violencia política. (Nota de la editora).

ANEXO 1

PLIEGO UNICO DEMANDAS DE LOS PRISIONEROS DE GUERRA DE LAS LUMINOSAS TRINCHERAS DE COMBATE DEL FRONTON, LURIGANCHO Y CALLAO.

1.- Respeto a las actas del 16 de julio y del 31 de octubre de 1985, suscrito por los representantes del Ministerio de Justicia, INPE, Poder Judicial, Ministerio Público, de una parte y de la otra por los representantes de los presos especiales.

2.- Garantías contra el nuevo genocidio que trama el gobierno aprista, la Marina y demás reaccionarios contra los internos por "terrorismo".

3.- No al traslado de los procesos judiciales a provincias; ni de los presos especiales. Derogatoria del Artículo 2do. de la Ley 24499.

4.- Aumento del socorro alimenticio a un minimo de I/. 15 00 diarios (1), este beneficio se hará extensivo a todos los penales.

5. Destitución del Presidente del INPE, Manuel Aquézolo por ser cómplice del genocidio del 4 octubre de 1985 en Lurigancho.

6.- Entrega de los cadáveres de los asesinados el 4 de octubre de 1985 a sus familiares, dando cumplimiento a la resolución del Primer Tribunal Correccional de Lima del 9 de octubre de 1985.

7.- Traslado inmediato de los 16 internos por "terrorismo" en Canto Grande a los pabellones donde se encuentran los presos especiales en Lurigancho.

8.- Cese de las amenazas, persecuciones y detenciones a los familiares de los presos especiales por parte de la Marina de Guerra, de DIRCOTE y del gobierno aprista.

9.- Cierre del Penal de Canto Grande por ser contrario a la dignidad humana.

10.- Que se deje sin efecto el recorte de los días domingos y feriados para el cómputo del 2 por 1.

11.- Aceleración de los juicios; por el respeto del derecho a la defensa.

12. -Anulación de la disposición del INPE dé prohibición al ingreso de todo tipo de frutas y de envases de plástico, por ser contrario a la salud de los internos políticos y comunes.

13.- Destitución de empleados provocadores Guevara, González, Jayo, Aybar y Retes en el Frontón, así como de la Jefa de Seguridad Isabel Guerrero y la alcaide Rosa Lermo en el Callao.

14 - Erradicación de los basurales en Lurigancho.

15.- Suministro de luz las 24 horas del día en el Frontón.

16.- Reparación del sistema de agua, desagüe y eléctrico en el Callao y Lurigancho.

17. -Contra las requisas por ser masacres y robo para los internos.

18.- Atención, tratamiento y suministro de medicinas para los internos que se encuentran enfermos. Evacuación de los enfermos a los hospitales.

Aumento del presupuesto para la salud en un 100%.

19.- No a la intervención de la Marina de Guerra en el Frontón, ni revisiones humillantes a los familiares de los prisioneros de guerra por efectivos de la Marina.

20.- Por el cese de la nefasta política de desaparecidos.

21 .- Apoyo a las luchas populares en el Perú y a las luchas de los detenidos sociales, presos políticos y prisioneros de guerra en el mundo.

22. - Entrega de materiales de limpieza, catres, colchones, sábanas, frazadas, pijamas para todos los internos del Perú.

23.- Que se haga efectiva la extensión de los beneficios correspondientes a los presos especiales a todo el país.

24.- Ninguna represalia contra los internos especiales, ni contra sus familiares y abogados.

25 - Publicación de estos acuerdos y de las actas del 16 de julio y 31 de octubre de 1985.

26.- Presencia de los periodistas en la suscripción de los acuerdos y en la ejecución de los mismos.

Lima, Perú, 18 de Junio de 1986.

ANEXO 2

LISTA DE ASESINADOS EN LOS PENALES DE 1986

Isla Penal de San Jun Bautista (El Frontón)

1) Accedo Abad, Oscar
2) Aguero Aguirre, José Manuel
3) Alarcón Coronado, Melchor
4) Alvarado Cornejo, Héctor Tulio
5) Alvarez Saravia, Javier Luis
6) Angulo Andia, Manuel Juan
7) Apari Palomino, Marcial
8) Aponte Sila, Juan Carlos
9) Arnao Yamashiro, Ricardo Andrés
10) Ascensios Borja, Alfonso Joel
11) Ayala Aguilar, Carlos Eduardo
12) Barrientos Laura, Guillermo
13) Burga Alva, José Luis
14) Calderón Llanos Félix
15) Calle Hernández Hortensio
16) Camacho sequen ,José Antonio
17) Cámara Montalvo, Pascual
18) Camasi Huaman, Pelayo
19) Canahualpa Valenzuela, Joel
20) Canales Cruzado, Teodoro
21) Carbajal Ordoñez, Andrés
22) Carlos Oscátegui, José Luis
23) Carlos Oscátegui, Reynaldo
24) Cobeñas Yovera, Santos
25) Collantes Palomares, José Antonio
26) Condori Vargas, Policarpio
27) Crisóstomo Crisanto, Juan
28) Cruzatt Cárdenas, Pedro Fredyy
29) Chancasanampa Castro Alejandro
30) Chávez Díaz , Segundo Alcibíades
31) Chong-Long Gasco, Walter
32) Chulluncuy Prado, Oscar Neald
33) Durand Sandoval, Roberto
34) Durand Ugarte, Norberto
35) Escobar Bermejo, Dante Gabriel
36) Escobar Bermejo, Héctor Lisandro
37) Escudero Alván, César Augusto
38) Espinoza Arnao, Julio Alberto
39) Farfán facundo; Luis Alberto
40) Flores Poma, Teófilo
41) García Ramírez Oscar
42) García Vallejo, José Edwin
43) Gómez Martínez, Vicente León
44) Gonzales Barbarán, Claudio
45) Gonzales Toribio, Alfonso Esteban
46) Gonzales Valencia, Antonio Asunción
47) Guerrero Hurtado, Alberto Gerardo
48) Guevara Arteaga, Antonio
49) Guevara Torres, David Javier
50) Gutiérrez Poma, Alejandro
51) Hilario de la Cruz, Lorenzo
52) Huaman Huajan, Santos Candelario
53) Huamaní Astuvilca, Feliciano
54) Huamaní Ramos, Antonio Abad
55) Huayra Matamoros, Juan Pedro
56) Iparraguirre Cuba, José Wenceslao
57) Jara Facundo, Lincoln Edwin
58) León Huaman, Víctor Wilfredo
59) Lizano Zarzaburu, Edgardo
60) Lobatón Balcazar, Julio César
61) Luján Gonzañes, Jacinto
62) Llamocca Taype, Rafael
63) Mancha Quispe, Julián
64) Manrique Olivares, Víctor Nicolás
65) Marín Dávila, Juan Leví
66) Mendoza Reyes, Claudencio
67) Montenegro Valencia, John René
68) Montoya Valderrama, Justo Eduardo
69) Morón Guillén, Francisco
70) Moscoso Cáceres, Rubén Darío
71) Nagajata Daza, Marco Antonio
72) Neyra Alegría, Víctor Raúl
73) Nicasio Jerónimo, Sixto
74) Ortiz López, Walter Napoleón
75) Osorio Oncoy, Canción
76) Osorio Oncoy, Fabián
77) Parado Chancahualla, Juan
78) Parco Parado, Abel
79) Paricahua Quispe, Claudio
80) Pérez Jiménez, Luis
81) Pezo Jula, Ricardo Jorge
82) Poma Huamaní, Pedro
83) Poma Sulca, Tiberio
84) Poves Soto, Alexis Rubén
85) Puma Rutpo, Orlando
86) Quicaño Suárez, Heriberto
87) Quispe Valcazar, Pedro
88) Quispe Tamayo, Antecoro
89) Quispe Chipana ,Hernán
90) Quispe Rojas, Joel Francisco
91) Ramos Gala, Prudencio Celestino
92) Retamozo Barrón, Alberto
93) Rivera Dávila, José
94) Rojas Flores, Evaristo Miguel
95) Rojas Yupanqui, César Arturo
96) Ruíz de Castilla Lozano, Hugo Alfonso
97) Saenz Román, César Raúl
98) Salas Matos, José Manuel
99) Sánchez Miranda, Rubén Antonio
100) Sayas Sánchez, Julio
101) Sayre Heredia, José Fabián
102) Sayretupac Flores, Donato
103) Sicha Romaní, Edgar
104) Silva Coronado, Salvador
105) Suárez conde, Roberto
106) Sulca tanta, Mariano
107) Taboada Camacho, Julio César
108) Ticona
109) Torres
110) Tulich Morales, Armando
111) Tulich Morales, José
112) Ugarte Rivera, Pablo
113) Ugarte Rivera, Gabriel
114) Valdivia Domínguez, José
115) Varaz Ruíz, Enrique
116) Vargas Ruíz, Enrique Félix
117) Vasquez Orrego, César
118) Velez Castellanos, Ricardo
119) Vivanco Huamaní, Carlos William
120) Zambrano Pacheco, Julio César
121) Zenteno Escobar, Edgar Edison
122) Zenteno Escobar, William Huns.


PENAL DE SAN PEDRO: LURIGANCHO

123) Acaro Chapilliquen Humberto Pablo
124) Aguilar Carrasco, Manuel Johny
125) Albornoz Pimentel, Teodorico Teobaldo
126) Altamirano Díaz, Oscar
127) Alvarado Medina, Hugo Moisés
128) Aranda Contreras, José Pablo
129) Arévalo Valderrama, Osvaldo Enrique
130) Ari Saldívar, Julio Angel
131) Arnao huertas, Antonio
132) Arontico Quispe, René Wilfredo
133) Asenjo Lozano, Aurelio Nilo
134) Aucapuella Aguado, Teodoro
135) Borja Rodríguez, José Alfredo
136) Cabrera Hernández, Manuel Rolando
137) Cáceres Lara, Marcial
138) Campos Vergara, Honorio
139) Cañari Vasquez, Celso Nazario
140) Carbajal Arteaga, Gabriel Elvis
141) Carhuapoma López, Javier Fabián
142) Cassareto Ramírez, Iván Alberto
143) Castillo Ormeño Jorge
144) castillo Paredes, Genaro
145) Cauhualla Anatolio
146) Cuba Huamán, Gregorio
147) Crucinta Achulle, Paúl
148) CruzVilchez,Alfonso
149) Champe Solano, Eugenio Fermín
150) Chani Morales, Raúl
151) Chávez Díaz, Nilde Lionel
152) Chávez García, Dante
153) Chocce Huamán, Tomás
154) De la Cruz Gómez, Máximo
155) Díaz Díaz, Delfín
156) Díaz Martínez, Antonio Emilio
157) Díaz Quispe, Benjamín
158) Domínguez Berrospi , José Fernando
159) Dongo Ternero, Luis Alberto
160)Henríquez Egoavil, Saúl
161) Henríquez Eguoavil, Saúl
162) Escobedo Tambo, Gustavo
163) Espetia Aneco, Jesús Alex
164) Espíritu Espinoza, Jaime
165) Fernández Melo, Hugo
166) Fernández Rodríguez, Andrés
167) Ferrel Irigoyen, Wilfredo
168) Filomeno Alvarado, Guillermo
169) Flores Tapia, Carlos Alberto
170) Fuster Ríos, Alfredo Orlando
171) Gallegos Villajuana, Pedro Pablo
172) Gavidia Gutiérrez, Oswaldo Luis
173) Glandel Prudencio, Claudio
174) Gómez Mendoza, Daniel
175) Guevara Ortiz, José Luis
176) Gutiérrez Asto, Fernando
177) Gutiérrez Escobar, Zenón Agripino
178) Gutiérrez Roque, Armando
179) Heredia Arévalo, Jorge Alfredo
180) Huamán Fernández, Julio
181) Huamán Quispe, Adrián
182) Huamaní Morales,Alipio Florentino
183) Huamaní Terrazas, Dionisio Félix
184) Huarcaya Turbisco, Porfirio
185) Julca Baltasar, Demetrio
186) Julca Quispe, Javier
187) Lavado Miranda, Luis Alberto
188) Leandro Mendoza, César Augusto
189) Leguía Ccorisoneo, Agustín
190) Mamani Chamba, Virgilio Timoteo
191) Mamani Vargas, César
192) Martínez Vargas, Ricardo
193) Medina Alvarado, Martín
194) Mitma Huaranca, Narciso
195) Muñoz Tovar, Zósimo
196) Najarro Jáuregui, Eucario
197) Nunceba y Bardales, Norberto Améric
198) Ochoa Ramírez, Modesto
199) Olarte Huayllani, Marino
200) Padilla Díaz, Saúl
201) Padilla Maquiña,Fanor

202) Paredes chauca, Luis Alberto
203) Peña Martínez, Víctor
204) Pinedo Marino, Carlos René
205) Ponce Caysahuana, Jesús
206) Ponce Villegas, Manuel
207) Pure Rivera, Ricardo Américo
208) Quispe Huamaní Nilo
209) Quispe Pérez, Esteban
210) Ramos Escobar, Román Romualdo
211) Rebolledo Herrera, Félix Adolfo
212) Regalado Asto, Isaac
213) Remigio Dioses, Gregorio
214) Requejo Mestanza, Catedro
215) Requejo Mestanza, Segundo Alejandro
216) Rondon Ureta, Conrado
217) Ruíz de Castilla Lozano, Jaime Augusto
218) Ruíz oré, Carlos Leonidas
219) Salvatierra Gutiérrez, Humberto
220) Simón Ccollana, Héctor Delfín
221) Taboada Camacho, José Antonio
222) Ticona Condori, Efrén Eloy
223) Tineo Rojas, Julio Armando
224) Tineo Suasnabasr, Hernán Víctor
225) Toledo Godoy, Juan José
226) Toledo Poma, Luis
227) Tomayro Flores, René Carlos
228) Toribio Manrique, Edgar Emilio
229) Torres Pérez, Julio César
230) Trinidad Hurtado, Máximo
231) Trinidad Orozco, Emilio
232) Trinidad Orozco, Pedro Pablo
233) Truyenque Díaz, Simeón
234) Valencia Aguilar, Narciso Alejandor
235) Valverde Reyes, Orestes Ausberto
236) Vargas cárdenas, Julio Wilfredo
237) Velarde montes, Jacob
238) Vereau Luján Jorge Miguel
239) Vidal Mariño, Víctor Felipe
240) Vila Mojonero, Jorge
241) Vila Morales, Luis Alberto
242) Vilchez Gutiérrez, Alfonso
243) Villalobos Zamora, Víctor
244) Yarollance Ccence, Ignacio
245) Yepez Rosas, Reiner José
246) Zarate Gonzales, Rómulo
247) Zorrilla Aramburu, Víctor Raúl.

PENAL DE SANTA BARBARA - CALLAO

248 ) Chavarri Alva, Mabel
249 ) Sarmiento Ramos, Beatriz Lucía.

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