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Soria, el candidato de la SIDE a la Rosada
Por Javier Torres Molina 'Prensa de Frente' -
Tuesday, Jun. 28, 2011 at 11:27 AM
El 26 de junio de 2002 cuando se produjo la Masacre de Avellaneda Carlos Soria era el jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), organismo que se encargó de elaborar un informe que vinculaba a la guerrilla colombiana de las FARC con el movimiento piquetero y que sirvió para demonizar los reclamos de los desocupados. Horas antes de cumplirse nueve años de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Soria asistió a la Quinta de Olivos en el acto organizado por Cristina Fernández de Kirchner para dar a conocer el nombre de su candidato a vicepresidente, sentándose nada menos que detrás de los hijos de la presidenta.
Dejando de lado los discursos que abonan la idea que el actual gobierno nacional es defensor de los derechos humanos, Carlos Soria es hoy el candidato a gobernador de la Casa Rosada por el Frente para la Victoria (FpV) en la provincia de Río Negro, como lo demuestran la gran cantidad de carteles que lo muestran junto con la presidenta en plena campaña electoral y en la decisión del gobierno en no permitir como sí ocurrió en otros distritos- que la formula que encarna el radicalismo K esté adherido a la boleta presidencial del FpV.
Seguramente el poder territorial de quién es hoy presidente del Partido Justicialista provincial e intendente de General Roca, la segunda ciudad más importante de Río Negro- pesó más que sus antecedentes en la SIDE, en su larga adhesión al duhaldismo e incluso en su antigua amistad con el nazi Erich Priebke.
Así como el principal argumento de Soria para llegar al gobierno provincial es la pésima gestión del partido radical;que ocupa el gobierno desde 1983-, también es cierto que los modos de ejercer la campaña del candidato Soria constituyen el principal aliciente para que el radicalismo logre triunfar en las elecciones. En efecto, durante los últimos meses Carlos Soria se han caracterizado por insultar y agredir sobre todo a los periodistas que simplemente le preguntan sobre su pasado.
Por ejemplo y solo tomando los casos que fueron filmados, en el mes de mayo durante su visita a la localidad de El Bolsón Carlos Soria amenazó con investigar y cerrar a los medios de comunicación cuando le preguntaron sobre su relación con el nazi Priebke, expresándole al periodista Fabián Balasz que "te voy a romper el culo";, en una conducta similar a la que tuvo tiempo atrás cuando amenazó con echar de Roca a un concejal opositor. De similar manera, el legislador Martín Soria; hijo del ex jefe de la SIDE y aspirante a heredero de la intendencia de Roca- se encarga de llamar para increparlos a los periodistas que publican y/o expresan opiniones contrarias a la del candidato del FpV.
Sí bien su pasado y la autoproclamación como candidato a gobernador sin llamar a internas partidarias ha generado el rechazo de sectores internos del peronismo -como por ejemplo la Corriente Peronista Federal, que responde al ex diputado Osvaldo Nemirovsci o algunos sectores de La Cámpora- también es cierto que la candidatura de Soria tiene el respaldo de la mayoría de los sectores del justicialismo; incluso del Movimiento Evita, que mientras en Buenos Aires sus militantes históricamente participan, con otros sectores oficialistas, de movilizaciones por la Masacre de Avellaneda, en Río Negro integran las listas que elabora Soria- y el Frente Grande, que pone como candidato a vicegobernador al intendente de Cipolletti Alberto Weretilneck. La alianza es avalada por el presidente del Frente Grande, Marcelo Mango, quién además es titular de UNTER -el gremio de los docentes- por el mismo sector de Hugo Yasky, uno de los que oportunamente habían señalado a Soria como corresponsable de los asesinatos de Kosteki y Santillán.
Cuando se realizó el juicio a los autores materiales de los asesinatos de Masacre de Avellaneda, Soria declaró que "había que poner orden, ya que la democracia funciona con orden"; y que la articulación de los diferentes sectores sociales que protestaban en el año 2002 constituían "un peligro institucional para la democracia".
Sin arrepentirse de sus declaraciones y sus prácticas Carlos Soria continúa ocupando lugares relevantes en la escena política ahora como parte del gobierno nacional- demostrando que todavía hay que recorrer un largo camino para construir una Argentina sin impunidad.